𝟢𝟣│𝐍𝐞𝐰 𝐜𝐡𝐚𝐧𝐜𝐞
( CAPÍTULO UNO ! ˚₊ ✧ )
❝ nueva oportunidad ❞
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Por las calles de la isla de los perdidos caminaba Ginger a pasos seguros y rápidos, algunos la veían con desprecio y otros con miedo. Ella no les prestaba atención, los que la despreciaban era por su actitud y los que le temian, por su astucia al ser la mejor bandida de la zona.
El sonido de sus botas tocar el piso gracias a sus fuertes pasos se hacia presente cada que estaba molesta, la chica andaba a pasos veloces hacia el lado sur de la Isla, de su boca salían murmullos de disgusto; y su expresión era de disgusto. Muchos se preguntaban que habia pasado ahora para que la hija de Gothel estuviera de mal humor.
Llego a su destino y subió al segundo piso rápidamente, finalizó su caminar empujando las puertas de la habitación, los presentes ahi la miraron.
—Dime que no es cierto, madre—soltó bruscamente dirigiéndose a su madre—dime que no es ciero lo que dicen en la Isla.
—Ginger—su madre caminaba lentamente hasta su hija, buscando las palabras correctas para darle la noticia que estaba volviendo locos a rodos—así que ya te enteraste.
—¡Con que es cierto!—afirmó la chica reclamando—¡¿por qué?!—preguntó molesta.
—Hija, debes saber que esta es una grande oportunidad para ustedes cinco—respondió la mujer calmada y con expresion neutra, la menor entrecerro sus ojos mirandola con sospecha—ademas, nos tendrán que traer la varita del Hada Madrina—finalizó la mujer pese a la mirada de Ginger.
—¡Ajá!—soltó la menor—sabía que algo tramaban—acusó la menor—¿y si me niego?—preguntó a su madre.
—Pues—hizo una pausa—desobedece y veras lo que sucede mi querida nen—amenazó la mayor.
Ginger soltó un bufido en forma de reproche—¿por que de repente le tuvimos que importar al principito ese?—se quejó para si misma.
—No sólo es cualquier principe Gin—le señaló Evie—Es el hijo del rey Bestia y la reina Bella, ¡será el proximo rey!—dijo la peliazul emocionada—¿crees que encuentre un principe allá?—le preguntó a la rizada, está fingió rodar los ojos con desagrado
—Probablemente Ev, quien no querría estar con alguien linda como tu—dijo sin importancia pero sincera. Su amiga solto un chillido de emoción.
—Evie—llamó su madre a la peliazul—mi linda malvadita, tu buscate un príncipe con un enorme castillo y una ala para la suegra-le decía con una sonris.
—Y cientos cientos de espejos—dijeron madre e hija al unísono con emoción.
—No se llevarán a mi carlos por que lo extrañaría demasiado—ahora fue Cruella la que habló señalando a su hijo.
—¿Enserio mamá?—preguntó el niño con esperanza.
La mujer en respuesta comenzó a nombrar las cosas en las que queria que Carlos le atendiera.
—Si, tal vez la escuela no sea tan mala—mencionó el en respuesta.
—Carlos, tienen perros en auradon—le señaló su madre con falsa lastima para hacer que su hijo se niegue a ir, y funcionó, ya que su hijo se nego a ir enseguida.
—Jay no irá tampoco—se negó también Jaffar—lo necesito para llenar los estantes de mi tienda—dicho esto se alejo un poco con su hijo para que le mostrara lo que había robado.
—Evie no irá a ningún lado hasta que nos deshagamos de esta uniceja—se unió la reina mlavada.
—Creí que querías que se consiguiera un principe—habló Ginger recordando lo antes dicho por la mujer.
La cara de Malefica demostraba molestia-¿qué ocurre con todos ustedes?—los atacó la de cuernos—¡sabemos que las personas se asustaban apenas escuchaban nuestros nombres!—todos los ahi presentes la miraban con atención—¡veinte años intentando escapar de esta isla!, ¡veinte años sin que nos permitan tener nuestra venganza!—soltó con molestia.
—Vengarnos de Blanca Nieves y esos hombresillos—señaló a la reina malvada, esta en respuesta solto un quejido de molestia.
La mujer dirijio su vista a Jaffar—vengarnos de Aladdin y su patetico genio—le recordó al hombre.
Caminó a pasos rapidos hacia donde se encontraba Cruella y su hijo—vengarnos de cada escurridizo dalmata que se escapó de tus manos.
—Oh pero yo tengo al bebe, ¡yo tengo al bebe!—ella comenzó a reir malvadamente.
Malefica caminó a pasos lentos hacía Gothel y Ginger—y vengarnos de Rapunzel y su estúpido cabello magico.
La expresión de Gothel que antes era neutra, ahora era de enojo y rencor-¡Ginger!-volteó a ver a su hija aúncon su expresión de enojo-¡quiero que dejes calva a esa mujer y le quites la piel a su estupido camaleon!
La nombrada la miró con incredulidad—¿enserió crees que veré a Rapunzel?—preguntó con aburrimiento.
—Y yo, Malefica—siguió hablando la mujer de cuernos—la mas malvada de todos—se dirigió a donde se encontraban Evie y su madre sentadas y tomo un espejo que tenia en sus manos—lograré empezar a vengarme de la bella durmiente y su inalcanzable principe—enfatizó lentamente—¡villanos!—llamó firmemente a los mayores—nuestro dia llegó—Reina—nombro a la madre de Evie—dale el espejo magico—le ordenó, a lo que esta respondio con un corto "si".
—¿Este es tu espejo magico?—preguntó la peliazul con una mueca a su madre.
—Ya no es lo que era antes—respondió—pero tampoco nosotros—río junto a la madre de Mal—te ayudara a encontrar cosas.
—¿Un principe quizás?—Ginger rodólos ojos.
—Quizá mi cintura—dijo también la Reina Malvada.
—Quizás la varita magica, ¿¡hola!?—resoplo Malefica con fastidio—¿mi libro de encantamientos?—Reina le señaló la nevera—Oh si, la caja fuerte.
La pelinegra rizada mas joven ahí miraba con gracia como Malefica pedía la ayuda de su madre y la Reina Malvada para abrir la dichosa caja fuerte, que sólo era la nevera. Finalmente abrieron la puerta del objeto Malefica tomó su libro con emoción.
Mal se puso de pie y camino rápidamente hasta su madre—no sirve de nada aqui, pero servirá en Auradon-le dijo la mujer—¿recuerdan? ¿cuando esparciamos el mal y arruinabamos vidas?—les preguntó con nostalgia a los demas villanos.
—Parece que fue ayer—respondió la madre de Evie.
—Y ahora, ustedes tendrán recuerdos propios, pero solo si hacen lo que yo diga—dicho esto le tendió el libro a su hija.
Una bocina sonó en el lugar haciéndoles saber que habían llegado por ellos para llevarlos a Auradon. Cada uno de los villanos se dirigió a su hijo para despedirce y hablar con ellos.
Ginger se encontraba de pie en el marco de la puerta con su mochila ya en mano esperando a sus amigos, viéndola desde una pequeña distancia su madre caminó hasta ella.
—Hija—la llamó, la menor la miraba llegar con algo en sus manos.
—Madre—respondió ella.
—Quiero darte esto—le tendió un bulto de tela negra, su hija la tomó y extendio, viendo que su madre le había dado su capa negra—no es todo, tengo otro obsequio para ti.
La chica la miro curiosa viendo a su madre sacar una pequeña caja de terciopelo rojo con patrones en el y extenderla hacia ella—usala si la necesitas, y si no, solo tenla cerca de ti.
Ginger tomó la caja queriendo abrirla, pero sintió que no era el momento, asi que la metió dentro de su mochila de un brazo y salió de la habitación.
Detrás de Evie salía Ginger caminando ahora lentamente y con su expresión neutra, su amiga peliazul abrió labpuerta de aquiella limusina en la que los llevarian a su nueva escuela.
—¡Vuelve aquí!—se escuchaban los gritos de Cruella corriendo detras de su hijo—¡Carlos!
El niño salió apresurado lanzando su maleta a la cochera y entrando rápidamente al vehículo, evitando así que la rizada entrara primero. Ya que el chico de blanco y negro estuvo dentro, la peliazul le cedió el paso a su amiga y finalmente entró, quedando Ginger entre Evie y Carlos. Mal fue la última en subir.
—¡Traeme oro!—pidió el padre de Jay.
—¡Traeme un perrito!—se escuchó Cruella
—¡Trae un principe!—ahora fue la madre de Evie quien habló.
El vehículo ya estaba empezando su camino, cuando todos los jovenes dentro se percataron del monton de dulces y chocolates que había en varios tazones, Jay y Carlos comenzaron a pelear por los dulces, Evie tomó un caramelo azul y Ginger tomó una paleta redonda de color rojo.
—Hoy estás algo palida, dejame ayudarte—le dijo Evie a Mal acercando una brocha a su cara, a lo que esta quito su mano y se quejó.
—Quiero pensar—dijo la pelimorada para que su amiga no lo tomara mal.
—¿Piensas?—habló finalmente Ginger con tono burlón. La de morado la miro mal.
—¿Por que no ves de lo que estan hablando Carlos y Jay?, su conversación parece interesante—le señaló mal, Ginger solo volteó a ver a sus amigos viendo que discutian sobre conocer un chocolate.
—No gracias, te daré el honor de hacerlo tu—respondió para luego ignorar a sus amigos y cerrar sus ojos relajada hasta que escuchó un grito de Evie que la hizo abrirlos bruscamente.
—¡No!—Ginger hubiera seguido confundida de no ser por que vio que iban a cruzar la barrera de la Isla, pero no habia camino, solo el puente en ruinas—¡Es una trampa!.
Los cinco jovenes ahi cerraron sus ojos fuertemente y tomaron sus manos asustados, esperando la caida al mar que nunca llegó.
—Por un momento creí que al fin moriría—habló la rizada luego de acomodarse en su asiento, sus amigos la vieron con incredulidad—¿qué? ¿creen que vivir en la isla es mejor?—preguntó sarcastica.
Mal rodó sus ojos y miró al conductor—¿este es el control que abrió la barrera magica?—le preguntó señalando un pequeño control negro en sus manos.
—No, este es el que abrió la barrera magica—respondió mostrando uno igual en sus manos—y éste—apreto un boton, que cerró la ventanilla por donde los veía.
—Waoh que simpático—soltó sarcastica la rizada.
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Espero que disfrutes esta historia tal como lo hago yo escribiendola, tqm
─𝓜.
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