𝐔𝐍𝐎
❪Capítulo 1, Hijos de villanos❫
Hace 20 años, mi padre fue juzgado por un rey y fue desterrado a una isla vecina, pero para mí eso fue y sigue siendo injusto. Mi padre, un dios griego, y no me refiero solo en apariencia, fue juzgado como un mortal, cuando los dioses no son material para ser señalados por sujetos inferiores. En la mitología griega y romana hay acciones que en la sociedad actual son crímenes que deben ser pagados, cosa que a los dioses poco les importa.
ㅤMi padre, Hades, es considerado por su hermano, Zeus, como lo peor del Olimpo, aunque ya lo expulsó. ¿Qué creo yo? Que Zeus es una mierda, al igual que los héroes de Auradon. Tienen tantas similitudes, que, si no fuera porque el Olimpo está ubicado en otro lugar, creería que los dioses habitan Auradon.
ㅤAuradon, el lugar en donde los personajes principales de los cuentos tuvieron su "felices por siempre", pero ¿qué hay de los inocentes que encerraron en la isla?
ㅤHe visto a niños de cinco años vestidos con harapos y comiendo alimentos infestados de moscas, la muerte es habitual, lo sé por mi padre. La impotencia de ver a niños morir por no tener qué comer hace que los temblores en la isla sean constantes, todo gracias a mí.
ㅤMi madre, cuando está aquí la mitad del año, es la única que logra apaciguar mis sentimientos y convertirlos en calma, sus flores siempre me roban la atención y ella se aprovecha de ello.
ㅤ—Cariño, mañana tengo que partir al Olimpo —habló mi madre, Perséfone.
ㅤYo estaba en un área iluminada del subterráneo en donde ubiqué las flores para que crecieran lo mejor posible.
ㅤSolté un suspiro, nunca estaba realmente listo para los días de despedida. —Lo sé, te acompañaré hasta donde pueda —le dije regando las orquídeas.
ㅤSin necesidad de voltear a verla, sabía que tenía aquella sonrisa maternal que tanto me consuela.
ㅤ—Está bien, cariño —. Guardó silencio—. ¿Los fuiste a ver otra vez? —me preguntó con un tono divertido, pero sereno.
ㅤDejé de regar las orquídeas, sintiendo sus manos en mis hombros, voltee y la vi, su cara inocente era una obra que podría mirar por horas y la paz que me hacía sentir nunca se desvanecerá por más tiempo que transcurriese.
ㅤ—Sí, no me pude resistir —susurré, avergonzado de mis acciones.
ㅤMi madre soltó una risa y me guio a uno de los muchos sillones que estaban repartidos por el subterráneo.
ㅤ—Me recuerdas a tu padre cuando me vio por primera vez —su tono de voz era nostálgico.
ㅤFruncí el ceño ante la comparación. —Bueno, tal vez me parezca un poco a él, pero no los obligaría a estar a mi lado, no podría verlos miserables —dije pensando en lo que mi padre hizo.
ㅤElla me miró con una emoción que no supe reconocer, solo sé que es pura, como ella. —¿Hablas de la pepita de granada?
ㅤAsentí.
ㅤ—Bueno, al principio si quise que me rescataran, la pepita y esos meses de invierno solo hicieron que odiase a tu padre, él trataba de ganarme con regalos, pero sabes que a mí eso no me compra —soltó una risa, cosa que imité —. A mí me gusta formar lazos con la comunicación genuina, tu padre se dio cuenta y comenzó a pasar más tiempo conmigo, eso hizo que lo conociera más y me enamorara de él, esperaba cada invierno para volver y cuando tú naciste mis motivos se intensificaron —me explicó acariciando mi cabello.
ㅤ—¿A dónde quieres llegar con eso? —le pregunté sin comprender su punto.
—Que, aunque no lo creas, pueden llegar a amarte como tú los amas a ellos, tal vez no sea fácil ni mucho menos rápido, pero es posible. Pero si te quedas sin hacer nada, nunca podrás averiguar si ellos pueden llegar a sentir lo mismo.
ㅤMe quedé callado, mi mente fue a sus rostros, uno tan diferente al otro. Uno con una inocencia reflejada en la mirada, el otro con la travesura irradiando en sus pupilas. Pero ambos usando ese color llamativo.
ㅤRojo.
ㅤAmbos tan distintos, pero me cautivaron de igual manera.
ㅤEscuché los inconfundibles pasos lentos de mi padre, mi madre se levantó del sofá y fue a abrazarlo y a besarlo, mi padre correspondiendo con una sonrisa enamorada.
ㅤLos miré, deseando tener lo mismo.
ㅤCuando se separaron se dirigieron al sofá que estaba un poco más lejos de en el que yo estaba sentado.
ㅤ—¿De qué hablan ustedes dos? —preguntó mi padre.
ㅤ—De cómo me enamoré de ti —respondió mi madre abrazándolo.
ㅤMi padre me miró expectante, asentí.
ㅤ—De las pocas historias mitológicas de amor sobre dioses que no tiene abuso sexual, eso es un punto a favor —bromee.
ㅤMis padres se rieron de su desgracia familiar, no había abuso, pero sí incesto, pero bueno, detalles menores.
ㅤ—Me enteré de que unos empleados del "Gran Rey" van a venir para dar un anuncio, no logré averiguar qué es lo que nos van a decir —habló mi padre.
ㅤ—Espero que no nos quiten nada más, solo les falta dejarnos sin oxígeno —bramé con rabia.
ㅤ—Tranquilo, cariño, no creo que sea nada malo. Por ahora solo limitémonos a disfrutar estas horas que tenemos juntos —me dijo mi madre.
ㅤCerré los ojos tratando de calmarme y simplemente me centré en lo que mi madre me acababa de decir.
BEN
Miraba pensativo a través de la ventana, la cual daba directamente una vista de la isla de los perdidos. Pensaba en mi primer proclama como Rey, traer a los hijos de los villanos, al principio pensé solo en cuatro de ellos, los hijos de Maléfica, Jafar, Cruella de Vil y la Reina Malvada, pero recordé a uno de los villanos más poderosos de ese lugar; Hades.
ㅤCuando era pequeño, mi padre me contó las atrocidades que había cometido y la razón de su estancia permanente en la isla. Me contó sobre su hijo, el cual fue creado para que el dios se quedara ahí, pensé en que tal vez él también merecía una oportunidad, pero no estaba seguro aun si era lo mejor. Cinco chicos me parecía un tanto excesivo para el primer programa de integración.
ㅤ—¿Cómo es posible que te coronen el mes que viene? ¡Eres solo un bebé!—. Era mi padre, quien venía con mi madre.
ㅤ—Va a cumplir 16, amor —contestó mi mamá, divertida por mi padre.
ㅤY es así, tengo 15 años, pero ya siento que me están poniendo el peso de la vida de alguien de 40, el reino me espera y yo aún no estoy completamente listo para ello, a pesar de prepararme toda mi vida para el gran momento.
ㅤ—Papá —lo llamé.
ㅤ—¡Dieciséis! Es muy joven para ser rey —exclamó sin creérselo. —Yo no tomé ninguna buena decisión hasta los 42.
ㅤMamá lo miró con una falsa molestia. —Decidiste casarte conmigo a los 28 —le recordó.
ㅤ—Eras tú o una tetera —bromeó mientras me guiñaba un ojo.
ㅤReí ante lo dicho por mi padre
ㅤ—Es una broma —dijo mi padre viendo la expresión de mi madre.
ㅤTomé un respiro y hablé. —Mamá, papá... —. Me moví un poco, eso me ganó un regaño del costurero—. Ya decidí cuál será mi primera proclama oficial.
ㅤMis padres se miraron asombrados y felices, eso me puso más nervioso.
ㅤ—Decidí que los niños de La Isla de los Perdidos tengan la oportunidad de vivir aquí en Auradon —. Vi como mamá dejaba caer una prenda que tenía en la mano, desconcertada—. Cada vez que veo la isla, siento que han sido abandonados —. Me bajé de la plataforma, ignorando las quejas de mi costurero, para acercarme a mis padres.
ㅤ—¿Que los hijos de nuestros enemigos vivan entre nosotros? —preguntó papá, con un tono disgustado.
ㅤ—Primero, comenzamos con algunos, los que necesiten más ayuda. Ya los elegí —expliqué, vi a mamá un poco más convencida que a papá.
ㅤ—¿Sí? —preguntó papá, tratando de intimidarme.
ㅤMamá lo detuvo. —Yo te di una segunda oportunidad —le dijo mi madre. —¿Quiénes son sus padres? —me preguntó.
ㅤ—Cruella De Vil, Jafar, la Reina Malvada, —tomé un gran respiro para seguir, prediciendo su reacción —. Maléfica y...
ㅤ—¡¿Maléfica?! ¡Es la peor villana de la comarca!—gritó mi padre, enojado.
ㅤ—Papá, escúchame... —supliqué, faltaba el último y sin duda iba a ser el peor.
ㅤ—No quiero oír ni una palabra. Son culpables de delitos atroces —me trató de convencer.
ㅤ—Papá, sus hijos son inocentes. ¿No crees que merecen una vida normal? ¿Papá? —le pregunté, mirándolo con súplica.
ㅤMi papá miró a mi mamá y luego me miró a mí. —Supongo que sus hijos son inocentes.
ㅤSonreí con alegría.
ㅤ—Estabas a punto de decirme otro nombre, ¿no? —me preguntó cuando se estaba dando la vuelta para irse.
ㅤPensé un momento, si le contaba sobre el hijo de Hades, ya no me dejaría traer a ninguno. —No, solo trataba de convencerte.
ㅤPapá me miró con sospecha, pero lo dejó pasar.
ㅤ—Bien hecho —me felicitó mi madre arreglando mi traje.
ㅤLe sonreí con cariño y los vi irse, fui hasta la ventana y, mientras tocaba mi anillo, pensé en modificar los papeles de todo el trámite sin que mi padre se entere, solo era uno más, nada malo.
Nota de la autora: Me dormí a las 6 de la mañana porque la idea del fic rondaba en mi cabeza y no me dejaba descansar. LOS AMO
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