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「 ɴᴏ ᴇʀᴀ ᴄᴜʟᴘᴀ sᴜʏᴀ 」


Horas más tarde, después de una terrorífica experiencia, ambos caminábamos en un silencio algo incómodo. No es que hubiera algo de que hablar, por supuesto, estamos en un maldito laberinto que parece no tener salida; simplemente..., Aún me preocupaba el tema del brazo, y no podía sacármelo de la cabeza. Sabía que Thomas había intentando sacar tema, porque le veía abrir la boca varias veces aún sin soltar palabra alguna, lo cual me ponía de los nervios. No buscaba ser borde o algo por el estilo, pero sabía que algo tenía que estar pasando con mi brazo; no era  normal no sentir nada después de aquel ataque del Penitente.

—Oye, ¿estás bien, Newt? —Ambos nos detuvimos. Thomas puso su mano dominante sobre mi hombro derecho, y me mordí los labios en un acto reflejo.

—Si..., si, estoy bien, no te preocupes. Solo... tengo muchas cosas en la cabeza, supongo.

—No eres el único. —Vale, aquello me sacó una sonrisa y me permitió despejar mi mente.

Retomamos el camino mientras, inconscientemente, observábamos divertidos cómo Luna perseguía al pájaro muto que decidimos llamar "Alec"; Thomas me dijo que así se llamaba uno de sus buenos amigos en su distrito, y ya que yo había nombrado a Luna, pues me parecía justo.

—Newt, sinceramente... Vamos a pasar bastante tiempo juntos, o al menos hasta que encontremos la salida. ¿No crees que es buen momento para conocernos? —Alcé una de mis cejas, lleno de curiosidad por su de pronto interés en mí.

Me acomodé mejor la mochila, mientras cavilaba en su idea. Es cierto que nuestro tiempo en aquel lugar estaba lleno de incertidumbre, y que muy probablemente algo como esto solo haría que me encariñase con Thomas, lo cual significaba que si llegaba a morir, me dolería más de lo que pretendía. Hundí un poco mis hombros y asentí con suavidad, casi con duda.

—Bien, pues... ¿Qué puedes saber de mí que ya no sepas? —Thomas puso una mano debajo de su barbilla, pensativo.

Nos mantuvimos un rato más en silencio, solo escuchando los gruñidos alegres de Luna y los graznidos asustados de Alec. Entonces, me asusté cuando Thomas chasqueó los dedos, con una expresión triunfal.

—Cuéntame sobre tu vida en el distrito 12. Es sabido que no podemos conocer el modo de vida de otras personas que no sean de nuestro mismo hogar, así que me parece algo bueno con lo que empezar. —Un suspiro largo salió de mis labios, rindiéndome. Algo en mi interior me decía que aquel tema no era el más indicado, pero no se me ocurría nada más.

—Bueno..., No creo que pueda decir mucho. Sobrevivir cada día supone un dilema, si quiera para ganarte un mísero pan te puede costar la vida. Por lo menos mi familia es unida, y aunque solemos tener un poco de rechazo por la demás gente de nuestro hogar por ser algo diferentes a ellos, por suerte hemos conseguido salir adelante. —Humedezco mis labios, nervioso de hablar de manera tan abierta con él.

—¿A qué te refieres con eso? ¿Los de tu distrito son...? —Se lo aclaré con rapidez.

—Son de pieles claras pero apagadas, de cabellos oscuros y de un color de ojos parecido. Mi familia es rubia de nacimiento, y como verás, mi cabello no es de un tono negro y mis ojos tampoco son de un castaño oscuro. —Asintió ante mis palabras, mirándome con más atención—. A eso es lo que me refiero; sin embargo, el rechazo de mi distrito era más obvio para la familia de los de Khan, ya sabes...

—Si, Minho... puedo imaginarme por qué. —Intento pensar qué más puedo decir, pero tengo la mente en blanco.

—¿Cómo es tu hermana? —Me tenso ligeramente al ver cómo unas cámaras nos enfocan. Me da rabia pensar que estamos a ojo a visor de toda esa gente que come y disfruta con nuestra desgracia. ¿Tenía que hablar de mi dulce Lizzy delante de todo el mundo? Quise negarme, pero al ver a Thomas, entendí que no lo hacía con mala intención.

Me aclaré la garganta, intentando buscar aquella voz que parecía haber perdido por un momento. Una leve molestia me apareció en la cabeza y decidí ignorarlo.

—Ella..., Uhm, es la mejor persona del mundo. Es dulce, amable y siempre sonríe a todo el mundo. —Su mirada brillosa y sus ojos claros, aquellos que siempre me dan alegrías se reviven en mi mente y creo por un momento tenerlos enfrente. ¿Estaría viéndome ahora?—. No tiene nada de malo, y realmente creo que es una de las pocas personas que conozco que aún tiene esperanzas en todos nosotros. Aún cree que tenemos una oportunidad de cambiar, en cambio yo..., Lo dudo mucho.

Thomas analizó mi respuesta lentamente, para decirme que le gustaría conocerla, y que si tuviera una ocasión de hacerlo, seguro que se llevarían bien. Eso no lo ponía en duda en ningún momento; conocía un poco de la personalidad de Thomas, y creo que por ese motivo no le quería cerca al principio. Porque me recordaba a ella, y el saber que una persona con ese pensamiento estaba entre los juegos, me daba lástima.

—¿Y tú? ¿Qué hay de tu vida? ¿Qué puedes contarme de ti? —Intenté ponerle un poco de humor a mi tono, y creo que lo conseguí al ver como sus mejillas se coloreaban de inmediato. Le golpeé el brazo, haciéndolo reaccionar.

—B-bueno..., Vivo solo con mi madre, ya que mi padre murió cuando yo nací. —La sonrisa me desapareció nada más escucharle. Quise darle mis condolencias, pero no las aceptó—. Realmente no le recuerdo, así que no hay problema.

—¿Cómo se llama tu madre? —Realmente quería saberlo.

Este miró a las cámaras y mandó un imperceptible saludo, a su madre suponía. Le pareció adorable aquel gesto por parte suya.

—Sarah Williams, esa es mi madre. La persona más gentil que conozco y la persona que solía alegrarme mis días antes de..., Antes de venir aquí, por supuesto. —Luego me dice que hay muchas diferencias entre nuestros distritos, como por ejemplo el hecho de que a ellos les racionaban la comida durante un transcurso de cuatro horas predeterminadas.

Comparé nuestras realidades y me decepcionó la gran diferencia que había en nuestras formas de vivir al día. En mi distrito, gozabas de mucha suerte si en el día conseguías alimentarte más de una comida al día. Thomas, sin embargo, no tardó en fijarse en mi expresión alicaída, y me pidió disculpas. Quise decirle que no era culpa suya, pero no me lo permitió.

—Creo que esto ha sido una mala idea después de todo —murmuró en bajo mientras se mordía las uñas de su mano izquierda. Mientras le observaba, me dio la sensación de estar con mi hermana pequeña, ya que ella hacía lo mismo cuando la ansiedad la acometía.

Nos mantuvimos en silencio un rato, mientras nuestras piernas no se detenían y se limitaban a seguir adelante. Me fijé en la expresión nerviosa de Thomas, y me sentí algo culpable. Era cierto que debía de acostumbrarme a su compañía, pero aun se me hacia algo difícil, porque cada vez que le miraba solo era capaz de recordar a mi compañero de toda la vida, a Minho Khan. Y puede que sonase algo mal, pero estaba seguro de que si él hubiera estado en los Juegos a mi lado, esto ya se habría acabado hace tiempo. A lo mejor habría acabado muriendo, o vete tú a saber qué, pero todo habría sido diferente sin duda. 

—Oye, y... ¿Qué solías hacer en tu tiempo libre? —Thomas me mira sorprendido, y tarda en responder, por lo que decido empezar yo—. Yo aprovechaba mi tiempo en pintar, amaba intercambiar todos mis colores y tratar de representar algo con la exactitud que lo representaba mi cabeza. 

Sus ojos brillaron por un momento, y pensé si me habría equivocado con aquel tema de conversación. Pero la sonrisa que me mostró momentos después, me hizo darme cuenta de que había hecho bien.

—Bueno..., Solía escribir para pasar el rato. —Aquello sin duda lo admitió con vergüenza.

—¿Tú... escribes? ¿Qué tipo de historias? Me encanta eso de leer y descubrir cosas nuevas. —Thomas negó divertido, mientras un sonrojo ocupaba sus mejillas.

Le golpeé el hombro, no queriendo centrarme en el dolor de improvisto que me recorrió el brazo herido. Lo ignoré, y le presioné entre bromas a que me contase algunas de ellas. Me daba la sensación de que quería negarse, pero al final acabo accediendo.

—Bueno..., Fantasía, sobre todo. Cosas que me alejan de mi realidad, ¿sabes? —Asentí lentamente, comprendiendo su deseo de hacerse a la idea de que no era lo único que nos esperaba aquel destino cruel. Era algo bonito, si lo pensaba con cuidado.

—Si se da la oportunidad, me gustaría leer alguno de ellos. —Ah, mierda, es verdad. Solo uno de nosotros saldría de este horrible lugar. Compartimos una sonrisa triste, sabíamos el significado que había tras ella.

Volvieron a quedarse en silencio, y solo era rellenado con el bullicio de sus animales mutos. Thomas quiso decir algo más, algo que permitiría conocerle todavía más, pero nada se le ocurría. Entonces, como formado por un milagro, una gota le cayó encima.

Ambos miraron hacia el cielo, y se dieron cuenta de lo oscuro que estaba. ¿Estaba a punto de...? Newt anhelo que fuera así; amaba la lluvia, de verdad que lo hacía.

—¿Crees que... ? —Ni siquiera terminó la frase cuando, en efecto, aguas torrenciales se vinieron encima de ellos.

Quizá fue por el momento, o la alegría que les dio por ello, pero gritaron alegres ante aquella agradable sorpresa. No fueron los únicos; Luna y Alec también daban la sensación de compartirlo. Thomas sostuvo las manos de Newt y le instó a correr bajo la lluvia. Sus animales mutos los perseguían, mientras dejaban atrás cualquier miedo o dolencia.

—¡Jamás había visto lluvia! —Aquella revelación tomó desprevenido a Newt.

Y entonces, observó aquella sonrisa genuina por parte del otro, y quiso grabarse esa memoria eternamente en su cabeza. Era inevitable el deseo que le nacía por querer protegerle.

—¡Mira allí, Newt! ¡Una salida! —Newt miró hacia donde señalaba, y tuvo aquella sensación de desconfianza.

¿De verdad les permitirían salir de aquel Laberinto tan pronto? Lo dudaba enormemente. Mientras sacaba la daga de Minho, quiso ver a través de la lluvia, que los entorpecía enormemente. Había un hueco entre dos paredes gigantes, y Thomas estaba muy convencido de que ésa era la salida. Newt quiso creerle mientras se acercaban a ella.

(...)

→ ¡Una nueva actualización! Se que el capítulo ha sido más corto que cualquier otro, pero les prometo que los siguientes les satisfacerán por completo. ¡Una charla entre nuestros queridos tributos! ¡Que ganas de publicar el siguiente! ¡Los amo demasiado! ;3

Se despide xElsyLight.

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