CAPÍTULO 23: OJOS BRILLANTES (PARTE I)
—— OJOS BRILLANTES ——
—Ven aquí ahora mismo, Elara. Tenemos trabajo que hacer, y trae contigo a Scott.— Dictó Stiles mientras alumbraba con la linterna a todas partes
—Ya estoy en la cama, Stiles. Y Scott seguro que también.— Se quejó ella. —Además, ¿no crees que somos un poco mayores para estas bromas?— Se quejó la morena indignada.
—Si no estáis aquí en cinco segundos, os daré una paliza.— Les amenazó. —Cinco, cuatro, tres, dos.— Stiles se giró lentamente al sentir la presencia de alguien.
—Uno.— Dijeron al unísono Scott y Elara mientras mostraban sus ojos rojos y le asustaban.
***
Elara bajó las escaleras, mientras se colocaba la cazadora, a su lado paso Alexander corriendo mientras alborotaba su pelo.
—Alexander.— Se quejó ella mientras salía corriendo hacia él para quitarle los cereales.
—Les cogí primero.— Se defendió él.
—Pero yo fui la que les compro.— Le recordó su hermana mientras le quitaba la caja. Los dos hicieron brillar sus ojos.
—¿A veces me pregunto si lo que tengo son hijos o animales?— Preguntó Minerva riendo.
—Elara es medio animal.— Le recordó Alexander.
—Técnicamente no, porque no tengo la capacidad de transformarme en un lobo en su máximo esplendor.— Aclaró ella.
—¿Has hablado con Kiernan estos días?— Minerva miró a su hija.
—No voy a ser participe de su familia.— Habló la morena mientras cogía su mochila. —Me voy, Lydia pasará a por mí.— Minerva y Alexander se miraron con pesadez, si Elara pasaba tiempo con Kiernan no era por ella, lo hacía porque Minerva se lo había pedido y sabía que pasar tiempo con él, aunque sólo fuera para entrenar, era bastante complicado.
***
Elara se acercó a Stiles y Scott, justamente cuando los gemelos aparecían.
—Venimos a hablar con vosotros.— Habló Ethan con seriedad.
—Eso es algo nuevo en vosotros, normalmente pegáis, matáis y mutiláis.— Habló Stiles con resignación.
—Necesitáis una manada.— Aiden miró a los dos Alfas.
—Y nosotros un Alfa.— Concluyó su gemelo.
—Claro.— Ironizó Stiles. —Por supuesto que no.— Sentenció en nombre de sus amigos.
—Venisteís a nosotros pidiendo ayuda.— Les recordó Aiden.
—¿Porque deberíamos de decir que sí?— Preguntó Scott cruzándose de brazos.
—Nos dará fuerza.— Respondió Ethan.
—¿Sabes qué? Yo he oído suficiente.— Elara se marchó mientras entraba en el interior del instituto y buscaba a sus dos amigas.
Qué los gemelos fueran a pedirles ayuda, no solo la ocasionaba dolores de cabeza, sino que también la hacia preguntarse cómo era que de toda la manada, fueran ellos los únicos que creían que les darían una segunda oportunidad.
Elara se dirigió a su taquilla mientras guardaba en su interior sus libros de clase y cogía otras cosas.
—¿Sabes que es indignante?— Elara miró a su hermano de reojo. —Que tú te libres de los entrenamientos con mamá y luego con los Argent.— Se quejó él.
—Te dije que podías entrenar contigo.— Le recordó su hermana.
—Claro y ya de paso me transformo en un candelabro y hago de sujeta velas, ¿no?— Ironizó haciendo que la morena riera.
—Bueno mi propuesta sigue en pie, hasta que decidas aceptarla.— Elara cerró su taquilla mientras empezaba a sentir un pequeño cosquilleo que empezó a recorrer todo su cuerpo. Sabía que aquella sensación se debía a que en un par de minutos o de horas tendría una visión, por ello debía de reprimir el deseo de verla lo máximo posible para no asustar ni revelar el secreto a nadie. Por qué, aunque fuera el día de Halloween, serían muchas las cosas que debería de explicar, entre otras sus pequeñas o grandes heridas, y a veces profundas, que aparecían en su cuerpo, para luego desaparecer sin dejar rastro.
***
—Espera.— Elara y Alexander detuvieron a su madre. —¿Te refieres a William Barrow el bombardero del autobús?— Preguntó Alexander con seriedad.
—Sí, ha sido visto cerca de aquí estamos rodeando el perímetro, pero vosotros podéis encontrarlo. Se que podéis hacerlo, pero no os mostréis a él. Esta obsesionado con "los ojos brillantes" y los tres sabemos a qué se refiere con ello.— Minerva se marchó, mientras Elara y Alexander se miraban mutuamente.
—Iré a casa a hacer el hechizo de rastreo.— Dijo Alexander mirando a su hermana.
—Y yo iré a decírselo al resto. Ten cuidado.— Elara miró a su hermano con una pequeña sonrisa.
—Confianza y poder.— Sonrió el brujo.
—Confianza y poder.— Elara le devolvió la sonrisa mientras los dos tomaban caminos separados.
***
—¿Barrow fue a por chicos con "los ojos brillantes? ¿Eso dijo?— Preguntó Isaac a Elara mientras ellos dos, junto a Stiles, Lydia y Allison, bajaban las escaleras.
—Sí.— Respondió Stiles por su mejor amiga. —Pero eso no es todo, nadie sabe cómo se ha despertado de la anestesia, pero cuando le han abierto, han encontrado un tumor con moscas vivas.— Les explicó.
—¿Has dicho moscas?— Preguntó Lydia deteniéndose.
—¿Lydia que pasa?— La preguntó Elara confundida.
—Llevo todo el día escuchando ese zumbido.— Les explicó.
***
Elara entró en el baño de chicas mientras se agarraba al lavabo para poder soportar la visión que estaba apunto de tener. Todo en ella estaba comenzando a ser doloroso y, apenas, era capaz de mantenerse calmada sin rugir o sin transformarse. Y, antes de que pudiera detenerlo, sus ojos se volvieron de color verde.
***
Elara despertó en mitad del bosque, el cielo tenía un aire plomizo, como si en cualquier momento se fuera a desatar una terrible tormenta. Regresó su mirada al bosque, mientras se daba cuenta de que se parecía mucho a la vez que estuvo en el limbo, pero aquello era imposible, ella necesitaba a Alexander para entrar en el limbo o en el purgatorio, no podía hacerlo sola ¿o sí?
—¿Hola?— La voz de Elara resonó en todo el lugar como un eco.
—¿Lara? ¿Qué haces aquí?— Al escuchar la voz de Heather formular aquellas dos preguntas, Elara sonrió, al mismo tiempo que se daba cuenta de que estaba en el limbo.
—¿Mamá? ¿Como he llegado hasta aquí?— Preguntó Elara confundida.
—No estoy muy segura. ¿Que ha pasado?— Elara puso una mueca de duda.
—Soy un Alfa.— Resumió Elara.
—¿Y que más? Parece que no te gusta serlo.— Elara suspiró.
—Alex hace magia negra, mi padre adoptivo murió por el Darach, he conocido a Kiernan y...— Heather la miró desconcertada.
—Y has sido marcada.— Sentenció ella, Elara la miró sorprendida. —Lo supe al ver el anillo. Pero me alegro, en parte, de que hayas conocido a Kiernan. Él es una buena persona, no es como el resto de Argent. Y mataría, aunque no puedo, que te quiere más que a nada en el mundo.— Elara se encogió de hombros. —Tal vez sientas rencor por lo que Gerard y Kate hicieron, pero no todos son culpables de los actos de todos. Por qué, entonces, deberías de culpar a también a otros de lo que te han hecho.— Heather miró a su hija con seriedad.
—¿Y que hago aquí? ¿Como he entrado? Se supone que para entrar en el limbo o en el purgatorio se necesita de un brujo, y Alexander no está cerca mío.— Elara quería evitar hablar de su padre biológico.
—Por ti, al ser un Alfa has despertado esa unión que tienes. Tu eres el límite entre la vida y la muerte. La única persona que camina entre dos mundos.— Elara frunció el ceño, mientras sentía como todo comenzaba a desaparecer. —Tu tiempo aquí se termina, me alegro de haberte visto, cielo. Y dale una oportunidad a Kiernan, todos merecemos una segunda oportunidad.— Elara asintió ante las palabras de su madre justamente cuando todo desaparecía ante ella.
***
Elara abrió los ojos de pronto, mientras comenzaba a parpadear para adaptarse a la luz del baño. Suspiró con pesadez, justamente cuando detectaba un olor a sangre. Alzó la cabeza viendo a un hombre, que por su estado supuso que debía de ser Barrow, se giró.
—Nunca me creyeron. Me dieron por loco. Pero eres una prueba. Les haré ver que yo tenía razón.— Aseguró Barrow electrocutando a la morena, para después dejarla inconsciente con un fuerte golpe en la cabeza.
★★★
Creo que no tengo mucho que decir en relación a este capítulo, pero siempre puedo recalcar como amo a Alexander y su relación con su hermana.
Realmente la relación de Elara y Kiernan será muy cambiante en esta historia, y en The Truth, al final de The Moon entenderéis a que me refiero, pero también es cierto lo que dice Heather, Kiernan mataría a quien fuera por su hija, aunque no lo haya demostrado, y os aseguro que alguien (creo que sabemos todos quién será) se lo va a recriminar.
Vale, ya queda poco para nuestro Delara y prometo que va a ser hermoso.
¿Qué os pareció el capítulo?
Os leo ♥
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