*₊˚✒️୧ 𝐓𝐡𝐞 𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧
Acomodaba el escote de mi vestido, era horriblemente apretado y sentía que se vería algo en cualquier momento.
—Señorita, se ve hermosa–Dijo mi dama de compañía al acomodar la pluma sobre mi cabeza, era algo necesario para todas las debutantes. Bufé.
—Este no es mi atuendo ideal.
—Lo sabemos señorita, pero es necesario–Me recordó otra de las sirvientas. Suspire.
No quería presentarme, sabía porque debía de hacerlo, y la razón lo empeoraba todo.
No quería tener que buscar un esposo porque papá había fallecido. Aún no podía creerlo, mi papá, mi mejor amigo había muerto y no pude hacer nada al respecto.
El verano había acabado, ya no quedaba tiempo que perder.
Alguien tocó la puerta de mi habitación, por lo que todas volteamos, era obvio quien era, la única otra persona que vivía en esta casa.
—Pasa mamá-Le dije. Ella entró reluciente al lugar, sin importar que pasara, ella siempre brillaba, por algo ella había sido la diamente de su temporada. A nadie le sorprendía, ella era hermosa, carismatica y sumamente inteligente, ella había tenido la ventaja de casarse por amor y además, con un visconde amado por todo el mundo y que era casi de su edad.
Ella había sido afortunada, más afortunada que muchas mujeres que entraban en la sociedad y terminaban casadas o con hombres mucho mayores, o con hombres a quienes no amaban.
—Mi niña... te ves tan hermosa.
—Me siento extraña, algo apretada con este córset.-Ella se acercó a mi y tomó mi rostro en sus manos, mirandome a los ojos.
—Es solo por unas horas, estarás bien.-Asentí, aunque realmente no lo creía.
—Lo que no me agrada es que Penelope no estará ahí.
—Ah si... ¿ella como está? Digo, me dijiste que ella y Eloise pelearon antes del verano-Asentí.
No le había contado todo, claro esta. No le había contando el como Eloise había descubierto a Lady Whistledown ni que se había peleado con Pen por esa razón. Mucho menos le había dicho que le había ayudado a Pen a redactar y llevar los manuscritos a la editorial donde se imprimian las copias. Detalles mínimos que se me habían pasado.
—Estará bien, creo.
—Eres la única amiga de esa muchacha, cuidala mucho, este es su tercer año en el mercado y no la ha de tener fácil.
—¿Por qué sería tan malo durar más tiempo del común?-Pregunté mientras acomodaba mis guantes color blanco perla. Era una duda genuina, yo misma esperaba durar un tiempo justo como papá había recomendado para encontrar realmente el amor, y no lanzarme a un matrimonio precipiatado por lo que la sociedad dictaba.
—No es en si malo... pero la sociedad...
—Como siempre, lo que haga una mujer, sea lo que sea, a los ojos de la sociedad estará mal.-Ella me miró con orgullo.
—Eres tan inteligente mi niña-Ella besó mi cabeza y yo trate de quitarme. Las sirvientas soltaron risistas bajas.
—¡Madre!
—Perdona, pero me enorgulleces muchisimo.-Sonreí levemente, me agraba que me dijera cosas así, me hacía sentirme bien, casi como si fuera un perro buscando las sobras de un afecto de madre.-Hay que irnos ya si no deseamos llegar tarde.
Ella se movió por el salón con gracia y elegancia. Suspiré resignada y salí detrás de ella hacia la calle.
Cuando estaba a punto de subirme al carruaje, note cierta conmoción en la casa de enfrente, parecía que había algo interesante para las chicas de ahí, una dejó caer su guante y la persona que estaba con ella lo levantó, un viejo truco.
—¿Disculpe, podría decirme qué ven ahí?-Le pregunté al cochero. Él agudó su visión para lograr responder mi pregunta.
—Es el señor Bridgerton, señorita-Conduje mi vista hacia la casa Bridgerton. No era posible, ahí estaban Benedict, Anthony y Gregory era apenas un niño, a menos que fuera...
—¡Colin!-Grité en forma de saludo. El me miró y sonrió antes de agitar su mano, la agité de vuelta. Las jovenes que se encontraban con él me miraron con algo de odio, pero realmente no me interesó.
—¡Hermione!-Él cruzó la calle y tomó mi mano para depositar un beso en ella, bufé con burla.-Has crecido.
—Tú también, pareces un hombre de treinta.-Ahora él me miró mal. De entre todos los Bridgerton, en sin duda era mi favorito, era más relajado, podías hablar con él por cualquier cosa, era tranquilo.
—No digas eso que me lo creeré.
—Ve a saludar a tu familia antes de que tus nuevas admiradoras me maten.-Murmuré lo suficientemente fuerte para que él escuchara, miró hacia atrás, dandonse cuenta de que no mentía.-¿Luego me contarás sobre tus viajes?
—A ti y a Penelope, ¿Dónde está ella, en mi casa? Tengo que hablar con ella con urgencia, no respondió a mis cartas.-Alzó la vista hacía la casa vecina, la casa de los Featherington, la cuál estaba llena por tener a dos de tres hermanas ya casadas y aún sin mudarse. Penelope lo odiaba.
—Si, parece que no conoces la historia... después te cuento, ve a tu casa que yo tengo que irme.-Él pareció notar por primera vez como estaba arreglada.
—Ay no... ¿tendrás que debutar esta temporada?
—Así es, y ya voy tarde igual que Francesca, así que ve.
—Suerte al competir contra una Bridgerton, la necesitarás-Él bromeó antes de cruzar la calle e irse a su casa, donde ya lo esperaba su familia. Saludé a Eloise de lejos, pero ella solo se limitó a sonreír bajo. A ella no le había parecido el que me pusiera del lado de Penelope, y a mi no me había parecido que se hiciera amiga de Cressida, así que las dos estabamos a mano de cierta forma retorcida.
Subí al carruaje y el cochero cerró la puerta tras de mí, mamá volteó a verme con una sonrisa.
—¿Qué sucede?-El vehículo empezó con su movimiento, acercandose cada vez más a su fin, o al mío.
—Ese chico Bridgerton... se ha vuelto muy apuesto.
—Algo así.
—¿No te interesaría estar con él? Digo, se nota que se llevan bien, además que ser un Bridgerton no es cualquier cosa, es una muy buena familia.
—No mamá, nunca podría estar con Colin, es un amigo. Además, sabes que Penelope ha sentido algo por él desde que éramos niñas.
—Oh cierto, siempre metida en esa casa solo para poder verlo... es romántico si lo piensas, ahora desearía que ellos dos estuvieran juntos.
—Creo que ella lo desea tanto como tu mamá.
—¿Él no lo desea?
—Él ve a Penelope más como una amiga.
—Entonces debes de ayudarla para que él la vea mejor, para que se fije en ella.
—Lo intentaré, pero primero creo que necesito saber si Penelope desea mi ayuda.
—Bueno, en eso tienes razón, pero creo que ella apreciará bien tener una amiga con ella.
—Y soy su amiga.
—Cambiando de tema, si no deseas que te corteje ese Bridgerton, ¿por qué no el segundo? Benedict.
Pensé en él, en las historias que Eloise me había contado, sus noches fuera, su lado artístico, su vida y el como se movía en ella, con múltiples amantes. No, él no estaba listo para el matrimonio, aunque pensandolo así, yo tampoco lo estaba, pero creo que ahí acababan nuestras similitudes, realmente nunca hablé lo suficiente con él, tal vez porque Eloise no lo había permitido.
—No lo creo, él no está listo para el compromiso.
—Bueno, en eso tienes razón.
Poco tiempo después llegamos al castillo, abrieron la puerta para mí y tomé la mano que se me ofrecía para lograr bajar con precaución, tratando de no tropezar con el vestido largo.
Mamá enredó su brazo con el mío cuando subiamos las escaleras de la entrada y lo agradecí ya que ella me proporcionaba equilibrio. Nos dirigieron a donde estaban las demás debutantes, cuando vimos a las Bridgerton, nos acercamos a ellas sin pensar.
—Violet-Se alegró mamá al verla, y lady Bridgerton se alegró de ver a mamá. Ambas se abrazaron y yo me acerque a Francesca.
—¿Lista para que esto termine?-Susurré para ella.
—Más lista que tú.
—¿Apuestas?-Reímos ambas.
—Hermione, te ves absolutamente deslumbrante con el vestido y las plumas-Me alagó.
—Muchas gracias lady Bridgerton.
—Oh no soy más lady Bridgerton querida.-Me recordó y se pusó en una postura más cómoda, colocando su brazo sobre su estómago.
—Oh cierto, ¿Cómo van los recién casados?-Cuestioné con delicadeza.
—Ellos están bien querida, gracias por preguntar, acaban de regresar de su luna de miel.
—¿Y aún no esperan un heredo Bridgerton?-Preguntó mamá.
—Tristemente aún no.
—Señoras, es hora.-Avisó un sirviente de la reina y se abrieron las puertas.
Solo espero no ser la primera, repetía en mi mente.
—Señorita Hermione D'Amore, presentada por su madre, la muy hermosa y honorable, lady Leora D'Amore.
Ambas nos miramos nerviosas. Las puertas se abrieron, relajé mis manos antes de avanzar. Miré a la reina, como si no me diera miedo su prescencia, cuando era todo lo contrario. Caminé hasta quedar frente a ella y me incliné levemente, lo suficiente para que fuera aceptable.
—Tú eres la hermana de Lottie, ¿No es así?-Fue lo primero que dijo su majestad. Traté de no hacer una mueca de desagrado.
—Así es.
—No espero menos de ti-No soltó nada más, por lo que lo tomamos como una señal para irnos.
No fue como lo esperaba, no creía que me compararía con mi hermana, pero al menos no había sido humillada con su indiferencia y silencio, como si lo fueron las debutantes que siguieron después de mí.
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