𝘃𝗶𝗶𝗶. ⊳ 𝗧𝗵𝗲 𝗼𝗰𝗲𝗮𝗻 𝗮𝗻𝗱 𝗰𝗼𝗶𝗻𝗰𝗶𝗱𝗲𝗻𝗰𝗲𝘀.
❛ 𝒀𝒐 𝒅𝒂𝒓𝒆́ 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒓
𝒔𝒂𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒏𝒖𝒎𝒃𝒓𝒂𝒔 ❜
❝ O8. EL SONIDO DEL OCEANO Y COINCIDENCIAS.❞
❛ IF I COULD CHANGE THE WAY
THAT YOU SEE YOURSELF
YOU WOULDN'T WONDER WHY YOU
HEAR 'THEY DON'T DESERVE YOU ❜
LAS COINCIDENCIAS no ocurren, o al menos no la mayoría para mí. Todo ocurre por algo pero coincidencias en la vida hay muchas y entre tanta gente poder coincidir con la correcta suele pasar poco, podremos intentar cambiar las cosas, podemos pensar que si algo hubiera pasado de otra forma toda nuestra vida cambiaría, pero no, supongo que no hay forma de saberlo.
Solo queda afrontar lo que pasa y no reprochar el pasado, pero esa es otra de las cosas que no pongo en práctica.
(...)
No bastaron más de 15 minutos cuando el samson llegó con Lo'ak, Kiri, Tuk y Spider en él mientras más atrás los ikranes volaban con sus jinetes. Misteriosamente el silencio entre todos era un poco incómodo y la miradas molestas de Me'rah y Neteyam apenas y se notaban, pues preferían evitar al otro.
Las hélices del helicóptero se detuvieron y sus pasajeros bajaron rumbo hacia la tienda de Mo'at para atender sus heridas y rasguños, sin embargo Norm en cuanto descendió tomó una tableta en su mano y se aproximó con apuro hacia Jake susurrando cosas que ni Me'rah ni Neteyam lograban percibir.
Algo andaba mal, algo en su padre lo tenía preocupado y la rubia lo sabía.
Pronto y en silencio, Neytiri y Sully siguieron al científico hacia la tienda de la pareja mientras murmuraban cosas entre ellos.
Los ojos miel de Avani decidieron dejar de seguir a los adultos y sus pies se movieron hacia su tienda con los brazos llenos de todo lo que Alaska tenía en su mochila. Me'rah estaba decidida a ignorar por completo a Neteyam y se mantendría así.
Aun su cabeza le daba vueltas a las cosas hirientes que esa linda boca había dicho de ella.
Mientras tanto, Neteyam seguía parado al lado de los banshees sosteniendo su arco sin saber mucho que hacer; se veía desorientado, su mirada no sabía si debía mirar al frente o si mirar a su amiga irse enojada, no sabía si darle un espacio o si hablar las cosas por primera vez.
No sabia que hacer y eso le frustraba.
¿Acaso nunca sabría que hacer...?
Sus ojos dorados veían como aquella rubia desaparecía entre las telas de su tienda y nunca miró hacia él.
Había dicho cosas erróneas y ahora...ahora no sabía como remendarlo, después de todo, su vida se había tratado de nunca cometer errores, nunca fue él a quien regañaban, ni siquiera sabía lo que era pedir perdón por un error de él, su padre siempre quiso de él ser tan pulido y tenaz como si fuese algún reflejo de él.
No sabia agachar su cabeza y ahora que lastimó a la persona que más amaba ni siquiera una palabra salía de su boca sin que su orgullo lo golpeara.
¿Acaso no se había propuesto siempre estar al lado de ella? ¿Por qué ahora se había estancado? ¿Por qué le costaba tanto salir de esa situación?
(...)
Tal vez unos 5 minutos pasaron desde que Me'rah se había sumergido en la tienda para organizar sus cosas cuando una voz masculina apareció de repente a su espalda.
Era Lo'ak y se veía un poco agitado.
Me'rah de inmediato se giró hacía él y supo que algo estaba pasando.
—Están discutiendo.
Con esas palabras del na'vi supo de inmediato que se refería a los sully y su padre. Algo malo estaba ocurriendo y no había tiempo que perder. La rubia sin pensarlo mucho soltó lo que estaba organizando y salió a toda prisa detrás del na'vi encontrando a Neteyam con su ikran no muy lejos.
Lo'ak solo miró a su hermano quien supo de inmediato que algo estaba ocurriendo así que se les unió y los tres se apresuraron para llegar a la tienda donde los adultos se encontraban.
En cuanto llegaron Kiri y Tuk ya estaban espiando la conversación.
Kiri les hizo señas para hacer silencio y los 3 chicos se acercaron con sigilo, intentando controlar la respiración agitada. Me'rah se agachó junto a Tuk para ver por la pequeña apertura cerca al suelo mientras el resto colocaba sus oídos sobre la tela que cubría la tienda.
—Esa cosa...Ese Quaritch...—Vio desde donde estaba a Jake hablando alterado mientras Norm tenía en sus manos una tableta con una imagen proyectada.
—Lo que sea esa cosa, puede entrar donde sea ¡Puede caminar en las narices de Eywa!
Los ojos miel de la humana se enfocaron en la imagen que desde su punto de vista era borrosa, pero poco a poco se veía más clara y finalmente logró ver que aquella imagen era ella misma.
Era ella durante el ataque al samson con Ni'agt que al parecer había sido grabado mientras ella cambiaba de piel y no sólo eso, también se veía el video de ella pasando su piel a na'vi en el ataque al maglev.
Norm había logrado extraer esos archivos de todo lo recogido en el tren y lo que más le asustaba era que probablemente habían más copias de aquellos videos.
—¡Es nuestro hogar!—Gritó Alterada Neytiri.
—¡Es por la familia!—Le Exclamó de vuelta su esposo.
—Ya saben mucho de nuestro territorio, nos tienen vigilados, Neytiri, saben como atacamos...Grabaron a mi hija.—Espetó el humano científico acercándose a ellos con mucha preocupación.
—No puedo.—la na'vi suspiró calmándose.—No pueden pedirme hacer eso.— ella caminó hacia unas pequeñas bolsas y empezó a organizarlas, pretendiendo así dejar el tema atrás.—No puedo dejar mi pueblo.
Jake y Norm se miraron para después él castaño rascar su cabeza nervioso revisando una vez mas su tableta.
—...Nos están cazando...—Soltó Jake.—Van tras nuestra familia...
Harta de lo mismo, Neytiri se giró hacía él furiosa y dijo muy firme:—¡Que no puedes pedirme eso! ¡Esto es todo lo que conocen los niños...Me'rah!—Continuó mirando fugazmente a Norm.—¡El bosque es todo lo que conocen!
Sus orejas hacia atrás demostraban la ira y sus ojos dorados ahora miraban fijamente a su esposo mientras se paraba frente a él.
—¡Este es nuestro hogar!
—¡Los grabaron, los atraparon y pusieron cuchillos en sus cuellos! ¡No solo quieren acabar con nosotros, también con ellos!—Sully entonces vio como la na'vi agachaba sus orejas esta vez con tristeza.
En silencio vieron como se acercaba a su arco.
Sus manos azuladas tomaron el objeto y con prepotencia se aferraron a él, volviendo a pararse a frente a los dos hombres.
—...Mi padre me dio este arco...y mientras moría me dijo "protege al pueblo"...¡Eres Toruk Makto!—suplicó ella con las lágrimas a punto de salir.
—¡Yéndonos protegeremos al pueblo!...¡Tienen a Spider, él conoce nuestra organización! ¡Él puede traerlos aquí!
—...Si el pueblo nos alberga todos morirán...—Espetó seriamente Norm, dejando la tableta sobre la mesa.—¿Lo entiendes, Neytiri? No tengo nada, no puedo marcharme de aquí, pero si puedo proteger a mi hija y alejar a los niños de esta guerra es lo mejor para ustedes y ellos.
Ella miró a Norm de nuevo y su mirada se agachó.
—Tal vez no pueda proteger al pueblo...—Empezó Jake con determinación.—Pero si puedo proteger esta familia. Eso sí puedo hacerlo.
Neytiri suspiró, conteniendo sus lágrimas y poniendo una de sus manos en su propia cabeza para poder pensar mejor.
Spellman solo pudo mirar la escena y como Jake colocaba sus manos sobre los hombros de su esposa, quien estaba al borde de las lagrimas.
No podía culparla.
—Hey, una cosa es segura...Esta familia es nuestro fuerte....
Jaje susurró a la na'vi frente a él con fortaleza en cada palabra y entonces ambos se abrazaron profundamente, aceptando la propuesta y resignados a dejar todo lo que conocían atrás.
—...Está bien...—Susurró Neytiri para separarse del abrazo un poco triste.
Jake solo pudo rectificar que estuviera bien y sin más por hablar, Norm se aproximó a la salida ganándose unas palmaditas en el hombro por parte de su amigo.
Norm solo sonrió levemente y continuó su camino, pensando como ahora debía decirle a su hija todo.
Al otro lado, los chicos sabían que la conversación había llegado a su fin, pues al rato los padres se habían marchado rumbo hacia Mo'at mientras Norm se dirigía hacia los laboratorios.
El silencio entre ellos era penumbral y Kiri, Lo'ak junto Neteyam se miraban entre sí, mientras Me'rah les daba la espalda en tanto se levantaba poco a poco de su lugar.
Sus ojos cristalizados por las lágrimas no debían ser vistos.
Ella se rehusaba a dejar todo atrás, a dejar a Hie'tya, a dejar el bosque, el clan, el pueblo, los aprendices, y en especial...se rehusaba a dejar a su padre.
No podía irse así como así, simplemente no podía.
—¿Nos tenemos que marchar del bosque?—Susurró incrédulo Lo'ak pero nadie le dio una respuesta.
Kiri estaba cubriendo su boca sin ninguna palabra y Tuk permanecía en silencio preocupada, pero Neteyam solo veía a su amiga callada como si ocultara algo al darles la espalda, como si algo estuviera mal.
Me'rah estaba decidida a quedarse en el bosque y no se rendiría tan fácil, no podía simplemente soltar todo lo que la hace ser ella, no podía perder cada recuerdo, cada rincón, experiencia, voz y risa. Debía buscar a su padre porque estaba empeñada en quedarse, cueste lo que cueste.
Avani se paró completamente sobre sus dos pies y sin más empezó a caminar lejos de los demás y limpiando con sus manos las lagrimas resbaladizas.
Nadie la detuvo, ni dijeron nada, porque por mucho que no quisiera Me'rah, ellos la conocían muy bien.
(...)
Caminó un poco y tomó aire fresco en el trayecto hacia los laboratorios donde su padre se encontraba y antes de abrir la puerta tomó un bocanada de aire reuniendo su valor para abrir esa puerta.
Suspiró una última vez y giró de la perilla para ingresar y en cuanto dio un paso adentro lo primero que encontró fue a Max y Norm empacando algunas cosas.
—¿...Papá?—Dijo la rubia con una voz un poco débil y sus ojos levemente hinchados por las lágrimas.
Solo bastó que el nombrado se girara hacia ella y su expresión cambiara a una de preocupación en segundos. Todo lo que estaba pasando era como una daga en su corazón.
Max terminó lo que hacía y en silencio se retiró, dejándolos solos.
—...Mi niña...—Fue lo único que dijo Spellman intentando sonreír viendo a su hija allí parada con su cabello rubio, ojos un poco rojos y su mancha azulada en el abdomen. Sus ojos miel se veían melancólicos y su expresión cansada.
—¿Es verdad?—Susurró Me'rah y solo bastaron unos segundos cuando una lágrima escapó de sus ojos miel.
Norm rascó su nuca y dijo:—...Mejor Siéntate.
Aunque al principio Avani se rehusó a hacerle caso, al final solo suspiró y tomó la silla mas cercana para luego su padre tomar asiento frente a ella.
Un silencio los encerró pero la menor esperaba con ansias que Nrom dijera que no era cierto lo que ella pensaba, que todo estaría bien, que nada pasaría, que no debía marcharse.
—...Bueno...—Intentó articular el castaño acomodándose en su asiento.
La mirada de su hija si que era penetrante.
—Parece que ya has escuchado lo que ocurre.—Siguió bajo la atenta mirada de la rubia.—Ehm...mientras revisaba los archivos que encontramos en el maglev encontré cosas clasificadas...entre ellas videos. Videos tuyos, Me'rah... Encontré archivos adjuntos a los vídeos y fueron redactados por la General Frances Ardmore...donde...pedía tu captura y...—El hombre tragó grueso manteniendo su emociones a raya.—Y no quiero pensar que algo podría pasarte si la RDA algún día te alcanza, si algún día los científicos que trabajan con la RDA te usan como conejillo de indias...Quiero protegerte, eres lo único que me queda y aunque no pueda ir contig-
—No me iré de aquí.—Habló la rubia firme, aunque su expresión se veía cansada por el llanto.
Los ojos de él se dirigieron a ella en sorpresa aunque sabía que esa sería la respuesta.
—Te están cazando...—Continuó él preocupado.—Tienen esta zona vigilada, conocen nuestro territorio, tal vez no sepan donde nos ocultamos pero entre más cerca estés más presa fácil serás, Me'rah.
De repente la rubia frunció el ceño Y con un tono firme exclamó:—No puedes obligarme a dejar mi hogar. No lo haré. Yo lucharé, cueste lo que me cueste, no dejaré esto atrás, ¡He probado estar a la altura! ¡Huir no es algo que mamá haría!
Ga'ia....justo en el punto donde más dolía para él.
Norm frunció su ceño de igual forma y con prepotencia espetó:—¡No conoces lo que ellos son capaces! ¡Te atraparán, viva o muerta, Me'rah! ¡Aun sigues siendo una niña! ¡Y...!—El científico frenó sus palabras un momento, suspirando para calmarse un poco. Pasó sus manos por su cabello y retomó:—...Eres mi hija, eres lo último que me queda, lo único que puedo proteger, lo único que me da una razón para seguir luchando, pero si sigues de por medio la RDA acabará contigo...Para ellos...eres una joya preciosa pero no dudes que te matarán si es necesario...El clan es nuestro hogar, pero así como tu madre tuvo que huir del suyo, ella pensaba volver y tu lo harás. No te irás por siempre, has protegido el clan y te aseguro que cuando las cosas aquí mejoren volverás...todos lo harán...No pude proteger a tu madre, pero a ti si, y sé que como ella darías tu vida si es necesario, también sé que la RDA no nos dejará tranquilos si ustedes se marchan un tiempo, porque no sólo quieren a Jake sino acabar con cada clan y con cada pizca de vida para colonizar, pero te aseguro que alejándose el peligro será menor y aunque me duela, lejos estarás protegida, Jake prometió cuidarte y así será...sólo te pido...por favor, no hagas esto más difícil de lo que ya es...
Oh, definitivamente era una daga en el corazón para ambos. Les dolía y ninguno sabía que les esperaba el futuro o si se volverían a ver, pero en el fondo Me'rah sabía que su padre tenía razón; tal vez ninguno quería soltar al otro pero estando entre el clan solo los volvía a todos un blanco más con el que acabar.
Así que debía decir adiós, o de pronto un hasta luego, porque claro que pensaba volver y lo haría.
Era difícil...pero para ese momento necesitaba que eso pasara porque...después de todo, las cosas ocurren por alguna razón, ¿no?
Con lágrimas en sus rosadas mejillas y su mirada agachada, la rubia solo pudo asentir para después sentir el más grande abrazo de su padre.
Su mentón se acomodó por encima del hombro del científico y a pesar de ella ser más alta que él se sentía como aquella pequeña niña que solía jugar con su padre a las muñecas hace años. El abrazo duró un poco más que segundos para que finalmente sus ojos miel se dirigieran hacia la maleta que antes Max y su padre estaban empacando.
—Que hay en esa maleta...—Preguntó curiosa.
Norm deshizo el abrazo y con una pequeña sonrisa se acercó hacia el objeto sacando de detrás de la maleta una tela púrpura similar a la capa que usaba Ga'ia y ahora Me'rah.
Algo envuelto traía dentro de la tela, pero el científico sin sacar lo que había entregó en las manos de su hija la tela.
—En la mochila son cosas para que lleves, pero eso, lo que hay ahí tu madre lo dejó y ahora que te vas es momento de dártelo.
Intrigada, la rubia en silencio decidió abrir poco a poco la tela cada vez más encontrándose un objeto no muy grande en ella, desenvolvió la última capa y finalmente se vio un muy elegante y bien conservado cuchillo con tonos azules y su mango era tejido con hilos que al parecer no usaba el clan Omaticaya.
—¿Es de...Los Tipani?—Preguntó ella dejando a un lado la tela y tomando con sus manos el filoso cuchillo.
—No lo sé, Ga'ia nunca me lo dijo, era su cuchillo y lo tuvo desde que la conocí...Aunque de joven ella solía viajar por Pandora... no se sabe con exactitud de donde pueda ser.
Una débil sonrisa se asomó por el rostro de ella y todo su brillo volvió, sus ojos se veían felices y ya no había rastro de las lágrimas.
—Gracias, papá...
(...)
Tenía apenas lo que quedaba de esa noche para hablar con quienes amaba antes de marcharse, pues había escuchado de Lo'ak que en la mañana partirían. No habían detalles hacia donde.
La noche no era tan fría gracias a las montañas y las luces amarillas que emanaba la gran fogata por la despedida del Olo'eyktan y su familia, el fuego era grande y cálido, así como el ambiente alrededor del lugar.
Sus pies descalzos se dirigían hacia el clan y entre la multitud a quien vio primero fue a Ni'agt que también la vio de vuelta y por muy molestos que estuvieran con el otro esa era la última vez que se verían en mucho tiempo.
Su mirada burlesca pero divertida hizo que una carcajada saliera de Me'rah a la vez que ambos se acercaban al otro.
La música era perfecta.
—¿Así que te vas?—Preguntó un poco obvio el aprendiz.
—Será un alivio para ti ahora entrenar con tarsem.—Expresó sarcástica la rubia riendo, pero divertido el más alto solo viró sus ojos.
—Será un alivio no escuchar tus tontos chistes por un tiempo.
—Será un alivio no lidiar con cabezas huecas al otro lado del planeta.
Ambos rieron y poco a poco se quedaron viendo hacia la fogata y la fiesta alrededor de ella, sin embargo esa sonrisa en ella se esfumó cuando sus ojos se toparon con Neteyam y sus amigos riendo al otro lado de la fogata.
Era indiscutible que Ni'agt ya sabía de que trataba.
—¿Pelearon?—Preguntó él curioso aunque ella no quiso responder.—...Lo arreglarán...siempre lo hacen.—dijo dándole ánimos.—Es como si Eywa los quisiera juntos....
—¿Ah?—Preguntó ella prestándole atención un poco tarde.
Ni'agt solo rió ante la ingenuidad de la mas baja sin saber que esas últimas palabras habían sido más que claras para ella.
—¿Y cuanto tiempo se irán?—Cambió de tema el na'vi.
—...No lo sé....Hasta que la RDA se vaya, supongo.
—Entonces te veo en unos...120 años.—Ambos rieron.
—No exageres...
Tras las risas volvió el silencio aunque no era incómodo, era pacífico y agradable, era cálido como una canción de cuna y el cariño que se tenían era de hermandad; ambos darían lo que fuera por el otro, ella era como la hermana menor de él y de no ser por Neteyam Ni'agt sería uno de esas buenas amistades.
Que bueno era coincidir con la gente correcta en un mundo lleno de maldad.
La fiesta avanzó, la música sonaba en sintonía, las risas y el leve viento se oía, y tras varias charlas con varios guerreros Me'rah aún no veía a Hie'tya.
Pero eso podía esperar porque una última charla debía tener con Eywa y debía hacerlo antes de irse.
(...)
Su ikran aterrizó delicadamente no muy lejos del árbol de espíritus que gracias a la oscura noche brillaba más que nunca.
¿Hace cuanto había dejado de ir? ¿Siempre había sido ese lugar así de hermoso? Tan magnético e hipnotizante. Su luz definitivamente iluminaba esos hermosos orbes miel y la paz se respiraba en cada centímetro.
Sus rodillas cayeron sobre el suave césped y su mirada se dirigió hacia arriba, admirando las ramificaciones sobre ella, envolviéndola mágicamente. Aun se preguntaba si esa vez si funcionaria.
Su trenza larga y rubia que cubría el tsaheylu fue tomada con cuidado y los pequeños tentáculos de entre las hebras doradas se asomaron, no eran tan vibrantes como el árbol y tenían el mismo aspecto un poco triste de siempre.
Pero aún sí no funcionaba, quería desahogarse un poco.
Los pequeños tentáculos del tsaheylu abrazaron una de las ramas del árbol y Me'rah cerró sus ojos esperando alguna señal, algo, cualquier cosa que le dijera que Eywa estaba con ella pero no pasó nada.
Como siempre.
Oh, Eywa, hace tanto no visitaba aquel lugar y luego de tanto tiempo parecía no ser escuchada de igual forma aunque su clamor seguía siendo el mismo. No sabia si estaba sola o no y mientras tanto seguía esperando aunque algún día ya no lo haría mas...un adiós era lo más educado ¿no? Un adiós a ese árbol, a ese lugar, al Clan, al bosque...Un adiós a todo lo que conocía.
Suspiró resignada y sus ojos se abrieron un poco afligidos, se reincorporó sobre sus pies y dándole una última mirada al árbol intentó guardar aquella imagen en su cabeza como una fotografía diciendo adiós en un susurro para luego empezar su camino de vuelta al Clan.
De pronto una rama rompiéndose se oyó detrás del árbol y tras unos segundos alguien se aproximaba hacia Me'rah.
Un silbido familiar entonces llegó a sus oídos.
Era Hie'tya.
La mirada atenta de Me'rah se paseó por todo el lugar y silbó de vuelta dejando a la pequeña na'vi salir de su escondite.
—¿Que haces aquí, tan lejos del clan?—Fue lo primero que preguntó la humana a la vez que la na'vi se acercaba más.
—Estaba persiguiendo un pa'li...no me di cuenta lo lejos que estaba hasta que vi el árbol.—Explicó apenada la menor.
—Vamos, hay que volver.—sonriendo un poco, Me'rah la ayudó a subir en el lomo de Alaska y juntas emprendieron viaje hacia las montañas.
(...)
Luego de varios minutos descendieron no muy lejos de la gran fogata y con cuidado ambas bajaron del animal.
—¿Así que se va la familia del líder?—Inquirió curiosa la na'vi en tanto Avani acomodaba la montura de la banshee.—Que bonita fiesta. ¿Puedo ir a despedirme de Tuk?
Una sonrisa agria apareció en el rostro de Me'rah y sin saber como decirle a Hie'tya lo que ocurría se giró y la miró con un poco de empatía.
—Yo...Lo siento, pequeña, pero...yo...
Algo andaba mal y al instante la menor lo supo.
—Yo...no puedo quedarme...tengo que, ehm...
—Te irás con ellos, ¿no es así?—El tono triste de la na'vi afligió en un segundo a la rubia por lo que se acercó y la tomó suavemente por los hombros.
—Eres una niña fuerte, se que Papá te cuidará mientras no estoy.—una sonrisa junto con una mirada preocupada se mezclaron en el rostro de la humana.—Volveré, es una promesa...
El mundo ya no tenía esperanzas y desde que Jake decidió apagar la última chispa de esperanza Pandora se sumía más y más en la oscuridad, no había un salvador que les diera siquiera al Clan un respiro y protección y hacía pensar que la RDA algún día conseguiría su misión. Era aterrador que ahora sus posibilidades de lograrlo aumentaban. Me'rah lo sabía.
Los ojos grandes y atentos de la mas pequeña la miraron con tristeza como si leyera su mente y los pensamientos en la cabeza de ella; examinaba todo con detalles.
—Si crees que no hay esperanza para el mundo...—De repente empezó Hie'tya muy asertivamente.— ¿Por qué seguir luchando?
La rubia solo le miró pasmada por un instante y luego suspiró, intentando hallar las palabras correctas.
—Yo...ehm...—Intentó esquivar la mirada de la pequeña.—Este mundo se cae a pedazos por la RDA...pero todos...–entonces decidió verla fijamente.—todos aquí luchamos por quienes amamos...Por ti, por el clan, por el bosque...por el planeta...por dejar un mundo mejor, Hie'tya, esa es la razón y algún día tú...serás quien luche.
Sin mucho que decir, o a la vez tanto que no podía expresarlo la pequeña Na'vi se lanzó hacia los brazos de la mayor, derramando algunas lágrimas en un largo, sincero y cálido abrazo.
Ambas sabían que sería el último por mucho tiempo.
Sin saberlo, Neteyam junto a la fogata veia la escena un poco melancólico y sus orejas se echaban para atrás con culpa.
Mientras él estuviera debía cuidar aquel rayo de sol llamado Me'rah, aún si no le hablaba el resto de su vida, aún si le tocara cortar un pedazo de si mismo lo haría.
Todo por mantenerla a salvo.
(...)
La mañana llegó más rápido de lo que pensaba y la reunión ya se estaba llevando a cabo en el árbol de espíritus, todo el clan reunido esta vez no para una ocasión agradable.
Es más, en cada rincón se olía el miedo de nuevo, un nuevo punto de inestabilidad, de incertidumbre de inseguridad pues todo lo que conocían se iba con la familia del líder, la protección se iba de igual forma así como grandes guerreros en la despedida.
Era como una daga en el corazón para todos.
Jake estaba entregando su cargo a Tarsem y aunque Me'rah a veces cuestionara las decisiones de Jake definitivamente Tarsem era el más capacitado para tal rol. Era sabio para su edad y probaría ser un Olo'eyktan fuerte con el tiempo, pero para eso, el líder debía morir por lo que con todo el peso y pena, tarsem decidió lanzar su daga directo al pecho de Sully apenas causando una pequeña línea de sangre.
Un nuevo líder había nacido y Toruk estaba desapareciendo del mapa.
Los ojos de Tarsem por primera vez demostraban tristeza y Me'rah en ese momento como na'vi lo notó, su nuevo atuendo de líder ahora le daba más responsabilidades que aunque en ese instante estaba tomándolas por obligación ella sabia que en poco tiempo se adaptaría. Era un gran chico, guerrero y líder. Lo había demostrado muchas veces en los entrenamientos.
Sus grandes ojos azules na'vi se dirigieron a su compañero y las orbes contrarias encontraron su atenta mirada. Ella sentía orgullo por él, pero él definitivamente reflejaba melancolía en sus ojos amarillos.
Un silencio de comprensión los atrapó a ambos.
—Lo harás bien...—Susurró con una pequeña sonrisa ella, ganándose entonces una suavizada mirada del ahora líder.
Ese era su último adiós por un largo tiempo.
Me'rah llevaba sobre sus hombros un poncho con tonos verdes, similar al de Kiri, y encima la capa púrpura que antes era de su madre haciendo resaltar sus ojos ahora azules con más intensidad mientras que con pasos elegantes se retiraba del pueblo junto a Neytiri y detrás Neteyam.
El clan entero los veía con tristeza, melancolía; el sentimiento presente en el árbol era pesado por lo que Me'rah solo pudo ocultar su rostro agachando su cabeza en tanto una lagrima bajaba por su mejilla azul.
En el fondo era lo mejor que podía hacer y algún día volvería. Estaba decidido.
(...)
Los banshees despegaron y con prontitud atravesaron el bosque mientras el viento y la brisa los recibía con los brazos abiertos junto al mar y un largo trayecto sobre una ruta ya marcada.
Era imposible no mirar atrás una última vez a lo que era su hogar, a lo que por mucho tiempo no verían; era imposible no querer dar media vuelta y enfrentar el peligro. Yéndose el pueblo tal vez no estaría del todo protegido pero ya no sería un objetivo importante, tal vez tendrían un poco más de tiempo y paz.
Un nuevo comienzo tampoco se veía mal.
Y aunque el camino no era fácil, esos grandes y atentos ojos azules de Me'rah se enfocaron hacia el frente dispuesta a enfrentar el futuro, a enfrentar los crudos obstáculos y así de pronto la espera para volver al bosque sería menos difícil.
Los banshees atravesaron montes espesos, cielos infinitos, nubes que parecían de algodón, montañas inmensas y cuando la noche caía atravesaban mareas salvajes que en cuanto Avani miró, los recuerdos de la noche del Akula no pasaron desaparecidos.
Hasta ese momento no había notado el miedo que ahora el mar le causaba.
Con tantos días sobre Alaska y las grandes maletas que esta llevaba sobre su lomo era claro que debía a veces pasar a su forma humana sin dejar de estar atenta a su alrededor, pero aún con el largo camino esos hermosos ojos no habían girado a ver hacia Neteyam ni una sola vez.
Algo que él si hacía por mucho tiempo sin que ella lo notase.
Sin embargo el camino parecía estar finalizando cuando aguas más claras junto a lindos arrecifes empezaban a notarse y sin observaban bien, a lo lejos se veían brillantes tiendas de al parecer algún clan de mar.
Era como un mundo aparte, mágico pero peligroso.
Los ululeos de sus habitantes que pescaban o montaban extraños animales acuáticos se hacían escuchar en cuanto la presencia de los majestuosos Banshees notaban por lo que con la misma euforia Jake y Neytiri respondían al saludo.
El sol les daba en la cara y la melena rubia de Me'rah se notaba más brillante a la vez que la brisa acariciaba su piel humana con gentileza.
Una trompeta sonó en cuanto a los banshees recorrían la zona y habitantes tomaban sus botes para recibir a sus visitantes desconocidos.
Tras unos minutos de vuelo, por fin el numeroso grupo de Ikrans aterrizó sobre la arena y sus jinetes descendieron de los lomos ganándose las miradas extrañadas de los na'vi alrededor.
Me'rah acomodó su cabello rubio detrás de su oído y retiró su poncho junto con su capa para dejarlas en una maleta y se acercó al resto esperando la bienvenida, que aún no sabían si sería buena o mala.
Todos caminaron unos metros, Neytiri con Tuk, Jake a la cabeza y Me'rah detrás de ellos seguida de Neteyam y por último Lo'ak y Kiri.
Curiosamente Jake, tal vez como símbolo de paz llevaba sus manos a los lados, un gesto que Neteyam copió mientras el clan del mar los rodeaban curiosos.
—Sean amables...—Susurró Sully.
La multitud se aglomeró con velocidad, todos y cada uno de ellos observando a los forajidos de arriba a abajo y muy en especial a Me'rah, pues con su aspecto humano y la mancha azul en su abdomen si que llamaba la atención.
Kiri se cubrió con su poncho un poco al sentir tantas miradas al tiempo que el grupo de Omaticayas se detenian. De entre la multitud un par de adolescentes examinaron a Lo'ak, Neteyam y Avani muy de cerca.
Los dos hermanos saludaron en silencio con un gesto de sus manos casi diciendo "te veo", aunque era más como un saludo formal; Me'rah solo trató de permanecer entre los dos chicos para ocultarse de aquellas juzgonas miradas.
Los dos adolescentes del clan marino los rodearon a los 3 y al toparse con las colas de los dos hermanos no pudieron evitar hacer ciertos comentarios.
—¿Que es eso de allí? ¿Es su cola?—Preguntó él más bajo entre risas.
—Ella es una humana...—Le siguió el más alto haciendo que la rubia tratara de cubrirse con sus manos pero era imposible y ahora la mirada tajante de Neteyam se dirigió fugazmente hacia el par de Na'vis.
Todo era nuevo para ellos, era imposible no mirar el lugar, la arena, el aspecto de sus habitantes, de sus hogares, en especial para Me'rah era curioso como lucían los animales allí.
Sus ojos miel recorrían todo con recelo y curiosidad, aunque ocultando un poco el asombro.
Y entre su vistazo al lugar un linda na'vi salía del agua como una princesa, moviendo su cabello rizado de su cara y mostrando su despampanante piel azulada un poco más clara.
Lo'ak ya había sido flechado y no sólo Me'rah y Neteyam lo notaron, sino también Neytiri, que decidió quedarse callada.
La rubia y el mayor de los hermanos se giraron hacia Lo'ak quien agachó su cabeza atrapado ganándose una leves risas de ellos.
—Es demasiado pequeña...—le Susurró neteyam al tiempo que Me'rah soltaba una risa nasal.
La na'vi avanzó hacia ellos y en vez de mirarlos de arriba a abajo simplemente se acercó hacia el par de adolescentes que se burlaban y los golpeó en las manos.
—No lo hagan, Rotxo, Ao'nung.—Susurró ella deteniendo en seco las acciones de ambos nombrados.
Lo'ak, quien no perdió la oportunidad, de inmediato Saludó a la extraña pero enigmática na'vi con un corto y tímido "Hey" a lo que ella reaccionó de igual forma con una tímida sonrisa.
Unas risitas salieron sin intención de Me'rah y Neteyam al ver a ambos tórtolos, pero lo gracioso acabó cuando un imponente na'vi apareció montado en el lomo de un alado animal, cruzó por encima de ellos y finalmente la cola del animal tocó el agua, dejando a su jinete nadar hasta la arena y salir como si nada.
Impresionante, un poco.
Neytiri tocó nerviosa el hombro de su esposo pero en cuanto el na'vi, al parecer líder del clan estuvo en frente de la familia todo quedó en silencio.
—Te veo, Tonowari.—Espetó al instante Jake saludándose mutuamente con el signo de manos.
Se veía como un líder duro, pero también inteligente. Algo definitivamente brillaba en sus ojos azules y en especial cuando sus ojos se toparon con los de Me'rah. ¿Había algo familiar en ella? La forma en que el Líder la miró era claro que había reconocido algo en ella.
Toda la familia siguió con el mismo gesto para saludarlo y él solo asintió amablemente, aunque si él era el Olo'eyktan aun faltaba la tsahík.
Pero sin necesidad de nombrarla, una na'vi con paso elegante y mirada tajante apareció. Ella debía ser la Tsahík.
—Te veo, Ronal.—Habló Jake, pero toda la familia Saludó al tiempo en silencio.
Me'rah se escondió por completo detrás de Lo'ak, ya estaba harta de miradas juzgonas, y las de los jefes estaba de más.
—¿Por qué vienes a nosotros, Jakesully?—Siguió Tonowari.
—Buscamos Uturu.
La mirada tajante de Ronal casi atraviesa a Jake por tal atrevimiento. Se veía indignada y aun no había dicho ni una palabra.
—Refugio para mi familia...
Tonowari miró a Ronal, pero ella solo agachó sus orejas y se aproximó a la familia en busca de examinarlos de arriba a abajo.
—Somos un pueblo del arrecife.—Respondió El Olo'eyktan. —Ustedes pertenecen al bosque, sus habilidades no sirven de nada aquí.
La tsahík se paseaba entre los adolescentes mientras Me'rah trataba de ocultarse con fuerza detrás de Lo'ak que también ponía su brazo sobre ella para protegerla, pero la mirada juzgona alcanzó primero a Neytiri.
—Aprenderemos sus costumbres, ¿no es así?—Inquirió Sully, haciendo que su esposa respondiera positivamente.
Las manos de ronal se pasearon por la delgada cola de Neytiri y luego tocó los brazos de Tuk.
—Sus brazos son delgados.—Inquirió la tsahík acercándose a Kiri, a la vez que Tuktirey corría a los brazos de su padre.
La mujer tocaba y hablaba de cada uno como si fueran un experimento de ciencia casero, su autoridad era imprescindible y para algunos un tanto grosera.
—Sus colas son...—Soltó Ronal tomando la cola de Kiri, quien la instante la protegió con sus manos.—Débiles. Serán lentos en el agua.—Sin recelo ni vergüenza la na'vi tomó las manos de Kiri y contó sus dedos para luego mostrar las pequeñas manos al aire.—Estos niños...ni siquiera son verdaderos Na'vi.
Lo'ak, Neteyam y Me'rah parecían ser los únicos prepotentes por la actitud de la na'vi, mientras el resto solo agachaba sus orejas apenados.
—¡Si lo somos!—Alegó Kiri zafando el agarre.
Como si nada, Ronal se acercó a Lo'ak y alzó las pequeñas manos de él así como lo hizo con Kiri.
—¡Tienen sangre demoníaca!
Los murmuros en los habitantes aumentó.
Lo'ak, completamente humillado solo pudo agachar su cabeza, pero nadie decía nada más allá de miradas prepotentes.
Y como la cereza del postre, su mirada tajante por fin llegó a Me'rah, quien ahora la miraba con el ceño levemente fruncido y un poco retadora. Neteyam estaba listo para ponerse enfrente de su amiga si era necesario.
—¡Trajeron incluso un demo-!
Sus palabras se cortaron extrañamente en cuanto sus orbes azules se dirigieron a la mancha azul del abdomen de la rubia y tras unos segundos de examinarla notó el tsaheylu en su cabello rubio e incluso un cuchillo similar al de Tonowari estaba con la humana.
—...Que eres tú...—Susurró curiosa e intrigada Ronal.
Sin embargo Me'rah solo le miró directo a los ojos sin decir nada.
Ambos líderes cruzaron miradas, tal vez ambos pensando lo mismo pero al final la na'vi solo siseó y volvió junto a su esposo.
—Sus hijos son gente del cielo.—Finalizó ella.
—Miren.—Mostró Sully sus dedos a todos.—Crecí con la gente del cielo, pero ahora soy na'vi, ¿Si? Uno se adapta.
Neytiri dio un paso al frente orgullosa y su mirada revelaba que diría algo asertivo.
—Mi esposo fue...Toruk Makto.
La expresión de Jake no fue la mejor.
—Llevó a los clanes hacia la victoria en contra de las personas del cielo.—Sus orbes dorados miraron a Tonowari quien asintió y luego volvió a ver a la Tsahík.
—¿A esto le llamas victoria?—Inquirió con rudeza Ronal.—¿A esconderse entre extraños?...Parece que Eywa te dio la espalda...Elegido.
Con ira, Neytiri gruñó encarando sin miedo a la nefasta líder de aquel clan, pero la metkayina no se quedó callada pues también gruñó mientras Jake y Tonowari compartían miradas incómodas.
—Me...Me disculpo por mi pareja. Ella- —Intentó decir Sully.
—No te disculpes por mi.
Ambos Omaticaya se miraron.
—Ella volvió exhausta del viaje.
—¡Jake!—Susurró Neytiri molesta, aunque al final retrocedió al igual que Ronal.
Tsahík volvía a su sitio frente a la familia pero sus grandes ojos no paraban de examinar a Me'rah.
—...Toruk Makto.—Espetó Tonowari intentando calmar el ambiente.—Un gran líder de guerra, todo el pueblo na'vi conoce su historia, pero Los Metkayina...no estamos en guerra...
Jake tomó a Tuk en brazos en tanto el Olo'eyktan del clan se giraba hacia él:—No podemos dejarlos traer su guerra aqui.
—Estoy harto de la guerra.—Respondió Sully al líder.—¿Está bien? Solo quiero que mi familia esté a salvo.
Olo'eyktan y tsahík se miraron tomando un veredicto mientras Kiri sostenía un agarre con Neytiri y Me'rah se aferraba al brazo de Lo'ak.
—Ya pedimos uturu...—Soltó Neytiri.—¿Debemos irnos?
Tonowari ya con una decisión se giró hacía su esposa y como si se comunicaran con telepatía parecían tener una pequeña discusión sobre el tema.
Al final, Ronal había aceptado con un asentimiento de cabeza.
—Toruk Makto y su familia se quedarán con nosotros.—Espetó él Olo'eyktan a su pueblo.—Tratenlos como a nuestros hermanos y hermanas. Ellos NO conocen el mar, así que serán como bebés que respiran...por primera vez. Enséñenles nuestras costumbres para que no sientan la vergüenza de ser inútiles.
Las reacciones en la familia eran mixtas, el discurso se sentía un poco pasivo-agresivo pero no había otra opción más que quedarse.
—¿Cómo se dice?—Preguntó Jake.
—Gracias...—Espetó sincera y agradecida la pequeña Tuk.
El resto también dio las gracias, tal vez no con tanta alegría y especialmente Me'rah y Kiri que solo lo dijeron por obligación.
—Mi hijo, Ao'nung y nuestra hija, Tsireya, les mostrarán a sus hijos que hacer.
Así que el adolescente burlón era el hijo del líder. Curioso.
—¿Y yo por qué?—Intentó defenderse Aonung.
—Ya está decidido.
Mientras padre e hijo discutían, Avani murmuraba sola, molesta, humillada, indignada y un poco ofendida pero lo cortó cuando la amigable Tsireya se aproximó con una sonrisa.
—Vengan, les mostraré nuestra aldea.
Incluso su tono de voz era dulce. Parecía una princesa sacada de antiguos libros de la Tierra; por poco y cantaba con los pájaros.
La familia completa decidió seguirla pero en cuanto la rubia estaba por hacer lo mismo fue llamada repentinamente por Tonowari, así que nerviosa decidió acercarse a los líderes del clan.
—¿Ocurre algo?—Preguntó Avani preocupada de haber hecho algo mal.
Ronal miró a su esposo un segundo.
—¿Puedes venir con nosotros un momento?
(...)
Neteyam no solo llevaba su equipaje, sino también el de Me'rah sobre sus hombros mientras se encaminaba por el tambaleante piso de la aldea junto a su familia. Aun se preguntaba para que la llamarían los líderes y si la estaría pasando bien con ellos o no, pues tras agria bienvenida definitivamente la tsahík se veía un poco seria.
Sus ojos miraban a su alrededor en busca de su amiga pero no había rastro alguno y aún estaba reuniendo el valor y esperando el momento para poder charlar con ella porque esta vez si que había cometido un grande error.
Que Me'rah lo tratara con indiferencia le dolía aunque lo merecía tras decir todo lo que dijo la noche del rescate. Si tan solo alguno aprendiera...
(...)
Sin poder estar para ser guiados a su nuevo hogar por Tsireya y poder llevar su equipaje como lo hacían los sully, la rubia permanecía en la tienda de los lideres recibiendo una extraña pero de buen gusto bebida, atenta a lo que ellos tuvieran que decir.
Estaba nerviosa, debía admitirlo.
—Me'rah, ¿no es así?—Empezó Tonowari amablemente, no obstante ella solo asintió una vez con educación.—Tu aspecto en definitiva llama la atención y en especial el cuchillo que llevas contigo...¿conoces de donde salió? Es similar al mío y solo una persona tenía ese cuchillo.
El Olo'eyktan mostró brevemente su cuchillo y mirando con empatía a la rubia decidió esperar una respuesta.
Avani dejó a un lado la bebida y se acomodó en su asiento.
—Era de mi madre.
Con esa frase fue suficiente para que la pareja se miraba entre ellos, al parecer uniendo cabos.
—...¿Eres...la hija de Ga'ia?—Soltó un poco atónita Ronal.
Nerviosa y preocupada, la humana los miró inquisitiva y dijo:—Cómo lo saben.
La tsahík suspiró encontrando el orden de sus palabras.
—Cuando nosotros y ella aun éramos jóvenes...Ella solía ser una fuerza de la naturaleza. —Empezó a explicar la na'vi con una pizca de melancolía, pero su rudeza no se iba del todo y su mirada orgullosa tampoco.—Viajaba por Pandora, aprendía por unos meses las costumbres de cada clan y se marchaba...llegó a este clan hace 25 años, Tonowari y yo aún nos formábamos para ser líderes y Ga'ia llegó en un banshee, como tú, aceptamos que se quedara y no solo aprendió nuestras costumbres, creó su primer cuchillo junto a Tonowari y yo e incluso enseñó al Clan como luchar...
—Ga'ia provenía de un clan de antiguos guerreros, pero no aceptaba su cargo como líder y tsahík del mismo...así que solía viajar por Pandora. Llegó como tú con su capa púrpura y las manos vacías.—Explicó Tonowari con añoro.—Siempre nos decía lo mucho que quería que su hija se llamara Me'rah y tras unos años más tarde envió a través de los mares a su banshee hasta aquí con un mensaje de que había conocido a un científico y su hija ahora se llamaría como ella siempre había querido.—El Olo'eyktan miró a los ojos de la humana y sonrió.—Hablaba de ti con cariño en ese mensaje y seguramente el mensaje había llegado a más clanes que estuvo...
—Sangre na'vi recorre tus venas, Me'rah. —Añadió Ronal.—Eres el reflejo vivo de tu madre y tu espíritu igual...
Los ojos de Me'rah se cristalizaron por un segundo e intentando disimularlo, ella solo miró hacia otro lado y limpió con sutileza sus pestañas.
—Aún así jamás seré na'vi del todo.—Soltó un poco afligida a la vez que su piel humana cambiaba a la azul como escamas.—...Eywa me dio la espalda.
Sus ojos azules y cabello negro brillaba con el fuerte sol mientras ambos líderes miraban asombrados en silencio su nuevo aspecto.
—No puedo sentir a Eywa....ni nada en este mundo.—Susurró mirando al suelo.
La mano de Ronal se posó encima de la de ella y con rudeza pero a la vez empatía, la tsahík solo dijo:—Ella te dará una señal cuando sea el momento...
Pero Me'rah estaba cansada de esperar pacientemente, estaba cansada de esperar algo que tal vez nunca estaría, que nunca la querría, que le daba la espalda por alguna razón que desconocía y probablemente era eso lo que la hacía sentir sola en el mundo.
Estaba cansada.
(...)
Tras volver a la tienda donde ahora se quedarían para terminar de desempacar con Kiri, Tuk y Neytiri la tarde llegó y el sol se ponía cada vez más oculto en el horizonte.
Supo luego de un rato que a pesar de la ausencia de Lo'ak y neteyam, ese último había sido quien trajo su equipaje.
El sonido del agua debajo de su tienda era relajante hasta que pequeños flashbacks llegaban como destellos a su mente sobre el akula y entonces lo relajante y la paz, se iban.
Los apenas perceptibles cánticos de Neytiri hacían que las orejas na'vi de Me'rah se crisparan atentas a la tierna melodía mientras sus manos azuladas ordenaban cada cosa en su equipaje así como él antiguo arco de madre, su ropa...la capa púrpura...
—¿Así que sigues molesta con Neteyam?
La repentina pregunta de Kiri la sacó de sus pensamientos.
—...Un poco.—Sonrió un poco la ojiazul sin dejar de hacer lo que hacía.
—Ma'Jake ya viene con los chicos.—Interrumpió Neytiri terminando de ordenar en tanto su esposo entraba a paso largo a la tienda y segundos después aparecieron ambos na'vis que seguramente habían estado explorando.
—Formación, Familia sully.—Exclamó Jake haciendo que todos los presentes hicieran un círculo y tomaran asiento sobre el suelo.
—¡Kiri!—Le regañó Neytiri a la nombrada, obligándola a sentarse.
—Bien...—Soltó Jake un poco mas serio.—Necesito que se porten lo mejor posible...Aprendan rápido, adáptense...no causen problemas. ¿Entendido?
—Si, señor.—Espetó Lo'ak que a pesar de que su hermano quiso molestarlo un poco, le siseó fastidiado.
Me'rah no pudo evitar reír brevemente.
—Papá....—Suspiró Tuk un poco triste.—Quiero volver a casa...—Pero las lágrimas y sollozos la delataron y aunque Intentó contenerse, era imposible.
Tuk apenas tenía 7 años, era la menor y a quien más le afectaba la inestabilidad de cambiar de hogar, de ambiente, de personas y más cuando la bienvenida no había sido la mejor, cuando la miraban y tocaban como un juguete en venta. Su reacción era la más natural ante el desborde de emociones.
—Oh...Tuk...—Neytiri la miró comprensiva mientras su padre la tomaba de una mano como consuelo.
—Tuk, este es nuestro nuevo hogar ahora....lo superaremos.—Espetó Jake ahora mirando al resto.—Lo superaremos si nos apoyamos mutuamente. Somos una familia, Me'rah también es ahora nuestra familia.
—¿Que dice siempre su padre?—Preguntó Neytiri
Apenas y unos murmuros tímidos salieron de Neteyam, Lo'ak y Me'rah diciendo "Los sully somos uno".
—Así es. Los sully somos uno.—Siguió Jake.—Ahora digámoslo con más sentimiento.
En una sola voz y con un poco más de confianza todos repitieron "Los Sully Somos uno" aunque Me'rah se veía un poco emocionada al mostrar una pequeña sonrisa.
La noche llegó tranquila y tras comer con los Metkayina aún Me'rah no quería hablar con Neteyam y fue la primera en irse a la cama.
(...)
La primera lección ya empezaba en la mañana y tras los chicos ver como tsireya, Rotxo y Aonung se lanzaban al agua, todos hicieron lo mismo. Neteyam y Lo'ak fueron los primeros y luego Kiri junto a Tuk.
Solo faltaba Me'rah.
Quien había quedado en el borde del suelo mirando el agua preocupada. Los recuerdos del Akula se reproducian una y otra y otra vez; la sangre, el agua, el miedo, la herida, los ecos, los gritos, su voz pidiendo ayuda, la incertidumbre, la oscuridad, su padre, el sonido de las máquinas, la mirada de Neteyam, su mano ensangrentada...todo inundaba su mente como un tsunami.
Su melena rubia se movía al compás del viento marítimo viendo al resto bajo el agua explorando los hermosos arrecifes pero definitivamente ella no bajaría allí.
Solo pasaron seguramente segundos cuando los hermanos sully salieron a la superficie por aire, excepto Kiri.
Lo'ak fue el primero en verla allí parada y luego el resto.
—¡Vamos, lánzate, Me'rah!—Le Intentó animar.
—¡Aquí abajo es todo muy lindo!—Le siguió Tuk.
Pero por más que insistieran ella solo sonreiría y dejaría que ellos lo hagan.
Sin embargo Neteyam la conocía muy bien, le gustara o no.
Así que el na'vi nadó hacia ella y apoyándose de sus brazos logró subir hasta donde ella estaba mirándola fijamente.
Me'rah dio media vuelta para irse pero el más alto la tomó con la mano mojada y la devolvió.
—Estás mojado.—Dijo ella cortante y su mirada fría.
Que difícil era intentar pedir perdón cuando ella era así, pensó Neteyam.
—Hey, lo sé...Dije cosas que no eran ciertas ese día.—Empezó el chico nervioso de la reacción de ella.—Y nunca te pedí perdón, pero lo hago ahora, solo fue un momento de presión y no justifica lo que dije...Quiero apoyarte y sé que le tienes miedo al agua, pero estaré a tu lado si algo pasa. Mientras yo esté te cuidaré...aun sabiendo que puedes cuidarte sola...
La mirada un poco decaída del na'vi demostraba la sinceridad en sus ojos y bueno, Me'rah ciertamente ya lo había perdonado.
La rubia soltó una pequeña sonrisa y lo miró.
—...Hay que saltar, ¿no?—Preguntó cambiando de nuevo a su forma Na'vi.
Curioso, el chico le miró:—¿Estamos bien...?
—Claro que estamos bien.
Y entonces esa hermosa sonrisa ahora brillaba para él como si hubieran pasado años desde que ella siquiera le miraba.
—¿Lista?—Preguntó Neteyam parándose al borde y extendiendo su mano para la más baja.
—No, pero hay que hacerlo.—Bromeó la ojiazul tomando la mano del chico y a la cuenta de 3 ambos saltaron al agua sumergiéndose en un nuevo mundo lleno de vida y hermosos arrecifes.
Las manos le temblaban pero se aferraba a Neteyam mientras desde el fondo Tsireya con señas les decía que nadaran con ellos.
Neteyam y Lo'ak solo hicieron gestos de no entender y tras una simple seña para seguirla, Tsireya continuó nadando.
Eran un poco más lentos que Ao'nung, Rotxo y Tsireya y seguirles el ritmo era más difícil de lo que parecía por lo que no pasaron segundos cuando volvieron a subir por más aire.
Tal vez era por los nervios, pero Me'rah con ayuda de Neteyam se quedaron en la superficie junto a tuk y Lo'ak.
—¿Estás bien?—Preguntó Neteyam sosteniéndola por la cintura para no hundirse.
La pelinegra solo tosió un poco por el agua que había tomado y asintió sin notar que Tsireya y el resto también había subido a la superficie.
—¿Todo está bien?—Inquirió la na'vi metkayina.
—¡Ustedes son muy rápidos, espérennos!—Alegó tuk limpiando sus ojos del agua.
—Sólo deben respirar....respiiiiren, con calma.
Ao'nung, con un tono burlesco decidió agregar algunos comentarios en cuanto el momento se presentó.
—Ustedes no saben nadar. De seguro saltar entre árboles...pero...—Intentó continuar con la broma pero su hermana le golpeó la cabeza.
—¿Quién te Mintió diciendo que eras gracioso, Ao'nung?—Espetó Me'rah haciendo que Lo'ak, Neteyam e incluso Rotxo rieran.
—Ja, ja...—fue lo único que dijo el metkayina fingiendo su risa.
—Tampoco sabemos hablar con los dedos.—Añadió Net.—No entendemos lo que dicen.
—Te enseñaré luego. —Le Susurró Avani.
—Por cierto, ¿Donde está Kiri?—Interrumpió Rotxo.
—¿La ven?—Preguntó Tsireya en tanto todo el grupo miraba a su redonda por un rastro de la na'vi.
—Debe estar explorando. Suele hacerlo a menudo.—Dijo Avani rindiéndose en la búsqueda.
—Bien...volvamos con los ilu.—Espetó Ao'nung empezando a nadar.
—¿Los que?
—Ya verás.—El na'vi un poco pícaro sonrió y continuó su camino de vuelta.
(...)
Los ilu resultaron ser esos tiernos animales marinos amigables y amables, aunque ahora estando en el agua, en una zona no tan honda, Ao'nung estaba llamando de una forma peculiar a los animales mientras Neteyam sostenía en brazos a Tuk y Me'rah acariciaba las cortas trenzas de la niña.
Ao'nung se giró hacía ellos con algo para decir.
—Si quieren vivir aquí, deben saber montar un ilu.
Tras unos segundos Lo'ak fue con Tsireya en busca de un Ilu, rotxo había ido con tuk a jugar un rato y Neteyam junto a Me'rah fueron con Ao'nung por un Ilu.
—Un Ilu será su forma de moverse en el agua...—Empezó a explicar el metkayina acariciando la cabeza del animal frente a ellos.—Tienen la opción del bote pero-
Quiso seguir la broma con algún comentario tonto pero la mirada inquisitiva de Neteyam y Avani le hicieron callar.
—Cómo sea, si logran montar uno de estos la vida aquí será más fácil tanto para moverse como para adaptarse.
De repente el sonido del agua moverse bruscamente hizo que los 3 se sumergieran un poco solo para ver un Lo'ak cayendo de un ilu bajo el agua.
Varios de los amigos poco agradables de Ao'nung estaban presentes y no muy lejos Rotxo alimentaba un Ilu con tuk, sin excepción todos soltaron una risa, incluso Me'rah y Neteyam.
—¿Todo bien, niño selva?—Preguntó uno de los amigos de Ao'nung entre risas.
El entrenamiento continuó tras el fracaso de Lo'ak y curiosamente la primera en lograrlo fue Tuk al primer intento, algo bastante impresionante incluso para los Metkayina.
Luego, al segundo intento Lo'ak lo había logrado y por último quedaban Neteyam y Me'rah que aún seguían en la búsqueda de un ilu.
—Esto a veces suele tomar un tiempo, no se preocupen.—Explicó Tsireya en tanto Tuk jugaba con su Ilu.
—O simplemente no nacieron para esto.—Se metió Ao'nung intentando llamar algún ilu sin jinete.
Y tras caminar un poco en la zona finalmente un ilu entusiasta y muy sonriente empezó a nadar alrededor de Neteyam y Me'rah. Los había elegido.
—¡Hey, tienen un ilu!—Espetó uno de los amigos de Ao'nung asombrado.
Tanto Tsireya como su hermano se acercaron y mientras lo hacían Avani decidió con su azulada mano acariciar con cuidado la cabeza del animal al igual que Neteyam.
—Es tierno.—Sonrió Me'rah mirando hacia su amigo.
—Quién de los dos hará el vínculo.—preguntó entusiasta Tsireya pues tras largos minutos ya parecía no haber esperanza de encontrar un ilu.
Por el contrario, Me'rah y Neteyam se miraron en silencio pues aunque ella lo intentara para Avani el tsaheylu no funcionaría.
—Yo...—Soltó él mayor dando un paso al frente hacia el animal.—Yo lo haré.
La pelinegra de su amiga le miró con una sonrisa y se apartó un poco en tanto Ao'nung y su hermana sostenían el animal.
Neteyam suspiró nervioso, tomó su trenza listo para hacer el tsaheylu y con cuidado los pequeños tentáculos se empezaron a fusionar con los del ilu formando al final la unión neuronal.
—Siente su respiración.—Indicó Tsireya con calma.
El na'vi tomó un poco de aire y aferrándose con fuerza subió al lomo del animal listo para montarlo, solo que no lo haría solo, no quería hacerlo solo.
—Me'rah. —El chico miró a la na'vi ojiazul un poco apartada y extendió su mano, invitándola a montar también.
—¿Que?—Preguntó ella curiosa.
—El ilu nos eligió a ambos. Es lo justo.
Nerviosa y más de caerse del animal que de otra cosa, Avani terminó aceptando y caminó hacia su amigo subiendo detrás de él y tomándolo por los hombros.
—¿Listos?—Inquirió Tsireya, a lo que los dos asintieron y sin más la na'vi Soltó al animal dándole vía libre para nadar en el agua.
Al principio la fuerza parecía que los iba a tirar lejos, tal como pasó con Lo'ak pero entre más se sumergían hacia los arrecifes más estabilidad se sentía entre los dos, las aletas del animal se movían con fuerza y atravesaban pequeña cuevas submarinas, nadaron cerca a peces y de repente a su izquierda apareció kiri montando un ilu de igual forma.
Ambos le sonrieron y a los pocos segundos se les unió Tuk, Lo'ak y Tsireya en sus ilus, todos nadando a través de los arrecifes, del denso azul del agua y las plantas marinas.
De repente estando con Neteyam él mar no parecía asustarla más, con él podía enfrentar cualquier miedo, cualquier fobia, todo era más fácil con él.
Para Neteyam, Me'rah lo hacia más fuerte, lo complementaba, sacaba lo mejor de sí a su lado y la paz junto a ella en cualquier lado jamás podría explicarla.
Seijaku, le diría Avani.
Las clases de respiración con Rotxo y Tsireya parecían un poco menos tediosas cuando tenías para ver todo el espectáculo que Lo'ak ofrecía cuando Tsireya lo tocaba.
Las horas pasaban más rápido cuando duraban horas bajo el agua jugando con los ilus todos juntos cada vez más aprendiendo a como respirar y vivir allí.
Todos lo hacían, todos se adaptaban, incluso Jake que había logrado dominar un Skimswing pero Neytiri siempre sería del bosque y nada ni nadie cambiaría eso, era un poco inflexible, a diferencia de Me'rah y el resto.
(...)
Los días y las lecciones avanzan y mientras Tsireya pasa más tiempo con Lo'ak enseñándole muchas cosas, Neteyam seguía un tanto estancado con el idioma de señas, por que Me'rah debía poner un poco más de paciencia con su amigo.
—Estás señalando mal "Hola".—Se rió La rubia que estaba en la tienda junto a Neteyam.
—No sé cómo mueves las manos, no es justo.—Sonreía el na'vi intentando descifrar las señas.
—Mueve tu muñeca cuidado hacia el frente...
Y mientras ella intentaba hacer la demostración, Neteyam hacia un gesto completamente diferente haciendo estallar a la humana en risas.
—¡De que te ríes!—Alegaba confundido.
—¡Creo que deberíamos pasar a "buenos días"...—Soltó ella poco a poco dejando de reír mientras ambos se perdían en los ojos del otro.
Su amistad era fuerte pero ambos sabían lo que callaban y las miradas que por meses decidieron no hablar, ambos sabían que el otro les traía paz y que darían la vida por el otro, pero algo, o tal vez Eywa les decía que ese amor algún día pasaría la línea...
Y cuando lo haga...no habrá control alguno.
(...)
"El mar es tu hogar antes de tu nacimiento y después de tu muerte, nuestros corazones laten en la matriz del mundo, nuestra respiración arde en la sombra de la oscuridad, el mar quita, y el mar da...El agua conecta todas las cosas, vida y muerte, oscuridad y luz". Eso es lo que suele repetir Tsireya todo el tiempo, me enseñó que el mar no es algo a lo que debo temer....
Los días seguían y seguían, avanzaban rápido y las horas bajo el agua parecían segundos apenas, Tsireya también les enseñó unos pequeños animales que si los ponían en sus espaldas podían respirar bajo el agua. Si bien no todo el tiempo disponían de ellos, solían ser útiles para la recolección de ostras marinas.
—"Esto les permite respirar".—Explicó con señas la Metkayina dándole a Me'rah, Kiri y Tuk uno de esos enigmáticos animales similares a las medusas.
—"Funcionan".—Bromeó con señas la rubia acomodando el animal en su espalda y empezando a nadar junto a la metkayina por el lugar notando a lo lejos a Kiri jugando con pequeños peces amarillos moviéndolos al compás de su mano.
Curioso y extraño.
Así como los días avanzaban, el embarazo de ronal también, quien cada que veía a Me'rah asentía hacia ella con respeto y ella hacía lo mismo; Tonowari por el contrario le sonreía y saludaba, para luego cada uno volver a sus actividades.
La vida en el arrecife no parecía tan mala, pero la duda de si su padre estaría bien o el clan y si la RDA aún seguía en su búsqueda seguía presente.
Extrañaba su hogar.
(...)
Me'rah también sabía que Neteyam extrañaba el bosque así que para distraerlo un poco le enseñaba idioma de señas o lo llevaba hacia la frondosa flora de la isla así como antes solían recorrer aquella luminiscente cueva oculta.
—¡Vamos, eres lento!—Gritaba Me'rah en su forma Na'vi corriendo por las plantas huyendo de Neteyam.
—¡Sólo te estoy dando ventaja!—Exclamó el na'vi acelerando su paso riendo y tocando cada flor que veía con curiosidad.
—¡No quiero tu ventaja!
Neteyam negó con la cabeza divertido y estirando su mano tocó la cola de Me'rah haciéndola reír.
—Eso es trampa...—Susurró deteniéndose poco a poco y riendo junto a su amigo que también desaceleraba hasta volver a caminar a un ritmo normal.
—Por cierto, hace mucho no veo a tu banshee.
—¿Alaska? Suele estar jugando con los otros ikrans por aquí.—Explicó brevemente la pelinegra volviendo a su forma humana mientras organizaba su cabello.
Hubo un cómodo y agradable silencio mientras atravesaban la hermosa y espectacular flora de la isla, poco a poco acercándose hacia la playa.
—Aún nuestro ilu no tiene nombre.—Soltó la rubia moviendo una gran hoja en el camino con cuidado.
—No se me ocurren muchas ideas.—Espetó él más alto detrás de su amiga.
—...Que tal...A'tok.
—Tiene más cara de Roberto, pero si, me gusta.—Bromeó Neteyam ganándose una mirada sin gracia de la contraria quien fingió risa y finalmente tras unos pasos más ambos salieron de nuevo a la playa.
—Eres todo un gracioso, ¿lo sabias?—Dijo con sarcasmo ella mirando hacia la casi blanca arena en sus pies, su piel un poco bronceada por el sol contrastaba con la arena, su cabello rubio se veía un poco ondulado gracias a que esa mañana lo había peinado así con un poco de agua y sus ojos miel se veían más claros por los fuertes rayos.
—Más bien deberíamos ir a ver como está A'tok. Probablemente Tuk ya debió darle comida de más.
Los dos rieron sin dejar de caminar por el borde de la playa y el mar, al fondo viendo unos pescadores y Tsireya jugando con Tuk junto a los ilu.
Los rayos del sol eran radiantes y la arena era un poco caliente aunque la brisa costera refrescaba la piel y evitaba el sudor en quienes caminaban por la zona.
El clima era perfecto, hasta que Neteyam luego de admirar por un rato a su amiga decidió abrir su boca.
—Me'rah...¿con que sueñas?
De repente la rubia se giró confundida, de pronto la pregunta la sacó de su base y sus ojos examinaban al na'vi como si quisiera leer su mente.
—...Mi hogar...—Soltó sinceramente ella continuando su camino por la playa.
Pero Neteyam quería más, quería saber más lo que pasaba por la mente de ella, quería saber cada pensamiento que se cruzaba, cada emoción, quería saber como estaba ella con el repentino cambio.
—...¿y como se ve?
Definitivamente para Me'rah era extraño, pero al igual que Neteyam, añoraba el bosque, extrañaba al Clan, los guerreros, los niños na'vi y en especial a su padre...sin embargo, su corazón no sentía al Clan ni el bosque como su hogar, tal vez un segundo hogar, pero no el primero y se indagaba que era realmente su hogar, donde su corazón sentía paz, donde respiraba aquella pacífica y agradable brisa, ¿cuál sería ese lugar?
—No lo sé...
Era la respuesta, pues había mucho por decir y a la vez nada. A veces le gustaría entenderse más.
—No estoy segura...
Y con eso último Neteyam pudo ver en los ojos miel que algo estaba mal, que algo ocurría y que no estaba del todo feliz, ¿habría algo que mejorara eso?
—Entiendo...—Susurró al final el chico empezando a caminar pensativo.—Yo a veces...pienso en irme...
Ella lo miró extrañada y dijo: — ¿a donde irías?
—No lo sé...sólo no aquí...
Un silencio se formó entre ambos, no dejaban de caminar ni tampoco de mirar el alrededor pero definitivamente muchas cosas pasaban por sus cabezas, emociones y palabras atascadas en la punta de la lengua que sabían no serían capaces de decirlas.
Como siempre.
Caminaron en paz, agradecidos y cómodos con la presencia del otro pues por muy difícil que fuera el cambio se tenían el uno al otro no obstante el silencio en ese momento era tan ruidoso que cualquiera pensaría que sus mentes gritan tantas cosas al mismo tiempo y a la vez nada.
De pronto una voz familiar se escuchó a unos metros de ellos.
Era Kiri, rodeada por Ao'nung y su grupo.
—...¿La están...?—Intentó decir Me'rah viendo la situación junto a su amigo sin dejar de caminar esta vez con más rapidez, pero la situación a unos metros parecía empeorar cuando Lo'ak llegó a la escena y en segundos también fue rodeado.
Era hora de entrar.
Ambos se aproximaban a paso firme, rápido y determinado hacia ellos, no era claro lo que todos decían pero la voz de Kiri pidiendo que los dejaran solos si que era fuerte y clara, el cabello de Neteyam se meneaba de más pues este caminaba con más ira y sin previo aviso empujó a Ao'nung mientras Me'rah sacaba del grupo a Kiri y la alejaba al instante.
—¡Hey, niña rara, a donde vas!—Gritaba uno de los metkayina entre risas.
—Llegó la humana monstruo.—Sugirió otro al ver a Me'rah e intentar tocarla, pero fue detenido por Neteyam quien solo Susurró "ni lo pienses" y fue suficiente.
Las voces de todos de pronto cesaron con la voz de Neteyam.
—Ya la oíste. Déjalos en paz.—Espetó él, determinante y tajante en tanto colocaba sus dedos en el pecho del metkayina líder demostrando su enojo y también una medida de alejamiento.
—¿Estás bien?—Susurró la rubia mirando preocupada a Kiri, quien solo asintió y ambas se quedaron sosteniendo la mano de la otra alejadas del grupo. Me'rah luchaba internamente por no prestar atención a aquel comentario.
"Monstro...".
—...Oh, el hermano mayor-
Uno de los metkayina Intentó hablar para cortar el silencio, pero en segundos fue callado por Ao'nung con un solo gesto. Eso era entre él y Neteyam.
—Retrocede...ahora.—Fue lo único que dijo el Omaticaya controlando sus ganas de golpear al contrario.
No obstante sus palabras eran familiares a las de Me'rah aquella noche del rescate cuando tenía al extraño militar frente ella; aún así no quiso pensar mucho y decidió apretar la mano de Kiri, en tanto su otra mano se apretaba con un puño.
Los metkayina se veían tensos con las palabras de Sully y luego de mover sus orejas pensativos Ao'nung fue el primero en desistir alzando sus manos y mostrando una sonrisa burlona.
—Decisión inteligente.—Reiteró de nuevo Net también retrocediendo hacia Lo'ak y las chicas.—Y de ahora en adelante quiero que respeten a mis hermanos y a ella.
¿"ella"? Curioso, pensó Me'rah pues solo pudo decir hermanos también incluyéndola, eran hermanos después de todo ¿no?...
Otro de los na'vi siseó desafiante pero Kiri solo les mostró su lengua displicente mientras Neteyam tomaba a Lo'ak para retirarse, Me'rah guió con su mano a Kiri y los cuatro dieron media vuelta empezando su camino hacia la aldea.
—¡Adiós!—Les decían los Metkayina burlones mientras solo reían en silencio.
Ni Los Sully ni Me'rah decidieron mirar al otro lado pues sabían que solo significaba problemas de más, sin embargo los ojos miel de la rubia miraban extrañada a Neteyam tras aquel comentario "ella". ¿Acaso no la veía como su hermana, su mejor amiga? ¿Había algo mal?
—Son estúpidos...—Susurraban los demás como si nada.
—Toda esa familia.—le siguió otro.
Entonces Lo'ak frenó, al parecer dándole importancia a los comentarios y Avani lo notó por lo que dejó de ver a Neteyam para ver al otro hermano y con su mano lo agarró del brazo indicándole que se fueran, pero el na'vi la miró negando con la cabeza y zafándose de su agarre se fue directo al grupo de metkayinas.
—...Lo'ak...—Intentó decir Neteyam girándose de igual forma un poco harto.
—Yo me encargo, hermano.—Fue lo único que dijo para acercarse a Ao'nung desafiante. Alzó su mano y empezó a mover su dedo meñique mostrándole cerca al rostro del metkayina.—Hey, mira, yo se que esta mano es rara. Soy raro, un alienígena.—Ao'nung a pesar de sonreír burlón a la vez que se acercaba al Omaticaya curioso.—Pero esta mano puede hacer algo impresionante...Mira de cerca.
Todos miraban en silencio que era lo que pretendía el sully pero cuando menos lo pensaron su puño se cerró y sin previo aviso impactó con mucha fuerza el rostro de Ao'nung, luego otro golpe con su otra mano y otro más para hacerlo caer de espalda directo al suelo.
—¡Eso se llama un puño, perra!— Le dijo con autoridad y confianza Lo'ak mientras Kiri cubría su rostro riendo, Neteyam estaba pasmado y Me'rah abría sus ojos incrédula.—No vuelvas a molestarlas.
Oh, Ao'nung no se iba a quedar de brazos cruzados.
El matkayina se sacudió la arena y de repente se lanzó hacia el pecho del Omaticaya tacleándolo y llevándolo en segundos al suelo mientras sus amigos le gritaban animando más la pelea.
Una serie de puños se desató en el suelo entre ambos, uno tras otro en la cara y torso pero la acción se vio interrumpida cuando los refuerzos del Metkayina llegaron y tomaron a Lo'ak por la cola alejándolo de Ao'nung en instantes y seguido a eso con sus anchas colas le golpearon en la mejilla derribándolo.
Ahora Kiri era la pasmada y Neteyam rascaba su cabeza sonriendo mientras Me'rah reía a carcajadas por la graciosa situación.
—¡Dale con la cola!—Se escuchaban los gritos.
—Tal vez hay que entrar al ruedo.—Susurró la rubia a su amigo quien solo rodó los ojos y sin más remedio el na'vi sonriendo se aproximó a la pelea.
Me'rah observaba pasmada pues realmente no esperaba a Neteyam entrar y la pelea de por si era graciosa entre ellos pero Kiri si estaba asustada y Gritaba que dejaran de hacerlo aunque tenía claro que no lo harían.
Es más, los quejidos de todos golpeándose entre si eran más fuertes que los zambullidos del agua costera. Alguien podía escucharlos en cualquier momento.
—¡Ah, mi cola!—Gritaba Lo'ak mientras Ao'nung lo arrastraba por la delgada cola pero el Omaticaya no soltaría por nada la oreja del otro metkayina en el suelo.
—¡Hagan que me suelte! ¡Tiene mi oreja!
—¡suelta primero mi cola, imbécil!
Por primera vez Kiri rió a la vez que la humana sólo observaba divertida aunque en el fondo preocupadas de que salieran ambos realmente lastimados.
(...)
Solo bastaron 5 minutos más para que después de ser encontrados Neteyam, Lo'ak y Me'rah fueran llevados hacia su tienda por un molesto Jake detrás de ellos. Los 3 na'vi entraron, pero por orden de Sully la rubia quedó afuera decidiendo quedarse cerca a la entrada donde pudiera ver el posible regaño.
Otro problema más a la lista. Fantástico.
—¿Que fue lo único que les pedí?—Inquirió Jake muy molesto mientras los ojos miel de la rubia se dirigían a los hermanos con sigilo y entonces notó la herida en el labio de Neteyam. —¿Que fue lo que pedí? ¡no meterse en líos!
Los nudillos de ambos tenían un poco de sangre y sus pómulos estaban rosados, sin embargo la culpa de nuevo se sentía en los hombros de Me'rah, el sentimiento de culpa por alguna razón siempre la golpeaba y sabía perfectamente que no era algo en su control pero solo esperaba que Neteyam estuviera bien.
—Esta bien, esto es mi culpa.—Oyó a Neteyam interponerse entre Lo'ak y Jake para evitar problemas.
Oh, ese gran corazón no lo merecía nadie, era puro, valiente y transparente, siempre había sido así, Neteyam tenia esa naturaleza, tal vez por su rol desde niño como hermano mayor pero jamás nadie podría tener el honor de tenerlo...ni siquiera ella...
—No.—Se oyó a jake secamente.—Deja de cargar la culpa de este tonto.
Eso último no había sonado bien y ella sabía, sabía que era una puñal más para Lo'ak, sabía que le dolía más que nada y aun así estaba allí, enfrentando el problema, sin embargo eso era algo que su padre había dejado de ver hace mucho mucho tiempo.
—Ao'nung molestaba a Kiri, papá.—Espetó Lo'ak intentando hablar con determinación.—Llamó rara a Kiri y Me'rah.
Jake suspiró, controlándose un momento y se giró fugazmente hacia Avani en la entrada para luego mirar a su hijo con una expresión molesta.
—Irás a disculparte con Ao'nung.
—¿Que?
El mundo no era justo, pequeño Lo'ak, los de más alto rango tienen la ventaja, ellos jamás se equivocan y tú, desde el punto más bajo solo puedes asentir y hacer lo que digan, en ese entonces el poder no estaba en ti, no eras el hijo del líder, no eras el hijo de Toruk, eras tú, yo y todos nosotros siendo unos extraños entre desconocidos, el poder se basa en eso. Debías hacer algo aún si no era lo justo. La justicia se la llevaba el más poderoso.
—Es hijo de Tonowari, ¿lo entiendes?—Reiteró Jake.—Haz lo que tengas que hacer. Fin de la conversación.
Tras eso último, Lo'ak conocía su situación y asintiendo salió de la tienda encontrando a Me'rah quien le puso su mano humana en el brazo del chico pero este siguió su camino.
Solo faltaba Neteyam por salir pero fue detenido por su padre.
—Que tal se veían los otros.—Ambos Oyeron a Sully.
—...ehm...peor.—Dijo Net mirando nervioso a su amiga que le esperaba en la salida.
Jake se veía extrañamente orgulloso.
—Que bien...
Tal vez no estaba del todo molesto, tal vez solo veía en ellos algo de él reflejado, en especial en Lo'ak y por eso mismo era más duro con él, no quería que cometería los mismos errores, ¿no es así?
El menor de ambos na'vi sonrió y completó:—Estaban mucho peor.
Jake solo sonrió.—Largo de aquí.—espetó dejando a su hijo marcharse junto a la rubia.
Los dos adolescentes sonreían cómplices del otro y sin quererlo, contagiada por la mágica sonrisa y rostro de Neteyam, Avani susurró entre sonrisas:
—Siempre supe que eras especial.
Para él, el mundo se había detenido un momento en cuanto sus orejas captaron ese simple sonido, su corazón parecía dejar de latir y el vacío en su pecho era casi imposible de manejar, su mente aún no era capaz de asimilar algo así y por un instante pensó estar soñando con la más hermosa persona a su lado que le miraba confundida pudiendo jurar que con los rayos del sol nadie brillaba tanto como ella.
Me'rah definitivamente no era consciente de lo que dijo, y aunque estaba un poco nerviosa solo decidió seguir caminando con una sonrisa tímida. Tal vez no era consciente de todo lo que había causado en él pero si de lo que eso había causado en ella.
Ambos lo habían sentido así.
Y las coincidencias jamás existen, tal vez todo pasa por una razón que no entendemos aún, pero sólo el tiempo lo responderá y queda únicamente esperar por el mañana, ¿no?
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