Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐈𝐕. 𝐏𝐄𝐋𝐢̈𝐂𝐔𝐋𝐀𝐒


Si algo sabía Stefan. Era que no podía dejar sin protección a Astraea. Debía protegerla. De se lo que sea que ande por allí afuera. También debía proteger a Elena, pero Astraea era la menor y la que más peligro corría.

Astraea si bien era una chica inteligente, que no era fácil de manipular, seguía siendo humana, y los vampiros tenían más poder que ella. Tan solo les bastaría con hacerla hipnotizar, y su vida podría arruinarse en tan solo segundos. O peor, podrían convertirla en vampiro. Cosa que Astraea no quería saber absolutamente nada. Quería vivir su vida. Y la única forma de que eso sucediera era haciendo que no se involucre en nada que tenga que ver con lo supernatural.

Sería difícil, estando rodeados de sobrenaturalidad, pero nada era imposible para el menor Salvatore. Él podía lograr lo que se propusiera. Ya se había enfrentado a cosas mucho peores que alejar a una humana de los vampiros, lobos, brujas, etc. Un gran ejemplo era mantener su humanidad encendida, y controlarse de no tomar sangre humana. Eso si que había sido difícil de lograr, pero con el tiempo y los errores, lo pudo conseguir. Ahora era un vampiro sano y con control, Algo que podría ser dificultoso para algunos.

Stefan se había ofrecido para cuidar a Astraea, mientras Elena y Damon buscaban pistas de quién era el vampiro que merodeaba por el pueblo de Mystic Falls. Elena aceptó sin dudas, si había alguien que podría cuidar a Astraea mejor que nadie, era su novio, Stefan. Por lo que le confío la vida de su hermana al vampiro.

Luego de que Damon y Elena se fueran, Stefan y Astraea se quedaron solos en la casa de la menor. Hacía solo unos minutos se había despertado Astraea, por lo que aún estaba algo adormecida. La noche anterior se había quedado hasta tarde haciendo tarea, que era para la semana próxima, pero era mejor adelantarla, ya que podía suceder cualquier cosa en ese transcurso de tiempo y no tendría su tarea hecha, y eso provocaría que sus notas se reduzcan. Cosa que no quería.

Por lo que cuando Stefan le ofreció café, ella no le respondió, porque no lo había escuchado. Así que Stefan tuvo que mover varias veces su mano frente a Astraea para que ella captase que le estaba hablando. Astraea salió de su nube y enfocó su vista y atención en Stefan, quien la miraba con una sonrisa burlona, ya que como de costumbre en las mañanas, Astraea se había ido por las nubes.

- ¿Perdón, qué dijiste?, no te estaba escuchando

Stefan solo soltó una risita. Había miles de despistadas, pero entre todas, Astraea era su favorita sin duda. Era demasiado tierna cuando miraba a un punto fijo y mordía su dedo concentrada.

- Te decía que sí querías café, despistada.

Astraea rodó los ojos y asintió con la cabeza en forma de aceptación al café ofrecido. Agarró la gomita de pelo y se hizo un rodete. Hoy era un día de calor y en la mañana se sentía bastante, más en la cocina, donde daba mucho el sol.

El castaño claro sirvió el café en su taza, agregándole un chorro leche, debido a que por las mañanas solía hacerle mal el café solo al organismo de Astraea. Así que para no resivir quejas de parte de Elena, ni hacer que la menor se sintiera mal. Siguió la rutina que ella tenía por las mañanas.

- ¿Qué te parece si vamos por comida y luego vemos unas películas de Harry Potter en la sala?

Los ojos de Astraea se iluminaron. Mayormente nadie quería ver Harry Potter con ella, porque decían que era insoportable y que adelantaba toda la película sabiendo los diálogos de memoria, además de decirlos en voz alta. Pero Stefan no era como los demás. Era por eso que lo quería.

-Sabes la respuesta a eso.

Stefan sonrió. No había cosa que amara más que hacer feliz a Astraea.

-Bien, toma rápido tu café y vamos a comprar.

Astraea hizo lo que el de ojos claros le ordenó sin dudarlo. Al cabo de unos minutos ya había terminado su café. Le pasó la taza a Stefan y éste la lavó rápido, para después secarla y ponerla en su debido lugar.

Hecho todo y dejando el espacio ordenado. Astraea tomó las llaves de la casa y Stefan las de su auto. Una vez cerrado todo, ambos se subieron al auto de el vampiro.

El sol estaba demasiado fuerte, por suerte Stefan había agarrado los lentes de sol antes de salir. Por lo que se lo pusieron y ya no iban a sufrir más del los rayos provenientes del sol. Aunque si del calor. Pero éste iba bajando mientras más se acercaba el medio día. El sofocante calor mayormente nunca era problema para Mystic falls, ya que no lo padecían como en otras partes del país.

Unos minutos después de estar manejando. Llegaron al supermercado. Al entrar en este, Tomaron un carrito y empezaron su caminata por las góndolas. Primero los lácteos, donde llevaron leche, yogur, postres y más cosas. Después pasaron por las bebidas, allí agarraron varias gaseosas y Stefan un vino tinto. Luego de muchas cosas más. Fueron a la caja para pagar. Ahí Stefan sacó su billetera para pagar, pero Astraea puso su mano en ésta, impidiendo qué él pagara.

-No es necesario, Stef, yo pagó.

-Ni lo pienses, yo di la idea y yo pagaré - la menor intentó impedir que lo hiciera, insistió en que pagaría ella. - insisto, no soy de los hombres que les molesta pagar de su bolsillo E meno di tutto per una bella signora come te (Y menos para una hermosa dama como tú ).

Dio su tarjeta a la cajera, quien la aceptó con una sonrisa en su cara. La hermana menor de Elena solo rodó los ojos. Jamás podía lograr que Stefan la dejara pagar. Si, apreciaba que el pagara todo. Pero se sentía como su lo estuviera usando y no le gustaba eso. Además sus padres le habían enseñado de que si ella tenía el dinero no debía dejar que la otra persona pague por lo suyo. Pero nadie podía cambiar la opinión de él vampiro.

Cuando ya todo estuvo pagado salieron de la tienda, con sonrisas en sus caras. O así era por parte de Stefan, pero no para la humana, quien tenía cara seria. Metieron las cosas en el baúl y se sentaron en el auto. Stefan de conductor y Astraea de copiloto.

-Hey, no te enojes -le apretó el hombro juguetón.

-Sabes que odio que no me dejen pagar a mí-se quejó.

-y tú sabes que yo siempre voy a pagarte todo lo que compres, quieras o no.

Astraea rodó los ojos y miró hacia la ventanilla. Ingnornado por completo al mayor.

-Astre, vamos, no te enojes conmigo -intentó hacer que no esté más enojada, pero ella ni siquiera lo miró.

Sin más Stefan comenzó a conducir. Las cosas no quedarían así. Eso estaba de seguro para Astraea.

Una vez llegaron nuevamente a casa, bajaron las compras en total silencio. La menor abrió la puerta y pasó ella primero. Dejaron las compras en la cocina. Stefan comenzó a sacar las cosas y a ordenarlas. Mientras que Astraea se fue al comedor sin siquiera mirarlo. El vampiro dejó de guardar la mercadería y fue haciendo el menor ruido posible a la sala de estar. Allí la gemela de Elena Gilbert estaba mirando la tele. Con un rápido movimiento se puso frente a ella y son dejarla reaccionar llevó sus manos al abdomen de la chica y comenzó a hacerle cosquillas.

-¡No!, Stefan, ¡detente! -pedía entre imparables risas.

-No hasta que dejes de estar enojada conmigo-dejó finalmente de hacerle cosquillas.

Astraea rodó los ojos y levantó la cabeza.

-La próxima vez pagaré yo. Es la condición.

-Mmh, pagarás la mitad y la otra mitad yo -trató de negociar Stefan.

Tardó en aceptar, pero finalmente lo hizo. Ambos estrecharon sus manos fuerte y comenzaron a reírse.

-Tú ve poniendo la película y yo iré a preparar la comida- Astraea asintió y Stefan desapareció por el marco de la cocina.

Al cabo de un rato la mesa estaba llena de comida y bebidas -que claramente no contenían alcohol -. Stefan se sentó en en mismo sillón que Astraea, que le hizo lugar para que se sentara más cómodo. La película "Harry Potter y La Piedra filosofal" dio su inicio.

No supo en que momento Astraea se quedó dormida. Lo único que recordaba era haberla abrazado y mientras Harry leía la nota de un tal R.A.B , él también cayó en un profundo sueño. Quedando ambos acurrucados en el sillón, mientras Harry Potter seguía su rumbo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro