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Alarick 

Las clases con el profesor Snape empezaban a demostrar gran mejoría, incluso mi persona se veía muchísimo mejor, ya podía conciliar el sueño y no he tenido pesadilla alguna. Me sentía más relajado y orgulloso de mi progreso. Ni siquiera los comentarios negativos de Snape me desanimaban, estaba dispuesto a lograr mi cometido con gran excelencia.

Por desgracia, Hogwarts ya estaba puesto de cabeza, no había un solo pasillo limpió de las malditas reglas impartidas por el sapo rosa de Umbridge. Eso hacía incluso más difícil que me uniera al ejército de Dumbledore con mi hermana. Pues la ahora directora buscaba a varios Slytherin para ser parte de la nueva brigada y....me puso a mí también, era negarme o recibir un fuerte castigo, esto se estaba volviendo aún más difícil, tenía que entrar a como dé lugar pero ahora siendo parte de esto, Potter sin pensarlo se negaría. Aunque, no me preocupa mucho. Confío en mi hermana, puede convencer a cualquiera, incluso yo he caído en sus manipulaciones.

Me tocaba patrullar los pasillos de Hogwarts, aparentar, claramente que intentaba atrapar a Potter y a los demás.

—Alarick! — grito Parkinson desde el otro lado del pasillo, mientras corría hacía mí, rodé los ojos maldiciendo su presencia. Recién retomábamos las clases, intente hacer lo posible por evitarla, pero es que de verdad es imposible. Cada vez está más pegada a mí, no tardo en abrazarme colgándose de mi cuello.

—Parkinson ¿Quieres meternos en problemas? —— la aparte acomodando mi uniforme, cerciorándome que Umbridge no estuviera cerca, sancionaba todo tipo afecto entre estudiantes.

—Por ti rompería todas las reglas — me guiño un ojo, sentí asco en la forma en que se expresaba — ¿me extrañaste? ¿recibiste mi regalo? Le pedí a las elfas que hicieras las galletas específicamente de jengibre para ti. ¿Te gustaron?

—Claro, estuvieron...bien. Ya te lo repetí... Mentira total. El día que recibí su regalo de Navidad y vi de quien trataba le dije a la abuela que no lo quería, no me pregunto el porqué, quizás se lo quedo o se lo regalo a Gerda, no me importa solo no quería nada que fuese de Parkinson. No ha parado de sacar el mismo tema desde que llegamos, está demasiado loca.

—¿Estas patrullando? —me pregunto.

—Sí y me estas distrayendo —fui directo.

—Toma un descanso, anda. Yo lo estoy haciendo... ¿Qué tal unos bocadillos? de su bolso saco una caja con panquecitos ——están rellenos de mermelada de piña. Apuesto que te gustarán.

—Parkinson no es por ser grosero, pero... —Me di cuenta de que Salazar estaba parado en medió del pasillo, moviendo su cola hacía la derecha —Ok, si tomaremos un descanso —vi su rostro iluminarse de alegría —Pero necesito que me esperes en los jardines ¿entiendes? Estaré allí en 5 minutos.

Pobre chica, me va a terminar odiando por dejarla plantada, pero si esa es la única forma de quitármela de encima, corro el riesgo. Cuando Parkinson se alejó, empecé a caminar a prisa hacía la dirección donde Salazar estaba, no pude encontrarlo, seguí y seguí caminando hasta que me detuve al escuchar una discusión...

—Es una jovencita imprudente, echara todo a perder... — era la irreconocible voz de Snape.

—Esta con Potter y los demás, el confía en ella y Alarick...

—Alarick —pareció escupir sus palabras — Ese chico es débil, no me sorprendería que todo se viniera abajo por la imprudencia de ambos.

—A mejorado, lo notas. Solo que tu maldito orgullo te impide verlo...Todo saldrá bien...

—Te recuerdo que sabes perfectamente el destino de ambos si no se cumple lo acordado Ares—Snape, terminó la plática. Intente esconderme, pero fue algo tarde, alcanzó a verme y solo me lanzo una mirada potente antes de irse.

—Alarick... — Lo escuche nervioso — Oí que tu hermana fue a casa de Black, lo escuche por los Weasley.

—¿Sirius Black? Ah...el que vendió a los Potter —hice memoria tras recordar donde había escuchado ese nombre —Bueno en realidad no fue él pero...

—Eso no importa... —alzo un poco la voz, note su desespero al verme a los ojos los mismos ojos de mis pesadillas —Tienes que unirte al ejército de Dumbledore de una vez, no debes perder más tiempo. Todo puede salirse de control, ambos deben ganarse la confianza de Potter, dudo mucho que Black se haya guardado algo...

—¿Y qué es lo que debería guardarse?

—No interesa... —se alejo un poco mirando una pared, tallo su barbilla y después volvió a mirarme — Mantente cerca de tu hermana, tengo el presentimiento que esto podria adelantarse.

El ruido de varios pasos me hicieron perderlo de vista, eran los gemelos y mi hermana. Ares se había ido para cuando intente advertirle que se escondiera.

—Alarick —dijo mi hermana.

—Weasley...-salude, cosa que ese par no contesto, simplemente me pasaron de largo dejandome a solas con Angeline —Necesito que sea hoy — le dije mientras veía a los gemelos alejarse.

—¿Qué? ¿Si sabes qué es esto? —señalo la insignia en mi uniforme.

—Angeline tú puedes convencerlo. Necesito entrar.

—¿Por qué tanta desesperación por ello? ¿No eras tu quien no quería que fuese amiga de Potter o los Weasley?

—Ya hablamos de eso, además tanto tu como yo entendemos a San Potter...Potter, Potter, Harry...como sea —suspire intentando calmarme, estaba perdiendo el control.

—Bien —suspiro resignada— te llevaré con ellos pero...ni Malfoy, ni nadie debe saber que estas en esto. Si es que entras.

—Tenlo por hecho —respondí.

—Y por favor no quiero tu maldita actitud arrogante cuando estemos ahí —sentencio mientras caminábamos.

La relación con mi hermana no había mejorado mucho, seguía molesta eso era algo evidente. Llegamos a una pared completamente vacía, me extraño tal hecho y más ver como Angeline miraba a ambos lados, tomo mi mano y frente a nosotros apareció una gran puerta.

Por favor, cierra la boca —exclamo entre risas al ver mi rostro lleno de sorpresa, algo muy difícil de provocar en mí.

Al entrar inmediatamente la puerta desapareció a nuestras espaldas. Note a varios compañeros de diversas casas, practicando varios hechizos, solo veía diversos intercambios de luces provenientes del extremo de las varitas y ruidos de los maniquíes cayendo al recibir alguno de estos.

—Así que es verdad. Angeline nos dijo que deseas unirte — escuche a Potter caminar desde el fondo hasta nosotros, me sorprendió que mi hermana le haya contado.

—Solo quiero que ganemos esa batalla con el señor oscuro, y tal vez así estar más tranquilo porque no exista ningún otro mago que arrebate familias —le dije para que entrara en confianza.

—Eres amigo de Malfoy ¿cómo sé que no nos delataras? —cuestiono la chica Granger parándose a lado de Potter —Además, eres parte de la brigada de Umbridge —Todos los demás pararon de realizar sus actividades para fijar sus miradas en mí.

—Es cierto ¿Cómo sé que no es un engaño para delatarnos? — Potter realmente estaba a la defensiva.

—No traicionaría a mi hermana de esta forma. —Angeline me miro sorprendida ante mi respuesta, igualmente la mire unos segundos —Se lo importante que es esto para ella... no la traicionaría.

—De acuerdo—respondió Potter luego de pensarlo unos instantes, muchos susurros en disgusto no tardaron en escucharse. ue importaba, ya estaba dentro tal y como se me había ordenado. Solo necesitaba cuidarme de los otros Slytherin, tendría que actuar con naturalidad.

Potter nos enseñaba el hechizo "Desmaius" y "Expelliarmus" estaba familiarizado con ambos, solo era cuestión de ponerlo en práctica. Me sorprendía ver a mi hermana lanzando hechizos como toda una profesional y los repetidos Weasley la aludían.

—Vas mejorando pequeña aguilita— hablo uno de los repetidos, comportándose muy cariñoso cerca de ella.

—Gracias Fred, y gracias por ayudarme la semana pasada en perfeccionar el "Desmaius"

—No fue nada pequeña —la abrazo algo que no me agradaba mucho, pero debía comportarme —¿tú que tal Edevane? — se dirigió a mí.

—Normal, no te preocupes no necesito tu ayuda... —lo rete con la mirada.

—Si claro, no sabe ni agarrar bien la varita —se burló uno de los Weasley.

—Ron... —mascullo Granger, llevándoselo lejos.

—¿Es verdad lo que dijiste? —me miro Angeline.

—¿Dudas de mí? —Hubo un pequeño silencio —Se que no he sido el mejor hermano estos meses. Pero si supieras la razón... ¡Qué digo! Ni siquiera sé, si sabiéndola podrías creer en mí.

—Sí tan solo lo intentaras...desde antes de entrar a Hogwarts algo de repente cambió en ti. Las pesadillas, ese gran empeño de decirme que me aleje o que "madure" ¿Qué es lo que realmente pasa? — se notaba desilusionada y no era para menos, incluso yo me desconocía.

—Si te lo digo...todo sería peor.

—¿Y si no?

En ese momento Longbottom apareció, quería que Angeline fuese su pareja para un pequeño "duelo" de práctica. Mientras, yo me acerque a un maniquí para perfeccionar otros hechizos, sin embargo, mi atención se la gano los Weasley y Granger, que no dejaban de mirarme y susurrar.

Fingí acercarme a la mesa donde había un poco de bocadillos y agua, tomando al descuido un vaso lleno para escuchar con atención.

—No lo sé Hermione, no confío en ninguno...¿Por qué no decirle a Harry?

—Ron, no solo es Harry quien debería preocuparte...Fred, sabemos que tiene sentimientos por Angeline, además es solo un rumor... —intento apaciguar la molestia evidente de Weasley hacia mí.

—No del todo, investigue y al parecer ese hombre realmente existió... —agrego el gemelo.

—Aunque fuese así, míralos. Angeline no se ve mala persona, ella pidió unirse y sabemos cómo perdió a su madre... —contesto Granger, observando a mi hermana reír con Longbottom.

—Si, pero igual su hermano...vamos Hermione es amigo de Malfoy. Confío en el tanto como Lucius en un muggle —dijo Weasley con ironía.


Terminando mi primer "clase" siendo parte de este nuevo ejército, no me fue nada mal. Pero si era incomodo escuchar siempre los murmullos de disgusto por mi presencia. Al salir, continúe patrullando los pasillos como si nada hasta la hora que teníamos que volver a nuestras salas.

—¿Dónde estuviste Edevane? No te vi en todo el día —pregunto Malfoy entrando a la sala común tras de mí.

—Estuve patrullando —respondí sin más que decir.

—Es raro, no te vi por ningún lado —agrego Crabbe, sentándose en el inmenso sillón, frente a la chimenea.

—¿Puedes ver más allá de tu horrible barriga de manteca? - provoque que resoplara cual toro enfurecido, Malfoy intervino antes de que este si quiera llegase acercármele — ¿Han visto algo raro? — intente parecer normal.

—No. - respondió, dándole lo mismo —¿y tu?

—Pues...vi a Lovegood por ahí, estaba con la chica asiática...ammm..

—¿Chang? —asentí— si...igual las he visto —rasco su barbilla— ahora que recuerdo, tu hermana estaba con esos repetidos Weasley —dijo con desaire.

—¡ALARICK!- Parkinson camino furiosa hasta a mi —¡Me mentiste!
Sus gritos hicieron que todos mis compañeros regresaran a vernos, algunos burlándose por el drama que esta hacía —-Espere dos horas para que llegarás, me dejaste plantada.

—Ah, eso...Si, lo siento, surgió algo —aparte sus manos de mis brazos, estaba clavando sus uñas en mi piel — en otra ocasión.

—¿Otra ocasión? ¿Qué crees que soy? No juegues así Alarick, puedes terminar perdiendo —se cruzó de brazos.

Angeline

El día de San Valentín se acercaba y, se sentía incluso un ambiente diferente en todo el colegio, ni siquiera los castigos por Umbridge arruinarían una fecha como esta, varios chicos caminaban con regalos, flores y chocolates para impresionar a las chicas, y varias de estas se habían maquillado, peinado, arreglado un poco más para darse a notar.

—Anthony — salude al prefecto de mi casa que se detuvo delante de mí y mis amigas.

—Feliz día chicas —les sonrió a mis amigas, y luego me miro un poco cabiz bajo y sonrojado, entregándome una caja de chocolates— Feliz día An...Angeline.

—Gracias Anthony— le di un corto abrazo de forma de agradecimiento, Luna y Cho rieron bajó por lo bajo al ver que las orejas de Anthony estaban por estallar de lo rojas que estaban.

—Es la quinta caja de chocolates que recibes en el día Angeline—comento Cho tras ver que el pobre chico se iba apenado — eres el amor secreto de varios.

—De cuatro en realidad. Anthony ha sido el único que se ha armado de valor para darle un detalle en persona —sonrió luna cogiendo un chocolate de la cajita.

—Hablando de valor...Cho hoy tienes tu cita con Harry ¿cierto? —Mi amiga se sonrojo, abrazo sus libros a su pecho mientras asentía un par de veces con su cabeza, sin poder ocultar esa pequeña pero llamativa sonrisa. Supe por ella misma lo que sucedió el año pasado. No puedo imaginarme lo que debe ser perder a una persona de esa forma, supongo que a sido duro y tal vez algo que nunca se podrá superar del todo.

—¿A dónde irán? — pregunto Luna, sin dejar de ver a las parejitas caminando por los jardines de Hogwarts.

—A la tienda de Madame Tudipie, preparan un rico té y supongo que será algo...romántico. -comento esto casi en susurro —¿Ustedes harán algo?

—Nada en especial —me encogí de hombros, tomando asiento en una de las bancas de los jardines, dejando caer mi mochila en el verde césped.

—¿Ese es Alarick? — señalo Luna. En efecto, mi hermano estaba recibiendo el regalo de una chica, me alegre que no fuese la araña de Parkinson.

—Chicas, ya vuelvo.

Se que está mal espiar, pero siempre he tenido curiosidad de saber qué es lo que dice cuando las chicas se le acercan, nunca hablamos de ese tema. En nuestra escuela muggle, solíamos llenarnos de regalos, y en su caso siempre recibía declaraciones de amor, claro que las rechazaba y jamás he entendido el porqué. En fin, me acerqué lo más que pude escondida detras de un árbol.

—Gracias por los caramelos Mildred—dijo con una sincera sonrisa.

—No es nada Alarick. -la chica no es fea, me parece incluso adorable por su rostro lleno de pecas y su cabello alborotado —por cierto... —hablo antes de que mi hermano decidiera irse —Te, te gustaría...bueno, yo me preguntaba —no paraba de jugar con sus rizos de los nervios, yo estaba orgullosa de ver que Alarick en ningún momento estaba portándose grosero— si a ti te gustaría salir conmigo esta tarde a Hogsmeade...

Estaba tan ansiosa como la bella chica de Hufflepuff, esperando la respuesta de mi hermano. Alarick dibujo una sonrisa en sus labios y yo trate de escuchar mejor.

—Ah, me encantaría Mildred pero...tengo cosas que hacer, puede ser en otra ocasión.

Golpee mi frente con la palma de mi mano ¿Por qué la rechazaba? Sentí una gran pena por la pobre Mildred, se notaba su vergüenza y angustia por eso.

—¿Pero ¿qué te sucede? —Si, pensé en voz alta. Alarick regreso a verme cruzándose de brazos.

—¿Nunca dejas de ser tan fisgona? —me regaño.

—¿Nunca? Oye es la primera vez que me atrapas haciendo esto.

—¿La primera? Angeline eres demasiado entrometida ¿olvidas lo de hace 2 años? —se mostró expresivo, inclinando su cabeza hacia un lado — Te colaste en el cine para ver mi salida con Amanda Collins.

—No era una simple salida era una cita y rompiste el corazón de Amanda, también te hubiera arrojado la soda en la cabeza. Ya, solo quiero saber porque no les das una oportunidad, era linda.

—No es algo que me interese y... —Un chico de primer año se acercó a mí, entregándome una bolsa llena de chocolates y pequeños detalles, el chico se fue corriendo con alguien de 6to año ganándose una recompensa que este le entrego —Sigues siendo tan popular incluso aquí

Antes que pudiese hablar, apareció mi peor pesadilla: Parkinson, colgandose del cuello de mi hermano.

—Feliz San Valentín Alarick-beso su mejilla, provocándome nauseas — ah...estas con tu..hermana.

—¿Tan rápido se te olvido que estabas furiosa con él? — me burle al recordar la historia que me conto mi hermano.

—Solo fue una pequeña discusión, incluso las mejores parejas las tienen.

Alarick casi se ahoga con los caramelos al escuchar esa palabra. Preferí alejarme antes de que en serio vomitara. A mitad de camino llego hasta mí una mariposa hecha de papel, voló unos segundos alrededor mío, parándose en la punta de mi nariz causándome ligeras cosquillas, al final la tome en mis manos y en esta se abrió una hermosa carta.

"Te veo después de la cena, cerca de la entrada del castillo, saldremos a dar un paseo.

Pd: Te ves hermosa con tu cabello recogido.
F.W."

De todos los regalos que pude haber recibido, este sin duda ha sido el más tierno, la carta de pronto se convirtió en una hermosa rosa azul, la cual olfateé embriagándome de su dulce aroma.

—¿Te gusto? —apareció Fred tras mío, rodeándome con sus brazos abrazándome por detrás.

—Es lindo, de verdad es un bello detalle— me di la vuelta quedando justo debajo de su barbilla.

—Se que te han llenado de varios regalos, pero nadie es tan original como Freddy —me guiño un ojo —¿Vas a clase?

—Sí, tengo D.C.A.O —arrugue la nariz en disgusto, tener que estar cerca de la cara de sapo me fastidia.

—Te acompaño—recogí mis cosas donde las habia dejado, Cho y Luna me miraron picaras, mientras yo me alejaba con Fred y recibía tantas miradas como de costumbre.

Estar con Fred es sin duda tener unos minutos felices, no hay algo que no me agrade de él, todo lo que dice me hace intensificar mi sonrisa.

—¿Por qué te gusta mi cabello recogido? —me atreví a preguntar con un poco de pena.

—Pues...se te ve más tu carita, y resalta más tus facciones. Eres muy linda, Angeline, todo Hogwarts lo sabe y...

—Vaya, vaya, vaya, pero si son el hermano de la comadreja y la odiosa Edevane — para mi mala suerte, Draco apareció tan fastidioso como de costumbre.

—Malfoy ¿Qué quieres ahora? —rezongue.

—Pues he venido a decirte que la profesora Umbridge te a levantado un castigo por llegar tarde a clase.

—¿Qué? — pegue un gran grito que algunos compañeros que caminaban cerca voltearon a verme. Mientras Fred y Draco se cubrían los oídos —Son las 2:10, su clase empieza a las 2:20.

—Error, su clase comienza a las 2:00 pm. —levanto dos dedos— La clase pasada lo dijo, pero claro, estabas pensando en otras cosas seguramente.

—Es un fastidió. ¡Bien! Que me castigue, ya que —no queria que mi día se arruinara por esa señora, estaba disfrutando mi tarde con Fred.

—Perfecto, tu castigo sera hoy después de la cena —Draco Malfoy formo una sonrisa ladeada, tenía tremendo gozo en ese rostro albino.

—¿Qué? — otra vez grite, aunque Fred me hizo una seña de que bajara el volumen de mi voz. —No puedo, es que yo...yo...

—¡Aww! no me digas ¿tenías una cita? — se burló con voz aguda y chillona, fingiendo limpiar lagrimas de su rostro.

—Descuida Angeline, yo entiendo — Fred se miraba decepcionado, intento ocultarlo en una de sus encantadoras sonrisas.

—¿Qué? ¿La cita era de ustedes dos? —nos señalo a ambos, y empezó a reír como si un buen chiste le hubiéramos contado —por favor, Weasley ¿a dónde la llevaras? No hay ningún local en Hogsmeade que acepten menos de un galeón, que es lo que puedes pagar.

Fred no pudo ocultar su vergüenza esta vez, ni siquiera sabía que decir ante las burlas no solo de Malfoy, si no de los metiches compañeros que parecían no saber que más hacer que solo escuchar los problemas ajenos. 

—¿Qué esperabas? ¿impresionarla? ¡POR FAVOR! —estaba que lagrimeaba de risa, Draco era peor que una maldita muela del juicio, estaba harta que gozara de esta burla. No lo pensé dos veces en la forma en que decidí callarlo, con todas mis fuerzas lo patee en la entrepierna. 

Lo que pude escuchar fue un "Uhh" alargado de todos los que se quedaron a ver y como Fred hizo un extraño sonido en su boca, evitando reírse de la forma en que Draco se retorcía en el suelo de dolor, sosteniendo con ambas manos su entrepierna. 


—Me las vas a pagar Edevane, te odio —Draco parecía pujar mientras hablaba, estaba colorado de la cara más que de dolor, era vergüenza al verse humillado frente a varios.

—Señorita Edevane —Los problemas aumentaban, apareció la cara de sapo, furiosa. Golpeada su varita con la palma de su mano y me miraba con el ceño bastante fruncido.

-Ya...dígame cual será mi castigó —me cruce de brazos completamente resignada.

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