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━KNOW BETTER


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A LA MAÑANA SIGUIENTE ASTRID DESPERTÓ totalmente adolorida, dándose cuenta que no se cambió el vestido de la noche anterior y eso comenzó a molestarle, sin mencionar que había dormido en una posición muy poco cómoda. La chica se levantó frotando sus caídos párpados y se encaminó al baño para ducharse, se sentía mareada y un dolor muy fuerte en su estómago la hizo correr al sanitario.

Cayó de rodillas enfrente de éste y comenzó a vomitar debido a la fuerte resaca del día anterior, su garganta le picaba y el sabor de la bilis le hacía querer vomitar más. Cuando terminó la asquerosa labor, se quitó la ropa lo más rápido que pudo y se metió a la ducha, no esperó que el agua se calentara y eso le produjo mucho malestar, pero una vez que tomó buena temperatura comenzó a asearse.

En su mente los recuerdos del día anterior no la dejaban tranquila. Kyle era un tema, ella seguía un poco frustrada y los momentos que vivió con él solamente buscaban atormentarla. Pero por otro lado, la invasión a la mansión la perturbaba. Ese monstruo, ahora conocido como Kurse, había llegado sin aviso previo a amenazar a la Tierra. Astrid no estuvo presente en la invasión alienígena que ocurrió en Nueva York unos años atrás, por eso no entendía como lidiar con estas amenazas y eso le aterraba. Más aún el hecho de haber compartido unas palabras con la bestia.

Cuando terminó de ducharse logró que sus sentidos despertaran un poco y pudiera estar más consciente de su entorno para no caerse al salir de la ducha. Tomó unas toallas que estaban en un mueble, obviamente cuidando de no caerse, y se envolvió con una y con la otra más pequeña el cabello.

Al salir el frío del piso la hizo correr rápidamente de vuelta al cuarto, obviamente sin antes tirar la cadena del retrete. El suelo del cuarto era alfombrado, eso la hizo calmarse, y una vez allí sacó ropa y se cambió.

A medida que se cambiaba las preguntas se hacían presentes otra vez. Cada vez que intentaba olvidar lo que había sucedido ayer su mente volvía a recordárselo y eso no dejaba de asustarle. Por eso quería salir rápido e ir a despejar su mente.

Pero unos golpes en la puerta la desconcentraron mientras secaba su cabello con la toalla, fue a abrir y sonrió al ver quien era.

—Tía...Que Bueno verte, pasa— Sarah Woods sonrió de igual manera y entró sin antes saludar a su sobrina con un beso en la frente.

—¿Cómo estuvo tu noche?— le preguntó causando que Astrid suspirara— Tony me contó que terminaste con tu novio.

La chica torció una sonrisa intentando omitir ese doloroso recuerdo.

—Sí, Pero...Era un idiota— fue lo único que Astrid se atrevió a decir.

—Tranquila— Sarah se sentó en la cama— No te merecía y punto— el comentario hizo a la castaña sonreír. Stark terminó de secar su cabello con la toalla y la tiró al cesto de ropa sucia. Pero a pesar de ello su cabello aún tenía gotas de agua.

—Gracias— apoyó su cabeza en el hombro de Woods— Pero eso no es lo que más me preocupa...Ayer, el ataque a la mansión fue algo...Difícil de digerir.

Sarah se separó de su sobrina para mirarle.

—Sé que tu mundo y tu fascinación es estar en la acción— le dijo con voz suave— Pero acabas de salir de una experiencia dura de estar en un hospital por una misión...— Woods se detuvo para no extenderse en el tema— Estás en recuperación aún y ya acabas de cometer una estupidez— dijo refiriéndose a la fiesta— No quiero más. Quiero que te mejores totalmente y después...Bueno, después puedes volver.

Astrid asintió sabiendo que en parte era lo mejor, y que su error de ayer había sido fuera de lugar. Pero de todos modos en su corazón estaba la angustia de querer salir a pelear, y ahora más aún, averiguar que quiere ese monstruo.

—Si te veo por ahí peleando seré yo misma quien te haga una buena pelea— Stark no se pudo aguantar las risas—Hablo en serio jovencita.

—Tía Sarah...Te amo y lo sabes pero cuando comience a sentirme mejor yo volveré a mis antiguas actividades como agente— la mujer mayor torció una sonrisa.

—Sólo cuando estés cien por ciento mejor— Astrid rodó los ojos

—Sí tía, yo te avisaré cuando me sienta a la perfección— ambas mujeres rieron.

—Oh por cierto— recordó Sarah— Te traje tus medicamentos de la mañana— ella se levantó y tomó de un mueble el vaso de agua y las pastillas que había traído con anterioridad para luego entregárselas a la chica.

—Gracias— agradeció esta mientras se llevaba los remedios a la boca y los trataba con agua.

Su teléfono comenzó a sonar justo después de que dejará el vaso en la mesita de noche, lo tomó y al ver que era su hermano contestó.

—¿Si?

Hola bella durmiente— saludó este— Espero que ya te hayas levantado.

—Sí, ya lo hice, además tía Sarah está conmigo— un pequeño quejido se escuchó en la otra línea por parte del millonario

Bueno, está bien que te visite— dijo intentando no sonar grosero. Sarah Woods, por su parte, observaba a su sobrina hablar— Pero cambiando de tema, La doctora Cho, una conocida de Bnner y mía, llegó desde Seúl para hacerte un chequeo.

Astrid se sorprendió al notar la gran distancia que recorrió la mujer para sólo venir a revisarla.

—De acuerdo— habló la castaña rápidamente— Voy en seguida.

Te esperamos, estamos en la sala de enfermería— y sin más Tony cortó la llamada.

Astrid se puso de pie con la mirada de su tía pegada en ella.

—¿Qué pasó?— preguntó la mayor.

—Tony me llamó diciéndome que una doctora de Seúl vino para hacerme un chequeo post-coma— la pelirroja asintió.

—De acuerdo— se levantó y caminó hacia la puerta— Compórtate por favor— la centenció

—¿Cuándo no lo hago?— habló irónicamente mientras Woods se retiraba.

Segundos más tarde, Astrid tomó su teléfono y una chaqueta para ponerse y poder salir a la sala de enfermería. Con tomar el elevador y bajar unos pisos, no se demoró casi nada en llegar a la entrada.

Abrió las puertas y se encontró con su hermano y el doctor Banner, ambos de pie junto a una mujer asiática de expresión suave y rasgos definidos.

—Por fin llegas Asye— su hermano caminó hacia ella— Quiero presentarte a alguien...— ambos caminaron hacia Bruce y la mujer— Ella es la doctora Helen Cho, es una genetista y científica muy conocida que accedió a hacerte el chequeo post-coma— Astrid asintió y le extendió la mano a la mujer

—Es un placer— dijo ella sonriente.

—El placer es mío señorita Stark— respondió Helen amablemente— ¿Empezamos?

—Como ordene

La doctora Cho la pidió a Astrid que se recostara en una de las camillas que allí habían para que ella pudiera conectar unos parches a su cuerpo, además de poner una especie de cintillo metálico sobre la cabeza de la chica. Luego, arrastró una máquina que puso sobre Astrid y que al encenderla una especie de campo comenzó a rodear el cuerpo de ésta.

—¿Generador de campos cuánticos?— preguntó la castaña identificando la máquina.

—Así es...— respondió Helen— Una resonancia magnética no nos hubiera servido en ésta ocasión

El chequeo continuó haciendo cansar a Astrid. Los parches que tenía por el cuerpo comenzaban a picarle y el cintillo en su frente le estaba causando un fuerte dolor de cabeza. La había preguntado a la doctora si podía dormir mientras la revisaba, pero ésta negó diciéndole que necesitaba a su organismo despierto en todos sus sentidos.

Pasaron aproximadamente dos horas en donde la máquina de Helen hacía ruidos molestos al chequear las condiciones de Astrid y las almacenaba en una computadora. Para la joven no le era muy agradable estar en una camilla nuevamente, los recuerdos de su estado de coma la abordaban y la hacían pensar que volvería a esa situación otra vez.

Una impresora conectada a la computadora imprimió los resultados del escáner, la doctora los tomó y caminó para dárselos a Tony Stark.

—Lo único que puedo decir es que su recuperación es espectacular y...No la logro comprender— dijo la doctora mientras los tres veían a Astrid que estaba distraída mirando a la nada— El traumatismo craneoencefálico pareciera haber desaparecido mágicamente

Tony revisaba los papeles confundido

—Normalmente el proceso post-coma es algo totalmente doloroso y traumático, no es como lo vemos en las películas; hay espasmos, problemas cardíacos, pérdida de consciencia y memoria, cosas que tardan al menos 6 meses en recuperarse...Astrid de verdad ha hecho algo histórico

—Así veo...— dijo el millonario observando a su hermana, la cual estaba totalmente desconectada de la conversación— Pero también me parece algo muy raro...Y un poco preocupante

—En éstos casos dedíquense a cuestionar menos y agradecer a Dios de que ella esté viva— volvió a hablar la doctora.

—Somos conscientes— declaró Tony intentando omitir el hecho de cuestionar, ya que el tenía sospechas...Pero las aclararía otra ocasión.

—Me gustaría revisarla en un tiempo más, Tony— habló la genetista— Puedo traer algunas de mis máquinas en Seúl y ver como ha progresado.

Tony asintió.

—Por mi está bien— aseguró éste doblando los papeles en sus manos.

Helen Cho caminó hacia la joven Stark la cual seguía distraída mirando el generador de campos cuánticos.

—Ya terminamos Astrid, ya te puedes ir— le dijo la doctora. La chica sonrió de felicidad.

—Ya era hora, siento el cuerpo dormido— los presentes rieron y ayudaron a la castaña a levantarse, desconectaron los parches que tenía y quitaron la máquina para que una vez liberada de pudiera parar.

Tony Stark no dejaba de mirar a su hermana totalmente sorprendido. Ella era un milagro que nadie podía entender.

Posteriormente agradecieron a Helen por la atención que le había dado a la menor de los Stark.

Se retiraron de allí y se fueron a comer algo. Llegaron a los comedores en donde se encontraron con Natasha, Clint y el Capitán mirando hacia el balcón, ninguno de movía, todos permanecían mirando a algo...O alguien.

Los tres recién llegados se acercaron lentamente hacia el balcón y vieron lo mismo que el resto: Thor, el dios del trueno permanecía de pie y con los ojos cerrados. Al parecer no se inmutaba con nada.

—Ha estado así desde hace 10 horas— dijo Natasha en un susurro bastante asustada.

Astrid volvió su vista hacia el asgardiano, sorprendida por todo el tiempo que había estado así.

Lentamente la joven Stark comenzó a dar lentos pasos en dirección al rubio. Sus ojos permanecían aún cerrados y su cuerpo estaba rígido, no había señal de cansancio o fatiga, era como si se estuviera preparando para un ataque.

Astrid lo observó, miró cada uno de sus rasgos celestiales perfectamente delineados. Con cuidado posó una de sus manos en el hombro de Thor haciendo que este saltara asustado y que la muchacha retrocediera en el mismo estado.

Los quejidos del dios hicieron que Astrid se preocupara, pero al parecer sólo había sacado a Thor de su transe. Éste miró a la chica confundido como si no supiera que había pasado, pero luego de estabilizarse y sacudir su cabeza suspiró.

—Thor...— lo llamó la joven. Detrás de los se sintieron pasos, eran sus compañeros que llegaron sigilosamente— ¿Estás...Bien? ¿Que sucedió? ¿Qué fue todo eso?

El asgardiano seguía poco estable, sus pasos eran algo torpes al igual que sus movimientos.

—Yo...Sólo buscaba respuestas— respondió el afectado.

—¿Cómo?— preguntó Steve Rogers detrás de Astrid.

—Tengo un amigo en Asgard que puede ver a todas y cada una de las almas en el universo— el equipo se sorprendió ante la magnitud de poder— Pensé que podría decirme donde estaba Kurse pero no pudo encontrarlo por ningún rincón...Es como si su alma fuera invisible...

Todos intentaban formular alguna teoría u otra idea para buscar a el Conquistador pero parecía que seguían caminando en círculos.

—Lo intenté pero...Por ahora no encuentro nada

Tony se acercó al asgardiano y puso su mano sobre el hombro de éste.

—Tranquilo Beach Boy, ya encontraremos algo— Thor omitió el apodo y se limitó a asentir mientras los presentes se retiraban al ver que no había ninguna novedad.

La única que permaneció allí fue Astrid Stark.

—¿Cómo lo haces?— preguntó de la nada la joven al rubio, éste soltó una cálida sonrisa.

—¿Qué cosa?

—Eso...—lo señaló— El hablar con...Tus amigos al otro lado de la galaxia.

Astrid de verdad quedó sorprendida por la habilidad que tenía el hombre para hacer eso. No sabía si era una cualidad exclusiva de los dioses o era algo que cualquiera podía hacer, pero la comía la curiosidad el intentarlo.

—La verdad es sólo concentración— Stark se sorprendió— Pero siempre funciona con seres celestiales o gente que ha muerto, es llamado consciencia celeste.

En el cerebro de Astrid se encendió una idea como si fuera una lámpara.

—Yo...Sé que parece loco pero...Me gustaría intentarlo

Thor sonrió complacido.

—Claro, acércate— la castaña emocionada obedeció al dios y se puso en la misma posición anterior de Thor: Mirando la ciudad desde el balcón.

—De acuerdo, la consciencia celeste consiste en crear una conexión con otras almas a través de la mente— Astrid asintió sin mirarle— Cierra tus ojos.

La castaña cerró sus ojos mientras respiraba lentamente, ansiosa de lo que podía llegar a suceder.

Cuando Thor mencionó que la consiencia celeste se trataba de conectarse con gente que ya no se encontraba en vida su interior se revolvió completamente y en su cabeza dos nombres se presentaron.

Howard y María Stark.

—Y...¿Y ahora qué?— inquirió la chica emocionada.

—Piensa en quien quieres ver— le susurró el asgardiano.

Astrid se tensó y sus manos comenzaron a temblar. Sentía que no lo iba a lograr y que lo que estaba haciendo sería una pérdida de tiempo o peor, de dignidad.

—No veo nada— se quejó abriendo los ojos molesta

—Ten paciencia, intenta otra vez— la animó Thor. La chica bufó y volvió a cerrar los ojos— Sólo concéntrate.

—Parece sencillo— le dijo Astrid.

—Pues no es así, nunca he visto a un mortal lograr esto. La consciencia celeste se basa en que la mente y el alma deben estar activas al mismo tiempo, trabajando juntas como una sola.

—Wow, gracias por el aliento— el comentario de Astrid le sacó unas risas al dios.

—Vamos intenta otra vez, desea con todo tu ser ver a esa persona— dijo Thor.

Astrid dio un largo suspiro y se volvió a concentrar. Los ruidos a su alrededor desaparecieron, no habían autos, no habían personas o música, fue como si todo sonido de hubiera desvanecido y Astrid sólo podía oír su corazón acelerado palpitar en su pecho.

Intentaba con todas sus fuerzas mantenerse concentrada y que su mente no se desviara a otras cosas. Pero en su cabeza sólo habían imágenes de otras personas totalmente desviadas a lo que ella buscaba.

Stark abrió los ojos frustrada y se volteó para mirar a Thor.

—No funcionó— se quejó ella poniendo sus manos en sus bolsillos— Creo que tienes razón: Sólo funciona con dioses.

El rubio se acercó mi posó su mano en el hombro de la joven.

—Tranquila, quizás con más práctica lo logres— le dijo en tono de consuelo a lo que Astrid se limitó a asentir.

Luego de unos segundos incómodos donde Stark no supo que decir ante su derrota, ella y el asgardiano volvieron a entrar a la sala en donde el resto del equipo seguía reunido.

Todos se voltearon hacia Thor y Astrid al notar su llegada.

—Entonces...¿Nada aún?— preguntó el Capitán más para el asgardiano que para la chica.

—Nada— negó el dios del trueno— Pero lo volveré a intentar más tarde, quizás hay algún punto que no vi

Todos asistieron mientras Astrid pasaba su mirada por el lugar, una mirada perdida, la cual se topó con un calendario en la pared, y al ver la fecha fue como si se ahogara con su propio aire.

—De acuerdo, sigan en lo que estaban—habló Tony mientras su hermana se acercaba rápido a él— Luego veremos que vamos a...

—Tony, Tony...— su hermana lo sacudió interrumpiéndolo. Astrid lo tomó y lo empujó hacia atrás, más lejos del grupo— ¿Ya viste que día es hoy?— le preguntó ésta en un susurro.

El millonario miró el calendario sin mucho interés.

—Viernes— dijo sin más haciendo enojar más a su hermana.

—Como no te das cuenta— susurró molesta— Es el primer viernes del mes— Tony permaneció en silencio analizando las palabras de su hermana— No me digas que lo olvidaste

Tony apretó la mandíbula nervioso.

—Digamos que sí

Astrid golpeó su frente.

—El primer viernes de cada mes vamos a ver a mamá y papá...Al cementerio— dijo ahora algo más tranquila y cabizbaja.

A Tony se le pusieron los pelos de punta al oír eso. Demonios, pensó, lo olvidé por completo. Por desgracia el ingeniero ya había agendado planes para lo que restaba del día y no podía deshacerlos, pero por otro lado le dolía que su hermana fuera sola.

—Lo lamento Asye, lo olvidé...Pero no puedo ir— la chica abrió los ojos como platos

—¿Qué? ¿Por qué?— la emoción de ir al cementerio se había desvanecido por parte de la castaña

—Tengo trabajo en el laboratorio— la mirada seria de Astrid lo intimidó— Sí...Con...Bruce, ¡Bruce!— lo llamó y éste comenzó a acercarse. Astrid se volteó con la misma expresión— Hoy vamos a trabajar en el laboratorio ¿No? ¿Lo recuerdas?

La expresión del millonario le suplicaba al doctor que le siguiera el juego. No estaba mintiendo, pero necesitaba apoyo en una situación con su hermana.

—Eh...— Astrid alzó una ceja intimidando también al doctor— Sí, sí, íbamos a analizar...Ya sabes...

—Sí, íbamos a analizar unas sustancias que Fury pidió— explicó rápidamente Tony sin entrar en detalles.

—¡Sí! Exacto, exacto...— exclamó el doctor viendo como la expresión de Astrid suavizó— Eso es exactamente lo que vamos a hacer

Luego de un silencio de unos cuantos segundos la joven suspiró rendida.

—De acuerdo...Lo entiendo...Puedo ir sola-

—No, no, no, nada de eso— respondió Tony a las palabras de su hermana— Ha habido peligro afuera en estos días y no me quiero arriesgar...Otra vez— l

Aquello último lo susurró para si mismo, logrando que la chica no escuchase

—¡Nat!— la llamó— ¿Podrías ir con Astrid al cementerio?— la mencionada lo golpeó al oírlo gritar. No le gustaba que esa tradición personal se supiera por toda la base— Perdón— se disculpó.

—Oh lo siento, pero Clint y yo quedamos de entrenar con un equipo nuevo que acaba de llegar— la pelirroja torció una sonrisa— Perdón.

—De acuerdo, no te angusties, ve— sin más la agente se fue con Barton a sus espaldas— Genial, y Clint también se fue...— Tony miró a los que quedaban— Thor no sabe como conducir...Bueno, tendrás que ir con Steve.

La chica casi a ahogó al oír eso.

—¿¡Qué!?— exclamó y su hermano le indicó que bajara la voz— ¿Con el centenario?— susurró— No, me niego, prefiero ir sola.

—Lo lamento querida pero no lo harás, ¡Steve!— lo llamó Tony y éste comenzó a acercarse.

—No, no, Tony no te atrevas— le dijo Astrid suplicando.

—¿Qué sucede?— habló el rubio una vez junto a Tony. Astrid se limitó a no mirarle,

—Escucha, necesito que acompañes a Astrid al cementerio, siempre lo hacemos juntos pero hoy no puedo ir con ella y por ningún motivo quiero que salga sola con ese monstruo andando por ahí, así que quería ver si puedes acompañarla. Por favor, sólo es ir con ella y ya.

El Capitán analizó la situación y pensó la respuesta unos segundos.

—Claro, yo lo hago— dijo mirando a la chica que aún evadía su mirada.

Astrid quiso gritar y golpear a casa uno de los presentes, en especial a Tony y a Steve; sus rabietas de niña pequeña y el odio hacia el rubio estaban por las nubes.

—Perfecto, gracias Steve— el millonario palmeó la espalda del Capitán y se retiró junto con Bruce Banner el cual había permanecido en silencio.

—¿Estás seguro de qué es buena idea dejarlos a ambos juntos?— preguntó este rompiendo su silencio. Tony chasqueó la lengua antes de decir:

—No

Astrid se volteó a ver a su ahora acompañante y comenzó a caminar fuera de la sala con Steve intentado seguirle el paso.

—Escuche Capitán usted sólo se va a limitar a seguirme y terminaremos pronto con esto— dijo ella mientras llamaba al elevador.

Por su parte, el rubio soltó una leve risa que Astrid no entendió.

Las puertas de abrieron y ambos entraron. El trayecto hacia el estacionamiento fue en total silencio, fue incómodo pero para ambos era mejor callar que discutir otra vez.

El elevador se abrió nuevamente y ambos salieron disparados de el como si estuvieran haciendo una carrera. Pero por desgracia el ganador fue el Capitán que tomó las llaves de la última camioneta disponible.

—Sube, yo conduzco— ordenó el primer Vengador haciendo que Astrid se ofendiera.

—¿Disculpa?— exclamó ésta alargando la palabra.

—Disculpa aceptada— dijo suavemente el Capitán mientras caminaba a la camioneta haciendo que Astrid se molestara aún más.

Steve Rogers abrió la camioneta y subió en el asiento de conductor mientras que la joven Stark se subía en el de copiloto resignada.

—Ni siquiera sabes como llegar— se defendió ésta.

—Si lo sé— Astrid lo miró confundida—Sólo conduciré al cementerio más grande y costoso de nueva York.

La joven Stark apretó los labios.

—No puedo argumentar nada contra esa lógica— se limitó a decir haciendo que el Capitán se sintiera victorioso.

Salieron de la base y se dirigeron hacia el Cemeterio Parque Washington, por suerte Steve Rogers si sabía como llegar y no pasaría vergüenza con la joven Stark.

El viaje fue tranquilo; Astrid se limitó a mirar por la ventana y no a discutir, aunque en su interior le gustaba hacerlo y ver como el Capitán perdía los estribos con ella.

Astrid volvió la vista hacia la carretera y algo la molestó.

—Estás tomando la calle larga, vas a toparte con todo el tráfico— dijo ella mirando a Steve, el cual mantenía la vista al frente— Debiste tomar el atajo, la autopista a la izquierda

—¿Quién está conduciendo? ¿Tú o yo?— respondió él sin mirarle y nuevamente Astrid se sorprendió de sus palabras.

—¿Quién es la interesada? ¿Tú o yo?— respondió la chica de la misma manera. Steve no respondió y se mantuvo con la misma expresión haciendo que Stark se molestara más— Eres terrible.

—No lo soy— rió el Capitán— Es sólo que tú no me soportas.

—Exacto— dijo Astrid volviendo su vista a la ventana.

El Capitán desvío su vista del camino y miró a la chica que tenía la vista perdida. No quiso responder y meno volver al tema de sus padres con ella, por ahora, elegiría callar.

Mientras tanto en la base Tony Stark Y Bruce Banner caminaban al laboratorio.

—Oye aún no me has dicho que vamos a hacer aquí— habló el doctor mientras las puertas del laboratorio se abrían.

—Tengo una nueva pista sobre el caso de Astrid— dijo el millonario.

—¿Qué es?— preguntó Banner

Tony caminó hacia unas computadoras y abrió unos archivos.

Neuranio— dijo sin más haciendo que Bruce se sorprendiera de la genial idea de su amigo.

—Es perfecto— habló Banner aún emocionado— Si encontramos al creador o administrador del Neuranio podríamos encontrar a quien capturó a Astrid.

—Me leíste la mente amigo— Tony sonrió— Jarvis, quiero que busques si existe alguna relación entre el Neuranio y Vladimir Herczog

—¿Vladimir Herczog?— preguntó Banner confundido.

—Sí, Astrid lo nombró en uno de sus vídeos, quizás exista alguna correlación con el Neuranio o algo.

Banner asintió.

—Entonces pongámonos a trabajar.

El ambiente entre los genios se mantuvo estable, situación que extrañamente también se mantuvo en la camioneta de Astrid y Steve.

El tráfico duró un par de minutos, pero a pesar de las molestias de los dos y el hecho de que Steve no quiso admitir que Astrid tenía razón, llegaron al cementerio.

Stark fue la primera en bajar dejando atrás al Capitán que rápidamente la siguió el paso y la alcanzó en los puestos de flores.

Astrid escogió un ramo de rosas y otras flores que a su madre siempre le gustaron y se las dio al vendedor para que se las envolviera. Pero al momento de pagar, otra mano de le adelantó.

—¿Me estás viendo cara de pobre?— le habló la chica a Steve- Puedo comprarlas yo misma.

—Soy consiente— respondió mientras el vendedor le entregaba el cambio y las flores— Pero quería que fuera un regalo de mi parte para ellos

Astrid sólo asintió omitiendo la caballerosidad del Primer Vengador y como eso hacía que sus planes para fastidiarlo fallaran. Stark tomó las flores y entraron al cementerio buscando los lugares de descanso de sus padres.

Caminaron en silencio hasta que encontraron ambas tumbas, altas grandes y arregladas, aunque las flores ya estaban marchitas.

Pero al estar frente a estas, a Astrid le llegó la angustia como si o fueran una bofetada con un ladrillo. Miró levemente al Capitán que estaba a sus espaldas y suspiró.

—Si no te importa espera aquí por favor, esto...Es personal.

Steve sólo asintió y Astrid caminó hacia sus padres.

—Hola— saludó como siempre lo hacía— Ya vine, como todos los primeros viernes de cada mes...La única diferencia es que Tony no pudo venir conmigo hoy...Estaba ocupado, ya saben como es

Stark comenzó a sacar las flores del envoltorio y a ponerlas en ambas tumbas

—Hoy vine con otra persona, alguien que conocen bien, especialmente tú papá— dijo ella apuntando a su padre como si estuviera allí realmente— El Capitán tricolor, tu favorito— decía poniendo todas en la tumba de Howard Stark.

Steve por su parte quería fingir que no oía nada, pero lo hacía. Y le parecía adorable que una chica que aparentaba ser ruda también tuviera ese lado sensible.

—Estos días han sido bastante raros— decía Astrid jugando con el pasto sobre el que estaba sentada— Una bestia de otra galaxia apareció amenazando a la Tierra de repente...Me asusta sí, pero me asusta más el hecho de que siento que lo he visto antes...

La chica calló de repente y se dedicó a poner las flores en el lugar correspondiente.

—Oh y cambiando de tema...Estuve en coma, por eso me ausenté unos meses. Fue una experiencia rara...La verdad me hubiera gustado que estuvieran ahí al momento en que desperté...— la voz de Astrid sonó apagada

El Capitán observaba todo desde su posición a la distancia, no sabía si debía intervenir o quedarse aparte.

—Los extraño— susurró Astrid con voz suave— Hace tiempo no se los decía...Pero lo hago...Y mucho— una pequeña lágrima cayócasi desapercibidapor su mejilla— De verdad los necesito conmigo otra vez...Yo...

Su voz fue interrumpida por su propio silencio y suspiros pesados, sentía enormes ganas de llorar. Dn ese momento no le importó que Steve estuviera a unos pasos de ella, tampoco le importó arruinar la reputación que tenía con él, en ese momento sólo era ella y sus padres.

Desde que despertó en aquella camilla, las cosas habían cambiado de proporción totalmente.

Los recuerdos nuevamente la atacaron; parecía que todos los días ella era una persona feliz y segura de si misma, pero cuando se trataba de su familia...Era muy diferente.

Pasó unos segundos en que ella se tomó el tiempo de secar sus lágrimas. Levantó su cabeza, miró las tumbas bien arregladas y sonrió. De levantó limpiando sus pantalones y comenzó a caminar hacia Steve. Cuando este la vio acercarse se tensó y le preguntó:

—¿Todo bien?

Por primera vez Astrid levantó la vista y miró a Steve en una acción sincera; no había odio o ganas de discutir, eran sólo los sentimientos de la chica en exposición.

Ella le regaló al Capitán una leve y débil sonrisa.

—Sí— respondió en un susurro— Vámonos, ya es hora.

Astrid comenzó a caminar en dirección a la salida con Steve siguiendo sus pasos. Nadie habló, Rogers quiso hacerlo pero se mantuvo al borde todo el tiempo. Él iba más atrás así que no veía el rostro de Stark, pero de todos modos pudo notar como pasaba su mano por su rostro y su cabello.

Al salir del cementerio volvieron a subir al auto en las mismas posiciones. Astrid no objetó nuevamente, sólo se subió con la mirada pegada en el vidrio e intentando despejar su mente.

Por esta razón le gustaba venir sólo con su hermano.

Steve arrancó y volvieron a entrar a la autopista, pero esta vez, el Capitán obedeció a la chica y tomó el atajo para llegar rápido a la Torre.

A Astrid le incomodaba el silencio, no era como el anterior en donde ella tenía posesión del momento, ahora era molesto ya que se sentía débil e inferior.

Tenía temor de que el Capitán le dijera algo así que encendió la radio en la primera estación que había y justo sonó una canción de su agrado. Se apoyó contra la ventana y empezó a cantarla en susurros.

Baby there's nothing holding me back...— Steve se vio sorprendido ante las acciones de la muchacha que se atrevió a preguntar:

—No pensé que escucharas ese tipo de música— le dijo mirándola. Astrid bufó ante sus palabras sin apartar la vista de la carretera.

—No se guíe por las apariencias Capitán— le dijo Stark a lo que Rogers se quedó en silencio— Y si te molesta da igual, no pienso cambiar la estación.

Y ahí estaba. De vuelta al mismo ciclo de discusiones y molestias, al parecer la pena le duró poco a Astrid ya que al ver una situación de discusión con Steve ella no dudó en tomarla. Pero a Rogers no le sorprendió, incluso se preparó mentalmente para ese momento, él entendía que quizás ser terca era un método de defensa de la chica Stark.

—No hay problema, tranquila.

La respuesta de el primer Vengador hizo que Astrid enloqueciera. Se adelantó y paró la música de repente.

—¿Cuál es tu problema?— Steve la miró confundido— ¿Cómo puedes ser tan amable conmigo siendo que te trato horrible?— él suspiró y volvió la vista a la carretera.

—Es sólo que no tengo nada contra ti— la simpleza en las palabras del rubio hizo que la chica se tomara unos segundos para meditar— A lo largo de mi vida he lidiado con gente como tú.

—¿Debería sentirme ofendida o halagada?— el Capitán suspiró mientras doblaba en una autopista.

—Quiero decir que he lidiado con gente que tiene rencor hacia mi...— Steve guardó silencio unos segundos mientras Astrid lo miraba con atención.

—Sé que...Estás dolida por lo de tus padres y yo...Pero te lo juro, si yo hubiera estado ahí le hubiera aconsejado que la pusiera atención a sus hijos...Pero yo no estaba ahí, estaba...

—Flotando en el hielo— le completó Astrid intentando sonar graciosa.

—Exacto— respondió Steve entendiendo su punto.

Llegaron a un semáforo rojo que estaba a unas cuadras de la Torre, momento que el Capitán aprovechó para seguir hablando.

—¿Qué te parece si empezamos de nuevo?— la pregunta de Steve confundió bastante a la chica que lo miraba curiosa.

—¿Qué...?

—Hola soy Steve Rogers— interrumpió éste a Astrid. El primer Vengador le había extendido la mano a Stark pero ella estaba bastante confundida que se limitó a reír.

—Astrid Stark— ella tomó la mano del Capitán y juntos las estrecharon en un saludo como si se estuvieran conociendo por primera vez...Pero ésta vez de manera correcta.

No se habían dado cuenta que el semáforo se había puesto verde y que los autos detrás de ellos comenzaban a tocar las bocinas por el retraso. Los dos ocupantes de la camioneta rieron y volvieron a su camino.

Astrid volvió a apoyarse en la ventana a pensar; sentía como si un peso se le fuera de los hombros, ¿Por qué?, porque ya no tenía problemas con alguien, en especial un amigo de su hermano.

Quizás se había equivocado con él en un principio. Sólo necesitó conocerlo mejor.

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Your fav girl is backkkkk

¿Como andan? Espero que bien, y también espero que las haya gustado el capítulo.

AMORES PERDÓN POR LA DEMORAAAAAA. PERO YA ESTOY DE VACACIONES (dos semanas -.-) Y PUEDO ACTUALIZAAAAR

Se que fue un poco aburrido pero les aseguro que eso pasará...

Si mis cálculos no fallan jeje este sería el último capítulo aburrido. aburrido. La acción está por comenzar.

Comenten que creen que va a paSAAAAAR.

Ah y pues la Astrid se arregló con el Steve ahre.

Bueno criaturas las dejoooo gracias por todooo


Natalia x


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