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La escena en el gran comedor de Hogwarts cobraba emoción.

Un chico rubio y pálido se mostró , atrayendo todas las miradas.

—Hola, me presento. Soy Abraxas Orión Malfoy, hijo de Draco Malfoy. Lo que es obvio —dijo con una sonrisa característica de los Malfoy.

Los estudiantes se giraron hacia Draco, quien se sorprendió, emocionado.

Lucius Malfoy, padre de Draco, sonreía discretamente, recordando su época en Hogwarts.

—Fui a Slytherin —continuó Abraxas, orgulloso.

La sala aplaudió. La tercera generación de Malfoy brillaba.

Lucius se acercó, sonriendo.

—El legado de los Malfoy continúa.

Abraxas Malfoy continuó, capturando la atención de todos:

—Tengo 20 años, fui prefecto y tengo novia, para las que se preguntaban.

Las chicas bajaron sus manos, desilusionadas.

—Bueno, para que sepan, en nuestro tiempo no hay rivalidad entre casas —declaró, mirando a los Slytherin, quienes solían ser los que molestaban a otros.

El gran comedor se sorprendió aún más. La unidad y el respeto mutuo eran evidentes.

—¿Alguna pregunta...? ¿Padre? —preguntó Abraxas, mirando a Draco.

—¿Quien es tu madre?

Abraxas sonrió
—Lo siento, aun no puedes saber

Draco asintió desilusionado, él tenía una esperanza de que fuera la Gryffindor, ya que hace tiempo tenía sentimientos por ella

—Bueno, eso es todo