𝐈
El sábado por fin había llegado. Como también lo habían hecho Juliet y Emma a Abu Dabi. Quienes a cualquier lugar a donde fueran, estaban rodeadas de cámaras y fans que les pedían autógrafos.
Tantas personas a su alrededor solía agobiarlas, pero con el tiempo se tranquilizaban y entraban en confianza. Más cuando los fans eran respetuosos y amables con ellas. No había cosa que odiaran más que las personas que solo le decían "Firma" y nada más, ni un por favor. Emma era la que más contestaba, en cambio Juliet solo los ignoraba y firmaba a los que eran respetuosos, en forma de venganza silenciosa.
Algunos periodistas solían hacerles preguntas incómodas, sobre sus exs, y cómo se sentían ante la relación de Dylan O'Brien y Thomas Brodie Sangster, quienes fueron sus ex. Thomas de Juliet y Dylan de Emma. Ellas solo respondían qué estaban orgullosas y felices por ellos, sobre todo Juliet, que no había dejado de ser cercana a Thomas y más de Dylan, quien era su mejor amigo desde el 2014, cuando comenzaron a grabar la trilogía de Maze Runner. Gracias a esa película se hizo muy cercana también a Kaya, quien interpretaba a Teresa. Ellos eran unos de sus amigos más importantes y cercanos. Por lo que siempre los invitaba a salir a comer.
Emma hablaba lo justo y suficiente con Dylan. Él había sido uno de sus novios que más le había costado soltar. Ambos conectaban muy bien y estaban cómodos juntos. Incluso tenían la idea de casarse, pero gracias a una tercera persona, que no era Thomas Sangster, no pudieron hacerlo. Emma odio con toda su vida a esa chica que le había robado a Su chico. Gracias a Rachel Lange, una modelo, ella no pudo tener su final feliz. Fue tanto el dolor que no podía siquiera verlo a Dylan, por más que aún lo amara, sabía qu ese harían daño, porque esa mujer no iba a parar hasta arruinarlos completamente. Y prefería aun que sea ser su amiga, sí ya no podía ser la única persona en su vida. Y al final Rachel consiguió lo que quería ; alejarlo de todos y que solo se consentrara en ella. Haciendo que borre sus redes sociales. Decía cosas gordofobicas, en contra de la homosexualidad y de las personas trasns, provocando que le cayera demasiado hate a Dylan y que tomara la decisión de cerrar su única cuenta activa de Twitter.
Pero por suerte Juliet pudo hacerlo entrar en razón y sacarlo de esa relación tóxica. Después de todo Juliet fue la única a la que Dylan escuchó y abrió los ojos gracias a ella. Cuando ellos se separaron, Emma volvió a tener la misma conexión de antes con Dyl, pero no volvieron a estar juntos, ya que le había dolido mucho que él la hubiera remplazado tan fácil como si nada.
Mientras que Juliet y Thomas, se separaron solo por que ya no creían que pudieran llegar mucho más lejos. Thomas era mayor que Juliet. Él tenía 31 y Juliet 24. No era mucha la diferencia, pero a veces se notaba en pequeños detalles. Ambos hicieron oficial su relación durante las grabaciones de Maze Runner y Cura Mortal. Los fans habían enloquecido cuando se enteraron, después de haberlos estado shipeando por años, su sueño se había cumplido. Y cuando terminaron lo hicieron de la mejor manera posible. Aún seguían sin creerles cuando salían a algún lado como amigos y no como novios.
Uno de los asistentes de Emma le indicó que ya era hora de ir al garaje de Ferrari. Porque la clasificación ya estaba por comenzar. Ambas chicas caminaron por el paddock mientras aún hablaban alegremente. Con alguno que otro fan que se acercaba a pedirles una foto.
El señor Pietro le había consedido un descanso a su hija, para que esta pudiera ir con su amiga a ver tranquila el fin de semana de carrera. Después de todo ya eran grandes y no tenían dieciséis y diecisiete como una vez lo fue años atrás.
Cuando llegaron al garaje saludaron a los ingenieros, quienes siempre le gustaba su presencia. Y ellas a veces le llevaban regalos, sobre todo Juliet.
Emma solía ir y venir del garaje de Aston Martin y Ferrari. No le gustaba tener que elegir entre uno de los dos. En Aston Martín estaba su padre y en la scuderia italiana estaba su mejor amiga y su novio. Así que era una decisión difícil. Por lo que no elegiría. No mientras nadie le dijera nada al respecto.
Mientras que Emma iba a saludar a su novio, la castaña se fue a uno de los rincones, en donde estaban algunas mujeres ingenieras.
—Hola, señora Juliet —saludo sonriente una de ellas.
—¡Brenda!, ya te he dicho que no me llames señora, Mi sento così vecchio così. —dijo acercándose a esta para darle un abrazo.
Brenda era una ingeniera de su misma edad. Una vez la había llamado señora, por lo que le dijo que por favor no la llamara por señora, porque aún no tenía cincuenta. Por lo que ese recuerdo quedó para siempre. Y siempre que Brenda podía le decía señora, con tal de sacarle una sonrisa. No eran mejores amigas, pero si amigas conocidas y con buena onda. Habían salido a una que otra fiesta juntas.
—Cada día estás más hermosa, Juliet —dijo cuando se separaron.
—Ti prego, mi farai arrossire.
Ambas rieron. Como era de costumbre, ellas y sus chistes, solas se entendían.
— Ven, este no es mi garaje correspondiente—la rubia le tomó la mano para llevarla.
—Pero Emma...
—Oh, tranquila, ese par no se separan ni porque les caiga un rayo. Créeme ni se darán cuenta de que no estas en el garaje de Sainz.
Sin más excusas, Juliet dejó que Brenda la llevara con ella al próximo garaje. En donde había bastante movimiento. Parecía que estuvieran buscando algo. Uno de los demás ingenieros se acercó a Brenda preguntándole si había visto a una persona la cual la castaña no logró oír quién era. Brenda le dijo que no lo había visto, que ya debería de estar ahí. El hombre se fue, no sin antes saludarla con un apretón de manos a la chica Ferrari.
—¿Qué pasa?
—Leclerc no está por ningún lado y lo necesitamos, en minutos está por comenzar la clasificación y él no está—dijo en un notable tono de pánico.
Estaba por responder pero sentía sus labios algo secos. Hora de re aplicar lip oil. Se fijó si había un baño por la vista, u aunque sea un espejo. Pero no había. Por lo que le preguntó a Brenda dónde había un baño que estuviera cerca. Para así no tardar en volver. Esta le señaló uno que estaba por detrás de la sala de pilotos. Por suerte aún faltaba para que comenzara en si la carrera. Así que tenía tiempo para ir rápido allí.
Salió del garaje, caminando rápido, pero si perder la elegancia y postura. Gracias a Dios que ningún fan se había acercado, posiblemente ya estaban en las gradas esperando a que sus corredores favoritos salieran.
Al llegar finalmente al baño, entró viendo que no hubiera nadie más que ella. No era que le molestara, sino que para prevenir, tal vez había alguien que estuviera con un celular u micrófono y la grabara y no quería que eso sucediera. Pero para su suerte no había rastro de que hubiera alguien.
Se acercó al espejo, viéndose en este. Por suerte su cabello estaba en perfectas condiciones. A diferencia de su labial. Abrió su bolso, sacando su Lip Oil de Dior color Cherry, definitivamente su favorito. Comenzó a aplicarse este en los labios.
Si, demasiado exagerada para venir a solo retocarse el labial, pero era mejor ser exagerada antes de verse horrible. Además también quería lavarse las manos. Porque a veces entre tanta gente que le firmaba autógrafos, le hacían transpirar las manos.
Cuando iba a abrir la canilla el ruido de una puerta abrirse provocó que se asuste. Ella se había fijado perfectamente y no había nadie. ¿Acaso le había fallado la vista?
Un chico de cabello marrón claro y ojos verdes se acercó hasta donde estaba. Parecía muy consentrado en otra cosa más en que su precencia.
Miró hacia su dorso, en el traje rojo de éste estaba las letras L E C más la bandera de lo que se suponía ser su país.
Alto, ¿Lec?. Brenda dijo que necesitaban a Leclerc en el garaje urgentemente. Y que no aparecía, ni tampoco sabían dónde se había metido. Y este chico tenía lo que parecía ser la abreviatura de Lec.
—Tú eres Leclerc, ¿verdad?
Su voz sobresalto al contrario. Quien la miró asombrado. Claramente no se había dado ni cuenta de su presencia.
—así es, ¿quién eres tú?
Wow, no quería sonar egocéntrica pero, ¿realmente no sabía quién era? Por favor, debería estar bromeando. No es como si nunca se hubiera cruzado con gente que no la conociera ni por casualidad, pero este chico realmente era loco.
—Juliet Ferrari. Y si no te importa, tu no tendrías que estar aquí — éste la vio confundido — Sábado de clasificación, ¿no te suena?
—Mierda— seco sus manos con la toalla rápido.
— Uomini, sempre con la testa in basso e non quassù.
Guardó su labial y comenzó a caminar fuera de ahí. Dejando unos minutos solo al chico. El cual al rato pasó por su lado corriendo y esquivando a personas. Algunos solo lo miraban con gracia, acostumbrados a que el chico anduviera por ahí corriendo.
Mientras que Juliet solo rodó los ojos y siguió con su caminata tranquila pero rápida. En cuestión de segundos ya estaba de regreso en el garaje, pero esta vez fue al de Sainz, en donde una rubia la esperaba con algo de enojo.
—¿Se puede saber dónde te habías metido? — iba a responder pero la interrumpió — estaba preocupada por ti, Ju.
—tranquila, solo estaba en el baño retocando mi maquillaje— soltó una risita, a lo que su amiga la miró pero esta vez con gracia en su mirada—me cruze con un chico —esta vez su tono se notaba que estaba algo fastidiada.
La rubia la miró pícara. A lo que ella negó con la cabeza, sabiendo al instante sus suposiciones al respecto.
—Créeme, un total despistado.
Sin más, la calificación comenzó. Para la suerte de Juliet eso hizo que Emma se se quede callada y no siguiera molestándola con lo del chico del baño. Sabía su insistente propuesta de que tenía que salir con alguien. Pero por ahora ella estaba bien así.
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