━THE BOMB
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AMBOS HOMBRES TEMBLARON en sus lugares sin saber como actuar. Un nudo tremendo se formó en sus gargantas y sintieron que caerían al suelo en cualquier momento
Estaba pasando
—Hey, les acabo de hacer una pregunta
Ambos se miraron entre sí, completamente aterrados pero con cuidado comenzaron a darse vuelta.
Y ahí estaba ella
Astrid Marie Stark había ingresado a la sala y escuchó la última parte de su conversación y ahora los estaba observando con el ceño fruncido y de brazos cruzados
Pero no venía sola, Sarah Woods y la agente Romanoff venían con ella y ambas quedaron en la misma situación de espanto que ambos Vengadores
Y por sus mentes pasó la misma frase: Estaba pasando
—Astrid...— fue lo único que el millonario logró articular con voz temblorosa
—¿Astrid qué?— ella se acercó molesta— ¿Qué pasa? ¿De qué estaban hablando tú y Steve?
Al mayor de los Stark le comenzó a faltar la respiración.
Las dos mujeres detrás de la castaña sólo pudieron atinar a llevarse las manos a la boca, sin creer lo que estaba sucediendo.
—Nada hermanita— habló el mayor tratando de sonar calmado y normal— De verdad no es nada
—¿Nada?— dijo ella rápidamente— Estaban hablando de mí
Tony tomó más aire antes de tener un ataque de pánico— En serio Tris, no es algo de importancia
—Es un chiste ¿Verdad?— habló ella con voz seria. Nadie respondió— No soy sorda, Tony, oí claramente que le dijiste a Rogers que había algo de lo que yo nunca me podía enterar
Las cuatro personas conocedoras de la verdad en la sala comenzaron a temblar.
En ese momento la puerta volvió a abrirse dejando ver al asgardiano, al arquero y al doctor
—¿Qué está sucediendo aquí?— preguntó Banner mientras ingresaban
—Eso estoy esperando saber— respondió la neoyorquina con la mirada fija en su hermano— Te espero Tony, ¿Qué me estás ocultando?
Los tres recién llegados entendieron la situación y comenzaron a ponerse nerviosos igual que los demás.
El millonario estaba tenso, estresado y con la mente en blanco. Los movimientos para defenderse se le estaban acabando.
No había escapatoria.
—Te estoy diciendo que no es algo de importancia— volvió a decir él con voz un poco más seria
—¿Y qué pasa si te digo que no te creo?— soltó la castaña avanzando unos pasos hacia él
Aquello lo sacudió al igual que a todos en la sala
Incluso la misma chica Stark se sorprendió por sus palabras, aunque era verdad.
Ella había estado sintiendo esa inseguridad de que había algo que no cuadraba en toda su situación.
Y esto se lo confirmaba.
—Tony...— volvió a hablar tratando de calmar su voz— No soy una idiota ¿Sí? Oí lo que dijiste...Es que en todo esto...Hay algo que falta...Y este es el momento en que lo supe
La chica sacudió su cabeza y se maldijo internamente al darse cuenta que en su inconsciencia citó parte de la letra de la canción The moment I knew de Taylor Swift
—Quiero decir...— continuó después de sacudir su cabeza— He sentido que algo anda mal, pero lo he ignorado...Hasta ahora
Las últimas dos palabras salieron con una voz fuerte e incluso dura
—¿Qué no estás diciéndome?
La sala volvió a quedar en silencio, pero esta vez no fue el mayor de los Stark el que rompió el silencio.
—Astrid no tienes de qué preocuparte...
Esta vez fue el Capitán quien con todo el dolor de su corazón tuvo que tratar de salvar aquella situación.
Pero inmediatamente fue interrumpido por la castaña:
—Espera— lo cortó— Tú sabes qué ocurre ¿No es así?
Aquello hizo que a ambos se les detuviera el corazón por unos segundos
Se miraron mutuamente y con aquella mirada se dijeron todo.
Ya que sólo Astrid y Rogers sabían lo que pasaba entre ellos.
Pero aquello hizo a la neoyorquina pensar aún más.
—Un segundo...— susurró y comenzó a voltearse temerosa—...Todos lo saben ¿Verdad?
La castaña temblaba de sólo volver a pensar en aquel hecho que había cruzado su mente.
Si fuera así todo tendría sentido.
Nadie nunca tuvo ese destello de certeza como ella de pensar que algo andaba mal.
Todos decían que no había nada de que preocuparse.
Porque ellos lo sabían.
—¿Es verdad...?— volvió a preguntar girando y mirando a cada uno de los presentes incluso a su tía
Nadie respondió, sólo mantenían una expresión de angustia en sus rostros y de una tremenda culpa.
Y todo ese silencio y sus rostros espantados le dijeron todo a Astrid.
—Lo saben...— concluyó volteándose y encontrándose con la mirada de Rogers—...Lo saben...
Aquello les dolió a ambos como el infierno.
La chica dejó salir un suspiro de sus labios y apoyó sus manos en sus rodillas, se sentía mareada. Luego se volvió a reincorporar y pasó una mano por su cara.
Todo bajo la atenta mirada de cada uno de los nerviosos presentes.
La joven tomó aire nuevamente— Tony...Ahora sí que no me puedes negar que algo sucede— su voz salió temblorosa.
Él sólo miraba al frente tratando de evadir la mirada de su hermana.
Pero al final de todo se encontró con la mirada de sus amigos y todos hacían una misma cosa:
Asentir.
El mayor tembló en su lugar y volvió a fijar sus ojos en los de la menor que no veía lo que sucedía detrás de ella.
Había llegado el día.
Debía soltarle la bomba.
—Lo preguntaré una vez más— se escuchó a la castaña acercándose a su hermano— ¿Me están ocultando algo?
El silencio volvió a reinar.
Astrid se volteó a ver al resto del equipo que se mantenía en silencio pero ahora con una expresión de compasión.
En ese momento el Capitán aprovechó para mirar a su amigo y asentir igual que los demás.
Debía hacerlo.
La castaña se volteó nuevamente para mirar fijamente a su hermano.
Ambos tenían los nerviosa de punta y no encontraban como calmarse.
—¿Me están ocultando algo?— volvió a preguntar ella.
No había manera de que la pobre joven dejara de temblar, no sabía que ocurría pero necesitaba saberlo.
El resto de las personas a su al rededor estaba allí paradas con los mismos nervios, incluso peores.
Los nervios de ser descubiertos.
Tony tomó aire y llevó sus manos a sus bolsillos para que dejaran de temblar. Mantuvo un rato su vista puesta en el suelo hasta que tomó el valor necesario para mirar a su hermana a los ojos.
Iba a soltarle la bomba.
—Sí.
Estaba hecho.
La chica sintió una fuerte punzada en su estómago, si antes temblaba ahora parecía gelatina de lo nerviosa que estaba.
No lo podía creer.
La respiración le comenzó a faltar y un nudo se formó en su garganta.
Era cierto.
Todas sus sospechas eran ciertas. Había algo que no estaba bien en toda la situación de su accidente, que habían piezas faltantes...Y así era.
Y probablemente estaba apunto de averiguarlo.
—¿Qué...?— fue lo único que logró articular con voz temblorosa
El mayor de los Stark dejó salir un pensado suspiro: Ya lo había soltado.
—No lo puedo creer...— susurraba la chica tocándose la cara y el cabello— Es verdad...Es verdad...
Los susurros de la chica hacían todo peor, los desesperaba más.
Después de unos segundos donde la joven tuvo que tragarse las ganas de llorar y gritar, ella se recompuso y miró a su hermano.
Y por primera vez en la vida Tony Stark vio los ojos de la chica apagados.
—No me moveré de aquí...Sin oírlo todo— su voz sonaba cansada y nerviosa— Todo.
Esa última palabra hizo temblar a la sala entera.
El mayor de los Stark quería hablar, responderle o por último decir algo en su defensa, pero no podía.
Estaba mudo.
—Tony te estoy hablando— volvió a hablar la neoyorquina con voz dura y acercándose más— Ya no tienes a donde huir, quiero saber de qué se trata todo esto, quiero saber por qué están tan asustados de que me entere...
El millonario dejó salir un pesado suspiro.
—Quiero saber toda la verdad
Aquello hizo que el millonario temblara.
Pero ella tenía razón...Era momento de soltarlo todo.
Ella merecía la verdad...Aunque doliera.
—Sí...— susurró el ingeniero con voz titubeante— Tienes razón...Y eso...Eso es lo que haré, te lo prometo.
Astrid suspiró nerviosa y se cruzó de brazos para disimular aquello.
—Suéltalo.
El mayor de los Stark tomó el aire que necesitaba para enfrentarse al momento que tanto había estado temiendo.
—Tienes razón Asye, nosotros...— hizo una pausa mientras todos los presentes agachaban su cabezas— Sí te hemos estado ocultando algo...Y es...Sobre tu accidente
Con esas palabras la castaña ya comenzó a marearse.
Llevó una mano a su cabello— Lo sabía...— susurró, luego miró a su hermano fijamente— ¿Qué más?
El millonario suspiró— Resulta que...No te contamos en su totalidad lo que había sucedido...Hay mucho más de lo que tú crees— Astrid soltó un quejido— Y no es muy bueno...
—¿Quieres dejar de darle vueltas al asunto?— le interrumpió la joven exaltada y al borde del pánico— Ve al grano, ya
Todos los presente comenzaron a sudar.
—¿Qué fue lo que me sucedió realmente?
Tony cerró sus ojos antes de volver a hablar— Tuviste una misión...— cuando la historia dió inicio la joven se puso más nerviosa—Era en Rusia, tú y un equipo de otros agentes debían ir en busca de una sustancia...Llamada Neuranio.
Aquello fue como un balde de agua fría para la joven. Ella estaba en lo cierto, su mente no le estaba jugando ningún juego, ella conocía esa palabra...Y ahora sabía el porqué.
—No puede ser...— susurró para sí misma.
Todo en su mente comenzaba a hilarse, todo comenzaba a volver.
—Y bueno...— continuó el ingeniero con nervios a flor de piel— La misión...No salió bien.
Astrid asintió— ¿Qué pasó?
—Lo descubrieron a ti y a tu equipo y
...Los secuestraron.
La castaña se llevó las manos a la boca
— Espera ¿Qué? pero ¿Cómo pasó? ¿Dónde están ellos? ¿Están bien?
El silencio de su hermano le fue para peor.
—Oye— se acercó ella— ¿Donde está ese equipo? ¿Están aquí? ¿Están bien?
El mayor de los Stark cerró sus ojos con fuerza, no podía cobrar el valor necesario para contarle esa parte.
—Asye...— susurró a penas— Ellos...Ellos están...— bufó— Ellos están...Muertos.
La castaña sintió como si le dieran un golpe en el estómago...Y dolía.
—¿Qué...?
El millonario volvió a cerrar sus ojos, debía continuar.
—Y ese equipo...— tragó saliva— Eran tus amigos.
Hubo silencio total.
Lo más audible que se oyó fue la agitada respiración de la neoyorquina.
Estaba en shock, estaba más pálida de lo normal y sus ojos iban a salirse de sus órbitas.
—¿Qué dijiste...?
No se podía explicar lo que estaba pasando en el interior de la chica, todos sus sentimientos estaban dando vueltas causándole un gran dolor a su corazón.
—La misión fue encabezada por ti así que elegiste a tus compañeros de equipo...Y eran tus amigos...Julia, Ben, Martin, Jason, Melly, Cole, Anne...Todos iban en la misión y todos...Murieron.
Por un segundo Astrid sintió que se iba a desmayar así que tuvo que poner sus manos sobre sus rodillas para evitar caerse.
Todo cibraba sentido...Por eso no podía contactarlos...Ellos no estaban en una misión Shadow...Ellos estaban muertos...
Y se lo habían ocultado.
No podía creer nada de lo que estaba oyendo, parecía una muy mala pesadilla.
—No...— dijo ella en un sollozo— No por favor...— volvió a ponerse de pie con los ojos llorosos— Eran...Mis amigos.
Su hermano la observó con el corazón en la mano. Verla así estababa siendo horrible.
—Lo sé hermanita, lo siento mu...
—¿Y tú no pensabas decirme?— gritó la joven acercándose más a él— Mis amigos están muertos y tú te diste el gusto de ocultarlo...— se volteó lentamente— Oh lo siento...Debería decir...¡Ustedes lo ocultaron!
Miró a todos con una mirada llena de enojo y decepción y por unos momentos nadie dijo nada.
—No lo puedo creer, no lo puedo creer, no lo puedo creer— repetía tomando su cabeza— Mis amigos...— susurró con un leve sollozo.
Nadie dijo nada, sólo podían mirarla con compasión y con la culpa más grande que nunca imaginaron tener.
—Hermana...— esta lo miró con enojo
— Lo lamento mucho, sé lo que ellos significaban para ti.
La chica sen limpió la nariz y rió sarcásticamente.
—Sí, sí, como digas, pero de igual manera decidiste no decírmelo— dijo ella— Y ya están muertos, Tony— suspiró y sorbió su nariz— Mis amigos...Están muertos.
Ella soltó otro leve sollozo al recordar aquello.
Esos chicos habían sido sus compañeros por mucho tiempo y el enterarse que los habían matado la destrozaba completamente.
—Los mataron a ellos...Pero a mi no...— se detuvo a pensar— ¿Por qué?
Ella miraba al suelo meditando en aquello...Era extraño y no lo podía entender.
—¿Por qué a mi no?— se volteó— ¿Qué me pasó a mí?
Todos se repartieron miradas.
—Tony...— le habló pero este trató de esquivar la mirada— ¿Qué me pasó a mí?
—Astrid es que...
—¡Ya basta por favor!— le interrumpió la chica sabiendo que iba a decir algún pretexto— ¡Ya estoy más desesperada de lo que pensé que estaría! ¡Así que por favor dime la verdad! ¡Toda la verdad!
El mayor de los Stark asintió con pesar y llevó sus manos de vuelta a sus bolsillos.
—Sí...Te lo diré— suspiró
La castaña lo volvió a mirar ahora con los brazos en jarra— ¿Qué me sucedió a mí?
Tomó aire— Al parecer aquellos hombres en Rusia sólo te querían a ti...Por eso...— tragó saliva— Por eso se deshicieron del equipo— Astrid cerró los ojos de sólo recordarlo— Y...
—¿Y...?— dijo la chica al ver que su hermano hizo una pausa.
—Ellos...Experimentaron contigo.
La respiración se la castaña se detuvo por un momento, pero su corazón...Ya no le daba más, parecía un tambor en un desfile de lo rápido que iba.
Su rostro y sus manos le sudaban de la desesperación y el nudo de su garganta volvió.
Sintió su corazón apretado y la vista nublada.
—¿Qué...? ¿Qué estás diciendo...?
El mayor por primera vez en ese momento soltó un sollozo.
—Lo que oyes...— la chica se llevó las manos a su boca— Ellos pusieron Neuranio, la sustancia que fuiste a buscar...En tu cerebro.
Por instinto la chica se llevó la temblorosa mano a su cabeza.
—No...No...— decía— Eso no puede ser...No puede ser...
El millonario cerró los ojos con fuerza—Lo es Asye...Lo es.
Se escuchó un sollozo escaparse de los labios de Astrid, ella trató de reprimirlo mordiendo el interior de su mejilla pero le fue inútil.
Se sentía destruida y débil.
—Pero...No...No, no, no, no— se llevó la mano a la cabeza otra vez—No...
—Y...— continuó el millonario— En algún momento lograste escapar de ahí...Deambulaste por un bosque por más de un mes, ellos te perseguían por doquier pero podías huir...Aunque estabas muy débil...El Neuranio te debilitó.
—Pero...¿Cómo sabes todo eso?— preguntó la chica con voz perdida.
Tony soltó un suspiro— Es que...Cuando estuviste perdida...Encontraste una cámara de grabación y con ella dejaste registrado todo lo que viviste allí— sonrió de lado.
—Y eso nos permitió encontrarte— se atrevió a decir la rusa.
La chica la observó y luego a su hermano, no tenía palabras para expresar como se sentía ante toda esta revelación.
—Eso explica todo...— susurró después de un rato— No fue ningún problema cerebral post-coma lo que me dio las habilidades...Fue que...— tragó saliva— Experimentaron conmigo— se cubrió la boca.
Todos la miraron y algunos se limitaron a asentir.
—Así es hermana...
—Y todo este tiempo ustedes me hicieron parecer una loca— interrumpió con voz dura— Todos fingían no entender que me estaba pasando...Pero en el fondo lo sabían— los apuntó— ¡Todos lo sabían!
Otro sollozo salió de sus labios y por primera vez en todo ese lapso de tiempo una lágrima coloreó su mejilla.
—Astrid...— susurró su hermano— Lo sentimos de verdad...
—¿¡Pero como no recuerdo nada!?—exclamó alzando los brazos—No tengo nada en mi mente ¡Nada!— pasó una mano por su cabello.
—Eso fue...— ahora fue el doctor el que habló— Porque...El Neuranio fue puesto en tu cerebro mediante un implante...Y cuando llegaste aquí estabas inconsciente...Así que tuvimos que quitarlo.
La neoyorquina se volteó para ver a Bruce con una expresión atónita.
—Eso...Trajo consecuencias— siguió— Fue por eso que entraste en un estado de coma...Tu cuerpo se había adaptado tanto al Neuranio que cuando lo sacamos...Era como quitar una parte de ti.
—¿Y mis recuerdos?— inquirió desesperada.
Banner tomó aire— El implante estaba ubicado en...Tu lóbulo temporal, entonces cuando lo removimos...También quitamos todos tus recuerdos de la misión.
La boca de la chica se abrió formando una gran O. Todo cobraba sentido.
—Nos dimos cuenta de ello cuando despertaste— continuó ahora Tony— No sabías nada, no tenías idea de cómo llegaste allí— otra lágrima cayó por la mejilla de ma chica— Era un plan...Perfectamente planeado.
Ella asintió y secó su lágrima.
—¿Y por qué no me dijeron?— preguntó en un susurro.
Todos los presentes guardaron silencio.
—Estabas recién despertando de un coma de dos meses, estabas débil y no sabíamos que más te iba a...
—¡Pero yo merecía la verdad!— gritó Astrid apuntándose.
El mayor cerró sus ojos porque sabía que era así.
—Lo lamento...— susurró— Astrid...
—¿Quién lo hizo?— la joven evadió completamente lo que dijo si hermano mientras de miraba las manos.
—¿Qué...?
—Que quién lo hizo— limpió su mejilla— ¿O me van a decir que fue sólo una casualidad?
La pregunta de la chica tenía un trasfondo y era ver si podía hilar otro de sus pensamientos confusos con la situación que estaba viviendo.
El doctor Vladimir Herczog.
Ella lo había leído esa mañana y le había sonado bastante conocido y no sabía porque.
Aunque ahora podría saberlo.
—Eh...— comenzó su hermano— Había un doctor en Rusia...El mismo que creo el Neuranio...Él...Él estaba allí contigo...Su nombre es Vladimir...
—...Herczog— todos se sorprendieron al oír a Astrid completar el nombre. Ella mantenía su vista en el piso— doctor Vladimir Herczog...Como el del expediente ¿No?
Su hermano asintió con pesar.
—Lo lamento— sólo dijo eso.
Astrid asintió con una mueca en el rostro y volvió a limpiar su nariz.
—¿Con qué propósito alguien haría algo así?— habló ella refiriéndose al doctor— Alguien tuvo que estar detrás de todo esto...
Al mayor de los Stark y a Steve se le pusieron los pelos de punta.
—No sabemos más que eso— habló Natasha— Es en serio, eso es todo lo que sabemos— todos asintieron.
Todos menos dos.
Tony y Rogers.
Astrid se llevó las manos de la cara y soltó otro sollozo— No puedo creerlo...No puedo creerlo— tomó aire
— Debe haber más, esto no puede ser así, alguien...Alguien planeó esto...
Y eso fue lo que bastó para uno de los presentes tomara la iniciativa.
—Es cierto.
Todas las miradas se fueron una persona.
Steve.
La castaña se volteó a verlo con una mirada perdida y confundida.
—¿De qué hablas...?— susurró ella.
—Rogers...— murmuró el millonario entre dientes.
—No— lo detuvo el rubio— Ya llegamos hasta aquí, no le voy a seguir mintiendo— aquello lo susurro tratando de que Tony fuera el único que lo oyera.
Este palideció y asintió ligeramente.
—¿Podrían dejarse de murmullos?— la irritada voz de Astrid los distrajo— ¿Qué ocurre? ¿De qué hablan?
Ambos se voltearon.
—¿Qué pasa? ¿Hay más?— la castaña rió sin ganas.
Los dos Vengadores se miraron.
—Sí— dijo el ingeniero.
El resto de los presentes se vieron bastante confundidos y empezaron a acercarse más.
—Espera ¿Qué?
—¿Hay más? ¿No pensaban decirnos?
—¿Qué es lo que saben?
—Debían de decirnos.
Eran murmullos que se podían oír en la sala.
La joven Stark se volteó a mirarlos de manera sarcástica.
—Así se siente— dijo y su mirada regresó a ambos Vengadores— Ahora...Van a decirlo ¿O no?
Ambos se miraron y el millonario le hizo una seña de que él iba a hablar.
La bomba seguía cayendo.
—Sí Astrid— ella suspiró— Te lo voy a contar...Resulta que en toda esta situación teníamos dos cámaras, la primera es con la que tu grababas en el bosque...Y la segunda...— Tony se detuvo unos segundos pensando como decirlo— La segunda estaba en el implante de Neuranio...En tu cerebro.
Astrid palideció.
Sintió un fuerte dolor en su pecho que incluso la hizo agacharse un poco.
—¿Qué...?— habló en un débil susurro
—¿En mi...Cerebro?— se llevó la temblorosa mano a la cabeza.
—Así es Astrid— dijo el Capitán con vez angustiada.
—¿¡Y cómo es eso posible!?— exclamó la chica en un sollozo— ¡No lo entiendo! ¡Eso es prácticamente imposible!— limpió su ojo.
—...Nosotros también pensábamos eso—continuó su hermano— Pero cuando sacamos ese micro-chip...Lo descubrimos— este miró a Banner el cual asintió— No sabes lo espantoso que fue para nosotros...
—¿Para ustedes?— preguntó la castaña incrédula— ¿Que hay de mi? ¿Eh? Me acabo de enterar no sólo de que me perdí en Rusia, que mataron a mis amigos, que experimentaron conmigo y que pusieron un implante en mi cabeza...¡Sino que también esa cosa era una cámara!— se tomó la cabeza— ¡Una maldita cámara!
Se escuchó un candado suspiró de su parte y un leve sollozo.
—Pero falta algo que aclarar aún...— se escuchó la voz de Sarah por primera vez en ese rato— ¿Ustedes revisaron esa cámara?
Tony y Steve se miraron mutuamente y soltaron un suspiro.
—Sí— dijo el mayor de los Stark— Nosotros...No sabíamos que había allí y...Sólo la vimos.
El millonario cerró sus ojos al recordar las horribles imágenes que ahí habían.
—¿Y por qué lo hicieron?— volvió a preguntar Woods molesta.
—Vaya testimonio que tienes para reclamarnos eso— pensó el ingeniero en base a que ella también había sido parte de las mentiras anteriores.
—Porque...— volvió a hablar dejando sus pensamientos— Lo que ahí había era...— tragó saliva y cerró los ojos— Espantoso.
Todos los presentes guardaron silencio y miraron a la castaña, la cual parecía que iba desmoronarse en cualquier segundo.
—¿Espantoso...?— susurró ella.
Steve asintió— Como no te imaginas.
Las imágenes de ese día también habían atormentado al rubio, y de hecho aún lo hacían.
—De todas maneras debieron de decir...
—¡Tía!— esta se asustó ante la interrupción de su sobrina— ¡Soy yo la que está buscando respuestas! ¡Ustedes no tienen no tienen derecho a reclamar algo!
La misma neoyorquina se sorprendió de sus palabras ya que salieron con demasiada intensidad.
Pero era cierto.
La castaña suspiró cansada— ¿Qué había en ese vídeo?— preguntó mirando a los involucrados— ¿Que era lo tan espantoso que allí había?
Tony soltó otro pesado suspiro ya que se veía en la obligación de seguir soltando las verdades de sus mentiras.
—No era mucho el material que vimos pero...Todo se resume a una cosa...— miró al Capitán— Vimos como experimentaron contigo...
La joven se llevó las manos a la boca y el resto de los presentes tampoco lo podía creer.
—Es una broma...
—No lo es— respondió el rubio con suavidad hacia la joven— Fue...— agachó la cabeza— Horrible...
La chica observó a Rogers por unos segundos sin saber como actuar o qué decirle.
—Y allí...Vimos al doctor— siguió su hermano— Como inyectaron el Neuranio en tu organismo...Y todo— cerró los ojos— Pero también...Vimos al verdadero responsable de todo...
—¿Qué...?— se escuchó el murmullo de todos.
—Y...— la castaña tragó saliva— Y...¿Y quién era?
Los dos Vengadores se volvieron a echar una mirada, aterrados por la respuesta a esa pregunta
—¡Digan de una vez!— soltó la joven— ¿Quién me hizo todo esto? ¿Quién está detrás?
El mayor de los Stark suspiró, debía decirlo pero le dolía.
—Kurse.
Hubo silencio total.
Nadie lo podía creer...Pero ahora de cierto modo podría sonar razonable.
Herczog y Kurse trabajan juntos desde antes, no sólo desde su gran problema con su conquista.
Y ese antes era Astrid.
—Oh Dios mío...— soltó ella— ¿Kurse...?
El millonario asintió— Así es Asye...
Por eso Kurse y los elegidos la buscaban, no por sus habilidades solamente...Sino porque también ella había sido experimentada por ellos.
Ella pasó una mano por su cara— ¡Maldición! Pero ¿Cómo? ¿Por qué?
Ella volvió a soltar un sollozo de frustración.
El corazón le iba a explotar.
Todos los presentes estaban en silencio, el grupo que no sabía sobre ese hecho sólo miraba con asombro.
—No lo puedo creer...— sorbió su nariz, la cual estaba roja al igual que sus ojos— Todo cobra sentido ahora...
Tony trató de acercarse pero ella retrocedió.
—Es estúpido que vuelva a preguntar esto pero...¿Por qué no lo dijeron?— dijo la joven angustiada.
Su mirada se centró en su hermano, pero por otros segundos más intensos se centró en el Capitán.
Él la miraba triste y decepcionado ya que como todos en esa sala...Le había fallado.
Y al parecer Stark notó esa situación.
—Yo le pedí que no dijera nada— dijo rápidamente señalando al Capitán, este se vio confundido— No quería que nadie supiera aquello tan...Horrible, así que yo fui quien le rogó que no dijera nada.
—Como a todos nosotros— dijo Woods a sus espaldas— No dijimos nada por que él nos pidió no hacerlo.
—¿¡Y eso qué!?— todos se sorprendieron ante la exclamación de la chica— No culpen únicamente a Tony— lo apuntó— ¡La culpa es de todos ustedes!— el grupo se espantó— ¡Todos y cada uno de ustedes participó en esta mentira!
La joven dejó salir todo el aire que estaba reteniendo y tuvo que volver a poner sus manos en sus rodillas.
Se estaba mareando.
—¡No lo puedo creer! ¡No lo puedo creer!— empujó una silla que ahí había— ¡Esto es peor de lo que pensé! ¡Yo pensaba que mi vida había quedado mal después de lo que me sucedió! Pero ahora...¡Ahora está arruinada! ¡Arruinada!
Se llevó una mano a la boca cuando accidentalmente otro sollozo se le escapó.
—¡Y para colmo las personas en las que yo más confiaba me lo esconden!— los miró— ¡Eso...Eso me hace sentir horrible! ¡Incluso más que la misma verdad!
El grupo se sintió terrible, culpables y decepcionados de ellos mismos.
Habían destrozado a Astrid.
La chica estaba acelerada, su pulso iba demasiado rápido al igual que su respiración, estaba al borde de tener un ataque de pánico.
Y en su mente las cosas aún se estaban uniendo, asimilando la verdad...La cruda y dolorosa verdad.
La chica se recompuso después de unos minutos, se enderezó y limpió su rostro donde las lágrimas habían caído.
—No lo puedo creer...— volvió a decir pero ahora en un susurro— Esto es horrible...
Hasta que un pensamiento cruzó su mente y ma sacudió.
—No lo entiendo...— bajó su mirada—
¿Por qué los experimentos con Neuranio me dieron...Las habilidades?— observó sus manos— Se supone que el Neuranio volvía locos a las personas...Asesinos.
El grupo se vio confundido.
—Espera— dijo Tony— ¿Cómo sabes eso?— frunció el ceño.
Ella hizo una leve mueca y suspiró— Hace un tiempo tuve un control con ma doctora Cho...Y cuando el resultado estuvo listo ustedes no me dejaron verlo— miró a su hermano y a su tía— Y yo al principio lo acepté. Pero cuando estaban hablando en secreto com la doctora escuché algo...Una palabra...Y...— suspiró— Esa era Neuranio.
Ambos mencionados se echaron una mirada de sorpresa.
—Y algo se removió dentro de mi...Sentía que conocía esa palabra, que la había escuchado en algún lugar antes...— bufó— Y ahora me doy cuenta que sí la conocía.
Los presentes nuevamente evitaron contacto visual con ella.
—Entonces...— siguió— No pude sacármela de la cabeza, necesitaba averiguar porque se me hacía conocida...Y un día lo hice, investigué.
Miró a Steve de reojo ya que el día que él la fue a ver con un recipiente con pepinillos, ella investigaba sobre el Neuranio.
Y se maldijo interiormente ya que ese día incluso pensó en la idea de contarle lo que hacía.
—No fue mucho lo que encontré, todo había sido borrado o estaba muy, muy codificado— continuó— Lo único que hallé fue para que fue creado...Y era eso...Convertir a la gente en asesinos.
El grupo guardó silencio.
—Pero...¿Por qué yo no?...— la voz de la castaña sonó perdida— Yo tuve estas...Estas habilidades, causé desastres y tengo voces en mi cabeza...¿Por qué?
En ese momento la mirada de Sarah Woods se juntó con la de Tony.
Y con ella le dijo todo.
La pelinaranja empezó a dar lentos pasos hacia el hombre, el cual la miraba asustado.
El resto los presentes estaban confundidos.
Cuando la mujer ya estaba cerca el Capitán decidió salir de allí y ponerse junto al arquero.
No entendían que sucedía.
El mayor de los Stark comenzó a negar con la cabeza— Sarah...
—Es la única respuesta— le dijo ella— No imagino otro motivo...¿Tu sí?
El millonario suspiró y cerró los ojos con fuerza esperando que todo aquello fuera una pesadilla.
—No...No puede ser...— susurró
—Yo creo que sí— le respondió Woods de igual manera— Eso lo explicaría absolutamente todo.
El ingeniero soltó una débil risa— No estoy preparado para esto.
—Ya estamos aquí Tony...No hay vuelta atrás.
El grupo a sus espaldas permanecía en silencio tratando de descifrar que era lo que tanto susurraban.
—He evitado este momento...Por mucho tiempo— dijo el hombre— Por mis padres...Porque ellos lo pidieron
Sarah sonrió de lado— Lo pidieron...Hasta que llegara el momento necesario.
Tony dejó salir el aire de sus pulmones, no podía creer que estuviera envuelto en esa situación después de tanto tiempo.
—La va a destruir— susurro a penas audible.
La mujer cerró sus ojos— Lo sé...Pero es lo correcto...
El ingeniero suspiró otra vez— Es verdad...Pero era algo que no quería tener que enfrentar...
—Ni yo...Pero merece saberlo...Y creo que es el momento indicado.
Ambos se miraron por otros segundos, ninguno tenía el valor para ejecutar lo que debían hacer.
—Llegó el día.
La voz de la pelinaranja hizo temblar al ingeniero en su lugar.
Su corazón parecía que iba a salirse de su pecho y que el pánico lo iba a consumir.
Después de tantos años ocultándolo...Había llegado el momento de soltarlo.
—¿De qué hablan? ¿Por qué susurran?— la voz de la castaña los trajo de vuelta— ¿Qué sucede?
Ambos se voltearon a verla.
Y no podían dejar de pensar en todo el sufrimiento que había pasado...Y lo que realmente hay detrás de todo.
—Es que...— el millonario trató de hablar pero las palabras no le salían— Este...Eh...Hay...Quiero decir...— bufó y apretó su mano— Creo que sabemos por qué te ocurrió eso.
Todo el resto se vio confundido.
—¿Qué...?— la chica se volteó y miró al resto del equipo para encontrarse con sus miradas perdidas— ¿Lo sabían?
—No, corazón— habló su tía y ella se giró— Sólo nosotros dos.
Aquello hizo que la castaña volviera a temblar como gelatina.
—¿Qué...?— su corazón se aceleró— ¿Por qué? ¿Que es...? ¿Qué es lo que...?
La pobre chica ni siquiera podía terminar sus frases debido al nerviosismo que la invadía.
—¿De que hablan...?— soltó al final con voz temblorosa.
Su hermano y su tía intercambiaron miradas, como decidiendo quien iba a contarle.
Pero era Tony.
Debía ser Tony.
—De que...— suspiró pesadamente—
Con Sarah creemos saber porque te ocurrió lo de las habilidades...
La sala permaneció en silencio, nadie tenía idea sobre los que se estaba hablando, sólo el par frente a ellos.
La castaña frunció el ceño sin saber como responder bien.
—Y ¿Qué es? ¿Me lo van a ocultar también o lo van a decir?— soltó ella.
El mayor tomó aire.
Durante todo ese tiempo trató de no llegar nunca a hablarlo. Al incio sí quiso por las rivalidades que tenía con la joven, pero al pasar del tiempo se volvieron más apegados y el millonario encontró en Astrid aquel amor familiar que siempre soñó con tener.
Cuando eran jóvenes Tony casi nunca le demostraba su afecto, cosa que hacía creer a la castaña que él no la quería. Pero en el fondo el mayor lidiaba con romper su barrera de frialdad y dureza que tenía.
Y al fin y al cabo fue la chica quien la rompió
Las distancias con sus padres debido a sus trabajos— específicamente su padre— los hacían más cercanos que nunca, ellos se volvían su compañía mutua y así aprendieron a no vivir sin el otro.
Inseparables.
Se amaban infinitamente...Eran familia.
Por eso es que Tony nunca quiso tener que llegar al momento de tener que contarle a Astrid...Una gran verdad.
Sentía que si lo hacía todo el amor, el cariño y la fraternidad entre ellos se iba a romper.
Y él no quería eso.
Él no podía vivir ella.
Sus padres le hicieron jurar que nunca se lo contaría, era por un tema de seguridad para ella.
Sólo debía hacerlo...Cuando fuere tiempo.
Y ahora...Lo era.
—Les hice una pregunta...— la voz de la chica lo trajo a la realidad— ¿Que ocurre? Quiero oírlo.
Era momento de soltar la otra bomba.
La bomba más grande de todas.
—Sí Asye...Debemos contarte algo...
El debemos contarte algo le dolió como el infierno a Astrid, se tambaleó de sólo pensar las infinitas posibilidades.
—Okey— respondió la neoyorquina tratando de sonar normal— Adelante, que esperan.
Era momento.
Tony tomó aire nuevamente y el valor necesario para hacer eso que nunca quiso realizar.
—Hace varios años atrás SHIELD enfrentó un problema bastante complicado...Había una batalla en la Tierra, la cual no era nuestra sino de...Otros seres del espacio...
—Tony ¿Qué haces?— Astrid rió— No es tiempo para un cuento de hadas.
—Cielo...Déjalo terminar— dijo Sarah con voz neutra y la chica asintió asustada.
Todos los presentes oían con atención y el millonario tomó aire otra vez para continuar:
》》Nadie sabía que o quienes eran, lo único que importaba era que estaban llevando su conflicto en la Tierra y debían ser detenidos...O al menos proteger a los humanos.
SHIELD le pidió a uno de sus líderes que se encargara de monitorear todo aquello ya que él estaba cerca del lugar y tenía los aparatos y posibilidades para hacerlo. No fue nada fácil debido a la inestabilidad que la batalla causaba, pero hacia su mejor esfuerzo.
Él se encontraba en una casa junto a su familia la cual estaba demasiado aterrada por lo que estaba sucediendo.
De inmediato se le ordenó a todos los habitantes de esa zona evacuar completamente el lugar...Menos a aquel hombre y a su familia.
La situación parecía imposible de controlar y aquellos seres seguían acercándose a la ciudad sin poder ser detenidos y aquel miembro de SHIELD hacía malabares para tratar de evitarlo con sus maquinarias.
Pero de repente todo quedó en silencio, fue como si uno de los personajes hubiera desaparecido y hubo allí tiempo de paz.
Hasta que un gran estruendo se escuchó, todo al rededor se tambaleó por el gran impacto y este había causado una gran nube de polvo la cual le impedía ver al hombre lo que sucedía a través de su ventana.
El otro ser envuelto en el conflicto se vio confundido sin saber que hacer debido a no poder encontrar a su contrincante.
El hombre desde su hogar pensó que todo había acabado y sonrió satisfecho yendo de camino para llamar a SHIELD e informarle que estaban a salvo.
Pero no alcanzó a hacerlo.
Un nuevo estruendo se escuchó, pero este más cercano que el anterior.
Rápidamente el hombre bajó las escaleras de su hogar con su familia siguiéndole a sus espaldas. Estaban aterrados.
Cuando llegaron al piso principal observaron lo que había sucedido.
Alguien había irrumpido estrepitosamente en la entrada de su hogar, el cuerpo del intruso estaba en el suelo de su sala de estar abrazándose a sí mismo.
Por instinto el hombre puso a su familia tras de sí en sentido de protección y cautelosamente se acercó para ver que o quien era.
—¡Hey! ¿Quién eres tú...?— habló él pero sin obtener una respuesta inmediata.
La figura en el suelo comenzó a moverse y la nube de polvo a disiparse permitiéndoles observar con más claridad.
Se trataba de una mujer de cabellos castaños, con una armadura y una capa. Su pelo y su rostro estaban manchados por sangre y tierra, pero ella aún no despegaba la vista del suelo.
La familia a su lado no podía creer lo que estaban viendo y sintieron gran temor.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres?— volvió a preguntar el padre de familia a la mujer que había atravesado su puerta.
Y de una vez por todas ella levantó la vista hacia ellos.
Sus ojos azules demostraban desesperación y angustia.
Las primeras palabras que dijo no pudieron ser comprendidas por las personas en frente, así que pensó unos momentos antes de volver a hablar.
—Proteger— fue lo que dijo con una suave pero potente voz.
Pero aquella familia seguía sin entender a qué se refería.
—¿Disculpe...?— articuló el hombre.
—Proteger— volvió a repetir ella.
Trató de acomodarse y quedó sentada en el piso, la capa dorada cubría la mayoría de su cuerpo.
—Disculpe señora, no sé a qué se refiere— volvió a repetir.
Aquel ser estaba asustada, era como si se hubiera quedado sin habla.
—Tienen que ayudarme— habló con voz débil—...Por favor...
El hombre se iba a acercar a ella pero su esposa lo detuvo.
—Aguarda, puede ser peligrosa.
La mujer en el suelo alcanzó a oír eso.
—No tienen de qué preocuparse, no les haré daño, lo prometo— les dijo dándoles a entender que estaba de el lado de los buenos.
El hombre de acercó a ella con su familia detrás observando.
—¿Está herida?— preguntó el varón agachándose a la altura de ella.
Negó— Yo estoy bien, pero necesito su ayuda...Son los únicos seres que he encontrado en esta zona...
La familia se miró entre sí bastante confundida.
—¿Entonces en qué le ayudamos?— volvió a cuestionar el padre.
—A terminar esta pelea.
Las tres personas en frente de ella quedaron completamente confundidas ante su petición, no sabían a qué se refería y mucho menos como podían ayudarla con eso.
—¿A...A qué se refiere?
La mujer cerró los ojos con fuerza como si quisiera llorar, parecía que algo no andaba bien, se veía angustiada.
—Esta batalla puede terminarse sólo de una manera y necesito de su ayuda para hacerlo...— su voz sonaba débil— Hay algo a lo que debo renunciar y voy a rogarles que lo reciban...
La familia se miró más confundida aún.
Pero todo fue claro cuando la mujer apartó la capa dorada de su cuerpo dejando ver algo en sus brazos.
Y ellos no lo podían creer.
Era una bebé.
En los brazos de ella yacía una pequeña bebé envuelta en una sábana de lino blanca, tenía los ojos cerrados pero cuando fue descubierta los comenzó a abrir.
Los tres humanos se miraron entre sí ya que en el fondo tenían una idea de lo que la mujer les iba a pedir que hicieran.
—Necesito que la cuiden...— dijo— Si se queda conmigo la matarán y destruirán su tierra...
—Espere...— habló en hombre poniéndose de pie— No podemos hacerlo...Es...Es una locura...Nosotros ya somos padres— señaló a su familia.
—Se los imploro— dijo ella en desesperación— Sino la aparto de mi lado causaremos una guerra aún más grande.
El hombre negó otra vez— Debe haber otro lugar en donde dejarla, pero nosotros no pode...
Un estruendo se escuchó a sus espaldas indicando que el ser contrincante se estaba acercando.
—Es en serio señora...Nosotros no podemos hacernos cargo, es...
—Sé que es una locura— volvió a hablar ella— Pero imaginen el dolor de madre que estoy sintiendo ahora...No quiero dejarla ir pero debo hacerlo...Es por el bien...De todo el universo.
La familia volvió a echarse miradas, la situación estaba siendo más conflictiva de lo que ellos pensaban.
Ellos sabían que era lo correcto, el mundo no estaba preparado para guerras interestelares...Y ahora ellos podían detenerlas con una simple acción.
Después de unos momentos de pensar fue la esposa del hombre la que habló.
—Debemos hacerlo— dijo ella— Como madre sé lo difícil que es apartarse de un hijo— miró al suyo— Además...Evitaremos una guerra.
Su esposo la observó y asintió con lentitud para luego dirigir su mirada a la mujer.
Se me veía nervioso y confundido, e incluso un poco aterrado.
—Lo haremos— dijo y ella sonrió.
El hombre se agachó a su altura otra vez y con temor extendió sus brazos para recibir a la niña.
La mujer soltó un suspiro y con todo el dolor de su corazón se la entregó.
Cuando la bebé se separó de su madre comenzó a llorar inmediatamente, pero la mujer trató se mecerla y hacerla dejar de llorar. Pero como si fuera magia, cuando la niña hizo contacto con los brazos de aquel hombre los llantos empezaron a cesar.
El hombre estaba completamente sorprendido y los brazos le temblaban cuando la tomó. La acercó a su cuerpo y la observó.
—Es hermosa...— susurró.
Su esposa y su hijo se agacharon también y observaron a la bebé, estaban todos hipnotizados por aquella criatura.
Pero a su madre en cambio se le veía destrozada...Estaba entregando a su todo a una familia que recién había conocido.
Pero sabía que era lo correcto.
Un fuerte ruido se escuchó afuera alertando a todos.
—Escúchenme bien por favor— les habló el ser rápidamente y le pusieron atención— Ella no puede saber quien es ni de dónde viene.
Los presentes la miraron extrañados ante aquella petición.
—¿Por qué?
—Porque mi esfuerzo de dejarla ir sería en vano— respondió a la mujer.
Luego ella acercó una de sus manos hacia la bebé y alzó algo que tenía colgado en su cuello.
—Aquí está su nombre— dijo— Sólo ustedes podrán saberlo, y una vez que lo abran...Desaparecerá y se perderá en otro lugar.
Tomó el colgante del cuello de la pequeña y lo puso en las manos de la esposa del hombre.
—Ella no puede enterarse quien es, de donde viene y menos quien la trajo...Al menos no ahora.
—Entonces ¿Cuándo?
Ella suspiró— Algún día esta oscuridad volverá...Y todo aquello desencadenará la revelación misma...Ustedes sabrán cuando deberán decirle...
Ellos asintieron.
—Pero— se apresuró a decir— Cuando llegué el día sólo deben contarle esta historia...La historia de cómo llegó aquí...No su nombre.
—Vaya que viene con instrucciones...— susurró sarcásticamente el hombre ganándose un golpe de su esposa.
—¿Por qué?
—Porque su nombre...— la mujer suspiró— Su nombre aún es demasiado para este mundo.
La familia se miró algo atónitos ante las palabras del ser.
—Pero cuando llegue el tiempo en el que ella deba saber la verdad...Le entregarán el colgante— lo señaló— Y ella podrá descubrir su nombre, pero debe hacerlo sola.
Asintieron.
—Sólo ella puede descubrir quien es en realidad.
Las palabras de la recién llegada habían sido muy fuertes, causaron demasiado impacto en aquella familia.
La mujer volvió a extender una mano hacia la bebé y acarició su pequeña y blanca mejilla.
—Lo lamento tanto...— susurró— Algún día nos encontrarás...Y todo terminará— unió su frente con la de la pequeña.
Luego se separó y tomó la mano de aquel hombre para ponerla sobre el pecho la de bebé. Este se vio confundido pero la mantuvo allí.
Mientras tanto más ruidos se escuchaban a la distancia.
La mujer se apresuró y posó su mano sobre la bebé y la mano del hombre. La comenzó a mover y una especie de polvo dorado cayó sobre ellos. La niña lloró un poco mientras este la rodeaba.
El varón sintió un leve ardor en la mano, como si algo estuviera saliendo de él.
Cuando el aura dorada desapareció los lloriqueos de la pequeña pararon, miró al hombre y soltó una pequeña risita.
Aún no sabían lo que había sucedido pero habia sido algo indescriptible.
—Ahora es suya...No mía— la voz de la mujer los trajo de vuelta, se oía triste— Pero cuando todo termine volverá a ser ella.
Rápidamente se puso de pie cuando los ruidos aumentaron indicando que su contrincante estaba llegando.
Antes de irse le echó una última mirada a la familia que ya estaba de pie.
—No saben como se los agradezco...— dijo— Desearía hacer algo para recompensar su ayuda...
El hombre sonrió de lado— Ya lo hará...Nos salvará de una guerra.
Ella negó con una leve sonrisa— No...Eso lo están haciendo ustedes.
Se volvió a acercar a la bebé y depositó un beso en su frente, la niña la miraba con atención.
—Cuiden a mi princesa— dijo en un susurro— Les estoy entregando una parte de mi.
Miró a la niña y a la familia por última vez y salió corriendo por la puerta que había derribado. Una vez afuera salió volando espantando a los presentes.
Y fue justo a tiempo para impedir que su enemigo llegara a la ciudad.
Cuando el ser desapareció el menor de aquella familia se acercó a la puerta para observar el llano terreno ya libre de batalla.
Mientras tanto los dos padres se enfocaron en una cosa: El colgante.
Con mucho miedo la mujer lo comenzó a abrir y cuando ya estuvo abierto ambos se acercaron a leer el nombre de la niña que estaba en brazos del varón.
El joven se volteó de la puerta a mirar a sus papás y los encontró paralizados observando el collar.
Ya lo habían leído y la escritura había desaparecido.
—¿Qué ocurre?— preguntó el menor.
Ninguno dijo nada, sólo su vista iba del colgante a la bebé y viceversa.
Ellos habían leído el nombre de la bebé que ahora formaba parte de su familia.
Y de sólo leerlo...Podían imaginar quién iba a ser ella en realidad 《《
Todos permanecieron en silencio cuando el millonario terminó de contar la historia.
Este dejó salir todo el aire retenido en sus pulmones y por unos segundos apoyó sus manos en sus rodillas.
Por fin...Ya lo había soltado.
El grupo estaba confundido, atónito y con ganas de hacer muchas preguntas. Pero como si fuera planeado todos miraron a la castaña al mismo tiempo.
Ella soltó una leve y corta risa antes de hablar:
—Pero...¿Por...Por...Por qué me cuentas esa historia? ¿Qué tiene que ver conmigo y...Mis habilidades?
La sala permaneció en silencio.
—Pero...— el ingeniero pasó una mano por su cara— ¿No escuchaste la historia?
—Sí, sí, sí lo hice— la voz de la joven sonó desesperada— Pero no entiendo que tiene que ver conmigo...No lo entiendo— alzó las manos.
Dentro de sí había un revoltijo de cosas que le impedían pensar con claridad.
No sabía que pensar...No sabía que creer.
—Oh Dios...— todos se voltearon al oír la voz del Capitán—...El secreto que la familia Stark lleva ocultando por veintiséis años...
El millonario cerró los ojos y asintió levemente recordando las palabras que la agente Miller les había dicho hace un rato.
La castaña se volvió a girar para encarar al mayor.
—¿De qué está hablando? ¿Qué secreto?— su respiración se aceleró— ¿Que tiene que ver esa historia conmigo? ¿A qué se refieren?— se quejó.
La negación de la joven estaba por las nubes, dentro de sí sabía a qué se estaban refiriendo...Pero no quería creerlo, deseaba que fuera una mentira.
Y quería oírlo de parte de ellos.
—Astrid...— su tía paró en seco, sin palabras.
—¿Qué? ¡Vamos díganlo! ¿¡De qué están hablando!?
Tony tomó aire y la miró a los ojos antes de poder decir algo.
—La bebé de la historia...Eres tú.
┍━━━━━━━┙◈┕━━━━━━━┑
n000000 que es aque aaaaaaaah BSNDNSNDNSIDKSLMSKS
YA ME PERD0NAN?
QUIERO DECIR QUE HE ESTADO ESPERANDO ESCRIBIR ESTE CAPÍTULO POR MUCHO TIEMPO, ASI QUE SI TIENEN ALGÚN MAL COMENTARIO POR FAVOR POR ESTA VEZ GUARDENSELO :(((((((( QUE ESTOY MUY EMOCIONADA.
QUE IRÁ A PASAAAAAAAR AH
la nueva parte llegará más pronto de lo que creen...
*risa malvada* SEE YOU THERE
nat x
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