Mar se encontraba en una tienda donde preparan jugos y demás cosas con base de fruta, este se había convertido en su lugar favorito pues ademas de ser muy delicioso, no había nadie quien la molestara...

-Marlene Depay!- Maxence Caqueret y Hugo Vogel llegan a sentarse en la misma mesa.

-Venimos a hablar- dice Hugo.

-Ahh... y pensar que me libraria de ustedes...- suspira Mar.

-Hey! No somos tan malas personas!- se queja Max.

-Nope. Pero si son fastidiosos e insoportables- recalca Mar. -En especial tu, Caqueret.

-Yo...?

-Si! No dejas respirar a la pobre de mi amiga!

-De eso vengo a hablar- revela Max -Algo pasó con nuestros padres- confiesa cambiando su tono de voz -La verdad no se cómo decírselo a Lizzy porque sé que no me creerá

-A ver, dilo.

Max se toma su tiempo -El padre de Liz engañó a mi mamá. Por lo que los dos ya están en los tramites del divorcio. Si mal no recuerdo, mi mamá dijo que él ya llevaba haciendo esto por un tiempo, solo que mi mamá se negaba a creerlo- revela decaído.

-Woah... Max... yo... cuanto hace que sabes esto?

-Solo un mes.

-Un mes?! Y nunca se te ocurrió decirle a Liz?!- regaña Mar.

-Hey! Ya te dije por qué!

-Max! Con eso no se juega. Independientemente de que Liz te crea o no, ella merece saber, ya estará en su disposición si darte la razón o buscar pruebas. Max, debes decírselo!- insiste Mar.

-Esperaba que tu se lo dijeras.

-Yo no puedo hacer esto. No es mi responsabilidad ni tampoco quiero meterme en sus problemas familiares porque no me corresponde.

-Ella solo pensará que tomaré esto como una excusa para pedirle una cita.

-Hablas enserio cuando mencionas tus sentimientos por Liz?

-Liz y yo nos conocemos desde primaria. Ella me gustó la primera vez que la vi y por lo que decían sus amigas también le gusté. Una vez en preparatoria que me le iba a declarar nos golpea la maravillosa noticia de que nuestros padres se iban a casar- cuenta Max su pasado y Hugo le da leves palmadas en su espalda.

Mar desconocía de aquella información pues Liz ocultaba su pasado, y esta era una buena razón, la francesa aún siente algo por Max -Mira, Max, te ayudaré con Liz, solo le insistiré a que vaya contigo y hablen. Es todo!- acuerda la neerlandesa.

-Gracias, Mar!! Sabía que podía contar contigo!- comenta Max alegre.

-Y tu, Vogel? Vienes a hablar acerca de Vianey?

-Le quiero pedir que seamos pareja, pero cada que intento, ella evade el tema- reclama el chico de apenas 17 años.

-Cómo la conociste?

-Ella fue quien me cuidaba cuando tenia 10 años. Nuestros padres eran amigos y...

-Te enamoraste- termina Mar -Es cliché.

-Eso no significa que no sea real- dice Hugo.

-Estas consciente que ella es mayor por cinco años, verdad?

-Para el amor no hay edad- reclama Hugo.

-Se nota que de verdad la quieres.

-Y sé que ella también! Pero se hace la difícil.

-Por lo que sé es que tus padres no la aceptarían...

-Qué? Claro que no. Mis padres les agrada Vianey! Siento que es más bien que ella se avergüenza de mi- dice decepcionado.

-Será mejor que olvides esos pensamientos. Los dos estuvieron juntos en la fiesta de Lucas y se nota que Vianey te quiere. Solo te pido que pienses en una cosa: salir con una persona menor que tu no es fácil- resalta Mar.

-Tienes razón, Mar. He sido algo insistente con ella. Quizá sea lo mejor darle su espacio- entiende Hugo.

-Intenta ser menos desesperado, ok?- pide Mar.

-Gracias, Mar! Y es por esto que mereces un premio!- decía Max.

-Ahhh... ok...?

-Espera, viene en camino- avisa Max buscando con su mirada -Oh! Houss!!! Por aquí!!- hace señas y el francés se acerca.

-Le hablaste a Houssem?!- pregunta la holandesa nerviosa.

-Te ves bien! Para el Aouar siempre estas bonita según como nos dice- revela Hugo provocando sonrojar a Mar.

-Hola, Mar. Hey chicos- saluda el numero 8 del Lyon.

-Nos vamos. Solo venimos por unos consejos de Mar y le dimos un premio- señala Maxence mientras Mar se cubre la cara.

-Eso y ayudamos al Aouar con eso de las citas. Es lo bastante marica para pedirte que salgas con él- agrega Hugo burlón y así es como los dos se van.

-Idiotas- bufa Houssem mientras se sienta frente a la morena.

-Concuerdo contigo- ambos ríen de los nervios. -Pero bueno, conocí sus lados más sensibles que nunca pensé que tendrían.

-Me imagino que tiene que ver con Lizbeth y Vianey?- pregunta Houssem.

-Oof! Ni te digo- comenta Mar.

-Aunque no lo creas, algunos franceses tienen problemas en el amor y solo hace falta darles un empujón- revela Houssem.

-Haha, me quedó más que claro- le da un trago a su jugo. -Tu no eres la excepción- Al término de esa frase, los dos desvían la mirada apenados -Lo siento. Yo no quise... digo! La verdad ni se si tu...

-No no! Supongo que estos tienen razón- suelta Aouar.

-O sea que tu...?- Mar empezaba a ilusionarse.

-Aquí esta su cuenta. Sin prisas- el mesero los interrumpe y era alivio para ambos.

Houssem le arrebata la cuenta y es él quien paga -Yo lo pago- afirma y en eso se levanta a ir a pagar.

Mar ya no lo podía ocultar más, estaba más claro que el agua lo que sentía por el francés. Mientras más te conozco, más me quiero contigo, pensaba Mar.

-Listo. Te puedo llevar a tu casa- ofrece Houssem sonriente.

Solo con esa sonrisa quiero quedarme una vida.

-Ok- acepta Mar y ambos se suben al auto llegando hasta la casa con el cielo oscuro.

Aouar se estaciona en el parque -Hemos llegado a su casa señorita- intenta bromear.

Mar ríe de la ternura -Eso qué fue?- el francés suspira.

-Yo... no lo sé. Se me escapó- se disculpa.

Ella termina de reírse clavando su mirada en los ojos cafés de Houssem -Eres muy adorable...

Aquello lo tomó por sorpresa pues no recuerda haber oido a Mar expresarse de esa manera -Woah...

Mar sacude la cabeza -Digo! Adorable conmigo! O sea! Te portas de forma adorable conmigo...!- la holandesa siempre era una chica de fuerte carácter y con confianza en sí misma, pero una vez que conoció a cierto futbolista su mente no paraba de dar vueltas.

-Y tu eres una chica muy tierna- defiende Houssem solo para molestarla.

-Perdón? Yo no lo creo!- Mar intenta olvidar su amor por Houssem -Toda mi vida he sido fría y ruda! Y hasta crees que dejaré que un chico venga a decirme lo contrario!

Houssem ignora los reclamos de la neerlandesa y empieza a acercar sus labios a los de ella -Deja de ser tan dura y exigente contigo misma- pide en un susurro.

-No! No lo entiendes...- ella empieza a sentirse nerviosa.

-Abre tu corazón, Mar- Aouar es quien hace el primer movimiento besando los labios de Mar.

Esta no duda en corresponderle y ambos sienten una descarga eléctrica recorrerse en todo su cuerpo. El beso se sintió tierno y lleno de amor. El contacto sirvió para liberar a Mar de su pasado el cual seguía atormentándola. Houssem fue el encargado de hacerla olvidar quién era y convertiste en otra persona más accesible al mundo.

Lo que sentía el francés era único y especial para él. Jamás se había sentido tan vivo y lleno de energía. La llegada de Mar significó mucho para él a tal punto de terminar perdidamente enamorado de ella, rendido ante los pies de la neerlandesa. El amor que tenia por ella no se sentía como otros, Mar era la indicada para él y nada...

-Suficiente tengo con una hermana que está con uno de mis compañero- las palabras hipnotizadoras de su mejor amigo Memphis lo impedían concentrarse.

Tanto Memphis como Lucas tenían razón, Houssem no podía estar con Mar. Por más que le duela en el corazón, tenía que dejarla ir. Así que rompe el contacto -Todo bien?- Mar pregunta nerviosa.

El futbolista suspira de la frustración -Lo siento, Mar. No puedo hacer esto...- confiesa con dolor.

Con eso bastó para que la personalidad de Mar regresara a como era antes. Jamás había sido rechazada y menos por un chico el cual está enamorada -Ejem. Cómo dices?

-Mar, será mejor que no sigamos. No...- intenta evitar mencionar a Memphis.

-No se diga más!- interrumpe sarcástica -Me quedó claro que esto fue un error!- defiende a punto de perder el control.

Houssem merecía que lo trataran así -No quiero perderte. Podemos intentar ser amigos...

-Hablas enserio!!?- cuestiona Mar ofendida -Tu y yo nunca fuimos amigos desde el principio! No me vengas con esa estupidez!

-Lo siento...

-Vete a la mierda!- la morena sale del auto dando un portazo caminando hasta su casa para tratar de olvidar la peor noche de su vida.