𝗶. ⊳ 𝗧𝗵𝗲 𝗵𝗮𝗽𝗽𝗶𝗻𝗲𝘀𝘀.
❛ 𝒀𝒐 𝒅𝒂𝒓𝒆́ 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒓
𝒔𝒂𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒏𝒖𝒎𝒃𝒓𝒂𝒔 ❜
❝ O1. LA FELICIDAD. ❞
❛ TURN YOUR FACE TOWARDS THE SUN
LET THE SHADOWS FALL BEHIND YOU
DON'T LOOK BACK, JUST CARRY ON
AND THE SHADOWS WILL NEVER FIND YOU ❜
LA FELICIDAD EN PANDORA es un poco más simple, o al menos es eso lo que dice papá, pero él también dice que debería sonreír más y sin embargo lleva siempre su cara seria así que no suelo escucharlo.
La felicidad para papá se basa en pocas cosas y gracias a él al menos tengo un lugar donde dormir cuando quiero estar sola o tal vez para ponerme a hacer registros de video, como justo ahora, así que estoy hablando...uhm...sola, supongo, a una pequeña camarita.
—No olvides decir como te sientes.—Habló su progenitor interrumpiéndola.
Claro...olvidé un pequeño detalle: el como nací. Papá desde que tengo memoria repite la historia, casi me la sé como si fuera alguna aburrida oración, o lo que sea.
(...)
Luego de que Toruk se fuera, Jake ahora estaba a cargo del Clan Omaticaya, y literalmente solo habían pasados un par de semanas y el recuerdo de la RDA parecía ser un mal sueño. Los na'vi se desplazaban sin un lugar fijo, intentando reacomodarse y soportar las pérdidas; eso mismo dejó muchos niños huérfanos, sin hogar, sin padres, sin nada.
Excepto por Norm, que adoptó a muchos de ellos como suyos y juró cuidar de ellos con su vida, por supuesto que ahora siendo un Omaticaya sería lo mejor para él y después de todo, aquel pequeño científico necesitaba un poco de alegría luego de tanto llanto y gritos en su cabeza, una y otra, y otra vez en cada pesadilla.
Pero así como debía cuidar de los pequeños na'vi, su trabajo como Científico aún seguía en pie y ahora que estaba al frente del proyecto avatar junto a Max no había tiempo que perder, porque mientras Jake y Neytiri cuidaban de su pueblo, Norm debía seguir con sus investigaciones cuando le sobraba un poco de tiempo.
Justo como esa mañana. El cielo despejado y lleno de brillo era una señal de que sería un buen día, y sin saberlo, sería SU mejor día.
Así que tomó sus cosas, entró en la pequeña capsula, se despidió de Max y se conectó con su avatar listo para hacer un par de apuntes en su tablet sobre su investigación en flora.
Ahora que era un Omaticaya también había recibido un poco de entrenamiento antes de que Tsu'key falleciera, pero jamás llegó a realizar el inkimaya, así solo podía movilizarse de una forma: su direhorse.
Era una lástima, pero tampoco era fan de volar por ahí sin protección, así que el camino terrestre le parecía la mejor opción.
Su vista se paseaba por el frondoso bosque de Pandora fascinado como si fuera su primera vez en aquel fascinante y surreal lugar. La brisa, el sonido de las hojas, los animales, casi todo era percibido por sus orejas puntiagudas mientras el olor a humedad y naturaleza inundaban sus fosas nasales.
Ya había recorrido muchos kilómetros e incluso por un momento se había desorientado, pero ese pequeño momento de paz de repente fue cortado con un mínimo movimiento que lo hizo poner alerta.
Lo suficientemente alerta para detener el paso lento del caballo y descender de él, curioso y un poco preocupado de lo que sea que se encuentre cerca.
El silencio penumbral que ahora lo envolvía era casi como intentar ver en la oscuridad. Sus ojos no captaban ningún movimiento pero definitivamente algo estaba muy cerca y si tenía suerte, tal vez no sería tan peligroso como creía.
Solo debía retirarse en silencio mientras podía, solo debía subir al pa'li e irse, pero oh, Norm, a veces le gustaría escucharse a sí mismo.
Tomó su cuchillo y lo empuñó con fuerza, empezando a caminar con sigilo intentando ver entre la maleza y plantas que estaban cerca, pero en vez de hallar un depredador encontró un na'vi.
Un na'vi en el borde de la tierra viendo con detenimiento las olas del agua chocar con fuerza, en silencio, en paz y con su arco en la mano, aparentemente sin notar la presencia del científico.
Y aunque quiso acercarse en silencio y no asustarlo, la rama que su pie quebró accidentalmente tenía otros planes.
Entonces maldijo en voz baja y en segundos aquel na'vi de largo cabello y un poco alborotado de repente se giró hacía él con su arco y flecha apuntándole justo en la mitad de sus ojos.
Mierda. Fue eso lo único que dijo justo un instante antes de lanzarse a un lado esquivando la flecha que por escasos centímetros atraviesa su rostro.
Su corazón y sus latidos estaban aumentando a la vez que el miedo y adrenalina también, todo dentro de él empezaba a gritarle el riesgo que estaba corriendo justo en ese momento pero fue ese mismo miedo que le hizo alzar la mirada, intentando ver a los ojos a quien sea su agresor sin embargo la sorpresa que se llevó fue mayor.
Era una mujer. Una mujer na'vi, justo frente a él con la mirada fría y calculadora, viéndolo y amenazándolo simplemente con su presencia que iba a matarlo.
Entonces agachó la mirada un momento, intentando recuperar el aliento, intentando asimilar lo que estaba ocurriendo.
—Tienes sangre de demonio en tus venas.—De repente le Habló aquella hermosa na'vi de ojos profundos pero su mirada solo desprendía desprecio.—No perteneces aquí.
En el silencio, los ojos amarillos y gigantes de Norm notaron la vestimenta de la chica. Llevaba un armadura, no como las de los omaticaya, no como algún otro clan que haya visto, tenía piezas de huesos en sus piernas, brazos, pecho e incluso su visor de ikran también.
No era una omaticaya.
—La gente del cielo ya ha hecho mucho daño a este lugar.—Continuó ella alzando su codo un poco más, estirando el hilo que impulsaría su flecha hacía Spellman. —Tu gente merece morir.
¿Quién era ella y porqué sabía hablar el mismo idioma que él? El científico tenía varias preguntas, pero si moría entonces no obtendría las respuestas, así que soltó su cuchillo y alzó las manos lentamente mostrando que estaba ahora desarmado esperando con una fuerte esperanza de que eso fuera su pase a seguir viviendo.
—...Lo sé.—Respondió Norm con un perfecta pronunciación del na'vi.—Pero el clan ha desterrado a la gente del cielo. Toruk makto los echó.
De pronto el agarre de la mujer se aflojó un poco en cuanto escuchó eso último.
—Luché junto a él, soy parte del clan.—Soltó en español el científico un poco nervioso.
—Omaticaya...
—...Así es.
—Si la gente del cielo se ha ido por qué sigues aquí tú.
—Decidí quedarme...con el pueblo al que pertenezco.
—Ustedes los científicos no pueden serlo. Se ha intentado por años, mi clan fue de los primeros en tener contacto con la gente del cielo, ¡Ustedes son un vaso lleno! ¡Jamás podrán aprender nada de nosotros!—Entonces su agarre volvió a ser conciso y su expresión se había arrugado en ira.
—¡Eso lo sé, pero ahora soy un omaticaya, uno de ellos!—Soltó él esperando con todas sus fuerzas no ser asesinado ahí mismo.
—No me interesa si Toruk Makto tiene sangre de demonio, mi pueblo no participará de su masacre ni su guerra.
—...De que clan eres.—Norm Habló un poco curioso e intrigado.
—Los tipani.
Entonces todo tuvo sentido en la cabeza de Norm, la armadura, la destreza, su fuerza de antaño, todo gracias a que provenía del antiguo clan de guerreros y cazadores de toda Pandora.
Desde hacía un tiempo ningún miembro de la RDA contactaba con alguien de aquel clan, desde su primer acercamiento ellos se mostraron hostiles y rígidos e incluso echaron a todos los humanos, dejando algunos avatares.
Sabía lo que significaba ser un avatar frente a alguien de aquel clan, y entonces soltó un suspiro, intentando deshacerse de sus pensamientos.
—Aún teniendo sangre de demonio logré pertenecer a ellos.—Soltó Norm resignado.—Y aún si quieres matarme es algo que no pasará, no dejaré de nuevo sin un padre a todos los niños que ya los perdieron una vez gracias a la gente del cielo.—Sus ojos amarillos entonces se clavaron en ella con determinación; aún conociendo su poca experiencia en combate cuerpo a cuerpo, iba a luchar.
—...Bien.
Solo una palabra fue suficiente para que aquella mujer lanzara su flecha con fuerza directo a él, pero fallando en el intento, ya que Norm se lanzó al suelo y tomó el cuchillo que anteriormente había tirado.
—¡Detente, quieres!—Exclamó un poco nervioso pero eso no fue suficiente para detenerla.
La mujer solo tomó su arco y golpeó el rostro del científico con la punta de él, haciéndolo retroceder unos pasos atónito por el golpe.
—¡Eres un demonio abusador!—Exclamó la na'vi volviendo a golpear con su arco al hombre.
—¡Quien es la que me está golpeando!—Le siguió Norm por fin tomando con su mano abruptamente el arco que de nuevo iba directo a su rostro.
Respiró pesadamente tomando un poco de aire y miró a la mujer frente a él, sus ojos azules que podrían haber reflejado un mar en calma solo se veía ira.
—A veces...—Dijo con la respiración agitada el científico.—A veces no interesa de donde vienes...sino donde tienes el corazón. Y puedo asegurarte que mi corazón hace mucho dejó de estar del lado de la RDA.
No sabía si fue Su mirada sincera o tal vez que de nuevo haya tirado su única arma al suelo, pero de algún modo aquella na'vi vio. Vio realmente quien era él, sus intenciones libres de maldad, su honestidad.
Entonces ella solo siseó sin saber como responder y de un tirón hizo que Norm soltara su arco. Había sido suficiente, ya no había nada que hacer allí.
Pero él no se daría por vencido, así que observó como la mujer se dio media vuelta lista para marcharse y la tomó por la muñeca, recibiendo un gruñido que lo hizo retroceder al instante.
Un ikran de colores claros, y casi cubierto de rojo apareció a unos metros frente a la mujer agachando un poco su lomo para que su jinete pudiera subir.
Sin embargo Norm estaba confundido, lo suficiente como para decir algo por lo que solo se quedó mirando en silencio como la mujer colocaba su visor y luego dirigía su fría mirada hacia él una última vez.
—Eres amable y honesto, pero aún eres débil, hijo del clan Omaticaya. —Fue lo único que le dijo para luego emprender su viaje lejos de ese lugar, dejando apenas una última caricia de brisa sobre el rostro de Norm.
Ese día solo fue el comienzo y probablemente si alguien pregunta Norm no tendría las palabras para explicarlo, pero si tuviera que describirlo...seguramente la palabra sería amor.
Justo cuando la herida que Trudy había dejado estaba cicatrizando, aquella na'vi volvía a presentarse en el mismo lugar y con el tiempo parecía adaptarse a la compañía que le daba Norm, luego conocieron los nombres del otro, con el pasar de las semanas era casi una reunión infaltable y el lugar donde podían compartir cada pedazo de ellos sin ser juzgados.
Aunque Norm quiso ir junto a ella al Clan Tipani, ella sabía que solo serían más problemas, no obstante eso no les impidió conocer a los Omaticaya, a Jake, Neytiri y el equipo de científicos de Norm, todo con la condición de no decir sobre la presencia de ella allí.
Meses llenos de risas; Norm le mostró todos los niños que había adoptado, ella le enseñaba sus habilidades o sus armaduras, él le encantaba aprender y ella disfrutaba escaparse cada dos días para ver al científico. Solo fue cuestión de tiempo para que ella conociera no sólo su lado na'vi del que ahora era su pareja sino también el humano.
Casi que la tristeza de cada uno y sus miedos eran solo una anécdota más en las largas y tranquilas noches que pasaban viendo el cielo de Pandora, sin embargo con los meses...pasó lo que alguna vez tendría que pasar.
Una pequeña bebé aguardaba su llegada en el vientre de Ga'ia, que con el tiempo crecía al igual que las complicaciones médicas hasta que finalmente la fuerza de antaño de Ga'ia se terminó y mientras la pequeña Me'rah abría sus ojos, recibida en el mundo con ayuda de Mo'at y Neytiri, el camino de Ga'ia había llegado a su fin.
una vida se va, otra viene.
Para Norm la pérdida había hecho estragos en él, y casi podía sentir una herida abrirse en su pecho. Le costó meses asimilar que el amor de su vida se había ido. Para siempre.
Pero debía seguir, no por él, sino por esa pequeña bebé na'vi que ahora llamaba hija; aún así a veces las lágrimas se le escapaban al ver que era igual a su madre aquella niña.
Entonces los años pasaron, el clan Omaticaya había recibido con algarabía a la pequeña Me'rah y formalmente era parte de los omaticaya, como su padre.
Un año después nació el segundo hijo de Jake y Neytiri y entonces los 3 pequeños bebés empezaron a crecer juntos incluso con el pequeño Spider, un niño huérfano atrapado, pero ahora que el cuerpo de Me'rah empezaba a experimentar cambios en su piel a niveles físico-biológicos sus días de aventuras habían acabado temporalmente.
Por suerte Norm no estaba solo. Mo'at y Neytiri gastaron años en intentar controlar lo que ni los científicos o el mismo Norm podían explicar.
Una na'vi cambia-formas que podía pasar a una humana de Cabellera rubia, claro que era una sorpresa y anomalía para todos. Años de investigación solo les hicieron entender una cosa: Me'rah jamás podría usar su vínculo; no era como un avatar, su cuerpo no reaccionaba ante un vínculo con el árbol o animal, como si no tuviera vida su lado na'vi.
Estaba condenada a ser ambas especies y a la vez no ser ninguna del todo. No importaba el orden, una na'vi atrapada en un cuerpo de humana, o una humana atrapada en un cuerpo de na'vi...siempre llegaba al mismo lugar.
Y es que cuando eres un niño eso te importa poco, pero la desconexión con el árbol, con el planeta, con cualquier ser vivo afectó desde el principio a Me'rah.
Aún así no todo fue deprimente, si bien pasó dos años dentro de un laboratorio con médicos intentando descifrar que era, al final decidió seguir con las lecciones de Mo'at y Neytiri en el árbol de espíritus, también decidió aprender a luchar y Neteyam con el tiempo decidió enseñarle a manejar el arco, sin embargo los tiempos para escaparse junto a los sully y spider siempre existían y con los meses cada vez más mejoraba manejando su propio cuerpo, aún que siempre quedaba una pequeña parte de la piel azul en su cuerpo humano, más específicamente su zona abdominal lo que dificultaba su inclusión en el clan, pero ser amiga del próximo líder traía sus ventajas.
Estar acompañada de los sully también le dejó presenciar por ejemplo cómo Neteyam se convirtió en el miembro más joven del clan en tener una muerte limpia de su primer presa o ser el foco de atención en las festividades, aunque ver como varias jóvenes trataban de coquetear con el chico, incluso con Lo'ak solo provocaba risas en Me'rah pero no podía culparlas, los sully tenían su toque.
No obstante se estaba quedando atrás, debía esforzarse el doble que los demás niños en formación, debía trabajar más duro incluso que cualquiera para estar a la altura, todo para ser lo que sería ahora.
Todo para llegar a ese momento.
El inkimaya.
(...)
Papá y Jake dicen que la época de gran tristeza ha acabado, pero todos de algún modo sabemos que esto solo termina cuando la gente del cielo se vaya para siempre.
Y todos hemos crecido, intentando superar lo que perdimos, seguimos avanzando con la poca paz que tenemos y ahora que los humanos se han ido por un tiempo supongo que estaremos bien...por ahora.
Debo admitirlo, hace mucho dejé de hacer cosas que hacen el resto de chicos a mi edad, ahora que Neteyam y Neytiri me han preparado los últimos meses para el inkimaya claro que he tenido que poner el doble de esfuerzo.
Aun sigo lidiando con mi cuerpo y papá dejó de llevarme al laboratorio, Mo'at me ha enseñado mucho sobre...él equilibrio y la energía del planeta, aún no lo entiendo, pero aún sin mi vínculo Jake dijo que podría intentar el inkimaya, después de todo, había dedicado el último año solo para este momento.
—Si nos quedamos aquí más tiempo los ikrans se irán.—Alegó Neteyam sentado junto a Me'rah en un pequeño círculo debajo del árbol de espíritus acompañado de Jake y Lo'ak.
Lo'ak se veía un poco estresado, porque después de todo, Él también iría ese día a realizar el inkimaya junto a la rubia y para eso debían pedirle a Eywa el permiso.
Cosa que Me'rah en ese momento intentaba inútilmente.
—Así no es como funciona, Neteyam.—Habló Jake.—Y lo sabes, Lo'ak y Me'rah deben elegir muy bien su ikran. Cada buen guerrero da sus memorias a Eywa antes de una batalla, ¿no es así?—Finalizó el mayor levantándose lentamente de su lugar seguido de Lo'ak.
—Lo sé, pero esto no es una batalla, es- —Intentó decir el menor de los sullys empezando a caminar junto a su padre.
—Un duelo con la muerte.—Alegó Neteyam convencido de ello, mientras se ponía de pie frente a la pequeña rubia.
Me'rah sintiendo los ojos de su mejor amigo en ella finalmente abrió sus ojos resignada y soltó un suspiro de hartazgo, se giró un momento hacia Jake y Lo'ak, y con ayuda de Neteyam se colocó de pie deshaciendo su vínculo con el árbol.
—¿Aún no puedes?—Interpeló el más alto empezando a caminar al ritmo de la chica.
—...No. Ni siquiera estando en mi forma de na'vi...—Susurró un poco molesta consigo misma. —Estoy yendo a mi propia muerte y ni así el vínculo funciona.
—No es tu culpa, M.A, llevas intentándolo cuatro años. Eywa podrá darte un señal cuando sea el momento.—Espetó él chico acariciando el hombro de la chica como consuelo.
—Deja de decirme "M.A", con tu acento suena gracioso.—Alegó Me'rah soltando risas.
—Es gracioso tu acento también, por si no lo sabías. Suenas como spider hablando na'vi.
—¡Hey!—Exclamó sonriendo la rubia dándole un codazo al más alto.
—Suficiente.—Les Interrumpió Jake saliendo finalmente del bosque y acercándose a sus caballos.—No es un duelo con la muerte, Neteyam, así que no metas miedo en tu hermano.
Ambos jóvenes se miraron un poco asustados de que Jake haya escuchado su conversación.
—Kiri no te molestó cuando fue tu turno de hacer esto.—Siguió el mayor de todos subiendo a su pa'li seguido de Lo'ak.
—De hecho si lo hizo. Es un rito de iniciación.—Se defendió Neteyam.
—No todos podemos ser como Kiri.
—Cómo sea.—Alegó el mayor de los hermanos y subió al caballo.
—Cómo olvidar cuando Kiri literalmente le pidió a su Ikran ser amigos.—Bromeó Me'rah subiendo al mismo animal que Neteyam.
—Fue la más joven en conseguir su ikran en todo el clan.—Aclaró Lo'ak iniciando su camino por los senderos rumbo al hogar de los alados.
—Pff, Tu hermanito fue el segundo.—Le siguió Neteyam retóricamente en tanto Me'rah ponía sus manos sobre los hombros del chico para no caerse del caballo.
—Deja de alardear, idiota.—Intervino Me'rah soltando leves risas.
—Apresurémonos, Norm, Spider y el resto ya están allá.—Habló jake acelerando el paso de su animal.
Los tres pa'li empezaron a cabalgar por los frondosos senderos de Pandora rumbo a las montañas aleluya dejando pequeños rastros de tierra con sus grandes pezuñas.
Pero luego de realizar la larga travesía para llegar hasta allá, finalmente Jake, Lo'ak, Neteyam y Me'rah se abrieron paso hasta los ikran. Na'vis y Norm junto a spider estaban allí un poco alejados viendo como se adentraban junto a los ikrans.
—¿Listos?—Preguntó Jake a la cabeza del grupo.
—No en lo absoluto.—Alegó Lo'ak, aún así avanzando debajo de la cascada.
—Primero irás tú, hijo.
Neteyam y Me'rah cruzaron miradas un poco preocupados y se apartaron, dejándole el camino libre a Lo'ak, quien llevaba en su mano una cuerda y mucho valor.
Jake también retrocedió y vieron como el menor caminaba atento entre los ikran, intentando llamar la atención de alguno de los banshees hasta que finalmente uno de color verde claro de repente saltó frente a él.
Lo había elegido.
—¡Muéstrale quien manda!—Gritaban algunos na'vi.
Todos parecían eufóricos con el encuentro, pero los ojos de Me'rah solo reflejaban miedo y preocupación, no solo por Lo'ak, sino porque ella también estaba por enfrentarse a una de esas cosas sin un vínculo funcional.
Ahora empezaba a cuestionarse que estaba haciendo.
—¡No tengas miedo!—Escuchó la fuerte voz de Neytiri a unos metros junto a la pequeña Tuk.
—¡Puedes hacerlo, Bro!—Le animaba Spider.
Entonces las orejas de Lo'ak se hicieron para atrás y soltó un gruñido suficiente para provocar al ikran que gruñó más fuerte y fue ese momento en que Sully lanzó la cuerda hacia la boca del animal, pero en vez de amordazarlo, el ikran rompió con facilidad la cuerda y con su ala golpeó a Lo'ak, haciéndolo caer al suelo.
—¡Es suficiente!—Alegó jake listo para intervenir, ganándose la mirada de Me'rah, sin embargo fue Neytiri quien lo detuvo tras correr con tuk hacia ellos debajo de la cascada.
—¡Levántate y vuelve al ruedo!—Gritó Neteyam un poco frenético.
Pero Lo'ak ya no escuchaba los gritos. Sus ojos se encontraron con el ikran y aunque quiso levantarse el animal lo tomó por el brazo y lo tiró de nuevo un par de metros, justo en el borde del acantilado.
—¡Tómalo por la cabeza!—Gritaban los na'vi.
Justo cuando Lo'ak decidió tomar al ikran, ambos cayeron al vacío desapareciendo de la vista de todos; solo bastaron segundos para notar que el ikran había escapado y lo'ak había caído unos metros más abajo completamente derrotado.
Jake fue el primero en bajar, seguido de Neytiri para verificar que el menor estuviera bien, y así fue; varios se acercaron para subirlos a los tres, pero Jake en cuanto pisaron tierra de nuevo tomó a Lo'ak y cruzó palabras con su esposa para luego irse del lugar con su ikran seguido de su hijo.
Se veía molesto y un poco preocupado pues su hijo después de todo acababa de caer por un acantilado.
—Que ocurre.—Susurró Me'rah confundida.
—Papá llevará a Lo'ak, es tu turno.—Fue lo único que dijo Neteyam para luego colocar su mano sobre el hombro de la mas baja.—Recuerda lo que mamá y yo te enseñamos.
—Es el turno de Me'rah.—Habló uno de los guerreros na'vi presentes.
Pero las manos de la chica estaban temblando y casi podía jurar que si daba un paso mas iba a caer con los nervios abarrotados en sus piernas, su mirada tampoco hallaba un punto fijo y todos los presentes simplemente eran como ecos para ella, hasta que una mano en su hombro le hizo girar en un instante asustada.
—Respira.—De repente le Habló Neytiri con una mirada serena.—Puedes hacerlo, si fallas estará bien, tendrás más oportunidades, si te quedas entonces utiliza todo lo que aprendiste, ¿bien?
La rubia solo soltó un suspiro y dirigió su mirada a su padre, que permanecía en silencio junto al resto de na'vis, e incluso más asustado que la propia Me'rah.
—Ve por él.—Le alentó Neytiri retrocediendo con una sonrisa confiada.
Así que ahí estaba...casi parecía un sueño, o tal vez el ambiente a muerte, cualquiera de las dos le inquietaba pero ya no podía huir, no iba a echar a la basura cada entrenamiento, cada gota de sudor, todo había sido para ese momento, todo había sido para llegar hasta allí.
Si tan solo Eywa no le diera la espalda por una vez.
—Necesito una cuerda.—Espetó Me'rah y casi cómo un reflejo el más bajo, Spider, le entregó el objeto en sus manos.
—Demuestra quien manda.—Le dijo el chico mono sonriente.
Pero Me'rah aún seguía en el debate mental de si lo que estaba haciendo le estaba guiando a su muerte o tal vez a algo más grande. De todos modos ya no importaba, ahora estaba en el ruedo y la única forma de salir era siendo la más fuerte.
Así que apretó la cuerda, llenó sus pulmones con aire y cerró sus ojos, tomando en cuenta como Mo'at y Neytiri le habían enseñado a controlar sus formas. La calma era primero, también la concentración, y lo cierto era qué aunque haya nacido como una na'vi no siempre podía mantener ese cuerpo y como ellas decían eso solo era un regalo de Eywa que tarde o temprano debía devolver.
El nacer como una na'vi no impidió que con el tiempo su cuerpo humano ocupara un 60% de ella, así que era ahí cuando ocurría el problema, cuando su cuerpo debatía aún en su forma humana y como resultado pequeñas piezas de piel azul en ella jamás desaparecían y cuando usaba el 40% de su versión na'vi se agotaba rápidamente porque a más tamaño más energía así que no debía excederse estando en su cuerpo azulado, o "Eywa podría detenerte antes de que tus límites sobrepasen tu ser", al menos eso decía Mo'at.
¿Lo creía? Al principio no, pero tuvo qué, ya que más de una vez se desmayó al pasar mucho tiempo como una na'vi, lo que la llevó a la conclusión de que el ser humana era su "salvavidas" y al menos no tenía que usar esas mascaras de oxígeno como spider estando en su forma humana, sin embargo las desventajas estaban presentes, empezando por el tamaño.
De alguna forma tenía que pagar por llevar ese regalo con ella y era lo efímero que se convertía cuando decidía usar ese regalo.
—¡Tu puedes hacerlo!—De pronto el grito de su mejor amigo a unos metros le hizo volver en sí y eso fue suficiente para soltar el aire en sus pulmones y empezar a caminar con determinación rumbo a los banshee.
Con cada paso su piel humana iba cambiando como pequeñas escamas dejando ver el azul cubriéndola poco a poco hasta aumentar en tamaño unos centímetros, colocó bien su visor sobre su frente y empezó a mirar alerta entre los ikran, lista y a la vez no para lo que sea.
El silencio penumbral y los Susurros de varios le hacían dudar de su realmente algun Banshee de ahí la había elegido, pero por primera vez debía confiar en lo que su padre decía "La esperanza es lo último que se pierde".
—¡Vamos, no tengo todo el día!—Gritó un poco molesta la chica mirando a todos los ikran que desistían y se marchaban.—¡Vamos!
Uno tras otro se iban marchando y parecía que tal vez ese no sería su día, hasta que quedó la última banshee mirándola fijamente con sus ojos amarillos intensos.
Esa era.
Me'rah se congeló por un momento viendo como aquella Banshee de color verde se acercaba con lentitud y alerta, al igual que ella.
Ambas examinaban a la otra, sus movimientos, sus miradas, cada cosa, hasta que de algún modo aquella Ikran de repente batió sus alas marcando su territorio y después sus ojos dorados se dirigieron a los de Me'rah.
—Que significa eso.—Preguntó la pelinegra sin quitarle el ojo a la banshee.
—Ella ahora sabe que tu vínculo no sirve.—Explicó Neytiri atenta a lo que ocurría.—...pero no se ha ido.
—¿Y eso es bueno o malo?
—Deberás luchar. Un duelo.
—...¿Un...duelo?
Pero no hubo tiempo de alguna respuesta a su pregunta, aquella banshee de repente se lanzó sobre ella y con su cabeza la tiró un par de metros.
Su cabeza daba vueltas y sus manos estaban llenas de tierra, sin embargo tomó la cuerda de nuevo y se levantó, dándole la cara al animal que de nuevo atacó lanzando sus garras sobre ella; Me'rah se giró a la izquierda evitando el golpe y sin tiempo que perder saltó al lomo del banshee y empujó la cabeza hasta el suelo, haciendo caer al animal que intentaba levantarse moviendo sus alas, pero eso no evitó que rápidamente la pelinegra colocará la soga sobre el hocico amordazándola exitosamente.
Hasta que una de las alas golpeó su cabeza y de nuevo cayera al suelo.
—¡Levántate!—Exclamó Neteyam.
Avani solo resopló molesta, golpeó el suelo con su palma y se reincorporó sacando un cuchillo lista para atacar, gruñó mirando fijamente a esos dorados ojos y eso fue suficiente para que de nuevo el animal se lanzara sobre ella, sin embargo esquivó el golpe al último segundo y corrió hacia ella, empujándola hasta el suelo por el cuello y cuando lo logró puso su rodilla sobre la cabeza del banshee, empuñó el cuchillo lanzándose directo a uno de sus ojos dorados lista para clavarlo en su cabeza.
Pero se detuvo, justo cuando estaba por matarla el cuchillo quedó a escasos milímetros del ikran que resoplaba pesadamente al igual que Me'rah.
Los movimientos bruscos poco a poco fueron cesando y finalmente la chica retiró la cuerda de su boca, aún no muy segura de si lo había logrado.
—...Eres mía.—Susurró con una pequeña risa victoriosa cambiando de nuevo su piel, volviendo a ser la pequeña rubia humana.
Poco a poco Me'rah se levantó viendo al ikran reincorporándose de igual forma y viendo como su cabeza se acercaba a ella, casi como una invitación a subir en su lomo.
Confundida se acercó a ella y miró brevemente a su padre, que sonreía incluso más que ella, luego a Neytiri que le miraba con orgullo y por último Neteyam que asintió en su dirección con admiración.
Entonces subió al lomo y recostó su frente sobre la banshee, cerrando los ojos sintió la respiración pesada del animal, y en un pequeño susurro soltó:
—Vuela.
De repente el ikran abrió sus alas y asustando al resto alzó vuelo adentrándose en las fuertes ráfagas de viento sin embargo era inestable debido a la usencia de un vínculo lo que hacía que Me'rah tampoco pudiera decirle mucho.
Entonces escuchó los gritos de victoria del resto y a un Neteyam tomando su ikran y emprendiendo vuelo para alcanzarla.
Sus manos aún temblaban y aquella banshee aún seguía teniendo problemas para moverse, hasta que en segundos Neteyam apareció junto a ella notando lo que ocurría.
—¡Intenta hablarle!—Exclamó el mayor.
—¡No funcionará!—Respondió Me'rah negándose a ver a su compañero por miedo a caerse.
—¿¡Sabes lo que ocurrió!? ¡Ese ikran te eligió aún sabiendo que no tienes un vínculo! ¡Ella es tu hermana espiritual! ¡No hace falta un vínculo para que funcione!
Pero Me'rah estaba lo suficientemente asustada como para saberlo, sin embargo debía intentarlo, al menos nada perdía.
—…Ve a la derecha.—Espetó mirando a la banshee un poco nerviosa.
El vuelo de aquella banshee mejoró y entonces giró a la dirección dicha sin reproche impresionando enseguida a Me'rah, quien se rió y miró a Neteyam que seguía volando a su lado.
—¡Funciona!—Gritó alzando su puño al aire.—¡Funciona, Neteyam!
El mayor solo pudo soltar una risa y adelantar a su amiga que poco a poco aprendía a tomar el ritmo de como volar.
La brisa en su rostro que la besaba mientras el ikran se abría paso entre las montañas le hacían saber que había ganado, que cada esfuerzo había valido la pena y el pequeño chiflido del viento en sus oídos sólo le dejaba escuchar su propia risa.
Estaba hecha para eso.
Abrió sus brazos lista para abrazar el viento en su cuerpo y cerró sus ojos, perdiéndose en las ráfagas de viento que fluían a través de ella como agua.
Los gritos de euforia de Neteyam le hicieron abrir los ojos y toparse con la luz del eclipse y notar que era hora de volver.
Sonrió y admiró una última vez el hermoso eclipse amarillento y casi quiso volar hacia él.
(...)
Luego de la celebración por el logro, abrazos y un par de lagrimas todos volvieron a casa, algunos en sus caballos, otros en los ikran y Norm en uno de los helicópteros. Lo'ak junto a su padre les esperaban cerca al punto de aterrizaje y en cuanto los ikran y el helicóptero por fin tocaron suelo, los orbes claros de Me'rah se dirigieron a Lo'ak, que estaba parado en silencio, en tanto Jake compartía palabras con su esposa.
Era casi palpable y legible en los ojos del menor de los hermanos la tristeza e incluso decepción de sí mismo, porque después de todo, Lo'ak también ha gastado los últimos meses para eso, y ahora, que su oportunidad había pasado, su esfuerzo no había sido suficiente.
Claramente, Lo'ak era el opuesto a Neteyam, la oveja negra de la familia, la decepción, él último en ser tomado en cuenta para cualquier cosa porque mientras Neteyam era el hijo de oro, Lo'ak era esas sobras que tiras a la basura.
El tacto de la palma de su padre sobre su pierna le hizo de repente girarse hacia él, que permanecía en el suelo acariciando su ikran.
—¿Estás bien?—Preguntó un poco preocupado.
—...¿Que? Si, claro...—Fue lo único que articuló mientras bajaba del animal.—Estoy bien, papá.
—...Es lindo.—Soltó admirando el ikran frente a él.
—Lo hiciste genial, mi niña.—De pronto se acercó Neytiri a su lado y alborotó un poco su melena amenamente junto a una pequeña sonrisa de orgullo.
Pero Me'rah sin nada por decir solo sonrió un poco apenada y asintió respetuosamente hacia la mujer.
—Papá, es "ella".—Retomó con una sonrisa la rubia quien vio de reojo como el resto de la familia sully se marchaban cruzando palabras con el pequeño Spider y justo cuando los perdió de vista, volvió a mirar hacia su progenitor.—...Es Increíble...
—A que te refieres, cariño.—Sin prestarle atención, el científico acariciaba la frente del animal.
—...Lo'ak...ojalá lo hubiera logrado...esto solo opacó más su imagen...—Habló un poco cabizbaja.
—No lo sientas.—Norm entonces notando el extraño semblante en la menor, posó su palma sobre su hombro.—Tal vez deberías verlo de otra forma...Esto solo le hace aprender...De la experiencia aprende, no todo es pérdida, Me'rah, él aprenderá...Es terco como su padre, pero también es valiente y resiliente...Además...
La repentina pausa del hombre hizo que la rubia girara en su dirección, curiosa por lo que tuviera que decir.
—No es por él por quien deberías preocuparte ahora mismo.
—A que te refieres...
Entonces su padre tomó una bocanada de aire, preparándose para soltarlo y eso preocupó a la mas baja, que miraba el avatar de su padre con esa notable tristeza en sus ojos.
—...Estaba asustado...De perderte hoy, hay niños que mueren intentando eso, así que si, anoche no podía dormir de pensar que algo pudiera pasarte.—Continuó, evitando lucir preocupado.—...Estoy orgulloso de ti, Me'rah.—Le miró entonces con una sonrisa ladina y sin más, empezó a acercarse al helicóptero para recoger un par de cosas.
La rubia solo lo miraba desde su lugar devolviéndole la sonrisa un poco apagada en tanto acariciaba el lomo del ikran a su lado.
Pero el mayor solo se despidió en silencio con un gesto de su mano y se adentró a la zona con estructuras no muy lejana al actual hogar de los omaticaya.
Justo cuando quedó completamente sola soltó un suspiro un poco cansada y enredó sus dedos entre su melena acomodándola a un lado, miró a aquella banshee y palmeó su lomo.
—Aún no tienes nombre.—Le dijo sonriente y un poco pensativa.—...uhm...¿Martha?
Casi de inmediato el animal sacudió su cabeza descontenta provocando risas en la joven.
—Bien...que tal...Alaska...Papá me contó acerca de eso. Es un lugar de su planeta. ¿Te gusta?—Interpeló notando una notable aprobación.—Bien, Alaska...—Soltó retrocediendo rumbo con el resto del clan.—Mañana nos veremos.
(...)
Luego de caminar unos minutos por el bosque y llegar finalmente, lo primero que notó fue a Spider que se veía pequeño comparado con Neteyam y Lo'ak a su lado.
Jake también estaba allí con ellos e incluso Mo'at hacia compañía.
—Te dije que debías tener cuidado, hermanito.—Opinó Neteyam.
—Tú también caíste de tu ikran.—Intentó defender el humano.
—Si, pero al menos no caí a un acantilado.
El semblante de Lo'ak seguía cabizbajo y su paciencia ya no podía soportar el ambiente y constante recordatorio de su fallo.
—Ese no fue tu camino hoy, niño.—Espetó Mo'at siguiendo a su nieto.
—Papá...¡Realmente lo intenté!—Alegó el menor con esperanza. —¿Al menos puedo intentarlo mañana?
En silencio y curiosa, Me'rah se acercó junto a Spider susurrándole sobre qué hablaban, pero el chico que era más bajo que ella incluso, no pudo responder.
—Podríamos esperar...—Dijo Jake pensativo.—Tal vez una temporada...o dos...
—¿Dos? ¡Pero papá!
—Nada, ahora ve con tu abuela y cámbiate.
Furioso, Lo'ak solo apretó los puños y dio media vuelta demasiado molesto como para decir algo, su abuela le seguía a un paso más lento intentando charlar con él.
La rubia soltó un suspiro, intentando procesar lo que ocurría.
—Oye, papá.—Habló neteyam asegurándose que Lo'ak estuviera lo suficientemente lejos.—Soy muy buen cazador, ¿cierto?
El par de humanos y su padre le miraron confundidos por el repentino halago hacia sí mismo. Definitivamente algo tramaba.
—Si, ¿por qué?
—Estabaaa...pensando que tal vez ya estoy listo para una misión de entrenamiento...En el mundo oscuro.
El mundo oscuro, o como su padre le llama "El espacio" por mucho tiempo había estado en la mente no sólo del mayor de los hijos Sully, también del mismo Jake, que desde hace un tiempo llevaba entrenando en el espacio, los detalles eran pocos, cómo el donde consiguió los equipos para poder sobrevivir en esas adversidades, pero para Me'rah el salir de su planeta no estaba en sus planes así que tampoco estaba interesada en eso, algo que por el contrario, Neteyam si y demasiado.
—Ustedes dos tienen prisa de crecer y al final terminar muertos.—Espetó Jake empezando a caminar dejando atrás a los tres chicos con un poco de desdén.
—¡Pero ya revisé y me queda uno de los trajes VAC, estoy listo para ir!
—Pensaré sobre eso...
Frustrado Neteyam colocó sus manos en su frente, intentando convencer a su padre.
—¡Pero papá-!
—Dije que lo pensaré.—Eso fue lo último que dijo, claro y fuerte, suficiente para dejar el tema atrás y de paso dejar allí a su hijo con varios sentimientos mezclados.
—...¿Que fue eso?—De repente preguntó curiosa Me'rah.—¿El mundo oscuro, Net? ¿Otra vez?
—...Papá aún cree que no estoy listo...sé le nota.—Explicó soltando un suspiro.—Digo, se acaba de ir molesto por qué nombré el tema.
—Bro, tal vez tenga razón.—Agregó spider.—No lo sé...
—Preparado o no, aún somos adolescentes, Net. Permítete serlo un rato...—Dijo la rubia palmeando brevemente su mano sobre el brazo del chico, ya que debido a su altura, no llegaba al hombro de él.
—¿Han visto a Kiri?—Interrumpió entonces el chico mono empezando a caminar mirando alrededor.
—Tal vez con Tuk...o mamá Neytiri.
El rubio de trenzas asintió y acomodando su bolsa de aire emprendió su camino rumbo a Kiri, o a donde sea que estuviera la chica mientras las miradas de Neteyam y Avani lo seguían hasta perderlo de vista.
—A veces se ve gracioso cargando esa bolsita.—Opinó Me'rah agradecida de al menos poder respirar sin complicaciones el aire del planeta.
Neteyam entonces soltó una risa a regañadientes, obligándose a no reírse pero al final haciéndolo.
—Cierto.
—Eso me recuerda...—De pronto la rubia empezó a buscar en sus bolsillos, finalmente sacando un pequeño objeto de él y extendiendo su mano hacia el más alto.—Lo hice ayer.
Sorprendido, el de tez azulada recibió el objeto en su palma, notando que se trataba de un pequeño accesorio para el cabello.
Sonrió de lado y miró un instante a la joven frente a él.
—¿Ayer estuviste tejiendo más de estos como una anciana?—Bromeó el chico mientras acomodaba el pequeño objeto en una de sus trenzas.
—Si, como una anciana mientras tú estabas comiendo como un animal con el resto del clan.—Le siguió Avani empezando a caminar entre los na'vi siendo seguida del mayor de los sully.
—¡Hey! No como cómo un animal, un poco de respeto al próximo líder de este clan, es todo lo que pido.—Exigió fingiendo orgullo.
—Pásame el secreto para comer esas cantidades y no engordar.
—El secreto es ser yo.
—Vaya secreto.
Entonces vieron a Kiri, cruzando palabras con Lo'ak mientras él último un poco más cabizbajo que la chica extendía su mano a él cómo consuelo.
—No te culpes por eso.—Escucharon a Kiri.
—Eso es lo que todos piensan.
—Eso nunca me detuvo.
Neteyam entonces se acercó a ambos, ganándose sus miradas y sin aviso extendió sus brazos, atrapando a Kiri y su hermano en un abrazo.
—Ella tiene razón. —Habló él chico sonriente.—Y tú sigues en una pieza, cuatro dedos.
Lo'ak entonces soltó una risa nasal y Neteyam se alejó de ellos, empezando a caminar con el resto del clan, que celebraba esa noche por quienes habían logrado pasar el inkimaya, incluida Me'rah.
—Bien, andando. No puedo llegar tarde a mi propia fiesta.—Habló la rubia con una sonrisa ladina tomando la delantera del grupo.
—¡No es solo tu fiesta!—Refutaba Kiri siguiéndola rumbo a la fogata comunal y la música que rodeaba la atmósfera.
—¡Claro que lo es!
El sonido poco a poco los envolvía más y la alegría también, la festividad ya estaba llevándose a cabo y con ello la celebración de los nuevos jinetes que ese día habían logrado pasar una fuerte prueba, también los que no y los que esperaban por su momento.
Neytiri traía a su esposo de la mano para disfrutar del momento, siendo seguida por Lo'ak y Neteyam, dejando a Spider y Me'rah caminando rumbo a donde se localizaba Norm junto a varios pequeños na'vis que disfrutaban de su violín y la música que producía junto a la gigante fogata.
Rápidamente Spider siguiendo a la rubia tomaron asiento junto al avatar del científico que sonreía eufórico y, sin dejar a un lado su instrumento codeó a su hija contagiándola de inmediato de la alegría del lugar.
El chico mono también apoyaba con sus palmas los cánticos junto a los pequeños que les gustaba jugar con su cabello, así cómo con Me'rah, haciéndole pequeñas trenzas en su melena rubia.
La sonrisa parecía ser casi imborrable y una pequeña ventisca acarició su rostro haciéndola girar hacia donde la familia más importante del clan, la familia de Jake, rodeados también por varios na'vi disfrutando de la música, incluso Tuk bailaba junto a Kiri y algunos niños.
Lo'ak aún parecía un poco preocupado por lo que había ocurrido ese día, y a su lado estaba sentado Neteyam con una sonrisa impecable y carismática, casi como siempre; él también observaba a su alrededor coreando varias de las alegres canciones hasta que sus orbes dorados encontraron los oscuros de Me'rah y casi al instante la sonrisa de ambos se extendió aún más.
La tristeza no tenía espacio allí, ellos se habían encargado de eso, y el paso a un poco de paz estaba en sus corazones, ferviente, latente y más viva que el fuego, la guerra no estaba en sus planes, las armas no estaban en sus planes, ni tampoco la muerte, por que después de todo ese era el camino na'vi.
La felicidad es tan efímera que si parpadeas puedes perderla de vista...Es algo que descubrí hace poco, y si vives estancado, tal vez jamás conozcas la paz...De eso se trata la vida...De avanzar, de caer, de aprender....
(…)
Con el tiempo Lo'ak había vuelto al ruedo, preparado, con más valentía, más agallas, su fortaleza era envidiable, y así como había caído, se había levantado más fuerte y lo demostró frente al Clan.
No sólo era el hijo del jefe, no solo era un na'vi con cinco dedos, él era parte del pueblo, él era tan capaz como ellos y montando de nuevo ese ikran era la prueba de ello, que tenía la fuerza de antaño, que no tenía miedo y que era capaz de mucho más.
El volar de nuevo y ahora con Lo'ak no era más que un privilegio, la felicidad debías vivirla en el momento, porque luego...luego tendrías que enfrentar el mundo real, él mundo donde la gente muere, donde no todo es risa y alegría.
Se supone que esto es la era de la gran tristeza, y lo és, pero para entender la gran tristeza, también debes entender cuanto hemos perdido...Es como el cáncer...justo cuando crees que puedes superarlo, justo cuando crees que vivirás libre de ese mal...es justo el momento que anuncia tu muerte.
—¡Lo hiciste, Lo'ak!—Gritaba Kiri que volaba junto a Neteyam.
La solicitud a eywa aún seguía en puntos suspensivos y aún seguía buscando alguna señal, alguna pista de que estaba en el camino correcto, de que estaba haciendo las cosas bien, pero jamás llegó. Lo intentaba una y otra vez, jamás se rendía y no pensaba hacerlo, no hasta sentirse digna de su lugar.
Ya había perdido suficiente, y también sabía que ese cáncer volvería y tomaría todo y arrasaría con todo a su paso, porque esto no había acabado y jamás acabaría hasta matar el cáncer.
Solo...Pedía una señal. Oh, Eywa ¿cuál es el precio que debía pagar? ¿Acaso no había dado suficiente? ¿Acaso podría algún día vencer el cáncer o moriría en el intento?
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