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「 ᴀϙᴜᴇʟʟᴀ ᴍɪʀᴀᴅᴀ ғʀɪ́ᴀ ʏ ᴅɪsᴛᴀɴᴛᴇ 」



Los labios de Teresa son húmedos, su beso es rápido y dura pocos segundos, pero es suficiente para despejarme por completo. Tenerla delante mío, con esos ojos claros llorosos y esperanzados, hace que me olvide por completo en qué situación me encuentro y qué demonios ha sucedido para estar de este modo. Sin embargo, cuando al alzar la mirada me encuentro con todos mis amigos mirándome, dedicándome sonrisas suaves, lo recuerdo.

Un rayo casi me mata, pero pude salvarle la vida a Newt.

Entonces, con ese pensamiento, le dedico una vista rápida al mencionado y me sonrojo hasta las orejas por el simple hecho de que justo en el beso con Teresa, cuando me permití corresponder, no quería que fuese ella. Más bien me imaginé que estaba besando a Newt y..., Me avergüenzo de ello. Mi corazón late deprisa y esquivo la mirada intensa que me dedica el chico del distrito doce.

—¿Estás bien? —La voz de Teresa me desconcierta, y sujetando un poco mi sien, termino por asentir con lentitud.

Ella me ayuda a incorporarme con cuidado, y aun así, puedo sentir que el cansancio se apodera por completo de mi cuerpo. Después, un pequeño hormigueo recorre mis dedos al pensar en lo cerca que me ha rozado la muerte. Sinceramente, el choque del rayo se sintió como si un montón de Penitentes me partiesen en pedazos.

Pronto los demás se arrodillan a nuestra proximidad, salvo Newt, que permanece atrás y me parece extraña la forma en la que su mano parece detener a alguien de atrás. Me parece raro porque dando una vista a mi alrededor, estamos todos juntos.

—¿Te duele algo, Thomas? Y no mientas, por favor —pregunta Heather, quien es la más cercana.

Ethan permanece por detrás de ella, colocando una de sus manos en su hombro derecho pero dedicándole una dura mirada a Teresa. Pero esta no pone ni pizca de atención a su alrededor, solamente mantiene sus ojos puestos en mi. Supongo que la situación de perderme la ha puesto de los nervios, porque no la veía de esa forma desde que una vez en nuestro distrito me salté el toque de queda y me castigaron duramente. Me obligaron a ver las miles de torturas que hacían a gente rebelde del distrito y juraron que si seguía sus mismos pasos, acabaría como ellos.

Obviamente, en ese tiempo no me parecía que estuviesen haciendo algo malo, me decía que solo hacían lo necesario para mantener el orden... Sin embargo, ahora las cosas habían cambiado. Ya no pensaba de la misma manera, y ahora sé que lo que hacen no está bien.

Newt se lleva parte del mérito, por no decir todo, al haberme abierto los ojos.

—No, en serio. Estoy bien, vivo y creo que eso es lo único que importa —respondo, sin darme cuenta de lo grave que sale mi voz. Quizás hasta decorada con un poco de sequedad.

Me permito cruzar mis piernas por debajo, para lograr una posición más cómoda y en la que pueda crujir mi cuello con movimientos suaves. Por lo que parece he estado bastante tiempo dormido, y de nuevo me siento muy mal porque eso supone retraso para el equipo.

—En serio, ¿cómo demonios he sobrevivido a esto? Me cayó un rayo encima, ¿no? —Me parece demasiado sorprendente haber tenido tanta suerte.

Newt finalmente habla, resolviéndome las dudas.

—Bellamy y Caleb ayudaron con eso. Mandaron uno de esos paracaídas con lo que necesitabas. —No dice nada más, pero por la forma en la que me mira, siento que hay algo que le molesta, aunque no puedo adivinar de qué se trata.

Sin quererlo, y aprovechando que los demás hablan entre ellos sobre lo que recuerdan de esa horrible tormenta eléctrica, mis ojos se dirigen a los carnosos y finos labios de Newt. Me viene con fuerza mi pensamiento de que lo besaba a él, y me obligo a apartar la mirada de nuevo, incapaz de creer lo tragado que me tiene este chico.

—No parecía natural, era todo como de esas películas que veíamos de ciencia ficción —comenta Ethan, haciendo una clara referencia a su cómoda vida en el distrito cuatro, y en el que ver películas sin preocupaciones era pan del día.

Brenda mantiene una sonrisa peligrosa en su rostro, y mientras se sacude el cabello con una mano, dice: —Tengo la sensación de que tuvimos suerte, porque podría haber sido muchísimo peor.

—Se ve que alguien no quiere que nuestro final sea todavía. —Ethan agrega que sin duda, tener a famosos patrocinadores es lo único que los salva de una muerte segura.

—De todas formas, debemos agradecer y empezar a pensar qué vamos a hacer ahora. —Newt señala un vidrio roto que funcionaría antes como una ventana, en donde un destello del amanecer se refleja ya con la misma blanca claridad a la de los anteriores días.

—Ni un descanso de un día podemos tomarnos, dios... Me matan los pies, ¿sabéis? A este paso me van a salir ampollas y creedme, eso no le va a gustar a nadie. —El comentario de Brenda permite que varias risillas se escapen y pronto ella también se une. 

El único que no se ríe es Newt, quien mantiene una de sus manos bajo su barbilla y al término de nuestras carcajadas bajas, cuestiona otra duda. 

—Primero tenemos que comer. Es necesario que busquemos comida. —Ese hecho desanimó bastante al grupo, porque nuestras reservas de comida eran prácticamente escasas.

—¿Y en dónde sugieres que comencemos a buscar? —pregunto, pero Newt no llega a responderme porque una nueva voz, más gutural, baja y casi no queriéndose hacerse notar, se oye por detrás de nuestro líder.

Un escalofrío me recorre de pies a cabeza al reconocer esa voz de inmediato, pero el furor de pensar en que Newt esta de repente en peligro, hace que me levante del suelo poco a poco, apartando a Teresa con el propósito de alejarla de la nueva amenaza.

Sin embargo, me pone inquieto que los demás observen a su espalda, bastante calmados y sin alterarse al descubrir que Gally esta junto a ellos. A un lado, en su escondite temporal.

Su cabellera ceniza sucia, su piel bronceada y sus ropas algo destrozadas solo me hacen recordar su apariencia de los primeros juegos. Hasta me parece ver una sonrisilla amenazadora en sus labios y solo puedo pensar en la manera en la que mató a Chuck.

La rabia sube por mis venas, siento que mi cuerpo se ha calentado a grados altísimos y cuando veo lo próximo que está de llegar hacia nuestro líder, no controlo mis acciones. No pienso en nadie más, tampoco nadie intenta detenerme o meterse en mi camino.

—¡Hijo de puta! —Me acerco con rapidez hasta su rostro y le golpeo una de sus mejillas con fuerza.

Mi puñetazo lo tira al suelo de sopetón y no espero a sentarme a horcajadas sobre su cuerpo para prepararme a seguir golpeándolo, pero me detiene Newt, quien me sujeta del brazo alzado presionándome bastante este.

—¡Detente! ¡Detente, Thomas! —Solo porque lo tengo cerca y no quiero hacerle daño, es que detengo mis movimientos en el acto.

No obstante, tenerlo debajo de mi, herido y vulnerable solo me hace desear que pague.

—Mató a Chuck. —Trato que Newt me deje seguir con lo que quiero, pero parece corto de miras.

—Sí, lo sé. Pero también recuerdo que estaba medio loco, y casi en las últimas. —Su voz es suave y no puedo evitar dejarme llevar por ella.

Razón no le falta y sé de buena mano que era como nosotros, solo alguien que intentaba sobrevivir. Sin embargo... Se me hace muy difícil la tarea de no seguir golpeándole.

—Chuck no querría esto, Thomas. —De repente, pienso en Chuck, en su sueño de ver a su madre nuevamente, en su sonrisa de niño pequeño y me obligo a apartarme.

Me separo del agarre de Newt y ambos terminamos por levantarnos del suelo, un poco alejados de Galliard. Este sigue nuestros pasos, con un poco más de lentitud y se sujeta su mandíbula y parte de su mejilla con expresión de dolor. Una parte de mi, en el fondo, se siente un poco mejor.

—Me lo merecía a pesar de todo. ¿Alguien más? ¿Heather? ¿Newt? —Y sin pensarlo dos veces, Heather se acerca con pasos seguro para darle tremendo golpe en la otra mejilla.

No lo tira al suelo, pero por la reacción de Galliard, ha dolido.

Después de ella, nadie más se acerca y Newt alza sus manos, en un intento de tranquilizar las masas. Me dedico solo a mirarle a el, porque estoy seguro de que mis ojos se cruzan con los del chico del distrito uno, no seré capaz de controlarme esta vez.

—Se que esto es muy difícil, pero al final de cuentas todos estamos metidos en el mismo saco. Tenemos que encontrar la manera de salir de aquí juntos, incluyendo a Gally, y no quiero réplicas. Esta es una primera y única vez lo que digo. —Veo la mirada que comparten y hasta parece que el chico del distrito uno le agradece con los ojos.

Aquello solo consigue que un malestar se instale en mi estomago y de repente las ganas de seguir con lo de antes, aumentan. Sin embargo, cuando Newt vuelve a dirigir su vista hacia nosotros, detengo cualquier instinto asesino porque veo lo tenso que está, y lo que menos quiero es tener problemas con el.

—Gally tiene sus razones para acompañarnos, así que no quiero más escenas así. ¿Queda claro? —Todos asentimos al unísono, pero un sentimiento oscuro se apodera de mi pecho al sospechar de alguna manera que ambos ya han compartido unas palabras y lo que es peor, que Newt ya confía en su juicio.

El invasor después se acerca a Newt, demasiado cerca, y le tiene una segunda mochila. La reconozco de inmediato, es la mía. Allí guardo el regalo de Chuck, lo último que me queda de el y que me ayuda a no olvidarle. De inmediato quiero lanzarme hacia ella y preguntarle porqué la tiene consigo, pero Newt se me adelanta.

El la sostiene entre sus manos y mientras se acerca con paso seco, me la tiende.

—Aunque no me creas, Gally me ayudó a traerte aquí a salvo. Se hizo cargo de tu mochila, y tranquilo puedes estar seguro de que no ha sacado nada de allí. —Lo peor de todo, es que jamás dudaría de la palabra de Newt.

Cuando nuestros dedos se cruzan, me tiene algo más: algo pequeño y arrugado. Un papelito, probablemente con algún mensaje y con un movimiento de su rostro, me indica que lo lea después. Obviamente, en privado.

Aquello me parece extraño y no tengo idea de qué puede tratarse, pero haciéndole caso, lo escondo en uno de los bolsillos de mi pantalón. Me coloco la mochila en la espalda, no haciendo caso a una asustada Teresa que me dice que no debo llegar cosas pesadas y al tenerla puesta, acaricio el colgante que me regaló mi madre adoptiva la última vez que nos vimos.

En el fondo, sabía que jamás volvería a ver a Enid.

—Chicos, yo... Sé que no me lo merezco, pero de verdad pido perdón por todo lo que hice. No tenéis que aceptarlas por supuesto, pero solo quería decirlo. —La voz del invasor me saca de mis pensamientos más internos, y molesto, me dedico a prestar atención en la trenza que se hace ahora Teresa.

Ella me descubre mirándola y aparta la mirada de inmediato, bastante avergonzada. Entonces recuerdo el beso y masajeándome la parte trasera de mi cuello, me hago creer que solo fue por cosa del momento y que ella no puede ser capaz de sentir algo por mi.

Siempre la he visto como una hermana mayor, y quiero creer que ella también me ve de la misma forma.

—Gracias por ser sincero, Gally. —No puedo asegurar que las palabras de Ethan sean amables o más bien hipócritas.

De todas formas, el chico del distrito uno dice que tiene una ligera idea de en donde podremos encontrar comida. No quiero escucharlo, pero parecer ser que es nuestra única salida.

Comienza a caminar por la estancia, pasando su mirada por encima de nosotros y mientras habla, saca de su mochila una especie de mapa algo arrugado.

—Cuando desperté en el distrito esto fue lo que me encontré en la mochila, es un mapa que lleva directamente a la Cornucopia, además de mostrar algunos puntos en los que sospecho que hay cosas para nosotros. —Se lo pasa a Brenda, con un movimiento rápido.

Ella enciende una linterna y confirma lo dicho por el otro. —Tiene razón, y chicos, aun nos queda mucho por llegar hasta la Cornucopia.

Aquello de nuevo desalienta nuestros corazones, pero Galliard se ocupa de disipar dudas.

—Pero no os preocupéis, yo me sé el mapa de memoria y con mi anterior compañera descubrimos un pasaje que nos acortaría el camino. Si tenemos suerte, podremos llegar en vez de en una semana y media, en a lo mucho, cinco días. —¿Otra compañera? ¿Alguien estaría de acuerdo en formar un equipo con el?

Quizás alguien que fuese corta de mente.

—¿Y quieres que confiemos en tus palabras así de la nada? ¿Y si todo es una trampa para quitarnos de por medio más fácilmente? —El tono acusador de Teresa lo deja en silencio unos momentos y siento que va a caer en su propia trampa.

—Y por si no ha quedado claro, yo no pienso ir a ningún lugar contigo —digo, tratando de que pueda sentir el veneno en mis palabras.

Sin embargo, ignora este hecho y pronto nos muestra un rostro mucho más resuelto que antes y nos suelta una completa locura. Newt cruza sus brazos, mientras mantiene sus ojos cerrados. Ojalá pudiese saber a ciencia cierta todo lo que pasa por su cabeza.

—Tienen que entender muchas cosas acerca del funcionamiento de esta ciudad derruida, y yo soy el único que puede ayudaros. Soy el único que puede explicaros sobre la verdad de CRUEL y del gobierno, sobre por qué nos dejaron específicamente aquí para que nos pudramos en este desierto desolado, nos matemos unos a otros y nos volvamos completa y reverendamente locos. —Toma una pausa en la que retoma el mapa en sus manos y lo regresa a su sitio—. Si no queréis venir conmigo, bien, pero yo no pienso quedarme aquí a esperar lo que se viene. 

»Porque creedme, todavía no habéis visto nada.

Galliard se detuvo cerca de Newt y de sus amigos, con una expresión férrea y sólida.

—Ya no soy la misma persona de antes, he cambiado y aunque no me creáis, solo quiero ayudar y hacer algo bien por una vez. No busco ganar, solo quiero salvarla a ella. —Y de nuevo la menciona, debe de ser qué de verdad le importa.

Permanecemos en silencio unos segundos y con una señal casi imperceptible de Newt, nos apartamos del invasor para reunirnos en un círculo pequeño, para ver qué hacemos.

Newt esta al lado de Brenda y no dice nada, así que supongo que espera que nosotros empecemos a soltar nuestras propias opiniones.

Es Ethan quien toma la palabra primero.

—Creo que deberíamos de darle una oportunidad. No digo que sea buena persona, pero seamos sinceros, todos aquí también hemos matado y a gente que para otras personas también eran importantes. ¿Somos tan diferentes como nos creemos? —Con solo eso, interrumpe cualquier idea o comentario que quisiésemos soltar, porque todos caemos en que razón no le falta.

Sin embargo, Teresa pronto duda de nuestra seguridad.

—En eso concuerdo contigo, pero sinceramente, a mi lo único que me preocupa es que realmente sea un tramposo y solo quiera deshacerse de nosotros de la forma más sencilla posible. —Heather lo secunda, y mira intensamente a Newt, quien aun con los brazos cruzados suelta un comentario que inevitablemente me hace sentir más seguro.

—Nunca llegará a haceros ningún daño, es una promesa que os hice hace mucho y sigue en pie. —No pongo en duda su capacidad de defender.

Literalmente en los primeros juegos, la única persona que evitó que me matara Galliard, fue el. Aun así, no quiero que me tome por un inútil ni mucho menos. Creo que ahora soy un poco más fuerte y útil que antes, por eso no quiero que piense que está solo.

Cuando aprovecho que los demás siguen hablando del invasor, alzo una de mis manos con el propósito de sujetar su mano ahora libre en un intento de hacerle ver que estoy de su lado. Sin embargo no me espero la forma en la que se aparta de mi lado, golpeando secamente mi mano, y evitando mi intento de acercarme a el. Cuando se aleja para acercarse a una Brenda que se está mordiendo las uñas de una forma nerviosa, es ahí cuando noto que un frío se reparte por mi espalda y ni siquiera la mano de Teresa sobre ella me tranquiliza.

Observo la forma en la que acaricia uno de los hombros de la chica menuda y de nuevo ese malestar se apodera de mi vientre. ¿Acaso había hecho algo mal para recibir ese trato por parte suya? No me mira en ningún momento y sostengo mi camisa, estrujándola con fuerza.

—Tom, ¿estas bien? —Ni siquiera su tono dulce consigue aliviarme.

Veo como Newt da espalda a su grupo, con una decisión unánime. Ni siquiera me preocupa que no me hayan tomado opinión a mi, porque lo que sea que decida Newt, yo lo seguiré tal y como se lo prometí. Hasta el final de mis días.

—Te seguiremos, Gally. Pero cualquier cosa que vea extraña, creo que ya sabes que pasará.

Y con eso dicho, comenzamos a salir de nuestro lugar-escondite, para adentrarnos más en esas edificaciones ruinosas que parecen que se van a caer en cualquier momento a pedazos.

N/A  ¡Muchas gracias a todos por la espera, realmente no he tenido tiempo de actualizar sencillamente porque me fui de vacaciones! Este tiempo afuera me ha ayudado a centrarme un poco más en mi misma, y claro, a atar los cabos sueltos de esta historia. ¡ Los amo y nos vemos pronto !

Se despide xElsyLight.

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