❪ PADRES ❫

¿Conoces ese sentimiento de impotencia que te cierra el estómago y lo único que quieres es rodear con tus manos el cuello de quien te hace sentir así? Pues yo lo siento, todo el tiempo. A veces disminuye cuando estoy distraído, pero cuando lo recuerdo todo se multiplica, como una plaga.

¿Y por qué me siento así?

Hay muchas razones, pero los principales causantes son dos; Mis padres. Esos ancianos malnacidos me dejaron lleno de deudas, tanto así que incluso si logro pagar aunque sea la mitad, eso sería con años de trabajo. Se supone que los padres deben de cuidar a sus hijos, priorizarlos sobre ellos mismos, pero eso solo lo he visto en las películas.

Mi madre era de esas que te dejaba llorar hasta que te dolía la cabeza, luego te ofrecía comida y asunto olvidado. Siempre vi a las madres en los restaurantes dejando que su comida se enfríe para cortar la comida de sus hijos, ese pequeño detalle que nadie nota y que ellas hacen de manera natural. La mía, en cambio, comía apenas el plato estaba en la mesa, mientras que yo luchaba con el cuchillo y el tenedor para poder cortar mi comida.

Así era mi madre.

Y mi padre... No lo sé, se la pasaba en el trabajo y llegaba a casa cuando mamá me enviaba a dormir, solo sé que ellos se quedaban hablando hasta tarde, sus voces amortiguadas por las paredes eran mi ruido blanco para dormir.

Mi padre era como un fantasma, solo aparecía en las noches, haciendo ruido y moviendo las cosas de la casa.

Y por la mañana, se esfumaba.

Creo que sus charlas nocturnas eran como una bola de nieve cayendo por las montañas que pronto me golpearía sin saberlo. Jamás supe en qué momento apostaban juntos, lo asocié durante la noche, cuando papá llegaba, porque los pocos recuerdos de palabras nítidas en mi mente siempre se asociaban a una sola cosa: el hipódromo.

En fin, mis padres no eran lo peor del mundo cuando estaban vivos, pero al morir mi odio subió de golpe con la noticia de que estaba endeudado, ¿cómo es posible ser odiado al morir sin haber sido odiado estando con vida? No soy creyente en nada, pero si ellos están en algún lado solo espero que la estén pasando en agonía.

Odio a mis padres.