Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

07

FUEGO

EN EL LIBRO HABÍA MILES DE PAGINAS INTERESANTES. Había hojas que estaban escritas detalladamente y otras sin terminar, algunas por descubrimientos propios, otras por información compartida. La que ahora importada, era la de inmortalidad.

La mía estaba incompleta, pero la de Pietro no.

Leer esa hoja donde estaban, en su mayoría, las palabras en latín, no me extrañaba mi libro estaba igual, pero había partes en la que estaba escrito en un griego antiguo y las pocas palabras que pude descifrar me habían asustado.

- ¿Lista, hermanita? - frenó delante de mi, estábamos solos en medio del bosque

Estábamos, exactamente, en el punto del centro del bosque donde nadie podía llegar. Los Cullen se rehusaron a no estar presentes pero Pietro los obligó a quedarse con la excusa de que si estaban presentes, iban a arruinar el ritual.

Mire a mi mellizo con inseguridad, pero asentí. Lo hacía por él, por Carlisle y por los chicos. Por lo que según Pietro merecía, merecía felicidad hasta el final de mis días. Me pare en mi lugar entregándole el libro.

- ¿Confías en mí? - avanzó hasta tomar mi mano mientras parabamos frente a un árbol enorme

- Eres la persona en quien más confío - asentí, él sonrió

- ay, me alagas - movió la mano fingiendo voz chillona haciéndome reír, me coloque contra el árbol y él tomó mis hombros

- perdóname si te duele, pero no te voy a mentir, duele - Murmuró antes de alejarse y encender sus ojos en su azul eléctrico

De la tierra surgieron como si fuesen látigos que me ataron al árbol al rededor de todo mi torso, mis manos estaban sin poder moverse y en puños, mis pies juntos y atados entre ellos. La última soga pasó por mi cuello, dejándome totalmente inmóvil.

- Esto es algo exagerado ¿No? - Murmuré apenas audible, pero Pietro no respondió

Me estaba asustando.

Pietro comenzó a tener una especie de corona en su cabeza, del mismo color que sus ojos, mientras su traje de hechicero comenzaba a aparecer, se elevó un poco del suelo sentado en piernas de indio, el libro frente a él comenzó a flotar de misma manera.

- Maleficae omnes, maleficos et maleficos generis nostri sanguinis ad vitam vivifica, eis facultatem suffragandi in hoc decreto da, potestatem concedere ut Melania sit res immortalis - comenzó a recitar, su voz poco a poco se volvía más grave y sombría, sus ojos brillantes ya habían opacado su vista y sus ojos estaban celestes completamente, sin dejar ni una parte blanca en ellos

Trate de entender lo que recitaba.

Traer a la vida a todas las brujas, hechiceros y magos del linaje de nuestra sangre, darles la oportunidad de votar en esta desicion, de otorgar el poder para que Melanie sea una entidad inmortal.

Abrí los ojos asustada, más cuando la tierra comenzó a temblar y manos esqueléticas con piel putrefacta empezaron a salir, se vieron auras de color naranja, amarillo, violeta, azul, verde, rosa y marrón. Hasta que en un perfecto círculo quedaron todos los brujos, magos y hechiceros de nuestra familia. Dejándome en el centro.

Mire asustada a mi hermano, pero los antepasados comenzaron a acercarse y yo no podía moverme.

- Pietro - Susurré sintiendo mis ojos cristalizarse, me estaba asustando en serio - Pietro, basta - pero él seguía hablando con una voz que ya no era propia suya

- nos olim urebant, vivere vetant, hanc venefica nunc urunt sed ne moriatur - apareció agua delante de mi, mostrándome mi reflejo

Tenía la misma corona que Pietro pero en un color rojizo, mi traje se estaba empezando a activar. Nuestras ancestros pusieron sus manos sobre mi cuerpo haciéndome temblar, ahogue un sollozo asustada.

Nos quemaron en el pasado, nos prohibieron vivir, ahora quemen a esta bruja pero no la dejen morir.

- ¿Qué? - Susurré sin aguantar las lágrimas

Me sostuvieron más fuerte contra mi voluntad y quise moverme pero no pude, los sollozos ya se escapaban de mi garganta, me estaba doliendo. Uno de los brujos, encapuchado sin mostrar el rostro, se acercó con fuego en sus manos.

- Occide eam, sicut nos ipsi occiderunt, - a su voz se sumaron las de ellos y el fuego cada vez se acercaba más a mi - sed eam ad vindictam vivificandam, eam vivificandam et immortalem facientem, ne amplius abscondat

Matenla como nos mataron, pero revivanla para cobrar venganza, revivanla y haganla inmortal para que ya no tenga que esconderse.

- No, Pietro, basta - Rogué pero fue tarde

El fuego cayó a mis pies.

Y sentí lo que jamás le desearía a alguien.

Grite con fuerza cuando sentí el calor.

Pero aún así no paró.

Lo peor es que ya sabía lo que se sentía, porque Edward lo había pasado. Todo aquel que tuvo la furia de Jane Vulturi sentía lo que estoy sintiendo, porque ese era el don de la rubia, hacerte sentir el inexplicable dolor de estar siendo quemado.

Mis antepasados murieron en el fuego, yo odiaba aquello, pero jamás pensé tener que vivirlo.

Me ardía la garganta de gritar pero era un dolor mínimo cuando se trataba de estar siendo quemada. Pietro seguía recitando palabras que ya no escuchaba, los espíritus de nuestros antepasados me sostenían con fuerza mientras escuchaba el sonido de el fuego abrazarme.

Fue el dolor más extenso, duradero, horrible que sentí en toda mi existencia.

Sentí el fuego quemarme pero no romper mi traje, sentí el fuego quemar mi piel dejándola en tonos rojos y derritiendola cada vez más. Sentí el fuego extenderse hasta mi cabeza y dejándome agonizar.

Sentía mi magia queriendo defenderme del fuego.

Pero no podía porque al fin y al cabo eso era lo único que la magia no podía matar, el fuego.

- Explota, Melanie

Seguía gritando de dolor, seguía intentando retorcerme entre la fuerza que me sujetaba, era horrible.

- explota, Melanie

- Explota, Melanie

- ¡Explota, Melanie!

Eso hice, exploté.

Sentí la fuerza de mi magia erupcionar como un volcán, como el fuego en vez de dañarme me alimentaba y lo enviaba a dañar a otros, me sentí... poderosa.

Grité una última vez, disparando mi aura en una burbuja que desintegró a mis ancestros y envió a Pietro lejos, golpeándolo contra un árbol que se quebró por el impacto.

- Te odio - Susurré antes de caer desmayada

Lo último que ví, a pesar de estar apagado, fue el fuego.

- ¡Con razón no querías que vayamos!

Escuché un grito, con la potente y reconocible voz de Rosalie, trate de moverme pero no pude, sentía mi cuerpo arder. Mi respiración se volvió agitada al recordar el dolor que sentí.

- Ella está bien, es parte del hechizo, yo lo pasé y estoy bien, ella que es más fuerte estará mejor - la voz de mi hermano, en cambio, sonaba calmada

En cuanto me levante, voy a partirle su rostro pálido y arrancarle sus platinado cabellos uno por uno.

- La quemaste viva, ¡Literalmente! - ahora gritó Jasper, sus emociones empezaron a crecer dejándome notar que todos tenían una preocupación agobiante

- Pudiste decirnos el proceso que tenía aquello - se quejó, Alice. Tenía un punto a su favor, ni si quiera a mí me había dicho lo que en realidad era el hechizo

- Oigan, cada recompensa tiene su sacrificio, el suyo es ser quemada, el mío fue ser quemado. Estará bien, ¿Pueden calmarse? - pidió haciéndome suspirar, solo quería abrir los ojos para golpearlo

- ¡Lleva inconsciente cinco días, Pietro!

Creo que eso fue lo que me hizo abrir los ojos, mire sin moverme a cada uno de ellos, estábamos en mi habitación mientras yo estaba recostada en la cama. Mi mirada terminó en Pietro que solo rodaba los ojos.

Bastardo, hijo de Lucifer.

De tan solo recordar cómo me quemó me hizo poner mis ojos en rojo, me teletransporté delante de él para tomarlo del cuello.

- ¡Se supone que como mellizo tendrías que tener compasión! - lo estampé contra la pared, sorprendiendome de que... Rompí la pared con su cabeza mientras Pietro tosía por la falta de aire - ¡Me quemaste viva!

- ¿Por qué nadie entiende que tuve que pasar por lo mismo? - Se quejó pero lo volví a golpear contra la pared - ¡Ya, lo siento!

- Idiota - lo solté sintiendo mi cuerpo raroz era como si el fuego hubiera dejado una sensación extraña

- Estás bien - salté del susto cuando sentí unos brazos rodearme, me gire para ver a Emmett que me tomaba como un peluche - No sabes el susto que nos diste, mujer

- No fue mi culpa - mire mal a Pietro que suspiró sobándose el cuello, me gire a abrazar a Emmett que me apretó con fuerza pero no dolió - Emmett...

- ¿Qué? ¿Muy fuerte? - se separó preocupado pero yo negué

- Abrázame fuerte, pequeño - extendí mis brazos y él con cuidado me volvió abrazar, cada vez sus brazos me apretaban más pero no dolía - ¡Ay, ya! - exclamé cuando ya se había pasado

- ¡Eso fue genial! - me soltó riendo - Pude abrazarte como a... Otro vampiro, con bastante fuerza y sin miedo de matarte o algo

Solté una carcajada por como trataba de expresarse, pronto sentí otros brazos y cuerpos rodearme, para ver a Alice y Rosalie que me abrazaban con fuerza, gesto que les devolví besando sus coronillas.

- ¡Esto es fantástico! - chilló Alice separandose - mucho mejor ahora

- ¿Ya no me odian tanto? - susurro irónico mi hermano, yo solo rodé los ojos para abrazar a Jasper y Edward

- La manada vino a verte - avisó el rubio - Edward tuvo que hablar con Sam para tratar de que ninguno se lanze a arrancarle la cabeza a Pietro

- En serio lo querían matar - Secundó el cobrizo separandose del abrazo, sonreí orgullosa de saber que los cachorros aún me defendían

- Pero estás sana y salva, aún más sana que antes, así que seguiré vivo y sexy - Festejó el platinado abrazándome por la espalda - Espero no me guardes rencor, Meli

- Tendrás que compensarlo - Le devolví el abrazo riendo - Aún así, gracias, no por el susto de muerte que me diste, sino por ya sabes, el hechizo

- De nada - presumió besando mi cabello

Me separé para ver a Carlisle que me miraba inseguro, yo me acerqué hasta pasar mis manos por su cintura y abrazarlo, él apoyó su cabeza sobre la mía devolviéndome el abrazo. Entendía lo que debió sentir, además de que sus emociones me golpeaban como una ola.

- Estoy bien, mejor que nunca - me separé un poco para besarlo

- ¿Eso significa que estarás conmigo toda la eternidad? - preguntó en un bajo susurro

- Hasta que la muerte nos separe - Susurré burlona haciéndolo reír, pues esto parecía unos votos de casados

- Bien - Me volvió a besar suavemente

Estaría con él, dejaría todo atrás por amor. Aún cuando yo no creía en eso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro