.

Las clases habían terminado y por justo lo mismo, no habría nadie en su salon de clases pero de igual manera, estaba rogando porque alguien llegara y me ayudara a salir de esta situación tan incómoda. 

- ¿qué pasa? - me crucé de brazos y el me muestra del cajón de su escritorio un regalo envuelto. - no tenías porque darme nada.

- en mi defensa, yo ya lo tenía guardado de hace tiempo. - gracias por hacer un momento bonito hacerse uno ordinario. - pero fue comprado pensando en ti y por ello quiero dártelo. - se acerca mas a mi y lo tomó de mala gana. 

Lo abrí porque la curiosidad me estaba ganando y era un suéter. 

- gracias. - dije levantando ambos hombros. - esta bonito. - ¿qué mas podría decir? 

- lo hice para ti. - y en ese momento, mis cejas se relajan y lo ven con asombro. - estuve practicando, lamento si esta medio grande pero alguna vez me comentaste que adorabas usarlos de esa manera y se que ahora hace calor pero igual puedes usarlo en el invierno y...

- wow gracias, Remus. Te quedó en verdad bastante bien. - dije mientras lo analizaba. - mucho mejor que mi primer intento. - reí y el por igual. Me di cuenta de ello y por eso de nuevo mostré mi rostro serio. - bueno, muchas gracias por el detalle. Ahora... voy a salir.

- ¿realmente me odias? o este es un "te odio" como cuando apenas empezó el ciclo escolar.

- ¿qué? 

- si, cuando apenas entré a Hogwarts como profesor, tu me dijiste que me odiabas y que detestabas el que yo siempre estuviera cerca tuyo y que no te agradaba. Pero ahora, en serio me odias o sigue siendo un mismo tipo de odio.

- es una pregunta muy estúpida. - dije con mucho enojo. - te odio y punto, no hay trasfondo en ello. No se que sentimiento esperabas que tuviera.

- Meredith, me mata como no tienes una maldita idea el que me miras con desprecio. - se acerca a mi rápido y me toma de los hombros. - lo peor que he vivido o sentido es debido a ti.

- ¿cómo es esto mi culpa? - le grité molesta. - ¡cada mal sentimiento que yo he sentido es por igual tu culpa! Cada vez que corro a llorar o que quiero gritar del coraje. Cada una de esas veces ha sido tu maldita culpa. - lo empujé molesta. - yo jamás te he hecho nada malo, Remus.

- no tienes que hacer nada malo porque solo el tenerte lejos es mas que suficiente.

- no puedes decirme eso. - estaba en serio muy molesta con esta conversación. - no, estás siendo injusto. Tu fuiste el que me alejaste de tu vida.

- ¡si pero no porque dejara de amarte! - me grita ahora el y lo miré con asombro. No esperaba esa confesión, no cuando hace meses me dijo que sus sentimientos habían cambiado. - cada decisión que he tomado ha sido con la intención de que tu estés bien.

- ¿cómo el que tu estés con alguien mas me hace estar bien, Remus? - empezaron a llorar mis ojos. - ¿cómo crees que me siento cuando se que estas siendo pareja de la persona que amas y que es la mas importante para ti?

- la persona que mas amo y que es dueña por siempre de mi corazón eres tu. - se acerca de nuevo y me toma del rostro delicadamente con sus manos. - todo lo que deseo terriblemente es poder volver a estar a tu lado. - cerré los ojos y contuve las ganas de llorar. El me susurraba todo esto mientras sus labios estaban de lo mas cerca de los míos pero nunca pegados. - volver a oírte reír debido a algo que dije, tenerte entre mis brazos... besarte... - abrí los ojos en ese momento y vi como el no dejaba de ver a mis labios. - el que seas mía... 

- ¿por qué estás con ella, entonces? - dije tomando por igual de sus manos, las cuales ya estaban acomodadas sobre mis mejillas. - ¿por qué terminaste lo nuestro?

- era lo mejor. - dice el por igual con los ojos llorosos. - creí que podría olvidarte, creí que podía alejarme de ti pero no pude.

- ¿por qué alejarte de mi?

- Meredith, tu no mereces estar con alguien quien tenga un hijo con alguien mas. No creo que alguna vez te visualizaras teniendo esa vida. - es cierto, creo que jamas me hubiera imaginado el que tendría que estar en esta situación. - creí que era lo mejor para todos y tampoco quiero que mi hijo crezca sin un padre.

- yo lo sé. - asentí con la cabeza. - por ello he intentado de hacerme creer que fue la mejor decisión y que tu lugar es con ella. - no dice nada y solo baja la mirada. - entonces... aún me amas.

- nunca dejé de hacerlo. - lentamente voltea a verme con esa mirada triste. - ¿tú?

Caminé hacia donde el estaba y le iba a dar una cachetada pero el me detiene la mano. Lo miré molesta y seguí forzando la mano para en serio hacerlo cuando me besa. Al final del día, esto er algo que yo quería. Algo que yo deseaba. No importaba cuanto tiempo había pasado, yo amaba a Remus y lo seguía extrañando como una loca. Necesitaba tenerlo cerca mio. No podía expresar lo mucho que lo extrañaba y que lo quería a mi lado. Ambos empezamos a besarnos con tanta desesperación que no hubo ningún momento romántico en esto. Solo dos personas muriendo del deseo y de la desesperación de poder tener cerca a la otra persona y de revivir esos momentos. 

Remus me toma de la cintura y me pega por completo a su cuerpo, abrazándome y no quitándome de su lado. Coloqué mis manos sobre su cuello y las terminé recargando en su pecho. 

- tampoco nunca dejé de hacerlo. - admití y ante ello el me besó con mas emoción. El ocupaba escuchar eso pero yo por igual necesitaba lo mismo. - dime que me amas.

- te amo como no tienes una maldita idea. - dice con la voz rasposa y con sus labios sobre mi cuello, mientras que con la otra mano me lo tomaba con fuerza. - te adoro, te quiero, lo que sea. Todo lo que sea posible.

Me carga de un impulso y me sienta sobre el escritorio y cuando me abre de piernas y empieza a acariciarlas, se detiene.

- por favor no te detengas. - lo jalé de nuevo hacia a mi y empecé a besarlo ahora yo pero se hace a un lado. - dime que no lo estas haciendo de nuevo.

- no puedo... - dice apenado y cubriéndose el rostro. - no puedo hacerte esto.

- ¿hacerme qué? me acabas de decir que me amas y que quieres estar conmigo... ¿qué nos va a detener ahora?

- Theodore esta por nacer en semanas. 

- por favor sigamos llamándolo feto. - dije mientras me bajaba de la mesa y lo miraba molesta. - puedes tener a tu hijo y tenerme a mi, Remus.

- no es lo justo, no para ti, no para nadie.

- ¿realmente vamos a hacer esto? - el suspira hondo y termina acercándose a mi para darme un beso sobre la frente. - no tienes porque ser infeliz, Remus. Es estúpido todo esto. 

- tengo que irme, lo siento. - lo miré confundida y vi como este se retiraba de lo mas preocupado. 

Entiendo su sentimiento pero no veo porque tendría que seguir preocupándose por lo que pueda a llegar a pasarle a su hijo si esta conmigo. No hay problema alguno. ¿O será que ella le dijo que si no esta con el no podrá ver a su hijo? No tengo ni la mas mínima idea. Pero ahora se que Remus me ama aun y que todo este tiempo ha sido así. Juro que llegué a pensar que no y que me odiaba ahora y que no quería saber nada de mi pero en efecto es todo lo contrario.

Ahora realmente no se que hacer. 

O quizás si.

...

Al día siguiente acudí a clase y para ser mas exacta, a clase con el. Estuve todo el tiempo viéndolo apropósito, esperando que me volteara a ver pero en ningún momento lo hizo. Lo conozco bien y ahora el se iba a enfocar en evitarme. No es la primera vez que le da miedo expresar sus sentimientos. 

Fue por eso que en cuanto se terminó la clase, esperé a que todos se fueran y fui a su escritorio para hablar con el. 

- hola. - me dice mientras voltea a ver hacia la puerta. Supongo para ver que nadie nos viera. 

- hola. - sonreí. - por favor, no puedes ser tan experto en enterrar el pasado. Me consta a mi que no es así.

- no entierro el pasado, solo trato de hacer lo correcto. - puse los ojos en blanco ante ello. - ¿tienes alguna duda con la clase?

- um... - saqué mi libreta y la coloqué sobre su escritorio. - a decir verdad, si. - lo siguiente que hice fue sentarme sobre sus piernas con la vista hacia la libreta. 

- Meredith... - dice mientras hace la cabeza hacia atrás, un poco harto de la situación pero se que por igual disfrutando la. 

- me preguntaste que si tenía una duda. Esta es. En clase mencionaste que los hechizos contra criaturas mágicas podría llegar a ser un delito ¿no es así? - voltee un poco la cabeza para voltear a verlo y este estaba mordiéndose el labio inferior. - okay, entonces... ¿qué pasa si ocupas defenderte?

- bueno, supongo que depende con que propósito lo hagas, si es para defenderte... - me apoyé aun mas para que mi trasero quedara por completo pegado a su regazo y el de inmediato apoya sus manos sobre mis caderas. - no creo que haya... problema... 

- supongo. - repetí y sentí en ese momento, su miembro duro bajo mi falda. Tengo que admitir, el no era el unico disfrutando esto. - ¿crees que traigo la falda demasiado corta?

- basta. 

- ¿por? - voltee para verlo a los ojos y el me toma del mentón bruscamente para besarme pero me quité. - ¿me quieres? - el asiente con la cabeza y se vuelve a acercar pero de nuevo me quito.

- mas que a nada o a nadie en este mundo y estás haciendo todo mas difícil. 

- estemos juntos. - me puse de pie para poder verlo cara a cara y la tomé entre mis manos. - amemos nos, olvidemos nos de todo. Quédate conmigo.

- ¿es lo que quieres?

- debes ser un completo tonto para no saber que si es eso lo que quiero. - me sonríe y me termina robando el beso. - ¿es lo que tu quieres? - levanta ambos hombros y se que hizo eso para molestarme. - no lo sabes entonces.

- las cosas quizás no estén del todo a mi favor pero creo que de alguna manera están funcionando y... - me coloqué debajo de su escritorio y empecé a desabrochar de su pantalón. - tienes que salir de ahí.

- ¿por qué así lo quieres?

- porque no quiero que estés en problemas por mi culpa. Si alguien llegara a verte... - deja de hablar una vez que empiezo a chupar de su miembro. Empiezo a hacerlo lentamente y es que de alguna manera disfrutaba ver como cerraba los ojos con fuerza y como apretaba de su labio inferior. Enrollo la lengua alrededor de el. -maldita sea, Mer.

- hey hola ¿vamos a almorzar? - en cuanto escucho esa voz, se perfectamente que es ella y me siento algo culpable. Pero luego recordé que el me ha dicho que no siente nada por ella y que tampoco están juntos y que realmente es por el bebé. De igual manera, seguí chupando y ahora mas rápido. Inclusive pude sentir como se estremeció. - ¿todo bien?

- todo de maravilla. - dice con la voz nerviosa. - ¿te veo en el gran comedor?

- ¿seguro que estás bien?

- estoy en el paraíso. - el dice y sonreí ante ello. Solo escucho pisadas de cuando ella se retira y una vez que Remus por igual termina, me pongo de pie y volteo hacia la puerta para ver si ella se ha ido pero ni tiempo tengo de voltear cuando Remus ya me ha tomado de la cintura y me acerca a el para seguir besandome. 

- creí que querías que me detuviera.

- cállate. - pero es el realmente quien me calla con un beso.