—No puedo arruinar mi carrera así.— me quejé por séptima vez 

Ya estábamos en mi departamento de nuevo, ahora ambos estábamos en el sofá, yo recostada en sus piernas mientras él me escuchaba y acariciaba mi cabello 

—Yo no escuché mucho por la distancia a la que estaba pero me parecía buena.— intentó defenderla —Podes darle una oportunidad.— 

—Llevo rato quejándome y parece que no me escuchas.— exclamé y él se burló 

—Amas ser modelo.— recordó 

—Pero amo más mi salud mental.— dije y solté un suspiro —El presidente es padre de Matteo y la que quiere ser mi manager es su madre, eso sin duda suena a un desastre que quiero evitar.— 

—¿Entonces pensas que lo mejor es rendirte?.— cuestionó y asentí con algo de duda mientras me levantaba para que ambos estuviéramos sentados —Vos no sos así, jamás te rendirías con algo que amas.— 

—Me halaga que mi novio tenga esa idea tan positiva de mí pero ¿tengo que recordarte que me rendí con mi carrera de enfermera? no sería algo nuevo verme tirar la toalla en algo.— recordé con una pequeña risa 

—Vos no te rendiste, tenes aun tu carrera de enfermera y podes ejercerla cuando queras.— añadió —Con lo del modelaje es diferente porque vos amas dedicarte a ser modelito, dejaste lo de ser enfermera porque ya no te apasionaba pero esto sigue gustándote y queres dejarlo por alguien más.—

—Puedo buscar algo nuevo o simplemente ya no trabajar más.— intenté solucionar 

—Ambos sabemos que lo último no es buena opción.— dijo y lo miré con duda —Desde que te conozco sos re apasionada con tus trabajos, no me imagino que te quedes quieta ni siquiera una semana.— 

Quizás tenía razón en eso, yo sabía que si dejaba todo esto de lado podría aburrirme 

—No descartes lo del modelaje, buscaremos una solución juntos.— sonrió al ver lo pensativa que me había dejado 

—Igual tengo unas horas para pensarlo porque el presidente de la empresa me ofreció ir mañana a firmar el contrato.— recordé —Y si acepto creo que tendré que quedarme con esa manager que tiene el 80% de probabilidad de arruinar todo el trabajo que puso Rebecca en mi carrera.—

Rodri pensó por un momento lo que acababa de decir y después me miró como si se le hubiera ocurrido algo 

—¿No podes pedirle a Rebecca que te pase el contacto de algún otro manager?.— propuso dándome la mejor idea, no sé como no se me había ocurrido eso antes 

—Eres un genio.— exclamé contenta y lo besé 

Saqué mi celular para llamar a Rebecca pero no me respondió, sabía que probablemente estaría ocupada en alguna reunión importante 

—Le voy a dejar un mensaje para que me llame cuando no esté ocupada.— avisé y Rodri asintió 

Sabía que Rebecca no se negaría a ayudarme, después de todo suponía que ambas nos considerábamos buenas amigas después de todo lo que habíamos vivido

"Hola Rebe, hoy volví a la emoresa
pero me surgieron muchas dudas.
El presidente quiere que la madre
de Matteo sea mi manager pero la
señora tiene 0 experiencia en
todo esto y me siento frustrada"

"Si conoces a un buen manager
acá que quisiera representarme,
¿Podrías darme su número?"

"Mañana tengo cita para firmar
el contrato y no estoy
muy convencida"

Cuando envié todos los mensajes me sentí mejor al también preguntarle discretamente, era muy probable que como ella había sido la mejor representante por años conocería sobre el presidente de la empresa y papá de su representado estrella 

—Ahora esperaré a que responda.—avisé dejando mi celular a un lado y por mi cabeza pasó algo que habíamos olvidado —Dijiste que iríamos a ver al tata y después de la cafetería vinimos directamente para acá.— 

—Se me olvidó completamente.— exclamó —¿Queres que vayamos ahora?.— 

—Pues no tenemos nada mejor que hacer.— sonreí 

A decir verdad ahora solo quería encontrar más paz visitando al Tata, quizás estando ahí tendría mis ideas más claras.

Nos levantamos y tomamos todo lo necesario para después simplemente salir del departamento. Fuimos al ascensor y presionamos el botón que nos dejaría en el estacionamiento, ahí estaba mi auto, cuando llegamos simplemente él subió en la parte del conductor dejándome intrigada 

—¿Ahora serás mi chofer?.— pregunté burlona 

—Me gusta llevarte por todos lados.— respondió —Vamos, subí.— 

Le hice caso y subí en la parte del copiloto. Cuando abroché mi cinturón, él arrancó y así inició nuestro viaje. Pasamos algunos minutos cantando un poco hasta que nuestro karaoke se vio interrumpido por una llamada, mi celular estaba conectado a la pantalla del auto así que Rodri con un vistazo pudo notar de quien se trataba 

—Contesta.— pidió y asentí sabiendo que lo que me dijeran se escucharía en altavoz 

Le hice caso y respondí la llamada, de inmediato una voz conocida para ambos se hizo presente 

—¡No podes firmar con la empresa!.— era un regaño bastante preocupado —Y menos con esa manager, se van a aprovechar de vos.— 

—Podrías saludar primero.— regañé ahora yo 

—No tengo mucho tiempo ahora, no quería desperdiciar en algo tan trivial como un saludo.— bufó —Confía en mí, esa gente no te conviene, seguro ambos te intentaron chantajear emocionalmente con el cuento de que sos amiga de su hijo aunque a su hijo ya ni le hablan.— murmuró eso último 

No había motivo para que supiera que efectivamente ambos habían hecho comentarios sobre mi "relación" con su hijo así que era un punto para no creer en ellos 

—Además recordá que ellos te conocieron cuando el abuelo Martín te dejó lo más importante, ¿no pensas que lo olvidaron tan pronto, no?.— recordó —Usa un poco la cabeza ____, sos más inteligente que ellos, no traiciones tu intuición, te lo digo en buena onda.— 

Y sin quererlo ahora estaba más segura de mi respuesta, debía negarme a la propuesta de los padres de Matteo