𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑪𝑼𝑨𝑻𝑹𝑶
El baile de navidad. Aquel día en que se pueden sentir la alegría, tristeza, pasión, deseo, felicidad, miedo, vacío, efusividad, con el simple hecho de estar nerviosos, sobre como irá tu pareja o si te dejara plantado. Son emocionada que nos llenan de adrenalina el cuerpo, o de melancolía al ver a tu pareja o al chico o chica que llamo tu atención durante años.
Días atrás, la gente corría emocionada por los pasillos hablando sin parar del baile de navidad, esperando ser invitados por la persona que tanto desean. En clase, los profesores se habían vuelto locos poniendo redacciones y deberes sin parar. Era como si todo el mundo intentase mantenerse ocupado para no pensar en lo que sucedía fuera de las paredes de Hogwarts.
—Realmente luces preciosa, pelirroja—Eros dejo un beso en la mejilla de Lily quien sonrio emocionada.
—¿Enserio lo crees?—pregunto con añoranza.
—Jamás miento, pelirroja.
Lily, estaba enfundada en un precioso vestido violeta, tenía detalles floreados y bordados, del torso hasta la clavícula, los tacones plateados, su cabello rojo lo llevaba suelto en rulos. Su maquillaje era sencillo.
La puerta del baño se abrió abruptamente, por dónde Pandora salió.
—No uso vestido desde mis once años. Me siento como cuando mi madre me obligaba a vestirme para las tan elegantes cenas que organizaba con toda la bola de arpías igual a ella. —solto la rubia mientras se observaba en su espejo.
—Estas hermosa, Dora—dijo Lily acercandose a ella y arreglando su cabello.
—Te ves preciosa, cariño—dijo Eros, besando su mejilla.
Pandora vestía un hermoso vestido azul cielo, de tirantes delgados y escote un poco profundo pero nada formal o descarado. Los tacones eran plateados al igual que los de Lily. Su cabello rubio lo llevaba suelto y en unos bucles, su maquillaje era sencillo.
—Ambas lucen preciosas. —Eros las abrazo por los hombros dejando un tierno beso en sus mejillas, quienes repitieron su acción.
—¿Que decir de usted, señor Lupin?
—Muy graciosa, señorita Evans.
—Creía que me había dejado plantado, señor Parkinson.
—Jamás podría hacerle eso, señor Lupin. —Eros asegurandose de que nadie se encontraba ahí—excepto James y Regulus, quiénes esperaban a las chicas—beso los labios del Gryffindor, hasta que sus pulmones pudieron aguantar.
—Entonces ¿Darás el golpe final?—pregunto Remus con la respiración agitada.
—Claro que si.
En ese momento Pandora bajo con una gran sonrisa, acercándose a Regulus, quien la recibió besando el dorso de su mano, para después darle una media vuelta.
—Eres la chica mas hermosa que he visto en mi vida, estrellita. —dijo Black, haciendo sonrojar a la chica, quien beso su mejilla.
—Creo que las parejas de tus admiradoras están celosas—dijo Eros en dirección a la pareja, cuando noto que alumnos se empezaban a acercar.
—No me interesan—respondio con una sonrisa.
Lily bajo los escalones un poco tímida, pero con la cabeza en alto, mientras una pequeña sonrisa se asomaba por su rostro.
—Te ves preciosa, mi amor. —saludó James a Lily, mirandola con una gran sonrisa.
—Y tu te ves muy guapo. —dijo ella caminando hasta el.
—Cuidala, Potter. —dijo Eros comenzando a caminar con Remus al gran comedor.
—¿Por qué no le dices lo mismo a Black?—pregunto James mirándolo con el seño fruncido.
—Porque confío en el.
—Odio los bailes. —dijo Marlene llegando hacía ellos, quien no parecía muy feliz.
—¿Y tú pareja?—pregunto Remus en su dirección, mientras pasaba un brazo por encima de los hombros del Slytherin.
—Es un idiota. No más que Sirius, claro está.
—Vamos. —Eros le extendió una mano a la rubia quien lo miro confundido.
—¿No te molesta...?—pregunto Marlene hacía Lupin.
—Para nada. —respondio con una sonrisa.
Marlene tomó la mano del Slytherin y ambos caminaron hacía el centro del salón, dónde comenzaron a bailar una canción lenta.
—Deseaba venir con Dorcas—susurro Marlene en su odio.
—¿Y por qué no la invitaste?—susurro de vuelta.
—No me sentía lo suficiente valiente como para hacerlo, además de que ya tenía pareja. —contesto la rubia abrazándose a su cuello.
—Correcto. Escucha, Marlene, no porque hayas estado con un idiota como Black, significa que todos serán así, porque no lo será. Debes aprender a dejar el pasado atrás, y tú sabes a lo que me refiero. —Eros la miro separandose. Marlene lo miro con una pequeña sonrisa, asintiendo y besando su mejilla, alejándose para acercarse a Dorcas.
—Asi que... ¿Ahora eres cupido?—pregunto Remus cuando miro a Eros sentarse a su lado.
Eros lo miro con una pequeña sonrisa en su rostro: —Siempre lo he sido.
—¿Estás seguro de hacer esto?—pregunto Remus cuando Eros le ofreció su mano.
—Estoy más que seguro. ¿Te arrepientes?—Eros lo miro seriamente.
—Jamás podría arrepentirme de estar contigo.
Ante sus palabras, el pelinegro llevo su mano a la parte de atrás de su cabeza, enredando sus dedos en su cabello, tirando de Remus y así poder besarlo. Lupin no tardó mucho para corresponderle como se debía. Llevo sus dos manos a su cuello, sintiendo su corazón latir con rapidez, así como el suyo lo estaba.
Jadeos de sorpresa se empezaban a escuchar a su alrededor, puesto que para nadie era común observar a dos personas del mismo género en una relación.
—¡¿Remus, que se supone que haces?!—exclamo Sirius acercándose a ellos con rapidez, ocasionando que se separarán.
—Canuto, que alegría verte. —sonrio Remus mirándolo—Bueno, te presento a mi novio, aunque supongo ya lo conoces, pero no importa. ¿Cómo te va en la vida?
—¿Novio? ¿De que carajos me perdí?
—Black, Black, Black. ¿Es que aún no lo entiendes? Todo fue un plan desde el principio, hasta quemar la ropa de los Slytherin, hasta la pelea en el pasillo. Remis jamás estuvo contigo porque quisiera tener algo contigo de vuelta. —Eros se paró frente a el—Me sorprendió que Potter no te lo dijera, el estaba dentro de todo esto. —Sirius miro a James quien bajo la mirada. Sirius dirigió su mirada al Slytherin—Pero cómo dice Marlene, merecías una cucharada de tu propia medicina.
—Eres un maldito idiota.
—Ven aquí, Black. —sonrio con maldad y diversión.
De un momento a otro, Sirius se lanzó encima de Eros, rodando por encima de una mesa, cayendo al suelo, comenzandolo a golpear.
Ambos se golpeaban con fuerza. Ahora era Eros quien estaba encima de Sirius golpeándolo en el rostro mientras Black, de vez en cuando lo esquivaba mientras golpeaba sus costillas, quien hacía muecas de dolor, sin embargo no se detenía.
Gritos de animación o para que se detuvieran se escuchaba por todo el gran comedor, pero sin duda eso había hecho que llamaran la atención de los profesores, quienes entraron rápidamente. Remus y Regulus se acercaron rápidamente a el, mientras observaba a Sirius con irá, al igual que este.
—¡Dirección! ¡Ya!—exclamo Mcgonagall mientras el director Dumbledore los esperaba serio en la entrada del gran comedor.
NO OLVIDEN VOTAR
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