—— EL GRITO DE UNA BANSHEE ——

Elara entró en la casa de Scott justamente cuando observaba a Stiles moverse asustado, rápidamente se acercó a él y le sujetó, evitando que se cayera al suelo.

—Esta bien, Stiles. Estás bien.— Le tranquilizó mientras le miraba preocupada.

—¿Cuánto estuve inconsciente?— Preguntó asustado.

—Un par de horas.— Respondió Scott acercándose a sus amigos.

—Deberías de sentarte.— Aconsejó Elara con preocupación. Después de lo que estaba pasando, una parte de ella sabía que aquello no había terminado. Elara seguía pensando que estaban, todavía, en el juego del Nogitsune bajo sus normas.

Stiles comenzó a abrigarse, haciendo que Elara le tocará para hacer que se sentará, y sintió como le quitaba el dolor, haciendo que Scott y ella se mirasen.

—Tu duele.— Concluyó Elara.

—No es nada. Es un dolor constante.— Los dos Alfas le miraron esperando más información. —Por todo el cuerpo.— Concluyó.

***

Mientras Stiles y Scott se encargaban de Meredith, Elara se reunió con Alexander, mientras que Logan se había ido a ayudar a Derek y a los gemelos. Los mellizos se miraron y, ambos, se quedaron en silencio. Ambos entendían la expresión del otro, no necesitaban decir nada.

—Elara...— La morena bajó la cabeza.

—Busca y encuentra a Lydia.— Se limitó a decir mientras le tendía algo de Lydia, para que después, su teléfono sonará y viera un mensaje de Isaac pidiéndola que fuera a casa de Scott.

Sin decir nada se marchó y volvió al lugar del que había salido. Para Elara lo que estaba pasando la confundía. Era como si todo formará parte del plan del Nogitsune, él quería caos y sufrimiento, era lo que le alimentaba, entonces ¿como le detenían?

Al llegar a la casa de su amigo, subió por la ventana hasta la habitación de Scott, sorprendiendo a Isaac y Stiles, pero no a Meredith, la cual, al parecer, era también una Banshee.

—Dijo que quería hablar contigo.— Habló Isaac. La morena asintió y se puso a la altura de la chica.

—Meredith, me han dicho que quieres decirme algo. ¿Tiene relación con Lydia?— La Banshee negó.

—¿Puedo ver tus ojos?— Los tres fruncieron el ceño. —Tus ojos que brillan.— Elara asintió dudosa mostrando sus ojos rojos. —Los otros.

—¿Como sabes eso?— Elara la miró desconfiada.

—Brillan del mismo color que Dorotea.— Respondió haciendo que Elara se tensara al escucharla. Meredith mostró su antebrazo, algo que hizo que Elara durará, pero como en muchos anteriores casos la había pasado, la curiosidad pudo con ella.

Bajo la atenta mirada de los dos chicos, la Alfa agarró el antebrazo de la chica e, instantes después, sus ojos brillaron con intensidad.

***

Elara despertó en mitad de ninguna parte, y de pronto cientos de imágenes aparecieron a su alrededor, hasta que vio una que llamó su atención. Era su abuela, con los ojos brillantes en dos colores. Uno, completamente, negro y el otro verde. Retrocedió asustada.

—La heterocromía en criaturas como nosotras, en videntes, significa que ya somos capaces de caminar entre el mundo mortal y el de los muertos. Nosotras somos las únicas que podemos bajar al infierno, y solo nosotras decidimos con quién bajar. Elara, que seas un Beskyttende y una vidente que camina entre dos mundos, es algo que te pondrá en peligro, pero también salvará vidas. Confía en lo que eres y en quien eres, y cuando llegue el momento, estarás lista para enfrentarte a tus demonios.— Habló Dorotea desde algún lugar.

***

Elara abrió los ojos de golpe, mientras se alejaba de Meredith. Rápidamente se metió en el baño de Scott y comenzó a vomitar una sustancia violeta. Mientras que Stiles y Isaac, tras asegurarse de que ella estuviera bien, se centraron en saber que respuestas podría haber obtenido de la chica.

—¡Se dónde está Lydia!— Al escuchar aquello, Elara salió del baño.

—Sabes que pareces que has salido de una casa del terror.— Isaac miró a Elara mientras ella le ponía una mueca de burla y se limpiaba con un pañuelo que su mejor amigo le había ofrecido.

—¿Sabéis dónde está?— Preguntó Elara mirándoles.

—Sí.— Sentenció Scott.

Rápidamente los cuatro se subieron en el Jeep y se dirigieron a Oak Creek. En el transcurso del camino, Elara y Scott, observaban como el aspecto de Stiles iba decayendo, como si algo, de alguna forma, le estuviera quitando la vida.

—¿Qué pasa?— Stiles miró a los dos Alfas.

—Nada.— Mintieron al unísono.

—No te ves bien. Estás pálido, ojeroso, pareces un muerto viviente.— Respondió Isaac llevándose un puñetazo en el hombro por parte de Elara.

—Y si...— Elara no terminó de hablar.

—¿Si él muere entonces yo muero?— La mujer lobo alzó la cabeza. —No me importaría con tal de que nadie más saliera herido. Recuerdo todo, apuñalaros, hacer que mostrarás tus dos lados al mismo tiempo...— Los tres sobrenaturales se quedaron en silencio.

—No eras tú, Stiles.— Le recordó Elara con obviedad.

El Jeep se detuvo delante de las ruinas de Oak Creek, al mismo tiempo que Kira y Allison se bajaban del coche de la cazadora y ambas se reunían con el resto.

—Ya hicimos esto antes.— Habló Scott mientras se ponía al lado de Elara. —Hace un par de semanas estábamos aquí para salvar a Malia, la cual era una desconocida para nosotros. Ahora estamos aquí para salvar a Lydia.— Sentenció el moreno haciendo que Elara reprimiera una sonrisa de orgullo, ahora hablaba como un Alfa.

—Yo vine a salvar a mi mejor amiga.— Aseguró Allison con obviedad.

—Yo vine a salvar al mío.— Sentenció Scott.

—Y yo vine porque no quería estudiar.— Respondió Isaac con tranquilidad. Scott, Allison y Stiles comenzaron a caminar, seguidos, a unos metros de distancia por Isaac, Kira y Elara.

—Supongo que esta ciudad no tiene nada de normal, ¿verdad?— Suspiró Kira con pesadez.

—Mejor no te respondo con honestidad.— Aseguro Isaac.

—Estar tranquilos, tenemos la situación bajo control.— Sentenció Elara con tranquilidad.

—Creo que la situación nunca estuvo bajo control.— Puntualizó el Beta.

—No estás siendo de ayuda.— Murmuró Elara mirándole con una falsa sonrisa.

Los cuatro, ya que Stiles y Scott, habían entrado por otra entrada, llegaron hasta lo que una vez tuvo que ser la entrada, frente a ellos estaba Noshiko junto a dos Oni.

—Kira, da la vuelta y llévate a tus amigos contigo.— Sentenció su madre.

—No puedo, cuando miré el tablero me di cuenta de contra quién luchaba. No era el Nogitsune, eras tú, mamá.— Sentenció la joven Kitsune.

—Diles que se detengan.— Ordenó Allison mientras tensaba su arco y apuntaba hacia los Oni.

—¿Creen que basta con atraparlo? Hay que matarlo.— Sentenció la madre de Kira, justamente cuando los Oni desaparecían.

Unos minutos después, Noshiko abrió su mano sintiendo como una especie de mosca desaparecía. Los cuatro la miraron confundidos.

—¿Qué pasa?— Preguntó Isaac confundido.

—Ha habido un cambio de dueño.— Les anunció el Nogitsune tras ellos. Los cuatro adolescentes se giraron y vieron, tras de sí al Nogitsune y a los Oni, los cuales, ahora, blandían sus espadas.

Mientras Scott y Stiles buscaban a Lydia, el resto luchaban con los Oni, pero el peligro que en aquellos momentos suponían era mayor. Ahora iban a matar, no ha herir o detener. El Nogitsune quería quitarse estorbos del medio, y lo haría bajo cualquier coste.

Elara junto a Isaac peleaban transformados, mientras que Kira usaba su espada, y Allison su arco. Los dos hombres lobo estaban tan concentrados en defenderse de los Oni que les estaban atacando, que ninguno de los dos estaban siendo conscientes de que uno estaba apunto de atacar a la morena por la espalda pero, antes de que la espada de la criatura atravesará el abdomen de Elara una flecha se clavó dentro de él, haciendo que ambos se girasen y vieran como la criatura desaparecía. Habían matado a un Oni.

Pero aquella felicidad, aquella satisfacción de llevar ventaja, desapareció cuando una de las espadas de los Oni atravesó el abdomen de Allison.

—¡No!— Gritó Elara al mismo tiempo que Lydia gritaba el nombre de Allison. La morena corrió hacia su prima y la sujeto para que no cayera al suelo.

La ayudó a ponerse sobre ella misma, mientras la sujetaba y observaba que la sangre iba en aumento.

—Scott...— Elara miró a su amigo mientras esté se ponía al lado de ambas, y Elara le ponía sobre él.

—¿Lydia está bien?— La cazadora miró a Scott mientras hablaba con dificultad.

—Esta bien.— La tranquilizó Scott mientras intentaba mantener la calma y quitarla el dolor. —No puedo quitarte el dolor.— El Alfa miró a Elara asustado.

—Por que no duele. Estoy bien, todo está perfecto, estoy en los brazos de mi primer amor.— Scott comenzó a llorar al igual que Elara, mientras Allison hablaba. —Lara.— La aludida se puso al lado de Allison mientras intentaba contener las lágrimas. —Cuida de mi padre, por favor dile que le quiero. Y que...— Pero Allison no terminó su frase, su mano cayó al suelo sin vida, mientras su pecho dejaba de ascender y descender.

***

Kiernan y Chris llegaron corriendo hasta allí. Ambos cazadores fueron a buscar a sus respectivas hijas, mientras que Chris encontró a Allison, todavía en los brazos de Scott, Elara estaba sentada en el suelo mirando sus manos llenas de sangre, al mismo tiempo que estás temblaban.

—Hey, Lara. Todo está bien.— Kiernan obligó a Elara a mirarlo.

—Estaba y se fue.— Murmuró asustada.

—Esta bien. Allison está en un lugar mejor.— Intentó tranquilizarla su padre.

—No hice nada para salvarla. Pero ella me salvó a mi.— Elara se aferró al brazo de su padre mientras comenzaba a llorar.

—Todo estará bien, Lara. Te lo prometo.— Murmuró Kiernan acariciando la espalda de su hija mientras su expresión era completamente de dolor. Si Allison había muerto, ¿quién sería el siguiente?

★★★

No estoy llorando. Me sudan los ojos.

Realmente ame hacer este capítulo, en especial hacer todo. Sinceramente ame poner un poco de Dorotea, que Allison salvará a Lara y que Kiernan consolará a su hija.

Mañana se viene un momento importante, estamos entrando en los últimos capítulos de la historia, y puedo aseguraros de que lo intenso no ha hecho más que comenzar. Porque las muertes de Allison y Aiden no serán las únicas.

Realmente estoy emocionada porque cada vez queda menos para empezar The Truth.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥