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𝘅𝗶. ⊳ 𝗧𝗵𝗲 𝗣𝗮𝘁𝗵 𝘁𝗼 𝘁𝗵𝗲 𝗖𝗮𝘁𝗵𝗮𝗿𝘀𝗶𝘀.

❛ 𝒀𝒐 𝒅𝒂𝒓𝒆́ 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒓
𝒔𝒂𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒏𝒖𝒎𝒃𝒓𝒂𝒔 ❜

❝ 11. EL CAMINO A LA CATARSIS.❞

❛  𝐂𝐎𝐍𝐅𝐑𝐎𝐍𝐓𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍
𝐀𝐈𝐍'𝐓 𝐍𝐎𝐓𝐇𝐈𝐍
' 𝐍𝐄𝐖 𝐓𝐎 𝐌𝐄
𝐘𝐎𝐔 𝐂𝐀𝐍 𝐁𝐑𝐈𝐍𝐆 𝐀 𝐁𝐔𝐋𝐋𝐄𝐓,
𝐁𝐑𝐈𝐍𝐆 𝐀 𝐒𝐖𝐎𝐑𝐃,
𝐁𝐑𝐈𝐍𝐆 𝐀 𝐌𝐎𝐑𝐆𝐔𝐄
𝐁𝐔𝐓 𝐘𝐎𝐔 𝐂𝐀𝐍'𝐓 𝐁𝐑𝐈𝐍𝐆
𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐑𝐔𝐓𝐇 𝐓𝐎 𝐌𝐄
𝐅𝐔𝐂𝐊 𝐘𝐎𝐔 𝐀𝐍𝐃 𝐀𝐋𝐋 𝐘𝐎𝐔𝐑
𝐄𝐗𝐏𝐄𝐂𝐓𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒
𝐈 𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐄𝐕𝐄𝐍 𝐖𝐀𝐍𝐓
𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐂𝐎𝐍𝐆𝐑𝐀𝐓𝐔𝐋𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒 ❜


















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ABRIR LOS OJOS. Suena fácil, pero primero tendrás que recorrer una serie de obstáculos, unos más dolorosos que otros para llegar a ver el panorama por lo que es; tendrás que romperte por dentro, romper cada parte de ti; cada pizca de negación será rota para que tu corazón y ojos se abran. Todo para que tu cuerpo y alma sean purificados y liberados de una tragedia que te marcará suscitando la compasión, el horror y otras emociones. Para mí, en ese instante, cuando tenía 15 años y apenas empezaba a ver la verdadera crueldad del mundo, no cabía en mi cabeza la posibilidad de pasar por la susodicha "catarsis".

Solía escucharla en los libros de mi padre, pero jamás me detuve a preguntar qué era, e irónicamente no sabía que en ese instante, en medio del fuego cruzado, estaba experimentando el dolor más grande de mi vida y la catarsis más impactante de mi alma y mente...

Y con todo el peso en mis hombros, mis pulmones secos de gritar, mis ojos cansados de llorar y sin fuerzas en mi cuerpo de luchar, debía seguir, aunque no lo quisiera, aunque quería quedarme con él allí por siempre, aunque quería no soltarlo.

Yo debía avanzar, aunque sabía que todo lo que quedaba de mí él se lo había llevado y aunque no tenía una razón para seguir, debía hacerlo por él.

Todo por él.

La voluntad humana, papá solía decir también que era peligrosa, pues quien se proponía algún propósito haría cualquier cosa para alcanzarlo, perdiendo algo en el camino, pero ganando algo más grande de lo perdido, y ahora veo que no se equivocaba.

(...)

Los ojos de miel de Avani se volvieron a inundar; estaba cansada, cansada de llorar, cansada de la guerra, cansada de aquel mundo cruel donde todo lo que quería se estaba desvaneciendo. —¿Donde están tus hermanas?—exigió enojado Jake viendo directo a Lo'ak, quien del shock ni siquiera podía hablar; sus ojos estaban rojos de tanto llorar en silencio. —¡Donde están tus hermanas!—reiteró más alterado.

—Están en la nave...—Soltó Tsireya igual de devastada que Me'rah. Su voz temblaba un poco: —En la nave, están atadas. Los sollozos de Me'rah aun podían oírse mientras sostenía la fría mano de su amado, las lágrimas no paraban pero su mirada ahora estaba asustada, ni quería siquiera pensar que sus hermanas podrían tener ese mismo destino que Neteyam.

—En la piscina redonda, en el centro del pozo.—Explicó spider.

—¿Que?—Jake le miró confundido y abrumado por todo.

—Vamos, vamos, te mostraré.—el chico tomó de la muñeca al na'vi y lo guió, pero de nuevo la voz de Quaritch hizo que Jake se detuviera.

—"Cabo, ¿me oyes?"—la voz del recombatiente también era escuchada por Me'rah.

—Si.—Fue lo único que dijo Sully para acercarse a su familia y decirles:—Vamos, hay que irnos, tenemos que irnos.—sin embargo Neytiri y el resto se negaba a irse sin Neteyam.

A Me'rah solo se le aguaron los ojos de pensar que tendría que dejar el cuerpo de Neteyam; no podía hacerlo, no podía dejarlo allí y huir de nuevo como una cobarde. Sus ojos cansados de todo se dirigieron a Jake, que sostenía por los hombros a Neytiri mientras ésta seguía llorando y llorando.

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No podía culparla.

—Escúchame —le dijo su esposo con firmeza—. Tienen a nuestras hijas. Tienen a nuestras hijas atadas y te necesito conmigo, que seas fuerte. Corazón fuerte.

Neytiri reprimió todo llanto con todas sus fuerzas; su esposo tenía razón, aún no podía rendirse, aún quedaba por qué luchar, debía hacerlo, debía moverse.

Conocía perfectamente lo que debía hacer.

—Vamos por nuestras hijas.

Su cuerpo se movió lentamente mientras alzaba con su mano su arco, miró a su esposo con una mirada llena de tristeza pero también de ira, se giró y caminó hacia su ikran, subió y aquel animal gritó, sintiendo todo el dolor del pecho de su jinete para luego alzar vuelo hacia la nave.

—Quédense con Neteyam.—Habló Jake frívolo hacia Me'rah, Tsireya y Lo'ak, pero este último se levantó de su sitio con algo por decir. —Papá, quiero ir con ustedes.

—Ya hiciste bastante.—Concluyó su padre mirándolo despectivo y sin más lo dejó atrás.

Jake solo observó hacia la nave y sin tiempo que perder se esfumó junto a Spider en su skimswing.

Como padres, era su deber y debían cumplirlo. Sin embargo, Me'rah también tenía algo por hacer; no iba a quedarse de brazos cruzados, no iba a dejar que el resto se ocupara de lo que alguien de aquellos malditos recombatientes le había hecho a la persona que más amaba, iba a luchar, iba a morir, iba a matar, iba a hacer lo que sea que estuviera en su alcance por hacer pagar a aquellos que le arrebataron su todo.

Suprimió su llanto, no por ella, sino por Neteyam; debía ser fuerte, debía enfrentar la situación, debía actuar como una guerrera, como la que siempre había sido.

Estaba  en su sangre; su madre le dio aquel don.

Humana o na'vi conocía su misión y su misión en ese momento era sacar fuerzas de donde no había y levantarse; debía revivir el fuego donde solo quedaban cenizas. Debía hacerlo por él.

—Lo'ak. —le llamó la rubia con una mirada llena de decisión, ira, tristeza, pero por encima de todo: con sed de venganza. El na'vi se giró hacía ella, la miró a los ojos y vio cómo esta se levantaba, tomando su arco del suelo y se aproximaba a él con esa característica mirada fría y calculadora. —Acabaremos con esto. Tú y yo, ¿me oyes?—Preguntó la rubia transformándose en na'vi, manteniendo esa mirada muy bien. —Haremos esto por él, Lo'ak. Pero la mirada de el menor denotaba miedo. Me'rah puso su mano azulada y sus ojos azules llenos de firmeza se dirigieron directo a Lo'ak, haciéndolo erizar. —Cuando te comprometes a algo no tienes dudas de ello, sabes lo que haces, improvisas y lo haces como si cada cosa estuviera planeada; no puedes asustarte ahora, no aquí, no en el campo de batalla, Lo'ak, tal vez cuando esto acabe, pero por ahora no. Cuando el amor reemplaza el miedo, la perspectiva de las cosas cambia y este lugar y momento solo serán un campo de batalla más. Sin miedo, pon el corazón en esto. Te necesito a mi lado, ¿entendido?

Él solo la miraba en silencio, impresionado de aquella chica; acababan de quitarle a quien amaba y ahora estaba allí diciendo todo eso con tanta... firmeza. Ambos sabían lo que debían hacer, lo que estaba en sus manos, lo que cambiaría sus futuros; todo se decidiría allí y ahora y la debilidad ya no tenía espacio.

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Asintió hacia ella, asintió con decisión porque sabía que debía pelear, debía moverse por sus hermanas, debía hacerlo por él, por su familia, porque había más que perder y ninguno estaba dispuesto a perder más de la cuenta. —Bien. Entonces hay que ir. Sin más que decir y mucho por hacer, la na'vi de ojos azules se giró rumbo hacia Alaska.

—Tsireya, quédate con él —dijo Lo'ak, pero la metkayina lo tomó por el brazo preocupada. —Estaré bien —Fue lo único que dijo Lo'ak mientras Me'rah colocaba su armadura empacada en las mochilas de Alaska, ató su cabello negro y miró una última vez a los dos na'vi.

El recuerdo de ella y Neteyam era inevitable, pero debía concentrarse, estaba a punto de entrar en el campo de batalla, estaba por hacer su jugada, estaba por cambiar un poco las cartas sobre la mesa.

Era algo que debía hacer.

—Lo'ak, ahora.—Dijo Me'rah limpiando sus lágrimas y agarrándose de Alaska lista para volar. Sus ojos grandes y azules vieron como el nombrado dejaba atrás a la metkayina y saltaba al agua a pesar que Tsireya intentó detenerlo.

Alaska despegó y se adentró en el oscuro cielo mientras su jinete tomaba con su mano su arco y flechas.

—Lo'ak, busca a Payakan, será difícil para todos salir de la nave, quiero que me escuches. —Dijo la pelinegra por el comunicador. —Serás nuestro último az, busca a Payakan y saca a todos de ahí, ¿me oyes? Confío en ti y no voy a perderte a ti tampoco. Aun tengo cuentas que ajustar.

Avani solo escuchó un "entendido" por parte de Lo'ak y cerró el canal para cambiarlo al mismo que Quaritch con Jake, a la vez que su melena se movía con fuerza gracias a la velocidad en que el ikan volaba hacia la nave.

—"Tu hijo no tenía que morir"—Escuchó a Quaritch y su corazón se detuvo un instante para luego volver a latir en llamas, su ceño se frunció y solo eso fue suficiente para que aquellos oceánicos ojos azules se llenaran de ira.

En cuanto empezó a sobrevolar cerca de la nave, una explosión en uno de los motores fue la señal para entrar en la escena. Vio a Neytiri con la misma intención y juntas se lanzaron en picada con los banshees disparando flechas hacia quien vieran de la RDA.

Notó como Neytiri saltó de su ikran hacia la nave, pero Me'rah continuó volando con Alaska. Sacó una de sus flechas con explosivos y disparó hacia otro motor, dañando gravemente la nave. Se giró hacía su izquierda y vio a Jake junto a Spider aproximándose hacia Kiri y Tuk, por lo que Me'rah observó mejor y notó al grupo de recombatientes en su mayoría en la cubierta, todos expuestos.

Su cuerpo latía con fuerza, motivado por la ira y adrenalina, hizo bajar en picada a Alaska y disparó 2 flechas al tiempo hacia dos de los recombatientes mientras Neytiri entraba a la escena enfurecida.

Avani gritó totalmente cegada por su corazón que ahora latía con sed de venganza; se lanzó al campo de batalla y se unió a Neytiri usando su cuchillo y arco para matar a varios soldados. Se giró hacia su izquierda y vio a Mansk, un recombatiente, y sin dudarlo se lanzó hacia él con su cuchillo y lo clavó en su garganta, casi cortando por completo su cuello.

La sangre salpicó en su pecho, pero sus ojos llenos de ira y tan irreconocibles con lo que solían ser podrían asustar a cualquiera. Vio a Neytiri lanzar una de sus flechas a Z-dog y corrió hacia ella con su cuchillo.

—¡Es mía!—Le dijo a Neytiri alzando su cuchillo al aire lista para atacar, pero un puño de la recombatiente la hizo caer al suelo.

—¡La niña, es la maldita niña!—Gritó la recombatiente sacando su cuchillo. Me'rah solo vio un segundo como Neytiri acababa uno tras otro con los soldados y gruñó hacia Z-dog apretando su propio cuchillo.

—Voy a acabar contigo, maldita mocosa...—Susurró convencida la recombatiente.

—Quién va a morir no seré yo, perra...—Respondió Me'rah lanzándose hacia la soldado con su cuchillo y tras darle un golpe súbito en sus piernas la hizo caer y subió encima de ella ahorcandola por el cuello. Sin embargo, Z-dog tenía otros planes y al ver la herida abierta en la pierna de Avani puso el cuchillo allí y en segundos Me'rah gritó, pero no iba a quitarse de ella; la iba a matar, a cualquier costo.

Me'rah no podía respirar bien por el trauma que estaba dejando la herida en su pierna, pero aún así se aferró a su cuchillo y gruñendo en la cara de la recambiante enterró con todas sus fuerzas aquel cuchillo entre sus ojos viendo como perdía sus fuerzas lentamente. No obstante, Me'rah solo la miró fríamente y se levantó, tomó su arco con agilidad y corrió por la nave en busca del recombatiente que había disparado hacia Neteyam.

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Corrió con sigilo, pero su tamaño la delataba, por lo que varios soldados estaban disparando hacia ella y Neytiri, que la seguía detrás. Miró a la na'vi y le indicó que debían separarse. Neytiri solo asintió y tomó otro camino sin dejar de disparar flechas las dos.

Me'rah vio a lo lejos a Lyle, responsable del deceso de Neteyam y su corazón bombeó tan fuerte y rápido que sus oídos podían percibirlo.

Lyle se encontraba justo al lado de Kiri y Tuk aún amarradas; debía ser precavida si quería matarlo, debía ser un fantasma, debía ser y poner en práctica lo que por años había entrenado.

Ese era el momento, el momento decisivo.

Neytiri se aproximaba a Quaritch y un grupo de soldados que protegían a Kiri y Tuk de ser robadas.

—¡Arriba, hay dos! —Escuchó uno de los soldados y esquivando las balas Me'rah se deslizó por el piso, tomando una Granada y lanzandola hacia los soldados, matándolos en instantes.

Neytiri saltó unos metros al cielo y mató con sus flechas a nuevos soldados que intentaban rodearla. Me'rah soltó un gritó de guerra y con su arco corrió directo a los humanos que rodeaban a Neytiri, lanzó una flecha y con su cuchillo cortó un brazo de otro hombre, siguió corriendo y pateó a otro para luego golpearlo con su arco y matarlo; finalmente alcanzó a Neytiri y sus ojos azules atentos como los de un gato encontraron en medio del fuego cruzado a Lyle.

Gritó una vez más y con su arco saltó hacia él lanzando una flecha en su pierna derecha y haciéndolo caer antes de que pudiera hacerle algo a Neytiri.

—¡Me'rah, sal de aquí! ¡Te están cazando!—Escuchó a Neytiri poniéndose al cubierto, pero Me'rah sabía lo que tenía que hacer y tomando su cuchillo lo lanzó hacia Lyle justo en su pecho, haciendolo finalmente caer al suelo.

—¡No me iré sin matar a quien provocó la muerte de él, no me iré sin sacar a todos de aquí!—Gritó Me'rah soltando una lagrima, pero su mirada seguía fría y calculadora, llena de odio e ira.

De pronto Me'rah, creyendo que Lyle por fin había dejado de respirar, quiso levantarse para ponerse al cubierto, pero de repente algo la jaló del cabello de vuelta al piso.

El recombatiente seguía vivo y aún quería pelear.

—¡Me'rah! —Gritó Neytiri asustada de perderla y lanzando una flecha hacia el recombatiente lo volvió a tirar al suelo. Sin saberlo, más soldados llegaron disparando contra ella, por lo que tuvo que retroceder y a lo lejos Me'rah escuchó un grito desesperado y resignado de la na'vi.

Volvió sus ojos hacia Lyle que se reincorporaba lentamente y entonces supo que esa pelea era solo entre ella y él, cara a cara.

Avani miró a Neytiri y lanzó una Granada al suelo a un metro de ella misma, creando un círculo de fuego alrededor del combatiente y ella.

No había forma de huir o que alguien ayudara al soldado.

Todo se decidiría en ese instante.

—Eres solo una niña.—Dijo burlón Lyle sacando su rifle y apuntando hacia Me'rah. Pero antes de que pudiera reaccionar, la chica corrió hacia él y deslizándose por el suelo golpeó sus rodillas, haciendo caer el rifle y Lyle golpeó el suelo con su cara en la caída...

Rápidamente Me'rah tomó su cuchillo y volvió a apuñalar el pecho de su enemigo, pero aún no lograba perforar su chaleco. Lyle, tocando el hilo de sangre en su nariz, se giró hacia Me'rah y dándole con su codo en la cara, la hizo rodar unos metros cerca del fuego.

La caída hizo que la armadura de la Na'vi se rompiera y no quedó más que retirarla completa o estorbaría. Me'rah sacudió su cabeza recuperándose y viendo el rifle a unos metros se lanzó hacia él, pero Lyle la golpeó con su rodilla otra vez en su cara, obligandola a soltar el arma. Me'rah no iba a dejar ganar esto tan fácil, no cuando tenía al asesino de quien amaba frente a ella.

Ahora ella era un berserker.

Lyle corrió por su rifle mientras Me'rah se levantaba lentamente y un poco coja por la herida en su pierna. Sus ojos azules se iluminaban como los de un gato en la oscuridad, su cuerpo se movía con cuidado como un thanator, esperando el momento para atacar y su respiración era inaudible, como si no estuviera allí. —No estoy para juegos, mocosa —dijo Lyle presionando del gatillo y disparando directo hacia Me'rah, pero ella era más rápida, era una bestia, estaba siendo movilizada por la adrenalina y venganza.

Nadie iba a detenerla. Ni una sola bala lo haría.

Lo iba a matar, lo haría con sus propias manos, lo haría con honor, lo haría por amor, lo haría por su familia, por él y por sí misma. —¿Asustado?—Preguntó Me'rah moviéndose lentamente mientras Lyle caminaba hacia el lado contrario. Sus ojos denotaban miedo y el agarre del rifle temblaba. Sus piernas tambaleaban por las heridas, pero también al ver aquellos amenazantes ojos.

Como si estuviera viendo a la mismísima muerte.

3... 2... 1.

En cuanto la cuenta regresiva de Me'rah llegó al final, sus ojos azules desaparecieron y el fuego se disipó. Estaban completamente a ciegas en aquella parte de la nave y los sentidos de Lyle no percibían ni una sola pista de Me'rah.

Oh, pero ella sí que lo veía a él con claridad.

—Esto es por Neteyam.—Susurró ella y él se congeló al escuchar eso. Me'rah de pronto saltó de la oscuridad como un thanator y con su cuchillo se lanzó hacia el recombatiente, quien no tuvo tiempo de disparar y cayó al suelo al fin con aquel cuchillo na'vi enterrado entre su pecho. La sangre saltó hacia la cara de Me'rah y se acercó al rostro del tipo tomándolo por las mejillas con sus uñas.

—Mataste a un na'vi... lo último que vio él fue a su familia, pero tú... tú lo último que verás será a , maldito imbecil.

Lyle solo vio aquellos aterradores ojos azules en la oscuridad, y luego un cuchillo en su pecho de nuevo provocando que su último aliento fuera viendo la muerte a los ojos.

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Me'rah se quedó unos segundos en silencio; vio como el brillo en la mirada del soldado se desvanecía tal como Neteyam y no pudo evitar soltar una lágrima.

Se sentía mejor, se sentía con una carga menos y, aunque sabía que eso no devolvería a Neteyam, había hecho justicia; ella había hecho algo que jamas habrian creido ser ella capaz, a quien toda la vida le habían dicho débil por ser humana también...

Esa noche Me'rah había perdido lo que más quería, pero había ganado su más grande cualidad sin saberlo.

Fue ese el momento justo cuando su destino ya se había decidido por Eywa.

Tercera ley de Newton: "El ser humano para poder avanzar debe dejar algo atrás" es lo que decía papá y esa noche lo entendí.

Asegurándose de acabar con él, tomó su arco y disparó una flecha más hacia su pecho.

El trabajo había sido hecho, pero aún Kiri y Tuk seguían en el fuego cruzado al otro lado de la nave.

Debía ir por ellas.

Su mano se dirigió al comunicador en su cuello y dijo con mucho sigilo: —"Kiri, ¿me oyes?"

No podía perder más tiempo, no podía perderlas y no dejaría que eso pasara. Agarró su arco, arrancó su cuchillo del pecho de Lyle y sin tiempo que perder salió corriendo rumbo hacia sus hermanas, deslizándose por la estructura dañada y saltando de un lugar a otro con agilidad y destreza. —"Kiri, necesito que salgan de ahí"—dijo Me'rah llegando con apuro a unos metros de ellas y poniéndose al cubierto.

Sus ojos azules vieron a Quaritch ser el único cerca de ellas y tomó un poco de aire, amarrando su herida con un pedazo de tela de su taparrabos.

—"Jake y Neytiri están cerca. Estoy a unos metros".

Vio como Kiri se giraba confundida y tras escuchar esas palabras de su amiga, un ululeo de Me'rah resonó en todo el lugar.

Quaritch crispó sus oídos.

Ellos vendrán por ti... —soltó Kiri hacia el recombatiente como una advertencia.

Me'rah vio a unos metros a Spider y con una seña le indicó que se ocultara.

En silencio, sus pies descalzos y azulados se movieron detrás de un submarino destruido para ocultarse y estar cada vez más cerca de Kiri y Tuk.

Su corazón latia con fuerza y su herida sangraba confundiéndose con la sangre de sus enemigos en su cuerpo; pronto vio a Neytiri cerca de ella gruñendo y lista para matar a quien se le acercara. Observó en silencio como alzaba la na'vi su arco con una parte rota pero volvió sus ojos azules hacia sus propias manos llenas de sangre de Neteyam, suya y de quienes había matado.

Tomó una bocanada de aire mientras una lagrima salía por su mejilla.

No quería desplomarse allí, debía ser fuerte, debía serlo por Tuk, por Kiri, por Lo'ak y por el resto. Se tragó la oleada de sentimientos y limpió su rostro con su brazo, agarró su arco mejor y preparó una flecha.

El retumbar de su corazón no la dejaba oír bien y el dolor punzante en su pierna no dejaba mantenerla en sus 5 sentidos, pero debía concentrarse, debía hacerlo; conocía su deber como guerrera, como amiga, como hija, como hija de Eywa y Ga'ia. Suspiró y templó la cuerda de su arco, arrastrando la flecha hasta su ojo.

Se giró de nuevo hacia Tuk y notó que Kiri había desaparecido pero decidió enfocarse en Tuk. Apuntó hacia las ataduras de la na'vi suspirando.

—"Tuk, a tu norte"—Susurró Me'rah por el comunicador y la pequeña niña la vio a lo lejos, entendió la intención de su amiga y corrió su cuerpo para que la flecha solo atravesara su atadura.

Avani cerró sus ojos un momento y con su objetivo fijó la flecha con fuerza y, como en cámara lenta, viajó unos metros directo hacia Tuk y rompió en un golpe súbito la atadura de la niña Na'vi.

Lo había logrado.

Se giró al cielo y agradeció a Eywa en silencio pero no había tiempo que perder así que corrió hacia la pequeña y en cuanto la alcanzó Jake apareció también.

—¿Están bien?—Preguntó preocupado Sully, a lo que ambas asintieron.

—Donde está Kiri.—Susurró Me'rah girándose a ver el perímetro con cuidado.

—¿Donde está tu hermana?—Inquirió Jake a Tuk, quien solo señaló al frente de ellos y Quaritch apareció con la adolescente en sus brazos y su cuchillo en la garganta...

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Me'rah gruñó y echó sus orejas para atrás, haciendo a Tuk ponerse detrás de ella y preparando su arco para disparar.

Jake, junto a Me'rah y la más pequeña, se movían lenta y cuidadosamente de cualquier movimiento de Quaritch hacia Kiri. —Se acaba el tiempo, cabo —Miles fue el primero en hablar muy frívolo. —Ya perdieron a alguien hoy, ¿quieren más?

Jake, enfurecido, se lanzó hacia él recombatiente con su hacha, pero Me'rah lo detuvo con su arco. Era peligroso y arriesgado.

—¡No me pongas a prueba! —Quaritch apretó el agarre y retrocedió un poco.

La impotencia llenaba a Me'rah y Jake, quienes solo siseaban sin saber qué hacer. Estaban en desventaja y Kiri tenía un cuchillo en su garganta.

Estaba en peligro de morir.

El tiempo corría.

—Ustedes dos por la niña.—Reiteró Quaritch mirando a Me'rah y Jake a la vez que sostenía con más fuerza a Kiri. Ambos temblaban de la ira y pensaban qué debían hacer.

Tampoco podían dejar sola a Tuk; nadie les aseguraría que aquel trato sería justo o si Quaritch jugaría limpio.

—Suelten sus armas. —La voz de Quaritch resonó en sus oídos.

No podía fallarle a Neteyam cuando le dijo que cuidaría de ellos, de sus hermanos, de lo que amaba; no podía hacerle eso, pero estaban en jaque, sus opciones se acababan.

—Que bajen las armas.

Me'rah solo soltó despacio su arco en el suelo y puso su brazo delante de Tuk para protegerla. Vio como Jake ponía su hacha en el suelo y los dos miraban atentos a lo que el recombatiente pudiera hacer.

—¡Patea eso lejos o la mato! —exigió Miles y desesperado sully hizo lo que se le pidió.

El corazón de Me'rah latía con fuerza y de repente dos esposas fueron lanzadas al suelo por Quaritch.

Estaban perdiendo.

—¡Pónganse eso!—Gritó demandante su enemigo.—¡Los dos!

Me'rah estaba nerviosa, quería matarlo allí mismo, pero no había forma, estaban en jaque y simplemente no podía renunciar tan fácil, pero las opciones se agotaban, el tiempo se acababa y Kiri estaba en peligro.

Debía aceptar los términos del soldado.

Pero de pronto eso cambió cuando Spider apareció suplicando no matar a Kiri. —¡No, no le hagas daño!—Gritaba el chico.

—¡Quédate ahí!—Demandó el soldado haciendo detener en seco al rubio, quien solo asintió, pero su mirada reflejaba miedo. —Ni un paso más.

Me'rah y Jake estaban colocando en una de sus muñecas las esposas, maldiciendo al soldado; se estaban rindiendo, estaban dando un paso al lado y renunciando a todo lo que estaban luchando, todo por Kiri.

Pero una pizca de esperanza o tal vez miedo apareció en el pecho de Me'rah en cuanto sus ojos azules se dirigieron a Neytiri, quien apareció de la nada y tomó a Spider de la misma manera que Quaritch con Kiri.

La Na'vi colocó su cuchillo en el cuello del humano y su mirada reflejaba lo capaz que era para matarlo allí mismo. Avani detuvo lo que hacía con las esposas y las lanzó al agua mientras Quaritch observaba asustado a Neytiri.

—Suéltala, o lo corto —Susurró ella como una amenaza al soldado, girándose hacia el rubio y acercando más su cuchillo hacia su cuello.

Me'rah sujetó con fuerza a Tuk detrás de ella y puso lentamente su mano sobre su cuchillo preparándose.

—¿...? ¿Crees que me importa un niño?—dijo Quaritch.—No es mío... ni siquiera somos de la misma especie.

Oh, pero esa mentira ni el mismo podría creerla.

—Déjala ir, por favor, déjala —suplicaba Spider.

Pero Me'rah sabía que no era correcto el solo mirar las acciones de Neytiri, no cuando Spider fue parte de toda su vida, no imaginaba que Neytiri fuera capaz de matarlo, pero la decisión en los ojos de ella le decía todo lo contrario.

—No la mates —suplicaba Tuk.

—Sólo déjala ir, no la lastimes —seguía Spider.

La tensión subía en potencia.

—Mamá...—Logró decir Kiri—No... no lo mates...

Un hijo por un hijo—Fue lo que dijo Neytiri para lanzar su cuchillo al aire directo a Spider y cortó superficialmente su pecho demostrando de lo que era capaz.

Pero el silencio decisivo de Quaritch sólo desafió a la na'vi y sin más volvió a lanzar su cuchillo esta vez para matarlo cuando el soldado gritó para que se detuviera. Quaritch alejó su cuchillo del cuello de Kiri y no perdió de vista ni Spider o Neytiri.

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Tras unos segundos, por fin el recombatiente soltó a Kiri hacia el suelo y de inmediato Me'rah se lanzó a ayudarla y alejarla de él.

—¿Estás bien?—Preguntó preocupada, pero la na'vi hija de Agustine solo asintió.

—Mamá Neytiri... —Susurró suplicandole a Neytiri soltar a Spider. No tenía esperanza de que eso pasara, pero ya volvían a tener la ventaja, tenían a Kiri, estaban todos, no había de que preocuparse por el momento.

La familia estaba reunida y Quaritch estaba ahora en jaque; su equipo murió y todos en la nave consigo.

Ya no había nada que perder.

Su corazón latía con fuerza y su mano se aferraba más a su cuchillo con cada segundo que pasaba, pero finalmente Neytiri liberó al rubio y todos junto a Jake se acercaron con cuidado hacia la salida que era una zona destruida detrás de Neytiri que daba al mar.

—Spider, sacalas de aquí.—Exigió Jake con su cuchillo en mano junto a Neytiri, los dos atentos a cualquier movimiento de su enemigo.

—Sí, señor.—Respondió el humano obligando a Kiri, Tuk y Me'rah a retroceder hacia el agua. Pero Me'rah se negaba a dejarlos atrás; no podía, no cuando estaban ganando.

—Que te vayas, Me'rah.—Pidió Neytiri sin dejar de ver al soldado.

—Te debo una muerte.—Susurró desafiante Quaritch a Neytiri mientras Me'rah era obligada a retroceder.

La Na'vi siseó furiosa y comenzó a retroceder junto a sus hijos y Me'rah. Jake fue el último en retirarse en silencio, pero Quaritch aún tenía unos planes para él.

—No te irás, ¿o sí, cabo?—Me'rah escuchaba al soldado cada vez más lejos mientras retrocedía con cuidado. —No estarás nunca tranquilo sabiendo que nunca me detendré, que te estaré cazando, que mataré a toda tu familia y me llevaré a esa niña...sólo es cuestión de tiempo.

La ojiazul se giró hacia Quaritch con el ceño fruncido y gruñó hacia él en cuanto la nombró, pero su brazo fue tomado con fuerza por Kiri y la obligó a avanzar.

Jake se detuvo de repente y lo único que dijo fue:—Acabemos con esto. Y sin más el na'vi se lanzó hacia Quaritch, desapareciendo de nuevo en la nave.

—¡NO!—Gritaron Tuk y Kiri, pero era imposible detenerlos, era algo que debían hacer, era algo en lo que nadie podría meterse.

—¡Sigan nadando!—Les obligó Neytiri a continuar su camino en el agua.

—¡Papá!—Exclamaba Tuk casi llorando. Pero sin darse cuenta, una chispa desde la nave provocó una oleada de fuego alrededor del agua y sus posibilidades de escapar se desvanecían a medida que el fuego avanzaba, acercándose más y más a ellos. —¡De vuelta a la nave, rápido! —Gritó Me'rah ayudando a Tuk a nadar, pero la sal del mar provocaba en su herida un ardor por lo que nadaba torpemente. —¡Rápido, suban! Dijo la pelinegra ayudando a la menor a subir y luego de que Spider lo hiciera, este la ayudó, pues con su pierna herida no lograría mucho.

—¡Quédense cerca! —Gritó Neytiri subiendo y tomando de la mano a Tuk mientras Me'rah avanzaba con ayuda de Kiri y Spider —¡No se separen!

Pero la fuerza del agua de pronto fue más de lo que Tuk pudiera soportar y su cuerpo fue empujado hacia una escotilla al interior de la nave.

Gritó pidiendo ayuda, pero el agarre de Neytiri no fue suficiente y la pequeña na'vi desapareció en segundos. —¡No! —Gritó la mujer pasmada. "¡Mamá!" El grito de Kiri fue solo un eco cuando Neytiri saltó a las escotillas tras su hija y desapareció en segundos.

—¡MAMÁ!—Reiteró Kiri con intenciones de seguirlas, pero fue detenida por Spider y dificultosamente por Me'rah, a quien empezaba a marearse y a su forma Na'vi le quedaban solo segundos.

—Kiri —logró decir Me'rah sosteniéndose con fuerza de Kiri y con su otra mano de una barra de metal —Kiri, escúchame.—La nombrada se giró alterada y asustada. —Estarán bien. Mamá Neytiri sabe lo que hace, pero debemos salir de aquí. Debo sacarte de aquí.—Espetó con falta de aire, sintiendo su cabeza dar vueltas. La na'vi estaba por decir algo; sin embargo, Avani se desplomó en el piso, incapaz de poder sostenerse más de pie y sin dejar de aferrarse a la barra sentía como el agua no tan abundante pero potente pasaba por sus piernas intentando llevársela consigo.

Su piel poco a poco cambió como las escamas de un camaleón y volvió a aquella piel rosada y humana, mientras sus comunes patrones luminicentes de puntos aparecían en su cuerpo, demostrando una vez más que podía ser el balance perfecto de ambas especies. Spider ayudaba a sostenerla y Kiri se acercó para reincoporarla. Me'rah solo requirió de unos segundos para tomarse un poco de aire tras llegar a su límite en la forma Na'vi y luego volver al ruedo.

La nave empezaba a dar la vuelta y debían correr o el fuego los alcanzaría. —Rápido, tenemos que subir—Dijo Spider tomando a las dos chicas de la mano y tomando su camino mientras varios equipos pesados se deslizaban hacia ellos por la inclinación de la nave.

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—¡Lo'ak!—Gritaba Me'rah sin detenerse por el comunicador.

—¡Lo'ak te necesito ahora, Neytiri y Tuk están atrapadas al interior de la nave bajo el agua!

No sabía si él podría oírla, pero esperaba que estuviera bien y que llegara pronto. El fuego estaba cerca y la nave se volcaba precipitadamente, asustandola de si realmente podrían salir de esa situación.

—¡Sigan corriendo!—Indicó Spider esquivando una estructura pesada a la vez que Me'rah y Kiri corrían detrás de él.

Una estructura de pronto golpeó la herida abierta de Me'rah haciéndola detener por un segundo llena de dolor. —¡Agh, mi pierna!—Exclamó viendo que el golpe había provocado que la herida fuera mas profunda.

—¡Sigue subiendo, sigue!—Le dijo Kiri tomándola con la mano e impulsándola a continuar.

La nave estaba casi verticalmente cuando por fin los tres chicos llegaron a la cima y continuaron escalando cuando de repente la nave estaba a punto de girarse completamente.

Kiri fue la primera en terminar de subir y luego Spider, pero en cuanto Me'rah extendió su mano hacia ellos, la nave giró súbitamente, empujandola con ella hacia el agua justo debajo de toda su estructura. —¡No!—Gritó Me'rah viendo todo avanzar en cámara lenta mientras caía por el aire y cada vez más se alejaba de sus dos compañeros.

Intentaba mover sus brazos y piernas, pero era imposible y lo último que vio fue la nave cayendo encima de ella completamente al revés...

Me'rah descendió súbitamente al agua y varios de los objetos y máquinas pesadas también caían muy cerca a ella con impulso. Su pierna empezaba a no sentirla, pero no podía rendirse, no en ese momento, no podía dejar a nadie, no podía dejar a Kiri, a Tuk, a Neytiri, Lo'ak y Spider.

Sus fuerzas se iban, se desvanecían.

Quería luchar, quería que ese no fuera su último aliento. Pero sus fuerzas ya no existían. Había llegado a su límite y sus ojos se empezaron a cerrar poco a poco, resignándose a cerrarse para siempre.

¿Estaba en la recta final?

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Los recuerdos de su vida entera pasaban por su mente sin descanso, sin control, recordando cada cosa buena, mala, y todo lo que había en la mitad.

No se rendiría tan fácil; nunca lo había hecho y no lo haría en ese momento, no estando tan cerca, pero su corazón y mente luchaban dentro de ella.

¿Por qué?

¿Por qué seguía luchando?

Necesitaba ser la heroína que ellos no pudieron tener, ser quien los ayuda cuando su hermano mayor había muerto,

¿Era justo? No, no lo era; el hijo primogénito de una familia, un hermano, un amante, amigo y guerrero había sido arrebatado de la vida; no era justo, no lo era, pero esa era la razón por la que debía seguir luchando... ser en quien pudieran confiar, ser su apoyo... El que ahora no podrán tener.

Sus pensamientos retumbaban como eco y todo su cuerpo empezaba a cobrar fuerza, poderío, fortaleza y vida de nuevo. Su pierna dolía, pero no dejaría que el juego acabara ahí; debía salir, debía subir a la superficie, ir tras todos y acabar con eso de una vez por todas.

Sus brazos se movían poco a poco, cada vez más rápido, subiendo con apuro hacia la superficie, y cuando estuvo a sólo unos metros de llegar, una sombra gigante se aproximó a ella desde las alturas. Era Alaska, quien se sumergió al agua y tomó con sus garras el brazo de Me'rah, sacándola de allí en instantes antes de que una gran estructura chocara con la rubia. Alaska sobrevoló el perímetro mientras Me'rah subía al asiento de jinete y tomaba el control del animal.

—Gracias... —Susurró agradecida Avani, recuperando el aliento y dándole unas palmaditas en el lomo al ikran.

Giró hacia la izquierda en busca de Kiri y Spider, pero en vez de eso vio a Lo'ak con su ilu afuera del círculo de fuego intentando pasar. Me'rah se aferró a Alaska y aceleró el vuelo directo hacia el fuego, no sin antes bajar en picada hacia lo que quedaba de la nave y notar un extintor flotando. Alaska voló a ras y Me'rah atrapó rápidamente el extintor, volviendo a ascender con el ikran hacia el incendio.

Tomó un poco de aire preparándose y cuando estuvo a punto de llegar al fuego disparó del extintor justo a un metro de Lo'ak apagando el incendio en esa pequeña zona y dejando al ilu con su jinete pasar a toda velocidad.

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—¡Me'rah!—Gritó Lo'ak sorprendido por la presencia de ella.

—¡Hay que sacar a todos, pero apagar el fuego solo puede hacerlo Payakan!—Dijo ella volando a la par que el ilu.

—¡No lo encuentro, iré en busca de Kiri y Spider!—Fue lo único que dijo para luego ver junto a la rubia como la nave se hundía completamente y chocaba con el fondo.

Los dos aceleraron y haciendo ululeos los encontraron flotando en el agua. Lo'ak se acercó con su ilu y Me'rah mantenía un vuelo estático con Alaska no muy lejos del agua. —¡Hermano!—Gritó alegre Spider.

—Mamá y... papá... —Intentó hablar cansada Kiri acercándose al ilu junto a Spider

—están allá abajo. —Hay que bajar.—Dijo Lo'ak.—Sujetense—y sin tiempo que perder el ilu se adentró a las profundidades a la vez que el banshee de Me'rah tomaba impulso hacia el cielo y tras unos segundos descendieron en picada hacia el agua nadando junto al ilu directo a la nave.

Kiri bajó del ilu y tomó aquellas medusas que le permitían respirar y tanto el ikran como el ilu continuaron hasta el fondo, encontrando una entrada al interior de la nave.

Con señas Lo'ak le dijo a Spider que revisara esa zona y tras dejar al rubio ahí Me'rah bajó del ikran dejándola subir a la superficie y subió al ilu detrás de Lo'ak. Tras unos segundos la chica señaló otra zona para entrar a la nave y con velocidad el ilu los dejó ahí y se fue. Me'rah no podía nadar del todo bien, pero se impulsaba con la estructura, siguiéndole el paso a Lo'ak, viendo atentos si había señal de alguno de los que faltaba.

Y entonces vieron a Jake inconsciente en el fondo. Avani cruzó miradas con Lo'ak y extendiendo su mano hacia Lo'ak  lo tomó por la muñeca e impulsó hacia su padre más rápido.

Vio como el menor de los hermanos tomaba a su padre intentando despertarlo a la vez que ella se aproximaba. —"Para que recobre la conciencia hay que sacarlo del agua". —Explicó con señas la rubia, tomando uno de los brazos de Jake y Lo'ak el otro.

El na'vi asintió y los dos se dispusieron a sacar con apuro a sully recorriendo las estructuras dañadas de la nave.

Tras varios minutos nadando encontraron una burbuja de aire y sacaron a Jake allí, Me'rah sosteniendo su cabeza para que no se ahogara. —Papá —le dijo Lo'ak atento.

Jake estaba ocupado recuperando el aliento, pero en medio de su respiración agitada logró decir: —¿Neteyam?

Me'rah se congeló un segundo al escuchar el nombre.

—No, papá, soy yo, Lo'ak.

Jake parecía confundido, pero lo entendió. —Yo lo siento, papá, lamento lo de Neteyam, fue toda mi culpa —empezó el menor denotando tristeza y mucha culpa en su mirar.

Me'rah solo lo miró melancólica; no quería sentirse así, pero era imposible.

Dejó que Jake se sostuviera solo y se acercó al na'vi poniendo una de sus manos en sus cienes oscuras. —Nada de eso fue tu culpa, Lo'ak.—Susurró Me'rah intentando sonreirle. —Necesito que te concentres ahora, no voy a dejar que te sientas así. Te necesito aquí y ahora, no en el pasado. ¿Bien?

Lo'ak asintió en silencio.

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—Hay que... salir de aquí. —Dijo débilmente Jake y entonces los dos chicos empezaron a ver a su alrededor sin ninguna salida más que nadar hacia arriba.

No había otra opción.

—Perderemos la burbuja de aire, hay que movernos —dijo Lo'ak. —Hay que movernos, papá.

Pero el na'vi estaba cansado y apenas pudo moverse un poco, tenía sangre en su cara y no se veía seguro de lo que estaba por pasar. —¿Saben cómo salir de aquí?—inquirió dudoso.

—Parece que tenemos una ruta, pero hay que aguantar bastante hasta llegar arriba.

—No llegaré.—Susurró agotado Jake.—Ustedes sí, deben irse.

—No puedo perderte a ti también, papá.—Espetó con firmeza Lo'ak.

Me'rah le miró con una pizca de orgullo mientras intentaba mantener sus emociones a raya.

—Reduce tu ritmo cardíaco. Mantente tranquilo —empezó a explicar el menor poniendo sus manos en el diafragma de su padre—. Respira desde aquí.

Jake solo miró a su hijo y asintió.

El camino del agua no tiene inicio ni final... —empezó Lo'ak respirando profundo junto a su padre— está en tu alrededor e interior... Es tu hogar antes de tu nacimiento y después de tu muerte.

Jake solo suspiraba, tranquilizándose y cerrando sus ojos en el proceso, mientras los ojos miel de Me'rah observaban la escena entre padre e hijo.

El mar quita, el mar da. El agua conecta todas las cosas. La vida y la muerte... La luz y la oscuridad.

El nivel del agua subía y se quedaban sin tiempo.

—Tú puedes hacerlo, papá.—Susurró Lo'ak junto a Me'rah con el agua en el cuello y subiendo.

—Es hora.—Indicó Me'rah mirando a Jake—Respira hondo.

Los tres se miraron y sin más tomaron una gran bocanada de aire para sumergirse y empezar el camino hacia arriba guiados por Me'rah.

Cruzaron por las estructuras dañadas y esquivaron maquinaria pesada con un ritmo tranquilo gracias al calmado mar, en tanto miraban hacia Jake que no se quedara atrás en el trayecto...

Tras unos segundos más lograron salir de todas las piezas de metal y estructuras dañadas, viendo pequeños peces luminicentes guiandolos hacia la salida... Lo'ak y Me'rah extendieron sus manos a Jake y lo ayudaron en el último tramo.

Nadaron un poco más y por fin dejaron atrás la gran y destruida nave, siendo guiados por aquellos hermosos peces. Faltaba poco, pero Jake ya no podía soportar más cuando por fin Payakan apareció y tomó gentilmente a los 3 en su aleta y subió a través del agua y peces rumbo a la superficie.

En cuanto salieron, Sully fue el primero en respirar muy agitado, pues casi se ahogaba mientras Me'rah solo seguía sobre la aleta respirando más tranquila.

—Resiste —oyó a Lo'ak. —Respira hondo, papá.

Sully solo escuchó a su hijo y mientras este se giraba hacia Payakan logró controlar su respiración poco a poco. —Gracias...—Soltó el menor hacia el tulkun mientras Avani sonreía débilmente y acariciaba al animal.

—Chicos...—Susurró Jake regulando su pecho.

Ambos se giraron confundidos, pero al ver cómo el hombre colocaba su mano sobre el hombro de Me'rah y su otra en la mejilla de su hijo no pudieron evitar pensar que algo malo había ocurrido.

Te veo, Hijo... —Primero dijo Jake viendo Lo'ak tan profundamente.

El sentimiento estaba a flor de piel; las miradas de los dos demostraban que reconocían al otro, que lo veían más allá, que Jake luego de tanto por fin había visto a su hijo por lo que es. Por mucho tiempo era duro con Lo'ak al ser un vivo reflejo de él mismo, pero ahora que veía lo mucho que era capaz podía ver todo con claridad; ese era su hijo, nada podría cambiarlo.

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El menor estaba anonadado, no sabía cómo reaccionar, pero Me'rah pudo leer rápidamente que estaba más que feliz; el pecho del chico latía con fuerza y luego de años por fin no sentía la culpa en sus hombros de tantas cosas, de cargas que no le correspondían.

—Me'rah... —El na'vi se giró ahora hacia la rubia, quien también lo miró a los ojos —te veo...

Su corazón dio un vuelco, de pronto esa frase con ella tenía un sentido encriptado, Jake no lo decía porque si, de pronto se sentía que Jake la veía como una de la familia, que la veía por lo que era, veía su interior y aquel bello amor por Neteyam que nunca pudo culminar de la mejor forma, esa frase tuvo un impacto en Me'rah tan grande; se sentia honrada, con ganas de llorar y no podía descifrar si era de felicidad o tristeza, cual sea por fin Jake la veía como de la familia con aquel lazo de Neteyam que si bien ya no estaba pues se había muerto ese día, algo en Me'rah siempre la dejaría marcada.

—¡Ma'Jake!—el grito de Neytiri hizo girar a todos y ver a Kiri, Tuk y la na'vi nadar hacia ellos con lágrimas en sus ojos.

—¡Papá!—se escuchó a tuk.

Pronto llegaron hacia Payakan y se reunieron todos sobre la gran aleta del tulkun.

Por fin juntos de nuevo, como una familia.

Estaban felices, claro que lo estaban, pero el espacio de Neteyam nadie ni nada jamás podría llenarse.

—Kiri...—Soltó Me'rah tomando la mano de la na'vi y acercándose a ella para abrazarla.

—Me'rah...—Susurró aliviada la contraria aferrándose al abrazo sin saber que la rubia por fin luego de todo el caos se permitió llorar en su hombro.

Sus emociones eran casi indescriptibles, no sabía lo que estaba sintiendo, no podía identificar ni una sola emoción o pensamiento; tal vez era todo junto, el dolor, la ira, el alivio, aquel espacio vacío que había dejado por siempre Neteyam, el sentimiento de esperanza, alegría, tristeza...

Lo cierto es que ahora estaban bien y no quería ya vivir en el futuro tratando de descifrar lo que nadie podía saber.

Quería vivir el presente, el sentimiento de lo que sea que esté sintiendo.

Se unieron todos en un gran abrazo, pudiendo respirar tranquilos de que la amenaza se había ido por ahora y que se tenían el uno al otro.

antes pensaba que tener a tus seres queridos y el amor podría ser una debilidad, una forma en que el enemigo puede atacar cruelmente, pero ahora podía verlo; esa familia era mi fortaleza, el amor lo era.

(...)

El día llegó con solo unos minutos y tras Payakan disipar el fuego volvieron a aquella roca, aquella roca donde su peor pesadilla se volvió realidad y aunque no quisiera aceptarlo, él se había ido...

El amor de su vida ya no existía y tenía que aceptarlo; no quería reprimir ni una sola de sus emociones, así que en cuanto lo vio allí tirado solo pudo acercarse a él y sentarse a su lado, acariciando su brazo ahora frío y llorando silenciosamente. Lo había perdido, lo sabía, pero quería creer que ella tenía planes más allá de su conocimiento, que todo ese dolor sería para un propósito más grande.

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La ley de Murphy dice "si algo puede pasar, pasará", sea malo, sea bueno, quieras o no. Tal vez así sea con Eywa, con el destino... con el futuro. Hay cosas que aún no comprendo, pero si él tenía que irse, pasaría, tal vez no ese día, tal vez en un año, en una semana... no había forma de saberlo, pero pasaría y así funciona. Me torturaba pensando que podría haber hecho algo, pero cuando tiene que pasar... no habrá nada que lo detenga.

Él... Él fue el punto intermedio entre el amor más grande que había tenido y el dolor más fuerte que nunca me habían causado.

(...)

Los siguientes 2 días fueron difíciles de pasar: ver todas sus cosas, sus brazaletes, su arco, sus flechas, todos los regalos que alguna vez ella le dio, ver los lugares que visitaron y no escuchar su risa, sentir su voz llamando por ella, ver a A'tok y pensar que Neteyam jamás podrá volver a montarlo, pensar que cada rincón oscuro que era llenado con su sonrisa ahora no tenía con qué ser iluminado o ya no sentir aquella tranquilidad solo con su presencia.

A veces pensaba que no podría, que también se iría con él, que cada noche que pasaba sería su última, que no merecía vivir, no merecía nada de lo que aquel hermoso na'vi le enseñó, cada sonrisa, abrazo, tacto...

Y lo peor de todo es que jamás podría volver a verlo, no mientras Eywa no le permitiera. Ya no tendría a quien decirle "Te amo" y aún seguía llorandole al cielo por no haber dicho ese "te amo" antes de que él se fuera.

Aún seguía llorandole al cielo por no poder haberse despedido de él, no alcanzar a darle ese abrazo, ese beso...

Su corazón no aceptaba que ya no estaba. Aun así encontró confort en la música; algo en ella le tranquilizaba en las noches de llanto mientras Tsireya la acompañaba en todo momento e incluso la metkayina terminó convenciéndola de hacer un cordón musical y tras tejer con distintas piezas simbólicas y representaciones de cada evento en la canción, al final logró crear el más hermoso cordón musical sobre su amor.

Eso la liberó de varias cargas; la liberó de peso sobre sus hombros y pensamientos pesados, así que cantaba aquella melodía sosteniendo cada pequeña pieza del cordón con anhelo, tristeza, felicidad, ira, dolor y un pequeño espacio vacío incapaz de llenar, pues Neteyam lo ocuparía por siempre en su corazón.

En las noches sus emociones llegaban al límite e intentó cada una de ellas la conexión con Eywa a través de cánticos, de oraciones arrancadas del fondo de su alma, pero sabía que como siempre no tendrían algún tipo de efecto...

Solo quería sentirse respaldada por ella; pero curiosamente lo intentaba y lo intentaba, añorando que algún día pudiera funcionar.

Algún día.

No estaba dispuesta a renunciar algún día a poder ver a Neteyam gracias a Eywa.

(...)

Finalmente, el día del funeral había llegado y Ronal dejó en su tienda un atuendo para ella en ese día. Después de todo, era la pareja de quien ahora se realizaba aquel funeral y una pieza importante en el ritual de los metkayina para el evento.

Sin embargo, Me'rah no podía ni siquiera pensar con claridad; sus ojos cansados y sin brillo inundaban el lugar de blancos y grises.

Organizaba algunas cosas de su equipaje intentando mantenerse ocupada, y aunque en el principio le funcionó, un papel entre sus cosas le llamó la atención.

Sus manos humanas se acercaron y lo desenvolvieron.

Era una carta.

Una de Neteyam.

Ella suspiró. No sabia si estaba lista para ello. Sus dedos acariciaron el papel y finalmente la abrió lentamente.

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"Te amo, Me'rah, te amo
y siempre lo haré porque
crecimos juntos y me ayudaste
a ser quien soy. Solo quiero
hacerte saber que siempre
habrá una parte de ti en mí... y estoy agradecido por eso.
En lo que sea que te
conviertas en el futuro y
donde sea que estés en
este mundo... te envío mi amor.

Serás mi amor hasta el final...

Hice esta carta porque
aún después de que me dijiste
sobre el'seijaku', descubrí
que siempre te amé,
siempre lo hice y espero
que cuando tengamos que partir
del bosque encuentres
esta carta...porque es
difícil decir todo
cuando te veo...
espero también algún día ser
valiente y decírtelo para
que no tengas que leer
esto...aun así, quiero
que sepas que te amaré por
siempre, hasta el día de mi
muerte y más allá, por
ahora...sólo sé que te amo
y sigo confundido, intentando
describir este sentimiento.
Supongo que me negaré
a esto hasta que explote algún
día.

Un anhelo de un
humano y na'vi es desear
una real conexión;
es el mayor deseo que tenemos.
Al final del día somos todos
iguales, buscando un amor
que transcienda espacio y tiempo.
Espero algún día seas tú, mi amor.
Neteyam".

Me'rah quebró en llanto y una de sus lágrimas resbaló por su mejilla hasta deshacerse en segundos al chocar con el papel.

Así que Neteyam sabía lo que sentía, sabía que la amaba; desde mucho antes de ir al clan metkayina lo sabía; solo estaba confundido.

Me'rah solo pudo sonreír entre su llanto, ¡Neteyam la amaba! Y aunque habían salido de su boca aquella vez esas palabras, él lo sentía hace tiempo y solamente estaba confundido, al igual que ella.

Ahora solo esperaba que él hubiera escuchado aquellas palabras que gritó al cielo mientras se marchaba. Pero poco a poco el recuerdo de que jamás estaría de nuevo para decirle todo el tiempo lo mucho que lo amaba empezó a hacer estragos en su cabeza y entonces ese llanto de alegría se tornó en uno doloroso, uno lleno de gritos silenciosos y punzadas en su pecho hasta no poder respirar siquiera.

Se desplomó en el suelo y dejó sus lágrimas correr libres, mientras sentía su cuerpo temblar y no tener nada a que aferrarse.

(...)

Duró así varios minutos cuando por fin volvió a calmarse, decidió dejar de estar encerrada y salió a la playa, a tomar un poco de aire fresco.

Cargó consigo la carta, pero no se atrevía a leerla o volvería a pasar aquel mal momento.

No quería romperse más de lo que ya estaba.

Sus ojos miel se paseaban por el horizonte, el mar, el cielo y todos aquellos metkayinas, la mayoría preparándose para el funeral.

Unos pasos acercándose la hicieron mirar hacia el sonido y notó a Tsireya, quien solo le sonrió y se paró a su lado en silencio, viendo la misma panorámica que Me'rah.

—¿No es lindo?—soltó tranquila la metkayina.

La brisa hizo que la melena de la rubia se meneara un poco y asintió ante la pregunta de Tsireya.

Hubieron unos minutos en silencio hasta que aquella metkayina notó aquella carta y por quien había sido firmada. Leyó el nombre y agachó sus orejas melancólica; su mano se dirigió al hombro de la rubia y se giró a ella preocupada.

—Él era un gran chico... —Soltó con una pequeña sonrisa y suspiró—. Para nosotros el quemar la ropa funeraria representa el fin del duelo...

Pero eso fue suficiente para que Me'rah dejara escapar una lagrima y la limpiara de inmediato. —Si quieres hablar con alguien...sabes que aquí estoy —intentó sonar amable Tsireya.

Sin embargo, aquellos apagados ojos de miel se giraron hacia ella y de la boca de Avani salió: —¿Qué te hace pensar que hablando de él me traerá confort?

—Oh, yo- —intento hablar la na'vi.

Me'rah se giró al frente de nuevo y dijo: —La única cosa que me traería confort sería viéndolo otra vez...

De pronto Me'rah notó que había sido un poco grosera con alguien que solo quería ayudarla y agachó su cabeza en silencio. —Lo siento... yo... yo estoy muy cansada —Susurró intentando no llorar—. Esto... esto me está afectando una y otra vez. Me golpea y cuando trato de levantarme, solo me golpea de nuevo y no puedo...—Me'rah soltó un pequeño llanto mientras su voz se volvia mas temblorosa.—es como si me fuera a ahogar esto...siento que si pienso demasiado en él no solo quemaré esas prendas... sino el mundo entero con ellas.

Miró hacia el frente y un poco hacia arriba, evitando que las lágrimas salieran, pero era inútil; su voz se quebró y el agua alcalina de sus ojos descendió. —Necesito que se detenga... —Soltó intentando controlarse, pero su voz y corazón ya estaban rotos. —Necesito que todo se detenga...

Aquella última frase salió casi como una suplica, un llanto desde el fondo de su alma y corazón, como si por dentro estuviera cayéndose a pedazos, colapsando y volviéndose a unir una y otra vez.

Ella no había pedido esto, no había pedido que le quitaran a Neteyam; sabía que era algo que debía pasar, que no podía evitarlo, que Eywa tenía planes que aún no podía comprender, pero ¿cómo se supone que debe seguir adelante si ni siquiera es capaz de verlo una vez más?

Le asustaba pensar que con el tiempo su rostro se le olvidara, o su risa o cómo hablaba.

Romper algo era fácil. Matar algo era complicado, pero sanar... sanar algo era casi indescriptiblemente difícil.

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Yo lo sabía, lo sabía porque era yo quien estaba rota.

Tsireya solo se quedó en silencio y la abrazó, la abrazó con toda su fuerza tan sincera como si su corazón hablara con el de ella, como si su alma quisiera tomar todo ese dolor y alejarlo. —¿Te sientas sola ahora mismo?—Preguntó sin despegarse del abrazo.

—Estoy bien...hasta que me siento sola.—Susurró Me'rah calmándose un poco.

—Tal vez solo necesitas estar sola un tiempo hasta sentirte tú mismo...de nuevo...

Tsireya deshizo el abrazo poco a poco y ambas se sentaron en la arena viendo el océano danzar. —Creo que... —Soltó la metkayina. —Hay gente que te ayuda a convertirte en la persona que terminas siendo, solo puedes ser agradecido con ellos aún si no estaban destinados a estar en tu vida por siempre... —Escuchó en el silencio como la na'vi suspiraba. —Si te sirve de algo... ninguno merece sentir el dolor que sientes, está bien si a veces sientes que no puedes continuar, está bien detenerte un momento, respirar... la vida no tiene reglas. Las dificultades preparan a menudo a una persona normal para un destino extraordinario. Todo tiene su razón ser, Me'rah.

Había un pasado antes de ti, y un presente contigo, pero por alguna razón nunca pensé en un futuro después de ti, pero ahí estaba y yo estaba en ese futuro.

—La muerte no significa el final de algo... es solo inicio de algo más grande...—Agregó Tsireya.

Y entonces algo hizo "click" en la cabeza de Me'rah.

No había por qué recordar una muerte como algo malo; no representaba el final de nada, sino la trascendencia a un plano no físico.

Que no pudiera sentir a neteyam allí o siquiera verlo no significaba que no estuviera; él estaba en cada espacio, en su corazón, en su mente, en el aire que respiraba, en Eywa...






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(...)

La noche cayó y el momento del funeral había llegado.

Los sully junto a Spider se habían encargado de llevar el cuerpo de su amado hasta el lugar, y en cuanto estuvieron encima de aquellas algas lumincentes amarillas se detuvieron todos bajando de sus ilus y esperando por Me'rah.

Ronal estaba junto a su esposo y detrás de ellos el clan entero con linternas de fuego y luciendo vestimentas para la ocasión.

De pronto Avani llegó a la playa en silencio, luciendo el atuendo que Ronal le había dado y mientras el clan le abría el camino para ella pasar, la rubia se mantenía con lágrimas en sus ojos y una mirada melancólica, pero a la vez no tan pesada como antes...

Caminó hacia el agua, dejando la arena atrás, sintiendo en su piel humana el cosquilleo de las tranquilas olas. La limincencia del agua iluminaba su vestimenta que era un vestido azulado con tonos púrpura. Caminó con la cabeza en alto y en cuanto sus ojos miel encontraron a Tsireya acompañada de Ao'nung y Rotxo en la multitud no pudo evitar sonreír débilmente y asentir levemente hacia ellos, quienes devolvieron el gesto con sus mejillas empapadas de lágrimas.

Suspiró y continuó su camino, llegando por fin al lado de Tonowari, quien la ayudó a caminar hasta él extendiendo su mano caballerosamente. Merah asintió hacia él en agradecimiento y este devolvió el gesto en silencio. Los dos giraron al frente y tras unos segundos donde Ronal sostenía los cánticos del clan, por fin Me'rah supo que era hora de avanzar.

Respiró hondo y de nuevo inició con rumbo hacia los Sully, cada vez más alejándose de la costa. A'tok llegó hasta ella y la rubia subió en su lomo en silencio; el animal la llevó hasta Jake y Neytiri que sostenían el cuerpo de Neteyam en una pequeña cápsula atada a los ilus.

Bajó con cuidado al agua y dejó que A'tok se alejara.

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Sus orbes miel se dirigieron hacia Neytiri y no pudo evitar abrazarla brevemente. Volvió a su lugar y se preparó para bajar el cuerpo con los dos Sully. La tradición metkayina decía que la pareja junto a quienes más marcaron la vida de Neteyam serían los encargados de marcar su muerte no como el final, sino como un comienzo.

Para ese punto nadie le dijo nada a Me'rah, pero sabían implícitamente que ella y Neteyam eran pareja antes de su deceso, así que ninguno se opuso cuando Ronal le dijo a los Sully sobre el papel de Me'rah como pareja del chico en el funeral.

Avani solo miró a ambos padres y cambiando su piel humana a la na'vi tomó el brazo de Neteyam, Neytiri su cabeza y Jake sus pies para bajarlo. —¿Lista?—Susurró Neytiri a lo que Avani solo asintió y sin más los 3 tomaron una bocanada de aire y se sumergieron lentamente hacia el agua.

En cuanto bajaron Kiri, Spider, Tuk y Lo'ak sumergieron sus cabezas para verlos mientras las lágrimas eran más que notables...

Me'rah nadó con sus piernas largas azuladas como pudo, pues Ronal había hecho curación en su herida y había puesto un vendaje en la zona.

Poco a poco la luminicencia amarilla acaparó su rostro y tras descender un poco más, los tres dejaron el cuerpo de Neteyam caer hacia las algas amarillas con cuidado. Me'rah volvió a subir con cuidado un poco y se mantuvo a la altura de Neytiri y Jake bajo el agua, viendo con sus hermosos ojos azules como el cuerpo desaparecía entre aquellas algas.

Solo esperaba verlo en el futuro y no quería llorar; pero no podía negar que iba a extrañarlo cada segundo hasta el momento en que pudiera volver a verlo.

Subió a la superficie tras ver cómo ya el cuerpo no estaba a la vista y en cuanto logró tomar aire afuera del agua, apartó el cabello de su cara, volvió a su piel humana y miró a Lo'ak. Nadó hacia él que lloraba bajo el agua en silencio y puso sus manos sobre sus hombros en señal de que estaría a su lado.

Se giró una última vez hacia las algas amarillas y su rostro se afligió, soltando más lágrimas. Debía dejar salir todo eso.

El pueblo dice que toda la energía es prestada, y un día... deberás devolverla. Eywa lleva a todos sus hijos en el corazón, nunca se pierde nada...

(...)

Quedó el dolor, y también la cicatriz, como una herida cerrada pero no curada...de eso se debía encargar el tiempo.

Es un paso, pero no el final porque todo el mundo sabe que luego de la tormenta queda el desastre que espero algún día poder arreglar antes de que llegue mi último aliento.

Era hora de marcharse de aquel clan, el clan que la marcó, el lugar donde las risas, el amor y la tristeza florecieron, donde todos sus más bellos recuerdos vivirían por siempre.

Era hora de irse, pues el tiempo allí había acabado y el peligro acecharía a más inocentes mientras permanecieran allí.

Le decía adiós al lugar que dejó una marca en su corazón tan grande como el mismo vacío; aún así solo esperaba que algún día pudiera sanar, que algún día todo ese dolor solo fuera una cicatriz y un buen recuerdo que contar.

Los metkayina y en especial Ronal y Tonowari decidieron darle un pequeño regalo a Me'rah como agradecimiento: un tatuaje en la mitad de su pecho. Simbolizaba su amor por aquel lugar, los recuerdos, las risas, su linaje y aquel hermoso amor que floreció en esos campos, el amor hacía quien ahora yacía con los ancestros del clan.

(...)

Avani estaba en la tienda de los jefes metkayina, admirando su pecho con una leve sonrisa. Sus ojos brillaban muy suavemente con el sol del atardecer.

La noche anterior había sido el funeral y tras llorar los días anteriores sus lágrimas no se secaban, lo cual ya no sabía si realmente era bueno o malo, pero al menos su corazón respiraba un poco luego de tal carga emocional. Estaba en silencio mirando su pecho recién tatuado y de pronto apareció Tonowari con las manos llenas.

—Parece que esto te pertenece —habló el metkayina haciendo que la rubia se girara hacia él y notara entre sus manos su armadura y arco casi intactos.

Los había recuperado de la nave, y por lo visto habían sido reparados los daños en los objetos gracias a la pelea.

—... Gracias... —Susurró la rubia, abriendo un poco sus ojos y sonriendo agradecida—. No pensé que fuera posible.

—La RDA abandonó el lugar, así que varios de mis guerreros fueron a inspeccionar. Los artesanos lograron arreglar unos pequeños detalles; espero no te moleste.

Me'rah solo sonrió y recibió los objetos. Lo primero que observó fue su arco que tenía pequeñas piezas del árbol de los metkayina en zonas rotas y su armadura, en una zona rota, fue tejida de vuelta con telas, plumas y madera del clan.

Era bellísimo cada pequeño detalle.

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Sus ojos se cristalizaron con lágrimas y aún decidió seguir sonriendo; sin embargo, los líderes notaron aquella tristeza en medio de su silencio.

Ronal se acercó, pero fue Tonowari quien decidió hablarle a Me'rah mientras veía en silencio hacia el océano desde su tienda.

La rubia hizo lo mismo y silenciosamente limpió sus lágrimas y decidió colocar su armadura, pues pronto partirían.

—Creciste parte de tu vida con tu padre, rodeada de tecnología, ¿no es así?—Preguntó mirando al frente al igual que ella.

—Sí, señor —Susurró débilmente Me'rah obligándose a sonar un poco tranquila.

—Es bello que hayas realizado el funeral de acuerdo con los rituales de nuestros ancestros; no haz sumergido tu corazón en la tecnología.

La rubia solo asintió en silencio con una expresión tranquila y limpió una lágrima que corría por su rosada mejilla.

—Cuando Ga'ia también estaba por marcharse... —Continuó el Olo'eyktan—prometimos brindarle protección y apoyo a ella y su familia si algún día la necesitaba... Fue esa una de las razones por las que accedimos a alojarlos aquí. Hubo un silencio; ninguno era capaz de hablar por un segundo. —Tu madre cuando estaba por irse de aquí decidimos preguntarle cual era su plan y la decisión en sus palabras fueron suficientes para conocer su determinación y misión luego de aquí... —Tonowari dirigió sus orbes azules hacia Me'rah un instante. —Ahora te pregunto a ti, hija de Ga'ia... ¿cuál es tu plan al irte de este clan?

Me'rah se giró en silencio y dijo suavemente: —No puedes preguntarle eso a una niña que ni siquiera sabe a donde pertenece o que es.

Tonowari agachó su cabeza con una sonrisa amable y luego miró a la rubia:—El mundo te ha quitado mucho para seguir considerándote una niña.

Ambos quedaron en silencio hasta que Tonowari sin dejar de verla volvió a retomar:—Sólo quiero saber tu mente hacia que se inclina.

—Seguiré a Los Sully...—Susurró Me'rah.

—Y qué dice tu corazón...

Mi corazón...—Dijo Avani viendo esos grandes ojos azules del maykayina mientras Ronal los veía atrás en silencio.—Acabo de enterrar a la persona que me conocía realmente y que amé... mi corazón dejó de latir como el de él... así que no lo sé...

En silencio el Olo'eyktan asintió reconociendo aquel sentimiento; no iba a culparla o decir algo más, no cuando su corazón había sido sacudido con tanta fuerza.

Ronal en silencio dobló aquella prenda que Me'rah usó en el funeral la noche anterior y se acercó a la rubia que permanecía en silencio viendo el océano desde su lugar.

Tonowari se mantuvo a su lado y sus ojos azules vieron como su esposa extendía sus manos con la prenda en ellas. —Para nosotros el agua lo es todo... —Empezó Ronal con firmeza y respeto—, pero el fuego, a pesar de no ser nuestro elemento, juega un papel importante en el momento de un ciclo y la muerte.

Me'rah le vio confundida, pero mantuvo silencio. —Quemar las prendas funerarias marca el fin del periodo del duelo y el comienzo de una nueva relación con nuestros seres amados que han fallecido...

La rubia de nuevo dejó sus ojos lagrimear; ni siquiera pudo decidir hacerlo o no; simplemente lo hizo sin ningún aviso y miró a Ronal.

—No puedo hacerlo... —Intentó articular con su voz quebrada.

—No lo hagas ahora... sino cuando tu corazón logre la paz interior... hazlo cuando te sientas lista para dejar ir todo...

Me'rah solo asintió y recibió la prenda en sus manos. Los dos jefes pusieron una de sus manos en los hombros de la rubia y la vieron a los ojos.

—Él ahora yace con nuestros ancestros... —Espetó Tonowari viéndola a los ojos.

Eres una metkayina ahora... —Soltó Ronal con respeto y orgullo.

Y ahí estaba... era una del clan del océano, así como Jake y los Sully... ese era ahora tambiénmi hogar, así como el bosque y Neteyam. A veces creo que la partida de él fue el dolor más grande para impulsarme a lugares que sin esa pérdida jamás hubiera podido llegar... Pero me hubiera gustado pensar que... había algún pequeño chance de que aún con él llegaría tan lejos.

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(...)

Esa misma noche antes de partir el clan entero les despidió de la manera más hermosa pues ahora uno de ellos descansaba con sus antepasados y con su partida sin duda quedaría un pequeño espacio entre ellos reservado para aquella familia que decidía irse por el bien de aquel amable clan que decidió en algún momento abrir sus brazos y acogerlos como una familia, al principio con dudas y prejuicios pero el tiempo no solo moldeó a ellos sino también aquella familia que por una última vez había decidido viajar hacia el árbol sagrado de los metkayina con una despedida para Eywa y aquel hermoso na'vi que ahora ya no estaba ente ellos.

Sus ojos se movían lentamente por el agua y las lágrimas de todos e incluso Spider eran más que genuinas, sinceras y llenas de amor por encima de aquel dolor.

Llegaron a su lugar y los ilu se detuvieron. Me'rah tenía una pequeña sonrisa, pero estaba nerviosa y su corazón latía con fuerza, pues había pasado un tiempo desde la última vez que había vuelto y pensaba que tras todas las reacciones de su cuerpo luego del incidente de Kiri le abrían un rayo de esperanza. Miró a Jake que estaba totalmente roto en llanto, admirando el árbol que estaba bajo el agua, justo debajo de ellos.

Neytiri bajó al agua con los demás y Lo'ak nadaba alrededor del árbol con Payakan, pero Jake y Me'rah decidieron quedarse de últimos arriba en la superficie.

Los ojos de miel de Avani se dirigieron con lágrimas hacia Jake y este le devolvió la mirada con una gran carga de tristeza. —Lo amas... ¿no es así?—Susurró el mayor.

—mucho.—Intentó sonreír Me'rah con su voz igual de quebrada a la de él.

Se miraron por unos segundos, los dos conectando y entendiendo las emociones de otro por un instante, pero era hora de bajar una última vez y ni había mucho tiempo.

—Hay que bajar... —Susurró Me'rah saltando al agua con cuidado y tomando una bocanada de aire, empezó a nadar con cuidado gracias a su herida vendada en su pierna.

Sus ojos miel se paseaban con cautela y fascinación alrededor del árbol y la hermosa luz luminente que irradiaba hacia su cara. El sentimiento de hogar de pronto se sintió cálido.

Vio a Neytiri esperando por Jake y a lo lejos estaban Kiri y Tuk. Me'rah continuó nadando y llegando a una parte alejada del resto, tomó su larga trenza de cabellos rubios y en la punta de ella los pequeños tentáculos se dejaron ver...

Su corazón palpitaba con fuerza; casi no podía oír el sonido del alrededor con el bombear de su pecho y sus manos temblaban.

Solo una chance...

Sólo necesitaba de una chance.

Con su brazo y un tacto delicado acercó el tsaheylu; cerró sus ojos, esperando en el fondo la misma situación de siempre, a excepción de un atisbo de esperanza en su pecho.

Su mano se movió a través del agua y finalmente los pequeños tentáculos de su trenza se enlazaron al árbol.

Un escalofrío y cosquilleo recorrió su cuerpo en segundos, mientras que con sus ojos cerrados veía luces a toda velocidad pasar por su lado; demasiados sonidos se mezclaban entre sí, su corazón casi escapaba de su pecho y sentía un fuerte mareo en su frente.

Precipitadamente todo cesó en segundos.

Estaba en el bosque.

Lo había logrado.

Sus ojos de miel se pasearon por el lugar y entonces notó que estaba en el mismo sitio de aquel sueño con su madre. Los rayos del sol atravesaban las hojas de los frondosos árboles, el latir de un corazón se oía como un gran tambor y los pájaros cantaban tranquilamente.

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La presencia de algo más grande, de algo incapaz de explicarse más allá de "poderoso", se sentía en la atmósfera, en todo lado, en el aire que respiraba, en cada latido.

¿Era ella? ¿Eywa?

De nuevo, no podía moverse y con cada latido que resonaba en el lugar su piel se erizaba.

"Tú nunca te has rendido... por nada en tu vida".

De repente esa voz. Una voz familiar y a la vez tan desconocida.

Era femenina, pero  con facilidad no se trataba de su madre.

"...aún cuando tal vez debiste..."

Su cuerpo estaba empezando a sentirse débil y a la vez lleno de energía. No sabía si desplomarse sobre sus rodillas o permanecer sobre sus pies.

"Nunca mires atrás..."

Aquella frase fue como un susurro en su oído, y de inmediato aquella sensación tan confusa para todos sus sentidos la invadió.

"Si vas a matar, mata... si vas a hacerlo arder hasta el piso... déjalo arder".

De repente una reminiscencia en su mente llegó a su cabeza, todos los flashbacks de la RDA, todas las naves, los helicopteros, sus tropas hacia el bosque, el océano, las montañas, las praderas... Todos ardiendo frente a ella.

"Esta es tu misión..."

"El pueblo na'vi te necesita, Me'rah, salvalos de este final"...

Las reminiscencias de lugares que jamás había visto en Pandora eran destruidos por la RDA; los llantos, los gritos y las lágrimas de los na'vi solo eran un eco en medio de las explosiones y balas.

¿A que se refería con que esa era su misión? ¿Debía acabar con la RDA? ¿Qué significaba todo eso que veía de repente?

No hubo necesidad de más palabras, pues todas sus preguntas fueron resueltas en segundos cuando un reflejo de ella misma apareció de frente alzando su puño al aire en victoria mientras miles de na'vis gritaban con ella...

Esa era su misión: salvar al pueblo del humano y a la vez de ella misma, de quien estaba presente en cada centímetro del planeta.

Lo entendió rápidamente: ella era el último az debajo de la manga de Eywa.

De pronto con un solo latido resonó todo su cuerpo; las reminiscencias se esfumaron e incapaz de sostenerse de pie cayó sobre sus rodillas.

El camino empezaba a ser claro y cada punto era unido.

Cada vez que no sentía a eywa, cada vez que no podía conectar con su naturaleza, cuando ni siquiera sabía si era humana o na'vi y todas las veces que sintió ser ignorada por eywa, todo fue para ese momento... Todo fue para ese mismo instante.

"La leyenda dice: "Y el guerrero más fuerte de ella no vivirá como el resto durante su vida, será quien menos lo piensen, no podrá sentirla como el resto, no sabrá si pertenece allí, no será ni llegará a la mitad de su poder pues ella le privará de todo contacto espiritual hasta que el momento de aquel guerrero haya llegado...el momento de luchar en nombre de todo el planeta.

Es por eso, Me'rah, que eres tú el dark horse de Pandora..."

"Tu eres Vawm Yora'tu".

De repente todo lo que veía se volvió oscuro; el tsaheylu se deshizo y sus ojos se abrieron de golpe, dejando ver sus orbes azules grandes, su tez azulada y su corazón a mil por hora.

Ahora conocía quién era, sabía su misión; luego de años sin saber siquiera para qué había sido hecha, de pronto todo cobró sentido; ya lo sabía, ella misma se lo había revelado; ahora conocía tal vez no su destino ni su futuro, pero sí su misión.

Ahora sabía realmente quién era porque esa era su catharsis.

















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EXTRA. 🌊🪸


Me'rah se encontraba sentada en la playa; era de mañana y al parecer ese era su último día en aquel hermoso paraíso, pues en unos minutos debía ir a despedirse del Olo'eyktan y la Tsahík de los metkayina. No quería hacer muy sentimental el tema, pero allí estaba admirando el mar que alguna vez le tuvo miedo y el cielo que siempre quiso surcar.

Algo de paz le traía todo el silencio y la brisa, acariciando su piel humana.

Tuk llegó a su lado y tomó asiento en silencio junto a ella.

Sus ojos miel se dirigieron a la niña y admiraron como el sol besaba su piel haciéndola ver muy linda, algo en ella le recordaba a Jake y Neytiri.

—Ja...te pareces mucho a tus padres.—Soltó con una leve sonrisa la rubia sin dejar de ver con mucho aprecio aquella pequeña na'vi.

—¿de verdad?—los cansados ojos de Tuk parpadearon confundidos.

—Neteyam era como Neytiri, Lo'ak se parece más a Jake, pero tú Tuktirey,—dijo sonriendo—tu tienes la esencia de ambos, eres una fuerza de la naturaleza y sin darte cuenta serás más fuerte que una máquina de guerra.—Tuk solo la miró curiosa mientras Me'rah revolvía sus pequeñas trenzas.— tus padres fueron capaces de cosas grandes, sin duda tú...tú harás eso y el doble, porque tienes todo lo bueno de ambos...junto.

La firmeza en aquellas palabras y su determinación hicieron a Tuk verse halagada. —Saldremos de esta... no te preocupes... —Completó al final Me'rah acariciando las pequeñas trenzas de la na'vi mientras le sonreía haciéndola sentir mejor, porque todos saben que es más difícil avanzar cuando no hay nadie quien te de una pizca de esperanza y Me'rah lo sabía muy bien.

Creo que me siento afortunada, no de que muriera, sino de al fin sentir este amor y que luego de la muerte seguirá estando, que mucha gente se pierde a sí mismo buscando el amor de su vida o alma gemela y yo no tuve ni siquiera que buscar, que yo siempre lo tuve a mi lado que lo amé y lo amaré hasta el día de mi muerte para así verlo de nuevo luego de esta vida, me siento afortunada de poder amarlo hasta el final.

No pude decirte muchas cosas ni lo mucho que quería un futuro contigo, o al menos repetirtelo día y noche para así tu cerebro poder memorizarlo  pero al final nuestros actos hablaban más por sí solos...ambos lo sentíamos así. Jamás olvidaré el momento en que te conocí cuando apenas eramos unos niños, te convertiste en el personaje principal de mi vida; yo era una enamorada sin esperanza y tú...tú eras la persona correcta en el tiempo correcto, eras mi sueño hecho realidad, mi más fácil "hola" y más difícil "adiós" pero espero que sepas que estoy agradecida contigo, que seguiré esperando el día que pueda volver a verte porque fuiste el capitulo más bello de mi vida, cada página lleva una esquina doblada para así recordar cada buen momento a tu lado mientras no estás.

Sí, eso no me mató, pero algo murió dentro de mí ese día... no sé si esté sentimiento durará por siempre... pero estoy tratando. Aun trato de aceptar que la vida no siempre sigue nuestros deseos; a veces un final a un ciclo no quiere decir un final feliz para todos; a veces para avanzar hay que dejar algo atrás y es esa la función de la vida, el flujo constante de cambios finalizando un ciclo justo en la forma que debe ser, aún si no lo entendemos en el momento...

Si algo tiene que pasar, pasará, ¿no crees?

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A veces la brisa susurra secretos en mi oído
pero no serán comparados
con los secretos que guardo
de ti en mi corazón y por ahora
le daré al viento mis besos que
guardé para ti esperando así tocarte
para cuando sientas que me
extrañas puedas escuchar mi voz
entre la brisa diciendo te amo...
































!!!
FIN DEL ACTO i
Catharsis
🌊🪸🎋

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