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— Que rico se ve el desayuno esta mañana — dijo Draco, tomando asiento en la mesa de su habitación —.  ¿Lo preparaste tú sola?

—Ojalá, las elfinas me ayudaron ¿Sabes? Le encuentro gusto a la cocina —Angeline se llevo un bocado de omellete a la boca.

—¿Cuándo me dirás? —pregunto.

—¿Qué cosa?

—Sobre porque nunca me dijiste que eras Veela. 

Angeline guardó silencio, bebió un poco de jugo de naranja recién preparado y observó por la ventana la mañana nevada.

—Tenemos ya más de dos semanas aquí y lo único que has hecho es evadir el tema.  Oye no te juzgo, jamás lo haría pero ¿Por qué…?

—No lo sé —contestó insegura —No tengo una respuesta, solo lo hice y ya. No creí que resultara ser importante. 

—¿No creíste? —dijo Draco sarcástico, subiendo el codo a la mesa, rascando su barbilla —. Todo, Angeline, todo lo que tenga que ver contigo es importante para mi. No importa que sea...

-Lo sé, lo lamento…es solo que ni siquiera yo se a quien herede esto —lo miro a los ojos —. Quisiera saber un poco de lo que soy. 

—¿Sabes qué es lo que yo sé? —se levantó hasta llegar a ella, arrodillándose y tomando sus delgadas manos mientras le sonreía —. Se que los veelas saben escoger a su persona especial, aquella con la que desean pasar el resto de su vida. 

Angeline y Draco se dieron un corto beso en los labios, prosiguiendo a terminar el desayuno. De pronto, Angeline presto atención a dos individuos caminando juntos en el jardín. 

—Draco..

—Mmmm...—mordisqueaba un poco de fruta. 

—¿Qué opinas de mi hermano? 

—¿Tú hermano? 

—Sí, mi hermano —repitió.

—Es un dolor de cabeza la gran parte del tiempo —restó importancia al tema, siguiendo con su comida.

—¡Draco Malfoy, estoy hablando en serio! 

Draco casi se ahoga con el grito de su novia, tosió un par de veces, golpeando su pecho y bebiendo desesperadamente jugo de naranja.

—Angeline ¿Jamás modularas tu tono voz?  

—Responde.

—Cielo, no lo sé.  No veo a tu hermano más que como...tú… hermano.

—¡Por Merlin! —torció los ojos, y señaló la ventana —.¿Qué piensas de eso? 

—¿De qué? ¿La nevada? 

—¡Draco!

—¡Bromeo! ¿De la chica Samantha? Pues… llevamos un tiempo aquí y su nariz sigue intacta y no la has nombrado araña.

—Buen punto… Alarick y Sam...—Angeline sonrió. 

Alarick

Nuestra estancia con Samantha ha sido de lo más calmada y hermosa. Los huéspedes son muy amigables y los elfos y personas encargadas del hostal son bastante amables y hospitalarios, me siento como si estuviera rodeado de una hermosa familia. Algo que no sentía desde que vivimos con Ares.

Además, Samantha era una persona bastante observadora y muy empatica,se ganó mi confianza y yo la de ella, que terminamos contando gran parte de nuestra vida, tal vez hacía mal, pero fue bastante satisfactorio lograr sacar todo lo que se ha acumulado en mi interior todos estos años. Temí que me juzgará pero no, me aconsejaba y me mostraba la enseñanza ante mis actos y claro, sus errores. 

Historias tan largas como la mía, tomaba bastante para ser escuchada, esta mañana Samantha y yo caminábamos por el jardín del hostal y le conté un poco másde mi vida hasta la noche en que me uní a los mortifagos...

Ella tan radiante solo asentía de vez en cuando, su cabello castaño caía perfectamente sobre sus hombros y el azul de su abrigo resaltaba sus grandes y preciosos ojos marrones. 
 
—Oye...—se detuvo a mitad del blanco camino del jardín.

—¿Sí?

—¿Puedo verla? —su rostro serio y despreocupado me impactó, no mostró ni una sola pizca de miedo, era más bien curiosidad

Dudé unos segundos, observando mi alrededor, blanca nieve nos rodeaba y altos árboles cubiertos de blanco nos hacían sombra, vi algunos huéspedes en el interior del hostal. Estaba algo inseguro ¿Cómo saber si no aparecen de la nada? Sería lo peor, este lugar me da paz a mi y a mi hermana, incluso a Draco. No me gustaría arrebatar esa tranquilidad de ellos o de alguna persona inocente que está aquí, mucho menos la de Samantha.

Suspiré y me quite el abrigo, para después arremangar mi camisa hasta dejar en visto la marca del señor tenebroso. 

Los ojos de Samantha se agrandaron y sus labios se entreabrieron, quizás no creía que fuera verdad.  No me sorprendió que preguntara tal cosa, le había contado mi vida en pocos días, su curiosidad era más grande. Analizo cada línea, cada trazo de esa imagen plasmada en mi piel. 

—Yo...debes creer que soy una imprudente o una tonta, Alarick, no quería incomodarte —apartó la vista de mi antebrazo. 

—No, descuida. La marca tenebrosa es solo una muestra de lo mal que está siendo mi vida en estos momentos y me lo recordará por el resto de mis días, pero se que también me recordara lo valiente que hemos sido mi hermana y yo ante todo esto.

Samantha sonrió, mostrando sus dientes blancos. Tomo mi brazo y bajo lentamente mi manga, acomodandola como antes, yo me tome el tiempo de analizar cada detalle de su rostro cubierto de algunas pecas en su nariz y mejillas y unos hoyuelos que se formaban en sus mejillas con cada sonrisa maravillosa.

—Estuvieron aquí —susurro.

—¿Qué?

—Mortifagos —levantó su mirada, notando algo de inquietud en sus ojos—Hace unas semanas vinieron buscando a Harry Potter, torturaron y se llevaron a varios de nuestros huéspedes...lo están buscando en todos lados.

—Lamento que hayan tenido que pasar por esto. Pero Sam...—tome su mano —. Te juro que no tenía idea de eso y te puedo prometer que haré algo al respecto. 

Me sonroje mucho al ver como ella no dejaba de ver mi mano sobre la suya, me disculpe alejándome un poco. 

—Tienen suerte de haber logrado dejar eso atrás. Debe ser muy difícil cumplir misiones de ese tipo, sobre todo porque traicionan a sus amigos solo porque es la única manera de mantenerse a salvo.

—Ni lo menciones. Ni siquiera se como tendre mi conciencia tranquila si es que todo esto terminara.

—Terminará, nada es eterno y puedes estar seguro que te sentirás bien, tal vez ahora no lo veas pero te darás cuenta en unos años que hiciste lo correcto y lo necesario para proteger a tus seres amados. 

—Gracias por eso, Sam...—sonreí —. Pero basta de hablar de mi. Cuéntame más de ti, hasta ahora solo sé que vivías en Nueva York —Nos sentamos en una banca de mármol bajo un alto y frondoso árbol. 

—Pues...soy mestiza. Mi madre es bruja y mi padre un profesor de química en una universidad. Nomag 

—¿Nomag?

—Sí. Así le decimos a los no mágicos en Norteamérica que para ustedes son muggles para nosotros nomag.

—Entiendo. 

—Bueno, estudie en Ilvermorny, mi casa es Pukwidge. No termine por desgracia mis estudios ahí… pues...—suspiro —.  Papá creyó que mi madre y yo éramos muy anormales para él y prefirió irse con otra nomag cuando yo tenía 10 años...

—Lamento oír eso…

—Descuida.  ¿Sabes qué dijo antes de irse?  Dijo que tenía que dar clases particulares a unos estudiantes de la universidad en la que impartía. Mamá se dio cuenta que esas clases eran demasiado privadas para una alumna que podría ser su hija.

—Bueno es mejor eso a que tu padre asesinara a tu madre, le borrara la memoria a tu melliza, fingiera su muerte y durante unos años se hiciera pasar por el gato de la familia…

El ruido de una rama romperse nos alertó. 

—¿Escuchaste eso? —preguntó Samantha 

—Seguramente una ardilla...—suspiré —. Perdón, creo que hable demás…

—No, para nada...en ese caso ambos lo hicimos —otra sonrisa que logró calmar mi pena -- .Hay diferentes tipos de familias disfuncionales…en este caso tu familia le gana a la mía. 

Me causó mucha gracia ese comentario. Pude reír de mis problemas y eso era un gran paso ante la tempestad que he vivido. 

—Has sido valiente ante todo y todos, Alarick. Especialmente por tu hermana, de verdad he notado cómo la cuidas…

—Sí, bueno ella es mi única familia...por ahora…

—Pero sabes…

—¿Sí?

—¿Te has puesto a pensar en ti? 

—¿Perdón?

—Sí, me refiero. Es admirable lo que has hecho, pero ahora ella tiene alguien y tú...sigues aferrado a tu hermana ¿Has pensado qué será de ti? 

—¿Te refieres a abandonarla?  —sentí como ataque sus palabras.

—No, por supuesto que no, pero ella está con Draco, quizás cuando todo acabe ella y él estarán juntos ¿ y tú? ¿Qué harás?

—¿Dices que mi hermana me hechura de su vida? —. Me crucé de brazos. 

—Solo digo que...tienes que pensar en ti, has tenido un gran peso sobre tus hombros tantos años y ahora...

Otro crujido, al que no intente siquiera prestar atención. Me levanté dispuesto a irme, no entendía el porque tales comentarios de Samantha.

—Alarick —me llamo Samantha aun sentada bajo el árbol. Un poco de nieve caía a sus espaldas. 

—No quiero ser grosero, Sam...pero estas hablando de mi hermana, mi familia… y...

De pronto un fuerte ruido a espaldas de Samantha la hizo pararse y gritar de susto. La rama del árbol se rompió, cayendo al suelo. Nos acercamos a ver, sintiendo mi rostro tornarse rojo por la vergüenza. 

—¿Angeline? 

—Hola — dibujó una sonrisa culposa en sus labios, mientras nos veía a cada uno. Estaba cubierta de nieve y ramas en su cabello y ropa. 

—¿Caíste del árbol?—pregunto Sam desconcertada.

—¿Árbol? ¿Cuál? 

—Angeline...—chasquee los labios, tensando mi quijada. Me cruce de brazos. 

—Ah, hablas de ese árbol...yo... ay, yo..ammm...buscaba algo —miro a ambos lados del suelo, tomó unas flores muy parecidas a los lirios salvo que estas eran mucho más grandes con color azul en los bordes de cada pétalo y el resto blanca, además de tener una raíz en color gris que pareciera la viva plata. Las flores estaban casi arruinadas por la caída, seguramente ella las había aplastado --.¡Esto! 

—¡No puede ser! —sobre mi entrecejo, cada vez me sorprendía más mi hermana. 

—¿Wintelags? ¿las flores del invierno? —Samantha intentó disimular su risa. 

—Claro, solo se ven una vez al año y son demasiado hermosas. ¿Quién no las quisiera? ...-las apego a su nariz inhalando el exquisito olor que emanaba estas flores. Samantha se cubrió la boca ahogando su risilla. 

—Son venenosas, Angeline...

Todo el camino a la habitación de Angeline, no me detuve ni un solo segundo en regalarla y reclamar sus imprudencias ¿Que tenía que hacer arriba de ese árbol? Espiarme ¿para qué? 
A la pobre ni hablar la dejaba, le pedí a Samantha que me ayudara consiguiendo un caldero y algunos ingredientes para preparar una poción que aliviará la alergia de Angeline.

Malfoy no dejaba de preguntar que pasaba, me ponía muy nervioso y solo terminaba peleando con ambos, así que preferí mandarlo por unas cosas. 

El rostro de mi hermana empezaba a tornarse con manchas azules, efecto de la flor, pero lo más desesperante y que esperaba calmar pronto era esa comezón.

—¿Puedes apresurarte? La comezón me esta matando y no quiero que llegue noche buena y yo estar toda azul —Se rascaba desesperadamente los brazos, la nuca y gran parte de su cuerpo.

—Debiste pensarlo antes de espiarme.

—Ya me disculpe.

La posición constaba de díctamo, semilla de anis, pétalos de noche buena, si algo absurdo pero contrarrestare la mayoría de los efectos de aquella flor casi venenosa para el 75% de los magos y brujas y, por último, miel, solo para que el sabor no sea tan asqueroso. 

Vertí todo eso en el caldero y tenía que esperar a que el vapor se tornara rojo, indicando que la poción esta lista eso demora mucho unos 5 minutos. Me gire observando a mi hermana en la cama de su habitación con su nariz ya completamente azul, señal de que la alergia avanzaba.

—De saber que esto me pasaría hubiera usado la legeremancia —rezongo Angeline. 

—¿Por qué me espiabas? 

—Quería saber que pasaba entre ustedes dos.

—¿Entre Samantha y yo?.

—Por favor, todo el mundo aquí se ha dado cuenta de que hay algo entre ustedes.

—Angeline, no digas tonterías. 

—Oye no es necesario ser tu melliza o usar legeremancia para darse cuenta. Además no tiene nada de malo —rascaba su espalda con la punta de su varita.

—No hagas eso —la regañe, arrebatando su varita —. Y te repito, no es verdad.

—No  tiene nada de malo que ustedes se gusten, Samantha es una chica linda a sido muy amable con nosotros sin mencionar que es simpática, graciosa y...¡LISSSTAAAAA! ¡AAAAHHHHHH! —empezó a rascarse como loca --.¿Ya esta eso? 

Regrese a ver el caldero, el vapor se había tornado rojo, apagué el caldero y empecé a verter un poco de la poción en una taza de cristal.

—Tómatelo lentamente, no tarda en hacer efecto. 

Angeline hizo caso y poco a poco daba sorbos pequeños a la taza, me causo un poco de ternura verla así. 

Mientras, yo arreglaba todo, guardaba los ingredientes y limpiaba el caldero. 

—Solo quiero que seas feliz…—dijo a mis espaldas -- .Tiene razón en todo. 

—¿De qué…?

—No te hagas el desentendido, escuché todo lo que dijo y tiene razón...has sido egoísta contigo mismo estos años —dijo con pesar en su voz —. Te he quitado la oportunidad de muchas cosas, solo porque...

—Es mi deber cuidar de ti — respondí con voz grave, girando sobre mis talones para mirarla —. Eres lo único que tengo.

—Sabemos que no estaremos juntos toda la vida, Alarick. Cada quien tomará su camino y solo quiero que con quien vayas por ese camino sea alguien que te haga sentir especial, alegre, feliz...que te haga sentir que eres lo suficiente y te recuerde lo valioso y grandioso que eres y, sobre todo. Te haga sentir amado —dijo mi hermana con una sonrisa y lágrimas cayendo de sus mejillas —.No quiero sentirme un impedimento para que seas feliz...

—Oye, no eres un impedimento, y jamás me alejaría de ti. Así encuentre, en su momento a esa persona especial, yo siempre estaré para mi pequeña Angeline —me acerque a ella, sentándome en la cama y acariciando su mejilla y brindarle una sonrisa reconfortante —. Y sobre lo de Sam...—agache la mirada observando el humo que emanaba la taza formar figuras antes de desvanecerse —. Tal vez tengas razón y...me siento un poco atraído por ella...solo que, mis emociones no las dejo salir, no es momento para eso con todo lo que sucede.

—Oye, el amor suele manifestarse cuando más se necesita…

—Traje las cosas —interrumpió Draco con unas flores coloridas en sus manos, se veía agitado —.¿Qué pasa? ¿Sigue azul? 

—No, ya está haciendo efecto la poción —me levanté.

—Bien pero…¿Y entonces esto? —señaló las flores en su mano derecha.

—Ah, ya debían cambiar las flores del jarrón. 

—Eres un idiota, Edevane —me golpeo el pecho con el ramo, estropeandolo un poco las flores, al menos mi hermana volvía a reír.

Quizás ambas tienen razón. Aunque me duela admitirlo, me he negado a muchas cosas con tal de proteger a mi hermana ¿Me arrepiento? Para nada…volvería hacerlo sin dudarlo. Además, creo que lo que me dijo Angeline es muy cierto.







Gracias y perdón por la graaaaan espera. Ojalá disfruten este capitulo y diganme ¿Que les parece Samantha? 7u7 y, ¿Que opinan de lo que le dijo a Alarick?

Gracias por seguir dandole tanto amor a esta historia. Lxs quiero 🖤

 

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