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🥀: Demonios.
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📍CASTILLO DE LIONES,
MINUTOS ANTES.
━ Esto es Ambar de Diosa. ━ Habló Hendrickson, mostrando aquel pequeño objeto entre sus manos ━ Es un objeto poderoso que solo afecta a criaturas malignas a su alrededor.
La princesa lo tomó entre sus manos, observando con visible curiosidad dicho objeto.
━ Llévelo y acérquese a Meliodas o Annabeth, a cualquiera de ellos dos, su majestad.
━ Pero al hacer eso, es posible que la princesa Verónica corra peligro, maestro... ━ Se vio preocupado aquel escolta de la princesa, observando a su superior.
━ Griamore, tú ocúpate de tu padre, olvida lo demás. ━ El peliplateado lo observó de reojo, sin mostrar tanto interés por el bienestar de la princesa ━ Esos criminales son un peligro para el reino, y debemos actuar lo más rápido posible.
━ Haré lo que sea para salvar al reino y a mi hermana. ━ Aseguró la fémina, observando al maestro con visible decisión y determinación.
━ Bien, cuando esté enfrente de Meliodas, recite esto.
📍VAIZEL, ACTUALIDAD.
━ "Rosco, Basla, Melcito..."
Y ahí fue cuando aquel pequeño objeto comenzó a brillar, mostrando una luz morada, que comenzaba a alumbrar a todos los presentes cerca.
Pero aquel morado, alumbró a alguien en especifico, siendo este, aquel rubio que protegía a aquellas dos féminas.
El "Ambar de Diosa" hizo desaparecer a Meliodas en menos de unos segundos, siendo absorbido por esta.
Grande fue la sorpresa de Annabeth al ver que a ella no le había ocurrido nada, solamente a Meliodas. Pero dejó de lado aquello, viéndose preocupada por lo que sea que le hubiese pasado al rubio.
━ ¿Y el señor Meliodas? ¿Dónde está...? ━ Cuestionó Elizabeth, estando en el suelo.
Verónica empezó a reír levemente, observando orgullosa el Ambar que tenía en manos.
━ Meliodas en verdad era un monstruo demoniaco. Esta jema solo afecta a la gente malvada, absorbiendolas en su interior. ━ Mostró la pequeña joya a los tres presentes ━ ¡Ves, tonta Eli! ¿Esto te convence al fin?
"¿Qué le había pasado a Meliodas? ¿Iba a regresar?" Era lo que se cuestionaba la castaña, observando atónita a la chica enfrente suya.
Si su respuesta era un rotundo no, se vería levemente afectada.
Si algo le pasaba a Meliodas, si era que nunca más iba a verle, tendría un horrible arrepentimiento en su interior.
Pensar que habían tenido una tonta discusión anteriormente, le hacía querer darse un gran golpe.
Sabía sobre el poder de las diosas, era superior al de cualquier ser, superior a su poder y al de Meliodas, incluso juntos.
Un pequeño tic comenzó a aparecer en uno de sus ojos, comenzando a tener un rostro y mirada más seria de lo normal.
Mala señal.
Luego de estar unos largos minutos atónita, observando fijamente a Verónica, se apresuró a tomar la espada del rubio que yacía en el suelo, acercándose con una gran rapidez hacia la pelimorada.
La jaló con brusquedad hacia ella, colocando el filo de la espada en su cuello.
Así mismo, de un rápido y brusco movimiento le sacó de encima aquel pequeño objeto, que tenía a Meliodas adentro.
Su prioridad era aquella pequeña joya.
Griamore iba a reaccionar, pero Annabeth había sido más rápida.
━ Niña, te ordeno que hagas volver a Meliodas. ━ Su tono de voz era demasiado diferente al habitual, al igual que su mirada. Era ronco y rasposo.
El filo de la espada poco a poco se iba acercando al cuello de Verónica, provocando en cualquier minuto, un corte limpio, que le haría desangrárse lentamente.
━ ¡Señorita Annabeth! ¡No le haga daño por favor!
━ ¡Aléjese de la señorita Verónica, de inmediato!
━ ¡Annabeth, ten cuidado! ¡No la mates!
Aquellos gritos le hacían estresarse más. En cualquier minuto podría estallar, estaba claro. Los pedidos de Elizabeth y Hawk, eran de por sí, demasiado hartantes.
Deseaba de todo corazón que Meliodas estuviese aquí, para tranquilizarla, encargarse igualmente de esta situación.
Pero no, en estos momentos estaba sola.
Debía encargarse de la princesa, de Hawk, de un Meliodas inconsciente, de Verónica y de Griamore, solamente ella.
La prioridad era Meliodas, después de ello iba el bienestar de Elizabeth y Hawk, luego encargarse de Verónica y Griammor. Y por último, su propia salud mental y ella misma.
━ Lo lamento, pero no sé como. ━ A pesar del miedo que sentía en su interior, estando como una rata asustada, Verónica se mostraba indiferente y con un gran ego.
━ ¡Maldita sea, Verónica! ¡Te odio! ¡No sabes nada sobre el Señor Meliodas y la Señorita Annabeth en absoluto! ━ Elizabeth se encontraba con lágrimas, mientras negaba con la cabeza. Aquella respuesta por parte de su hermana mayor le había desconcertado, además de, claro esta, darle una gran impotencia y cólera.
━ ¡Griamore! ━ Llamó la pelimorada, pidiendo auxilio. En cualquier momento, la castaña que la tenía apresada, podría matarle. Necesitaba de la ayuda de su escolta.
━ ¡Señora! ━ Contestó a su llamado, dirigiendo su espada hacia Elizabeth y el cerdo, provocando con su poder mágico una gran esfera que los rodeó y encerró. Fue lo único que pudo pensar en el momento.━ "Caparazón Perfecto"
Era unaa de sus habilidades mágicas.
━ No nos deja opción, nos la llevaremos al castillo si usted no suelta a la Señorita Verónica. ━ Habló seriamente el azabache hacia Annabeth, mostrando un rostro serio, más no de miedo o temor. No quería mostrar aflicción o preocupación por su princesa, debía mantenerse recto. O sino, Annabeth podría aprovechar aquello.
O bueno, eso pensaba.
El ceño de la castaña se frunció levemente, apretando el mango de aquella espada con fuerza.
━ Adelante, llevatela. ━ Mostró indiferencia ━ A fin y al cabo, no importa si mató a Verónica. No habrá ninguna diferencia en el reino.
Claramente no la mataría, era lo último que se atrevería a hacer. Pero si amenazar era lo único que podía hacer para salvar a Elizabeth de las garras de los maestros, lo haría.
No permitiría que le hicieran daño alguno a la peliplateada.
━ ¡No te preocupes, Annabeth! ¡Salvare a Elizabeth con ayuda de mis increíbles piernas poderosas! ¡Ellas podrán destruir esta tonta burbuja! ━ Exclamó el cerdito, haciendo dichas acciones. Con ayuda de sus patas traseras, comenzó a golpear la esfera.
━ Tus intentos son inútiles, ni siquiera un meteoro en el cielo podría destruir mi barrera. ━ Aseguró Griamore, muy seguro de si mismo.
Pensaba que la situación estaba controlada. Teniendo a Elizabeth como rehén, Annabeth soltaria a Verónica de inmediato.
━ No creo, apuesto que con un solo brazo, Annie y yo, pondríamos romperla.
Aquella voz le hizo tranquilizar un poco a Annabeth, sabiendo muy bien de quién se trataba.
Ban rodeó los hombros de la castaña en un abrazo, por detrás de ella, llevando de igual manera uno de sus dedos al cuello de Verónica. Acercó a la castaña a su cuerpo, en un abrazo.
━ ¿O prefieres... Que la cortemos a ella? ━ Sonrío con notable egocentrismo.
Esta vez, Griamore si mostró enojo y preocupación por su amada y protegida princesa.
━ ¡Malditos, alejen sus sucias manos de la princesa Verónica!
━ ¡Eso es muy bajo, utilizan a una mujer como rehén! ━ Exclamó Hawk desde lejos, moviendo sus orejas. Aunque luego recapacito. ━ ¡Ay, olvidenlo! ¡Bien hecho, Annabeth y Ban!
━ Hagan lo que digo, y no le pasará nada.
Mientras el de mayor estatura hablaba, Annabeth permanecía callada y observando un punto fijo.
Sentía algo crecer en su interior, que cada vez iba aumentando. Ella intentaba con todas sus fuerzas impedir aquello, sabia lo que era, lo sabía muy bien.
La aflicción que sentía por no tener a Meliodas a su lado, era una causa de ello.
Aunque su debate mental fue interrumpido, por unos cortes en su espalda.
Ban cayó al duro suelo, mientras que ella solamente cayó de rodillas, teniendo una mirada perdida e inexpresiva, observando un punto fijo del suelo.
━ Perico... Que maldita... ━ Soltó Ban, observando a la mencionada de reojo, con visible disgusto, mientras caía al suelo.
━ Soy Jericho. ━ Recordó la mencionada, llevando una de sus piernas a la espalda del contrario.
━ Annie. ━ Le llamó, observando que su mejor amiga no reaccionaba. No era el momento adecuado para estar perdida en sus pensamientos.
Le estaba comenzando a preocupar.
Parecía que aquellas personas iban a ganar.
❝ Meliodas no regresará, es más que obvio... ❞
━ No... No es así... Hay que mantener la fe...
❝ Y pensar que lo trataste tan mal... Pobre de él, ahora sufrirás del arrepentimiento... ❞
━ Nunca fue mi intención ofenderlo...
❝ Debe de estar muy decepcionado de ti, es demasiado obvio... ❞
Demasiadas tipos de voces estaban en su mente, haciendo eco. Las voces eran femeninas como masculinas, pero pese a eso, todas ellas le clavaban palabras al corazón.
El eco que emitían estas era horrible, hacia que resonaran por toda su cabeza.
Sentía que en algún punto sus tímpanos y cabeza iban a explotar.
Annabeth intentaba tener pensamientos positivos, renegar las palabras de aquellas voces. Debía mantenerse firme y positiva, sino, aquellas voces obtendrían lo que querían, lo cual era que ella saliera afectada y cayera rendida.
Y cuando menos se lo espero, y cuanto menos lo quiso, aquellas voces habían obtenido lo que querían.
Una niebla negra comenzó a rodearle, como así mismo una masa oscura comenzaba a esparcirse por su cuerpo.
Sus heridas comenzaban a sanar de la nada, y su cuerpo casi desnudo comenzaba a cubrirse por aquella misma masa. Así mismo, su mirada se oscureció y aquel verde esmeralda comenzaba a desaparecer, siendo suplantado por unas fosas negras y sin emoción alguna.
━ Meliodas...
📍HACE DIECISÉIS AÑOS, ANTIGUAS TIERRAS
DEL REINO MANOVIUM.
Su largo cabello castaño se encontraba desordenado, y lleno de sangre y suciedad. Caía por su rostro, ocultando este mismo y dándole un aspecto horrible.
Sus piernas flaqueban, pese a que no estuviese caminando. Seguia de pie, pero todo su cuerpo temblaba y daba a entender que en cualquier momento iba a caer.
Tenia su espada en manos, la cual, de igual manera, temblaba por el mal pulso en sus brazos.
Su largo vestido y armadura estaban rotas, en pedazos, dejando casi a la luz, todo su cuerpo desnudo.
Había pasado una masacre, todas los pobladores de este reino, gracias a los cielos, habían evacuado el lugar, dejando todo a ruinas. Aquella chica era la única que se encontraba ahí mismo.
No había rastro alguno de las casas de los aldeanos y mucho menos del castillo. Todo estaba destruido, y había fuego por todas partes. Los escombros de todo esto eran lo único que adornaban el suelo.
Al menos, ya todo había pasado, era lo que le daba alivio a aquella fémina.
Pese a que ya hubiesen pasado algunas horas, todo aún era un caos en ese lugar, con todas las características explicadas.
Unos hombres llegaron por los evidentes rumores del lugar, percatándose de toda la destrucción del reino.
Pero, lo que más llamaba la atención, era aquella jovencita parada en la nada, viéndose frágil y temblorosa.
Cuando menos se lo percataron, la fémina cayó al duro y sucio suelo, sin ya tener fuerzas para seguir de pie. Su cuerpo se desplomó al cabo de que le habían visto.
Todos se aproximaron rápidamente hacia ella para socorrerla, o bueno, no del todo.
Se apresuraron a esposar sus manos y piernas, por si en algún momento se despertaba e intentaba lastimarnos. Los brazos y piernas de los varones hicieron presión en su espalda y cuerpo, evitando que se moviera en cualquier momento.
La estaba tratando como una criminal. Cosa que no era.
Era demasiado obvio para ellos, aquella chica había sido la responsable de todo este horror.
Poco después, la subieron a uno de los carruajes, el cual se dirigía al reino de Liones.
En todo el camino ella permaneció inconsistente y sin dar señal alguna de vida, parecía que estaba muerta. Al contrario de su aspecto, se veía tranquila, descansando de su larga lucha.
Estaba acostada en el suelo, esposada de piernas y brazos, pero de todos modos se veía que estaba cómoda y disfrutando de su largo sueño.
En el castillo y residencia de Liones, ya se encontraban preparando el juicio para aquella castaña, la causante del caos en el reino Manovium.
Entre aquellos caballeros, se encontraba un rubio. Aquel pequeño chico caminaba entre los demás, escuchando las platicas de la criminal que iba a llegar.
━ ¿Ya la encontraron? ¿Hablas en serio? Que suerte, solo han pasado algunas horas luego de todo ese caos. Espero pueda pagar por lo que hizo. ━ Uno de los Caballeros conversaba con sus compañeros, hablando, como casi todos, del mismo tema.
━ ¿De quien están hablando, eh? ━ Cuestiono el pequeño, alzando la vista para ver a los demás varones.
━ Oh, pues de la criminal y la causante del caos del Reino Manovium. ━ Respondio este. ━ Es toda una pecadora, ¿Cómo fue capaz de hacer eso? Aquel reino era demasiado rico en todos los sentidos, todos sus logros se fueron a la basura por las acciones de esa mujer.
Meliodas solo asintió, volviendo a caminar, mientras se cuestionaba sobre aquella mencionada chica.
¿Hubo alguna razón para que hubiese hecho tal grotesco caos en aquel reino? Seguramente había una, no debían juzgar por juzgar.
Pese a que aún no sabia quién era esa chica misteriosa, quería saber más sobre ella. Quería saber sus razones, pues para toda mala acción había una razón.
Todo esto, sin saber que era su querida y amada Annabeth.
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HOLA MIS PERSONITAS FAVORITAS💗💗
como han estado? como pasaron su año?
aprovecho a desearles un feliz año, los tqm a cada uno de ustedes. les agradezco por seguir esta historia que tarda meses en ser actualizada 😭🤍🤍
en serio, gracias por la paciencia💗
como sea, espero les haya gustado el capitulo, lo hice más largo de lo normal para agradecerles por la espera 💗💗
perdonen que esta vez no hubo alguna ilustración, no me dio tiempo. acabo de entrar al colegio y no me da tiempo de nada 😭
ah, y quería decirles que me vayan a seguir a instagram, a mi cuenta de dibujo ( aka lemonlimeni 💗 ) para que vean las cositas que he estado dibujando🤍 ahí podrán ver algunos dibujos de mis ocs, hasta algunos que ni he sacado a la luz aquí JAJJAJAJ además de que podremos hablar mejor <3
y como punto final y aprovechando que ya termine de hacerles spam, ya me voy despidiendo JAJAJJJA los amo, cuídense 🤍
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