Astrid reportándose al deber, día número treinta y dos de la supervivencia.

Hoy...Hoy no fue uno de los mejores días. No me he sentido bien y mi deducción es el hambre e incluso la sed.

No he bebido nada en mucho, mucho tiempo. Y una persona promedio aguanta al rededor de diez a once días sin beber

Ya llevo un mes y dos días.

Un mes y dos días.

Ha pasado mucho tiempo.

Pero hoy sí comí.

No es una historia muy bonita de hecho, o ninguna que goce contar.

Fui a un restaurante, en realidad algo pequeño que había, algo exprés, y le rogué de rodillas al dueño que me diera de comer.

Es lo más patético y...Doloroso que he hecho.

Él casi me asesinó.

Me trató de vagabunda, de sucia, de descuidada, de irresponsable, de indigna, de una persona sin futuro alguno.

Solo atiné a irme de allí y comenzar a llorar.

Me sentí muy mal en ese momento.

Me fui a la parte de atrás del lugar para que nadie me viera.

Y justo en ese momento, un hombre que parecía un cocinero, pasó a los basureros a botar comida allí.

Me sentí muy mal, pero lo único que pude hacer fue ir allí, y como toda una...Vagabunda ir a buscar comida.

No era mucho, algunas alitas de pollo, bebidas a la mitad o menos, panecillos, papas fritas y cosas así.

Se sentía bien poder comer al fin algo decente.

Espero que siga así.