Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━EVERYTHING MAKES SENSE

┍━━━━━━━┙◈┕━━━━━━━┑

LA MAÑANA NO TARDÓ en llegar y todo el equipo se dispuso a prepararse para irse a la capital del país e iniciar su plan para obtener el colgante de Sinmara.

Los ex elegidos irían con ellos pero bajo suma vigilancia. Quisieran o no, iban a necesitar toda la ayuda posible.

—Bien esas cajas hay que llevarlas al jet— indicó Tony a Clint.

—A la orden.

—Nat— la llamó el millonario— Las armas que querías ya están.

—Genial, gracias Stark— respondió

Luego el hombre pasó su vista por todos buscando a cierta persona.

—¿Alguien ha visto a Astrid?— cuestionó.

—No la he visto— dijo Thor.

—Debe estar arreglando sus cosas— habló la rusa.

—En el jet no está— se escuchó al arquero regresando—Pero de seguro no tarda en llegar.

—¿Por qué? ¿Pensaban irse sin mí?—todos se voltearon al oír la voz de la castaña mientras ella hacía ingreso al lugar.

Las miradas de asombro abundaron al verla enfundada en su nuevo traje color gris que Tony había hecho para ella.

Nuevamente se habían quedado pegados mirándola, pero la verdad es que era imposible no verla.

—Wow— sonrió Tony—Se...Se te ve fantástico.

—Gracias— dijo ella con una sonrisa.

Luego el millonario se volteó y puso los ojos en blanco al ver una graciosa escena.

—Oigan, ya llevo la cuenta de todas las veces que se han quedado congelados viendo a Astrid— la señaló—Me preocupan, hablo en serio.

—Ya déjalos— murmuró la castaña—Les gusta lo que ven ¿No es así?— aunque tratara de evitarlo su mirada se conectó con la de Steve por unos segundos.

Tony giró su vista de la chica al grupo y viceversa un par de veces.

—Bien, bien ¿No tienen otras cosas que hacer?— el ingeniero comenzó a empujarlos—Ya váyanse.

La neoyorquina rió suavemente al ver como los hombres se retiraban resignados del lugar.

El mayor volvió su vista a la chica frente a él y meditó unos segundos observándola.

—Oye...— jugó un poco con sus dedos—¿Tienes un segundo para hablar?

El corazón de la castaña se aceleró al oír esa frase. Había estado temiendo por tener aquella conversación, pero después de todo lo que había vivido y pensado...Se sentía lista.

Asintió lentamente—Claro.

Juntos se alejaron un poco del gentío y caminaron hacia un pequeño rincón que daba a una sala de estar. Una vez que estuvieron solos el silencio reinó por unos segundos. Ambos estaban muy nerviosos pero al final fue el millonario quien tuvo la primera palabra.

—Ven...— se sentó en un sillón y palmeó el lugar a su lado. La chica asintió y obedeció.

El hombre la miró nuevamente, analizando cada fracción de su rostro y preparándose para comenzar.

—Escucha, yo...— suspiró— He estado todo este tiempo pensando en esta conversación y lo que debía decir...Por eso no lo había hecho antes...Necesitaba pensar y tú tu espacio, no quería que te enojaras mucho más— eso le sacó una leve risa a la castaña—Yo nunca...He...—movió las manos— Sido bueno...En esto, tú lo sabes—asintió—
Pero...Bueno...Eh...Creo que al final del día todo se resumen en un...Lo siento.

Ella suspiró y miró al hombre a los ojos, podía notar la sinceridad de aquellas palabras y eso la sacudía interiormente.

—Lo lamento...— siguió—Fui un completo idiota, y sí, hablaré por mí esta vez. Actué sin meditar mucho en lo que hacía, juraba que al no decírtelo todo...Te estaba protegiendo—sonrió de lado— Pero cometí un error, tú merecías saber lo de tu accidente, y...— tragó saliva—Lo...Lo...Reconozco...Me equivoqué.

Astrid sabía lo mucho que a Tony le costaba pedir perdón y más aún reconocer un error, por eso ella estaba valorando cada palabra que salía de su boca.

—Y...— rascó su nuca—Sobre lo otro...—hizo unas señas con las manos y la chica entendió—También lo lamento...Mucho, como no te puedes imaginar. Yo era más joven cuando todo sucedió y a penas era capaz de comprenderlo. Lo más claro que tenía eran las palabras de mis padres: No puedes contarle por nada del mundo—imitó la voz de Howard—Incluso hubieron momentos en que moría por decírtelo y estuve a punto...Pero no podía...Era para protegerte al fin y al cabo...

Ella asintió lentamente, aunque su corazón latía con ferocidad.

—Pero lo lamento...Lo lamento...—suspiró—Por haberte mentido y haberte hecho creer que tenías una vida que no era tuya, una vida que...Era falsa—ella agachó la cabeza—Aunque...Para mí, para Howard y María no era así...— negó— No señor.

La vista de la mujer volvió a subir y a encontrarse con los ojos del ingeniero, motivado por sus decididas palabras.

—La sangre no importa— hizo una mueca—Tú te criaste con nosotros, viviste con nosotros...Eres de nuestra familia, y no lo estoy diciendo por lastima o algo, es porque es la realidad...— suspiró—Tú eres una Stark.

Por mucho que quisiera evitarlo una frágil lágrima resbaló por la mejilla de la joven.

—Y no quiero perderte...Eres lo más importante que tengo en mi vida...—susurró poniendo su mano sobre la de ella— Tú...Eres mi hermana.

La castaña soltó un suspiro junto con una sonrisa y se abalanzó para abrazar al millonario. Éste al inicio se vio un poco confundido, pero no tardó en corresponderle y abrazarla con fuerza.

Ambos permanecieron allí juntos, disfrutando de aquel momento que por mucho tiempo no habían tenido.

Se sentía bien, se sentía en casa.

Una pequeña lágrima resbaló por el rostro de la chica, pero ya no era una de tristeza, sino de alegría.

—Gracias...— susurró ella
suavemente—Gracias...

Después de unos momentos se separaron y la mujer fue la que se dispuso a hablar

Sonrió de lado—Yo...— rascó su nuca—Tampoco soy muy buena en esto. Pero...Sí me ha costado poder procesar todo...A veces sólo pensaba en ustedes, en que eran mi familia...Pero la realidad volvía y me atacaba— miró sus manos— Es lo más difícil que he tenido que afrontar en toda mi vida— suspiró— Pero...Creo que me siento algo lista para comenzar a enfrentarlo

Una sonrisa de oreja a oreja se formó en el rostro de Tony.

—Creo...Que estoy lista para volver a enfrentarlo todo...

Ella volvió a acercarse al hombre y lo volvió a abrazar, pero esta vez con un poco menos de efusividad, fue algo más suave y dulce.

Ambos se miraron por unos segundos con una sonrisa en sus rostros. Se sentían una familia otra vez.

—De acuerdo...Esto se siente bien— dijo el mayor y rieron— Mejor...Vamos con el equipo, deben estarnos esperando y ya debemos irnos.

—Sí— asintió la castaña.

Los Stark volvieron a caminar y llegaron de vuelta a la sala donde el resto aguardaba por ellos. Ambos se detuvieron en la entrada y las miradas se fueron hacia Astrid, como si estuvieran expectantes a que ella hablara.

Guardó silencio unos segundos mientras meditaba sus palabras antes de decir:

—Chicos...— tragó saliva— No importa lo que haya sucedido...O lo que me hayan hecho...Olvidémoslo, yo los perdono.

Los presentes se repartieron miradas ansiosos, sus corazones se animaban al oír aquello.

Las palabras de la joven estaban dirigidas con total decisión. Ella por fin estuvo lista para poder perdonarlos.

—Es momento de seguir adelante— continuó ella— Y eso también involucra el que debemos irnos, así que a trabajar.

Un par de risas se escucharon ante lo dicho por la joven, pero todos entendieron y se fueron de camino al jet.

Los ex elegidos iban seguidos bajo suma vigilancia, no podían darse el lujo de dejarlos allí con el Tilgen—que iba a quedarse en el hotel en una bóveda secreta y muy segura que Tony había preparado— así que era mejor llevarlos con ellos, además podían ser útiles.

El viaje fue mucho más rápido de lo que ellos pensaron, y en menos de cuarenta minutos estuvieron en la capital del país.

El jet quedó escondido en una planicie no muy lejos de allí gracias a los paneles retroreflectantes del modo furtivo. Y una vez allí todos se reunieron en la parte trasera para discutir el plan e irse al museo.

Cuando todos estuvieron alrededor de la mesa de operaciones comenzaron a hablar y discutir sobre el asunto.

—Muy bien— comenzó el Capitán— Atención aquí. Tony, Astrid y yo nos infiltraremos en el museo para poder llegar a la bóveda, ingresando por uno de los accesos traseros. Una vez allí Astrid...Tendrá que conseguir el colgante.

Todos miraron a la castaña y esta asintió en su lugar.

—Pero, no se preocupen por nosotros, sus fieles servidores— dijo el millonario hablando sobre él y Rogers en tono sarcástico— Diseñé unos escudos que nos protegerán a nosotros y a parte de la estructura del lugar de la temperatura.

—Genial, no quiero quemarlos vivos—murmuró la chica.

—Nat y Clint estarán arriba vigilando que a nadie se le ocurra bajar a la bóveda— estos asintieron.

Estaban preparados para ello, ya que—a diferencia de sus compañeros— usaban ropa normal, no sus trajes.

—Thor, Bruce y el resto permanecerán aquí cuidando a los ex elegidos— continuó Steve y miró a los susodichos que permanecían callados—Además de monitorear la temperatura de Astrid.

—¿Funciona el sensor?— preguntó Banner a la joven.

Esta extendió su brazo, tocó una parte de su muñeca y una pequeña pantalla apareció en esa área del traje, indicándole la temperatura.

—Así es— dijo, pero luego frunció el ceño—Tengo un poquito de fiebre—palpó su frente.

—Funciona— volvió a decir el doctor volteando una pantalla que tenía en sus manos— Te iremos avisando como vas progresando cuando el fuego inicie.

—Entendido— asintió ella.

Las miradas volvieron al Primer Vengador y este soltó un suspiro.

—Bien...Creo que todo está claro— miró al equipo— Llegó la hora.

Cada uno comenzó a alistarse para poder irse. Los comunicadores fueron repartidos y el equipo que iba al museo subió a una furgoneta que tenían preparada. Se despidieron del resto y comenzaron camino.

No tardaron mucho en llegar, y una vez que lo hicieron estacionaron en la parte trasera del lugar, y para su buena suerte, estaba casi vacío.

Los Stark y Rogers fueron los primeros en bajar y se dispusieron a caminar hacia la puerta de acceso para funcionarios.

—Manténganos informados— dijo el Capitán— Cuiden el perímetro.

—Lo haremos— respondió Nat. Luego ellos salieron también, pero se encaminaron al museo en sí.

—A trabajar— se escuchó a Tony, que luego activó la máscara de su traje y está apareció.

¿Todos me escuchan?— se oyó decir a Bruce por los comunicadores.

—Te copiamos— respondió el rubio.

Nosotros también— siguió Romanoff.

Oh genial. Nunca había usado estos controles, se siente bien— decía el doctor— Ahora debo...Apagar las cámaras de seguridad...¿Cómo hacía eso...?

El botón azul, el botón azul— le dijo Thor y su amigo lo miró confundido—Eso dijo Barton, ya lo dejó listo, sólo presiónalo.

De acuerdo, de acuerdo, ya entiendo— lo presionó— Y...Listo, creo que lo hice— soltó una corta risa.

Cámaras desactivadas, señores—habló el arquero.

Aquel fue el impulso de inicio para que todos comenzaran su ingreso al lugar.

Tony se deshizo de la cerradura de la puerta metálica con ayuda de su traje, y los tres pudieron entrar.

No había casi nadie tal y cómo esperaban, ya que era temprano y el museo estaba a punto de abrir sus puertas por primera vez en el día, así que aún no había mucho movimiento 

El ingeniero alzó su mano metálica y el holograma de un mapa apareció frente a ellos.

—Es por aquí— dijo él apuntando a un pasillo a la izquierda.

—¿Seguro?— preguntó su hermana.

—Sí, estudiamos las instalaciones con Jarvis, no debemos habernos equivocado.

Juntos comenzaron a caminar sigilosamente en aquella dirección observando con detenimiento el lugar. Las paredes eran negras y habían un par de fotografías a los costados, la única fuente de iluminación provenía de las blancas lámparas que colgaban del techo. Se notaba que la estructura era algo antigua.

Cuando llegaron al final del pasillo sólo encontraron unas puertas que parecían ser de un elevador. Se se miraron por unos segundos y la chica presionó el botón para llamarlo. Cuando las puertas se abrieron hicieron ingreso sin saber realmente que hacer.

Sin embargo, se dieron cuenta que en frente de ellos había un panel con distintos botones, que indicaban cada uno de los pisos.

—Este no tiene ninguna inscripción—señaló la castaña un botón color negro que era completamente diferente a los demás. Los hombres la miraron y luego asintieron con la cabeza, dándole el pase para poder presionarlo.

El elevador comenzó a bajar y los tres sintieron un revoltijo en el estómago, una mezcla de todo el nerviosismo y las emociones que acumulaban en ese momento.

El trayecto fue un poco más largo de lo que esperaron, pero eso era bueno, ya que les indicaba que se estaban dirigiendo a la bóveda.

Cuando el cubículo de metal se detuvo y las puertas se abrieron, ellos salieron de él para encontrarse con otro pasillo, pero más corto, que los conducía a una gran puerta color negro.

—Oh Dios...— suspiró Astrid—Creo que aquí es.

Caminaron lentamente hasta que llegaron a ella.

—¿Nos oyen bien?— preguntó Tony por el audífono.

Sí, hemos podido establecer una buena conexión, a pesar de que estén a mucha profundidad— respondió Banner.

La castaña fue la primera en acercarse completamente a la gran puerta, posó su mano sobre ella y con sus dedos recorrió todos los relieves que tenía.

Eran figuras, palabras, garabatos, que parecían no tener sentido alguno, pero para ella parecían algo mágico.

—Tris— la llamó el millonario sacándola de sus pensamientos—Los códigos.

—Oh, sí, lo lamento— ella buscó aquel aparato en uno de los bolsillos de su traje, lo sacó y lo abrió para poder introducir aquel cifrado en una pantalla digital que estaba en la puerta.

Cuando finalizó con el último dígito escucharon un pequeño chirrido y como aquella puerta se abría lentamente de par en par.

Y lo que vieron allí les robó el aliento.

La bóveda consistía en una cámara ancha y larga, con un pasillo y paredes llenas de todos aquellos relieves como los que habían en la puerta.

—Wow...— suspiró la neoyorquina—Es como si...Hubieran puesto un pedazo de los dioses aquí dentro.

Thor y el resto de los que permanecían en el jet miraban aquel lugar asombrados desde la cámara en el traje de Iron Man.

No te imaginas lo bella que es nuestra herencia, Stark— le respondió el asgardiano a la mujer.

Los tres caminaron lentamente hacia el interior admirando cada rincón del lugar, hasta que sus ojos dieron con el final de éste.

Lo que había allí parecía una caja o un cofre dentro de un gran pilar en forma vertical.

—Thor ¿ves eso?— preguntó Tony.

El nombrado se dio unos segundos para meditar—Ahí...Ahi debe estar el collar.

El trío se observó y caminaron hasta llegar a ella. La castaña la tocó sintiendo el relieve de los dibujos bajo la yema de sus dedos y admirando aquella estructura.

—Creo...— dijo tocando una parte central que era circular y un poco grande— Que aquí...Va el fuego.

Los hombres detrás de ella comenzaron a ponerse nerviosos otra vez y la miraron asintiendo.

—Entonces es momento.

El millonario y el soldado retrocedieron hasta quedar en la entrada de la bóveda, mientras la chica permanecía junto al cofre a una buena distancia de ellos. Los hombres activaron los escudos que Tony había creado para protegerse del calor y también a parte de la estructura

Surt el padre de Muspelheim y Kurse son los únicos capaces de lograrlo. Si ella lo hace...Sería un milagro— se oyó al semidiós.

—Sí, muchas gracias por el ánimo—le respondió Astrid sarcásticamente.

No vemos a ningún sujeto sospechoso —se escuchó ahora a Natasha— Pero el lugar se está comenzando a llenar, no tarden.

Astrid le echó una última mirada a sus acompañantes antes de regresarla al cofre.

Enciende el sensor, Astrid— habló el doctor.

La chica obedeció y tocó aquella parte de su traje. Ésta se encendió y comenzó a medir la temperatura.

—De acuerdo...— ella sacudió sus brazos y dio cortos saltos en su lugar—Llegó la hora.

Doscientos doce grados fahrenheit, no lo olvides, te iremos monitoreando— siguió Bruce.

La castaña tomó aire y lo soltó lentamente, para luego extender su brazo derecho y poner la palma de su mano sobre el centro.

Cerró sus ojos y le ordenó a su cerebro iniciar las llamas de fuego, y así sucedió. El brazo de la chica—pero principalmente la mano— comenzó a arder en llamas. Y tal y como habían esperado, el traje de Astrid se encendió, aquellas mangueras alrededor de su cuerpo emitieron una luz azul, que era lo que debía suceder cuando la joven utilizara sus poderes.

Treinta grados— dijo Banner con el conteo inicial.

La chica hacía lentas respiraciones mientras el calor del fuego iba en aumento.

Cincuenta.

Inmediatamente la temperatura del lugar comenzó a aumentar y los hombres detrás de la neoyorquina lo sentían.

—¿Seguros que estarán bien?— preguntó ella en voz alta hacia sus compañeros.

—Eh...Suponiendo que el invento de Tony funcione...— contestó Rogers de la misma manera.

—Por supuesto que lo hará...— respondió él—Pero por favor no te tardes— se dirigió a su hermana.

Setenta.

—Fácil decirlo de aquel lado ¿No?—contestó ella.

—¿El traje funciona bien?— cuestionó su hermano.

—Sí...Se siente genial— dijo ella com voz un poco más entrecortada debido al esfuerzo.

Cien.

Un quejido se escapó de los labios de la mujer cuando llegó a esa escala. Sentía como si su cabeza fuera a partirse en dos, y eso se debía a que las detestadas e infinitas voces habían vuelto a ella.

—¡Astrid!— se escuchó al millonario—¡¿Todo bien?!

—Sí, sí...— susurraba— Lo tengo...

Las llamas se hacían cada vez más grandes, al igual que el calor y la capacidad de contenerlas. Por suerte aquello no la dañaba físicamente, pero lo estaba haciendo psicológicamente.

Ciento veinte.

Cerró sus ojos con fuerza mientras trataba de reprimir aquel dolor y las voces, pero era como si aumentaran.

Ciento treinta.

Sentía que aquello estaba tomando más tiempo de lo que esperaba y el pilar aún no se calentaba lo suficiente. Así que ahora usó su otro brazo para llevarlo al centro y encerderlo también, aumentando la temperatura inmediatamente.

El color café de sus ojos ya no estaba, le había dado paso al color rojo intenso en ellos.

Ciento sesenta, vas muy bien, sigue así.

Otro grito salió de su boca debido al dolor en su cabeza y todo lo que la estaba abordando.

Unidad.

Fragilidad.

Diferencia.

Ciento setenta y tres.

Batalla.

Dones.

Revelación.

—Ya basta...— susurraba— No ahora.

Ciento noventa.

Las llamas seguían expandiéndose de sus manos a sus brazos y parecía que iban a seguir con el resto de su cuerpo.

Para su suerte los escudos que fabricó Tony estaban funcionando y protegían la estructura y a los dos hombres detrás.

Doscientos.

Astrid tomó una última bocana de aire para realizar un último esfuerzo y crear mucho más fuego del que ya había hecho.

Aunque su cabeza parecía que iba a explotar, todos sus esfuerzos habían valido la pena.

Doscientos doce.

Cuando la meta de temperatura fue alcanzada una onda expansiva lanzó a Astrid hacia atrás, haciéndola caer de espaldas al suelo y apagando el fuego.

Sus compañeros quitaron sus escudos y fueron hacia ella para poder ayudarla. La encontraron cansada y con el rostro empapado de sudor. Pero a la vez se alegraban, ya que lo había logrado.

—Astrid...Astrid— decía su hermano—¿Todo bien?

Ella respiraba entrecortadamente mientras su vista volvía a la normalidad.

—Wow...— soltó ella— Eso fue intenso...Y no quiero hacerlo otra vez—los apuntó.

Ambos rieron y tomaron a la joven para ayudarla a pararse. Cuando lo hicieron la chica estiró su brazo para cubrir de hielo el techo sobre ellos, y así evitar más daños hechos por el calor.

Bueno señoras y señores, tenemos un nuevo récord— se escuchó a Banner— Doscientos catorce grados fahrenheit. Felicidades Astrid.

—Sí, sí, créeme que los sentí— respondió ella sobando su cuello.

—Y valió la pena...— soltó el ingeniero apuntando al frente.

Juntos fijaron su vista allí y lo que vieron sacudió sus corazones.

Las puertas de aquella caja en la columna se habían abierto, dejando a la vista un objeto redondo y dorado.

—¿Thor? ¿Ves lo que nosotros?

El asgardiano estaba sin habla, admirado por lo que sus ojos veían.

Es...Es el Colgante de Sinmara.

Con mucho cuidado caminaron hacia el pilar donde el objeto se iba haciendo cada vez más claro para ellos.

Era hermoso, brillante y con grabados y relieves sobre él.

—Lo...Lo logramos— susurró la castaña ganándose las miradas de sus compañeros que soltaron risas de alegría junto a ella.

El mayor de los Stark sacó una caja de policarbonato que traía consigo para poder guardar con mucho cuidado el collar ahí. Una vez que estuvo asegurado lo miraron por última vez dentro del objeto transparente y se fueron de ahí.

—Misión cumplida— habló el Capitán
—Ya vamos a subir.

Copiado— respondió el arquero— El área está libre para que asciendan, los esperaremos en la camioneta.

Ellos asintieron y comenzaron a retirarse, tratando de dejar todo como si nadie hubiera estado allí.

Las felicitaciones llegaron a ellos una vez que se reunieron con ambos espías en la furgoneta. No dejaban de admirar aquel objeto y estaban impacientes por descubrir lo que allí decía, pero esperarían para llevarlo con el asgardiano, el cual, era el más especializado en el tema.

Y cuando llegaron al jet las felicitaciones aumentaron, todos se encontraban muy contentos por aquel triunfo. Y era momento de poder abrirlo, y por fin saber cómo derrotar a Kurse.

—Es...Más impresionante de lo que creí— decía Thor.

—Y más impresionante será lo que encontremos adentro, estoy seguro—continuó el millonario ya fuera de su traje.

—Hay que abrirlo— habló Rogers.

Todos se repartieron miradas en completo silencio. Casi no sabían que hacer, nunca esperaron llegar tan lejos en su misión.

—Thor, tú lo tienes que abrir— le dijo la rusa— Sabes de esto mucho más que nosotros

El mencionado asintió y miró el objeto que yacía en la mesa y en la caja transparente. Thor la tomó con cuidado, la acercó a él, pero se detuvo mientras suspiraba con una sonrisa.

—¿Qué sucede?— cuestionó la neoyorquina.

—Es que...— él levantó la vista— Después de todo esto por fin sabremos cómo vencer a Kurse y salvar la Tierra...— una sonrisa de oreja a oreja coloreó su rostro y también contagió a algunos.

Rogers suspiró con una sonrisa ladeada— Hazlo.

El semidiós tomó la tapa de la caja y la levantó, y con todo el cuidado del mundo tomó el colgante en sus manos. Lo observó, lo apreció y se dispuso a abrirlo.

—Es hora.

Lo observó detenidamente, encontró la manera de abrirlo y levantó aquella tapa para por fin dejar al descubierto lo que ellos tanto anhelaban.

Pero todo se volvió confuso cuando la cara del asgardiano reflejaba desilusión y no victoria.

—¿Qué ocurre?— cuestionó Tony.

—Eh...Yo...No lo entiendo— decía el rubio.

—Thor— lo llamó Steve—¿Qué pasa? ¿Qué es lo que dice?

El asgardiano levantó la vista y la pasó por todos los presentes.

—Nada.

Las miradas de confusión y algunos quejidos abundaron en la estancia.

No entendían lo que sucedía.

—Espera...¿Qué? ¿Nada?— habló Astrid confundida.

—Debe ser una broma— siguió la rusa.

—Y si lo es...Es una de muy mal gusto—habló Thor ahora con voz molesta—Debe ser falso y nos engañaron.

—Déjame verlo— el mayor de los Stark trató de tomarlo.

—Con cuidado, Stark— le recriminó el semidiós.

—Relájate, relájate, sólo lo quiero ver— logró tomarlo y se llevó la misma desilusión—Vacío.

—No puede ser— dijo Banner tomando el objeto y viéndolo— Es verdad, está vacío.

—Quizas Kurse nos ganó y puso este para engañarnos— se lamentó el Capitán pasando el objeto a Clint en frente suyo.

—Tiene sentido— dijo éste— ¡Maldición!

—Tan cerca y tan lejos a la vez— continuó la rusa observando el collar.

—Déjenme verlo— habló la joven Maximoff.

—¡No!— dijo la mayoría del grupo al unísono.

—No se asusten, no huiré con él...— miró a Nat a su lado, la cual sostenía el colgante.

Al final la pelirroja suspiró y se lo entregó a la ex elegida. Ella lo observó pero lamentablemente sólo encontró lo mismo que todos.

—No...Tienen razón— dijo Wanda mostrándoselo a su hermano y a Barnes—No hay nada, sólo un fondo dorado.

—No puedo creerlo— habló Astrid—Nos engañaron así nada más...— tomó el collar de las manos de la chica y lo miró— Todo ese esfuerzo para encontrar na...

Las palabras de la castaña quedaron en el aire cuando comenzó a observar el artilugio. Levantó la vista con el ceño fruncido hacia el equipo, luego al colgante y viceversa.

—¿Ocurre algo?— cuestionó Steve.

—Eh...— ella rascó su nuca— Creo...No lo sé, puede que yo esté desvariando, pero...

—¿Qué?— inquirió ahora el asgardiano.

La chica miró el colgante una vez más antes de responderle a sus confundidos amigos:

—Es que...No está vacío.

Ella lo giró para que todos los presentes pudieram ver lo que ella veía.

Aunque la reacción no fue como esperaba. El equipo seguía con sus miradas de confusión impresas en sus rostros, preguntándose a qué se estaba refiriendo la menor de los Stark.

—Hermana— habló tratando de no sonar grosero— Ahí no hay nada.

Ella puso los ojos en blanco—Por favor, no estoy loca ni tampoco ciega. Mírenlo otra vez.

Astrid extendió el collar a Steve que estaba a su lado. El rubio lo miró pero negó con la cabeza hacia la joven.

—Astrid...No hay nada.

—¿Qué?— cuestionó ella confundida.

El colgante volvió a las manos de Thor, Tony, Clint y Nat, pero todos estaban de acuerdo en lo mismo: No veían nada.

—No entiendo— dijo la castaña—Cómo es que no lo ven, hay algo aquí escrito— el collar regresó a sus manos.

—Quizás el esfuerzo por calentar el pilar la alteró un poco— susurró Banner.

—¿Me estás tratando de loca?— cuestionó ella con voz alzada.

—No, no, no, no es lo que quise decir— se defendió el hombre un poco asustado.

La situación en el jet se estaba volviendo un poco más tensa y confusa, se podía notar a kilómetros.

—No, yo creo que lo que Bruce intenta decir es que el esfuerzo quizás...—Tony meditó en sus palabras—Bien, no se me ocurre otra cosa. Tiene razón, quizás te alteró y por eso ves cosas que no hay.

—Se los juro, aquí dice algo— tomó el collar— Y no entiendo como no lo ven.

El lugar se llenó de palabras al aire, cortas discusiones y algunos reclamos por parte de los presentes. Su reciente descubrimiento no había sido para nada agradable y eso los frustraba.

Pero había que continuar, no podían detenerse y lo sabían.

—Alto— todos callaron al oír al asgardiano— ¿Qué es lo que dice?

La castaña guardó silencio al notar que eso iba dirigido a ella.

—¿Cómo?

—¿Qué es lo que dice?— repitió.

—Thor...

—Déjala— interrumpió a Tony— Si ahí hay algo y sólo ella lo puedo leer hay que saberlo.

Todas las miradas se fueron hacia la chica la cual se comenzó a sentir bastante nerviosa.

—Oh...— ella tragó saliva—De acuerdo.

Ella volvió a abrir el collar para admirarlo nuevamente. La primera mirada que le había echado no había sido la mejor, sólo se fijó en los confusos garabatos que allí habían, así que cuando lo observó por segunda vez trató de asimilar lo que veía.

—Eh...— arrugó— No...No entiendo muy bien...Son garabatos extraños y...

Como si fuera una bofetada la realidad la golpeó.

Fue como si todo fuera completamente claro ante ella, como si aquél corto escrito en el colgante hubiera sido conocido para ella, en un lenguaje no difícil de descifrar.

Su mente la volvió a atacar, llenándola de imágenes confusas y voces indescifrables.

Era un torbellino de emociones que las personas en frente de ella no podían dimensionar, sólo Astrid.

Cuando logró controlar todo aquello abrió sus ojos que habían permanecido cerrados y respiró con dificultad.

—¡Hey! Astrid...— Tony se le acercó—¿Que pasó? ¿Que fue eso?

Un gran nudo se formó en la garganta de la castaña y le era muy difícil poder hablar.

Lo había descubierto.

Se apartó unos pasos del grupo para poder tratar de calmar su respiración.

Todo le era claro.

—Dios...— susurraba tomando aire—No...No puede ser.

Sabía lo que ahí decía y lo que significaba...

Se volteó nuevamente y se acercó a la mesa para tratar de explicar lo que estaba sucediendo.

...Y no lo podía creer.

—¿Qué sucede? Explícanos, por favor—decía su hermano.

—¿Qué es lo que dice?— siguió el Capitán.

Ella estaba harta de tantas preguntas hacia su persona, pero debía continuar, debía decirles.

Y entonces otra cosa llegó a su mente, como si el rompecabezas se estuviera armando poco a poco.

—No puede ser...— repitió— Sólo ella puede descubrir quién realmente es.

Todos se repartieron miradas confundidas, no podían entender en su totalidad de lo que estaba hablando.

Pero ella sí.

Aquel recuerdo, aquella frase había llegado a su mente en busca de unir todo lo que estaba confuso.

Luego otra idea cruzó su cabeza. Buscó algo en el bolsillo de su traje, y cuando lo encontró lo sacó y lo puso junto al colgante, comparándolos.

Y allí todas las pistas se unieron a la perfección.

Lo que ella había sacado de su bolsillo era el pedazo de papel con garabatos que había tratado descifrar tiempo atrás, aquellos que encontró en una de las fotos del maletín.

Los grabados en el colgante le eran conocidos, o al menos bastante razonables con algo que ella había investigado alguna vez...Y ese algo era aquel pedazo de papel.

La chica soltó ambos, dejándolos caer en la mesa h se llevó las manos a la boca.

—Astrid, por Dios...— seguía Tony—Dinos que sucede.

Sólo ella puede descubrir quién realmente es...— volvió a repetir la joven— Todo tiene sentido...

—No entiendo— habló Clint— ¿De qué hablas?

El mayor de los Stark miró con atención a la castaña. Él estaba empezando a entender que sucedía.

—Wow...— fue lo único que soltó.

—¿Podrían decirnos que sucede?— inquirió el doctor.

Astrid tomó nuevamente el colgante y el papel para admirarlos una última vez y luego observar al confundido equipo.

Su nombre desaparecerá...Y se perderá en otra parte.

El equipo se miró buscando respuestas ante las palabras de la neoyorquina. Pero luego de unos segundos empezaron a entender.

Ella tomó aire— Esta...— levantó el colgante— Es la otra parte.

Todos aguantaron el aire en sus pulmones, todo ya estaba siendo aclarado. Habían logrado recordar aquellas frases que la chica había citado, eran cosas que la mujer que dejó a la castaña le había dicho a los Stark al momento de entregársela.

Y ahora, después de años cobraban sentido.

—Lo que dice el collar...— continuó con voz temblorosa— Es mi nombre...Mi verdadero nombre.

Aquello había sacudido a todos los presentes, obviamente a la chica en un grado mayor. Pero definitivamente no estaban preparados para oír algo así.

Primero pensaron que era falso, pero luego, que era real...Y en gran manera.

—¿Estás segura de lo que estas diciendo?— le cuestionó Thor.

—Sí, sí, sí— contestó tomándose la cabeza— Hace unos días encontré unos garabatos en una foto que estaba en el maletín que fui a buscar al SECDE. No los pude descifrar completamente ya que eran bastante confusos...Pero ahora que los veo— señaló el papel— Y los comparo con esto— agitó el collar— No tengo dudas. En el colgante pude encontrar las partes que me faltaban para descifrarlo...— suspiró— Eso era lo que mis padres querían decirme...Era mi nombre.

—¿Y si es otra cosa?— cuestionó Clint.

Ella negó—Yo...Lo sentí— tragó saliva—Al leerlo sentí que era eso, que aquello...Era mío. Lo que está escrito aquí es mi nombre.

Sólo ella puede descubrir quién realmente es— citó el millonario—Tiene sentido.

—Creo que aquella frase iba en un sentido bastante explícito— dijo Rogers.

—...Por eso solamente tú puedes leerlo, porque eres tú quien debía descubrirlo— continúo Tony— Ahora todo el rompecabezas se empieza a resolver...

Hubo otro momento de silencio en el cual todos seguían meditando lo recién sucedido. Era fuerte, y difícil de digerir.

—Y...— Thor tragó saliva— ¿Cuál es?
¿Cuál es tu nombre...?

Ella comenzó a temblar en su lugar ante aquella pregunta. Lo que había leído en el collar la había sacudido, dejado sin habla y con el corazón acelerado.

No todos los días empiezas a descubrir quién eres. Y menos descubres que tu verdadero nombre va mucho más allá de lo que imaginas.

Todo se había ido fuera del control de sus emociones, y el escrito de collar...La desesperaba.

Pero lamentablemente— y como todo en el último tiempo— lo tenía que afrontar.

La chica volvió a abrir el collar para apreciar el grabado una vez más, como si aquello no fuera suficiente, como si aquello la persiguiera.

Pero cuando estuvo lista levantó la mirada al grupo y se dispuso a hablar.

Magna...Mi nombre es Magna.

Ella soltó el aire de sus pulmones cuando terminó. Haber pronunciado esas palabras había sido más duro de lo que pensó. Llegó a sentir una especie de escozor en la garganta al hablar y que su corazón iba a salirse de su pecho.

No lo podía creer.

El resto la miraba sin palabras, estáticos y con muchas cosas rondando su cabeza.

Les gustaría negarlo, pero al oír aquello todos sintieron un escalofrío recorrer su cuerpo.

Todo estaba llendo mucho más allá de lo que esperaban.

Y era sólo el comienzo.

—Wow...— habló Tony a penas después de un rato— La mujer no mentía cuando dijo que el mundo no estaba preparado para tu verdadero nombre.

—Pues lo creo...— habló la aludida tratando de calmarse— Porque ha sido demasiado para mí.

Nadie podía encontrar las palabras correctas para decir, tanto en general como hacia la castaña que aún se encontraba atónita en su lugar.

—Lo descubrí...— susurraba— Descubrí mi nombre verdadero.













┍━━━━━━━┙◈┕━━━━━━━┑


IMPORTANTE

AH, PRIMERO QUE NADA QUIERO DECIR QUE ESTE CAPÍTULO IBA A SER DE 1 PARTE, PERO AHORA LO SEPARÉ, POR LO QUE ESTE NO ES EL PENÚLTIMO CAPÍTULO, SINO EL ANTEPENÚLTIMO.

perdón, fue un poco más corto de lo normal.

PERO QUEDÓ BUENARDO VERDAD???

esperé mucho para publicar esta parteeeee. por fin la beba Astrid va descubriendo de a poco quién es uwu

espero que les haya gustado <3 y no se asusten que aún nos queda otro poco antes de terminar. agárrense los calzones.

OTRA COSA: muchísimas gracias a todos los que me apoyaron en el capítulo pasado en cuanto a lo que les conté sobre el apoyo de la historia ♡ además de los que apoyaron en el petitorio de votos, son lo mejor ♡

ay, mucho apoyo.

así que vamos a seguir con la dinámica, ya que sirvió mucho. la historia subió de ránking y también sus votos, ¿ven que ustedes me ayudan mucho? los amo🤧

esta vez serán 35 votos.

35 VOTOS PARA NUEVO CAPÍTULO.

eso no significa que al llegar a ese número el capítulo estará de inmediato, no skdkskd pero si podrá subirse cuando esté listo.

EEEEEN FIN, nos vemos a la siguiente, no coman ansiaaaaas♡




manips hechos por la reina heyitsoma
literal quedaron justo como quería 🤧


nat

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro