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❝ LA RAZÓN ❞
ME SENTÉ EN EL BORDE DE MI CAMA, OJEANDO EL SOBRE QUE HABIA ENVIADO MARCUS. Carlisle se había ido a curar los huesos de Jacob, pero yo me quedé para poder leer la hoja, además de que no podía ayudar demasiado por tener que curarme a mi. Mire cada detalle del objeto, tratandola con cuidado para no romperla.
Para: Melanie Higginbotham II
De: Los Reyes Vulturi
Estaba sellada con vela derretida y endurecida, marcada sobre ella el sello tan conocido del aquelarre Vulturi. Con un poco de magia la abrí sin romperla, suspiré antes de retirar el pedazo de papel que había dentro, desdoblarlo y admirar la perfecta letra que estaba marcada con tinta negra en ella.
Amada Melanie:
Con Aro y Caius hemos visto tú lazo con Carlisle, como la querida Isabella ha de rogar por no lastimarte, tú relación con los del clan Cullen y tú sangre tan pacífica que nos ha de regalar un poco de calma. Nos han llegado los rumores de que tú vida pasada a sido recordada, y por eso mismo te preguntarás ¿Cómo el mundo vampirico sabe de tú historia? ¿Cómo es que te conocemos y las cosas maravillosas que has hecho?
Pues todo tiene respuesta y aquí la nuestra.
Te invitamos en forma totalmente pacífica a venir a Volterra, sola si es en lo posible, no queremos más enfrentamientos de momento con los Cullen. Y aquí tendrás todas las respuestas que te faltan, además de que te enviamos un presente, que sirve de misma manera como una prueba a que tenemos parte de tú historia en nuestro reino.
Frunci el ceño confusa, mire en el sobre ojeando lo que había dentro y de allí saque un hermoso collar con una cadena de color plateado reluciente, que tenía el dije de una hermosa piedra de ruby. Suspiré apretandolo entre mis manos antes de tomar mi libro y ponerme el traje.
Iba a ir a Italia, volando o teletransportandome, pero necesitaba las últimas respuestas del enigma en mi cabeza. Así poder estar tranquila de una vez por todas.
Aterrice delante del oscuro y gran castillo Vulturi, viendo la enorme noche levantarse y los dos vampiros en la entrada, Demetri y Félix. Ignore sus auras asesinas, sus emociones por sed de sangre y camine en silencio hasta estar frente a ellos.
- Los Reyes te esperan en la sala del trono
Caminamos hasta allí. Sabiendo todo el recorrido de memoria por la vez que vine a tratar de salvar el pellejo de Edward cuando quiso suicidarse por mi sobrina. Pero en cuando puse un pie en las escaleras, sentí una punzada en mi cabeza.
- ¡Mierda! - Chille sujetandome la zona herida, había un aura infestada en todo el lugar, era tan pura pero tan manchada, como un ángel que hubiese hecho las peores cosas pero siguiese siendo amable y brillante
- No te mueras - Murmuró burlón Félix cerrando la reja
Caminé hasta el elevador con el cuerpo pesando, y el momento incómodo bajando no tardo en llegar, pero me centre en tratar de llenar las pocas lagunas dentro de mi cabeza. Las puertas se abrieron y allí estaban los gemelos mirándonos con desdén, se giraron sin decir una palabra para empezar a caminar donde la sala del trono.
- No pensamos que ibas a venir sola - Habló Jane viéndome de reojo
- No pensaba que los volvería a ver hasta dentro de unos años al menos - Murmuré siguiendoles el paso
Al llegar a la sala frente a la enorme puerta que llegaba a donde los tronos, los pequeños gemelos usaron su fuerza sobrenatural para abrir las inmensas maderas como si fueran unas simples hojas débiles.
Allí estaban en su lugar habitual.
Marcus en la izquierda, Aro en el medio, y Caius a la derecha. Cada uno sentado en su trono, el primero con su rostro serio pero una sonrisa que podía ser totalmente difícil e irrealmente posible de ver, el segundo con una sonrisa radiante y el tercero con una sádica que me provocaba más escalofríos que las primeras dos. Aún que siendo sincera, los tres me daban terror. O mejor dicho todos en la sala.
- Melanie - Saludó Aro y no tarde en sentir sus emociones de euforia - No sabes cuanto te hemos extrañado
- Ahorremonos las palabrerías Aro - Murmuré sabiendo que no estaba allí para alagos
- ¿Por qué? ¿Si sabes que si fueras vampiro serias una pieza excepcional aquí? - Se acercó unos pasos para acariciar mi mejilla, no podía apartarme por temor, pero me quedé quieta sin hacer nada
- Lo sé, tendría todo lo que quieres. Vidente, empatica, lectora de almas, sería la mejor pieza, pero tú desventaja es que también soy un escudo - mire a Chealse al sentir como trataba de afectar mis relaciones y hacerme leal a ellos, la vampiro desvió su mirada dejando de usar su don
- Y tan inteligente - Murmuró con una mueca alejándose - Por eso queremos hacer las pases contigo, estamos arrepentidos de que Alec te haya golpeado además de no poder evitar que Victoria te hiciese daño - Se sentó en su trono - Te queda divino el collar
Baje la mirada al ruby antes de levantarla.
- Gracias
Mire a los tres reyes esperando a que dijesen algo, pero sentí nuevamente la punzada en mi cabeza y un rayo de luz azul paso delante de mi, dejando ese aura infestada en todo el lugar. Mire a Aro confusa pero este sonrió en grande.
- Ya está aquí - Marcus se levantó - Mi querida Melanie, él tiene todas las respuestas, pero nosotros ponemos el precio
- ¿Cuál es? - Pregunté sin perder tiempo, necesitaba acabar con todo y si esa era la única manera, lo iba a hacer
- Acaba con tú lazo en Isabella
Mire a Aro por su petición ¿Por qué haría eso? ¿Por qué rompería el lazo con mi protegida luego de heredarle mi escudo? Los mire confusa, hasta que Caius rodó los ojos para seguir hablando.
- Si tú lazo con ella se rompe, su escudo también, no queremos que ella lo tenga por si llega a convertirse porque sabemos que no dejará a Edward, y Edward no dejará a los Cullen. Estaremos en desventaja, pero tú - Se paró de su asiento - Vas a estabilizar la balanza
Había tantas cosas que desearía evitar que pasarán, una de muchas ellas era tener un lado con Bella, sabía que era irrompible a menos que use el libro, pero no podía hacer nada, necesitaba respuesta y si debía sacarle el escudo a Bella...
El rayo volvió a pasar delante, mostrando su color azul eléctrico, totalmente contrario a mi rojo escarlata, y un sentimiento cálido se instaló en mi pecho. Mire a los reyes y sin pensar mucho saque mi libro, invocandolo frente a mi, para ir a la página donde mostraba las uniones.
- Necesito su ayuda, rey Marcus y la de Chealse
Ambos se acercaron a paso lento pero elegante hasta estar frente a mi, y los demás vampiros se pusieron alertas pero expectantes. Puse la mano de Marcus sobre mi coronilla, la mano de Chealse sobre mi corazón, y la energía escarlata comenzó a rodear ambas zonas, mostrando cada hilo con las personas más cercanas a mi, apuntando a diferentes lugares.
El más brillante era el de Bella, iba directo a mi corazón y seguramente al suyo.
Con suavidad levanté mi mano para tocar ese hilo, sintiendo como este rebotaba y sonaba en pequeños murmullos, todos pertenecientes a recuerdos, sentimientos o pensamientos que tuve con Bella. Mis ojos se cristalizaron, pero no derrame ninguna lágrima.
- Hazlo Melanie - Habló Caius
- Hazlo si quieres conocerlo - Siguió Aro
- ¿Cómo sé que es real? - Me giré a Marcus queriendo evitar llorar, estaba a punto de cambiar una de las relaciones las fuertes que había creado y reforzado
- Las brujas obtienen la teletransportacion, pero los brujos la velocidad sobrehumana, son más rápidos que los metamorfos, más que los vampiros e incluso que los hijos de la luna - Habló y ese rayo azul volvió a pasar delante de mi
Un brujo.
Mire a Marcus antes de tomar el hilo, haciendo a mi corazón dar un vuelco, puse mi otra mano encima y lo estire hasta que en la sala se escuchó un pequeño click.
- ¡Tía!
- Adiós Melanie
- ¡Oye, no hagas eso Melanie, me dan ganas de ir al baño si sigues con las cosquillas! ¡Basta!
- Atrapame si puedes
- ¿Me ayudas con matemáticas?
- ¡No corras tan rápido!
- ¿Puedes hacerme crecer alas? ¿O eso no es posible?
- Me gustan tus ojos, son únicos, y el rojo es tú color
- ¡Te amo tía!
Las lagrimas por fin salieron, y el lazo se rompió quedando un hilo fino, casi transparente. Así estaba nuestra relación, la cual se había mantenido fuerte por la unión que teníamos pero ahora sin ella, la relación era una como cualquier otra, una rompible.
Ambos vampiros se alejaron, dejándome con un pequeño vacío en el pecho al dejar de sentir ese hilo con Bella.
- Melanie, él es Pietro
La luz azul electrizante volvió a pasar, pero esta vez al rededor de mi en un perfecto círculo, pasando una y otra vez como si fuese una burbuja empezando a rodearme, sonreí un poco sin saber la razón, simplemente un sentimiento cálido se instaló en mi pecho. Parecían rayos rodeandome hasta que la silueta frenó, dejando desvanecer lentamente el resto.
Era un chico alto, tenía mi mismo tono de piel, pero su cabello parecía ser de un castaño oscuro, aún que estaba teñido de un platinado que iba a juego con el color de su aura, aún así se le notaban las raíces que iban a juego con su barba de algunos días. Estaba vestido al estilo deportivo pero con una sonrisa algo egocéntrica, aún así sus emociones eran puras y felices.
- Hola, Meli
Y todos los cabos de mi mente se ataron.
Estaba completa.
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