
𝒗𝒊𝒊𝒊.𝗇𝗂𝗀𝗁𝗍? 𝗐𝗁𝖺𝗍 𝗇𝗂𝗀𝗁𝗍?
—Auch. —Se quejo Cinco, al sentir como el hilo traspasaba su piel para cerrarla. —No lo hagas tan fuerte.
—Hubieras pensado en eso antes de meterte con dos asesinos. —Contradijo Melissa, cortando el trozo de hilo restante con una tijera. —Listo.
Cinco tocó la parte adolorida de su brazo, colocando sin querer su mano sobre la de la pelirroja.
En ese pequeño momento sus miradas se conectaron, y hubieran continuado así, si no fuera porque Melissa apartó la mirada.
—Tenemos... Tenemos que cubrirla con algo para que no se infecte.
Su vista se poso sobre un pequeño paquete de benditas de Hello Kitty, encima del buro, con polvo por el pasar del tiempo.
Melissa se puso de pie, agarrando el paquete para sacar una de ellas y colocarla sobre la herida del chico.
—Yo... Necesito mi camisa. —Comento Cinco, señalando la prenda que tenía puesta la pelirroja.
—Ah, si, claro. —Dijo sacándose la camisa, quedando solamente, sin querer, en sujetador. —Toma.
—T-tu. —Carraspeo su garganta. —Estas sin...
—Cierto, mierda. —Maldijo, colocándose su abrigo que estaba encima del armario, para después ponerse su capucha y cerrar el cierre.
El chico se coloco lo que le faltaba de su guardarropa, luego se dirigió a una maleta de color verde.
—No, no vamos a cometer el mismo error. —Lo detuvo la pelirroja, moviendo la maleta de su alcance. —Tenemos que seguir vivos, no tenemos tiempo como para preocuparse por un objeto inerte.
Cinco estaba por rechistar, si no hubiera sido porque el ambiente ya estaba demasiado incomodo como para causar otra pelea, además de la de anoche.
—C-claro. —Dijo, aún costándole decir esas palabras.
Ambos adolescentes se pararon frente a la ventana.
—¿Quieres que te ayu...?
—Cierra la boca. —Cayó Melissa, empezando a sacar sus piernas una por una para luego sacar el resto de su cuerpo.
Sin importarle si Cinco había bajado o no, empezó a bajar las escaleras.
—¿Dónde están las cosas de papá? —Se quejo Klaus, sacando las bolsas de basura.
—¿Podemos ver una película? —Sugirió Ben, para después oír el suspiro molesto de su hermano. —¿O el océano?
—Cierra la boca. —Dijo el chico molesto, aún con el cigarrillo en la boca. —Necesito encontrar esa cosa tan valiosa que estaba en esa bendita caja, para que Pogo me deje de fatidiaaaar.
Melissa saltó desde el empiezo de la escalera, llamando la atención de Klaus, en cambio, Cinco prefirió terminar de bajar las escaleras.
—Iba a preguntarte que estabas haciendo, pero luego me arrepentí. —Comento el pelinegro, en medio de la escalera. —Pero, no me interesa.
Melissa se cruzó de brazos, para luego soltar un resoplido.
—¡Hey! Hay formas más fáciles de salir para casarse en secreto ¿Lo sabían? ¿Puedo ser su padrino de bodas?
—Si.—Dijo irónico. —Pero está involucra menos conversación, o eso creí.
—Tu fuiste el que le habló, genio. —Comentó Melissa sarcástica, siguiéndole el paso.
—¡Oigan! Aguarden, ¿Necesitan más compañía hoy? Quizá tenga un huevo en mi agenda. —Dijo tomando un trago de su botella.
—Te noto bastante ocupado.
—¿Esto? Oh, no, no, lo dejare para otro momento. Solo... —Klaus no pudo terminar su frase, porque se hundió entre las bolsas de basura. —Extravié una cosa, eso es todo.
La mirada de Cinco se posó en la chica a su lado, quien sólo reía por las estupideces de Klaus. Por alguna extraña razón, eso también le provocó una sonrisa.
—Menos mal, aquí está. —Comentó Klaus, sacando un pedazo de rosquilla y dándole un mordisco. —Delicioso.
—Me harte de financiar tus vicios. Vámonos. —Dijo tomando la mano de la pelirroja, para tirar de ella para que lo siga.
—Por favor. ¡Oigan! Solo quiero pasar un rato con mis hermanitos, no contigo. —Dijo al fantasma sentado a su lado. —¡My brothers! Los quiero, ¡Aunque no acepten que se quieren entre ustedes!
Ambos apresuraron el paso, para luego entrar a una camioneta.
Klaus escupió el pedazo de don a que se había metido a la boca.
Cinco se sentó en el asiento de piloto, y Melissa en el de copiloto.
El chico arrancó.
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