⇁ 06 ↼
「 ʟᴀ sɪᴛᴜᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴇᴍᴘᴇᴏʀᴀ 」
Al llegar al vagón comedor, me llevo una sorpresa. En la mesa solo están Newt, Heather y Ethan. Y al ver sus expresiones caídas, sé que la felicidad no habita en ellas. No parecen emocionados ante la idea de ver a sus padres, y el ver la manera en la que miran a Newt, entiendo la razón. Este le da unas vueltas a su taza de chocolate caliente con una cucharilla, y su rostro perdido lo dice todo.
Sienten pena por él, y seguramente, también por Brenda. Mientras tomo asiento enfrente del chico de cabellos rubios, me pongo a pensar en qué solo un distrito más, y ése seré yo. La idea no me gusta para nada. No quiero revocar la decepción en el chico del 12, pero pienso en que aún tengo tiempo para dejarlo ir un poco, y trato de mantener una sonrisa sincera.
—Buenos días, chicos —digo mientras sostengo en mis manos una taza de cereales de colores. Newt despierta de su ensoñación y comparte mi sonrisa.
—Buenos días, Tommy. Perdona por irme antes, pero... —Cualquier motivo por el que pensaba exculparse quedó en el olvido, cuándo Heather escupió su taza de café y Ethan se carcajeó en alto. Sus palabras consiguen ponerme rojo.
—¿Acaso habéis dormido juntos? —Ethan no pretende esconder su sonrisa divertida, es claro que se divierte con la idea de avergonzarnos.
Newt se seca los labios tras beber un sorbo de su café, y responde con toda la indiferencia del mundo.
—¿Acaso no es obvio? Claro, si no, no lo habría mencionado. —El rojo aumenta en mi rostro y me dan ganas de golpearme la cara. No lo hago más que nada porque estoy tratando de que los cereales sean lo único que se lleve mi atención.
Pero a pesar de que lo intento, siento las miradas estupefactas de Heather y Ethan sobre mí. Solo se interrumpe la conversación, que no le afecta en nada a Newt, por la entrada de Brenda y Teresa en la sala. Ambas están charlando gustosamente y el ambiente se aligera un poco.
—Buenos días, Tom —me dice Teresa, mientras toma asiento a mi lado.
Me da un beso en la mejilla derecha, y trato de no parecer sorprendido ante aquello, aunque jamás lo hubiese hecho antes. Brenda se sienta al lado de Newt, quién me mira intensamente y me veo obligado a bajar la mirada porque siento que me taladra con ella.
—¿Qué? ¿Estáis emocionados por ver a vuestras familias? —Todos miramos a la chica del 12, sorprendidos de su buen humor y de qué no parezca afectada con el tema.
Sin embargo, esta hunde sus hombros, bastante relajada.
—No es para hacer un drama, ¿verdad, Newt? —Este asiente, pero yo distingo la manera en la que muerde sus labios y cómo sus manos se aprietan con fuerza en la taza. Quiero levantarme, a vete tú a saber qué, pero la mano en mi pierna me detiene.
Es Teresa, está sonriendo pero su mirada es seria y fría, y aunque frunzo el ceño sin saber qué está pasando por su cabeza..., Nos distrae la risa nerviosa de Heather. Agradezco que haya dejado el tema de "dormir con Newt", pero siento esos nervios en el estómago por la sonrisa que se asoma por su rostro y puedo saber cómo estaré al día siguiente. Realmente el saber que para visitar los Distritos solo se tarda un día en llegar, hace que me duela la cabeza. En cambio, para llegar al Capitolio se tarda unos días más, y a pesar de que quede mucho para eso, cuándo ya lo hagamos, sé que mis amigos podrán reunirse con sus familias, al igual que yo. Miro de soslayo al chico rubio, y la emoción de antes desaparece al saber que nuestro viaje llegará a su final, y que no podremos estar más tiempo juntos.
La mano de Teresa me da un ligero apretón más fuerte, y me siento incómodo de pronto. No entiendo porqué hace esas cosas desde que nos juntamos con los chicos, que su humor cambié tan de pronto me inquieta... y hace también que me sienta culpable. Aparto su mano con suavidad mientras escucho como Heather comienza a hablar.
—La verdad es que no sé que sentir... Estoy emocionada, y aterrada al mismo tiempo, ¿sabéis? Y no tengo idea de lo primero que les voy a decir, dios... —Ethan comparte su sonrisa, y la chica le mira con emoción contenida. Es obvio lo que hay entre los dos, quizás no está confirmado del todo, pero... Es obvio, sin duda.
—Me alegro mucho de que ambos tengáis la oportunidad, de verdad..., Esto es algo con lo que sueña, así que aprovechad a decirles todo lo que os guardáis dentro y, bueno, disfrutad con ello. Por vosotros, chicos. —Newt alza su taza, y veo en su rostro una mirada llena de orgullo. Sin dudarlo, le secundo.
Ellos se ríen gustosos, y Brenda y Teresa —a pesar de qué aun me mira un poco mal—, nos siguen después y las alzamos en el aire. Antes de que lleguen Janson y de los demás, puedo asegurar de corazón que este es un momento que voy a atesorar con fuerza. Las risas que pasamos juntos, la sensación de comodidad, todo... Es algo que siempre soñé con tener en mi Distrito, y ahora esa época de soledad ha desaparecido de pronto. Los observo a todos, con sus emociones claras, y una sensación cálida me embarga el pecho. Quizás, me digo, esta puede ser mi nueva familia. El estilista de Newt entra en la sala, y mientras tratamos de aminorar nuestra alegría, nos vamos alistando para seguir la rutina de los últimos días.
Esta vez me he puesto algo sencillo, una camisa oscura y unos vaqueros de tonos marrones, porque quiero que nuestros dos amigos del 4 destaquen sobre todo. Al salir, apoyado en la puerta me encuentro con Haymitch, y me muestro confundido. De todas las personas que pueden visitarme, esperaba a cualquiera menos a él.
Lleva un chaleco gris y unos vaqueros elegantes, aunque en sus manos hay una botella de vodka. Me mira de arriba a abajo, mientras cierro la puerta con lentitud.
—¿Qué ocurre, Haymitch? ¿Pasa algo? —La remueve en sus manos, y tras un trago, suelta un suspiro largo y tendido.
—Verás, chico... Ya que no puedo hacerlo yo, quiero que hables con Newt.
Aquello me toma por sorpresa, y me cruzo de brazos. No me gusta por dónde va este tema.
—¿Por qué deberías hacerlo? Mira, Haymitch, no quiero meterme en cosas que me pueden ocasionar problemas. Si tienes un tema que hablar con él, deberías dejarte el orgullo en otro lado y sincerarte. —Niega ante mis palabras, y por supuesto que me temía que reaccionase de aquella forma. Aun así, comienzo a andar y este no tarda en seguirme por detrás.
—Thomas, no quiero traeros problemas a los dos, de verdad. Solo quiero que le adviertas, algo está sucediendo aquí. No sé que es, pero anoche me colé en los vagones principales. —De inmediato lo agarro de los hombros, sin creerme la estupidez que ha hecho.
—¿De qué estás hablando? ¿De la rebelión que mencionaste el otro día?
Este suelta rápidamente, murmurando que casi consigo regarle la vida. Me dan ganas de subir los ojos al cielo, pero no tarda en responderme.
—Incluso en los primeros distritos hay gente que le apoya, que se rebelan contra el Capitolio, por eso quiero advertirle. Los Vigilantes se están poniendo nerviosos, y por eso quiero que se mantenga ojo a visor. Por favor, Thomas, hazlo por mí, por todos. Porque si él cae...
—Caeremos todos también —termino, aclarando lo que es obvio desde hace rato.
Coloco una de mis manos debajo de mi barbilla, y mordiéndome el interior de la boca, le sacudo el hombre diciendo en bajo que haría lo que pueda. Después de eso, continuo mi camino hasta el vagón de entrada, repasando mentalmente todo lo dicho por el mentor de mi amigo. ¿Habría una rebelión en mi distrito también? No quería ni imaginarlo; la gente de mi hogar no es propensa a la violencia, pero recuerdo las muchas veces que mi madre se enfrentaba a loa guardias por tonterías que hacía y porque quería castigarme. Sacudiendo mi cabeza, me encuentro nada más se abren las puertas, con el chico rubio que se acerca corriendo hacia mí. Me palmea uno de los hombros, y siento que todos mis problemas se van con esa sonrisa traviesa que surca sus labios.
—Luna y Alec descansan en mi cuarto. Espero que esta vez no nos echen mucho de menos, ¿eh? Porque no veas la forma en la que me atacó Alec nada más llegar a mi cuarto. —Entonces, con solo esa mención recuerdo que abandonó mi habitación en la mañana, y mientras nos reunimos con los demás, aprovecho para preguntarle.
—Por cierto, ¿cómo conseguiste salir anoche? Se supone que... —Señaló con los ojos a un avox en concreto.
Era uno moreno, de ojos azules y recordé haberlo visto varias veces cerca de Newt.
—Llegó anoche a limpiar tu cuarto, y me asusté con su entrada. Luego aproveché a irme, porque pensé que estaba molestando demasiado.
—Tú nunca me molestas, Newt, así que la próxima vez no te vayas, por favor. —Me arrepiento de las palabras que digo nada más salen por mi boca. Él me sostiene la mirada, y tras conectarla unos segundos, la aparta nerviosamente. Se me calientan las orejas, involuntariamente.
—¿Ya quieres que haya una próxima vez? —En ese momento no soporté la vergüenza.
Lo aparto de mi lado con un empujón, y se tropieza riendo. Yo también me carcajeo ante ello, y trato de tomar aquello con normalidad, aunque sepa que mi corazón late como un loco.
Finalmente con los demás, no ocultan sus sonrisas curiosas hacia nosotros, y yo trato de ignorarlas. Teresa al instante salta para sostenerme del brazo, y sorprendentemente se interpone entre Newt y yo. Mi amigo la ignora, y dándome una sonrisa oculta, intento no embobarme con ella, y veo que se dirige a Brenda. Recuerdo entonces lo bien que se veía la noche de la fiesta del Distrito 11. Janson entra, de nuevo y como en los últimos días, acompañado de sus guardias personales y dándonos otra mirada, nos dice:
—En unos minutos arribaremos al Distrito 4, estad preparados. Aquí... las cosas funcionan de una forma diferente. —Miro de soslayo a Tersa, y esta rehúye de mi. Intento decirle algo en bajo, pero el tren se detiene con fuerza y todos nos sacudimos con aquel repentino movimiento. Fue un milagro que nadie perdiera el equilibrio.
—Poneros en fila por orden de distritos, vamos a salir. —Sin darme cuenta, dedico una mirada a Ethan que está delante de mí, y está igual o más confundido que yo.
De repente las puertas se abren de golpe, y me doy cuenta de que Haymith y Effie, junto a nuestros equipos de preparación fueron los primeros en salir. Lo extraño fue que salieron un gran número de Vigilantes del interior de la estación y los acompañaron en todo su recorrido. Haymitch compartió una mirada seria con Newt antes de desaparecer.
—¿Qué es esta agresividad, Janson? Este no es el distrito del que me marché una vez —reclamó Heather, quien se encontraba siendo sujetada por Ethan, más que nada por si las moscas.
—Tu lo has dicho, querida —ignoró por completo la necesidad de saber de mi amiga, y con un movimiento de manos, nos ordenó que nos colocáramos en fila.
Terminamos por hacerle caso, porque no podíamos dejarnos apabullar por la situación. Entonces empezaron a ponerse las cosas extrañas. Otro número de guardias entraron por la entrada del vagón, y comenzaron a sostener nuestros brazos, los de Teresa y los míos al ser los primeros tributos en la fila. Me apretaron con fuerza los brazos, y supe que me dejarían marca. Comenzaron a salir más al momento, y se ocuparon de sostener a los demás. Cuando empezaron a tirar de nosotros con fuerza, me sentí extraño, con miedo.
—¡Eh, cuidado con esas manos! —grito mi compañera, pero nada podía hacer por ella. Dos hombres altos me lo impedían.
No tardamos en salir de la estación del tren, para llegar al andén de bienvenida en la que la imagen es mucho más amarga y hostil que la del distrito 11. Esta vez lo que nos recibe es una patrulla de veinte agentes que nos dirigen, como antes, a las partes traseras de dos camiones. Nos dividen entre estos, y tengo la suerte de que en mi camión se encuentre Newt, Teresa y Brenda esta vez. Janson va en el otro con Haymitch, Effie y los equipos de preparación, más Heather y Ethan. Abren las puertas del vehículo, y si no es por los brazos que me sujetan, habría saltado encima de Gally. Está sentado tan campante en una de las sillas individuales. Por suerte no nos mira a ninguno, mantiene la vista en el suelo y si no es por la mano familiar de mi hombro, habría hecho una locura. Es Newt, ha apartado a los hombres que le sujetaban y aun arriesgándose, ha conseguido llegar hasta mí con el propósito de calmarme. Distinguir aquellos ojos claros es suficiente para recuperarme, aunque sea un poco. Luego nos vemos interrumpidos por la forma en la que le echan hacia atrás y le tiran al suelo. Menudo golpe se ha dado en la cabeza.
Le apuntan con la pistola, y en ese momento, todo me da vueltas y despierta algo en mi interior. Atizo al más alto que me sujeta, pero no llego muy lejos. Su compañero me da un golpe con el mandoble de su arma en la mandíbula, y siento que me ha roto los dientes. Un estremecimiento se reparte por todo mi cuerpo. La sangre se escurre por mis labios, y Brenda se pone histérica.
—¡Eh, eh! ¡No pueden hacernos daño! ¡Somos los vencedores de los juegos, tenemos impunidad! ¿Qué demonios hacen? —Teresa se ve obligada a subir en el camión con Brenda, antes de poder hacer nada, y las empujan dentro. Ahora estamos solos y delante de un camión en el que nuestras amigas nos miran preocupadas, sin poder hacer nada por nosotros.
—¡¿Creéis que no he tratado con gamberros cómo vosotros antes?! —Al que le regalé un codazo antes me levanta del suelo, y mi respiración es agitada. Veo que el Vigilante que tiene Newt encima, le zurra con el arma en la frente, y suena horrible. Después la mantiene encima, presionando con fuerza justo en la herida sangrante.
A Newt se le escapa un quejido fuerte, y aquello solo consigue que me hiervan las venas. Veo impotente como sigue presionando y solo soy capaz de apretar mis puños, ya que como siempre me doy cuenta de que no tengo la fuerza suficiente para defender a las personas que aprecio.
Entonces ocurre, aquel recuerdo que había tratado con todas mis fuerzas enterrar en mis memorias, sobresale al ver la forma en la que el arma se mantiene en la herida de la frente de Newt. La imagen se superpone, y veo a mi padre de la misma forma en la que está mi amigo. Solo que en aquella ocasión, lo único que la diferencia es que hay nieve cayendo en los alrededores, y que hay tres vigilantes en la escena. Todo sucede muy deprisa, y enfrente de un niño de cinco años, el arma se dispara sin lástima alguna por que vea el asesinato de su padre.
La voz me sale rota y lamentable, pero hago el intento de detener aquella locura. No quiero que se repita la misma historia, no quiero perderle a él también.
—¡Detente, idiota! ¡Ya es suficiente, recapacita porque hay cámaras delante! —Al instante deja de apretar el arma contra la sien de mi amigo, y mira a todos lados, nervioso.
Unos segundos después en los que me sueltan, puedo acariciarme la mandíbula con suavidad, y me doy cuenta de que ha sido solo el golpe, que realmente no tengo ningún diente roto. Más bien son mis encías las que están sangrando, pero el dolor es soportable.
Momentos después a Newt le agarran de los brazos y lo levantan hasta tirar de él. Lo mismo hacen conmigo, y sin esperar a que nos recompongamos, nos empujan al interior del camión. Por suerte ninguno de los dos se cae, y cierran las puertas tras nosotros. Esta vez no nos acompaña ningún Vigilante, y eso me alivia un poco. Brenda salta sobre nosotros y Teresa también. Gally se mantiene con los ojos abiertos observándonos, y solo distingo que muerde sus labios en silencio. No hace nada más, y yo no tengo ganas de zurrarle ahora que el camión está en marcha. Menos después de lo que ha pasado. Así que por esta vez, se ha salvado.
De pronto, siento las manos en mi rostro por parte de Teresa, nerviosas e inquietas. Y la tranquilizo sosteniéndole de las mejillas. Ella me mira con completa angustia, y trato de hacerla entrar en razón aun sabiendo que la sangre por mis labios no ayuda con eso.
—Teresa, estoy bien, no te preocupes, ¿vale? —Asiente ante mis palabras, y sus manos tiemblan. Así que mientras las sujeto con fuerza, observo a Newt que está a mi lado, tratando de evitar que Brenda ponga sus dedos en la herida. No es tan grave, pero es suficiente para que le escueza.
—Es mejor que no lo hagas, Bren, se infectará. Es mejor que dejemos las cosas así, hasta que lleguemos al Edificio de Justicia. Estoy seguro de que allí nos tratarán —recomiendo a la chica, y esta tiene lágrimas en los ojos. Se ve que se preocupa mucho por el rubio, y me alegra saber qué tiene personas confiables de cerca.
Trato de no quejarme mucho ya que no quiero preocupar a los que me acompañan, aunque la forma en la que me observa Newt me da a entender que sabe que me estoy aguantando. Aunque esto es mucho mejor que lo de antes, ya que no hay tanta presión encima.
No tardamos en llegar al Edificio de Justicia, y cuándo abren las puertas para sacarnos, trato de no alejarme de mi equipo. Me olvido de Gally cuando lo separan con rapidez de nuestro lado, y lo que veo me pone de los nervios. Nuevos guardias nos reciben y no ponen atención a nuestras heridas, no me extraña. Solo se preocupan por ellos mismos. Nos reunimos con los demás, y es previsible lo que sucede a continuación. Haymitch me ve a mi primero, su cara se deforma, y cuándo ve a Newt, la bebida parece atacarle de pronto y la situación empeora.
N/A → ¡Nuevo capitulo, mis ángeles! ¡Espero que les haya gustado tanto como a mí!
Aaaaa, las cosas se van poniendo interesantes, ¿eh? Amo narrar desde la perspectiva de Thomas, de verdad, jajaja.
Recuerden que los amo y que nos vemos pronto. ¡Un besito para todos/as/es!
→ Se despide xElsyLight.
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