El tiempo perdona pero jamás olvida...

Sus miradas se encontraron en un segundo que parecío eterno, ambos absortos en su espacio y vorágine de deseos que yacían dormidos.

- !Taehyung no pense volver a encontrarte!- fueron las palabras envueltas en la incredulidad de aquellos labios delgados y húmedecidos del alfa.

- Yo tampoco pensé que volveria a verte - Taehyung intento acercarse, pero fue rechazado por el alfa evadiendo el contacto y la mirada de aquellos hermosos ojos azules.

Taehyung retrocedió con exceptismo volviéndose acomodar en la silla ergonómica de su escritorio.
¿ Como has estado Jungkook?_ fueron sus palabras siguientes con una cálida voz.

- Estoy bien ¿y tu como has estado?- prosiguió Jungkook de una manera fría acomodando la jaula en suelo.

- Estoy bien gracias -respondió sutilmente-¿y en qué puedo ayudarte Jungkook?- cruzo sus muñecas en la mesa del escritorio y mientras bajaba la mirada en dirección del perro que yacía cansado en la jaula.

- Verás mi perro se lastimó la pata por perseguir un estupido gato, pensaba curarlo por mi propia cuentapero la herida al parecer es profunda.

- Entiendo déjame y lo reviso.

Taehyung se levantó en dirección al perro, se colocó unos guantes desechables sacándolo de la jaula y prosiguió a revisarlo cuidadosamente.

- Parece que es una herida punzante, no es muy profunda y ha sufrido poca erosión, le tendré que colocar anestesia local y hacerle una pequeña sutura. Le dejaré antibióticos y analgésicos para el dolor, no es nada grave puedes venir por el en la tarde.

- Entiendo, no sabías que eras veterinario, pensé serias abogado como tu padre y tu abuelo.

- Siempre fui espíritu libre Jungkook, decidi estudiar lo que a mí me apasiona, no lo que los demás me impongan
Y por cierto ¿ tus padres como están?.

- Ellos están bien gracias- dijo secamente mientras se comia con la mirada a Taehyung en lo que se inclinaba a recoger un bolígrafo, la suavidad con la que los mechones castaños se deslizaron sobre su frente y el olor de sus feromonas chocando en sus fosas nasales lo habían dejado atónito unos segundos.

- No sabía que serías alfa y mucho menos que Bogum seria tu omega _ exclamo Jungkook algo sorprendido mientras sacaba un cigarrillo y buscaba un encendedor.

- No puedes fumar aquí Jungkook, si quieres hacerlo tendrá que ser afuera_ dijo el alfa con una leve sonrisa.

- ! No me jodas Taehyung!- exclamó el alfa molesto volviendo a guardar el cigarrillo en su cajetilla.

- ¿Porque te sorprende que sea un alfa Jeon?- prosiguió el castaño tirando los guantes al cesto de basura.

- No lo sé, siempre me pareciste muy débil y delicado para ser un alfa- sonrió de manera burlesca.

Taehyung paso por alto la manera como el pelinegro se expresó de el — yo ya sabía que serias alfa sonrió— no me digas que ya olvidaste aquella noche en la casa del árbol.

- No se de qué diablos me estas hablando!

- Ya veo lo olvidaste - Taehyung suspiro pesado, una pizca de desilusión se anido en su corazón.

- ¿Aún conservas aquella cajita negra?- agrego el alfa mientras se levantaba abrir la puerta para llamar a Jimin.

- Tiré a la basura esa tonta caja el día que me fui- respondió malhumorado.

El alfa se quedó en silencio enfrente de la puerta un sentimiento doloroso le espinaba el corazón.

- Entiendo, has cambiado mucho Jungkook ya no eres el niño gentil y tierno de aquel entonces, sabes te busqué por muchos años, inocentemente pensé que tú me escribirias.

- ¿Porque iba escribirte Taehyung? estando lejos me olvidé de ti.

- Entiendo - Taehyung empuñó sus manos, devolviéndole una sonrisa fingida_ ¿Y dime Jungkook tu lobo también me olvidó?.

El pelinegro no dijo nada se quedó en absoluto silencio.

- Jimin puedes venir un momento - dijo al abrir la manecilla de la puerta.

- Por cierto Jungkook ¿como se llama tu perro?

- Se llama Bam.

-Jimin puedes llevarte a Bam a la sala de curaciones llegare allí en breve.

- Ok Tae.

El omega tomo al perro y se lo llevó, dejando a los dos alfas en un momento realmente tenso e incómodo no se necesitaba ser adivino para notarlo.

Taehyung cerro nuevamente la puerta no tardó en darse la vuelta cuando fue bruscamente empotrado contra la pared por Jungkook.

Mío - El lobo de Jungkook gruño aruñando exigiendo poseer aquel alfa hermoso de exquisita cintura, piel tersa labios voluminosos y clavículas pronunciadas.

-!Que crees que haces Jungkook! -en un intento inútil por soltarse del agarre del pelinegro.

El alfa ignoro las palabras de Taehyung, su respiración se sentía agitada y sus boca sedienta por probar los labios gruesos del castaño.
Los instintos de su lobo le habían nublado el uso de razón, deseaba morder aquellos labios, su lengua ansiaba recorrer ese cuello y estacionarse en la manzana de adan, sus manos ardían por recorrer la esbelta figura de Taehyung, el era un alfa perfecto desbordando sensualidad
en cada milímetro de su anatomía, sus muslos duros y bien contorneados, sus piernas gruesas y largas, sus manos delicadas pero al mismo tiempo sus venas resaltaban sobre estas, Jungkook podía fácilmente escuchar los latidos punzantes en ellas.

Levantó su rodilla izquierda rosandola en la entrepierna de Taehyung, morbosamente pudo sentir aquel miembro grande semi despierto digno de un alfa.
Jungkook no pudo resistirse más tiempo afianzó con más fuerza la cintura del contrario y lo beso bruscamente en beso rudo y fogozo, acto que fue placenteramente correspodido, ambas lenguas ardían como brazas revolcándose como el magma de un volcán en erupción.

Dos lenguas uniéndose en la hoguera del deseo buscándose con frenesí y locura,
una estrecha brecha entre lo prohibido y lo puro se había roto para siempre.
un bálsamo que cura y a la vez envenena sería aquel encuentro indecoroso.

Dos lobos que habían estado dormidos recién despertaban, dos pieles que se habían olvidado se clamaban, añoraban mezclarse y fundirse como las fauses de dos ríos violentos, jadeos, gruñidos obsenos se escucharon en aquella habitación cerrada.

- !Sueltame!- dijo el castaño soltandose de esos labios perversos, el alfa lo había mordido durante el intenso beso, el olor a metal se escurría sobre sus labios, deslizo lascivamente su lengua probando su misma saliva acusosa teñida de sangre.

Ambos perniciosamente excitados en una densa ola de feromonas, los había cegado por unos momentos, caricias que fueron fugaces pero quedarían eternas en las pieles de ambos.

- !No se qué demonios sucedió!, no te confundas Taehyung no me gustan los hombres-dijo el alfa limpiandose los labios con una mueca de desagrado- fue mi estupido lobo- recalcó.

Taehyung se quedó en silencio unos segundos mientras se acomodaba su bata y su cabellos alborotados-no necesitas darme más explicaciones Jungkook, te entiendo.
Pero al parecer tu lobo no me a olvidado_ termino con una leve sonrisa, que iba cargada de profunda tristeza y satisfacción al mismo tiempo.

- No vendré por Bam en la tarde tengo muchas cosas que hacer, le diré a Leia que lo recoja por mi, fue bueno verte Taehyung- dijo secamente marchándose del lugar dándole un azotón a la puerta.

- Maldicion! maldición ! Porque demonios vuelves a mi vida Taehyung si ya te había olvidado - decía en voz alta conduciendo a toda velocidad por aquellas carreteras frías con escasos rayos de luz que se filtraban por aquel cielo cerrado por las nubes grises del invierno.

La ruleta había empezado a girar sin detenerse, para Jungkook era solo el principio de lo que sería su más letal droga y su mayor adicción su alfa destinado del que no sabía nada por tantos años.

Y para Taehyung muy prematuramente comprendería que tan retorcidos pueden ser los caminos del destino y el amor.