CAPÍTULO 18: FREYA DAHL
—— FREYA DAHL ——
Alexander entró en una cafetería, miró a su alrededor, observando a varías personas que estaban allí. Pero de entre todas ellas, hubo una que llamó bastante su atención. Se trataba de una mujer, de pelo rubio y ojos azules, la cuál sonreía al brujo, haciendo que Alexander le devolviera la sonrisa mientras se dirigía a su mesa.
—Te encontré.— Sonrió él, como cuando unos niños juegan al escondite.
—Nunca dudo de la astucia de mis sucesores, Alexander. Pero es vital que hablemos con los dos Alfas verdaderos. Estoy segura de que Rasmus y Søren están, respectivamente, acosando a cada uno.— Habló la bruja con completa autoridad.
—No se si Rasmus acosa o no a Scott, pero mi hermana sí es acosada por Søren. Invade sus visiones para provocar que salga herida.— Al escucharle, la expresión de la rubia cambió.
—¿Visiones? ¿Tu apellido es Miles?— Preguntó Freya asustada.
—No, el mío es Rogers. Pero el de Elara es Miles, mi hermana es adoptada. Y es la última de su linaje. Motivo a añadir por el que Søren la quiere muerta, y va en ventaja. La han intentado quitar el rugido.— Al escucharle Freya soltó un suspiro en señal de frustración, al mismo tiempo que se pasaba las manos por la cara.
—Complicada es la situación de Elara. Demasiado. Hay que ir y hablar, con ambos. Si tu hermana es la única que puede saber cómo matar a Søren, debemos de hacer que lo descubra de inmediato. Él no se detiene, y cada día que pasa, cada vez que está en la mente de tu hermana, es algo que le hace más fuerte.— Explicó la bruja alarmado a Alexander.
—Mi hermana es fuerte. Ha luchado contra muchas cosas. No se va a dejar vencer.— Dijo con certeza él.
—Por mucho que habéis enfrentado, tu hermana es el Alfa de la muerte. Siente el deseo de matar, y sino detenemos a Søren la hará volverse loca, buscará sus puntos débiles. Cuando te ayudo a salir del purgatorio, tenía que enfrentarse a sus miedos y, por experiencia se, que uno o más de ellos, en la realidad, no le ha enfrentado.— Al escucharla, Alexander bajó su mirada. Elara, está vez, era la que necesitaba su ayuda.
***
—¿Entonces quién me acosa en sueños es el primer Alfa verdadero, que lo único que quiere es ayudarme a evitar que su hermano, el primer Alfa de la muerte, me mate?— Preguntó Scott con confusión mientras terminaba de preparar sus equipaciones.
—Podría decirse que sí. De Rasmus no deberías de preocuparte. ¿De Søren? Todos deberíamos de hacerlo.— Murmuró Elara mientras se ponía de pies.
—¿Y lo dices con tanta tranquilidad?— Preguntó el moreno con confusión.
—Bueno, tras mi cabeza también van los Escorpión que intentan matarme para abrir Las puertas.— Comentó Elara con completa tranquilidad.
—¿Una secta que busca abrir el infierno? Creo que es lo más normal que he escuchado en mucho tiempo.— Habló esta vez Stiles apareciendo de la nada.
—¿Secta?— Preguntó Scott confundido.
—Suena como una secta. De día unos ciudadanos ejemplares, de noche buscan la forma de matar a Elara para dejar salir a Lucifer.— Rió Stiles haciendo que su amiga también riera.
—Creo que prefiero a Lucifer que lo que realmente quieren sacar. Pero los Escorpión no son vuestro problema. Es el mío. Y de momento están bastante tranquilos.— Se limitó a decir la morena mientras se dirigían al interior del campo listos para poder entrenar.
***
Tras el entrenamiento, Elara recibió la llamada de su hermano, pidiendo que ella y Scott, solamente ellos, fueran a la clínica veterinaria.
La exigencia que el rubio les había hecho a ambos, no solo les extrañó y confundió, también les puso en alerta en relación con que podía estar pasando algo. La pregunta era ¿el qué? Para ninguno de los dos tenía sentido lo que pasaba, pero también, ambos, sabían que tal vez su exigencia era para proteger al resto de la manada.
—¿Alex que pasa?— Preguntó Scott justamente cuando él y Elara entraban en la parte trasera, viendo allí a Freya, a Deaton y a Alexander. Al ver y reconocer a la bruja, Elara se quedó estática. Sabiendo que el poder de los tres estaba incrementándose.
—Tu eres Freya.— Habló Elara completamente perpleja.
—Y vosotros debéis de ser los nuevos Alfas. Esperaba más, las cosas hay que decirlo. Pero creo que ambos estáis siendo acosados por Rasmus y Søren.— Elara y Scott intercambiaron una mirada confusa.
—Freya está aquí porque cree que puede ayudarnos a detener a Søren. El problema, que ella lo hace para que los tres puedan estar en paz.— Explicó Alexander con tranquilidad.
—Lo que dices de matarlo va en contra de lo que es un Alfa verdadero.— Habló esta vez Scott.
—Y es lo que Søren quiere.— Puntualizó Elara cruzándose de brazos.
—Y lo conseguirá. ¿O acaso no sientes el deseo de matar cuando invade tu mente, cuando luchas por mantenerle lejos de ella? Cada vez que lo haces le fortaleces.— Freya se acercó a Elara quedando frente a ella. —Y él, lo que realmente busca es que evoluciones, que muestres el cien por cien de tu lado de mujer lobo. Y creeme, ya lo ha conseguido.— Sonrió con algo de maldad.
—¿Insinúas que Elara se puede volver un lobo?— Preguntó Deaton entendiendo lo que la antigua bruja pretendía decir.
—No lo insinuó. Lo afirmó. Y no uno de un tamaño normal, los Beskyttende no son normales. Su tamaño, siempre, es colosal. ¿Por qué no nos enseñas tu verdadera cara?— Freya agarró a Elara del cuello, haciendo que los ojos de ambas brillaran. Los de Freya eran del mismo color que Alexander, dorados; mientras que los de la mujer lobo volvieron a su forma bicolor, lo que provocó que Freya la soltará asustada.
—No vuelvas a hacer eso.— Advirtió Alexander a Freya con una expresión de rabia.
—Más os vale que confiéis mutuamente entre vosotros.— Se limitó a decir Freya para después desaparecer.
—Encantadora.— Ironizó Elara haciendo reír a los otros tres.
—¿Rasmus y Søren también podrían hacer esto?— Preguntó Scott con completa confusión.
—Esperemos que no.— Suspiró Deaton con seriedad. —Pero si lo que Freya ha dicho es verdad, Elara tienes que saber cómo matar a Søren.— La aludida asintió mientras miraba de reojo a su hermano.
Aunque Elara fuera la primera que quería ver muerto a Søren, ella se negaba a matarlo. No podía. A pesar de que el deseo de matarlo fuera lo suficientemente grande como para hacerlo, pero debía de encontrar la forma de detenerlo, de evitar que la matará a ella y cualquiera de la manada. Eso era lo que la importaba. Pero la mujer lobo también necesitaba saber el motivo por el que Søren se volvió malo y por el que Freya le quería muerto. Elara sabía que había algo tras toda aquella historia. La pregunta era ¿como iba a descubrirlo? Nadie la iba a ayudar a descubrir un motivo, solo la forma de matarle, pero incluso las criaturas más oscuras tenían que tener un motivo por su oscuridad
Alexander siguió a su hermana fuera de la clínica veterinaria, mientras ambos se subían en el coche que Kiernan le había dejado a su hija.
—Impactante, ¿no crees?— Preguntó Alexander intentando romper el incómodo silencio que se había creado en torno a ellos.
—Supongo.— Respondió Elara con indiferencia, haciendo que el brujo se percatara de que algo la pasaba. —Y antes de que empieces, no me pasa nada. Alex, solo estoy cansada.— Añadió rápidamente mientras relajaba su agarré en el volante.
—Si tú lo crees...— Murmuró él sabiendo que era mentira. —Y si puedes llévame a nuestra casa. Mamá ya está allí.— Elara frunció el ceño.
—No es un lugar seguro.— Le recordó.
—Con un poco de magia, un poco de práctica y un poco de ayuda por parte de Freya, conseguí crear el hechizo que necesitaba. Conseguir restaurar toda la casa, incluso todo aquello que había sido quemado. Me ha costado, pero mamá merece un lugar donde descansar antes de que se vaya.— Elara asintió. Mejor que nadie comprendía la decisión que Minerva había o estaba apunto de tomar, así que no la juzgaba, al contrario admiraba que lo hiciera. Por que eso significaba que ella estaría a salvo.
—Cada día me sorprendes más, Alex.— Sonrió Elara haciendo que él la devolviera la sonrisa.
—¿Crees que el deseo de Freya por matar a Søren tiene segundas intenciones?— Preguntó el brujo con curiosidad.
—Tras las visiones que he tenido y su forma de reaccionar por parte de ella hacía él, yo creo que tras ello hay algo más.— Alexander miró con completa confusión a su hermana, ya que siempre solía tener razón en sus intuiciones, como Stiles.
—A veces te pareces mucho a Stiles.— Comentó sorprendido.
—Y hablando de Stiles, debería de ayudarle. Malia se ha enfadado con él por haberla ocultado que es hija de Peter.— Explicó mientras se detenía en un semáforo.
—Y creo que ninguno seguimos sin procesar esa información. Es decir, ¿como alguien como Peter tiene como hija a alguien como Malia?— Elara soltó una pequeña sonrisa.
—Nadie elige a los padres que les toca.— Le recordó su hermana.
Al llegar hasta su casa, los mellizos observaron que estaba en perfectas condiciones. Ambos se miraron y sonrieron. Finalmente estaban en casa, y está vez no iban a correr el mismo riesgo y peligro que la última vez. No, si querían mantener con vida a su madre.
★★★
Freya ha aparecido. Y estoy emocionada por ello, por que cada vez queda menos para que Søren y Rasmus hagan sus respectivas apariciones.
Estoy demasiado emocionada, por qué prácticamente estoy terminando el FanFic. Y eso es increíble, en parte, por supuesto.
Pero cada vez queda menos para conocer más sobre la historia de Søren, Rasmus y Freya, y creo que os va a sorprender todo. Por qué, de alguna forma la historia de ellos y la de Elara, tiene sus similitudes. Pero no voy a haceros spoiler.
Y puedo decir que YA SE EN QUE CAPÍTULO APARECERÁ EL BENDITO GIF, y eso me hace muy feliz.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Aclaro que no tenía pensado hacer esta semana doble actualización, pero quería publicar ya esté capítulo. Por qué, queda poco para el capítulo de Derek y Elara y, aunque cuando lo leáis, vais a pensar que no es importante, sí lo es. A partir de ese capítulo viene el drama.
Os leo ♥
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