CAPÍTULO 2: REENCUENTROS
—— REENCUENTROS ——
—¿Entonces debo de tomar esto y entraré en mi propio subconsciente?— Elara miró a su hermano confundida, mientras observaba el líquido marrón que estaba en el vaso.
—Sí, pero debo de hacer de guía para que puedas contactar con tu madre y no te quedes perdida en aquel lugar. Pero será fácil, al ser una vidente de la muerte te será más fácil contactar con muertos.— Elara asintió mientras relajaba sus hombros.
—Hagámoslo ya antes de que alguien nos pille y nos detenga.— Sonrió ella mientras se bebía de un trago la sustancia del vaso. —Dios, esto sabe peor que el aconito.— Alexander rió mientras su hermana se tumbaba sobre la cama y él empezaba a hacer el hechizo. Instantes después los ojos de ambos brillaron para que segundos después, los de Elara se cerrasen de golpe.
***
Elara despertó en un lugar lúgubre, estaba rodeada de árboles y de oscuridad. A lo lejos escuchaba lamentos, gritos de horror que hacían que mirase a todas partes completamente asustada. Inspiró profundamente mientras comenzaba a caminar atraída hacia una determinada dirección.
—¡Ayuda!— Elara se giró asustada viendo a una mujer medio decapitada, retrocedió. Salió corriendo perdiéndose entre la maleza.
***
Alexander abrió los ojos al sentir como Elara cortaba la conexión, miró confundido a su hermana, abrió uno de sus ojos viendo que este era de color verde, pero por segundos cambio a color rojo, retrocedió asustado cayendo al suelo. De pronto el teléfono de su hermana comenzó a sonar, se acercó a él y descolgó sin mirar quién era.
—Creo que he dejado a Lara en el limbo.— Se limitó a decir.
—¿Qué has echo qué?— Preguntó Derek confundido.
—Mierda.— Murmuró el rubio al escuchar la voz del Alfa.
Alexander le colgó, mientras observaba que de los oídos de su hermana comenzaba a salir un poco de sangre. El brujo agarró su mano y noto que estaba fría. Frunció el ceño. Había leído e investigado sobre el limbo, sobre lo que había en él o lo que les pasaba a aquellas personas que entraban, pero jamás había oído que se quedarán helados, estaba claro que era Elara la que había roto la conexión o algo allí no le quería a él cerca de la castaña.
***
Elara llegó hasta un árbol cortado. Le miró confundida mientras recordaba que parecía estar en el centro de aquel lugar. Junto a él había una mujer, y en aquella zona era la única donde brillaba la luz. Sabía que lugar era aquel. El Nemeton. Sonrió. Mientras centraba su vista en la mujer. Estaba de espaldas a ella, pero jamás olvidaría aquella silueta. Al reconocerla los ojos se la llenaron de lágrimas mientras se mordía los labios intentando contener las lágrimas.
—¿Mamá?— Consiguió decir mientras adquiría una actitud algo más calmada. La mujer se giró mostrando a Heather, la cual miró sorprendida a Elara.
—¿Lara?— La Beta sonrió mientras corría hacia su madre para poder abrazarla mientras comenzaba a llorar desconsoladamente. —Mi niña.— Heather la separó de ella para mirarla. —Cuanto has crecido. La última vez que te vi me llegabas por la rodilla.— Ambas rieron. —¿Qué haces aquí?— Elara inspiró profundamente.
—Escribiste, en uno de tus cuadernos, "las puertas". Nadie que conozco y que sabe de los sobrenatural, y conozco a muchas personas, sabe a qué te refieres. Por eso he recurrido a esto. Se que es arriesgado, pero debía de hacerlo. Tal vez nos ayudaría con los Alfas, igual que nos ayudaste con Gerard.— Heather sonrió.
—Así que has seguido mis pasos, eres el druida de una manada.— Elara puso una mueca de duda, mientras la mostraba sus garras. —Vaya, eso es más divertido.— Rió Heather. —Las puertas es un lugar. En uno de los diarios hay un dibujo, es un falso dibujo. Es una habilidad familiar desde hace generaciones, sabrás hacerlo. Ese dibujo esconde la verdadera historia de la creación de las criaturas sobrenaturales. No puedo decirte más, Elara. Lo siento mucho.— La castaña sonrió de lado mientras asentía y sonreía.
—Al menos es algo.— Respiró aliviada.
—Debes de tener cuidado, Lara. Lo que eres, el don que tienes, es muy valioso para muchos. Matarían con tal de poder ver el futuro. Por eso nuestra familia a sobrevivido, por eso somos los últimos videntes, porque sabíamos en quien confiar este secreto.— Elara puso los ojos en blanco.
—Menudo don, mamá. Parezco la loca de Beacon.— Murmuró.
—No debes de temer lo que eres. Posees un don muy valioso, un don que nunca debes de interpretar como una maldición, porque es entonces cuando te acabará destruyendo.— Explicó Heather con seriedad.
—¿Y como lo controlo? Llevo todo un verano intentando ocultar lo que las visiones me hacen, dudo que pueda seguir haciéndolo toda mi vida.— Heather suspiró mientras se sentaba en el tocón y Elara imitaba su gesto.
—Ver la muerte es complicado, lo entiendo. Pero puedo ayudarte. ¿Recuerdas el collar en forma de cabeza de cuervo que a veces llevaba?— Elara asintió.
—Sí.— Heather sonrió aliviada.
—Pontele. Te ayudará a equilibrar tus dos naturalezas. El simple hecho de ser una mujer lobo hace que una parte de ti se descontrole. Y es ahí, con las visiones, donde lo hace. El collar te ayudará a equilibrarlo, pero lo mejor es que para dormir no le lleves. Abusar de su finalidad puede traerte graves consecuencias.— Elara asintió.
***
Alexander observaba como su hermana seguía en aquel estado, la frialdad de su cuerpo había cesado, lo que tal vez era una buena señal, ya que tampoco había vuelto a sangrar de los oídos.
—¿Acaso os debo de estar vigilando para que no hagáis estupideces?— Preguntó Derek entrando en la habitación de la chica.
—Ella quiso hacerlo. Y ella rompió el vínculo de guía.— Derek frunció el ceño al escucharle.
—¿Por qué rompió el vínculo?— Alexander se encogió de hombros.
—Es lo que no se. O ella no me quería allí o alguien no quería que estuviera, sea lo que sea, tiene el tiempo limitado o sino se quedará allí encerrada. Espero que haya conseguido encontrar a Heather.— Murmuró suspirando.
—¿Crees que lo ha conseguido?— El Alfa se apoyó en la pared mientras se cruzaba de brazos.
—Esperemos que sí.— Respondió con temor.
***
—Debes de irte, Lara. Si pasas más tiempo aquí será peor para tí.— La castaña negó.
—No quiero irme, mamá. No quiero dejarte aquí.— Aseguró Elara mientras Heather sonreía.
—Debes de hacerlo. Te aseguro que volveremos a vernos. Y siempre estaré dispuesta a ayudarte, pero este no es tu lugar. No ha llegado tu hora de morir. Viniste aquí para buscar respuestas, para poder proteger a tu manada, a tus amigos y a tu familia, tal y como un Miles hace, pero debes de dejarme. Ellos te necesitan más de lo que ellos o tu podéis imaginar.— Un par de lágrimas resbalaron por las mejillas de la morena.
—Te echo de menos.— Elara la abrazó.
—Y yo a tí, hija. Más de lo que puedes imaginar. Pero debemos de separarnos. Estoy segura de que la próxima vez que nos veamos, cosa que espero que sea dentro de mucho tiempo, me hablaras de todo lo que has vivido y de lo feliz que has sido.— Elara asintió. —Se feliz, hija. Vive y disfruta de la vida. Por qué te aseguro, y te lo digo como vidente, que el futuro te tiene planeado cosas increíbles. Por supuesto vas a llorar y a sufrir, pero te hará más fuerte. Nunca dudes de lo que eres y quien eres. Eres mi hija y digan lo que digan siempre lo serás, al igual que eres la hija de Tyler y de Minerva Rogers. Eres lo mejor que me pasó en la vida y no cambiaría nada.— Heather abrazó a su hija mientras sus ojos se cristalizaban.
***
Elara despertó de golpe mientras miraba a todas partes desconcertada. Se levantó de la cama mientras encendía la luz de su mesilla, se acercó a los diarios de su madre y se sentó en el suelo para poder empezar a buscar el dibujo del que la había hablado.
Alrededor de ella estaban todos los cuadernos, mientras que ella pasaba las páginas rápidamente, no se detendría hasta buscar el cuaderno indicado. Era la única pista que tenía, la única, posible, explicación a lo que estaba pasando, y tal vez, la solución.
—Lara.— La castaña ignoro a su hermano mientras pasaba rápidamente de página. —Se volvió loca.— Dictó al ver que era ignorado por ella.
—Estoy buscando, agradecería que te callarás.— Respondió ella mientras dejaba otro cuaderno en su lado izquierdo para coger otro cuaderno.
—¿Qué busca?— Preguntó en ese momento Derek poniéndose en el marco de la puerta.
Elara se puso de pies rápidamente para después volver a sentarse sobre su cama, mientras observaba el dibujo de un cuaderno con la triple luna y la estrella de pitagórica o de cinco puntas.
—Le he encontrado.— Murmuró aliviada.
—¿Esa es la respuesta que tú madre te ha dado?— Preguntó Alexander poniéndose al lado de su hermana.
—La respuesta está dentro del cuaderno.— Los dos sobrenaturales fruncieron el ceño al escucharla.
—¿Y cómo vas a sacar el cuaderno de ahí? Es un dibujo.— Respondió Derek con obviedad.
—Eso es lo que no sé todavía.— Elara suspiró mientras mantenía su mirada fija en el cuaderno, mientras sonreía internamente. Estaba feliz, había vuelto a ver a su madre, y eso era algo que jamás olvidaría, ni mucho menos olvidaría de lo que habían hablado.
★★★
Al fin tenemos la aparición de Heather. Moría por hacer este capítulo y más publicarlo.
Creo que todos necesitábamos un momento Heather y Lara. Ese reencuentro que tanto hemos querido.
Se que estos dos capítulos no son relevantes con relación la historia, pero es necesario para que entendáis todo lo que va a pasar en esta parte.
¿Qué os pareció el capítulo?
Esta semana publicaré todos los días, la que viene solo habrá tres actualizaciones.
Os leo ♥
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