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. . . Perpetuar la existencia de las personas siempre ha sido un misterio. Los humanos siempre han querido por todos los medios alargar lo máximo posible la vida y verse de la manera más divina posible.
¿Es posible hacerlo en realidad?
Según lo que ha planteado Herpo El loco, existe un ritual tan tenebroso que con sólo leerlo podría lograr ahuyentar a cualquiera que busque conseguir la vida eterna. Y no es que no supiera lo que estaba haciendo si logró ser el primero en domesticar una criatura clase XXXXX según el ministerio de magia; descubrió que el rey de las serpientes se podía engendrar cuando un huevo de gallina era empollado por un sapo, el basilisco creado por el probablemente fue el primero en su especie y sólo le obedecía a él.
Pero no es de esta criatura de la que hablamos en estas páginas dedicadas a él. Hablamos de la malignidad de su interior y porqué deseó crear el objeto más maligno que pueda existir en la tierra.
Hablamos del «horrocrux»
Este es el objeto más vil de todas las creaciones a lo largo de la historia de la magia, incluso libros como Historia del mal; evitan suencion debido a la complejidad de su creación y lo que implica para el mago o bruja que lo realice.
Se dice que se necesita ser muy diestro en la rama de las artes oscuras para poder realizarlo, pues se necesita de mucho conocimiento pues hay muchos quienes han muerto en medio de su creación, logrando crear el concepto del gen del mal; sólo quienes tengan la real alma oscura podrán terminar el ritual con éxito.
El horrocrux va en contra de la naturaleza humana, en contra de las leyes naturales de la vida y de la magia en sí. Primeramente se necesita asesinar para dar inicio a su nacimiento, el hecho de quitarle la vida a alguien ya es en sí siniestro, más aún si decides profanar esa alma para confeccionar un objeto en el que el asesino pueda resucitar en caso de necesitarlo.
Porque en ese es el arte del horrocrux; asesinas y da la posibilidad de renacer, sin embargo tu alma se fragmenta para poder esconder ese pedazo fuera del cuerpo en caso de que sea destruido, no obstante tiene consecuencias tales que el aspecto físico del mago puede cambiar hasta el punto de llegar a perder la apariencia humana. . .
— ¿Se puede saber porqué te gusta tanto leer esos libros tenebrosos?
Cerré el libro y miré a George de soslayo, jamás le había visto en la sección prohibida de la biblioteca; creo que era un ser de demasiada bondad e inocencia en ese aspecto para verlo en un sitio tan escalofriante.
—Hoy tenemos el EXTASIS de artes oscuras, estoy releyendo algunas cosas que me parecieron interesantes —recalqué enarcando una de mis cejas— De artes oscuras reales claramente, no de la porquería que trae el libro del ministerio de magia.
—¿Crees que alguien va a preguntarte algo sobre eso?
—Tengo la sincera esperanza de que Severus Snape haya sido quien confeccionó el examen— resoplé —¿Sabes que hay cosas muy interesantes aquí?
—La verdad es que no quiero saber que hay en ese libro de aspecto maldito y siniestro que cargas —contestó George —De verdad deberías leer cosas más divertidas cómo por ejemplo las transformaciones de objetos y todo eso.
—Pero si estaba leyendo acerca de aquello, como un simple humano mortal; podía llegar a convertirse en inmortal mediante la práctica de una magia tenebrosa —le comenté, logrando que frunciera el ceño.
—No sé, creo que no le veo la gracia a vivir para siempre; menos mediante la utilización de magia oscura —declaró con algo de aprehensión.
—Sabes te falta divertirte un poco, dejarte llevar por el lado oscuro —sonreí.
—Créeme que lo hago, cada vez que estoy contigo.
De pronto un flashback llegó a mi cabeza repentinamente.
«—Sabes, creo que mi alma está en un potencial riesgo con el sólo hecho de estar aquí —murmuró Viktor mientras sacaba uno de los libros de mi estante favorito.
—Creo que no deberías reprimirte, deberías dejarte llevar por el lado oscuro aunque sea un poco—había dicho mientras sacaba del libro mi visión —A veces es necesario.
Él se levantó y estiró una de sus manos hacia mí, sonreí y dejé el libro de lado para coger la mano del búlgaro frente a mí. Puso su otra mano en mi cintura y con delicadeza me colocó entre su cuerpo y el estante en cuestión.
—Siento que este es el momento ideal para sumergirme de lleno en el lado tenebroso —sonrió y mis labios también formaron una sonrisa.
Sentí sus labios delicados a un costado de mi mejilla para después posarse sobre los míos, su beso fue exigente y correspondí con la misma intensidad, el beso comenzó de forma pausada y después mis brazos se engancharon en su espalda para poder sentirlo más cerca de mí, así como sus manos se fijaron en mi cintura con firmeza como si no quisiera soltarme nunca.
—Debo admitir que no sabía que las personas se dejaran convencer por el lado tenebroso tan fácil.
—Pues si el lado oscuro tiene tu rostro y besa como tú es difícil resistirse»
Negué con la cabeza y me apresuré a coger todo para dirigirme a la reja que separaba la sección prohibida del resto de la biblioteca. Me era imposible no pensar en que este lugar ya tenía recuerdos con otra persona que claramente no era George y que en ese momento era incorrecto pensar en alguien más. Sin embargo me era inevitable, pues ese lugar ya nos pertenecía a Viktor y a mí y no tenía porqué buscar replicar cosas que ya se habían dado con alguien más en el pasado.
Ahora tenía que buscar y crear vivencias nuevas.
—¿Por qué tanta prisa?
—Te recuerdo que tenemos un Extasis en menos de quince minutos y no quiero quedar fuera, en requerimiento para mi especialización posterior —señalé con orgullo.
—Está bien, señorita magia oscura —dijo avanzando detrás de mí con pasos rápidos —Aunque siento que no deberías haber estudiado tanto, después de todo lo que han peleado creo que te estás pareciendo a Hermione.
Me volví para darle con el libro en la cabeza.
—Confunde pero no me ofendas, sabes que ni por asomo la sangre sucia podría parecerse a mí —reclamé con indignación —Eres de lo peor, Weasley.
—Pero aún así te gusto —murmuró casi llegando al mesón de la señora Pince— Necesito de un beso de buena suerte para este examen infernal.
—Pues tendrás que pedírselo a alguien más, tal vez a la sangre sucia —refunfuñé con algo de infantilismo.
—Te quiero, Sefi—habló en mi oído —Espero que te vaya muy bien, aunque no debo decirlo, sé que será así —comentó en medio del pasillo para acercarse a besarme rápidamente en los labios —Gracias por este beso, la reina de hielo debe tener muchos pretendientes y soy tan afortunado por el hecho de que me permita besarla— jugó.
—Eres un imbécil, supongo que lo sabías.
—Por supuesto, es mi especialidad—contestó —Ahora porfavor te pido que dejes de acosarme a vista y presencia de todo el mundo y me permitas ir al maldito examen.
Sonreí y la verdad que no me molesté en alejarme mayormente de él, George iba en un costado y yo al otro del pasillo. De igual manera más personas nos dirigían algunas miradas de sorpresa por vernos tan cerca sin llegar a tirarnos maldiciones.
El día de hoy era mi último Extasis, durante dos semanas estuvimos con los exámenes finales que se hacían con dos meses antes de que las clases finalizarán ya que había que esperar resultados de parte del ministerio con anticipación para ver quien se graduaba y quien no, además de quién conseguiría la matrícula de honor. Dolores Umbridge estaba sentada en un gran sillón con respaldar, pareciendo simular ser una reina.
Cosa que no era ni llegaría a ser.
Pasé primero y saqué mi varita de mi túnica. Al ser el último examen de cada materia que teníamos, era un evento solemne y debíamos firmar con ella, asumiendo que no emplearíamos trampa y que jurábamos demostrar conocimiento en virtud de las capacidades mágicas con las que habíamos nacido.
Me senté de inmediato en uno de los bancos que quedaban disponibles en medio de la gran sala que ella había dispuesto, llena de sonoras alarmas que tronarían nuestros oídos si es que alguno llegase a tener la desafortunada idea de hacer trampa en medio de la prueba.
Los exámenes aparecieron frente a nosotros en cosa de segundos.
—A contar de ahora, siendo las diez de la mañana; da por inicio el último examen de Artes Oscuras para esta promoción de magos y brujas—habló Dolores Umbridge —Les deseo suerte, pues la necesitarán —finalizó con una de sus irritantes risitas que odiaba.
¿Cuándo sería el día en que dejaría de ver a ese terrible ser humano?
Comencé con mi examen y al hojearlo noté que en verdad eran cosas muy básicas las que la prueba requería, sin embargo de igual manera se incluyeron preguntas de conocimiento general para cualquier persona que estudie por su cuenta. No todas las cosas aparecían en el libro y empecé a notar las caras de odio hacia la profesora en cuestión de minutos.
Probablemente la mayoría de mis compañeros reprobaría el examen que supuestamente estaría basado en el libro del ministerio. Me dediqué a escribir prolijamente todas las respuestas con calma, para mí estaba siendo sumamente fácil realizarlo.
Eran dos horas las que se habían dispuesto para terminar el examen, supuestamente la dificultad lo requería, no obstante en cuarenta minutos lo tuve listo y me levanté para entregárselo a Umbridge, quien me observó de arriba a abajo sorprendida.
¿No sé porqué se sorprendía de mis capacidades si claramente tenía más que ella?
—¿No sabía que estuvieras en la competencia por la matrícula de honor, Rosier?
Sonreí con algo de cinismo, escucharla me causaba dolor de cabeza, estaba en el mismo grupo de personas indeseables como Parkinson o Granger.
—Pues mis notas están bien, no es que necesite la matrícula; no necesito figurar en los cuadros de honor y ese tipo de cosas —contesté —Sin embargo el examen estuvo demasiado fácil para ser un Extasis; deprimente para ser exacta.
Me miró con resentimiento y luego de eso me espetó unas cuantas palabras y que esperara fuera del salón, ya que al finalizar el tiempo tenía que dar indicaciones con respecto a los resultados de las pruebas para los que íbamos en séptimo año.
Suspiré y me puse en uno de los escalones a esperar a que mis compañeros terminaran, muchos de los estudiantes de séptimo habían pasado de darlo pues tenían claro que no habían participado en las clases. A pesar de haber sido exiliada de su materia pude desenvolverme sin problemas y estaba segura de que tenía todo correcto.
Transcurrieron la hora y veinte más aburrida de mi vida y una vez que estuvimos todos fuera, la voz de Fred Weasley fue la primera en emitir un reclamo con respecto a los contenidos del examen, obviamente George le siguió la corriente y en menos de un segundo una ola de reclamos estuvo frente a la bruja vestida de rosa.
Me divertía viendo cómo trataba de deshacerse en explicaciones con respecto a las preguntas y decidí que era hora de lanzar mi veneno.
—Profesora, creo que usted y sus estatutos del ministerio deberían haber respetado las materias que entrarían, esto va a significar mucho papeleo para muchas personas— comenté —Sus clases asumo que fueron una mierda todo el año si es que la mayoría se está quejando de no conocer los contenidos.
—Rosier, de verdad que no tengo tiempo para tus dichos populistas —me cortó —Sólo quiero decirles que sus resultados estarán dentro de tres semanas, pues como verán son muchas pruebas; o como expresan que fue bastante poco lo que contestaron, probablemente estén en menos tiempo.
—Debería dedicarse a hacer su trabajo en vez de burlarse del resto —comenté —En Slytherin hay muchos que probablemte reprobarán y eso nos dejará fuera de la Copa de las casas otro año.
—¿Ese es mi problema? Deberían haberse dedicado a estudiar en vez de hacer actividades que estaban en el conjunto de acciones ilícitas.
—Y usted debería haberse dedicado a aprender mejor para hacer la clase —rebatí nuevamente.
—Calla, Rosier.
—No, no lo haré —los reclamos a mi espalda se unieron —Sólo le interesa tener un mejor desempeño para que después en el ministerio le den sus reconocimientos y premios ¿No es así?
—¿Qué estás queriendo decir? No seas insolente.
—Pues la gente habla, profesora; y no es secreto para nadie que usted sólo quiere quedar bien para que después Cornelius Fudge le de una buena follada— solté —Y debo decir que harta falta le hace.
Las risas de todos estallaron, la cara de Dolores cambió de colores.
—¿Qué te has creído? —dijo desenfundado su varita, lista para atacarme probablemente.
Sin embargo mis reflejos fueron mejores.
—Levicorpus— conjuré y de pronto Umbridge colgaba del techo a vista y paciencia de todos.
—¡Rosier! Más te vale que vayas a empacar, porque llamaré en este preciso momento a tus padres —vociferó —¡En este momento, estás expulsada del colegio!
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