Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4.

–Mejor vámonos, chicos. Por que cuando mi hermano se pone de malas, nadie lo aguanta –los niños tomaron sus juguetes y salieron de la habitación, Pepa se quedó en el cuarto, observando al de lentes, preocupado.

–¿Y tu que esperas? Te dije que te largues –habla Bosco observando a Pedro Pablo, enojado.

–Si... Pero es que no te ves bien, ¿te puedo ayudar en algo? –respondió Pepa con nerviosismo.

–¿En que me podrías ayudar? ¡Vete! No necesito a nadie a mi lado –Pepa bajo la cabeza y apenas puso un pie fuera de la habitación, el rubio comenzó a sollozar.

Bosco tomo una fotografía que tenía con su madre y se sento en la cama, sollozando de dolor.

Te extraño... –susurra el de lentes con la voz rota.

Pedro Pablo suspiro y entro de nuevo a la habitación sin que Bosco se diera cuenta, se arrodillo frente a él y luego lo abrazo, tomando a Bosco por sorpresa.

El rubio dudo un momento y al final se dejó consolar por Pedro Pablo, coloco el marco cuidadosamente encima de la cama y se aferro más a los brazos del rizado, soltando el dolor que no sabía que había estado guardando desde que salieron de la cárcel para ver al imbécil que asesino a su madre.

Pedro Pablo abrazo con más fuerza a Bosco, esto le dio a entender al rubio que nunca más estaría solo.

Bosco logró calmarse poco a poco con la ayuda de Pedro Pablo, al darse cuenta de lo sucedido, se levanto de su cama.

–¿Por que entraste a mi recámara? Dije que quería estar solo–.

–Pues no hay puerta... Y te escuché sufriendo –contesta el rizado un poco apenado.

–¡Y a ti te vale! Es mi sufrimiento, no el tuyo, yo se como desahogarme. Dije que quería estar solo –respondió Bosco, enojado.

–¡Estabas llorando! Yo no tengo el corazón tan seco como tu, para eso vine, quise abrazarte para que pudieras calmarte –el rubio suspiro al escuchar eso y nuevamente volvió a abrazarlo, dejándose llevar por él.

Bosco enterro su rostro en el cuello de Pepa y un dulce aroma a vainilla con fresas inundo su nariz, el rizado olía demasiado bien.

–Audrey y yo casi matamos al asesino de nuestra madre –dice Bosco aferrándose a los brazos de Pedro Pablo –y no sé... Nos han caído tantos 20, Drey y yo no queremos ser unos monstruos.

Pedro Pablo lentamente fue rompiendo el abrazo, pero no quiso alejarse de él, se quedó a una distancia donde podía sentir la respiración del chico de lentes sobre sus labios.

–Mira, no tienes por que culparte de más por eso, a todos nos puede pasar –dice el rizado intentando no mirar los labios del rubio –entiendo tu sufrimiento, yo también odio a ese maldito, ¡ese maldito nos hizo daño! Y hasta intento abusar de mi mamá.

La habitación quedo en un silencio total, Bosco trató de procesar lo que Pedro Pablo le había confesado.

–A ver, deja ver si entendí. ¿Damián y tu hermano fueron a pelearse con Rubio y Amber y tu no hicieron nada? –dice Bosco un tanto incrédulo.

–Pues obviamente que nos enojamos, más bien, me encabrite. Pero yo no soy como Salo y Damián, yo siempre trato de canalizar mi enojo, por eso pinto –habla el rizado, sintió un vacío en el estómago cuando Bosco se alejó de él.

El alto hizo una mueca luego de alejarse de Pedro Pablo, un sentimiento de vacío lo envolvió.

–Yo tengo otras formas de desahogarme... Por años, imaginé que iba a usar esto para vengarme, pero ya ni siquiera se quién nos hizo daño. ¡Quiero destruirlo todo! –Bosco comenzo a apretar el sable de su espada, Pedro Pablo actuó rápidamente antes de que se lastimara.

–A ver, primero tienes que aprender a canalizar tu rabia y tus emociones, como las matématicas, todo tiene un balance. Algunas cosas pueden sumar y otras restar.

–Estas mal, ¡tu no vas a venir a terapearme! –se queja con enojo Bosco.

–Bueno, ¿por que siempre tienes que estar a la defensiva, eh? Y echarme bronca cuando lo único que intento es ayudarte –habla Pepa, molesto.

–¡Pues nadie te pidió ayuda! ¡Vete con tu psicoanálisis a otro lado! –sin que pudiera esperarlo, recibió un fuerte empujón por parte de Bosco, perdió el equilibrio y cayo al suelo, apretó la mandíbula viendo con enojo a Bosco, el de lentes tardo en reaccionar y cayo en cuenta de lo que había hecho y rápidamente le ofreció su ayuda –lo siento, lo siento, lo siento... Déjame ayudarte.

Bosco acerco su mano, pero Pedro Pablo la aparto de un manotazo, enojado.

–No necesito tu ayuda, estoy bien –respondió el chico de rizos, molesto y se encamino a la puerta, pero rápidamente Bosco lo tomo de la mano.

–En serio, perdóname, me dejé llevar por el enojo, perdón –se disculpa Bosco apenado, aún sin soltarlo de la mano –¿hay algo que pueda hacer para remediarlo? ¿No te golpeaste o te lastimaste al caer?

Bosco se acercó lentamente a él y comenzó a revisar si no tenía alguna herida por culpa suya.

–Estoy bien, ¿p-puedes alejarte? –dice Pedro Pablo un poco nervioso.

El rubio bajo la mirada a los labios de Pepa y relamió los suyos tragando saliva con nerviosismo.

Bosco comenzó a acercarse más a él, Pedro Pablo sentía la respiración de Bosco en sus labios y no era capaz de moverse o de quitarlo.

El pequeño espacio entre los dos se cerro y sus labios se unieron por primera vez, el de rizos se quedo tieso por un momento, hasta que al final reaccionó y correspondió el beso, tomando a Bosco de la cintura para acercarlo más a él.

El beso entre ambos empezo a subir de intensidad, los dos sentían que sus labios eran una pieza que encajaban a la perfección, Bosco sentía que su rostro ardía, sus brazos estaban sobre los hombros de Pedro Pablo mientras que acariciaba su cabellera.

La falta de aire empezaba a hacerse presente, ambos se separaron lentamente con las mejillas rojas y soltaron una risita nerviosa cuando se dieron cuenta de lo sucedido.

–Eso fue... –dice el chico de rizos con las mejillas rojas, pero fue interrumpido por Bosco.

–... Increíble –respondió el de lentes sonrojado, Pedro Pablo sonrió ante eso, tomo las mejillas del rubio y volvió a unir sus labios.

El nuevo beso iniciado por el rizado era más tierno y dulce que el anterior, Bosco acercó más a Pepa tomandolo de la cintura y profundizo un poco más el beso.

–Me gustas, Pedro Pablo, lo digo sinceramente –habla el rubio después de romper el beso, el moreno sintió como su corazón latía rápidamente al escuchar aquello.

–Nunca pensé que lo diría en voz alta... Pero también me gustas, Bosco y si no lo dije antes, fue por miedo a que me rechazarás –respondió el castaño con una sonrisa de lado.

Ambos se abrazaron con una sonrisa dibujada en sus rostros, por fin podían gritar su amor a todo el mundo y no tenían que fingir más ser enemigos, Bosco podía gritar al mundo entero que estaba perdidamente enamorado de Pedro Pablo y el sentimiento de ser amado le emocionaba, siempre había sido alguien muy reservado al tratarse de amor, él sentía que nadie iba a lograr amarlo cuando se dieran cuenta de su verdadero yo. Pero ahí estaba Pedro Pablo, demostrándole que puede ser amado a pesar de todo su dolor, el rizado estaba ahí frente a él con una hermosa sonrisa adornando su rostro y haciéndole sentir que era amado por alguien.

–Te quiero –susurra Bosco antes de abrazar otra vez al rizado.

–Yo te quiero mucho más.

(...)

Amber estaba por entrar a la habitación que le había dicho Don Esteban, pero se detuvo al escuchar unos sollozos, se asomo con cautela y observó a Audrey, sentada en la punta de la cama, abrazando lo que parecía ser el marco de una foto, sollozaba de dolor y su pie se movía rápidamente de arriba hacia abajo.

Me haces mucha falta, mamá... –dice Audrey con la voz rota y sin darse cuenta, se dejó caer al suelo aún con el marco en sus manos.

La castaña mordió su labio inferior con nerviosismo y se adentro a la habitación sin que Audrey se percatara, se arrodillo frente a ella, suspiro con miedo y sin pensarlo dos veces, la abrazo con fuerza. Audrey soltó un jadeo de sorpresa al darse cuenta de la acción de Amber, sus ojos volvieron a cristalizarse y se aferro a la castaña mientras sollozaba de dolor.

Audrey dejo el marco con la foto de su madre en la cama y se aferro a los brazos de la castaña, Amber depositaba leves caricias en el cabello de Audrey, aquello consiguió calmarla un poco.

La chica de cabello ondulado empezó a relajarse y se alejo bruscamente de Amber, esta acción confundió a la chica y se levantó del suelo.

–¿Por que entras así a mi recámara? –se queja Audrey con molestia –no necesitaba de tu ayuda.

–No había puerta y mire que estabas sufriendo, perdón –dice Amber apenada.

–¿¡Y a ti que te importa!? ¡Es mi sufrimiento y yo se como desahogarme! No necesito a nadie a mi lado que venga a consolarme –respondió con furia la castaña –Bosco y yo casi matamos al asesino de nuestra madre hoy... Y no lo sé, me da miedo convertirme en un monstruo por culpa de ese tipo. Quiero asesinar con mis propias manos a Rubio por haberme arrebatado a mi madre.

–Mira, Drey. No eres ningún monstruo, te entiendo a la perfección, mis hermanos y yo odiamos al maldito ese de Rubio –Audrey hizo una cara de confusión ante eso –ese imbécil intento abusar de mi madre.

La chica miro sorprendida a Amber cuando escucho esa confesión y por un momento, la habitación estuvo un buen rato en silencio.

–Espera, espera... ¿Me estás diciendo que Damián y Salo se vengaron de Rubio, pero Pedro Pablo y tu no hicieron nada para ayudar? –pregunta Audrey extrañada.

–Pedro Pablo y yo no somos de lastimar a la gente, obvio que nos enojamos, pero los dos supimos como canalizar nuestro enojo, Pepa canaliza su enojo pintando y yo lo hago al escribir.

–Yo tengo otra manera de desahogarme –Audrey tomo el sable que estaba sobre su cama y lo apreto con fuerza –siempre me imaginé que algún día usaría esto con el asesino de mi madre. ¡Pero ya no se quien nos hizo tanto daño!

La chica de cabello ondulado soltó un jadeo de dolor luego de sentir una punzada en sus nudillos rotos.

Amber rápidamente fue a ella y cuidadosamente logró que dejará de apretar aquel sable.

–Te vas a lastimar haciendo eso, la vida es como un libro, aunque no quieras revivir el dolor de algo, tienes que vivirlo para aprender a superar todo y seguir adelante –habla la castaña, Audrey apreto la mandíbula al escucharla.

–A ver, estás mal. ¡Tu no vas a venir a terapearme! –dijo la chica con molestia.

–Hey, ¿que te pasa, Audrey? Nunca me habías hablado de esa manera, estás siendo tan grosera cuando solamente te estoy ayudando –respondió Amber con enojo.

–¡Nadie te pidió ayuda, rarita! ¡Vete con tu tonta psicología barata a otra parte! –la chica de cabello ondulado empujo bruscamente a Amber, eso la tomo por sorpresa y termino perdiendo el equilibrio, cayo al suelo golpeándose con un mueble en el brazo –¡no te quiero en mi recámara, no te quiero en mi vida! ¡No te necesito!

Los ojos marrones de Amber se cristalizaron al escucharla decir aquello, acariciando su brazo adolorido.

Audrey observaba a Amber con desprecio, la castaña no comprendía por que la veía de esa forma.

–Parate, tu solita te caíste –Paz levantó la mirada de su teléfono al escuchar gritos que provenían del cuarto de Audrey.

Bosco y Pedro Pablo salieron de la habitación del rubio al oír gritos.

–¡Yo no me caí, tu acabas de empujarme! –grita Amber con enojo.

–¡No es cierto!

–¿Que está pasando? –dice Don Esteban acercándose a Paz con Damián detrás de él –¿escuchaste sus gritos?

–Si, son Amber y Audrey –Bosco, Pepa, Don Esteban, Paz y Damián se dirigieron a la habitación de Audrey casi corriendo.

–¿¡Por que me tratas así!? ¡Yo nunca te di motivos para que me insultes! ¡Eres una tonta niñita privilegiada que cree que puede obtener lo que quiera! –eso enfureció a Audrey y le dio otro empujón.

–¿¡Por que vienes a insultarme en mi propia casa!? –grita la chica con furia.

Amber le dio otro empujón y antes de que Audrey pudiera hacer algo, entro su Yaya a la habitación.

–¡Hey, hey, hey! ¿¡Que está pasando aquí!? –dice Doña Elvira sosteniendo a Audrey de los hombros.

–¡Esta tipa me empujo! –dijo Audrey rápidamente, Amber apreto la mandíbula al oírla.

–Esta es su casa, tú aquí estás de arrimada. Date cuenta, ¡no estás en tu barrio! –la castaña acarició su brazo con la respiración agitada.

–Oigan, ¿que les pasa? Sus gritos se escuchan por toda la casa –dice Paz entrando a la habitación de Audrey, atrás de ella venían Damián, Pepa, Esteban y Bosco.

Damián rápidamente fue a su hermana al verla acariciando su brazo con una mueca de dolor en su rostro.

–¿Que sucede, Am? –dice el castaño preocupado y tomo cuidadosamente el brazo de su hermana, quien soltó un grito ahogado de dolor –tienes una marca roja en el brazo. ¿Que sucedió?

–A ver, ¿por que se están peleando? ¿No se supone que eran amigas? –pregunta Esteban, confundido.

–¡Amber no va a dormir en mi cuarto, eh! –dice Audrey enojada.

–Audrey, están pasando por un momento muy difícil y te juro que he tratado de entenderte a ti y a Bosco de mil maneras. Pero, hija, no puedes ser tan egoísta –le dice Esteban con molestia.

–¡El egoísta eres tu por que solo piensas en tu relación con esta mujer!

–Mi niña no miente, ¿que vas a hacer, Esteban? ¿Quitar las fotos de Berenice para poner las de esta mujer? –contesta Doña Elvira, enojada.

–Ya lo he dicho hasta el cansancio, Paz no va a reemplazar a nadie–.

–¡Pues entonces sé claro! Por que ni siquiera eres capaz de poner un nombre a lo que ustedes dos tienen. ¿¡Cual es tu meta!? ¿¡Piensas casarte con ella!? –responde Audrey con enojo, Esteban vio a su hija menor con sorpresa al oírla...

HEEYY, capítulo cuatro terminado, lo terminé en un día, wow 😳

Ya andaba emocionada por que leyeran esta declaración Bospa AAAA, espero que les guste ♡

¡Las/os/es quieroooo! 🫂💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro