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「 ɴᴏ sᴏɴ ᴀ́ɴɢᴇʟᴇs 」


Veo como ella cae al suelo, rota de dolor y me culpo por hacerle daño, como siempre. Mis ojos se cierran sin poder evitarlo y el pecho me duele horrores. No soy capaz de quitarme de encima el arma que me apuñala y me conformo con saber que, a pesar de lo muy duro que resulte, ella podrá salir adelante. Oigo voces a nuestro alrededor y algo en mi interior me dice que no son ángeles, y que sigo en este infierno. Cuando escucho el cañón, tengo miedo de haber perdido a mi Heather, pero después esta grita y siento su tristeza.

—¡Ethan! —Reconocería esa voz a kilómetros. Es Thomas, el chico que me pagó antes de entrar a los juegos para proteger a Newt. ¿Qué por qué acepté el dinero? Sería tonto si no lo hiciera.

Es cierto que el rubiecito aun no me caía del todo, pero no era ciego. Cualquiera vería la revolución que trae consigo, no pensaba por ningún caso dejar escapar a ese diamante en bruto que nos guiaría hacia la libertad, a Heather y a mí, a todos; por eso, cuando siento que me levantan con esfuerzo, sé a donde vamos.

Escucho como Newt le grita a Thomas que se dé prisa, que no pueden permanecer en este lugar mucho más tiempo y entonces, este me carga con cuidado en su espalda sin presionar el arma. Creo que sabe que si me la saca, probablemente me desangre y muera. ¿Quieren salvarme a mi también? Era suficiente para mí con que salvasen a mi Heather.

Creo que me he caído en la inconsciencia por el dolor, porque cuando abro los ojos, descubro que estamos escondidos bajo las copas de muchos árboles y sé con seguridad que en esta parte del bosque no he estado. Tengo frío y descubro que no tengo la camisa puesta, tengo el pecho vendado y Thomas está a mi lado, dormido. Me incorporo lentamente y veo que la noche ha llegado. Mientras me revuelvo el cabello, me asusto al ver que enfrente de mi, está el chico del 12. Es decir, ya sabía que estaba con nosotros, pero igualmente me da miedo pensar en qué es lo que realmente desea y en que es lo busca hacer al final de estos juegos. A mi lado derecho está mi chica, Heather Jackson, y es obvio que sigue dormida debido al cansancio. Menuda sorpresa se va a llevar cuando me vea..., Espera, ¿cómo demonios sigo vivo?

—Nos ayudó tu mentor y el mío con eso. —Sorprendido, descubro que Newt me está mirando mientras afila la daga pequeña que tiene.

—¿Con qué? —Me dice que es obvio el hecho de que quiero saber cómo sigo vivo. Me sonríe con sequedad y me doy cuenta de que sus ojos son una máscara, no estoy seguro, pero creo que no quiere mostrar al mundo lo derrotado y cansado que esta.

El silencio se instala sobre nosotros y los pájaros nos acompañan con sus canturreos. El bosque habla a su lado y me parece por primera vez que Newt está muy complementado con el ambiente. ¿Me veré igual? Supongo que no, soy más de terrenos acuáticos.

—Gracias, eh, por salvarnos. ¿Cómo...? —Me quitó las palabras de la boca.

—Ya había accedido a formar grupo con Heather, por lo tanto, ella y tú ya formáis parte de mi familia. Los sinsajos me guiaron hasta vosotros y supe que estabais en peligro de inmediato, aunque era obvio que Heather no era la fuente del último cañón.

Es cierto, ¡el cañón! ¿Quién habría muerto en su lugar? ¿Y a qué se refería con que los sinsajos le habían guiado?

—¿Y quien...? —Newt suspira y me dice que la muerte fue de la chica del 11—. —¿Y cómo lo sabes?

Guarda la daga entre los pliegues de sus ropas, y aprieta sus manos.

—El cañón sonó antes de que llegásemos, ¿no es cierto? —Asiento muy seguro de ello, ya que recuerdo que Heather gritó y no fue hasta que quedó todo en silencio que, por fin, llegaron ellos—. En el camino nos la encontramos, a la chica del 11.

Ah, ya lo entiendo. Tuvieron que matarla, pero entonces, ¿por qué se veía tan...?

—Me pidió que la matara, ¿sabes? No a Thomas, a mí, y tendrías que haberla visto. Ella... ya no podía más. Pero intenté convencerla, ella tenía mucho miedo y me negué a hacerlo. Ella simplemente... al ver mi renitencia con la idea, saltó sobre mi y bueno..., Puedes imaginarte todo lo demás. —Claro que puedo hacerlo y entiendo la lástima que apela su corazón.

Observo su ceño fruncido y la manera en la que hunde sus hombros. Me ha salvado la vida, bueno, con ayuda de nuestros mentores, pero lo ha hecho. Le debo un favor enorme, a los dos por habernos dado otra oportunidad. Me abrazo el torso y le regalo una pequeña sonrisa.

—Oye, de alguna manera, la has salvado, ¿sabes? Ella te lo pidió, no deberías culparte por lo que has hecho. Nadie lo hará... por lo menos, yo no. —Me mira con sorpresa y veo como sonríe con pena. Quizás esta es la primera vez en la que puedo entenderle.

Me pasa una camisa grande oscura, y sé que es una de las que tenía de repuesto en mi mochila, la cual dejé tirada unos metros antes de encontrarme con Heather.

—Hace frío, póntela. Ya estás prácticamente curado, lo único es que te quedará una cicatriz, pero... Las cicatrices demuestran tus luchas internas, no la escondas y muéstrala al mundo con orgullo, Ethan Blake. —Y sin más, se levanta para decirme que va hacer una ronda. Me la pongo mientras veo como vuelve a recuperar su rostro serio.

Estoy bastante sorprendido por sus palabras porque siento que me ha calado de inmediato. Nunca me han gustado las cicatrices, más que nada porque cada vez que las veo (de mis antiguos entrenamientos) me demuestran que soy débil y que aun no me esfuerzo lo suficiente. Ahora, ahora lo veía de una forma diferente. Por primera vez en mi vida me siento orgulloso de llevarla, porque me demuestra que con ella le salvé la vida a Heather.

Veo como lo acompaña un lobo enorme, y me asusto. Pienso en que es una especie de muto que va a atacarle y cuando me voy levantando, me dice —sin darse la vuelta— que es un amigo. Sin más, desaparece por el frondoso bosque. Entonces, allí en la oscuridad, me pregunto cuál es el objetivo final de este maldito juego. Están tratándonos como muñecos y es humillante.

Al principio tenía solo la idea de ayudar a Heather, y quizás morir en el proceso para hacerla la vencedora, pero..., Las cosas han cambiado mucho. Ahora estoy en el equipo de cuatro y, no lo se, no son malas personas. Miro al cielo de nuevo, y me prometo a cuidar de esta familia, dure lo que dure. Heather se queja entre sueños y dándole la atención que se merece, le acaricio el cabello. Su expresión se relaja y ya quiero que se despierte. Quiero que me vea, que sepa que estoy bien, y que estamos juntos como siempre.

Me acuesto a su lado y solo pienso en lo suave que es su cabello, a pesar de haber permanecido en un lugar como este durante tantos días. Entonces, cuando estoy a punto de quedarme dormido, en el cielo aparecen imágenes de los que han muerto, de lo que no van a regresar nunca más. Me pregunto cómo estarán sus familias, en lo doloroso que debe saber que no volverán a casa y siento pena por ellos. Todo por unos cretinos que nos fuerzan a cosas que no queremos hacer, por solamente una insana diversión.

La chica del 5, Allison, y la chica del 10 aparecen en la pantalla. Después aparece la del 11, y entonces la veo..., Es una niña de doce años. Su nombre era Keisha Davies. Mierda, eso debió ser difícil. No puedo imaginar en su fuerza de voluntad por haberlo hecho y seguir adelante.

A la mañana siguiente, es el grito de mi mejor amiga lo que me despierta.

—¡Ethan! ¡Estás vivo! —Sus brazos se enganchan en mi cuello y siento su respiración agitada en mi oreja. Nuestros cuerpos se unen como uno solo, y las lágrimas caen sin poder evitarlo. Su cuerpo tiembla y solo quiero hacer que se detenga.

—¿Cómo...? ¿Dónde...? —Mira a nuestro alrededor y no entiende ni qué está pasando, ni en dónde estamos. Tardo unos cuantos minutos en darle un resumen de todo lo que ha pasado mientras estaba fuera.

Al final acabamos abrazados, mientras ella sigue sin creerse que siga con vida, no sé cuantas veces se lo aseguro, pero no son suficientes. Thomas aparece con el desayuno y viene solo. Me pregunto en donde estará Newt.

—¿En dónde está Newt? —pregunta Heather.

Thomas desvía la mirada y responde que está dando una vuelta. Nos dice que tiene que ser un desayuno ligero, porque hay que ponerse en marcha. Entonces Heather dice que ella no tiene sus cosas y Thomas le dice que es por eso que no está Newt, que se ha ido a busca de ello. Al instante la chica se para y dice que no puede ir solo, que es muy arriesgado. Pero el chico le dice que se fue bien entrada la mañana. Me pregunto si ha pegado el ojo; pero al verle, y a pesar de lo poco que le conozco, sé que no lo ha hecho.

Tal y como dijo Thomas, el desayuno fue ligero. Recogimos nuestras cosas y nos aseguramos de que no quedase rastro de nosotros; esperamos a que Newt vuelva, y mientras, no soy capaz de soltarme del agarre de manos que tengo con Heather. Sé que no quiere perderme de vista, y para que mentir, yo tampoco. Me coloco mejor la chaqueta de cuero que me protege del fresco de la mañana, mientras trato de que el arco esté bien sujeto a mi espalda.

—¿De verdad crees que hay una salida? —Thomas asiente y me dice que esto es solo una página, que piensa que tenemos otra prueba y que ya es tiempo de enfrentarla.

De pronto, algo rompe el ambiente cálido, y eso es: el lobo que corre persiguiendo a un pobre conejo. Con eso, ya es una señal de que ya viene. Y no tarda, aparece por un umbral con dos mochilas a su espalda y no viene solo. Dos chicas le acompañan y sé que son sus compañeras.

Una de ellas es Brenda Brown y tiene una herida en la mejilla, no es profunda; en cambio, la otra tiene el tobillo entablillado. Sus mejillas están rojas, quizás por e esfuerzo, pero no creo que sea demasiado grave. Si fuer así, no podría ni apoyarlo. Aunque es claro que nos retrasará.

—Hola, chicos —dice Teresa, la chica del tres. Newt la ayuda a sentarse en uno de los troncos caídos junto a Brenda.

Thomas se acerca al vuelo junto a ella, haciéndole miles de preguntas. Ella se sonroja y le dice que las cosas después de que se separasen, se complicaron mucho. En una de sus muchas escapadas, ella acabó por hacerse daño en el tobillo. Le dice que ya está prácticamente curado, pero que aun no quiere forzarlo; hace bien.

—Pe-pero, ¿de quién tanto escapabais? —Thomas se ve realmente preocupado por ella.

Brenda deja caer su mochila para estirarse. Newt se dedica a mirarla.

—¿No es obvio? Gally nos ha perseguido hasta el final, si no es que le damos esquinazo con la ayuda de Newt, estaríamos realmente jodidas.

—¿Gally? —pregunta Heather, y Brenda le dice que es un apodo.

Newt dice que tiene una especie de fijación en su grupo, y que al unirnos a ellos, nos toca por seguro el mismo destino. Me rio ante aquella especie de broma cruel y el me sonríe, compartiendo un agradable momento. No me fijo en la dura mirada de Thomas, pero Heather si lo hace.

—Bueno, os dejaría descansar chicas. Pero nos retrasaríamos mucho y de verdad, aunque sea a paso lento, tenemos que seguir —dice Newt y todos nos ponemos de acuerdo.

Ahora, ya cada uno con su propia mochila y las cosas encima, emprendemos el camino. Teresa está siendo sujeta por Thomas, y está encantadísima con ello, se le nota a leguas. Yo voy con Heather, y Newt va delante junto a Brenda y Luna, que descubrí que ése era su nombre, cuando Brenda le llamó antes de emprender la marcha. Realmente no estoy seguro de cómo sentirme con todo esto. ¿Una alianza? Jamás me lo habría imaginado. Nosotros, los del 4, terminamos la fila y Newt nos dijo que era mejor. Sabíamos defendernos mejor que los del 3, sin ninguna duda.

—¿Crees que podremos volver todos a casa? —Mi amiga me mira nerviosa, y me lo pregunta en bajo ya que las cámaras persiguen cada uno de nuestros pasos. Seguro que somos la comidilla del público. Mejor, tendremos más patrocinadores.

—No lo sé, Heather, yo..., Realmente espero que sí. —Seguimos caminando por lo ancho, y sola la pregunta que me hace, consigue desestabilizarme. Consigo no caerme de milagro.

—¿Tú me quieres, Ethan? 

Aquello me había tomado con la guardia baja, pero no dudo en responder. Es posible que la situación del día anterior pueda repetirse de nuevo, y si lo hace, no quiero tener ningún tipo de remordimiento.

—Lo hago, desde que tengo uso de memoria. Y lo de la cita iba en serio. —Le recuerdo nuestra promesa y ella sonríe con algo de timidez.

—Claro que iba en serio, tonto. Tu no sabes mentir. —Ella me da un empujoncito ligero y siento que estoy en una película romántica. Lastimosamente, sé que no es así.

No estoy seguro de cuánto caminamos, pero cuando me duelen un poco los talones, creo que hemos llegado lejos. Brenda alza el puño y nos detenemos ipso facto. Guardamos silencio y veo como Thomas aprovecha para soltar a Teresa. Supongo que quiere descansar.

Newt se agazapa lentamente, y mientras nos mira, señala que hagamos lo mismo. Mantiene un dedo en sus labios, quiere silencio. Veo como se adelanta unos pocos metros y su expresión decae. Los pájaros en el cielo, los mutos, cantan con tiempos descontinuados. Me pone de los nervios. Heather saca una de sus espadas y la mantiene cerca, más que nada por si acaso.

Newt termina por acercarse a nosotros y es obvio que el primero en inclinarse hacia el, es Thomas. ¿Será que...? Heather me golpea con el codo y sé que está pensando lo mismo. Intento esconder la sonrisa que me quiere salir de los labios. Amo cuando se dan giros interesantes en la trama. Las cámaras los enfocan y ellos pretenden no darse cuenta.

—Están los profesionales en campo abierto. Los del distrito 2 y, ehm, como dice Brenda, Gally también. No he visto al chico del 9 ni al chico del 11 por ningún lado, a lo mejor aun no han podido llegar a esta recta final. —Le pregunto como sabe que es la recta final, y nos dice que nos acerquemos con cuidado.

Siguiendo sus pasos, y escondidos tras grandes matorrales lo vemos: un campo abierto, brillante y verde que ocupa toda la estancia. Teresa dice que se conoce como el Área, y la miramos algo desconcertados. ¿Cómo podia saber ella...?

—No preguntéis todavía, luego os lo explicaré. —Nadie dice nada más y seguimos observando el lugar.

El final del "Área" lleva hasta unas paredes enormes de piedra. Su forma me resulta un tanto extraña, parecen unas puertas. Al ver a mis compañeros, entiendo que la misma idea se les pasa por la cabeza.

—¿Veis ese hueco que hay entre las dos? —Thomas nos explica que en la hora punta y en cuánto todos los tributos estén reunidos, se abrirán para cerrarse solo y cuando los mejores se den el paso.

Vuelve a parecerme extraño la manera en la que habla con tanta familiaridad, y la desconfianza nace en mi pecho. Me fijo en cómo Newt mira a Thomas, y se nota el desconcierto en su mirada. Supongo que igualmente en un juego como este, siempre debe haber secretos de por medio. Al final, de todas formas, solo debe quedar uno.

Miro a Heather y ella me sostiene la mano, está caliente. Tenerla junto a mi es de gran ayuda. Me doy cuenta de que Newt tiene en sus manos la daga que tanto tiempo llevo viéndole encima, y la acaricia con pena. ¿Será que echa de menos a alguien? ¿Realmente ese chico tenía a alguien de confianza a su lado, como yo a Heather? Alza su mirada y la conecta con todos nosotros.

—A la hora punta, tenemos que atravesar este campo y llegar hasta esas paredes. Tengo la sensación de que si no lo hacemos, perderemos. Es nuestra última oportunidad, equipo. Así que ahora, toca trabajar juntos y salir de esta juntos. Recordad —levantó la mano que poseía la daga, y un brillo la acarició—, no os dejéis llevar por emociones fuertes. Vamos a lo que vamos, y es irnos de este miertero lugar.

Todos asentimos ante lo dicho, y mientras un grito del bosque nos aviva el fuego de nuestros corazones, siento que soy capaz de todo. Siento que vamos a ganar, y que tenemos una gran posibilidad de regresar a casa todos juntos. Nos quedamos entonces esperando en aquel camino oculto a que sea hora punta y a que los que faltan lleguen al lugar. Y entonces, después de un buen rato en el que nos dedicamos a beber la poca agua que habíamos podido conseguir, y a mantenernos en silencio, un ruido ensordecedor nos interrumpe y se manifiesta en nuestros oídos. Nos incorporamos de un salto, y a través de la maleza observamos como las paredes gigantescas se abren y no se cierran. 

Un hueco negro es lo único que se puede ver en ella, y un fuerte aire es expulsado hacia afuera.

—Las puertas se han abierto —señala Newt con una orden—, ya sabéis lo que eso significa.

Y así es, todos sacamos nuestras mejores armas y las sostenemos en alto. Tenso el arco mientras intento que el temblor de mis manos se detengan. Estoy nervioso, y no pretendo ignorarlo.

—Cuando pare, actuamos. —Thomas parece muy seguro cuando lo dice. Ya no tiene esa pinta de cobarde que enseñaba en los días del entrenamiento.

Y esperamos y esperamos, hasta que sucede. Todo se queda en calma y no tardamos en salir hacia afuera. Va a comenzar la hora de la verdadera supervivencia, y realmente espero que este pequeño grupo encuentre su camino a casa.

(...)

→ Bueno chicos, espero que les haya gustado mucho este capítulo desde el punto de vista de Ethan Blake, representado por Alexander Gideon Lightwood de "Shadowhunters". Me ha gustado mucho en lo particular hacerlo ;3. Amo a este chico.

Quiero decirles que ya los siguientes capítulos volverán a ser narrados por nuestro querido Newt y Thomas, por supuesto. ¿No están emocionados? 

Por cierto, como añadidura, me gustria decirles que la niña que mató Newt, la del nombre de Keisha, es un recordatorio de la hermosa mujer que ayudó a  Newt a sobrellevar el destello en el libro de "El palacio de los raros". Amo mucho a esa mujer, y de verdad se merecía que la mencionase. 

Los amo mucho y nos vemos pronto con la nueva actualización.

Se despide xElsyLight.

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