𝟢4│𝐃𝐚𝐠𝐠𝐞𝐫
( CAPÍTULO CUATRO ! ˚₊ ✧ )
❝ daga ❞
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Minutos previos a la ida de la menor de los Rider, la rizada recordó la pequeña caja que su madre le había otorgado.
Pese a estar sola en la habitación decidió encaminarse hacía el extremo de su cama en donde su mochila estaba posada sobre el comodo colchon.
Mirandola detenida y atentamente por unos cortos seguidos decidió finalmente levantar la cubierta roja para descubrir lo que escondía su interior.
Sus ojos se agrandaron con sorpresa al ver aquel objeto brillante, que a pesar de los años podía ver perfectamente su reflejo en el. La rizada observó atenta, decidiendo finalmente entrar su mano en la pequeña caja y tomar la daga en su interior.
Empuñandola en su mano y levantandola de la tela que la acunaba en su interior, la acercó hasta la altura de su rostro, examinandola de arriba hacía abajo, de lado a lado.
La morena silenciosamente miraba el objeto filoso, que la tentaba a hacer cosas que en aquel lugar eran prohibidas, pero en la isla bien recibidas.
Tras scuchar pasos y voces fuera de la abitación, se apresuró a guardar rápidamente la daga de nuevo en su lugar, metiendola en la cajonera que se encontraba a un lado de la que ahora era su cama.
Apenas y pudo regresar a su lugar cuando la puerta fue abierta y de esta se lograron divisar una alegre Tina y una risueña Jaelyn, que al ver en el cuarto solamente a Ginger mirandolas desde su cama, sus caras se tornaron con una clara incomodidad.
—Oh, perdón por entrar así de repente, veníamos con Raizel—la morena mas alta habló rompiendo el silencio.
—¿Sabes a donde fue por casualidad?—preguntó esta vez la hija de Jazmín.
—Dijo que iría con Ben—respondió cortamente Gothel.
Para ser sincera, a Ginger le gustaba haber salido de la isla, pero no le gustaba Auradon, la hacía sentir como el centro de atención, y claro no se quejaba; pero ese lugar era muy colorido a comparación de su antigo hogar.
—Oh, está bien ,gracias Ginger—la hija de Tiana, le sonrió y se dirigió hasta la puerta junto a su amiga mas baja—Nos vemos.
Ginger dejó sacar el aire que se acumulaba con creces en sus pulmones y echó un suspiro de fastidio. Sin duda alguna estar rodeada de hijos de reyes y reinas le fastidiaba a montones.
A pesar de no agradarle Auradon, se dispuso a mantener sus cosas ordenadas, y decidió acomodar su poca ropa y pertenencias en los cajones vacios del armario.
De venir de la isla, Ginger era una persona perfeccionista y ordenada, y debemos agregar exigente, estas eran sus cualidades mas notorias y las mas grandes razones de los chicos de la isla para huir de ella.
Claro que su madre la había criado como una villana, pero también con modales, exigencia, y orden. Para ser la mejor villana que el mundo pueda conocer, según sus propias palabras. Su madre sabía que Ginger era mejor villana que la hija de malefica, y sabía perfectamente que la superaría.
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Llegado el atardecer se dispuso a encaminarse de vuelta al cuarto de las villanas, y planear el hurto de la varita del hada madrina. Con la daga dentro de la pequeña caja que llevaba en sus manos salió cerrando la puerta tras ella.
Caminando serenamente por el pasillo lleno de puertas, pensaba el cual tardío sería para ellos el volver con sus padres, muchos escenarios relacionadas a si lo lograban o fracasaban rondaban por su mente.
Si lo lograba, su madre estaría orgullosa de ella y mano a mano gobernarian el reino de Corona destruyendo a Rapunzel y su familia, haciendo lo que siempre quisieron sin esconderse y sin miedo de ir a la guillotina.
En cambio.
Si fracasaba, la destruiría.
Y como todos los hijos de villanos, no quería decepionar a su progenitora.
Salió de sus pensamientos en cuanto se encontró nuevamente frente a la puerta de sus amigas, sin tocar, giró la perilla y abrió la puerta entrando normalmente. Esto ya era costumbre para ellos, ya que las casas en la isla no eran muy seguras y algunas llegaban a no tener puertas.
—Hola Gin—saludó la peliazul en cuanto la vio pasar.
—Hola Ev—le sonrió cortamente. La Gothel menor podría ser de corazon duro y sentimientos pequeños, pero para ella, Evie y Carlos eran como unos hermanos, incluyendo claro a Mal y Jay, pero con los primeros tenía una conexión única.
La pelimorada simplemente le dio un asentimiento de cabeza que la rizada respondió de igual manera. Ambas no se odiaban, al contrario, se querían mutuamente, ya que entre los cinco se cuidaban como hermanos. Pero había una brecha entre las dos pese a una pequeña rivalidad entre sus madres, ya que ambas querían y decían saber que una era mejor que la otra, esto a ellas les afectó en au momento, cosa que desde su salida de la isla se veía desvanecerse.
—¿Irémos ya a donde los chicos?—preguntó Ginger sentándose junto a Evie que doblaba la poca ropa que traía.
—Esperemos un rato mas a que todos se duerman, de igual manera aun no terminamos con eso—Mal señaló también sus pertenencias que iba guardando en cajones. La morena asintió comprensiva.
Mientras esperaban el anochecer las tres amigas charlaban de como les iba desde que llegaron y demás cosas como el lo perdidos que estarían si les fallaban a sus padres, también se daban ideas de como robar oa varita fácilmente, y preguntandose donde estará el dichoso objeto magico.
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—Deberíamos ir ya, antes de que alguien nos atrape—propuso Evie a sus dos amigas. Mal y Ginger estuvieron de acuerdo con ella y asintieron preparandose para salir.
Silenciosamente las tres villanas salieron del cuarto, Evie cerrando la puerta una vez todas estuviesen fuera, encaminandose a pasos cortos pero atentas a cualquier ruido.
—Oh, no te preguntamos, ¿cómo encontraste nuestra habitación, Gin?—preguntó la villana peliazul a la morena a su lado.
—Ah si eso—pensó un momento en las palabras que diría para no centrar el tema—el hermano de Raizel me lo dijo, un poco arrogante—respondió recordando con incomodidad.
Las comisuras en los lavios de la contraria se expanieron de oreja a oreja—¡¿Es guapo?!, ¡¿Es rubio?!, ¡¿Es guapo?!—con una enorme emoción palpando a flote comenzó a preguntar sacudiendo un poco el brazo de la rizada.
—Es arrogante—repitió Ginger lo que anteriormente dijo—y un algo gracioso—esto último con un notable sarcasmo. La hija de la reina malvada asintió complacida con su respuesta, tampoco queria incomodar a su hermana.
—¿Y como te va en tu convivencia con Raizel?—preguntó mal añadiendose a la conversación—apuesto a que no será facil dormir en la misma habitación que la hija de rapunzel.
—Claro que no, Mal—Ginger misma sabía que si hubiera tenido la oportunidad, ya le hubiera cortado su estúpido cabello magico—así que no se sorprendan si mañana lo tiene recortado nuy feo.
—Creí que te agradaba, le sonreias mucho—agrego Evie.
—Se le llama actuación, Ev. Mamá me preparó muy bien para este momento, no puedo fallar—su expresión se volvió una mueca desanimada.
—Okay, basta de recordar a nuestros padres por el momento—cortó la pelimorada el momento de melancolía—primero veamos como robar la bendita varita y después nos desanimamos si fallamos, cosa que no pasará.
Ninguna agregó nada mas y el resto de su camino a reunirse con Jay y Carlos fue silencioso, hasta que finalmente se encontraron con una puerta que de su interior se escuchaban las voces de los villanos que buscaban.
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Sinceramente no tenía muchas ganas de actualizar, pero hice una pequeña exepción y les traigo actualización especial por mi cumpleaños, recuerda comentar y votar tqm.
─𝓜.
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