━TRY IT
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ERA UN DESASTRE
La misión de ir en busca de Kurse había fracasado, los habían descubierto y atacado, momento en el que la bestia tubo tiempo de huir en una rara nave espacial junto a sus elegidos y al doctor Herczog. Por suerte las autoridades de Yakutsk llegaron a la escena y se encargaron de registrar todo el lugar y llevar detenidos a los que allí quedaron. Stark ordenó que todos los implementos, documentos, investigaciones y otros que encontraran en buen estado (debido que tras la pelea se causaron algunos daños) fuera llevado directamente a las instalaciones en Nueva York.
El viaje de vuelta fue silencioso, todos se encontraban decepcionados al fallar en su misión, y para colmo llevaban a un Thor herido en el abdomen que poco a poco comenzaba a cerrar los ojos por el mareo. El resto...El resto estaba agotado, muy agotado.
Tony decidió usar el piloto automático de JARVIS para poder descansar, en realidad, para que todos tuvieran un momento de descansar.
Sin embargo, el ambiente que se vivía en la nave de Kurse era muy distinto.
—¿Cómo fue...Que esos humanos nos descubrieron?
La voz profunda y potente de la bestia se hizo resonar en el silencio. Las cuatro personas sentadas en frente de él trataban de evitar contacto visual con él.
El único que se atrevió a ponerse de pie y dar alguna respuesta fue el distinguido doctor.
—Mi Señor yo...— la bestia se acercó a él, haciendo que el doctor temblara de temor— Ellos poseen tecnología sin precedentes, quizás ellos lograron localizarlo después de su aparición en Nueva York.
Al darse cuenta que Vladimir tenía razón, Kurse guardó silencio y retrocedió un poco para observar la vista que le proporcionaba el ventanal de la nave.
—Son inteligentes, debo admitirlo— dijo— Pero no podemos dejar que tomen demasiado control, y menos que se apropien de mi arma- habló remarcando el "mi" mientras apretaba su puño— Y ustedes— retrocedió y apuntó a los elejidos— Se van a encargar.
Cuando el jet finalmente llegó a la base, los Vengadores descargaron las cosas y se dispusieron a entrar a descansar. Steve y Clint llevaban apoyado sobre sus hombros a Thor el cual necesitaba asistencia inmediata.
Lo que no sabían era lo que los esperaba allí dentro.
Entraron a la base y se dispusieron a llevar a Thor al laboratorio, donde ellos sabían que iban a estar Banner y Astrid.
Y no se equivocaban.
Al salir del elevador que los transportó algo muy inusual alertó sus fosas nasales.
—¿Qué es ese olor?— preguntó Natasha olfateando, el resto del equipo imitó su acción y sus sentidos se pusieron alerta.
—Fuego
El susurro de Tony los impulsó a correr hacia el laboratorio, aunque en teoría sólo fueron Stark y Natasha, ya que Steve y Clint cargaban al herido asgardiano.
Mientras corrían el millonario alzaba su mirada al cielo observando los roseadores anti-incendios, estaban hacia afuera, y eso significaba una cosa:
—Demonios, al parecer hubo un incendio
Al llegar a las puertas del laboratorio que se encontraban abiertas, pudieron visualizar a Banner y Astrid levantando escritorios y limpiando el piso mojado.
Al notar la presencia de los recién llegados el doctor y la agente dieron un brinco del susto.
—Dios Tony...— decía la castaña con la mano en el pecho sin aún darle importancia a quien era la persona en la entrada— ¿Tony? ¡Tony!
La menor de los Stark corrió hasta su hermano para abrazarle con efusividad y Tony le respondió de la misma manera.
Ambos estaban preocupados el uno por el otro que el alivio que sentían en ese momento era muy grande.
El cuerpo de la castaña emanaba cierta frialdad, Stark palpó los brazos de ella, dándose cuenta de que estaba un poco mojada.
—Astrid, ¿Qué ocurrió? Estás algo empapada— le preguntó su hermano.
La joven quería evitar el tema por el momento y no sabía como hacerlo. Pero, como si el cielo escuchara su plegaria en las puertas aparecieron los tres Vengadores restantes cargando a uno casi inconciente.
—No puede ser, ¡Thor!
Exclamó la chica Stark ayudando rápidamente a atraer una camilla que se encontraba cerca— y no quemada— para que pudieran subir al dios allí.
El doctor Banner, con la misma velocidad, se encargó de llamar un par de enfermeras que le ayudaran a atender al asgardiano que se encontraba bastante lastimado.
Al soltar al semi dios Clint y Steve se dejaron caer en un pequeño sofá al costado que Astrid y Bruce habían rescatado minutos antes del fuego.
Astrid se les acercó también con unas bolsas de hielo para algunos de sus moretones, ellos le agradecieron enormemente.
Lo mismo hizo con Nat y su hermano, pero a este lo sentó en el brazo del sillón para curarle una pequeña cortada debajo de su ceja derecha.
—¿Y...?— empezó a hablar la castaña luego de un rato— ¿Qué sucedió?
La chica agradecía grandemente que su pequeño accidente no fuera el centro de atención en ese momento.
Segundos después entraron las enfermeras que rápidamente se dispusieron a ayudar a Thor.
—Pues...Kurse nos descubrió— dijo Tony casi resumiendo toda su misión. Su hermana se encontraba de pie a su lado con un algodón cubierto de alguna pomada para curarle.
—El tenía de todo en ese lugar, implementos, maquinaria, sustancias, etcétera— habló el Capitán poniéndose de pie con la bolsa en su frente— Una investigación completa.
—¿Una investigación?— cuestionó el doctor— ¿Sobre qué?
—No lo sabemos, quizás sobre su plan— el hablar de Tony se vio interrumpido por un quejido de sus labios, miró a su hermana y está con una mueca pronunció silenciosamente: perdón— Tenia mucha gente trabajando allí y poseía mucha, mucha investigación, por eso no sabemos exactamente de que.
Tony prefirió mantener la identidad del científico incógnita aún, por razones obvias de que su hermana se encontraba allí.
—Espera— habló Natasha— Cuando estuvimos en el sótano Kurse se encontraba hablando con un sujeto...Hablaban de...De...De un arma— puntualizó— Decían que era muy poderosa.
—El hacha— dijo el asgardiano con voz ronca intentando sentarse en la camilla con ayuda de las enfermeras.
Éste se encontraba con el torso desnudo y una gran venda blanca cubría la mayoría de éste— Si se refiere a un arma poderosa debería hablar a su hacha.
—Entonces...¿Debemos encontrarla antes que él?
—Buena deducción arquero— le dijo Tony a este poniéndose de pie una vez que su hermana terminó de curarle— Será nuestra primera tarea mañana, cuando Thor se ponga mejor nos dirá todo lo que sepa— Stark miró al asgardiano y este asintió—Pero ahora...—Se volteó a Astrid— Nos van a decir que es lo que ocurrió aquí— ahora se volteó a Bruce.
Ambos susodichos se miraron decidiendo quien sería quien contaría la historia, y luego de un juego de miradas Astrid decidió que comenzaría a hablar.
Mientras tanto el doctor se volteó para seguir trabajando en algo que llevaba casi armado.
La joven Stark tomó una gran bocanada de aire antes de seguir.
—Bueno...— todas las miradas se fueron a su persona— Es complicado sabes— rió— Primero que nada te ruego por lo más sagrado del mundo que mantengas la calma y no me mates, por favor— se detuvo un segundo antes de seguir— Ustedes no eran los únicos que tenían problemas...Bruce y yo estábamos muy preocupados por sus vidas y yo...Bueno yo me alteré más de la cuenta, estaba muy asustada por ustedes y...
Al ver que la joven Stark no era capaz de contar lo sucedido, y que estaba teniendo una verborrea verbal, el doctor Banner se dispuso a ayudarla.
—Ella se preocupó demasiado, Tony— dijo él haciendo que las miradas ahora fueran a su posición. Astrid soltó un gran suspiro de alivio— Intenté calmarla, lo juro pero...
—¿Pero qué?— lo interrumpió el millonario.
Los dos involucrados en el problema de lanzaban miradas furtivas, hasta que Astrid le hizo un movimiento de cabeza al doctor indicándole que siguiera.
—Ella se desesperó y volvió a encenderse en llamas.
Y como si fuera un juego los ojos de todos se fueron a la castaña nuevamente, pero ella sólo de mantuvo con un expresión asustada
—Tony lo siento...Yo no...No quise— decía ella con su voz nerviosa— De verdad, fue un accidente, yo no quería causar ningún daño, perdón.
Tony dejó de lado toda molestia y se acercó para abrazar a su hermana la cual le respondió de inmediato.
—Por Dios Astrid, no me asustes de esa manera.
La chica no le respondió, sólo se quedó allí con su cabeza apoyada en el hombro de su hermano mayor, hasta que se animó a decir:
—Debes revisar el sistema anti-incendios, creo que tiene un par de defectos.
El millonario dejó escapar una leve risa— A mi sólo me importa que tú estés bien
Al separarse la menor de los Stark pasó una mano por su cara antes de voltearse nuevamente al equipo y volver a hablar:
—¿Y ahora qué? ¿Cómo demonios voy a controlar esto? ¿Qué hago para no quemar la mitad de la ciudad?...¿Encerrarme en una búnker anti-bombas?
—No es mala idea— se burló su hermano.
Sin decir palabra alguna el doctor Banner de acercó a la castaña en conflicto y tomó su muñeca derecha en donde puso una especie de brazalete con piedras negras.
Cuando el objeto tomó contacto con la piel de la joven empezó a sentir un dolor punzante que iba desde su muñeca hasta el resto de su cuerpo. Fue tanto así que terminó arrodillada en el piso, quejándose de dolor y llena de gritos de parte de los presentes.
—¡Banner que demonios!
—¡Dios! ¿Qué crees que estas haciendo?
—¡Mira como la dejaste!
Luego de unos segundos en los que Astrid estuvo en el suelo amedrentada por las puntadas, estas desaparecieron de repente haciendo que su respiración volviera a su normal curso. El Capitán y su hermano estaban a sus costados sosteniéndola hasta que se dieron cuenta que ya estaba más calmada.
Astrid observó su brazo y se atrevió a tocarlo, no estaba caliente ni nada, solamente que sus venas estaban marcadísimas, parecía que fueran a explotar.
—¿Qué...Qué me hiciste?— preguntó ella con la voz cansada mirando al doctor.
—Sí Banner, que demonios le hiciste
La joven Stark golpeó el hombro de su hermano cuando dijo esas palabras, él estaba un poco molesto, pero su hermana no quería que tuviera problemas con su amigo.
Bruce retrocedió unos cuantos pasos hasta llegar a una pantalla que extendió hacia el resto.
—Fabriqué algo— dijo— Algo para ayudar a Astrid...Hace años hubo una especie de anomalía anti gravitatoria que arrojó algunos materiales no terrestres en la zona de Kom Ombo, Egipto. Estas partículas fueron extraídas con sumo cuidado por sus distintas capacidades. Por desgracia eso fue como hace veinte años y sólo hay mínimas cantidades de ellas, la nada misma...— hizo una pausa— Excepto ese— señaló la muñeca de Astrid.
La chica levantó su brazo observando el brazalete que colgaba de este, eran una especie de bolitas negras y brillantes que tenían un poco de peso.
—Eso...Es cristal negro, o Piedra Efín...Así le llamaron— explicó el doctor encogiéndose de hombros— Honestamente yo le hubiera puesto otro nombre pero...Su función nos ayudó tiempo atrás cuando tuvimos problemas con Loki y su cetro— Thor levantó la vista al oír que mencionaban a su hermano— Efín nos ayudó a evitar que los poderes del cetro se nos fueran de control.
—¿Y piensas que podrá controlar los míos?— preguntó la castaña nerviosa.
—Hay que averiguarlo— le respondió Banner con simpleza
La sala permaneció en silencio un momento mientras todos miraban a Astrid. Con un movimiento de sus brazos les pidió que se alejaran, el equipo entendió y obedeció.
La joven Stark estaba asustada, si aquello funcionaba sería un milagro y era lo que más deseaba, pero si aquello no lograba contener sus llamas...No sabía como lo iba a controlar de nuevo.
Astrid cerró sus ojos en un intento de producir llamas, las llamó en su cabeza, apretó sus puños e incluso sus dientes.
Pero nada.
Miró al doctor y este soltó una pequeña sonrisa.
—No puedo
Al oír esas palabras de la boca de la chica el resto del equipo suspiro en alivio, dando gracias al cielo que aquello había funcionado.
—Funcionó
Una leve lágrima de escapó de uno de los ojos de la menor de los Stark.
—Gracias...— fue lo único que le susurró al doctor.
Su corazón estaba realmente agradecido.
Desde el momento en que su cuerpo emanó esas llamas, en el momento en que ocurrió el accidente en la cafetería Astrid sintió que algo iba a andar muy mal, y le alegraba enormemente de que por fin se hubiera acabado.
Todo iba perfecto en su cabeza hasta que una idea se le cruzó:
—Espera...Esto...¿Esto es para siempre?— dijo ella levantando su muñeca conel brazalete— Quiero decir...¿Ya no me tengo que preocupar por el fuego?
El doctor Banner, a quien iba dirigida la pregunta, suspiró pesadamente. Él había creído que la joven entendió la verdadera función de Efín para ella.
—Astrid...No quiero ser grosero o algo pero, ¿No te quedó claro?— le dijo Bruce de la manera más amable posible— Hace unas horas revisamos tus exámenes...Tu ADN tiene problemas, todo está cambiando por una razón que desconocemos, y no es un problema menor que se pueda solucionar con unas piedras, lamentablemente no y...
—De acuerdo, de acuerdo...— la triste y temblorosa voz de la joven involucrada detuvieron al científico— No me lo restriegues en la cara ¿Quieres?— ella se cruzó de brazos acariciando con falsa esperanza el brazalete Efín— Yo creí que sí Banner, yo creí que sí...Que estas piedras podían ser la solución permanente...Pero no.
La sala volvió a quedar en silencio, nadie quería decir algo para no alterar más a Astrid, o en realidad, para no hacerla sentir peor.
—Lo siento— se limitó a decir Bruce
—No es tu culpa— susurró Astrid— Es...En realidad no sé de quien es.
La castaña comenzó a caminar, alejándose un poco del grupo hasta llegar a la ventana en donde estuvo parada horas antes obvservando como el jet de alejaba.
—¿Y entonces?—preguntó ella después de unos segundos— ¿Qué haré? ¿Me quedaré así para siempre?— señaló la pulsera— ¿Qué pasa si un día ocurre algo y... — tragó saliva—...Y el brazalete no lo puede contener?
Y nuevamente...La sala quedó en silencio por unos escasos segundos que Tony rompió hablando con voz segura:
—Te vas a preparar
—¿Qué?— respondieron varias voces al unísono.
—Ya lo había pensado hace un par de segundos— respondió— No se me ocurre otra manera de ayudarla si algo malo vuelve a pasar...Tienes que aprender a controlarlo.
El ambiente de llenó de quejas y murmullos negativos ante la idea del ingeniero, bombardeándolo, la mayoría del los presentes estaba en desacuerdo con aquello.
—No Tony— habló directamente su hermana— No quiero convertirme en un experimento para SHIELD— el millonario iba a hablar pero fue interrumpido— No me lo vengas a negar, sé que han pasado cosas así. No quiero que nadie se aproveche de esto, ni SHIELD, ni ninguna otra organización o gobierno, menos si lo llegan a hacer público. No quiero...No quiero involucrarme más de lo que puedo en esto.
—Hermana...Es que de verdad no veo otra manera— Tony hablaba igualmente desesperado que la castaña— Acabo de dar vuelta mi cerebro en busca de otra solución que no implique urguetear más en el asunto, de verdad que no— su hermana bufó— Oh vamos ¿Tu tienes una mejor idea?— no hubo respuesta— ¿Y ustedes?—dijo volteándose hacia los Vengadores— ¿Alguno tiene una mejor idea? ¿Nadie? ¿Y usted Capitán que me está mirando como si quisiera ahorcarme, tiene alguna mejor idea?
El primer Vengador permaneció en su misma posición sin nada que decir además de que estaba en desacuerdo. Tony por su parte no sabía que más hacer para que el equipo entrara en razón.
—Asye...— decía ya rendido— Por favor entiéndelo, no quiero que hagas esto para que te vuelvas una súper agente mejorada o algún experimento especial, ¡No! No es eso lo que quiero, por que si fuera así sería el primero en decir no.
La chica suspiró
—Es sólo por tu bien...No sabemos que puede venir más adelante pero te aseguro que si esto pasa una siguiente vez...Un nuevo sistema anti-incendio no será suficiente.
Astrid se quedó helada un par de segundos procesando en su cabeza lo que acababa de decir su hermano. Por mucho que lo amara, no quería admitir que tenía razón y aventurarse en algo con un final indefinido.
Pero ella también le había dado vueltas al asunto dentro de sí misma, y tampoco había encontrado alguna mejor idea.
—Hermana...Aunque sea inténtalo.
Luego de pensarlo por un poco más de tiempo dejó salir una gran bocanada de aire que había retenido un par de segundos.
—Bien...— susurró ella— Pero no quiero que traigan gente ajena a nosotros, ni de otra ciudad ni otro país, si tuviste esta idea— señaló a su hermano acusadoramente— Resolvámoslo aquí, así...Entre nosotros.
Los Vengadores se miraron los unos a los otros, como si se estuviera llevando un consenso de miradas en busca de una solución.
—No te abandonaremos— respondió el Capitán América luego de un momento
—¿Lo ves Tris?, no estarás sola en esto, será...Difícil y nuevo para nosotros pero lo haremos— le respondió su hermano.
—¿Están seguros de que podrán controlar dos amenazas al mismo tiempo?— preguntó Astrid con voz burlona haciendo referencia a Kurse.
—¿Te estás auto llamando amenaza?— preguntó Tony de la misma manera, La chica asintió con media sonrisa— Vaya, al fin lo admites— ambos rieron
—No pero hablando en serio...¿Pueden con dos?
Tony sonrió ante la pregunta de su hermana.
—Tú nos lo pediste...Vamos a intentarlo contigo.
Luego de una sentimental charla sobre que nunca se abandonarían los unos a los otros, quedaron de acuerdo en que el entrenamiento comenzaría al día siguiente temprano, a lo que raramente Astrid Stark no puso oposición hablando de madrugar.
La mañana llegó más rápido de lo esperado y los Vengadores junto a la agente de Stark se dispusieron a comenzar el entrenamiento.
Se le había pedido a Astrid que se pusiera ropa deportiva cómoda para poder practicar. Y cuando el reloj marcó las 08:00 del día, la joven Stark se encontraba en el despacho 14, al cual le habían ordenado ir.
Al estar en frente de la puerta de policarbonato color gris no supo como entrar. Astrid no localizaba niguna manilla o algo para deslizarla o jalarla, así que sólo le dio unos golpecitos.
Y cuando iba recién en el segundo golpe, la puerta gris con el número 14 plasmado, se abrió dejando ver su interior; algo que no cabía en su descripción de despacho.
Era un cuarto pintado en su totalidad de blanco, tanto así que llegaba a marearla. Cuando empezó a caminar dentro observaba el techo y las paredes.
Blanco.
—Buenos días Asye
Una voz a sus espaldas la hizo voltear mientras la puerta del "despacho" se cerraba.
Pudo reconocer la voz de su hermano el cual permanecía dentro de una especie de cabina del mismo color de todo el lugar, a su lado permanecían el resto de los Vengadores.
La castaña dejó en el suelo su pequeño bolso que había traído con sus cosas y se acercó a ellos en la cabina. Esta poseía una ventana que dejaba ver a la perfección a todos los ocupantes.
Astrid puso su mano sobre el cristal el signo de saludo.
—¿Qué hacen ahí?— preguntó ella en tono de burla— No sean cobardes.
—Por mucho que te ame y quiera ayudarte, no me quiero incinerar— le contestó su hermano a través del micrófono
La vista de la castaña luego se posó en el resto del equipo.
Clint tomó rápidamente el micrófono de las manos de su amigo— Nosotros tampoco.
Astrid se limitó a poner los ojos en blanco mientras retrocedía observando el lugar.
—¿Qué no era un despacho?— preguntó.
—La verdad preferimos mantener la identidad de este lugar en secreto— contestó el doctor Banner— La estructura de este lugar puede resistir tus llamas...Bueno...Eso esperamos.
Astrid abrió los ojos de golpe al oír el esperamos. Y por su mente volvieron a pasar los recuerdos de ella siendo
incontrolable.
Iba a rebatirle al doctor en busca de una disculpa pero este dejó el micrófono con una sonrisa cómplice.
—¿Y ahora qué?
Las palabras de la castaña quedaron en el aire al notar como de las paredes salían unas especies de espejos en curvatura. Uno a cada uno de sus costados.
Stark podía observar su reflejo en estos debido a que eran más altos que ella. Pero podía notar que no eran espejos normales.
—Tranquila— se volvió a oír la voz de Bruce— Estos contendrán el fuego si algo malo llega a suceder en la primera estapa de nuestra operación.
Astrid se volteó a mirarle con cara de confusión.
—¿Operación?
—Oh hablando de eso— la voz de Tony hizo que la de su hermana fuera ignorada— Opino que deberíamos ponerle un nombre.
—Dios dame paciencia por que si me das fuerza lo mato— susurró su hermana para sí misma
Pudo oír murmullos de aprobación de los presentes dentro de la cabina. Como si fueran niños pequeños decidiendo que programa animado verán.
—Operación Fuego— dijo Nat con una voz ronca, dándole un sentido misterioso.
Tony bufó.
—Es muy simple, no quiero algo siemple— le respondió.
—¿No te has visto la cara?— la respuesta sarcástica de la rusa sacó varios aplausos y vitoreos, a lo que el millonario no tuvo nada que objetar.
—¿Que tal "incendiado la ciudad"?
—"Incendio furtivo..."
—¿Por que no operación "Apaga las llamas"? Quedémonos a salvo.
—Dios Banner, no seas cobarde
—Operación "Poder incontenible"
—No, no, algo así como, "Operación candente"
—Definitivamente no, suena como nombre de discoteca nocturna.
—¿"Operación Flama"?
—¡"Flama nocturna"!
—¡"Flama candente"!
—Clint ¿Podrías parar por favor con lo de candente? Me perturbas.
—¿Podríamos empezar sin un un nombre? ¡Por el amor de Dios!— preguntó la agente Stark ya con la voz cansada de las niñerías.
—¡No! — respondieron todos al unísono, al punto de llegar a sorprenderse a ellos mismos.
Astrid golpeó su frente.
—¡Ya sé! — chilló a agente Romanoff y se preparó para hacer un cambio en el tono de su voz— Operación Shadow Fire.
La cabina se llenó de gestos de aprobación hacia la idea de la rusa.
—¿Ya terminaron?— preguntó la joven Stark con la voz cansada y rodando los ojos.
—Sí querida, ya lo decidimos— le decía su hermano sonriente— Ahora sí...— tecleó un par de cosas haciendo que los espejos se alejaran un poco, como si se hubieran quedado alerta, por si algo salía mal—Entonces...Operación Shadow Fire...— pequeños gritos y celebraciones se oyeron— Comienza...
—Quítate el brazalete Astrid.
La joven hizo caso a la indicación del doctor Banner y quitó la pulsera de su muñeca y la deslizó por el suelo hasta que llegó a su bolso.
Al removerlo volvió a sentir esas punzadas que iban de su brazo al resto de su cuerpo, causando que este se tensara y que Astrid sintiera el aumento de temperatura de su organismo.
—De acuerdo...— Stark empezó a hacer elongaciones causando que sus huesos tronaran— Estoy lista...— dijo dando saltitos en su lugar— ¿Ahora qué?
—Okey...Fase número uno...Intenta que el fuego se concentre en un dedo, en un sólo dedo—le recalcó el doctor.
La chica entendió y levantó su dedo índice mirándolo fijamente entre cerrando los ojos, pidiendo en su mente que sólo fuera una pequeña chispa en su dedo, igual que un fósforo.
Pero no lo logró.
La llama si se encendió en su dedo pero duró no más de dos segundos antes de extenderse a todo su brazo y hombro derecho. Astrid se dejó caer al suelo intentando calmar el fuego, y fue allí cuando los espejos hicieron su trabajo.
Empezaron a girar y a acercarse a Astrid formando una especie de esfera, la que con su movimiento oscilante y sus particularidades específicas de fabricación hizo que las llamas del brazo de la joven cedieran.
La castaña yacía en el suelo con su cabeza agarrada con sus manos, pero al notar que los espejos cumplieron su objetivo de piso de pie con vista a la cabina.
—¿Saben algo? Ya quiero desertar de la operación— pronunció la joven en tono temeroso.
—Tranquila hermanita, es sólo el primer intento, no te pasará nada lo prometo.
—Segundo intento...
Levantó su dedo nuevamente y lo miró fijamente y le ordenó que sólo se encendiera este.
Y lo logró.
Su dedo índice con una uña barnizada en tono negro era adornado por una pequeña llama semejante a un fósforo.
Astrid aguantaba la respiración como si eso impidiera que el fuego recorriera su brazo.
—Ahora hazla correr hasta tu hombro— ordenó el doctor Banner— Mantenla ahí
Con nerviosismo, la castaña obedeció y dejó salir su respiración ordenándole a las llamas recorrer el resto de su brazo.
A diferencia de las veces anteriores, el fuego se desplazaba lentamente hasta llegar a su meta.
Así siguieron la primera etapa de Shadow Fire en donde Astrid tuvo que hacer correr el fuego por su brazo derecho, hasta quedar ambos brazos ardiendo.
La segunda etapa fue diferente: Astrid tuvo que pelear con un robot de entrenamiento, pero tuvo que hacerlo con sus puños ardiendo.
—¿Un robot? ¿Va en serio? ¿Tan cobardes son?— se burló la chica de la gente en la cabina.
—Sí, sí lo somos— le respondió su hermano junto con las cabezas asintiendo de los Vengadores— Somos grandes amantes de la vida
Esa parte de pelear no le había gustado, sabía que a pesar de que su hermano no quisiera involucrarla en un experimento para convertirla en una mejorada el intento de hacerla pelear con sus habilidades nuevas le gritaba algo distinto.
Sin embargo, había disfrutado al cien por ciento el volver a pelear y más aún obteniendo una victoria contra el robot.
Se volteó a la cabina para ver la aprobación de sus amigos, pero estos se encontraban fuera, a unos cuantos metros de ella.
Astrid cerró los ojos y apagó sus puños para poder acercarse a ellos.
Pudo notar también que el doctor Banner no estaba allí.
—Ven— le dijo su hermano— Nos queda una fase más.
El equipo de Vengadores salió del despacho con una Astrid Stark siguiéndolos bastante confundida.
Las seis personas subieron al elevador para dirigirse a la azotea del edificio. La castaña no dejaba de pensar en que era lo que iban a hacer con ella.
Una vez allí caminaron en busca del doctor Banner y al hallarlo lo vieron junto a una pila de papeles y cartones que se estaban...Quemando.
El científico se encontraba un lado de las llamas y con un cartón las estaba avivando.
—¿Qué? ¿Bruce qué haces?— la joven Stark se le acercó.
—Última etapa— le dijo— Si este fuego no cesa se irá hacia los conductos de ventilación provocando un incendio en este piso.
—¿Qué pretendes? — en la voz de Astrid se podía distinguir un nerviosismo disfrazado de seriedad.
—Apágalo— le dijo sin más
—¿Qué?
—Si tienes control sobre el fuego en ti, quizás puedas controlar el fuego fuera de ti.
La respuesta del doctor le causó un escalofrío removiendo todo en su interior.
—¿Y si no?— se atrevió a preguntar.
Banner apuntó a las espaldas de la chica, ella se volteó y vio a Tony y a Clint con unos extintores en la mano.
—No buscamos asustarte— le dijo el Capitán pero Astrid se volvió a voltear oyendo su voz a sus espaldas— Pero creemos en tu capacidad para controlarlo...Y que no te controle a ti.
La castaña suspiró rendida y se acercó a las llamas, no eran muchas y no le espantaban en sí, sólo le asustaba el no poder controlarlo.
Alzó una de sus manos hacia el fuego y cerró sus ojos pidiendo que las llamas cesaran. Al abrirlos notó que no había pasado nada, se frustró y se decepcionó, pero eso la impulsó a intentarlo una segunda vez.
En pequeños susurros que sólo ella podía escuchar le rogaba a su cuerpo, y a sus habilidades, que lo apagaran, ella quería controlarlo , quería sentirse segura, quería demostrar que ella podía hacerlo.
Y lo hizo.
Como si fuera un truco de magia las llamas empezaron a disminuir, a bajar en su tamaño hasta que desaparecieron simplemente dejando unos cartones y papeles con tizne y ceniza.
Se volteó al equipo que la miraba sonriente.
Lo había logrado.
Astrid Stark dominaba el fuego.
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(...)
BUENAAAAAAAS
Como andan los lectores más lindos hermosos y preciosos de vidaaaaa?
SI SÉ QUE ME DEMORE MUCHO EN ACTUALIZAR PERDÓNENME LA VIDA YO LOS AMO :C
No ya en serio, perdooooonenme un año, pero ya está acá ❤ recién salido del hornito
Perdón si fue un poco aburrido, pero tenía su hacer esta parte.
Eeeeeen fin.
Gracias por el lob, son lo mejor.
Natalia x
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