「 ɴᴏ ᴇsᴛᴀ ᴠᴇᴢ 」

Todo Panem está de festejo y celebridad al término de los Quincuagésimos Quintos Juegos del Hambre; desde temprano las calles han estado bulliciosas y con música estrafalaria por todas partes. Sin embargo, este regocijo y alegría no era compartida en la sede de su gobierno y principal ciudad que se situaba en las Montañas Rocosas del oeste del antiguo Estados Unidos y Canadá. Esta ubicación mencionada se rodea por los doce distritos y se convierte en la casa de los dictadores y presidentes Coriolanus Angus Snow y Ava Paige.

En dicha capital, el consejo de justicia rememora los recientes hechos vividos en los nuevos juegos hasta ser despachados por orden de la presidenta cómo decisión de último minuto, ya que esta mantenía el deseo de entablar una amena conversación con su contraparte antes de continuar con los demás.

La sala del equidad finalmente quedó habitada solamente por los dos presidentes, que se taladran con sus frías miradas uno enfrente del otro. Los separa una mesa larga y de un tono dorado, que se decora con bordados plateados florales. Los avox presentes les sirven a ambos una buena copa de vino blanco y retoman sus puestos, como siempre en silencio.

Ava analizó la expresión pétrea del hombre de cabello blanco, y una sonrisa genuina se formó en sus labios al recordar vivazmente todo lo que había sucedido en esos juegos tan especiales. Tras beber un sorbo de su copa, la posicionó con parsimonia en la mesa con un movimiento suave y su bajo reflejo cristalino destiló ante sus ojos.

—Es asombroso lo que puede lograr la gente cuando su supervivencia corre peligro. —Snow la mira, intentando leer el mensaje a través de sus palabras vacías—. Sometiéndoles lo suficiente, no hay nada que no puedan hacer.

El silencio llegó tras sus palabras y fue el turno del hombre en beber de su copa.

—No puedes esperar que siempre cumplan con tus deseos, Ava. Pones demasiada esperanzas en ellos. —Haciendo una clara referencia a sus nuevas adquisiciones en tributos.

Ella cerró sus ojos claros momentáneamente, mientras analiza la advertencia del otro. Acto seguido puso una de sus manos en la mesa, dejando en claro que no está tomándose las cosas tan a la ligera.

—Yo diría que las pruebas del Laberinto han sido todo un éxito, Coriolanus. —Su tono faltante de emoción causó que en el hombre canoso sus ojos se estrechasen, advirtiendo aquel vivaz tono filoso de la mujer—. No esperaba tantos supervivientes, por supuesto, pero... es de suponer que cuántos más, mejor.

Él se apresuró en contestarla con el mismo tono, ya que no soporta verse inferior ante ella.

—Las decisiones que tomes llevarán grandes consecuencias en un futuro cercano. —Señaló a sus alrededores, haciendo una clara referencia a su pueblo—. Debes de imaginar a miles y miles de tu gente muerta. Esta ciudad tuya destruida a cenizas.

La mujer de cabellos rubios volvió a tomar otro sorbo de su copa y con una mueca seria degustó el final de ella. Entonces, mientras otro avox distinto al anterior se la volvía a rellenar, le dijo con voz tenue: —No esta vez. Las cosas serán muy diferentes a partir de ahora.

—¿Entonces aseguras no cometer los mismos errores que atormentan tu pasado? —La mujer tardó en responder, y Snow se dio cuenta de que su ceño se fruncía, probablemente debido a que los dolorosos recuerdos la invadían de nuevo.

—Aquello no volverá a suceder, Coriolanus, así que deberías dejarlo atrás como a todo lo demás. —Ella se levanta finalmente de su asiento y se acerca al hombre con paso lento pero decidido—. Así que sigamos adelante, mi querido presidente. Muchos de los nuevos tributos siguen sorprendiendo e impresionando con sus inciertas acciones. Mis expectativas con ellos son muy altas, y por ahora, deberíamos aprovechar la oportunidad que se nos brinda al ver que aparentemente parecen haber mordido el anzuelo.

El hombre analiza su recta figura, y sonríe codiciado ante la idea que ella le propone con sus calculadores ojos claros; deja escapar un suspiro, que expresa todo el peso que lleva encima de sus hombros. Quiere seguir pensando qué sus actos cometidos siguen siendo en beneficio del pueblo y qué todo lo que hacen servirán para salvarlos a todos.

—¿Crees en verdad que pueden convertirse estos... tributos especiales en lo que anhelamos? —Ava sujeta la copa del presidente, y bebe un largo trago de ella. Al término de hacerlo, lame sus labios, borrándose un poco del pintalabios rosado pálido que suele ponerme encima. No parece importarle.

—Aún es muy pronto para saberlo, pero estoy convencida de que ellos podrían ser la clave de todo. —Aquello no convence del todo al presidente, pero lo deja estar en sus manos. Desde que unieron fuerzas, era obvio el hecho de que su hermosa ciudad había prosperado, así que realmente no ponía en duda sus capacidades.

—Curiosamente —continua ella, tomando puesto en su regazo—, verlos pensando que están a salvo y en paz, ha sido lo más duro que me ha tocado presenciar en mis años de presidencia. Sin embargo, no hay tiempo para lamentaciones y por el bien de nuestra gente, hay que seguir adelante —comenta, con tono serio y ambos se dedican una larga y distante mirada, que termina siendo opacada por sus sonrisas llenas de falsedad e hipocresía.

—¿Tienes a alguien ya en mente para liderarlos?

Ella se carcajea secamente ante tan tonta pregunta; pero aun así, decide responderle.

—Tengo una opinión formada de quién debería serlo, pero prefiero abstenerme de decirlo por el momento para no influenciar en las opiniones de los demás partidarios del consejo. Aunque, para mí, es una elección obvia. —Él asiente ante sus palabras, tomando en cuenta el misterio jocoso que trata de esconder sin conseguirlo en absoluto.

—Todos sabemos muy bien lo que hay en juego a partir de ahora, Ava, y espero que seas una de esas personas también. Después de todo, esta es nuestra última oportunidad. —La mujer le regala un beso frío en los labios.

—Por supuesto que sí, querido. Además —agrega chasqueando los dedos y permitiendo que los avox abran de nuevo las grandes puertas de la sala, y que por ella entren los mismos miembros del consejo que salieron momentos antes—, con el tiempo, los reclutados recordarán con gusto y comprenderán nuestras difíciles decisiones al someterlos a tales complicadas pruebas, y por supuesto, a las que faltan todavía. La misión de CRUEL es servir y preservar la existencia humana, a cualquier precio.

—Y cómo bien dices, somos, efectivamente, los «buenos» en esta historia. —Ambos observan como cada uno de los miembros del grupo van tomando su puesto con reservas, tratando de no hacer contacto visual con ellos. Entonces, Snow se dedica a acariciar la cintura de su mujer, con un deje sombrío.

—Mis señores. —Ella atrae toda su atención con una sonrisa amistosa, que peca de aquel significado—. Por el momento, hemos decido dejarles que hagan el viaje en paz y permitirles albergar cierta esperanza. —Todos asienten ante sus palabras y de inmediato lo apuntan en sus libretas—. No obstante, es hora de comenzar.

Varios Vigilantes entran por la puerta trasera trayendo consigo múltiples bandejas con lo que parecen ser varias inyecciones intravenosas. Su contenido es enigmático, y ha sido fruto de grandes experimentos que se han llevado acabo tras las primeras pruebas.

Todos mantienen un ensordecedor silencio y qué solo es roto por la voz de la presidenta.

—No perdamos mucho más de nuestro tiempo, es hora, ya mismo, de empezar la Fase Dos.

🍤⌛️ ┉┈ ELSYY AL HABLA (!)
muchas gracias por su apoyo.

finalmente puedo decir que he terminado el primer libro, no se olviden de que es una trilogía (más una precuela) y es que amo demasiado. actualmente, todos los libros están publicados, así que no se olviden de pasarse por ellos.

bien, ahora tengo muchas ideas con esta saga que apenas empieza; la emoción se me desborda por momentos, y agradezco todo el apoyo recibido. me han ayudado mucho sus comentarios a seguir adelante y a no rendirme, ¡así que, gracias a vosotros por leer! 

aparte de esto, me gustaría agradecerle mucho la inspiración que mis besties tanto en esta plataforma como fuera de ella, para los últimos capítulos. sin ustedes no habría sido posible, ¡así que, muchas gracias!

¡muchas gracias, y qué la suerte esté siempre de vuestra parte!

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