ocho.
Rodrigo me había acompañado hasta la residencia donde vivía y aunque él había comprado la comida aún así se ofreció a ayudarme a cocinar
—Contáme más cosas sobre vos.— pidió mientras cortaba algunos vegetales
—¿Qué quieres que te cuente?.— cuestioné mientras prendía un sartén para poner a freír un poco de carne —Soy estudiante de enfermería que está haciendo sus practicas finales en otro país gracias a un intercambio, me la paso metida en el hospital y realmente mi vida gira en torno a mi carrera.—
—Sé que sos enfermera pero debe haber algo más.— dijo —No sé, ¿qué hacías antes de venir acá? ¿qué color es tu favorito?.—
—No tengo un color favorito.— respondí riendo un poco y me miró sin creerlo —Quizás el verde o el negro, aún no lo tengo bien definido.—
—Bueno, que me contaras eso ya es un avance.— se burló y después escuché que se quejó un poco —Me corté un poco, pondré mi dedo bajo el agua.—
Antes de que lo hiciera tomé su brazo para detenerlo
—Cuando te cortes no hagas eso, por la presión del agua puedes hacer que la herida se haga más grande, aunque sean algunos milímetros.— dije y me alejé hasta llegar a un pequeño botiquín donde saqué un pequeño algodón y una curita, teniendo eso volví con él —Con el algodón vamos a limpiar un poco la sangre y a hacer presión en la cortada para que deje de sangrar.—
Rodrigo solo miraba atento mis movimientos pero yo empecé a hacer el procedimiento para detener el poco sangrado que tenía, cuando lo logré puse la curita y sonreí
—Listo.— exclamé y me giré para seguir con la carne, él ahora mantenía su mirada en su dedo
—Es como tener mi propio botiquín conmigo, jamás volveré a estar herido mientras esté con vos.— dijo y me miró rápidamente —Che, somos como complementos, vos podes utilizarme como prácticas por lo mucho que me lastimo y yo puedo estar sano por tenerte a mi lado, ambos ganamos.—
Reí un poco y él volvió a cortar las verduras, ahora esperaba que lo hiciera con más cuidado
—Por cierto, dijiste algo de una reunión con tus amigos.— recordé —Tengo libre hasta la próxima semana, los demás días saldré tarde del hospital.—
—Una semana es tiempo suficiente para poder planear bien toda esta farsa.— dijo y asentí —¿Recordás a Iván, el chico que fue conmigo al hospital?.—
—¿El chico de las pestañas lindas?.— cuestioné y me miró mal —Tiene ojos lindos pero lo que más llamó mi atención fueron sus tremendas pestañas, ojalá tenga un tip que pueda pasarme.—
Su mala cara se transformó y empezó a reírse
—Bueno, a él tengo que convencerlo más que a nadie.— exclamó mientras yo acababa de freír la carne y la pasaba a un plato —Como ya te conoció será menos creíble que se coma el cuento de que en una semana ya estábamos saliendo.—
—Para nadie debería ser creíble, solo para ti que tuviste la idea.— me reí y empecé a ayudarle con los vegetales, si seguía dejando que lo hiciera solo jamás terminaríamos
—Podemos decir que estaba a punto de morir y ahí estabas vos, mi ángel.— habló con un tono hasta poético —Como esas historias cursis que les gustan a las minas.—
—En primera, nadie se creería que estabas a punto de morir por una infección en el estómago.— dije —Y segundo, esa no es una historia cursi.—
—Solo escucho quejas y no soluciones.— murmuró
Empecé a pensar en algo que pudiera ser medianamente más creíble
—Tú llegaste al hospital y yo te atendí, te parecí tan linda que me pediste mi número pero me negué muchas veces, igual fuiste tan insistente que te lo di para que dejaras de molestar.— con solo decir eso su expresión era de total seriedad —Estuvimos hablando por mensajes hasta que acordamos vernos después de alguno de mis turnos, no digamos que estamos saliendo sino que estamos viendo que pasa entre nosotros.—
—¿Querés que quede como un intensito frente a mis amigos?.— preguntó y asentí —¿Por qué vos no podes ser la que rogó por mi número?.—
—¿Todavia de que te hago el favor quieres hacerme quedar mal?.— cuestioné alzando mi ceja
—Esto es re complicado boluda.— murmuró y asentí
Terminamos con los vegetales y mientras los poníamos al vapor empezamos a organizar la mesa para comer cuando todo estuviera listo
—¿Y si solo decimos que las cosas surgieron cuando nos conocimos en urgencias?.— propuse y me miró —No tenemos que decir quien le pidió el número a quien, si preguntan podemos cambiar a algún otro tema.—
Rodri pareció pensarlo y asintió
—Es la primera vez que no quiero sentirme inferior a mis amigos.— contó —No quiero ponerme sentimental pero hay veces donde me siento insuficiente, ellos son más lindos para todas, son incluso más exitosos y yo solo soy yo, es triste.—
Tan pronto estábamos llegando a uno de esos momentos de vulnerabilidad que no quería dejar pasar, de alguna manera que se estuviera abriendo conmigo significaba que confiaba en mí y no perdería eso
—¿Por qué sería triste ser tú?.— cuestioné y me miró —El éxito que ellos tengan no debería hacerte sentir inferior ni debería definir que tan exitoso te sientes, apenas te conozco y creo que eres mejor que cualquier otra persona que conocí en mi vida.—
—Pero en las redes...— iba a seguir pero lo interrumpí
—En las redes no conocen lo que hay realmente, casi nadie tiene el privilegio de conocerte como yo empiezo a hacerlo y si me dejas decírtelo me gusta mucho todo lo que hay en ti, en todos los aspectos.— confesé y puse ver una de las sonrisas más sinceras que había visto en mi vida asomarse en su rostro
No dijo nada más pero pude sentir como su actitud había cambiado a una mas positiva, como si lo que le hubiera dicho realmente lo hubiera hecho sentir bien
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro