cuarenta y uno
Una amarga sensación de dolor albergaba mi cuerpo desde ayer. Ya estábamos de regreso en Argentina pero yo no había podido dormir bien por todo el asunto del tata, era como si mi conciencia no me dejara en paz.
Antes de cualquier cosa había pasado al hospital y ahí me habían dado los datos de la funeraria donde se estaba llevando el proceso así que Rodri y yo fuimos para allá. Mi novio tomó mi mano durante todo el trayecto, eso me hacía sentir más tranquila.
Llegamos y cuando entramos a la funeraria pude ver que habían muchísimas flores rodeando aquel ataúd. La gente que había ahí se veía un tanto distinguida, como si fueran de una clase social alta o al menos quisieran aparentar eso
—Al parecer si tenía familia.— susurró Rodri cerca de mi oído, sonaba molesto y lo entendía, no tenía sentido que estuvieran aquí si durante sus últimos meses lo habían olvidado en aquel hospital
Nos adentramos más al lugar y simplemente nos quedamos de pie cerca de aquella caja que permanecía abierta, sabía que dentro de ella estaba aquel viejito que había considerado mi abuelito durante este último tiempo pero aun no tenía el valor para mirarlo
Pasaron algunos minutos y pude ver que un chico bastante lindo se nos acercó, Rodri al ver eso simplemente apretó más mi mano
—¿Vos sos ____?.— cuestionó dirigiéndose a mí
—Si.—respondí simplemente —¿Tú quien eres y como sabes cual es mi nombre?.—
Tenía una pequeña sonrisa que hizo contraste perfecto con su cabello negro despeinado y su vestuario negro, era tan guapo que me intimidaba pero aún así no estaba tan lindo como mi novio
—Soy Matteo, el único nieto de el señor Martín.— contó y titubeó un poco —Cuando fuimos al hospital para ver la situación de mi abuelo nos contaron que se había encariñado de su linda enfermera y cuando te vi entrar no tuve dudas, vos sos hermosa.—
Rodri en ese momento simplemente dio un paso hacia adelante para quedar centímetros delante de mí como si quisiera cuidarme, ahora no estaba en todos mis sentidos así que él me cuidaría de quienes se me quisieran acercar
—Y a vos te reconozco por algunos clips que he visto en internet, sos Carreraaa.— exclamó mirando a mi novio
—El novio de la chica a la que estas llamando hermosa.— añadió
—¿Y no es hermosa? che, reclámame cuando diga alguna mentira.—pidió alzando un poco sus hombros
Mantenía sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón hasta que vi como sacó un cigarrillo y se lo llevó a la boca, de inmediato me estiré para quitárselo y tirarlo hacia un lado
—¿Qué haces boluda?.— cuestionó mirándome mal
—Tu abuelo murió por una enfermedad respiratoria y es tremendamente jodido que quieras fumar a un lado de su ataúd.— murmuré molesta
—¿No ves que estoy devastado? Esta es la manera de sacar mis emociones.— cuestionó, no parecía ni un poco triste, que mintiera de esa manera me ponía más molesta
—Devastado.—arremedó Rodri en forma de burla —Aún no entiendo porque estás acá con nosotros, ¿no tenes que estar con tu familia en un momento así?.—
Matteo simplemente soltó un suspiro arrogante después de una pequeña risa
—Ustedes parecen no entender lo que está pasando acá y como estoy de buen humor se los explicaré.— dijo —Todos los que ven solo estaban esperando que se muriera el viejo y si están acá es para ver que es o que les toca de todo lo que dejó.—
Yo sabía que el tata posiblemente era alguien con bastante dinero como para pagar la cuenta del hospital durante tanto tiempo, además de que tenía una de las mejores habitaciones y podía tratar mal a los demás sin miedo de que lo corrieran del hospital. Jamás habíamos hablado sobre su vida, además de que sus recuerdos estaban mal aún cuando apenas nos habíamos conocido
—Eso es una mierda.— susurré e incluso Rodri me vio sorprendido —Tenías a uno de los mejores abuelos de este mundo, quizás si te hubieras dado el tiempo de platicar con él y cuidarlo para que no se sintiera tan solo en sus últimos días...—
—No me podes echar nada en cara, tu trabajo era cuidarlo y por lo que sé no estuviste a su lado los últimos días.— me interrumpió mirándome de una manera retadora —Entonces si pensas que soy una basura debes pensar que sos lo mismo que yo.—
Sin duda este chico era peligrosamente atractivo pero en este momento su estúpida sonrisa me estaba dando irritación
—No creo que sea el momento para que ambos estén así.— Rodri interrumpió aquella tensión que se había creado —Nosotros solamente vinimos para acompañar a tu abuelo, no tenemos ninguna otra intención así que si te podes ir estaríamos agradecidos.—
—Bueh, igual no me quería quedar donde no me dejaran fumar un cigarro.— murmuró sacando otro de su bolsillo y me lo puso enfrente para provocarme —Ahora si me disculpas, me voy porque no aguanto lo linda que sos molesta.—
Me dio un pequeño golpecito con su cigarro y después se fue, estaba a punto de seguirlo para insultarlo pero Rodri me agarró más fuerte
—Ni siquiera se te ocurra.— exclamó, parecía saber lo que haría —Sé que estás molesta y que él solo vino a provocarte pero pensá que el tata quizás quiera que estés tranquila.—
—El tata me diría "en mis tiempos hubiéramos sacado un arma y....— corregí pero cubrió mi boca antes de que terminara así que lo miré mal
—Estamos en una funeraria.— recordó riendo un poco —Nuestro único propósito es hacerle saber al tata que aún lo llevaremos en nuestros corazones, tus emociones ahora están alteradas y no puedo dejar que te agarres a golpes con el nieto.—
—Pero él empezó.— discutí
—Se ve que al pibe no le llega el agua al tanque.— exclamó acariciando un poco mi mano y sonreí dándole la razón
Los minutos empezaron a pasar y yo solamente veía como los familiares del tata parecían tomarse esto como una fiesta, todos estaban reunidos charlando bastante lejos y tenían algunas bebidas en sus manos. A lo lejos pude ver que Matteo seguía con la mirada clavada sobre mí
—Ese chico me da mala espina.— murmuré y escuché que Rodri se burló —Es en serio.—
—Ambos parecen modelos de revistas adolescentes.— exclamó y después pensó un poco en lo que acababa de decir —¿Y si te haces modelo?.—
—Aún no sé que haré y no quiero pensarlo hoy.— dije riendo un poco —Además no creo que él parezca modelo.—
—No podes negar que es atractivo, incluso tiene aires de esos ídolos coreanos.— siguió
—No esperes que diga que otro chico es atractivo.— solté —Para mí solo existes tú, que los demás se jodan.—
Pude ver que sonrió discretamente, como si eso hubiera sido lo que quisiera escuchar.
Pasaron dos horas y simplemente ya era momento de irnos así que me acerqué aún más al ataúd para despedirme de aquel viejito, pude verlo ahí tan tranquilo, como si simplemente estuviera durmiendo así que inconscientemente sonreí sintiendo nuevamente algunas lagrimas en mis ojos
—Tata.— exclamé como si pudiera escucharme —Jamás me hubiera imaginado que la próxima vez que nos veríamos sería de esta manera y créame que estoy sintiendo uno de los dolores más fuertes que pude sentir en mi vida. Gracias a usted descubrí que no estaba en una carrera que realmente me hiciera feliz pero le juro que disfruté cada momento siendo su nieta, usted fue una de las mejores experiencias de mi vida y siempre que lo recuerde lo haré con una gran sonrisa.... espero que donde esté pueda seguir cuidándome y guiándome, ahora ya no tendré quien me diga como se hacían las cosas en "sus tiempos" y Rodri no tendrá con quien comer gelatina casi todos los días pero no importa lo que pase, usted tendrá a sus nietos que siempre lo amarán, porque aunque fue un tiempo cortito fuimos familia y eso simplemente no tiene precio. —
Rodri también estaba por despedirse pero él lo hizo en silencio, sabía que cada uno tenía una manera distinta de afrontar la muerte y ambos éramos un claro ejemplo de eso.
Cuando terminamos simplemente nos dirigimos a la salida de la funeraria hasta que Matteo se puso por delante de nosotros
—¿Ya se van?.— preguntó y yo simplemente rodé los ojos algo cansada —Bueno, pensé que se quedarían más tiempo.—
—Andate.—murmuré y ambos me miraron
—No sos de acá, no hables así.— Matteo se cruzó de brazos —Decime "quitate del camino" o algo que quede realmente con vos.—
—¿Por qué sos así de intensito?.—cuestionó Rodri, también estaba un tanto molesto ya —Solo queríamos despedirnos y ahora ya nos vamos.—
—¿Siempre sos así de pacifista?.—preguntó Matteo —Solo quería divertirme un poco, esto parece un velorio.—
Y sin más empezó a reír, mi paciencia estaba llegando al límite. Estábamos en el funeral de su abuelo y a nadie parecía importarle eso, me enojaba que pensaran que era momento para reírse y juntarse solo para ver que beneficios podían obtener... sin duda estaba odiando tanta falsedad
—Vamonos.— exclamó Rodri jalándome de la mano —Necesitas descansar un poco.—
Asentí dejando que me jalara hasta que salimos de la funeraria pero Matteo simplemente nos siguió así que solté a Rodri, él me miró intrigado pero me alejé hasta quedar frente a frente con el nieto del tata
—¿Qué carajos quieres?.— cuestioné llegando a mi límite —No debo dejar que las emociones negativas me gobiernen ahora pero no haces otra cosa mas que molestarme desde que me viste.—
—Vos también me atacaste.— se cruzó de brazos —Además solo quería darte algo.—
Vi que sacó su billetera y de ahí sacó una tarjeta que después me dio, yo lo miré intrigada
—Es mi tarjeta de presentación, ahí tenes mi número por si queres llamarme y...—antes de que siguiera hablando simplemente rompí la tarjeta que me había dado —¡Oye!.—
—No deberías tener tarjetas si ni siquiera tienes trabajo.— murmuré, normalmente en estas tarjetas venía el trabajo de las personas pero en la de él solo tenía el número y su nombre —Solo fuiste el nieto de alguien que tenía dinero, deja de portarte como si hubieras hecho algo en tu vida.—
Por un momento percibí un brillo único en aquella mirada, como si de un momento a otro me mirara diferente
—Estoy impresionado con vos.— exclamó y soltó un suspiro —Aparte de linda sos...—
Antes de que pudiera acabar di la vuelta y corrí de nuevo en dirección a donde estaba Rodri, no me importaba lo que tuviera que decir, simplemente quería que nos dejara en paz.
—¿Lista?.— cuestionó Rodri y asentí —¿Te sientes bien?.—
—Solo quiero llegar a casa y acurrucarme en tus brazos mientras me dices que todo estará bien a partir de ahora.— pedí, era casi una suplica
—Con casa ¿te referís a la residencia donde te quedas o a mi casa?.— cuestionó intrigado con una pequeña sonrisa
—Cualquier lugar donde estemos juntos será mi casa.— respondí sonriendo un poco también
Ahora se me vendrían muchos problemas en cima así que debía prepararme, no sabía lo que pasaría a partir de ahora pero estaba segura de que Rodrigo seguiría a mi lado
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro