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CAPÍTULO 38: CONSECUENCIAS

—— CONSECUENCIAS ——

Elara llegó hasta la casa de Chris, miró confundida a todas partes mientras agudizaba sus sentidos y escuchaba a Derek amenazarlos con quemarlos vivos. Al escucharlo puso una mueca de incredulidad, preguntándose que tenían los Hale con el fuego. Sin pensarlo entró.

Caminó en completo silencio, pero al ver a Kiernan tendido en el suelo, se asustó. Se arrodilló a su lado y se aseguró de que estuviera bien, sus pulsaciones estaban bien, y no estaba herido, lo que suponía que tenía que haberse quedado inconsciente. Volvió a ponerse de pies y se acercó al despacho de Chris, observando de espaldas a Derek y frente a él al padre de Allison. La morena le indicó que guardara silencio y, antes incluso de que el pelinegro pudiera reaccionar, Elara le atacó lanzándole hacia el pasillo mientras le rugía con fuerza mostrando sus ojos rojos, pero Derek también la rugió con fuerza.

—Nada me impediría matarte a ti.— Advirtió Derek haciendo que Elara le mirase completamente dolida y decepcionada. Pero en vez de aquello, Elara volvió a soltarle un rugido todavía más fuerte y poderoso mostrando como sus ojos cambiaban de color, quedando de una forma bicolor, exactamente igual a cuando el Nogitsune la atacó.

Derek cayó al suelo, al mismo tiempo que Kiernan se ponía de pies y entre él y Chris, intentaban ayudar a Elara.

***

Elara se sentó al lado de su hermano, ambos estaban en completo silencio, mirando hacia la chimenea que estaba frente a ellos y que estaba encendida. Los mellizos observaban el baile que las llamas parecían estar trazando, provocando que ambos quedarán hipnotizados.

—¿Esta todo bien?— Alexander preguntó a su hermana sin apartar la mirada del fuego.

—Quitando que una copia, idéntica a Stiles pero en versión malvada anda suelto por Beacon Hills y que se ha llevado a Lydia con él...— Alexander chasqueó la lengua.

—No sirvió lo que intentaste, Lara. Sigo teniendo mi alter ego, le sigo teniendo dentro de mi. ¿Lo sabes?— La morena asintió mientras abrazaba sus rodillas.

—Encontraremos una solución, Alex.— Aseguro su hermana mirándole.

—¿Y si no la hay? Esta es la consecuencia que tengo por hacer magia negra.— Elara se mordió su labio interior al escucharle.

—Nosotros no nos rendimos, Alex. Nunca lo hemos hecho, y no vamos a empezar ahora.— Sentenció Elara con seriedad.

—¿Y si no hay solución? ¿Y si os hago daño a todos?— Alexander suspiró mientras se ponía de pies. —Tengo que ir a ver a los Sunderson.— Aclaro mientras desaparecía.

Elara se quedó sentada en el sofá, mientras hacía girar su anillo. Si su hermano se estaba muriendo debía de encontrar una solución para salvarlo, para evitar que muriera. No podía perderle a él. Tal vez a ojos de todos Elara quería dar la impresión de que era fuerte, pero no podría volver a serlo, a mirar a alguien a la cara si Alexander moría. Ella, en parte, era responsable de que hubiera seguido haciendo magia negra. Para ella su hermano, era más prácticamente quién había conseguido que no terminará en aquel pozo oscuro.

Antes de que pudiera hacer algo, su teléfono comenzó a sonar, viendo que tenia un mensaje de Derek, diciéndola que estaría en su casa en cinco minutos. La morena puso una cara de indiferencia. Si iba a decir algo respecto a lo que había pasado, Elara no iba a mantener la conversación. No quería hablar sobre sus visiones, las cuales, cada vez, eran más sangrientas y violentas.

Unos minutos después, Elara escuchó como Derek entraba por la puerta principal, algo que la sorprendió, teniendo en cuenta que siempre entraba por su ventana. Algo que ya se la había hecho hasta normal.

—¿Tu hermano no se había ido?— Preguntó Derek confundido.

—Va y viene. Ventajas de su hechizo de transporte.— Respondió Elara mientras revisaba el cuaderno que su hermano se había dejado.

—Respecto a lo que ha pasado antes...— Elara alzó levemente la vista para mirar a Derek el cual estaba a un lado suyo.

—Era el Nogitsune. Lo sabemos todos. También les ha pasado a los gemelos, a Isaac y a Logan. Era la forma que tenía el Nogitsune de distraernos para llevarse a Lydia.— Respondió Elara con indiferencia mientras seguía leyendo las anotaciones de su hermano.

—¿Y tus visiones? ¿Es también parte del plan del Nogitsune que las reprimas?— Elara maldijo al oído sobrenatural, ya que segura Derek habría escuchado la pequeña discusión que había tenido con Kiernan.

—Tu no ves muertes cada vez que tus ojos se te iluminan.— Respondió mientras seguía leyendo las paranoias de su hermano pequeño.

—¿De qué tipo exactamente?— Elara alzó la cabeza y le miró con seriedad.

—¿Enserio quieres saberlo y verlo?— Derek la miró confundido.

—¿Puedes hacer que otros vean tus visiones?— Elara asintió.

—Aprendí hace unos días, practicando con la mente de Kiernan.— Respondió la chica con algo de diversión.

—¿Eso debería de tranquilizarme o asustarme?— Elara se encogió de hombros.

—Tu eres el que ha hablado de mis visiones, no yo. ¿Quieres un motivo para saber por qué las reprimo? Viéndolas lo sabrás.— Elara le miró con seriedad aunque sabía que Derek iba a terminar aceptando, por qué no estaría satisfecho hasta tener la respuesta que él creyera conveniente, y en aquel momento la única respuesta era viéndolo.

—¿Y como es exactamente?— Preguntó el pelinegro con curiosidad.

—Relajate o será peor.— Le aconsejó Elara justamente antes de agarrar su brazo, para luego iluminar sus ojos, haciendo que Derek sintiera un pequeño dolor, que luego le dejó adormecido.

***

Los dos sobrenaturales reaparecieron en mitad de un bosque, lleno de cadáveres. Todos ellos de criaturas sobrenaturales, Elara comenzó a caminar, seguida por Derek el cual miraba todo aquello con cierta repugnancia, ya que las visiones también le permitían oler los cuerpos, y ese olor, incluso para ellos, era vomitivo.

—¿Todas tus visiones son así?— Preguntó Derek. Pero Elara no respondió, solamente siguió caminando hasta llegar a donde se hallaba una gran cantidad de cuerpos, todos ellos siendo asesinados por una gran bestia de brillantes ojos y largos dientes.

—La Bête du Gévaudan.— Habló Elara con una voz profunda y lúgubre.

***

Ambos regresaron a la normalidad, haciendo que Elara soltará con rapidez el brazo de Derek el cual se puso de pies bruscamente provocando que se tambaleara ligeramente.

—Es lo menos sangriento que he visto.— Murmuró Elara haciendo que Derek la mirase algo horrorizado.

—¿La Bestia de Gévaudan?— Derek la miró incrédulo.

—Yo no decido lo que veo.— Puntualizó Elara mientras se cruzaba de brazos. —Pero son cosas así las que he visto desde que empecé a tener visiones. ¿Necesitas más motivos para que entiendas porque las reprimo?— La morena encarnó una ceja.

—Lo entiendo y lo siento.— Derek se disculpó sorprendiendo a Elara, el pelinegro no era de esas clases de personas que se tragaban su orgullo y pedía disculpas, y menos con un tema así, en el que ella entendía su reacción. —¿Como de peores son las otras?— Derek la miró con intriga. Sabía que ella evitaba hablar de sus visiones y de lo que veía en ellas.

—Suelo salir herida en algunas.— Respondió con tranquilidad.

—¿Y lo dices como si nada?— Derek la miró confundido.

—Estoy acostumbrada a ellas, ¿por qué deberían de asustarme? Ver a mi madre cocinar sí que daría miedo.— Puntualizó ella.

—¿Y no te vas a enfadar? Eso es muy raro en ti.— Derek la miró extrañado.

—¿Quieres que me enfade?— Rió ella incrédula. —Por que entonces te costaría que el enfado se me pasara.— Respondió Elara con inocencia.

—¿Tu crees que me costaría?— Derek se acercó a ella quedando tan cerca de ella que prácticamente invadía su espacio personal, pero antes de que la morena pudiera responder a su pregunta, él la besó con posesión.

Aunque para cualquiera, el acto de Derek podía haber sido de improviso, Elara estaba completamente acostumbrada a que la besara en momentos extraños. Y aquél era, sin duda, un momento extraño. Pero a ellos no les importaba, era la forma que tenían de expresarse, ya que ambos sabían, y por experiencia, que no eran buenos con las palabras.

—Eso es jugar sucio.— Le recriminó Elara cuando se separaron, a lo que Derek respondió con una carcajada.

—Claro.— Respondió con sarcasmo. Elara le hizo una mueca de burla, justamente antes de ser ella quien le besara a él.

Derek agarró de la cintura a Elara, atrayéndola más a él provocando que terminara, a horcajadas, sobre él.

Los dos se besaban con total frenesí, mientras Elara se encargaba de hacer "fricción" entre ambos, provocando al pelinegro, acto que no pasó desapercibido para él.

En un rápido movimiento ambos terminaron sobre el sofá, mientras seguían besándose con cierta desesperación, como siempre que terminaban en aquella situación.

Las manos de la morena acariciaban toda la espalda del hombre lobo. Derek mordió el labio de la mujer lobl, haciendo que abriera, levemente, su boca y pudiera introducir su lengua dentro. Su lengua exploraba la boca de Elara, mientras que la de ella empezaba a sincronizarse con la de él.

En un rápido movimiento Elara se quedó sobre Derek, mientras ambos se guían besándose. Las manos de ella seguían en el cuello de él, ahora limitadas por la superficie en la que estaba apoyado, pero las de él no se cortaban ni un poco. Recorría sus muslos, de arriba abajo, llegando hasta el culo de la chica al que daba un fuerte apretón haciéndola gemir contra sus labios, lo que le hacía reír al escucharla. Derek subió sus manos hasta el inicio de la camiseta de la morena, mientras que ella seguía encargándose de hacer fricción entre los dos. Rápidamente la quitó la camiseta, dejándola en sujetador.

El hombre lobo volvió a girarse, y está vez era Elara la que se quedó debajo, volvió a besarle mientras comenzaba a recorrer el contorno del cuerpo de la chica con sus manos. Sus besos, lentamente fueron bajando, de su boca a su barbilla y de ahí al cuello, concretamente a la zona donde la había marcado meses atras, donde mordió, besó y subcionó, pero toda marca que pudiera haber hecho desapareció en cuestión de minutos. Elara llevó sus manos hasta el inicio de la camiseta de Derek y, rápidamente, se la quitó. Ambos volvieron a besarse.

El beso comenzó a volverse más rápido, más posesivo, en el que ambos se peleaban por el control completo de la situación. Mientras las manos de la morena recorrían toda la espalda de Derek, las de él buscaban el cierre su sujetador, el cual terminó por encontrar, desabrochar y quitar. Volvió a besar su cuello, mientras que sus manos recorrían todo el cuerpo de ella, acariciándolo. Sus besos siguieron bajando, y ahora se encontraba mordiendo y subcionando su pecho derecho mientras que el izquierdo era consentido por su mano en todos los sentidos posibles.

Cuando se dio por satisfecho siguió bajando, a la par que sus manos. Besó todo su abdomen, mientras se encargaba de desabrochar el pantalón de la chica, el cuál empezó a bajar. Volvió a subir hacia arriba, dándome un beso en los labios, pero está vez fue Elara quien mordió su labio inferior para poder introducir dentro su lengua.

La Alfa se movió rápidamente poniéndose encima de él mientras seguían besándose. Las manos de ella estaban sobre los pectorales de Derek, mientras que las manos de él se estaban encargando de hacer bajar su pantalón, aunque parecía que le costaba, lo que hacía, que cada vez que gruñera, Elara sonriera divertida. La morena separó sus labios de los de él, y comenzó a besar su cuello, haciendo lo mismo que él la había hecho a ella. Siguió bajando sus besos, hasta el empiece de su pantalón el que hizo desaparecer con mejor coordinación. Volvió a besarlo en los labios, está vez no fue con la misma ferocidad de antes, pero sí con la misma pasión y deseo.

Derek volvió a girarse, volvía a estar encima de ella, sus manos volvieron a recorrer su pecho, donde masajeó su seno derecho, haciendo que soltara un gemido contra sus labios, lo que provocó que sonriera. Sus manos llegaron hasta su zona íntima, la cual empezó a masturbar sin tocarla directamente, ya que entre sus dedos y el clítoris de la chica, solo había un trozo de tela. Los gemidos de la morena eran, cada vez, más sonoros, cada movimiento por su parte, cada acción, era un paso más hacia la locura y él lo sabía perfectamente. Mientras la masturbaba, besaba, mordía, lamía y subcionaba su pecho izquierdo, haciendo que cada vez sintiera más placer.

Alejó su mano de la zona íntima de la chica y volvió a subir, otra vez hacia arriba, se miraron a los ojos, observando que la pupila de los dos sobrenaturales estaban completamente dilatados, se sonrieron justamente antes de volver a besarse. Elara se abrazó a su espalda, enroscando sus piernas en su cadera, haciendo que los sexos de ambos se rozaran. Aquello provocó que Elara se diera cuenta de la gran erección que tenía, sonrió con malicia obligándolo a girarse. La chica besó su cuello, está vez tomándose mi tiempo, mientras inhalaba su olor, siguió por su pecho y después por su abdomen. Llevó sus manos al inicio de sus boxers, con la intención de poder quitárselos.

Al dejar al descubierto su miembro lo tomó con sus manos y empezó darlas vueltas en círculos sobre él, Derek empezó a gemir, mientras cerraba los ojos, de pronto lo empezó a lamer lentamente, tomándose su tiempo. A Elara la encantaba el hecho de tener a Derek a su merced, después de unos segundos se lo metió en la boca. Al mismo tiempo que empezaba a moverse lentamente de atrás hacia delante mientras que con su lengua lo lamía, de un momento a otro, Derek la tomo del pelo y empezó a marcar el ritmo, cada vez era más rápido, su boca iba de atrás hacia delante mientras que sus manos jugueteaban con el extremo que no quedaba en la boca de la chica. Estuvieron así un par de minutos hasta que Elara sintió como su miembro se empezaba a ensanchar, en ese instante Derek separó su boca y la giró para que se quedará debajo de él, justo a tiempo ya que después él se corrió.

Rápidamente se deshizo de la última prenda de la chica, mientras se acomodaba de mejor forma sobre ella, volvieron a besarse mientras entrelazaban sus manos. Entró en ella de forma lenta, mientras comenzaba a moverse acelerando sus movimientos. Estos se volvían cada vez más rápidos y salvajes haciendo que los gemidos de Elara también lo fueran. Cada embestida de él provocaba que Elara curvara su espalda, clavara sus uñas en la espalda de él y gimiera en voz alta su nombre. Por su parte, Derek tampoco se contenía, su respiración estaba casi más acelerada que la de ella y podía notarlo al tener su cabeza cerca del oído de ella.

Salía y entraba, con lentitud y salvajemente, así todo el rato, haciendo que Elara no soportara más el momento. Le obligó a girarse, quedándose encima. Marcando el ritmo, pero él tampoco lo permitió del todo y la agarró de la cintura. Ambos se movían salvajemente, haciendo que en toda la casa solo se escuchará sus gemidos y los movimientos que estában haciendo. Derek agarró de los brazos a Elara haciendo que se acercara a él y volvió a besarla, haciendo que el ruido desapareciera. Mientras lo hacía volvió a girarse, mientras la quitaba los mechones de pelo de la cara, acarió sus mejillas y sus brazos mientras que ella solo tenía sus manos en su cara. Volvió a moverse, y Elara enrosque sus piernas alrededor de su cadera haciendo que entrara más profundo. La mujer lobo bolvió a gemir su nombre contra sus labios, y esa fue la oportunidad que él utilizó para introducir su lengua dentro de su cavidad bucal, ambas lenguas se entrelazaron, mientras que Elara volvía a clavar sus uñas en su espalda haciendo que Derek soltara un gruñido cuando le hizo sangre.

Elara sonrió divertida justamente cuando un profundo ardor se instauraba en su bajo abdomen, mientras que su miembro comenzaba a ensancharse dentro de ella. Los movimientos de ambos se volvieron más rápidos, su boca se separó de la de ella por la falta de aire, mientras se apoyaba en el sofá para acelerar los movimientos, pero apenas tuvo que hacer mucha fuerza ya que ambos llegaron al orgasmo.

Salió de ella, pero antes de ello, la dio una última embestida y volvieron a besarse en los labios.

Ambos se subieron a la habitación de la chica y se metieron en la cama, mientras mantenían las respiraciones aceleradas. Elara se giró del lado opuesto, mientras que Derek se ponía a su lado para poder abrazarla y acercarla a él.

—Te quiero.— Susurró Derek, acomodándose para después, darla un pequeño beso en el cuello. Poco después, ya cuando sus respiraciones se habían calmado, ambos se quedaron dormidos.

★★★

Qué callados estamos, ¿no?

Oficialmente me he ganado mi pase al infierno. Posiblemente sea un pase VIP.

Se que es un capítulo largo, casi 3000 palabras. Pero es un capítulo Delara y debía de ser perfecto porque, avisó, que este es el último capítulo Delara de The Moon. Y también... Bueno hace unos días fue mi cumpleaños y que mejor forma que haciendo esta maravilla.

Ahora bien, se que puede parecer un capítulo poco importante, pero lo es. Lo que Elara le hace ver es una habilidad que se irá intensificando. Y tener en cuenta el hecho de que Elara sea una vidente de la muerte, porque para The Truth será muy importante.

Estoy muy emocionada y triste, porque estamos en la recta final de The Moon. Pero estoy asombrada con el buen recibimiento que está historia está teniendo. Sin duda los acontecimientos, la evolución de los personajes y todo, es lo que buscaba y lo que en Escorpión y Alfa, no llegaba a encontrar. Pero os aseguro que escenas Delara de Escorpión aparecerán aquí, aunque ya han aparecido escenas de su anterior versión.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥

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