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Después de tan solo tres vasos de ron me sentía de lo mas ebria. No se si uno solo pueda decir eso pero era evidente por lo mareada que me sentía y como todo me causaba gracia. Pero en serio la estaba pasando muy bien, estuve baile y baile con las chicas y platicando con todos en la sala común. Hasta que dieron las doce y media y Raquel creyó que era buena idea que fuera yo quien saliera para buscar a Remus. Le dije que no quería pero de igual manera, ella me empujó fuera para que pasara los pasillos y como es el quien los vigila, entonces se daría cuenta de la dichosa fiesta y vendría. 

Pero eso no es justo, porque eso significaría que me iban a regañar a mi y ellas iban a quedar como las lindas personas ante los ojos de el. Es por eso, que iba a evitarlo, mejor, iba a la fiesta de Chuck y de igual manera la iba a pasar bien. En fin, si estoy invitada, me se la contraseña que tengo que decir para entrar a su sala común en la torre de Gryffindor.

Solo que para ello, yo tenía que subir las escaleras que se mueven y... creo poder. Solo tengo que sostenerme bien. Si, si se puede. Apoyé un pie y luego otro y me abracé del barandal de las escaleras. Esta se empieza a mover y tan solo de asomar la cabeza hacia abajo, me dio miedo el caerme y preferí tirarme sobre las escaleras y esperar a que mejor estas regresaran a su lugar. 

Odio estas escaleras ¿Qué pasa si un estudiante tiene vértigo? ¿Cómo llegarían a su sala común? esto es estúpido. 

- ¿Mer? - era la voz de Remus, demonios. Voltee a verlo y sonreí esperando que no sospechara nada pero era tonto el intentarlo. - ¿Qué rayos haces aquí a estas horas?

- yo iba... al baño.

- tienes uno en tu dormitorio, no solo eso sino que también en tu sala común. - el se acerca y me toma de las manos para poder ayudarme a ponerme de pie.- sabes que no puedes estar fuera de los dormitorios en estas horas.

- si, lo sé bien ¿y sabes por qué? porque Judy y Raquel quieren que vayas a detener su fiesta en nuestra sala común.

- no solo estas fuera en horarios indebidos, sino que estas ebria...

- solo un poco.

- y también hicieron una fiesta.

- yo no lo hice. - reí nerviosa y tomando de mi mano me ayuda a bajar de las escaleras para regresarme a mi sala común. - puedes bajarnos puntos, esta bien, pero por favor no le digas a Snape, el me odia y...

- Snape odia a todos.

- en serio Remus, necesito que me ayudes. Por favor. - el se queda pensando si hacerlo o no, y siento como estoy por vomitar pero el me detiene poniendo su mano en mi boca.

- salgamos de aquí. - me toma de los hombros y me guía hacia... realmente no se hacia donde pero genuinamente me sentía tan mal que no podía ni caminar. 

Llegamos a su oficina y la veo para admirarla, nunca antes había estado aquí. Bueno, alguna vez fui a la de el profesor Snape pero fue cuando nos regañó a Judy y a mi y nos pidió limpiarla. Pero se bien que los profesores por igual duermen aquí, tan solo en un cuarto atrás de su oficina, que es a donde creo que voy ya que el abre su puerta y veo su cama y demasiados pero demasiados libros. 

Me senté en la orilla de la cama y me recosté dejando mi espalda caer hacia atrás.

- en lo que se te baja, puedes estar aquí para que Snape no te vea por los pasillos. - el toma un vaso con agua y me lo trae.

- no tengo sed.

- solo tómalo, te vas a sentir mejor.- se sienta a un lado mío y veo que también me muestra una barra de chocolate, yo con mucha emoción, la tomó. - ¿vas a explicarme por qué te encuentras en estas condiciones un martes en la noche?

- es todo muy complicado de hecho. - me reí pero el no. - jamás había estado en la habitación de un profesor, wow. Aunque bueno, no te veo como uno, te veo mas como un amigo, bueno, eso a veces, a veces como una persona molesta, luego como el tipo que acosa a mi madre y luego como un chico lindo y... - el me detiene de nuevo colocando su mano en mi boca.

- hablas demasiado rápido. - me quedo viendo de sus ojos, de sus lindos ojos marrones. Y es que, los ojos no son lindos por su color, a veces, pero en el caso de el es que tiene una mirada de lo mas atractiva. Entrecierra los ojos la mayoría del tiempo y siempre me mira directo a los míos por ende, es el contacto visual mas difícil la mayoría del tiempo. - ¿chico lindo?

- ¿prefieres que te diga señor? - dije una vez que quitó su mano de mis labios.

- acabo de cumplir treinta años, hace un año estaba aún en mis veintitantos así que...

- señor, entonces. - me reí y el por igual. - nah, creo que eres demasiado joven, para empezar, para estar dando clases aquí. Es demasiado aburrido ¿por qué lo harías?

- adoro Hogwarts. - levanta ambos hombros. - fue un lugar muy bueno para mi y pasé los mejores años de mi vida rodeado de mis mejores amigos.

- yo solo cuento los días para graduarme, en eso pensamos diferente. - me volví a recostar sobre la cama.

- ¿te sientes mejor?- no dije nada y tan solo me quedé pensando. - ¿quién hizo la fiesta?

- Judy y Raquel.

- ¿quién te dio de tomar?

- Judy y Raquel-

- ¿has pensado que no son exactamente las mejores personas para tener en tu vida? - voltee a verlo. - quiero decir, se que no es tu primera fiesta y me consta pero te hacen tomar muchas malas decisiones.

- no todo el mundo es Remus Lupin, la persona mas linda y amable del mundo. - el se recuesta a un lado mío y por igual voltea a verme. - descuida, mañana voy a estar tan sobria que volveré a odiarte. No te acostumbres a este lado blando mio.

- ¿me odias? - asentí con la cabeza. - ¿por qué? literalmente te estoy ayudando a que no te regañen ni te bajen puntos.

- no puedes ser tan perfecto. - el ríe ante eso. - lo digo en serio, tienes que tener un defecto, todos lo tenemos.

- tengo muchos defectos. - dice suspirando hondo y pasando su mano por su cicatriz en la mejilla. - en cambio tu, no puedo pensar en uno.

- dijiste que era una persona odiosa, mimada, creída e insorpotable.

- cierto, dije eso. - voltea la vista al techo de nuevo y ríe.- digamos que te lo merecías, no estas acostumbrada a que te digan cosas malas.

- no tiene porque haber personas que me digan cosas malas. - me crucé de brazos. 

- bueno, tu me las dijiste, era mi forma de vengarme. - lo empujé a un lado y luego el a mi y luego yo a el y termina deteniendo de mis manos y nos miramos tan solo. 

Opté por sonreírle pero estaba mas que nada nerviosa y con el corazón latiendo tan rápido que no podía de lo inquieta que me encontraba. En estos momentos, puedo decir que culpo al alcohol.

- me gustan tus ojos. - fue lo único que dije y me acerqué mas a el, quien en cambio, no dejaba de ver mis labios. 

- me gustan los tuyos. - levanta la mirada para verme y levemente sonríe pero vuelve a enfocarse en mis labios. Ambos nos cercamos mas, lo suficiente como para poder sentir su aliento tan de cerca y cerré los ojos esperando recibir un beso pero fue este quién suelta de mis manos y se pone de pie. Aproveché eso y me distraje tomando de mi barra de chocolate y la probé.

- oye Meredith si quieres puedes dormir aquí y yo en mi oficina para que Snape no te vea. - me levanté un poco para poder verlo.- sería todo mas fácil con la capa de James. 

- ¿capa?

- voy a salir. Puedes hacer lo que quieras, descansa. Mañana te vas a tu dormitorio lo mas pronto posible. - no dice nada mas y se va. Literalmente se va y cierra la puerta.

Quizás estaba ebria pero sabía bien que pasaba y que sentía yo. Estábamos por besarnos y el se quitó. Es obvio, el no gusta de mi ni nada por el estilo pero es extraño toda la secuencia de nuestras acciones el día de hoy. Pero era claro que no podía regresar ahora a mi dormitorio así que... hice caso y me dormí.

...

Al día siguiente, salí esperando verlo para agradecerle por ayudarme anoche pero ya no estaba y supongo que se fue a desayunar. Aproveché el que todos se encontraban en el gran comedor y subí a bañarme lo mas rápido posible y me puse mi uniforme. Luego regresé al gran comedor con una terrible resaca pero nada que un poco de comida no pueda ayudar. 

Vi a Remus en la mesa de los profesores, de nuevo risa y risa con Nora y puse los ojos en blanco. Vaya que por eso se fue lo mas temprano posible. Lo ignoré y fui a tomar asiento a un lado de mis amigas. Bueno, de ellas.

- ¿por qué nunca llegaste con el profesor Lupin? - Raquel me dice en voz baja. - nos quedamos esperando.

"Estaba muy ocupada durmiendo en su cama" pensé en decirle tan solo para hacerla enojar pero al yo hacer eso, tan solo arruinaría todo.

- me sentía muy mal y terminé durmiendo con Chuck. - mentira, pero espero que Chuck y ellas no tengan esta conversación nunca. - no puede ser que me hayan dejado salir así de ebria.

- pues, ese era el plan.

- estoy harta de ser su conejillo de indias, entonces. - ya me estaba empezando a molestar. - ¿quieren enamorarlo? perfecto, hagan todo lo que quieran pero no me involucren a mi.

- no es tan difícil hacer algo por tus amigas.- Judy me regaña. - ¿Qué pasa contigo últimamente? 

-  estoy harta de esa pregunta. - me puse de pie y tomé de mis cosas. - las veo luego.

- ¿a donde vas?

- voy a comer con... - voltee a la mesa de Gryffindor y vi que Chuck estaba sentado con su equipo de quidditch y no me apetecía estar lidiando con puro hombre hablando de deportes. - con una amiga.

Las dos me miran de lo mas sorprendidas y voy a tomar asiento enfrente de Sarah Longbottom. Ella se sorprende al verme, y claro no la culpo, no se esperaría que nos viéramos en un horario que no fuera el de la merienda.

- ¿no vas a desayunar con tus amigas? - ella me pregunta y voltea a verlas.

- espero y no te moleste pero preferiría comer contigo. - ella sonríe ante ello.

- no todos los días la chica mas popular de Slytherin decide venir con una persona tan aburrida como yo. 

- no digas eso de ti, ni de mi. - aclaré y probé de mi plato con avena. - no lo soy.

- lo eres. 

- ¿quieres ver el avance de mi suéter? - le dije para cambiarle el tema de conversación y le mostré la tela color rojo oscuro. - creo que va bien.

- aprendes rápido. - reímos juntas.

...

Iba acabando la tarde, y las clases, y pude por fin encontrarme con Remus en un momento donde el no estuviera como siempre con la enfermera, ni yo con Raquel y Judy molestando todo el tiempo. Era en los pasillos, por ende, no había nadie prestando atención a nuestra conversación y me animé a hablarle.

- muchas gracias por anoche. - el voltea a ver a todos lados en busca de que alguien este al tanto de nuestra plática. - fuiste... bastante comprensible con la situación, gracias. 

- se que Cassie hubiera querido que te ayudara. - ¿en serio? ¿era necesario mencionarla? - no fue nada.

- claro, por ella. - hice una mueca. - bueno um... no volverá a pasar. - aclaré.

- espero. - el sonríe pero yo no. - ten una buena tarde, Mer.

- adiós profesor. - y los dos nos cruzamos tan solo sin decirnos nada mas.

Supongo que haríamos como si nada hubiera pasado realmente y supongo que esta bien.