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𝘅. ⊳ 𝗧𝗵𝗲 𝗱𝗼𝘄𝗻𝗳𝗮𝗹𝗹.

❛ 𝒀𝒐 𝒅𝒂𝒓𝒆́ 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒓
𝒔𝒂𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒏𝒖𝒎𝒃𝒓𝒂𝒔 ❜

❝ 1O. LA CAÍDA.❞

I CAN'T TELL YOU WHAT
IT REALLY IS
I CAN ONLY TELL U WHAT
IT FEELS LIKE
AND RIGHT NOW, THERE'S A
STEEL KNIFE IN MY WINDPIPE
I CAN'T BREATHE, BUT I STILL FIGHT
WHILE I CAN FIGHT. ❜

ALGUNA vez leí en uno de los antiguos libros de papá una ley, la ley de Murphy y dice..."si algo puede pasar, va a pasar". Será inevitable, no es algo que puedes retener, tal vez aplazar pero no erradicar, tarde o temprano ocurrirá...lo que sea que tenga que pasar, por ejemplo...una mirada, y la historia que eso llevará y el tiempo que tomará…sucederá.

Dicen que los ojos no mienten ni las miradas detrás de ellos. Una mirada puede llegar a marcarte como un tatuaje, tal vez no en la piel pero si en la mente; a veces será bueno, otras no tanto pero son las miradas el único lenguaje de lo que siente el corazón en el silencio, y antes de que puedas transmitir lo que el corazón siente primero debes estar seguro que es lo que sientes tú, PERO también dicen que el que arriesga gana.

Un atisbo con aquella mirada y cualquiera juraría que en esos dorados y grandes ojos nunca había conocido a nadie con tanto sol como  él.

(...)

Y así como la noche se marchó nuevos días salieron, el sol volvió a brillar para todos y más oportunidades consigo en especial para los Metkayina pues el gran día del regreso de los Tulkun al fin había llegado con un gran sol y alegría.

La familia Sully junto a Me'rah se encontraban reunidos en la gran tienda organizando un poco, colocando maletas en un lugar, los arcos en otro y demás cosas cuando los tambores de los metkayina empezaron a retumbar, los ululeos empezaban a llenar el lugar y la felicidad colmaba cada rincón contagiando la emoción.

La familia de omaticayas salió de la tienda curiosos y en cuanto el espectáculo acarició sus ojos fue imposible no quedarse allí, el impulso de seguir a los habitantes del clan tomar sus ilus y Skimswings era cada vez más y más fuerte.

Los ojos miel de la rubia brillaban y con una gigante sonrisa tomó a Neteyam de la mano empezando a correr hacia los tulkun.

—¡Que esperan!—Les Gritó a los estáticos Sully que en cuanto la Oyeron fue la señal para tomar eufóricos sus ilus y lanzarse al agua.

Neteyam no quería soltar la pequeña mano humana de su amiga y aunque tuviera el espectáculo en su cara aquellos dorados ojos brillaban de verla correr con tanta emoción por la aldea, guiándolo hacia quien sabe donde. Realmente le importaba poco eso en aquel instante mientras fuera con ella.

La euforia a flor de piel en Me'rah era casi indescriptible y rebosante que podía gritar en cualquier segundo pero definitivamente ese espectáculo de los metkayina y Tulkun reuniéndose no pensaba perdérselo.

—¡Tomaré a Alaska, ve con A'tok! ¿Está bien?—la rubia preguntó mirando un segundo a su amigo y Soltó el agarre, dejándolo completamente confundido pero tras unos segundos ella llamó con un ululeo al ikran y subió prestándole poca atención al na’vi.—¡Te veo en el agua!

Con una risa eufórica Avani hizo a la banshee batir fuerte sus alas y con velocidad se dirigió hacia el mar sintiendo la brisa sobre su cuerpo, meneando su cabello y la forma en que su cuerpo extrañaba tanto el volar tan libre como antes.

—¡Nuestros hermanos han regresado!—Neteyam escuchaba desde su lugar a Tsireya mientras sus ojos se enfocaban en tratar de no perder a Me'rah, pero al final solo le quedaba tomar su ilu y apresurarse.—¡Todos, los tulkun han regresado!

Los ululeos empezaban a escucharse por encima de las olas y sin más remedio el omaticaya corrió hacia el agua, subió al lomo de A’tok con afán y sin tiempo que perder empezó a sumergirse con velocidad viendo una última vez recorriendo el cielo a la rubia y como si no fuera suficiente se metió bajo el agua viendo los grandes animales nadando con euforia, reencontrándose con sus hermanos y hermanas.

Me'rah alzaba su puño al aire ululeando y maniobrando con su ikran cerca a los tulkun que saltaban fuera del agua con alegría salpicándola con la salada agua.

El viento en su cara le recordaba a su bosque y hogar pero el agua…el agua significaba algo nuevo en ella, era el flujo de la vida, vida y muerte, la forma en que todo se conectaba.

Giró con Alaska y empezó a sobrevolar a centímetros del agua esquivando a los ilus y tulkun con una gran y asombrada sonrisa, la felicidad se respiraba por doquier y su mirada con solo verlo expresaba cada una de sus emociones a flor de piel.

Neteyam desde el agua notó al ikran, así que empezó a nadar junto a ella y sorprendiendo a Me'rah hizo que su ilu saltará del agua con energía logrando captar su atención.

—¡Salta!—Gritó Neteyam desde su ilu sin dejar de nadar ni Me'rah de volar.

La rubia lo miró dudosa pero sabía que no pasaría nada malo así que tomando una bocanada de aire Soltó las riendas de su banshee, miró a su amigo con una sonrisa y sin más dejó caer su cuerpo de espaldas al agua siendo recibida por una hermosa vista donde los tulkun nadaban en círculos felices, los metkayina buscaban a sus hermanos y los ilu paseaban alegres por todos lados.

Su sonrisa no podía ser borrada con nada.

Neteyam se sumergió con su ilu y tomándola de la muñeca continuó nadando mientras Me'rah cambiaba su aspecto a na’vi y se acomodaba delante del omaticaya para tomar el control de A'tok.

Los dos ahora navegaban con rapidez a través del hermoso paisaje, entre los tulkun y el océano, logrando observar los grandes tatuajes de los tulkun, los bebés metkayina nadando felices o los bebés de las ballenas conociendo su hogar junto a sus madres.

Todo era simplemente hermoso y tanto amor sus ojos jamás habían presenciado en tales cantidades, y si, estaba llorando pero esa vez de felicidad, y a pesar que sus lágrimas se desvanecían con el océano el sentimiento definitivamente si era visible, en especial para Neteyam que lo notó en segundos.

Preocupado de que estuviera algo mal con señas preguntó "¿Está todo bien?" A lo que Me'rah se giró hacía él y asintió para luego con su única mano libre explicar: "jamás había visto algo así".

Los ojos ahora azules de Me'rah no dejaban de ver los hermosos tulkun con sus bebés y su corazón se derretía de amor y ternura.

Era una fiesta submarina.

Nadaron con A'tok por el lado de Kiri y Tuk que se aferraban con diversión a la aleta del tulkun de rotxo, las na'vis los notaron y sonrieron hacia ellos.

Avani continuó con su camino nadando mientras Neteyam la sujetaba de la cintura para no caerse.

Veíamos la unión de los metkayina con los tulkun, eran tiempos de historias, de contar lo que había ocurrido durante su ausencia, de muertes, de nacimientos, de viejos amigos y nuevos amores...

Oh, pero los orbes dorados de Neteyam ya no se enfocaban en los tulkun sino en algo más bello: Me'rah y su melena negra, piel azulada y ojos azules. No quería admitirlo porque sonaba tonto incluso para él pero...de repente algo al verla ya no se sentía igual, ya no era solo su simple amiga.

Y es que podía negarse una y otra vez, apaciguar aquel extraño sentimiento pero los ojos jamás mienten...jamás.

(...)

Los días pasaron, Neteyam cada vez más aprendía a adaptarse a la vida costera con ayuda de Me'rah que también aprendía de él y poco a poco escapaban un rato a nadar o volar con los ikranes cuando sus deberes terminaban, sin embargo para Tonowari y Ronal ella representaba el símbolo de su madre por lo sus ojos siempre eran como halcones sobre ella así que muchas de las escapadas eran a escondidas, incluso de Jake y Neytiri.

También con el pasar de los días y ayuda de Neteyam, Me’rah cada vez mas entendía su cuerpo, el como funcionaba, encontraba la belleza en lo que otros veían un monstruo, cada vez mas entendía cada célula de si misma y de a poco lograba mas y mas tener control de su propio cuerpo y vida.

Y sin saberlo Neteyam y ella se habían vuelto mas fuertes q nunca porque la paz que sentían el uno con el otro los últimos días no podía siquiera explicarse, podrían pasar horas y todo el día juntos pero de repente solo parecían un par de minutos.

Me'rah sabía que ese sentimiento no era reciente y que cada vez que Veía al na’vi acercarse el sonido de su pecho ensordecía sus oídos del retumbar tan fuerte, ¿Era acaso esa la misma conexión que en algún momento tuvo su padre con su madre? ¿Acaso Neteyam podría notar a ella viéndolo entre una multitud? ¿O podría leer sus ojos en medio del silencio?, porque ella empezaba a creer que esos orbes dorados  podían brillar más que el mismo sol.

Neteyam por su lado solo era un desastre de emociones que ocultaba muy bien cada vez que veía a esa linda humana de hebras rubias que cuando pasaba su piel a la na'vi se veía igual o incluso más hermosa, ¿Acaso ella escuchará cuando entre sus sueños clama su nombre? ¿O notará el calor de sus mejillas cuando la ve corriendo o sonriendo hacia él? ¿De donde podría provenir tanta luz de ella cuando por años le dijeron que era el lugar más oscuro, que era...Un monstruo?

¿Acaso el otro notaba como se mordían las lenguas tragando las palabras en los momentos correctos por miedo?

Los pasos apurados de la humana entre la selva de aquella hermosa isla eran sólo ecos en los oídos del omaticaya que aunque intentaba alcanzarla solo podía sumergirse en sus pensamientos y bueno, ella también se veía pensativa.

Me'rah sacudió su cabeza. Tal vez se estaba apurando a los hechos pero algo le decía...algo en su mente le gritaba que era ahora o nunca. Todo o nada.

—Cuando vi a tsireya con su hermana tulkun...—Empezó Me'rah moviendo detrás de su oído su cabello rubio para mirar con una leve sonrisa a su amigo sin dejar de caminar. Él alzó sus orejas atento.—Bueno...de repente entendí el concepto de lo que era un hermano espiritual, la conexión cómplice del vínculo y de pronto Alaska se me vino a la mente.—explicaba Me'rah tomando una bella flor tropical y colocándola en su oído.—...Aun es increíble que sin poder formar el Tsaheylu con ella podamos entendernos tan bien...

—Entonces es ella tu hermana espiritual.—Sonrió Neteyam entendiendo el punto de Me'rah.—En cuanto hiciste el inkimaya se sabía.

Avani parpadeó un par de veces pensando:—¿siempre lo supiste y no me lo dijiste?—Bromeó sin dejar de caminar.

La risa de Neteyam llegó a sus oídos fuerte y claro:—...Sólo era una corazonada.

Me'rah se quedó en silencio unos segundos, pensando en Payakan y Lo'ak, el recuerdo de verlos jugar y como conectaban tan bien le hizo sonreír. Sabía que Payakan no era el villano que todos pensaban pero él no tenía el poder de hablar para defenderse y era fácil juzgar cuando solo se conoce un lado de la historia.

—...Tal vez Payakan sea el hermano espiritual de Lo'ak.—Soltó sin pensar muy bien la reacción que tendría su amigo.

Me'rah pensó que Neteyam lo dejaría pasar y seguirían caminando pero no fue así y por el contrario dejó de oír los pasos del Omaticaya detrás de ella por lo que se giró, ya temiendo el posible sermón de parte de él.

Los ojos de Neteyam enmarcaban un poco de molestia e impotencia y bueno, para él Payakan no era más que una amenaza para su hermano y que de pronto aquella rubia dijera eso si que lo tomó por sorpresa.

—Él es un asesino.—Espetó con desdén Neteyam.

—Ni siquiera conoces el otro lado de la moneda.—Dijo Me'rah sin ánimo de pelear.

—Ah, ¿y tú si?—Preguntó Neteyam dando un paso hacia ella.

Me'rah abrió un poco sus ojos, Neteyam si que estaba molesto.

—No, pero...—su boca se cerró en seco. No podía decir que había pasado horas junto a Payakan y Lo'ak.

—Pero qué.

—Pero no se ve como tal.—Se recuperó— Lo'ak confía en él, ¿por qué no puedes hacer lo mismo?—La rubia también avanzó un paso hacia él con una pizca de molestia pero también solidaridad.—¿...Hace cuanto dejaste de confiar en tu hermano? ¿Que te hace temer? ¿Sus habilidades o su terquedad o-?

—Detente ahí.—Habló con firmeza Neteyam poniendo su mano en gesto de parar.—¿Desde cuando desconfías tú de mi juicio e intuición?—Soltó él nervioso pero firme con lo que estaba diciendo.

Me'rah Soltó una risa sarcástica y rodando los ojos incrédula dijo:—¿Ahora soy yo quien desconfía?...Por favor, Neteyam, puedo ver más allá de tu coraza de "buen hermano mayor". De repente algo me hace pensar que desconfías en el juicio y toma de decisiones tanto de Lo'ak como mías.

Neteyam rascó su cabeza fastidiado; suspiró y manteniendo su distancia aseguró: —Yo jamás desconfiaría de él o de ti.

—Pues lo haces. En cada acción, en cada palabra lo puedo ver...—la mirada de Avani se aflojó por un momento pero aún así lo confrontó.—Cuando me querías lejos del campo de batalla, cuando aún así yo saltaba por ti, cuando preferías sacarme de allí a luchar conmigo y formar un equipo, cuando hacías lo mismo con Lo'ak...—Me'rah estaba empezando a alterarse y su tono subía cada vez mas. —¡Yo puedo verlo!

Neteyam sabía que tenía razón y estaba asustado, su corazón palpitaba con fuerza y la ira lo carcomía por dentro.

—¡A que le temes, Neteyam!—suplicó Me'rah viéndolo a los ojos y acercándose a él para tomarlo por la mano.

Los ojos del na’vi solo miraron a los de ella por un instante, eran su debilidad.

—Desde el ataque hace un año de la RDA, luego de mi inkimaya es como si...—Me'rah solo podía observar a su alrededor intentando encontrar las palabras correctas.—hubieras puesto una muralla dentro de ti...una muralla sobre todos nosotros como si...fuera una debilidad...—La rubia suspiró y Soltó a Neteyam, aún así no dejó de verlo a los ojos.—Siempre que queremos decir algo es como si el miedo nos hiciera solo callarnos, yo lo he hecho por miedo, pero ¿que hay de ti? Es como si...la brisa se llevara lo que tuvieras que decir...como si decirlo fuera...una estaca en tu punto más débil.

Neteyam solo siseó completamente acorralado y dio una vuelta sobre su lugar desesperado.

Me'rah de pronto ya solo lo miraba molesta, llena de ira y decepción, nunca solían discutir de esa manera pero aún haciéndolo jamás podrían solo decir lo que pasaba por sus mentes, siempre debían de tragarse sus palabras por miedo, todo por miedo de lo que él otro dirá.

El silencio de Neteyam fue solo una respuesta a ella.

—¿Así que estoy en lo correcto?—Dijo Me'rah con su ceño levemente fruncido mientras sus ojos se cristalizaban.

—Vete.—Susurró molesto neteyam sin atreverse a mirarla. Se sentía expuesto, sentía toda su máscara fuera de su rostro, sentía de repente que su pecho era una tormenta de emociones, emociones que estaban por estallar, emociones que sabía no podría manejar.

—¿Entonces si?—reiteró Me'rah respirando agitada y mirando molesta a neteyam.

—¡Que te vayas!—Le Gritó Neteyam girándose directo a sus ojos con el ceño fruncido y una expresión firme.

Avani retrocedió y respiró profundo no pudiendo evitar ver con decepción e ira a su amigo, así que si tenía razón, siempre la había tenido, cada momento donde solo pasaba vagamente su mente las posibilidades de si neteyam tenía más para decirle, las veces que él intentaba alejarla, las veces que cuando ella saltaba por él aún así era alejada, como si él no la quisiera allá.

Los ojos de Neteyam estaban llenos de miedo pero ocultos bajo una faceta de ira al igual que Me'rah pero su torbellino de emociones solo pudo pensar que al ver aquella expresión llena de Molestia y decepción hacia él tendría un solo significado.

De pronto la mujer que le quitaba el aliento y volvía loca su propia mente ahora estaba frente a él, mirándolo con tanta ira que se sentía culpable consigo mismo.

Neteyam se acercó a ella con los brazos extendidos mostrando que no haría nada pero aún así la impotencia seguía en su pecho con mucho fulgor.

—¿Por qué me miras así?—Preguntó casi gritando.—¡Que hice mal! ¡Todo lo hice porque no quiero perder ni a Lo'ak ni a ti! ¿Ahora de repente ya no te agrado?

—¡Por supuesto que ya no me agradas!—Gritó Me'rah encarando a Neteyam a pesar de su estatura humana.

—¡Dime por qué! ¿Acaso hice mal al querer protegerlos? ¡Vamos, dime por qué!

Me'rah lo miró prepotente por un segundo, sus ojos la delataban y las lágrimas en sus ojos también.

—¡Porque me sacas de quicio!—Gritó finalmente ella.

Neteyam Intentó regular su voz y respiración. Apaciguó por un momento toda la tormenta dentro de él, su voz se calmó exponencialmente y soltó: —¿Y que crees que me haces a mi?...—una respiración pesada Soltó el na'vi. —¿Me odias...me odias por querer protegerte?

Me'rah no sabía como tomar aquella pregunta, realmente lo odiaba, lo odiaba por el hecho de que jamás le dijo a ella, de que aunque los dos sintieran aquel desconocido sentimiento el miedo les ganaba, no solo lo odiaba a él sino a ella por ser tan tonta y no decir muchas cosas en el momento en que las sentía, pero Neteyam reflejaba que solo anhelaba una respuesta corta.

—...Si.—Soltó Me'rah conteniendo sus lágrimas.—Te odio.

Solo eso fue suficiente para Neteyam mirarla con decepción y retroceder.

—Te odio por todo, neteyam, te odio por lo que haces sentir en mi pecho, te odio porque sé que solo estabas preocupado por mi, te odio porque aunque yo quisiera ayudarte preferías enfrentar el peligro solo, te odio porque crees que nadie te protegerá ¡cuando yo daría mi vida por ti!

Sully se giró confundido, de pronto aquella palabra "odio" salía de esos hermosos labios con tanto amor...

Amor.

—¿Y sabes que es lo peor?—Continuó Me'rah limpiando sus lágrimas mintiendo una expresión fría.—Que jamás podré odiarte lo suficiente porque sé que mi vida sin ti no tendría sentido, un minuto si ti es como un año, que cuando te acercas a mi escondo una sonrisa y….

Neteyam se acercó a ella, estaba aterrado, estaba con miedo en sus ojos, en su cuerpo, en su mente y corazón, estaba aterrado de que de nuevo por solo no soltar lo que corría por su mente podría perderla a ella, a la mujer que lo dejaba sin aliento, que moriría por un segundo a su lado, que preferiría en un millón de años sentir su aroma a una eternidad sin conocerla, ella ahora estaba en un lugar que no conocía por él, porque fue toda su culpa cuando la RDA la encontró...si tan solo hubiera podido hacer algo por evitar a Me'rah salir aquella vez…Si tan solo hubiera podido hacer algo…

—Tú...—Dijo él en un tono moderado pero desesperado.—Tu básicamente no tienes un hogar por mi culpa, perdiste a tu padre, a tus hermanos, al clan, tu puesto como guerrera, lo perdiste todo por... mi culpa.—Neteyam se señalaba a si mismo con culpa e impotencia, sentía su pecho a punto de estallar.

—...No todo.—Soltó Me'rah mirándolo fijo a los ojos.—Aún no te pierdo a ti.

Neteyam quiso acercarse a ella, abrazarla, por fin dejar detonar todas sus emociones pero sabría que no podría terminar bien, que no podría controlarse, que en cuanto explotara no habría vuelta atrás.

Sus ojos se conectaban místicamente pero Neteyam la quería lejos, solo por un momento o no tendría control alguno cuando todo dentro de él fuera liberado. No podía dejar caer aquella mascara que por años llevó.

—Vete.—Susurró él sabiendo que no tardaría en explotar.

—No.—Dijo muy segura de que allí mismo estaría.—No me iré, no me iré hasta que me digas que me quieres fuera de tu vida y te aseguro que sobreviviré, lo haré, pero tendrás que decirme tu mismo que no me quieres nunca más...

Neteyam dudó de sus palabras. Estaba aterrado, quería llorar, quería explotar.

—...Sólo vete.—su voz tambaleó mientras intentaba mirar al suelo.

—¡Dime, dime que me quieras fuera de tu vida y lo haré, solo dime!

—¡No lo entiendes, Me'rah!—Gritó desesperado mirándola a los ojos lleno de miedo.—¡Ahora mismo todas mis emociones chocan entre sí, no sé qué hacer, tienes razón, cada cosa que dices es verdad, pero ya no sé que hacer, no sé a donde podría llevar esto o lo que siento!

Me'rah lo miró con firmeza y dijo:—¿Tú me ves?—Esa era la única pregunta que importaba.

Aquella pregunta bloqueó a Neteyam, ¿a que se refería ella exactamente? ¿Cómo podría él saber si realmente la veía, si realmente entendía su mente. Su cabeza era un torbellino de sentimientos.

Pero, oh, Neteyam claro que la veía y tal vez…un poco mas que eso.

—No, escucha.—Continuó con desespero Neteyam.—¡En mi mente todo está explotando, todo lo que guardé por años, cada cosa, cada vez que te veo aún ahí parada es como si quisiera sacar todo pero tengo miedo! ¡Estoy perdiendo la cabeza! ¡Siempre quise cuidarte! ¡Tu no deseas una vida conmigo, la RDA está cazando a mi familia, te puse en peligro desde el momento en que dejé que te acercaras de más! ¡No quieres una vida con la persona que te quitó todo lo que más querías solo por huir! ¡Nadie desea esto y-!

Neteyam hablaba tan rápido y con desespero; sus pupilas no podían quedarse quietas y sus manos temblaban, su cuerpo estaba por derrumbarse con la explosión de emociones dentro de él hasta que Me'rah puso sus firmes manos humanas sobre sus hombros. Sus corazones estaban en la cuerda floja y no había forma de frenar aquella tormenta.

—¡Net!—Ella imploró deteniendo las palabras de él.—¡Estaré contigo entre el cielo y la tierra, seré tu equipo, quien te cuide la espalda, quien te salve! ¡Quiero ser quien te diga que daré mi vida por ti! ¡No me alejaré, jamás lo haré, somos un equipo, un equipo no es de uno!...—Respiró y tomó por la mejillas a Neteyam a pesar de la diferencia de altura.—Alejándome del campo de batalla solo te hace más débil, esto no es una debilidad, es nuestra más grande fortaleza...ya pasó todo lo que tuvo que pasar, pero no me alejarás jamás, puedo protegerme sola y estoy segura que Lo'ak también, no hace falta que nos alejes cuando solo queremos ser tu apoyo...¡Quiero ser yo quien te recuerde quien eres cuando estés perdido!...¡Así que solo dime…!—Respiró y dijo.—¿¡Tú me ves!?—Ella prácticamente Gritó con la última pregunta.

—¡Te veo!—Exclamó Neteyam, como si sus palabras fueran sacadas desde su alma con tanto desespero. Lo había estado negando cada vez que lo sentía, lo había tragado porque tenía miedo de decirlo, había engañado a su propio corazón por meses. Me'rah pudo ver sus ojos llenarse de lágrimas.—Desde el momento en que te vi pasar el inkimaya, en cada mirada, en cada vez que te veía entrenar, en cada momento que te veía charlar con Tarsem o Ni'agt ¡Sentía celos!, ¡Te deseo desesperadamente, no puedo respirar cuando estas cerca y casi me pierdo una eternidad en tus ojos, azules o miel porque pasaría horas admirándolos!—Él tomó el rostro de la humana entre sus manos temblorosas.—…Nunca quise herirte…—su voz tembló.—Eres el deseo de mi existencia, mi corazón grita tu nombre, Me'rah, cada noche, cada segundo, cada vez que te veo en el campo de batalla quiero sacarte de allí no porque no confíe en ti, eres más capaz de lo que yo podría hacer, pero me da miedo perderte, me da miedo imaginar una vida sin ti, amo cada parte de ti, aunque todos digan que eres un monstruo, aunque todos vean en ti un error yo solo veo te veo a ti, Me'rah, mi vida podría valer cada segundo si es a tu lado...También daría mi vida por ti, porque morir por ti es vivir, morir por ti es la mas bella forma posible de irme, cuando creo no tener la valentía suficiente para algo solo hace falta verte a ti y encuentro paz. Te veo, Me'rah.

La rubia lo miró, sus ojos cristalinos ya no eran de tristeza o impotencia; eran de felicidad, sus ojos miel lo miraban de la manera más sincera mientras una lagrima salía por la mejilla de Neteyam, los dos cerraron sus ojos apaciguando el torbellino en sus mentes a la vez que Neteyam ponía sus manos sobre la cintura de Me'rah y regulaba su respiración, podían sentir la frente del otro sobre la suya y un silencio lleno de paz llegó a ellos.

Te veo...—Susurró Me'rah mientras las lágrimas genuinamente de gozo salían.—Te veo, Neteyam, mi corazón también clama por ti...

Así que ese era el sentimiento que unía a su madre con su padre, el mismo que unía a Neytiri y Jake, el mismo que por mucho tiempo pensó que jamás sentiría, el sentimiento que ahora estaba viviendo mientras su corazón latía con el de él, era Amor.

El amor que ahora la unía a Neteyam.

Sus ojos cerrados podían sentir la respiración del otro y el calor en las mejillas de Neteyam podía ella sentirlo con sus palmas sobre el rostro del na’vi, estaban asustados y sus corazones latían tan fuerte que no podían oír nada más.

Lo dicho, dicho estaba, no había vuelta atrás y mientras sentían más y más la cercanía del otro la idea de hacer la voluntad de Eywa los llamaba.

Me'rah no estaba segura lo que pasaría luego de ese momento, pero de lo que si estaba segura era que iba por el todo, quería todo, quería sentir cada parte de Neteyam, anhelaba ese amor y como un impulso acercó su rostro a él sintiendo con un roce los labios de él sobre los suyos, pero no se atrevía a ir más lejos.

Pero Neteyam solo esperaba un movimiento que le indicara la luz verde por lo que el repentino acercamiento de ella lo tomó un poco desprevenido aunque al final no retrocedió y su cuerpo también clamaba el de ella. Así tomó todo el valor que nunca había tenido y por fin selló todo ese amor con la mujer que más amaba juntando sus labios finalmente con los de ella en un beso lleno de deseo y desespero.

¿Hace cuanto sus cuerpos anhelaban aquel tacto? Ninguno lo sabía pero querían vivir atrapados en el momento una eternidad, no querían que acabará tan pronto, querían sentir al otro, querían sentirse llenos de lo que por mucho tiempo se habían obligado a callar por miedo.

El beso era guiado por Neteyam que sostenía con fuerza la pequeña cintura de la rubia quien soltaba suspiros entre el beso pero aferrándose a él de igual forma, ninguno iba a dejar escapar el momento tan fácil.

Si bien neteyam tenía que agacharse un poco para estar a una altura más accesible para Me'rah, ella estaba de puntas importándole poco y jugando un poco con las trenzas del omaticaya.

Giraron sus cabezas al compás del otro y el beso siguió, cada vez más llenándose de placer y amor, casi cubriendo de ello a los dos como un velo sobre sus cabezas.

Sus corazones latían con fuerza y no podían creer que ahora tenían en frente a quien se engañaban y creían ser solo un amigo para el otro.

Neteyam sin soltarla decidió agacharse sobre el suelo y Me'rah solo lo siguió sin ningún reclamo, ambos se separaron un segundo de aquel beso y se miraron fijamente, los dos de rodillas frente al otro solo significaba una cosa.

Me'rah estaba nerviosa pero sabía que no perdería nada intentándolo, así que tomó su larga trenza de cabellos rubios y dejó ver los pequeños tentáculos del tsaheylu; el na'vi hizo lo mismo.

—Está bien si no quieres...—Susurró Neteyam esperando que Me'rah se echará para atrás, sin embargo la decisión en sus ojos se veía.

Ella estaba lista.

Avani suspiró y acercándose un poco más al rostro de Neteyam decidió volver a besarlo como el primer beso, dejándole a él la tarea de formar el tsaheylu con ella y aunque ambos cerraron los ojos en cuanto ambas trenzas se encontraron esperando ninguna reacción por la condición de Me'rah de repente hubo un chispazo, una reacción que llegó de inmediato a ambos.

El aire escaseaba y tuvieron que alejar sus bocas unos centímetros para tomar un respiro, tenían miedo de que hubiera reacción alguna pues la chica jamás había tenido algo así hasta el accidente de Kiri pero aún así hubo algo, algo más que suficiente para los dos.

Abrieron cada uno los ojos lentamente y en cuanto sus miradas se encontraron no pudieron evitar sonreír. Había funcionado.

Una risa salió de la hermosa boca de Me'rah y fue suficiente para que Neteyam la abrazara con fuerza, los dos disfrutando de la misma felicidad inundando el lugar y sus corazones que por mucho tiempo se sentían solitarios y vacíos. Ahora tenían color, se sentían llenos de vida, de emoción, el torbellino de emociones ya no asustaba y el calor del otro reconfortaba a pesar de cualquier tormenta.

Los dos estaban perdidos en un mundo tan grande, con tantos peligros allá afuera, los dos tenían miedo de lo que él futuro y destino tuviera preparado pero habían decidido naufragar juntos, agarrados de la mano, con la promesa de no ocultar más nada, de que lucharían hombro a hombro, que jamás estarían lejos del otro si la vida decidiera darles mil vueltas, volverían al otro porque sin saberlo su hogar ya no era un lugar sino una persona y entonces ya no se sentían tan perdidos.

(...)

No hubo tiempo para pensar cuando iban saliendo riendo entre ellos y vieron a Tsireya, Kiri y al resto corriendo hacia sus ilus como si persiguieran algo o alguien.

Ambos miraron a todos confundidos y decidieron acercarse para saber que ocurría.

Rotxo fue el primero en notarlos.

—¿Que hacen ahí parados? Lo'ak ha ido con Payakan.—Dijo el metkayina haciendo que los dos se miraran y se apresuraron a tomar a A'tok.

Fue cuestión de segundos cuando todos ya estaban listos y juntos empezaron a nadar rumbo a Lo'ak, Ni Me'rah o Neteyam entendían bien para qué, aún así decidieron ir y tras varios minutos nadando a toda velocidad por fin llegaron a un lugar no muy lejos a las rocas 3 hermanos.

Ao'nung indicó con una seña que hicieran silencio y bajando de los ilus todos se ocultaron entre las grandes algas marinas.

Frente a ellos estaba aquel Tulkun y Lo'ak, el primero abriendo su gran boca para que el na'vi ingresara adentro.

Los 3 metkayinas y Me'rah veían con atención a lo que ocurría pues ninguno entendía sin embargo fue Neteyam quien se apresuró a alcanzar a Lo'ak pero fue detenido por Tsireya y Me'rah quienes le dijeron que fuera paciente.

La boca del animal se cerró detrás de Lo'ak y fue una alerta para Neteyam salir tras su hermano pero una vez más fue detenido.

"Dales un minuto" indicó Me'rah a través de señas por lo que el omaticaya sólo giró los ojos y se resignó.

"Solo un minuto" señaló de vuelta Neteyam muy impaciente.

Ninguno pudo leer la situación con claridad, Me'rah no perdía la esperanza de creer en Payakan pero ese minuto parecía jodidamente eterno.

Los metkayina se miraban entre sí, sin ni una pista y  mientras la espera se alargaba Avani solo rezaba porque esto no significara algo malo.

(...)

El llegar con Lo’ak de vuelta a la aldea fue silencioso, nadie quiso hablar ni decir nada al respecto pero a veces parecía como si el destino de pronto quisiera hacerles una mala pasada pues en cuanto llegaron junto a Lo'ak, Ronal y Tonowari los esperaban en la costa con una expresión que demostraba que algo definitivamente iba a salir mal.

No importaba el cómo pero al parecer los 2 habían sabido de su visita hacia el "tulkun exiliado" y ahora las repercusiones serían fatales.

Tsireya, Ao'nung, Neteyam, Lo'ak y Me'rah que ahora estaba en su forma Na’vi fueron llevados a la tienda de los lideres mientras Tonowari se paraba frente a ellos junto a Ronal.

Jake y Neytiri aun no aparecían.

El corazón de Avani latía a millas por hora del miedo aunque gracias al repentino tacto de Neteyam agarrando su mano la ansiedad descendió un poco pero aún el gran regaño de los jefes estaba por ocurrir.

—...Tú...—Dijo en medio del silencio ronal viendo a su hija, tan molesta.—¡Tu permitiste que se vinculará con el exiliado!

El grito no solo asustó a Tsireya sino a todos los presentes.

Me'rah le costaba mantener la mirada en alto pero tras pasar una ojeada a la situación pudo notar a tsireya al borde de las lagrimas y un Ao'nung junto a Lo'ak preocupados por ella.

Tonowari se acercó a su hija y dijo:—Me decepcionas, hija.

Tsireya agachó sus orejas tan dolida por aquellas palabras mientras Jake y Neytiri por fin llegaban a la escena.

—Y tú...—Ahora tonowari le hablaba a Lo'ak. —Tu que eres hijo de un gran guerrero, te enseñaron a ser mejor que esto.

—Payakan me salvó la vida, señor.—se Intentó defender el omaticaya.—Ustedes no saben que pasó realmente.

—No, Lo'ak...—Suplicaba en voz baja Tsireya.

Tonowari se veía ofendido.

—Sentado.—le dijo a Lo'ak quien luego de unos segundos acató la orden.

Me'rah tomó un poco de aire nerviosa y sujetó la mano de Neteyam mientras sus ojos azules estaban atentos a cualquier cosa.

—Me'rah, aquí.—Tonowari señaló un espacio entre Tsireya y Lo'ak por lo que asustada Avani solo miró una vez a Neteyam y se cambió de lugar.

Hubo un silencio corto hasta que de nuevo el Olo'eyktan Gritó: —TODOS SENTADOS.

Me'rah se asustó lo suficiente para temblar un poco, sin embargo hizo caso en silencio al igual que el resto mientras Tonowari de repente la miraba fijamente a ella, Tsireya y Lo'ak.

—Pensé que podrían con algo tan simple.—les dijo con un tono que solo denotaba decepción.—En especial tú, Me'rah.—la nombrada solo pudo agachar su mirada.—Esperaba más de ti...Hija de Ga'ia.—El metkayina solo suspiró con ira y ahora miró a Lo'ak.—Escucha mis palabras, muchacho...En el tiempo de las primeras canciones los tulkun luchaban entre ellos por territorio y venganza pero se dieron cuenta que matar por más justificado que esté solo produce más muertes.—Hizo una breve pausa.—Así que decidieron prohibir matar. Es la ley de los tulkun...Eso hace a Payakan un asesino, por la ley está exiliado.

—Lo siento, señor, pero se equivoca.—Interrumpió de inmediato Lo'ak y en cuanto este abrió la boca todos con las miradas solo le pedían silencio, en especial Net y sus padres.

—Lo'ak.—le regañó Neytiri.—Le estás hablando al Olo'eyktan.

—Lo sé-

—¡Ya fue suficiente!—Los calló Tonowari.

Tsireya negó con la cabeza casi llorando hacia Lo'ak, pero cuando él quería hablar lo iba a hacer…

…porque todos sabían que Lo’ak siempre sería un rebelde ante los ojos ajenos.

—Yo sé lo que digo.—Completó el omaticaya ganándose un siseo por parte de Ronal.

—Señor, yo-

Avani intentó defender a Lo'ak  pero Jake se aproximó a ambos y dijo muy firme:—Suficiente...

Me'rah solo pudo agachar su cabeza y morder su labio, castigándose por toda la situación.

—Yo me encargo de él.—Fue lo único de parte de Jake para luego llevarse entre empujones a Lo'ak.

—Todos, largo de aquí.—Pidió Tonowari muy directo y cortante.

Así que como si de una orden militar se tratara todos los jóvenes restantes se levantaron de sus lugares y se dispusieron a marcharse. Me'rah observó a Neteyam con culpa y estaba por acercarse a él cuando el llamado de Tonowari la sacó de su esfera.

—Me'rah, te quedas.

Tsireya cruzó miradas con su hermano y tras ver que Neteyam quería acompañar a su ahora pareja los dos lo llevaron consigo, pues solo significaría más problemas.

—No pasará nada.—Le dijo Ao'nung tomándolo por el brazo.

Me'rah solo vio y asintió. Vio a Net resoplando pero se fue a regañadientes con los hermanos metkayina.

Avani en cuanto los notó suficientemente lejos decidió girarse hacia los jefes de las islas y se volvió a arrodillar asustada de lo que fueran a decir.

Agachó su mirada, pues la culpa no la dejaba verlos si quiera un momento.

—Durante la visita de tu padre pudimos ver varias cosas.—Empezó el Olo'eyktan un poco severo. —Tienes muchas virtudes de él, pero así mismo tienes algunas cosas no tan buenas.

La chica solo pudo asentir.

—Permitir que Lo'ak hiciera eso es imperdonable y ahora que sabes la historia solo mantenlo lejos del tulkun.

—Lo siento, señor pero-

Ronal se paró al lado de su esposo y dijo interrumpiéndola:—Eres rebelde como tu madre, pero no dejes que decisiones definitivas marquen un momento pasajero. Aún si el tulkun es inocente él carga con esas muertes.

—Pero no es justo.—Dijo Me’rah alzando sus orbes azules en dirección a ellos y sus orejas na’vi hacia atrás.

—No, pero si Eywa quiere que deje de estar apartado de su manada él volverá y será perdonado, mientras tanto no.—Ronal la miró esta vez no con decepción pero si con una pizca de rudeza.—Serás tan grande como tu madre o más...sólo no te metas en problemas...Ese chico parece ser bueno.

Me'rah confundida alzó la mirada y en cuanto sus ojos azules encontraron los de Ronal supo que se trataba de Neteyam la persona a la que se refería al final.

—Ya puedes irte.—Inquirió de nuevo Tonowari por lo que a Avani solo le quedó asentir con emociones encontradas, se levantó y miró una última vez a los metkayina para luego marcharse en silencio a paso elegante pero decidido, justo como su madre solía hacerlo.

(...)

Tras la agria reunión Me'rah fue en busca con neteyam por Lo'ak quien en medio de tonos melancólicos contó lo que había visto dentro de Payakan por fin dándole la razón a Me'rah pues Payakan no representaba ningún peligro.

Sin embargo Tsireya fue quien decidió llevarse al chico para charlar, dejando a neteyam y Me'rah solos de nuevo cerca a los arrecifes.

—Fue eso lo único que dijeron...—Concluyó Me'rah terminando de contar lo ocurrido con los Olo'eyktans del clan.

La situación era difícil de digerir incluso para Neteyam quien al menos estaba feliz de que no volvieran a regañar a Avani. Él pensaba que podría ser peor, que al menos no había terminado tan mal todo pero ese día definitivamente estaba empeñado en arruinar cualquier pizca de luz o esperanza.

La noticia de que la RDA había asesinado a la hermana espiritual de Ronal había llegado y una reunión inminente ocurría en el centro de la aldea con el clan entero allí y los Sully entre la primera fila.

Avani era guiada por Neteyam quien caminaba entre los Metkayina hasta llegar con Kiri y Neytiri; no quería soltar la mano de Me'rah y por más que no lo quisiera admitir estaba temeroso.

—Mi hermana espiritual y su bebé...—escuchaban a ronal.—¡Las Mató las personas del cielo!

La ira y dolor punzante se respiraba en el lugar.

—¡Esta guerra ya llegó hasta nosotros!—Exclamaba con tanta molestia y prepotencia Tonowari a su pueblo.—¡Sabíamos de la cacería hacia nuestro pueblo tulkun! ¡PERO PASABA FUERA DE NUESTRO HORIZONTE! ¡AHORA OCURRE AQUÍ!

Los ululeos del clan se hicieron sentir tras la declaración y es que bueno, estaban enfurecidos, Los Sully habían traído la guerra hacia ellos, no habían más culpables . Por ahora solo había un tulkun muerto pero ninguno sabía de que era capaz la RDA, ninguno excepto los Sully.

—¡No lo entienden!—intentaba hablar Jake en medio del ruido.—¡Hay que pensar como lo hacen las personas del cielo! ¡A ellos no les importa el gran balance!

—¡NOS ALZAREMOS EN CONTRA DE LA RDA!—Proclamaba el Olo'eyktan alimentando la ira de su pueblo.

Me'rah solo observaba impotente a todos, la ira, el miedo, el dolor, las lágrimas, la impotencia. Los entendía perfectamente pero debían ser cuidadosos, debían por primera vez escuchar a Jake.

—¡escúchenlo, solo escúchenlo!—Exclamó Neteyam sin soltar la mano de avani.

Los ojos azules de ella y sus orejas crispadas indicaban lo atenta que estaba a todo, pero aún así no podía sentir todo el peso en sus hombros, todo el peso de lo que estaba por llegar a ellos.

—¡Deben decirle a los tulkun que se vayan!—Intentaba explicar jake.—¡Que se alejen!

Tonowari miró a su esposa.

—¿¡Que se vayan!?—Reiteró incrédula la Tsahík.—¡Vives entre nosotros y no aprendes nada!

—¡Lucharemos para proteger a nuestros hermanos y hermanas!—Gritó un guerrero metkayina de nuevo aumentando la tensión y bullicio de la multitud.

—No, no, no...—Susurró Jake desesperado. —¡Si ustedes atacan, si pelean, ELLOS LOS DESTRUIRÁN! ¡DESTRUIRÁN TODO LO QUE AMAN!

Una lagrima de pronto hizo que las emociones de Me'rah se hicieran evidentes. Su corazón se rompía a pedazos silenciosamente y su mente se llenaba de recuerdos amargos sobre la guerra, sobre cómo casi muere, todas las veces que creyó estar a punto de perder a su padre o a Neteyam, a Kiri, a Lo'ak, las bombas, los gritos, los niños que su padre había adoptado porque sus padres habían muerto, todo por una guerra que nadie quería, que nadie había pedido ni deseado. Su corazón se partía al ver que un clan abierto a recibirlos ahora pagaba por algo que no tuvieron la culpa y la culpa tampoco era de Jake o su familia, porque al final una guerra sin provocarse no era culpa de ninguno más que de la RDA, la misma que ahora la cazaban a ella y a los Sully dejando un gran charco de sangre donde sea que fueran…

Lo peor de todo es que ella sabia que si no ocurría con los metkayina ocurriría con su clan, con los omaticaya; el caos era inminente, el mal se acercaba y la muerte respiraba bajo sus nucas, no quería pensar en el peor de los escenarios pero aún habían tantas cosas que aún le faltaban por decir.

Los gritos del clan eran ecos y los movimientos apresurados de todos eran sólo espectros en sus orbes grandes y azules en cuanto vio a Neytiri entregarle un extraño objeto rojo a neteyam mientras Jake trataba de hablar con todos, pero era inútil, el dolor y la sed de venganza los cegaba; no podía culparlos, había vivido una guerra y no era algo agradable recordar, pensaba que irse y dejar todo lo que conocía atrás sería bueno pero estaba equivocada porque al parecer esa sombra de muerte y dolor la seguiría a ella y los Sully a donde fuera.

Si tan solo escucharan por un segundo.

—¡No lo entienden!—Oía a Jake intentando calmar la multitud, pero era imposible.—¡Maldita sea!

Veía a Neteyam intentar calmarlos con aquel extraño objeto pero de pronto Jake se lo arrebató y lo alzó ante todos, logrando un penumbral silencio.

—Díganles a los tulkun...—reiteró harto de repetir una y otra vez.—Que si les disparan uno de estos están marcados para morir...y llámenme...lo apagaré.

Neteyam miró a la chica que sujetaba su mano, sus ojos azules y su melena negra denotaba la carga emocional y no podía evitar agachar sus orejas al verla así, le estaba afectando, no le diría que todo estaría bien pues estaría mintiendo pero si quería abrazarla, decirle que estaría con él, que a pesar de eso todo volvería a la normalidad pero incluso ella sabía que eso acabaría si alguno de los bandos caía y realmente anhelaba ver la RDA caer.

Tomar su mano era poco sabiendo que por dentro ella estaba cayéndose a pedazos, Neteyam sabía que para él y ella era imposible no recordar cada mal momento, cada muerte, cada gota de sangre que la guerra les había mostrado a tan corta edad, experiencias que un niño jamás debía vivir y como alcanzaba a un inocente clan, ¿todo para que? ¿Para por fin llevar a su amada a ser un conejillo de indias en los laboratorios de la RDA? ¿Para acabar hasta el último rastro de su padre, toruk makto? ¿Que más querían? Estaban arrasando con todo, llevándose todo por el camino, cada charco de sangre ¿Realmente les importaba? Solo esperaba vivir lo suficiente para estar al lado de ella, esperaba vivir lo suficiente para no dejar en su último suspiro todo lo que aún falta por decirle a ella…Decirle cuanto la amaba.

Tenía miedo.

—...Díganlo a los tulkun.—la voz de Ronal lo sacó con brusquedad de sus pensamientos.—¡Vayan!

Si tan solo hubiera más tiempo.

La multitud se empezó a disipar y entre los metkayina aquellos ojos dorados de Neteyam lograron ver a su hermano con intención de irse, miró a Avani y decidió soltar su mano para luego correr tras Lo'ak.

Me'rah leyó rápidamente la situación, Lo'ak estaba por irse con Payakan para avisarle y sabía que intentar evitarlo no funcionaría, sabía que a este punto Lo'ak estaba dispuesto a poner por encima de todo al único que lo aceptó, que lo entendió y que decidió no juzgarlo.

—¡Net, espera!—fue lo único que le dijo al omaticaya mientras intentaba alcanzarlo en su camino hacia Lo'ak.

Era riesgoso ir tras Payakan, Neteyam era consciente y sabía que sería inútil pero aún así quería intentar mantener a su hermano a salvo, solo por esa vez.

Las largas piernas de na'vi que tenía Me’rah le ayudaron a avanzar no muy lejos de Neteyam pero en cuanto lo vio acercándose a Lo'ak desaceleró su paso dándoles un poco de espacio.

—No hay forma de que te vayas, hermanito.—Se apresuró el mayor de los hermanos aproximándose.

—Debo advertirle a Payakan sobre los arpones.—Se defendió de inmediato Lo'ak.

Me'rah quien observaba a unos metros a paso lento analizaba con sus orbes azules la situación.

—No. Vas a mantener tu skxawng    trasero aquí.—insistió el mayor.

—Él está exiliado. Sólo yo puedo advertirle.

Neteyam sonrió molesto y puso su mano sobre la cabeza del chico:—Bro, ¿por qué siempre dificultas las cosas?

Lo'ak apartó el agarre molesto y Me'rah se acercó a los dos na'vis.

—No. ¿Quieres decir por qué no puedo ser un hijo perfecto como tú?—Dijo ofendido Lo’ak.

—Lo'ak, por fav- —Intentó Me’rah calmar la impotencia del na’vi, pero él sólo negó en su dirección mientras Neteyam retrocedía incrédulo.

—¡No puedo ser un soldadito perfecto como ustedes! ¡No soy como ustedes!

Neteyam entonces se regresó hacia él con el ceño fruncido y encaró a su hermano.

—No soy como tú, ¿okay? ¡Él es mi hermano!...Me voy.—Lo'ak retrocedió listo para tomar su ilu mientras Me'rah estaba a un par de metros haciendo señas a Tsireya, que nadaba con su ilu cerca.

—Oh, ¿Él es tu hermano ahora?...—Habló muy molesto e impotente Neteyam.

—Lo'ak, escucha.—Continuó Me'rah pero el nombrado fue tomado del brazo por su hermano.

—¡Yo soy tu hermano!—Dijo Net.

—¡Lo'ak, no!—De pronto Tsireya saltó del agua hacia los hermanos seguido de Ao'nung y Rotxo.

Sin embargo el omaticaya acorralado solo pudo saltar al agua y tomando su ilu empezó a nadar alejándose a alta velocidad.

—¡Lo'ak, regresa!—intentaba llamarlo tsireya.

—Es inútil.—Dijo Me'rah ganándose la mirada de Neteyam.—Confía en sus habilidades.

Neteyam siseó furioso, no sabía que hacer.

—Hay que acompañarlo en caso de que algo pase, pero déjalo ir con Payakan.—Continuó con firmeza Me’rah.

—¡Agh, andando!—Dijo el omaticaya mayor empujando suavemente con su mano el cuerpo de Ao'nung y saltando al agua y tomar su Ilu.

Me'rah vio como los metkayina tomaban sus respectivos animales y corrió hacia una zona libre mientras llamaba a Alaska con un silbido. Subió con apuro a su lomo y emprendió vuelo lo más rápido posible alcanzando al grupo de ilus bajo el agua.

—¡Lo'ak!—escuchaba a lo lejos a Kiri junto a Tuk en un ilu sin entender.

—¡Va con Payakan!—Les indicó Avani sobrevolando las aguas a toda velocidad.

El grupo de ilus iba más veloz que nunca intentando alcanzar a Lo'ak mientras que el ikran verde batía sus alas con fuerza dejando el viento chocar con fuerza en los ojos de Me'rah.

—¡Lo veo!—Indicó Avani volviendo a su piel y forma humana.—¡Está a unos metros!

De pronto tocó su cuello recordando que el comunicador aún seguía allí y la comunicación con Lo'ak y Neteyam podría funcionar. Como pudo logró encenderlo y reiteró lo que dijo.

—¡Veo a Lo'ak...y a Payakan a unos metros!

La voz de Me'rah no sólo llegó a oídos de Lo'ak sino también de Neteyam quien aceleró a ilu pero no era lo suficientemente rápido que Alaska quien llegó de primera hacia el tulkun y vio, lastimosamente, lo que más se temía.

El arpón.

—¡Lo tiene!—Gritó por el comunicador viendo desde la altura a Lo'ak saltando hacia el tulkun.

—¡Mantén la calma, yo me encargo!—Escuchó a Lo'ak hablar con Payakan a la vez que el grupo de ilus se aproximaban.

Los ojos de Me'rah solo fue cuestión de girarse cuando notó la gran nave de la RDA llegando y su corazón se detuvo por un segundo.

—"¡La RDA ESTÁ A 60 METROS AL ORIENTE!"—Indicó por el comunicador haciendo a Alaska descender hasta aterrizar en el lomo del tulkun.

Pronto llegaron el resto y decidieron saltar hacia el tulkun viendo entonces el arpón.

—Vamos, hermano, de prisa.—Le dijo neteyam halando del arpón.

Pronto y con el corazón latiendo fuerte se unieron los metkayina mientras Kiri se mantenía cerca junto a Tuk.

—¡No va a funcionar!—Exclamó Me’rah notando que a pesar de él esfuerzo de todos tirando el arpón no saldría tan fácil.

El tiempo corría y no podían desperdiciar un solo segundo, así que sin bajar del lomo de Alaska, Me’rah buscó entre las maletas que el ikran cargaba y encontró una soga lanzando un extremo hacia Neteyam y amarró el otro a la montura del ikran.

—¡Amarrala!—Le dijo al na’vi quien solo asintió y se dispuso a hacerlo. El pulso de Neteyam ni siquiera le dejaba hacer bien el nudo por lo que tuvo que respirar un momento y luego mirar a Lo'ak. Debía llamar a sus padres.

—Hay que llamarlos.—Le dijo a su hermano menor viéndolo brevemente pues debía enfocarse en hacer el nudo.

—¿Que?—El menor se veía pasmado.

—¡Llámalos, hazlo ahora!—Le afanó sin tiempo que perder.

—¡Bien, bien!...¡Papá!—Me'rah vio a Lo'ak intentando hacer funcionar el comunicador.—¡Pap-! ¡Digo, Demonio canino! ¿Me recibes?

—¿El nudo está listo?—Preguntó agitada la rubia viendo la nave llegando cada vez más cerca.

—¡Casi!—Indicó Tsireya desesperada viendo a neteyam.

Kiri subió a Payakan junto a Tuk intentando ayudar en algo.

—¡El tulkun tiene el arpón, la nave asesina se acerca!—Intentaba avisar Lo'ak apretando el comunicador en su cuello.

—¡Está listo!—Exclamó Neteyam asegurando el último nudo.

Me'rah solo asintió y sin más Alaska alzó vuelo deteniéndose a medio camino empujando con fuerza el arpón, sus alas se batían con fuerza mientras Me'rah verificaba que todo estuviera en orden, sin embargo la fuerza del ikran no era suficiente. 

—Vamos, tu puedes...tú puedes...—Susurraba la rubia acariciando a la banshee que estaba usando su máxima fuerza para al final desistir y volver a aterrizar en el tulkun.—...Necesito más fuerza.—Dijo la rubia mirando a todos agitada.

—¿Tienes otra soga?—Preguntó Neteyam a lo que Me'rah buscó en silencio y por suerte encontró otra de repuesto, se la tiró al omaticaya y este empezó a atar un extremo a la montura de A'tok.—¡Ao'nung!—Le Gritó al nombrado lanzando el otro extremo de la cuerda para que la atara al arpón.

—¡Rápido, no queda mucho tiempo!—Aclaró Rotxo haciendo el nudo con gran velocidad y asegurándolo al arpón con fuerza.—¡Esta listo!

—¡A la cuenta de tres!—Dijo neteyam subiendo al ilu y mirando a su pareja en el Ikran más que lista.—¡1...2...3!

Tanto el ilu como el ikran empezaron a nadar y volar en la misma dirección usando toda su fuerza; debían sacar ese arpón como fuera y aunque al principio parecía que no funcionaria poco a poco se fue moviendo de su sitio. Alaska batía con tal fuerza sus alas que creaba ventiscas de aire mientras el chapoteo de las aletas pertenecientes a A'tok era tan ruidoso que no dejaban oír las voces de todos ayudando a tirar del objeto.

—¡Falta poco!—Decía Tsireya tirando de la cuerda.—¡Sólo un poco más!

La nave se aproximaba con una velocidad que daba miedo.

—¡Tiren!—Clamaba Me'rah ayudando a tirar con una de sus manos desde el lomo de Alaska.—¡Vamos!

De pronto el arpón se zafó tras unos segundos con tal fuerza que todos los que tiraban cayeron al agua excepto por Neteyam que de inmediato cortó la soga y arrancó con el ilu a nadar Lejos.

Tanto Me'rah como su ikran quedaron confundidas por el forcejeo y luego la soga estaba cortada. Supo de inmediato que había sudo Neteyam y sus ojos miel se apresuraron a buscarlo en el perímetro hallándolo a unos 20 metros y contando.

—¡Salgan de aquí! ¡Todos!—Les indicó Me'rah antes de  hacer que Alaska moviera con fuerza sus alas y empezara a volar directo hacia Neteyam.

El viento hacía que su melena se batiera hacia atrás y pequeñas gotas de agua saltaran a su rostro a la vez que su corazón latía tan rápido a como iba pues el arpón como había dicho Jake marcaba a alguien para morir y solo la idea le aterraba. Su mente iba incluso más rápido que sus movimientos y todos los escenarios posibles colisionaban sin parar uno tras otro.

—¡Dame el arpón!—Le dijo ella por el comunicador a neteyam pero antes de que él pudiera responder una bomba estalló muy cerca al omaticaya dándole un gran susto a Me'rah.

Neteyam no podía parar, la nave estaba alcanzándolo y detenerse solo significaba que podría ser capturado; veía a su amada sobrevolar muy cerca al agua intentando seguirlo pero las bombas empezaban a llegar cerca a él y temía que la golpearan a ella, aún así debía confiar, como había dicho ella, debía confiar en sus habilidades pues eran un equipo después de todo.

El corazón de Me'rah se aceleró en potencia cuando decidió ver hacia atrás y se encontró al mismísimo Quaritch con su ikran volando para alcanzarla.

—¡Veo a la niña!—Escuchó ella como el recombatiente hablaba por su comunicador.—¡no más cargas acuáticas, Scoresby, necesito esos niños vivos!

—Net, Escúchame.—intentaba Me'rah no sonar desesperada pero es que la cercanía de aquel extraño ikran empezaba a ser precipitosa.—Quaritch nos sigue, debes soltar el arpón ahora. ¿Me oyes? ¡suéltalo, ahora!

El corazón de Neteyam se detuvo un segundo el momento en que el nombre de aquel hombre llegó por el comunicador y que los estaba siguiendo, no solo lo seguía a él, Neteyam sabía que también no desperdiciaría la oportunidad de llevarse a Me'rah. Debía soltar ese arpón por el bien de los dos.

—¡Neteyam, Escúchame una vez, suelta eso!—La voz de Me'rah en el comunicador al principio fue como un eco pero luego fue clara y concisa. Debía acatar su orden.—¡Ya!

El omaticaya miró una última vez hacia arriba del agua, notando el ikran de Me'rah sobre él y sin más Soltó el arpón dejándolo caer al fondo de la arena y continuando su camino bajo el agua para esconderse, sin embargo le asustaba lo que pudiera pasarle a Me'rah allá afuera con Quaritch teniéndola en su mira.

—Escóndete, perderé de vista a Miles.—Susurró Avani con el comunicador una última vez para luego tomar con fuerza a Alaska y apurarse volando lejos de Quarich. Cambió de dirección y dividió su camino del de Neteyam.

No sabía bien como perdería de vista al recombatiente pero debía hacerlo como fuera. Sus ojos miel se dirigían a todos lados intentando hallar ideas sobre que hacer y entonces fue cuando encontró las grandes e imponentes 3 rocas hermanas. Una idea surgió.

Su respiración era agitada y su corazón bombeaba más rápido de lo que le gustaría, su cuerpo estaba nervioso pero su mente estaba fría ya formulando un plan; miró hacia atrás viendo al avatar con uniforme militar seguirla con esfuerzo y luego volvió al frente dirigiéndose directamente hacia las rocas.

El viento chocaba con su cara pero no importaba, las poderosas alas de Alaska giraron con brusquedad rodeando una de las grandes piedras, atravesó un pequeño orificio y tras girar por la segunda piedra subió cerca de ser vista pero al final logró llegar a la cima de una de las rocas más altas. Las nubes cubrían el lugar así que la visibilidad era casi nula, Alaska sujetó sus garras a la maleza en la cima de la piedra mientras Me'rah se aferraba a la montura sin casi respirar, pues no podía ser vista.

Neteyam estaba en un silencio penumbral sin dejar de nadar con su ilu para alejarse y buscar al resto pero su mente no paraba de pensar en que habrá sido de Me'rah, si bien ya no tenía él a Quaritch encima eso significaba que perseguía a Me'rah y por lo que había dicho norm aquella vez en la tienda no era para más que llevarla a un laboratorio como un conejillo de indias.

—"Estoy a salvo"—de pronto la voz de Me'rah casi en un susurro llegó por el comunicador. Estaba bien y al parecer no había sido vista.—"Estoy en la cima de una de las rocas...más recombatientes con banshees se despliegan...Quarich va tras alguien...”

Neteyam miró a su alrededor, no sabía si aún era perseguido o no pero debía salir a la superficie y hablar con ella, debía hacer más que solo huir. Sus orbes dorados revisaron el perímetro y tras estar todo libre salió a tomar aire.

Tomó con su mano mojada el comunicador y soltó un poco cansado:—Veo a Quarich...—Sus grandes ojos se giraron para atrás para luego ver como el ikran del nombrado levantaba una red con tsireya, Tuk y Lo'ak dentro.—Tiene a mis hermanos y a Tsireya.

—"No veo nada desde aquí, ¿hay más movimiento?"

Neteyam se giró a la derecha y de frente cruzando el océano una horda de Skimswings se abrían camino directo a la gran nave, sin embargo se detuvieron en seco cuando Quaritch puso su arma en la cabeza de Lo'ak. Estaba desesperado, pero sabía que primero debía planear algo y su padre ya había llegado con los metkayina.

—Llegaron...no hay movimiento, Me'rah.

—"Bien...debemos tomar cualquier distracción mínima para tomar a quienes tenga de rehenes".

Neteyam asintió y luego musitó:—Te escucho.

—"Nada con A’tok hasta estar cerca a ellos, nada sin que nadie te vea, yo estaré aquí y volaré hacia ellos cuando tu me indiques. Estoy a ciegas aquí arriba así que confío en ti".

—Copiado.

Sin más tiempo que perder Neteyam tomó una bocanada de aire y se dispuso a sumergirse de nuevo bajo el agua con A'tok, debía llegar lo más cerca a ellos ahora atados a la nave enemiga.

Mientras tanto Me'rah aún rodeada por las nubes no lograba ver mucho más que algunas sombras, debía esperar, debía esperar el momento justo.

Sin ninguno saberlo, Jake se dirigía ahora hacia el barco por ordenes de Quarich, su Skimswing se movía con lentitud hacia el barco a la vez que una sombra de ikran pasaba cerca a Me'rah y continuaba su camino. Era neytiri.

—Hay que hacer esto, Alaska, ¿Estás lista?—Me'rah decidió observar por un segundo a la intranquila banshee, acarició su lomo y tras tomar un suspiro hizo que aquella ikran se lanzara en picada muy cerca a la gran roca.

Descendían a ras y el viento golpeaba con fuerza sus ojos miel pero no evitó que mientras estaban en picada vieran hacia la nave y como Payakan saltaba sobre ella.

Esa era la distracción que necesitaban.

Neteyam estaba llegando al barco cuando el gran animal lo tomó por sorpresa, aunque eso no evitó que continuara acelerando y saliendo a la superficie sin dejar de nadar dijera por el comunicador "¡Ahora, Me'rah!".

Solo eso fue suficiente para que el ikran de la rubia abriera sus alas y tomará vuelo casi tocando suelo, sus alas se batieron con fuerza y aceleró directo hacia Tsireya, Lo'ak y Tuk. Iban a sacarlos de allí fuera como fuera.

El momento había llegado.

El ejército de Metkayinas junto a Jake aceleraron sus Skimswings alzando sus lanzas, Neteyam iba a toda velocidad con A'tok y tanto el ikran de Me'rah como Neytiri aparecieron en el aire, todos con un mismo destino.

Payakan estaba haciendo de las suyas en la embarcación y con su poca movilidad estaba deshaciéndose de varios militares y causando suficientes estragos para darles al resto más tiempo, tiempo que valía la pena.

Los botes de cacería dieron media vuelta y dirigieron otro arpón hacia el tulkun pero esta vez Payakan no caería en tal trampa y esquivando el objeto y haciéndolo rebotar con la nave volvió al agua.

Me'rah sin dejar de volar tan rápido como pudiera sacó de las maletas de Alaska su arco y tomó un par de flechas, se alistó para lanzar la primera y continuó sobrevolando cerca al agua con sus ojos calculadores sobre el capitán que ahora tenia la máquina lanza-arpones.

Ese mismo hombre tras ver la inminente amenaza solo le quedó gritar "¡Fuego!" Y todos los botes de cacería empezaron una lluvia de balas directo hacia los ikrans y horda de Skimswings, quienes se sumergieron al agua y tanto Me'rah como Neytiri alzaron vuelo hacia las nubes, avanzaron lo suficiente y volvieron a bajar en picada lanzando flechas hacia la tripulación, una tras otra parecía una tormenta de flechas, caían uno, dos, tres, demasiados militares y poco a poco iban despejando la zona dando paso a los Skimswing y Jake, sin embargo aún en el bote seguían Lo'ak, tuk y Tsireya.

Un samson se abría espacio en el cielo disparando hacia los submarinos Skimswing sin embargo una de las flechas de Neytiri atravesó al piloto y luego otra flecha de Me'rah al motor haciéndolo explotar.

El boleto para un camino libre dejaron las dos y al poco tiempo los metkayina empezaron a disparar su lanzas hacia los submarinos y botes de la RDA sin piedrad y con mano firme.

Explosiones, lanzas, flechas, balas eran disparadas todas en el fuego cruzado.

—"¡Net, donde estas!"—De pronto preguntó Me'rah por el comunicador mientras sobrevolaba el campo de batalla cada vez más cerca del gran bote.

Sin embargo el ululeo de Neytiri justo detrás de ella la puso alerta y tras ver hacia atrás y notar a Neytiri y en su ikran huir de Quaritch apresuró el vuelo de Alaska exponencialmente.

Quaritch alzó su rifle hacia las dos en sus banshees pero sus ululeos en busca de alguien que les quitara al recombatiente fueron oídos por Jake, que apareció en su Skimswing justo detrás de Miles disparando.

—¡Sepárate!—Le Gritó Neytiri y con solo un asentimiento de cabeza la rubia giró hacía la izquierda alejándose de la na'vi y continuando su vuelo lejos de allí; debía seguir en busca de Neteyam que aún no aparecía, sin embargo más recombatientes la tenían en la mira.

A su derecha un ikran con su avatar se aproximaban a toda velocidad con sus garras listas para tomar a Me'rah pero con una maniobra giratoria logró escapar de aquel recombatiente y con una fecha atravesó su cráneo en segundos.

El humo y fuego en las superficies no dejaban ver realmente donde podría estar Neteyam y mientras Payakan seguía derribando pequeños botes y submarinos sus ojos miel de pronto ven un ilu moverse bajo el agua a toda velocidad esquivando varios barcos  pero siendo perseguido por un submarino con garras robóticas.

La nave grande de repente empezó a moverse hacia unas rocas y tras saltarlas con brusquedad siguió su camino con severos daños en su estructura.

—¡Neteyam, voy a quitar el submarino de tu camino, ¿me oyes?!—Me'rah Intentó hablar con apuro con él por el comunicador pero antes de poder terminar tomó una flecha y sobrevolando muy cerca al agua disparó fría y calculadamente hacia su piloto y luego hacia su motor haciendo estallar todo el vehículo bajo el agua.

Neteyam que llevaba un rato siendo seguido por fin miró hacia Me'rah y lo que había logrado, dio media vuelta y a toda velocidad se aproximó hacia la gran nave por sus hermanos.

Avani le señaló con sus manos que daría la vuelta a la nave y tras un asentimiento por parte de su pareja ella se retiró a toda velocidad con su ikran, giró con agilidad alrededor de la nave lista para el momento en que Neteyam soltara a los 3 rehenes y entrar en acción.

A'tok movió sus aletas con tanta fuerza que en cuanto llegaron los dos al bote el animal saltó y Neteyam salió de él logrando subir sin mucho esfuerzo al lado de Tsireya.

—¡Net!—Exclamó alegre de verlo tuk.

—Que tal, ¿necesitan ayuda?—Sonrió el na'vi apresurándose a cortar sus ataduras en las muñecas. Primero tsireya, luego fue con Tuk y tomó el comunicador.—¡Me'rah, llevate a Tsireya y Tuk, ahora!

Sin más, Avani se aferró a su banshee y descendiendo por el lado contrario al que había llegado neteyam a ellos apareció ella girando en diagonal su ikran y extendiendo su brazo para atrapar a Tuk y Tsireya. Se acercó más y más y en cuanto las dos chicas la vieron Tsireya abrazó a tuk y extendió su mano al aire esperando el agarre de Me'rah quien en cuanto estuvo a punto de chocar contra la estructura de la gran nave por fin encontró a tsireya y su mano se aferró a la na'vi sin dejar de volar.

—¡Las tengo!—Le dijo a Neteyam por el comunicador.

—¡Desataré a Lo'ak!—Aclaró el na'vi dejando de lado la comunicación un momento y disponiéndose a cortar la atadura de su hermano que lo miró con una sonrisa.

Me'rah no soltó en ningún momento a las chicas hasta encontrar unas rocas lejanas y descender ahí.

—Cuídala, por favor.—Le suplicó a la metkayina quien asintió y sostuvo con fuerza a tuk.

De nuevo Me'rah sostuvo su arco y emprendió vuelo otra vez hacia la nave esperando ya no ver a su pareja y hermano allí pero al parecer estaban discutiendo algo por lo que no dudó en sobrevolar muy cerca con su ikran y saltar hacia ellos dejando a la banshee alejarse.

—Debemos ir por él, por Spider.—Escuchó a Lo'ak tomando un rifle mientras ella se acercaba cautelosa pero rápidamente hacia ellos.

Neteyam la vio llegar y no dudó ni un segundo en abrazarla por unos segundos.

—¿Estás bien?—se preguntaron el uno al otro al tiempo por lo que asintieron sonrientes.

—Iré por Spider.—reiteró Lo'ak casi corriendo hacia adentro de la nave.

—¿Que? ¡Lo'ak!—lo Intentó llamar Me'rah pero fue inútil.

—No voy a dejarlo de nuevo.

Neteyam miró a la rubia y sin más remedio los dos empezaron a seguir al menor de los Sully para recuperar a Spider.

Las alarmas de la nave eran como un estallido en sus oídos pero aún así debían continuar siguiendo a Lo'ak pues ni Me'rah o neteyam tenían  idea de donde estaba aquel humano.

—Por aquí.—Susurró Lo'ak empezando a atravesar con dificultad por encima de una gran tubería que cruzaba por un enorme pasillo de la nave.

El eclipse se estaba poniendo.

Pasaron por un pasillo estrecho entre las estructuras del techo y en medio del silencio Me'rah sosteniendo su arco señaló hacia un grupo de humanos que llevaban a Spider en la evacuación.

Lo'ak sonrió y Neteyam sacó su cuchillo listo para el rescate, Avani suspiró y preparó  una flecha, caminaron en silencio y luego se acomodaron justo encima de ellos listos con sus armas hacia ellos.

Neteyam alzó sus dedos indicando la cuenta regresiva, Me'rah y Lo'ak estaban más que atentos y en cuanto el último dedo de Neteyam indicó el momento su flecha viajó hacia el pecho de dos hombres, Lo'ak accionó el rifle en sus manos y Neteyam saltó al suelo atacando con su cuchillo al humano restante.

La rubia miró y Lo'ak y saltaron al tiempo por spider, los dos na'vis golpearon otros hombres que venían por Spider y por último Lo'ak disparó a otro de ellos un poco inexperto.

—Despejado, hay que irnos.—Inquirió Me'rah pasando su vista filosa por el lugar.

—Vámonos.—Indicó neteyam tomando un momento la muñeca de ella y luego saltar un piso más abajo.

Spider y Me'rah tomaron de primeras las escaleras y Lo'ak siguió a su hermano con apuro; debían salir de ahí y sus corazones con incertidumbre latían con fuerza. De pronto la mente de Me'rah le decía que debía salir de ahí o algo malo sucedería pero no había tiempo para siquiera pensar en eso.

—Gracias chic- —Intentó decir Spider.

—¡Veo a la niña!—De pronto un grito de un recombatiente a unos metros llamó la atención de todos mientras su arma se alzaba con apuro hacia Me'rah.

La iba a matar.

—¡No!

El grito de Neteyam fue último que Escuchó cuando de repente todo empezó a avanzar en cámara lenta en su cabeza, el sonido del rifle soltando la bala hizo eco mientras veía poco a poco Lo'ak agacharse al suelo con Spider pero neteyam...

Oh, Neteyam.

El na'vi había saltado hacia ella cubriéndola con su cuerpo en segundos sin siquiera notar a donde había caído la bala. Su mente corría rápido y su corazón latía lo suficientemente veloz para dejarle con la respiración agitada.

En un parpadeo todo volvió a la velocidad normal.

Sus ojos se alzaron hacia él cuerpo de Neteyam pero no había rastro de la bala pues había impactado en la pierna de ella.

—No, no, no...—Escuchó a su pareja mirar con apuro la herida.

—¡Rápido, no hay tiempo!—Le dijo avani apretando con su mano la herida y empezando a correr hacia una zona cubierta.

Lo'ak Intentó alzar su rifle pero Neteyam lo detuvo y empujó hacia detrás del muro donde Me'rah se recostaba un segundo.

—Mierda.—Soltó él omaticaya al ver la sangre corriendo por el muslo de la rubia.

—Sólo...Sólo tengo que hacer presión.—Dijo ella tomando un poco de aire y haciendo unas muecas por el ardor.

—¡Cuidado!—Gritó spider ocultándose de las balas que rebotaban cerca a ellos.

—Está bien...lo solucionaremos.—Le Susurró con ternura Net acariciando brevemente la mejilla de la humana y luego rapar de Lo'ak el rifle.

—¡Que haces!—Preguntó el menor de los hermanos atónito.

Pero la rabia ya había consumido a neteyam en cuanto la sangre de quien amaba corría por su pierna sin piedad, la estaban cazando, la querían viva o muerta y ahora la habían herido, no quería ni pensar si era de gravedad, solo quería llevarla a un lugar seguro y atender su herida.

Los flashbacks de aquel ataque del akula en el helicóptero eran inevitables y estaba asustado de perderla como aquella vez.

Disparó del gatillo con ira, disparó a quien había atentado contra ella con tanta ira en sus orbes dorados sin embargo ya eran dos recombatientes contra él y tras una ráfaga de balas volvió detrás del muro.

—¡Salgan de aquí, ya, ya, ya!—Clamaba Neteyam recargando el rifle y volviendo a disparar hacia sus enemigos.

—¡No me pidas que me vaya!—Indicó como pudo Me'rah mientras era empujada por Lo'ak y Spider.

—¡Hiciste tu parte, me toca la mía!

Su respiración era agitada y no soportaba dejarlo solo, estaba asustada por él, el sentimiento de que algo malo estaba por ocurrir era más presente y ese sentir de vacío en su pecho aumentaba.

—Me'rah.—Neteyam volvió detrás del muro y sus grandes ojos dorados llenos de brillo se dirigieron única y exclusivamente a la rubia frente a él.—Me'rah te amo como a nada pero confía en mi. Los cubriré mientras saltan al agua y los ilu llegan. Saltaré enseguida de ti. Lo juro.—Dijo Neteyam mirando directamente a sus ojos.— Te amo.—susurró por ultima vez.

Los ojos de Avani temblaban, no sabía que pensar, estaba asustada como un cordero al matadero, no quería soltarlo pero sabia que debía huir, él la seguiría. La seguiría porque la amaba, lo había dicho, se lo había dicho en la cara, la amaba pero aterrada estaba. Quería decirle ahí mismo que también lo amaba, que jamás lo soltaría, que viviría y moriría por él pero el jalón de Spider la obligó a correr por la cubierta dejando sus palabras en la punta de la lengua.

De nuevo todo avanzaba en cámara lenta. Los recombatientes disparando hacia neteyam y él a ellos esperando porque Lo'ak y los dos humanos saltaran al agua. No quería dejar de ver para atrás, no quería perderlo de vista y si bien se aferraba a su arco y a Lo'ak corriendo hacia el agua sus rodillas se abarrotaban del dolor y sus pensamientos.

Corrió con su respiración agitada y entonces vio a neteyam, lo  vio correr hacia ellos sin dejar de disparar, pronto se acabaría esto. Intentó extender su mano hacia él mientras se acercaba con rapidez hacia ellos pero Neteyam no dejaba de disparar hacia los enemigos.

—¡Net!—Gritaba Me'rah aún viendo a su amado y en cuanto aquel na'vi  oyó su clamor Soltó el arma y de pronto las cosas dejaron de avanzar en cámara lenta.

Neteyam tomó la pequeña mano la rubia y sin tiempo que perder saltaron todos hacia el agua con velocidad.

El agua no dejó que Me'rah pudiera abrir sus ojos hasta luego de unos segundos. El agarre con Neteyam tuvieron que cortarlo para poder nadar debajo de la gran nave y salir por fin hasta el otro lado por un poco de Aire.

—¡Hermano!—Oía la voz eufórica de Lo'ak junto a spider.—¡Eso fue épico!

Pero Me'rah no quería una festejación, no quería sonreír ante algo así. Tenia miedo, su corazón latía con fuerza y sostenía con una de sus manos su gran arco mientras la otra le ayudaba a mantenerse a flote. Se giró y vio a todos pero neteyam estaba con una mueca que denotaba dolor.

El miedo volvió a aparecer.

—¡Net!—Gritó ella dificultosamente pues necesitaba recuperar el aliento mientras nadaba hacia él temerosa, Solo quería encontrarse con un rasguño pero el agua con sangre proveniente de él de pronto hizo que su corazón se detuviera una milésima de segundo.

Sangre.

—¡Net!—Está vez suplicó con terror en sus ojos intentando ayudarlo a mantenerse a flote pero con una mano era inútil y su pierna también sangraba.—¡Ayuda!—Gritaba con tanto miedo reflejado en sus ojos a la vez que Spider miraba incrédulo y Lo'ak estaba solo viendo en shock.

Como si eywa la hubiera escuchado los gritos de su corazón tan aferrados y desgarrados al mismo tiempo, apareció entonces  Tsireya en su Ilu como un salvavidas.

—¡suban!—Indicó La metkayina sin tener idea de lo que ocurría llegando con los ilus de todos.

Neteyam solo Oía ecos y los gritos de su rubia tan lejos a medida que la sangre escapaba de su mano, intentaba presionar pero era justo en su pecho y su respiración se cortaba cada vez más.

—Estaremos bien, lo juro, yo arreglaré esto.—Le decía Me’rah sosteniendo la cabeza de él con tantas lágrimas por salir que sus manos temblaban.

  Lo’ak subió a su Ilu y Me’rah ayudó a Neteyam a subirlo detrás de su hermano para luego ella acomodarse a espaldas de su amado pero el sangrado  no se detenía, era desbordante y pronto las manos de Me'rah se marchaban con la sangre ajena.

—¡Sostén esto!—Le Gritó la rubia a Spider entregándole su arco y ayudando con sus dos manos a su pareja pues no soportaba verlo así, todo por su culpa todo era solo su culpa y lo único que esperaba era remediarlo pero el futuro era incierto y quería solo gritarle al cielo por ello.

Finalmente el na'vi logró subir luego de unos segundos y Me'rah subió justo detrás de él sujetándolo.

—¿Lo tienes?—Le preguntó Lo'ak subiendo al frente del ilu listo para arrancar.

—¡Sólo muévete!—Gritó en lágrimas y aterrada Me'rah viendo al menor de los hermanos asentir y de inmediato puso al animal en marcha a toda velocidad.

Su corazón latía con fuerza y sentía que si permitía un solo segundo podría desmayarse, no sabía si era porque ella también estaba perdiendo sangre o era el pensar que pasaría con su pareja luego de eso, se culpaba, lo hacía una y otra vez mientras Lo'ak los llevaba a una zona segura, era inevitable no pensar en sí podría vivir o no sin él, no quería saberlo, no quería imaginar una vida sin él, aún debía vivir muchas cosas con él, decirle más cosas, abrazarlo muchas noches, regresar al bosque, decirle que lo amaba.

No podía permitir perderlo.

Pero Neteyam estaba luchando, él no sabía si ganaría esa vez, si alguna vez lo había hecho. Tenia miedo, también quería vivir tantas cosas junto a Me'rah, ser quien se quede con ella, tenía miedo de irse, de dejarla sola, de que solo habían pasado horas desde que sus sentimientos fueron dichos luego de meses, no podía irse sin más, la quería, la amaba pero si moría allí al menos lo haría de la forma más bella, salvando a quien daría su corazón, con quien quería una familia, pero algo en su corazón no quería que fuera así, quería que todo hubiera salido bien, que la RDA solo fuera un mal sueño y despertara al lado de aquella hermosa rubia, estaba asustado y era tan joven para eso. ¿Acaso si se iba, el amor de Me'rah lo tendría alguien más? Tenía miedo de que fuera desperdiciado pues no cualquiera merece tan hermosa alma y de pronto sus miedos se llenaban, no podía irse tan fácil.

No quería irse tan fácilmente.

El eclipse se aproximaba y el ilu tras unos eternos segundos se acercó a unas rocas alejadas, Jake quien gracias a Spider los encontró, llegó allí lo más rápido que pudo.

—¡Subanlo!—Indicó Me'rah saltando al agua y sosteniendo la cabeza de Neteyam mientras la marea les ayudaba a subirlo a aquella roca.—¡Rápido!

Jake en cuanto los vio se paralizó un segundo pero sabía que debía actuar si no quería perderlo así que con agilidad tomó del brazo a su hijo y junto a todos lograron arrastrarlo  hasta la roca.

—Cuidado con su pecho...—Dijo firme pero entre lágrimas contenidas Avani.

La luz del eclipse hacia que esos hermosos orbes dorados brillaran más de lo que ya lo hacían pero su corazón estaba deteniéndose quisiera o no, no había tiempo que perder y la sangre corría.

—¡Tranquilo, hermano!—la voz asustada de Lo'ak solo reflejaba como estaba la situación.

Jake giró a su hijo a un costado y entonces todos vieron que aquel disparo había atravesado su espalda también y una lagrima se escurrió por la mejilla de Me'rah.

Aun así rápidamente la secó, debía ser fuerte por él, debía ayudarlo, ser su apoyo. Eran un equipo.

—Hay que presionar la herida.—Dijo Me'rah apurada y firme mientras colocaba la cabeza del na’vi sobre sus piernas que aún seguían sangrando por el disparo pero aún así eso le importaba poco.

Jake la miró un segundo y tomó las manos de Lo'ak sobre la herida en medio del frenesí.

—Hay que mantenerlo consciente.—Dijo Me'rah agitada y con su voz quebrada golpeando levemente las mejillas de su amado y pendiente a cada reacción.

Neytiri llegó a los pocos segundos con su ikran y se arrodilló a un costado de su hijo. Estaba en shock.

Avani estaba desesperada, oír la respiración agitada de Neteyam solo indicaba como lo perdía poco a poco pero a pesar de todo su miedo cerró sus ojos un momento recordando todas las lecciones de primeros auxilios que su padre le dio y entonces una idea se formó.

Rápidamente rasgó una parte de su taparrabos y giró a Neteyam a un costado un segundo, colocó con apuro la tela esperando que funcionará como tapón y así fue, estaba funcionando, sin embargo ahora debían llevarlo con ronal, debían moverlo de allí, él no moriría allí, no sin antes intentar salvarlo.

—Net, Net, por favor no pierdas la consciencia.—Suplicaba un poco frenética mirando a los ojos a su chico pero el brillo dorado poco a poco se estaba desvaneciendo.

Neteyam por su lado solo podía mirar a aquella rubia, sus ojos miel y su perfecta piel, sus ojos tambaleaban a medida que se estaba yendo, estaba perdiendo la batalla, no quería pero sus fuerzas ya se esfumaban con segundos, su agarre al brazo de Lo'ak y su padre se aflojaban con cada segundo, estaba allí, muriendo desangrado y aún habían tantas cosas por decirles a todos, en especial a Me'rah, quería...¿pedirle perdón? ¿Un poco más de tiempo? ¿decirle que la amaba? Habían tantas cosas que si pudiera le diría, pero sabía que sus alientos no alcanzarían para tanto.

—Net, no, no, por favor, no me dejes.—Empezó Me'rah soltando su cabeza con cuidado y posicionándose a su lado.—No puedes dejarme, no hoy, no, por favor...

Y las lágrimas que por un tiempo había contenido empezaban a salir, quería gritar de la impotencia, no podía hacer nada, no podían llevarlo a algún lado, no podían siquiera llamar a Ronal porque no había rastro de ella y la impotencia le gritaba que matara a todo aquel que se moviera.

Sabía que el tiempo se agotaba, no sabía de tantas cosas que decirle, quería decirle todo, quería gritarle lo mucho que lo quería, quería decirle que no muriera, que debían volver al bosque, que debían ver el amanecer juntos, que...no podría vivir sin él.

Debía decirle que lo amaba.

—Quiero…ir a casa—Gimió intentando respirar Neteyam.

Neteyam no estaba listo para irse pero aún así decidió tomar la mano de Me'rah con debilidad y sus ojos se enfocaron en ella, aquella hermosa rubia que había decidido amarlo.

—Me'rah, yo...—Soltó en un Susurro pero ese fue el momento justo en que sus fuerzas desaparecieron por completo.

Había perdido la batalla.

—No, no, no, Net.—Suplicaba en un susurro Avani notando que lo perdía.

Sus manos desesperadas se dirigieron a las mejillas del na’vi, debía estar bromeando, no podía irse aún no cuando aún faltaba tanto por vivir, no podía dejarla, no cuando aún tenían un futuro por delante.

Sin embargo Neteyam conocía que ya era su hora y si eywa lo quería así ¿quien era para refutar? Solo pedía a la gran madre cuidar de aquella hermosa humana y na'vi, que la mantuviera a salvo porque al final...al final de todo estaba rodeado de quienes más lo amaban y eso le bastaba para irse.

Irse para siempre.

—¡Neteyam, por favor, te amo!—clamó desesperada Me’rah mirando a sus ojos sin vida, no sabía si la había escuchado, pero su corazón había dejado de latir y un grito herido de Neytiri solo le erizó la piel.

Lo había perdido.

—Por favor, te amo...—Susurraba abrazándolo mientras un mar de lagrimas descendía por sus mejillas sin cese.—Te amo...

Pero sabía que lo había perdido por completo y aquel instante en que su cabeza lo asimiló sus rodillas se congelaron, su corazón dejó de palpitar y un vacío en su pecho se formó, sus pulmones colapsaron de la falta de aire, su corazón caía de sus manos congelado y de pronto todo caía a pedazos.

Sus manos desesperadas se dirigieron hacia su propio pecho apretando su propia piel con fuerza y el grito más desgarrador salió desde el fondo como si su demonio más oscuro estuviera siendo liberado en aquel grito, se agachó sobre sus rodillas y sus ojos se cerraron sintiendo como iba a un espiral sin salida rápidamente mientras su corazón era desgarrado con un cuchillo una y otra vez.

Así que lo había perdido, esta vez para siempre.

Eywa...si estas ahí, si puedes oírme, si tan solo pudieras oír el clamor de mi corazón, solo te pido que lo cuides, llévalo a casa, llévalo a un lugar donde no pueda ser herido, llévalo contigo...hazlo por él...no por mi...

Sus ojos estaban rojos de tantas lágrimas y sin saberlo su pecho había sido manchado con la sangre de su amado, sus manos estaban manchadas de escarlata y lo único que pudo hacer fue solo abrazarlo una última vez, sentir su calor desvanecerse, ver sus ojos brillar una última vez con el eclipse y guardar aquella imagen como la más bella para toda su vida, ya no podía sentirlo jamás, ya no era capaz de volver a ver todos los lugares que visitaban pero si podía luchar, si podía tomar justicia y decir un último adiós.

—Neteyam...—Susurraba cerrando los ojos con lágrimas.—Adiós...Adiós Ma'teyam...

Solo abrazó su cabeza y plantó su último beso en su cabeza, su última muestra de amor, su último aliento por él, su último deseo...

Se odiaba, se odiaba porque no pudo decirle lo mucho que lo amaba, porque solo fue empujada a decirlo cuando lo vio dar su último aliento, cuando su vida se le escapaba de sus manos mientras su corazón desaparecía de su pecho junto con todo el brillo de esos hermosos orbes dorados.

Solo esperaba que la brisa llevara cada una de las cosas que no pudo decirle, cada te amo que faltó, cada abrazo, cada caricia, cada beso y cada momento que nunca pasó, que la brisa tomara el camino mas corto para llegar donde Eywa hubiera puesto al único dueño de su alma, mente y corazón para que así llegaran a él, con tanto fervor como eran enviados.

Y se preguntaba ¿que pasaba cuando la muerte y el amor se abrazaban? ¿La muerte se enamoraba o...El amor se muere? Tal vez, así como justo en ese instante, la muerte moriría enamorado y el amor amaría hasta la muerte...

No podía con tal carga emocional y sin dejar reprimir una sola lagrima acarició una última vez la mejilla de Neteyam mientras ahora era Neytiri quien desesperada lo abrazaba gritándole a eywa y el cielo.

Ese día un hijo, un amigo, un guerrero, un compañero...Un amante había sido asesinado, había dejado aquel mundo por siempre ¿y que pasará ahora con los lugares más oscuros que con una sonrisa él iluminaba? ¿O toda su risa que era más fuerte y agradable que un coro completo? ¿O todas esas miradas con más brillo que el sol?...Todo eso ya no estaría, al menos en esa tierra, pero esperaba algún día volver a verlo y si eywa se lo permitía pero  mientras tanto estaba condenada a no sentir aquella magnífica presencia ni el planeta que la rodeaba hasta...hasta que la gran madre lo quisiera.

A veces me preguntaba ¿todo fue mi culpa? No puedo decir lo que es realmente, Sólo puedo decir lo que se siente y ahora mismo hay un cuchillo de acero en mi tráquea, No puedo respirar, pero sigo peleando mientras pueda pelear, mientras lo malo se sienta bien, es como si estuviera huyendo.
Drogada de amor como si estuviera inhalando pintura y cuanto mas lo amo, más sufro, me asfixio y justo antes de que esté a punto de ahogarme, él me resucitaba.

Me resucitaba pero ahora soy yo quien tiene que hacerlo a si misma…Porque ese fue el ultimo momento a su lado.

—“¿Me oyes, cabo?”

De pronto la voz de Quaritch en su comunicador y el de Jake sonó.

La falta de expresión de Jake, la falta de lágrimas, de siquiera una pizca de tristeza de pronto hizo ver a Me'rah si realmente aquel sujeto sentía la perdida de su hijo, si realmente estaba presente o en shock, en todo caso su ceño se frunció mientras las lágrimas no paraban, ¿como podía seguir así? ¡su hijo acababa de morir! Y estaba allí, ausente de mente.

Me'rah lo culpaba y su mirada se llenaba de odio al solo recordar que fue él quien trajo esa guerra al bosque, a los metkayina y a su propia familia, él había permitido todo en  primer lugar, y ahora estaba allí, en silencio.

Las lagrimas corrían, no podía evitarlo, el sentimiento de que ahora algo faltaba, de que luego de aquel instante su vida estaba a punto de cambiar le asustaba, odiaba a Jake, lo odiaba con cada pieza de su ahora corazón roto, lo odiaba por desde nacer exigirle cosas tan duras a un niño tan hermoso como neteyam, por siempre poner la culpa en él, por siempre poner la presión de ser "el mejor hermano, el mejor hijo, el mejor...en todo", lo odiaba porque ahora ni una sola lagrima salía de sus ojos, lo odiaba y quería gritarle, decirle todo lo que guardaba su pecho, su corazón y su mente, quería explotar contra él, pero sabía que ahora el enemigo no era él.

—"Si, bueno...creo que me oyes."

La voz de Quaritch la sacó de sus pensamientos.

—"Misma oferta que antes...tú y la niña por ellas."

Los ojos de Me'rah se abrieron aún con lágrimas sin cesar, ¿ellas? ¿A que se refería con ellas? No, ni podía ser, simplemente no podía ser lo que estaba pensando.

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