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Estresada

Esa era la palabra qué podría identificar a Haeun.

No, esa no.

Perdida.

Asustada.

Confundida.

Bueno, una mezcla de esas y algunas otras palabras.

Llevaba caminando más de veinte minutos y no lograba conseguir al menos algún indicio o milagro de que se acercaba a las cabañas. Trató de llamar a Nayoung pero no le regresaba la señal desde que se cortó la llamada con la señora. Estaba totalmente sola y a oscuras en ese manto verde del bosque.

Aparte de que se escuchaban los sonidos crujientes que hacían los pasos de la chica cada vez que pisaba las hojas secas, también se escuchaban los animales e insectos que habitaban allí y eso le hacía tener escalofríos.

Sentía cómo el pánico y los pensamientos en que se va a encontrar algo en la oscuridad del bosque la estaban comiendo por dentro. Debía de haberle subido la presión también por que aunque hacía el típico frío de la noche unas pequeñas gotas de sudor se asomaban por su frente.

Ya estaba cansada de caminar. Pensó rendirse, esperar a que amanezca y poder irse de allí de una vez por todas. ¿Pero, en dónde se iba a quedar? No sabía cuál parte del bosque era segura y cuál no.

No le importaba el tipo de castigo que le iban a dar a ella los superiores, con sólo de regresar y estar en las cabañas le bastaba.

Se recostó de un árbol soltando un gran suspiro, tratando de controlar la agitada respiración que tenía. Alzó su mano para chocarla con su pierna izquierda. Los insectos también se estaban aprovechando de su temporal estancia que tenía allí, picándola en casi todas las partes de las piernas.

-- ¿Por qué no me puse un pantalón largo?

Prendió la linterna del móvil para mirar las ronchas que se le habían formado en sus piernas. Alzó la mano de nuevo matando a otro mosquito que logró ver con la luz. Las cosas no podrían ir peor para esa chica.

Apagó la linterna de su móvil ya que no tenía mucha batería y lo guardó en el bolsillo. Sólo tenía que mantener la calma. No iba a pasar nada ya que las únicas personas que hay en este lugar son las de las cabañas. Nadie iba a ser tan tonto como para ir a un bosque a mitad de la noche.

Como ella.

Acomodó su espalda en el viejo tronco. -- Queda esperar a que se haga de día.

Cruzó sus brazos en su pecho y cruzó sus piernas. Le echó una última vista a los árboles que estaban frente a ella y por lo que logró ver gracias a la luz de la luna, no había nada.

Cerró sus ojos a ver si podía descansar por unos minutos para seguir caminando después.

¿Qué es lo peor que podría pasarle?

Nada.

Estaba sola.

O eso creía cuando se escucharon unos crujidos de ramas cercanas a ella.

No eran crujidos de algún animal. Eran pasos.

Pasos de una persona.

La pelinegra abre los ojos asustada. ¿Y si era algún tipo de ladrón que iba a las cabañas? ¿O alguien maligno que hacía cosas indebidas en el bosque?

Haeun sintió el pánico cuando notó que los pasos iban más cerca de donde estaba. Necesitaba defenderse con algo. ¡¿Por qué no podía moverse maldita sea?! Era como si sus pies se pegaron en el suelo.

Miró a su alrededor y vio un pequeño tronco en el suelo. Tomó el tronco algo nerviosa y lo subió detrás de su cabeza, lista para darle un golpe a la persona y salir corriendo.

Los pasos ya estaban llegando al árbol en donde estaba la chica. Ella pudo divisar en el suelo la leve sombra que le hacía dejar la luz de la luna a la persona. Y por sus anchos hombros y gran cuerpo, parecía ser un hombre.

La persona llegó al campo de vista de la pelinegra, así que ella cerró sus ojos a causa del miedo y se preparó a tirar con toda su fuerza el tronco.

Pero unas grandes manos tomaron las muñecas de ella. El terror inundó el pobre cuerpo de la chica haciendo que suelte un pequeño quejido. Mil cosas le pasaron en su mente. Pero lo más que resonaba era el rostro de su hijo riendo.

Te amo mucho Taeyeong.

-- ¡¿Estás demente?!

Esa voz.

Haeun abre los ojos algo temblorosa. La luz de la luna descansaba en las facciones de aquel individuo logrando identificarlo.

Un jadeo involuntario se escapa de sus labios al ver de quien se trataba.

-- ¿Jaehyun?

¿Estará confundiendo a la persona?

¿En sus últimos momentos de vida aparece la imagen de él?

-- ¡¿Maldita sea me ibas a matar?! ¡¿Qué te sucede?!

Definitivamente era él por el tono agitado que estaba usando.

¿Cómo demonios llegó hasta aquí?

-- ¿Q-Qué haces aquí?

-- ¿Qué haces aquí?

Algo le hizo caer en tiempo a la pelinegra. Si Jaehyun está aquí...¿Significa que no está tan perdida?

La chica se acerca a él logrando llamar su atención. -- ¿Estamos cerca de las cabañas?

Jaehyun se queda mirandola por unos segundos algo dudoso. ¿Él tampoco estaba cerca? -- Eso mismo te iba a preguntar.

Haeun parpadea algo confusa. -- ¿De qué hablas? ¿Tú-...?

Oh mierda no puede ser que él también...

El de tatuajes se palidece un poco al caer en cuenta de lo que estaba pasando entre ellos dos. -- ¿No me digas que tu también te perdiste en el bosque?

-- ¿Jaehyun... Tú también?

El de tatuajes suspira frustrado. -- Mierda.

Jamás las esperanzas de la pelinegra se habían destrozado tan rápidamente como sucedió ahora. Siente que llegó al mismo recuadro en el que estaba cuando notó que se había perdido.

-- Pero... ¿Cómo me encontraste?

Él se cruza de brazos. -- Estaba caminando y vi una luz que luego se apagó. Pensaba que era algún empleado de las cabañas. Por eso vine hasta aquí.

Haeun asiente. Debe ser cuando estaba mirando sus piernas a ver las picaduras que tenía.

-- ¿Cómo te perdiste? -- Le pregunta ella. El chico cambió la vista algo incómodo.

-- Salí a fumar y quise irme lejos para que no me descubran.

-- ¿Tú fumas?

-- No. Lo dejé hace dos años.

-- ¿Entonces-...?

Él voltea la cabeza molesto. -- ¿Te interesa saber maldita sea?

Haeun arruga sus cejas. -- No.

Es un maldito sin educación.

Jaehyun la observó de arriba abajo.-- ¿Y tú?

-- Ah... Yo estaba en una llamada y se cortó. Cuando me di cuenta-... -- Ella detiene su explicación cuando se da cuenta a quien le está explicando. -- ¿Te interesa saber?

El de tatuajes sólo sonríe hacia su contestación. Coloca sus manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero negra y estira sus hombros. -- Bueno, fue una corta charla así que nos vemos. -- Él empieza a caminar pasándole por el lado a una Haeun con el rostro perdido.

Ella lo sigue con su mirada. -- ¿Cómo que nos vemos?

Jaehyun se voltea a mirarla. -- ¿Creías que íbamos a ir juntos? No.

Haeun sólo se queda mirándolo sin creer lo que había escuchado. Se empieza a reír por lo bajo pero se detuvo al ver el rostro serio del chico. -- ¿Me estás bromeando verdad?

-- No.

-- Jaehyun. ¡Estamos en la misma situación! ¡Tenemos un problema!

-- ¡Tú tienes tu problema y yo tengo el mío! ¡Nos perdimos separadamente!

La chica se queda perpleja al escuchar lo que el de tatuajes dijo. -- ¡¿Es real lo que estás diciendo?!

-- ¡¿Crees que quiero estar contigo?!

-- ¡Joder Jaehyun podemos buscar la solución juntos si no fueras tan egoísta, ignorante y tonto!

-- ¡Lo dice la que se perdió!

-- ¡Tú también te perdiste!

-- ¡Al menos estoy buscando mi propia solución!

-- ¡Entonces no vamos a ir juntos! ¡No podría aguantarte!

-- ¡Bien!

-- ¡Bien!

Y así fue como los dos chicos empezaron a caminar en diferentes direcciones. La chica cierra sus puños de enojo. En cierto punto, el de tatuajes tenia razón, no podían ir juntos a tratar de buscar la solución por que terminarían más perdidos de lo que están por culpa de sus discusiones. Él es muy cerrero y ella no soportaba su actitud.

Pero algo la hizo detener en sus pasos. ¿Qué sucede si Jaehyun encuentra las cabañas primero que ella? ¿Y si ella no puede encontrar su propia salida? No sabría si el chico le vaya a decir a los maestros que ella andaba desaparecida.

O peor aún ¿Y si ella la encuentra y Jaehyun se queda perdido en el bosque? Por naturaleza de ella, no podría soportar con el cargo de conciencia y de culpabilidad que le iban aparecer. La chica es de muy buen corazón para eso.

Suspiró cerrando los ojos. Estaba en un debate mental si ir con el chico de tatuajes o dejarlo en su trayectoria con el carácter de los mil demonios que tiene. No puede hacer ni el mínimo intento de soportar a la chica aunque sea por unos momentos para poder salir del problema.

Es tan terco.

Pero, no iba a dejar que él encuentre las cabañas y la dejara arrollada en medio de la noche. Así que se dio la vuelta y empezó a mirar a la dirección en la que se iba el de tatuajes. Estaba casi lejos de ella caminando con su más calma mientras tenía las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero negra.

La pelinegra empezó a correr en su dirección. Casi no podía ver por la oscuridad de la noche y la luz tenue de la luna.

Se encontraba acercándose a él con la esperanza de convencerlo. Estiró su mano para tocar su hombro y que él se diera la vuelta, pero no contaba con que se iba a tropezar con una raíz de los árboles que sobresalía de la tierra.

Haeun cae al suelo con un ruido fuerte. Todo su cuerpo fue impactado en la tierra.

Auch.

Jaehyun quien escuchó un ruido detrás de él, se volteó para encontrarse con la chica en el suelo bocabajo. -- ¿Qué demonios haces?

La pelinegra se incorporó rápidamente para levantarse y aprovechar la oportunidad de que tenía al chico en frente de ella.

-- Jaehyun podemos ir- ¡Ah! -- Haeun se desploma al suelo al sentir una fuerte punzada en su pié derecho.

Jaehyun alza una ceja por el cambio repentino mientras la miraba desde arriba. -- ¿Qué pasa?

-- Mi pie. Creo que me lo lastimé.-- Dice Haeun rozando levemente cerca de su tobillo con sus dedos. El dolor estaba empezando a subir y hasta podia sentir que esa área le latía.

Jaehyun se pone frente a ella quedando de cuclillas y toma el pie de la chica entre sus manos. Con delicadeza él le quita su zapato junto con su media. Al ver la piel de la chica notó que en definitiva, tenía el área del tobillo roja y estaba empezando a tener una leve inflamación. Sin contar las pequeñas heridas que se hizo en las rodillas.

Sus dedos pasan por el área afectada y Haeun soltó una mueca de dolor poniendo su mano encima de la de él tratando de alejarla. -- Tienes el tobillo lastimado. De verdad, más tonta no pudiste salir. ¿Cómo se te ocurre correr a mitad de un bosque en la noche?

La pelinegra estaba lista para responderle con la rabia que le empezó a ocasionar pero semblante cambia a uno de preocupación al ver que él se levantó alejándose de ella. No la iba a dejar ahí sola ¿verdad? -- ¿A dónde vas?

-- ¿Cómo que a dónde voy? Está claro que no puedes caminar. -- Jaehyun se quita su chaqueta dejando ver los tatuajes que tenía en sus brazos. Él le tira la chaqueta sorprendiendo a Haeun.

-- Ponte eso y súbete en mi espalda.

La chica parpadea varias veces tratando de analizar lo que él había dicho. ¿Él la va a cargar? ¿Él le iba ayudar?

-- ¿Me vas ayudar?

-- Escucha, la idea no me gusta mucho, pero no voy a dejar a una ingenua como tú con el tobillo inflamado en medio de este bosque y me haga buscar un problema por no ayudarte.

Él sabía que tenía razón. Para nada le gustaba la idea de tener que estar con esta chica y mucho menos cargandola en su espalda. Pero se podría buscar un gran problema con la dirección de la escuela por haberla dejado en el bosque y no ayudado. Y lo menos que quería de nuevo era encontrarse al director.

La chica aprieta sus labios. No le gustaba que él la cargara pero tenía una necesidad y no podía caminar. Y parte de lo que dice él es cierto.

Así que se colocó su chaqueta, le quedaba enorme pero eso no le molestó. Enseguida el perfume se hizo presente en sus fosas nasales. Le sorprendió que un patán como ese tenga buen gusto en perfumes.

Jaehyun se coloca de cuclillas con la espalda hacia ella. -- Ven, sube.

Haeun se queda unos segundos pensándolo por última vez. Suelta un suspiro de rendición por su parte.

Con cuidado se levanta del suelo y trata de apoyar todo su peso en la pierna izquierda para crear balance. Pausadamente, la chica pasa sus manos cubiertas por la chaqueta del chico en el comienzo de su espalda, hasta deslizarlas hasta sus hombros y llegar a su cuello, inclinando su cuerpo hacia el frente. Una extraña calidez la abrazó enseguida al sentir el contacto del cuerpo del chico contra el suyo. Pareciera que lo único que tiene frío era su corazón y su acitud.

El chico pasa sus manos por debajo de las piernas de Haeun y se levanta enderezando su cuerpo

Y ahí, su jornada de encontrar las cabañas empezó.

El chico comienza a caminar mientras Haeun acercaba sus brazos al cuello de él para tener mejor agarre. La caminata no era ni lenta ni rápida. La chica pensaba que era algo pesada para él, aunque él se veía sin problema alguno. Pero, como quiera quería preguntarle.

-- ¿No estoy pesada? Si quieres puedes bajarme y-...

-- No estás pesada. Deja de hacer drama.

Haeun arruga sus cejas ante la respuesta del de tatuajes. Enseguida ella se puso a la defensiva. -- No lo digo por drama. Lo digo para no lastimarte o algo por el estilo.

-- Pues no. No estás pesada.

Ella bufa. -- ¿Nunca puedes contestarme de manera normal?

Jaehyun alza a la chica levemente, acomodandola. Sus pasos son cuidadosos para no tropezar con nada y lastimarse o complicar el estado de la molestosa pelinegra que tiene en su espalda. Él suelta un suspiro algo irritado. -- Esta es mi manera normal, Florecitas.

Haeun imita su acción, suspirando profundamente de lo cansada que estaba de escuchar ese apodo. -- No me llamo Florecitas, me llamo-...

-- ¿Molestia? Por que si es así, de verdad que te pega el nombre. -- Comenta el chico caminando a paso lento.

-- ¡Todo es difícil contigo Jaehyun! -- Dice Haeun con el rostro de ella pegado a la oreja del chico.

Jaehyun se detiene abruptamente y voltea su rostro a medias para que con el rabillo del ojo la mirase. Sus rostros cerca de uno al otro pero, eso era lo menos que a ellos les importaba.

-- Hoy no tengo ánimos para tus peleas, Haeun.

Haeun hizo presión en sus labios al escuchar su nombre salir con un tono profundo de sus labios. Casi como si hubiese tachado de que es su nombre y lo catalogara como una amenaza. Jaehyun se voltea y sigue caminado asegurando su agarre en la parte trasera de los muslos de la chica.

-- Y yo no estoy para tus actitudes, Jaehyun.

-- Haz la fila. No es la primera vez que escucho eso.

-- Por que eres un maldito patán.

-- Auch. De verdad que me dolió... Tanto que me vale una mierda.

Haeun cierra los ojos por unos segundos. Si quiere salir "normal" de este bosque y no peleando con este chico, debería de cambiar el tema.

-- Okay. Cambiemos de tema.  Empecemos esto de cero.

El de tatuajes es una ceja. -- ¿Para qué?

-- Para hacer las pases. No como amigos, pero dejar de tener tanto roce. Estoy cansada de esto. ¿Qué dices?

-- No.

La pelinegra lo ignora. -- ¿Cómo te ha ido en la excursión? Claro, excluyendo el pequeño problema en el que andamos.

Jaehyun bufa. -- ¿"Pequeño"? 

Haeun rodea los ojos.

El de tatuajes se queda sin contestar por unos segundos. ¿Por qué demonios Haeun, alguien totalmente diferente a él, quiere hacer las pases?

Son tan diferentes uno al otro. ¿Para qué hacer pases con alguien que prácticamente no soportas?

¿Qué es eso? ¿Una escena de una película infantil dónde hay una moraleja? No, esta es la vida real. Y la realidad es que ellos nunca van a tener algún encuentro "normal".

Pero, a pesar de eso, anda en una situación pillada y no le va mal hablar un poco para distraer los recuerdos que había traído Jun cuando estaban sus amigos en una charla en la fogata, el enojo que tiene por haberse perdido y la molestia de tener a Haeun atrás.

Y sin contar que los mosquitos le han picado hasta las bolas.

-- Me fue bien. --  Dice en un pequeño murmuro mientras mira al suelo por unos segundos pasando por las ramas caídas y las raíces.

Haeun abrió los ojos sorprendida al notar que ha contestado algo normal y no con su reacción agresiva que siempre tiene.

-- Qué bueno. A mi me ha ido de maravilla...

Y el silencio volvió a reinar de nuevo en los dos jóvenes, haciendo un ambiente incómodo mientras caminaban. ¿De qué más podrían hablar?

-- ¿Cómo sigue tu tobillo? -- Pregunta Jaehyun tomando la iniciativa después de unos segundos.

-- Me duele mucho.

-- Claro, casi formabas parte de una de las raíces de los árboles.

-- ¡Oye!

Los dos soltaron una pequeña risa. El ambiente incómodo bajando levemente.

-- Sólo digo la verdad.

-- Tú nunca dices la verdad.

-- Yo siempre la digo. Que no te la diga a ti no significa que miento todos los días, Haeun.

-- Eres tan mentiroso.

-- ¿Cómo tu amigo el rechazado?

La sonrisa de Haeun se borra.

-- Todavía sigo molesta por lo que le hiciste. ¿Cómo se te ocurre tomar mi móvil y decirle esas cosas de que yo le gusto?

Jaehyun se ríe. -- ¿No es obvio? El pobre chico tiene sentimientos hacia ti.

-- ¡Claro que no! Jeno sólo me ve como su amiga. Es muy buena persona... -- Haeun hace una pausa para mirar el perfil del chico. -- Contrario de otras que no controlan sus groserías. -- Comenta la chica en un murmuro.

Pero, el de tatuajes la escuchó.

-- El chico es ingenuo. Los dos pegarían.

-- ¿Y tú crees que encontrarás a alguien con tu mala actitud?

-- Lo dice la niña que tuvo una mala relación.

La pelinegra se tensa al escuchar lo que él había dicho. Debió haberse acordado de cuando estaban en el bus jugando a las preguntas. Claro, el de tatuajes no se olvidó del rostro incómodo de la chica y el extraño brillo en sus ojos. Eso le dio algo de gracia y de curiosidad. Al ver a la insoportable pelinegra con una expresión que él jamás había visto en ella.

Él voltea su cabeza levemente al notar que ella no estaba diciendo absolutamente nada. -- ¿Qué sucede? ¿Ya no puedes hablar?

Haeun parpadea varias veces volviendo a la realidad. Tragó saliva sintiéndose incómoda de repente. -- Ya no quiero hablar.

Jaehyun se da cuenta del tono profundo que usó la chica. ¿Tocó un tema sensible quizás?

-- ¿Por qué? ¿Él príncipe no te midió el zapato correcto? No puedo creer que tu ex te haya soportado. Tal vez por eso terminó contigo.

Cada palabra que Jaehyun decía le tocaba al corazón a la chica. Pero, no iba a dejar que eso le afecte. Ya había pasado esa etapa.

-- Tú no sabes nada.

-- No hay que saber mucho, princesita.

La chica bufa. Jaehyun es un vivo ejemplo de las personas que juzgan a otras sin saber lo que han pasado. Es increíble la falta de madurez que las personas tienen en esas situaciones para pensar más allá y comprender la situación de los demás.

Ya Haeun estaba cansada de su maldita actitud grosera.

-- Jaehyun, bájame.

El de tatuajes se detiene y alza una ceja. -- ¿Qué?

-- Bájame, no voy a estar recibiendo ayuda de alguien que lo único que haces es juzgar a las otras personas sin saber lo que han pasado. Tan fácil es para ti opinar sobre las situaciones de los demás y no saber su dolor. Parece que nunca has pasado por eso.

Ahora era el turno de Jaehyun tensar todo su cuerpo. Esa última frase que la pelinegra dijo, esas últimas palabras.

¿Quién se cree ella para decirme que nunca he pasado por eso?

-- Oye. Tú tampoco estás tan lejos. ¿No me digas que la dulce Haeun no me ha juzgado por un segundo?

-- Sí, lo he hecho. Por que eso es lo que me dejas mostrar. -- Dice Haeun con valentía.

-- Entonces eres igual que yo. Yo te dejo mostrar unas cosas y tú me dejas mostrar otras. ¿En qué nos diferenciamos? ¿De verdad crees que eres la víctima aquí? No Haeun, nadie es de buen corazón y nadie va a colocarse en los zapatos de otros. Este es el maldito mundo real, nadie tiene piedad contigo.

Tal vez, los dos están mal.

La percepción que tienen uno al otro tal vez, sea incorrecta.

A lo mejor Haeun no es tan princesita como Jaehyun la ve. Y a lo mejor Jaehyun no es tan patán como Haeun lo ve. Todos juzgamos y colocamos a los demás como ellos se dejan mostrar. Pero ¿Eso no lo harán por ocultar algo detrás?

-- No te voy a bajar, estás lastimada y puedo ser un hijo de puta, pero, tampoco soy el mismo satanás.

Haeun no dice nada al respecto.

-- No voy a volver a tocar el temita tuyo y de tu ex. ¿Está bien? -- Aunque, le llamaba mucho la atención el rostro que ella había hecho en el bus.

La chica sólo se queda mirando su perfil. Su voz sonó más pasiva que en unos momentos. Él era un patán y claro que nunca iba a pedirle perdón a alguien. Pero, entendió el mensaje en esas palabras. Sólo por esta vez lo iba a dejar pasar. --... Está bien.

Y el silencio creció entre ellos dos.

Así que el de tatuajes siguió caminando, en busca de las cabañas.

Haeun sólo suspira. Estaba cansada, tenía sueño. La noche estaba serena y ninguno volvió a decir otra cosa. No podían decir nada, sus mentes estaban en el pasado.

El pasado de una persona muy especial y el pasado de un novio.

Pasaron unos largos minutos desde sus últimas palabras. La pelinegra poco a poco va cerrando los ojos, dejando caer su cabeza en el hombro del de tatuajes, dejando que el sueño le ganara la batalla.

-- ¿Te dormiste? ¿Es enserio?

Él no escuchó nada de parte de la chica. Solamente pudo sentir la pausada respiración de ella en su cuello. Haeun se había dormido en definitiva.

Jaehyun sólo niega con la cabeza. -- Lo que me faltaba. -- Dice murmurando. Pero, no iba a levantarla. Era mejor que se quedara así a que tengan otra discusión de nuevo.

Él sólo sigue caminando a paso lento para no despertar a la chica.

Tal vez... se pasó de la línea al tocar el tema de la relación de Haeun.

°°°

Una nerviosa Nayoung se mordía las uñas de las manos, no podía dejar de hacerlo. La preocupación se la comía por dentro.

Estaba el grupo de Jaehyun y Nayoung en un círculo con alguno de los profesores y varios de los empleados de la cabaña alejados de los demás estudiantes. Ya había pasado más de tres horas y no habían señales de Haeun y el de tatuajes. ¿Qué les habrá pasado?

Trataron de llamar al móvil de Jaehyun para darse cuenta que lo dejó con uno de los chicos y luego llamaron al móvil de Haeun pero no entraba la llamada. Todos estaban preocupados de que algo les había pasado.

-- Deben de estar bien. De seguro andan juntos. -- Comenta uno de los empleados.

-- Por eso no quería que las chicas y los chicos compartieran mucho. ¿Ven lo que sucede cuando dos adolescentes se escapan juntos? Quién sabrá lo que andan haciendo en estos momentos. -- Dice uno de los profesores en un tono molesto. Nayoung frunce sus cejas al escuchar eso.

-- Con todo respeto profesor, pero ellos para nada tienen algo. Jaehyun no ve a Haeun de esa manera y le puedo asegurar de que Haeun no ve a Jaehyun de esa manera.

-- En todo caso si estuvieran juntos, estuvieran discutiendo y agarrándose del cabello del otro. -- Añade Seonghee en la conversación.

-- De seguro tu amiguita lo secuestró. -- Nayoung se voltea con cierta molestia al chico rubio que estaba al lado de ella. -- ¿Qué mierdas dices? ¡Tú amigo de seguro la molestó para irse con él a la fuerza!

-- ¡Cómo si Jaehyun quisiera estar al lado de una molestosa chica como esa!

-- ¡Ya chicos! No digan más cosas si no quieren que los castigue a ustedes junto con sus amigos.

Nayoung rodea los ojos. Espera que Haeun se encuentre bien y no haya sido víctima del gran hijo de puta que es Jaehyun.

-- ¿Y qué debemos de hacer? -- Pregunta uno de los amigos de Jaehyun.

Uno de los empleados suspira. -- Tenemos la opción de ir a buscarlos, pero nos corremos el riesgo de que uno de nuestros empleados se pierda o se lastime. Podemos esperar hasta la mañana para buscarlos.

-- ¡Eso es imposible! ¡Se van a morir de frío! ¿Y si les pasó algo?-- Dice Nayoung preocupada. En realidad, la única persona que le importaba era su amiga. Pero, no quería comenzar otra discusión con el rubio que tiene a su lado.

-- No quiero llamar a sus padres. ¡Nos podemos buscar un problema con la escuela! -- Dice uno de los profesores.

La empleada se aclara la garganta. -- Haremos un plan para que todo salga bajo control y mantener la calma ante-...

-- ¡Jaehyun! ¡¿Eres tú?! -- Dice Seonghee al ver a lo lejos de espalda a la castaña.

Todos voltean a mirar a donde Seonghee estaba acercándose.

Ahí estaban los dos. En un momento de la caminata Haeun se despertó y Jaehyun aprovechó para decirle que iba a cargarla entre sus brazos ya que en la posición que estaba ya se sentía algo incómodo.

El de tatuajes se acerca al grupo de sus amigos, profesores y empleados con una somnolienta Haeun entre sus brazos mientras que ella apoyaba los suyos en el cuello de él.

-- ¡Jaehyun! ¡¿Dónde te metiste?!

-- ¡Haeun! -- La pelinegra alza la cabeza para darle una pequeña sonrisa a ella. -- Nayoung.

-- ¡Qué bueno que aparecieron! -- Dice uno de los profesores. -- Así que por favor baja a la señorita Haeun por que-...

Jaehyun da unos pasos hacia atrás alzando una de sus cejas al ver que el profesor iba a tocar el brazo de Haeun para hacerla bajar. Aseguró el agarre en ella y la acercó más a su cuerpo. -- Ella está lastimada.

Nayoung suelta un jadeo mientras se acerca de nuevo a su amiga mirando su cuerpo. Notó que tenía unas pequeñas heridas en su rodilla. -- ¡¿Qué le pasó?!

--Se tropezó y se lastimó el pie.

Haeun baja la vista apenada al ver el rostro de preocupación de su amiga. -- Estoy bien, tranquila.

-- ¡Tenemos que llevarte a un enfermero!

-- Nosotros tenemos personal médico adentro de nuestro establecimiento. Vamos a donde la enfermera para que la atienda. -- Dice la misma empleada de ahorita. Todos asienten mirando a los dos chicos.

-- ¿Tú estás bien Jaehyun? ¿No te lastimaste? -- Él mira a Seonghee que tenía un rostro preocupado. -- No tengo nada, no te preocupes.

-- Qué bueno, hermano. -- Dice Xiaojun con una sonrisa.

-- ¿Crees que puedes cargarla hasta allá? -- Dice una profesora. El de tatuajes asiente mientras acomoda la chica entre sus brazos. -- Entonces vamos.

Todos empiezan a caminar, pasando por los otros estudiantes que ahora estaban mirando la situación y murmurando sobre Jaehyun con una chica entre sus brazos. Era una vista inusual.

Pero a ninguno de ellos dos le importaba. No significaba nada.

Llegaron a donde se encontraba la enfermera y le abrieron la puerta al de tatuajes para que pueda pasar con la pelinegra. Con cuidado él la coloca en la camilla, alejando sus brazos al ver que estaba en la superficie. Haeun aleja los de ella y enseguida es rodeada por la profesora, la empleada y su amiga.

La enfermera se colocó de cuclillas frente a Haeun. -- ¿Cuál pie fue? -- Haeun con cuidado se quita su zapato y su media para dejar ver la hinchazón que ahora estaba bastante crecida y el color carmín que tenía el área. Nayoung soltó un pequeño jadeo. -- ¿Te duele mucho?

Haeun asintió algo avergonzada. Todas eran mujeres pero, le avergonzaba que todas estén mirando la situación en la que estaba.

La enfermera tomó el pie entre sus manos y empezó a inspeccionar su tobillo. -- Sólo es hinchazón y dolor. Tuviste suerte de no haberte roto el hueso o caminado tu sola por que eso lo empeoraba. Sino, tuviéramos que llamar a una ambulancia. Te colocaré hielo y te colocaré un vendaje para que te baje la hinchazón.

La enfermera se levanta para buscar las cosas que Haeun necesita. En eso, las mujeres que estaban ahí empiezan hablar de lo aliviadas que están de que Haeun no tiene que ir al hospital o no es nada grave.

La pelinegra sólo se limita a mirar hacia la puerta y ve que Jaehyun estaba afuera hablando con el profesor que iba a bajar a la chica y otro profesor más. Deben de estar hablando del castigo que va a conllevar por irse al bosque.

En una Jaehyun desvía la mirada hacia donde está ella. Sus miradas se quedaron unos segundos sin apartarse. Ningún sentimiento oculto o alguna razón oculta entre sus ojos. Jaehyun le alza una ceja pero después vuelve a mirar al profesor. Ya se podía ver irritado de lo mucho que estaba hablando el señor.

Aunque sea un patán, debería de agradecerle por haberla cargado casi tres horas. Debe de estar adolorido. También, debe de devolverle el abrigo que tiene puesto.

La enfermera regresa y le coloca el hielo a Haeun con un vendaje para dejarlo estable. La chica hace una pequeña mueca al sentir lo frío que estaba. A estas horas de la noche y con un hielo pegado a su piel no era lo más que apetecía.

-- Ya está. Te lo dejaré por unos veinte minutos y luego te colocaré una crema para que se mejore. Tienes que dejarte la venda hasta mañana y venir para cambiartela. Ya para pasado mañana podrás caminar bien.

Haeun le da una sonrisa de agradecimiento a la enfermera. -- Gracias. -- La enfermera le sonríe. -- No hay de qué.

Haeun se voltea a las mujeres que estaban alrededor suyo. -- Gracias y disculpa por causarles preocupación e inconvenientes.

Nayoung se acerca y le da un abrazo a su amiga. -- Me asustaste, pensé que no te iba a ver nunca más. Hasta pensé que la película que había contado se hizo realidad.

La chica rodea los ojos pero le devuelve el abrazo. Nayoung se aleja de ella y se coloca al lado de la profesora. -- Nos alegra que estés bien.

Ella le sonríe tratando de hacerle una pequeña reverencia desde la camilla. -- Pero, ahora los profesores necesitamos hablar con estos dos chicos en privado. 

La sonrisa de Haeun se borra.

El castigo de ellos dos...

°°°

El sonido del hacha y la respiración agitada de cierto chico de tatuajes era lo único que se podía escuchar. Un Jaehyun muy cabreado estaba picando los troncos de las fogatas de las cabañas. Eran las siete de la mañana y apenas los demás estudiantes se estaban despertando mientras que él llevaba desde las seis picando los pequeños troncos por la mitad. Su camisa blanca estaba pegada a su torso por culpa del sudor y sus mangas cortas dejaban ver los tatuajes en sus brazos cansados.

Él deja el tronco a un lado y se detiene por unos momentos para tomar algo de aire. -- ¿Por qué te detienes?

Él se voltea. -- Hazlo tú entonces y verás por qué me detengo.

-- No puedo.

-- Claro, la niña tiene un tobillo lastimado.

Haeun, quien estaba sentada encima de una mesa de madera que estaba cerca de lo que el de tatuajes estaba haciendo, se alza de hombros con indiferencia. -- Exacto.

-- ¿Cuál era tu castigo de nuevo?

-- No asistir a las actividades de por la mañana.

El más alto alza una ceja. -- Ese es el castigo de los dos. Hablo el de cada uno.

Haeun parpadea varias veces. No entendió lo que dijo. -- Ese es... No tengo otro castigo.

Jaehyun bufa con cierto aire de molestia. Es increíble que a él lo hayan mandado cortar los troncos mientras que la chica sólo tenía que perderse las actividades de por la mañana sentada viendo como él se jode.

-- Eso no es ningún castigo.

-- Claro que sí.

-- Se me olvidaba que la princesita no sabe de mucho. Esto es un verdadero castigo. -- Dice Jaehyun señalando el hacha de sus manos.

Haeun arruga sus cejas con cierta molestia. -- No me llames así.

Jaehyun solamente se alza su camiseta limpiando el sudor que tenía en su frente. La pelinegra se queda sorprendida al ver que él casi no tenía tatuajes en la zona de su torso. Tenía una gran araña en su costado y varios tatuajes más en diferentes lugares del área. Al notarlo bien, el chico no tenía tantos tatuajes como ella imaginaba. En dónde más tenía era en su cuello y en sus manos pero sus brazos y su torso no están forrados de tatuajes.

-- La empleada de las cabañas vino hace unos minutos a dejar esto. -- Dice ella mientras alza un par de botellas de agua en sus manos.

Jaehyun se acerca a ella tomando una botella y la abre. -- ¿Por qué no me lo dijiste?

-- Ahora te lo estoy diciendo.

Jaehyun se bebe el agua de prisa. Moría de sed y tenía bastante calor. Sentía que su garganta se iba a quebrar de lo seca que estaba. Él deja la botella vacía a un lado de la chica y se va a continuar a cortando los troncos.

Haeun suspira. Estaba aliviada de que el castigo sólo fuera este y no que pasara a mayores. Ayer cuando ellos estaban hablando con los profesores, ellos le informaron que no iban a afectarlos academicamente. Pero, sí que iban hacer unos labores aquí en las cabañas. Estaba agradecida.

No quería dañar su promedio y menos con sus planes que tiene para salir hacia adelante por su hijo.

Ayer llamó a Nana a escondidas a explicarle que se cortó la llamada y que se había lastimado. Nana como toda señora mayor, se preocupó por la pelinegra al escuchar lo que le sucedió, pero Haeun logró calmarla y decirle que ella estaba bien.

Después de hablar con los profesores, ella le entregó el abrigo, pero no pudo decirle las gracias ya que él se fue rápido del cuarto de la enfermera. Le dio molestia ya que ni se volteó a verla y ella no pudo decirle nada.

Ella alza su mirada y ve al chico de tatuajes con el hacha en sus manos rompiendo los troncos. Se veía cansado y su cabello se pegaba a su frente debido al sudor que tenía.

A pesar de que él es un patán, la ayudó a cargarla y si no fuera por él a lo mejor estuviese perdida todavía en el bosque.

Haeun se aclara la garganta para poder hablar. -- Jaehyun. --El de tatuajes detiene sus movimientos al escuchar su nombre y voltea a ella.

-- ...Gracias.

Jaehyun sólo se queda observando a una avergonzada pelinegra. Sus labios se estiraron en una diminuta sonrisa. -- Después de todo, tienes mente, Princesita.

Haeun pone los ojos en blanco con evidente molestia.

Ahí vamos de nuevo.

Espero que les haya gustado. Los quiero un mundo a todos. ^^

¡Nos vemos!

•Perdón por errores.•

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