Sebastien siempre se había aferrado al borde de la realidad, como si el mundo entero dependiera de las palabras de Theodore. Cada sílaba, cada inflexión, lo atrapaba en una telaraña de incertidumbre. ¿Por qué Theodore lo hería de esa manera? ¿Qué oscuro rincón de su alma albergaba tal veneno?

El atardecer se desplegaba ante ellos, un lienzo de colores cálidos. Izabella, observaba en silencio. Ella entendía más de lo que Sebastien quería admitir. Pero él no podía evitarlo. No podía dejar de buscar respuestas en cada momento del día.

Ojalá no hubieras nacido.

La frase resonaba en su mente como un eco persistente. ¿Qué había hecho para merecerla? ¿Acaso su existencia era un error? Sebastien se mordió el labio hasta sentir el sabor metálico de la sangre. No podía devolverle el insulto. No podía gritarle que también deseaba que Theodore nunca hubiera nacido.

Porque sería una completa mentira.

A los diez años, cuando Theodore pronunció esas palabras por primera vez, Sebastien estaba construyendo castillos de arena cerca del lago que su padre solía llevarlos. El sol dorado se reflejaba en el agua, y todo parecía perfecto. Pero Theodore, siempre tan reservado, dejó escapar su amargura. Sebastien sintió cómo su corazón se resquebrajaba.

A los trece años, en la clase de pociones, la misma frase se repitió. Por primera vez sus casas compartían clase. Theodore era un prodigio, mientras que Sebastien luchaba por seguir el ritmo. La frustración de Theodore se transformó en ira, y sus ojos grises se clavaron en Sebastien.

Ojalá nunca hubieras nacido.

Sebastien no entendía por qué. ¿Por qué Theodore lo atacaba? ¿Por qué lo desgarraba con esas palabras? Pero no podía enfadarse. No podía mostrar debilidad. Asintió, tragándose el dolor.

Y ahora, a los dieciséis años, Theodore había repetido la maldita frase. Sebastien se sentía atrapado en un bucle de desesperación. Izabella lo miraba con compasión. El no necesitaba a Theodore en su vida. No como él lo necesitaba. Pero, ¿por qué seguía aferrándose a alguien que lo lastimaba?

Ojalá no hubieras nacido.

Las lágrimas se mezclaron con los colores del atardecer. Sebastien apretó los puños. ¿Cómo podía amar a alguien que lo destrozaba? ¿Cómo podía seguir buscando su aprobación?

Izabella rompió el silencio. —A veces, las personas lastiman a los demás porque también están rotas por dentro. Pero tú... tú eres más fuerte de lo que crees. No necesitas a alguien que te haga daño.

Sebastien miró el cielo. El sol se hundía, y el mundo se sumía en la penumbra. Y entonces.

—Eres mi mejor amiga, mi hermana. No importa lo que diga Theodore. No importa cuántas veces me lastime. Tú siempre serás mi refugio en este mundo.

Izabella lo abrazo por los hombros acercandolo a ella, dejando que ocultar su rostro en el hueco de su cuello.

Sebastien se encontraba en un dilema. Las palabras de Theodore resonaban en su mente como campanas funerarias. ¿Debía seguir aferrándose a alguien que lo lastimaba? ¿O debía liberarse de esa cadena invisible y buscar su propia felicidad?

—Sebastien, no necesitas a alguien que te haga daño.

Sebastien asintió, pero su corazón seguía enredado en las palabras de Theodore. ¿Por qué Theodore lo atacaba de esa manera? ¿Qué habia hecho el para ganarse ese odio?

Sebastien se encontraba atrapado en un torbellino de emociones. Cada atardecer lo llevaba de regreso a esas cuatro palabras devastadoras. ¿Por qué no podía liberarse de ellas?

—No puedes seguir así. Theodore no es tu única opción. Es tu hermano o bueno, medio hermano, pero en lo que a mi respecta, mereces más que palabras hirientes, cuando tu lo único que has hecho es ayudarlo en cada problema que tiene, cada que tu padre le gritaba siempre te quedabas fuera de su puerta sin importarte que el te gritara.

—¿Qué debo hacer?—murmuró en el hueco entre el hombro y cuello de su contraria.

—No puedo decidir por ti, Sebastien, sólo...tienes la respuesta muy clara.

—Es mi hermano...

—Como tu se lo dijiste, ambos tienen conceptos muy diferentes al significado de esa palabra.

—No puedo evitarlo, Iza.

—Lo se.

Lune_black

Perdón por el capitulo tan corto pero...el siguiente será más largo y sólo una palabra lo describe: mortifagos...

Byeeeeeeeeeeee