sesenta
Al día siguiente desperté bastante temprano, miré a mi costado y ahí estaba Rodri durmiendo tan tranquilo que se veía hasta angelical
Me levanté y siendo seguida por Barry caminé hasta mi armario, había olvidado lo grande que era así que elegí el mejor atuendo que pude. Me bañé, me vestí, me maquillé y me peiné pero aun así mi novio seguía dormido
Me acerqué de nuevo a la cama para acariciar su mejilla
—¿Qué pasa?.— cuestionó sin abrir los ojos, su tono era adormilado así que supuse que el viaje lo había dejado muy cansado
—Ya me voy a la empresa.— avisé casi en susurro —Puedes quedarte acá todo el tiempo que quieras, igual intentaré volver pronto.—
—Dame cinco minutos más y te acompaño.— pidió y de nuevo se quedó dormido así que sonreí
Ojalá pudiera quedarme más tiempo pero tenía que poner claro el tema de mi trabajo, cuando lo resolviera volvería a pasar todo mi tiempo con él
—Ya me voy, descansa.— susurré besando cortamente sus labios —Iré a ganar más dinero para poder mantenerte y mantener a nuestro hijo.—
—Gana dinero para Barry.— exclamó aunque por su estado casi era imposible de entender
Me alejé y tomé mi bolso. Salí de mi departamento y subí al ascensor para bajar hasta el estacionamiento, ahí estaba mi auto, sonreí sabiendo que hacía más de un año que no conducía y era algo que genuinamente extrañaba
Subí a mi auto, lo encendí y antes de arrancar puse una buena playlist para aumentar aun más mi estado de humor
Arranqué y empecé mi camino directo a la empresa, afortunadamente no había tráfico así que llegué después de 10 minutos.
Dejé mi auto en el mismo lugar donde solía dejarlo antes y bajé para entrar a la empresa, estando ahí me gané la mirada de todos que al verme pasar simplemente se emocionaban o me saludaban, era obvio que tendrían reacciones amables al verme llegar después del impacto que tuvo mi carrera en el mundo del modelaje internacional
Fui al ascensor y piqué el botón que sabía que me llevaría a la oficina del presidente de la empresa, cuando llegué simplemente suspiré antes de salir del ascensor
Caminé por el largo pasillo hasta llegar a la recepción, la secretaria al verme simplemente se levantó y sonrió nerviosa
—Señorita ______, es un placer tenerla de nuevo por acá.— exclamó, parecía emocionada así que también sonreí —¿Tiene alguna cita?.—
—Realmente no, quería ver si el presidente tenía tiempo para atenderme.— dije, por un momento olvidé que tenía que sacar cita —Si tu jefe está ocupado ¿podrías ayudarme y agendarme una cita para volver mañana?.—
—Usted no debería tener que sacar ninguna cita, es una modelo importante.— exclamó y mire como tomó el teléfono de la empresa para hacer una llamada
Esperé pocos segundos hasta que colgó y después simplemente me miró sonriente
—El presidente la espera, adelante.— dijo
—Muchísimas gracias.— sonreí amablemente y ella de nuevo se sentó así que entré a la oficina
A pesar de haber trabajado en la empresa jamás había tenido la oportunidad de entrar a esta oficina que sería mía si no hubiera vendido lo que me había dejado el tata, igual no me arrepentía de mis decisiones
Al entrar mi mirada se posó en aquel señor de cabello casi blanco que revisaba algunos documentos, claramente tenía muy buena apariencia e incluso algo en él se me hacía familiar
—Buenos días.— saludé llamado su atención
—Buenos días.— me regresó el saludo —Algo bueno está haciendo mi empresa para que llegara la modelo que perdió contacto con la realidad y estuvo en una nube de éxito durante este año.—
Lo miré con duda, ¿cuándo había "perdido contacto con la realidad"? Por un momento sentí que me había dicho "volvió la esquizofrenica" pero no quise sobrepensar mucho eso
—Esta empresa es como mi casa.— reí un tanto nerviosa y él me hizo una señal indicando que podía sentarme para estar más cómoda así que lo hice —Decidí volver a Argentina y como no quería abandonar mi carrera pensé en que podía seguirla aquí.—
—Por lo que entiendo ahora no tenes manager porque la que tenías se quedó en Italia ¿no?.— cuestionó y asentí —No quiero sonar entrometido en cuestiones que no son laborales pero pienso que vos debiste quedarte allá trabajando en tu carrera, con mi hijo.—
—¿Con su hijo?.— pregunté sin entender pero al analizar un poco la situación por fin lo entendí, el presidente era el padre se Matteo e hijo del Tata... Lo había visto un par de veces cuando el tata murió pero no lo recordaba
—Matteo es arrogante como su madre y frío como yo pero vos de alguna manera habías ocasionado un cambio en él.— contó y soltó un suspiro —Quizás me ha servido ver tu amabilidad, primero con mi padre y ahora con mi hijo, sé que sos especial y por eso te ofreceré el mejor contrato que tiene la agencia además de darte el contacto de la mejor manager que conozco.—
Él tenía muy buena actitud pero por alguna razón sentía que no debía confiar en lo que decía, preferí seguirle la corriente, tal vez solo estaba siendo paranoica pero debía asegurarme de que todo estuviera bien
—Estoy muy agradecida con su familia por todas las oportunidades que me dan.— sonreí saliendo de mis pensamientos
Miré como sacó una tarjeta y me la pasó, yo la tomé. "Estela Lira, manager", un golpe de melancolía recorrió mi cuerpo, no estaba preparada emocionalmente para soltar a Rebecca pero era el momento
—Llamala saliendo de acá, estoy seguro que te ayudará a formar una gran carrera acá.— dijo y asentí —Podes venir mañana a firmar tu contrato.—
—Lo haré, muchas gracias.— exclamé mientras me levantaba
Me despedí amablemente y salí feliz de aquella oficina. No podía parar de pensar que para ser el padre de Matteo, aquel señor se veía bastante amable...
Tenía que llegar con Rodri a contarle todo; al parecer había conseguido un buen contrato y una buena manager ¿no?
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