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Angeline

Angeline

Me miraba frente al gran espejo de la habitación, modelaba mi hermoso suéter con una "A" tejida en dorado. Me sentaba a la perfección, tome la nota de mi cama, estaba una enorme caja abierta y mucho papel morado arrugado.

"Para mi Edevane favorita. "

Fred Weasley.

Sonreí, estaba contenta por recibir tan hermoso detalle. Estoy muy segura de que lo hizo la amable Molly Weasley, Fred me contó alguna vez que a su madre le encantaba regalar cosas hechas por ella. Recibí igual varios libros "muggles" seguramente Neville le dijo mi gusto por estos, además de llenarme con golosinas y artículos de broma, nada pudo alegrarme más que estos detalles.

Gerda entro para avisarme que el desayuno estaba listo.

—Por cierto, ama, Gerda le dejo otro obsequio en su tocador —señalo una pequeña cajita de madera oscura.

—¿Sabes quién la envía? —pregunte emocionada, acercándome a mi tocador sintiendo la dura textura de la madera inhalando el aroma de esta, observe a Gerda y su respuesta fue un rotundo "no" antes de salir de mi habitacion.

Al abrirla el contenido venía bien envuelto en un fino pañuelo color esmeralda. Pero ese no era el obsequió, no, era mucho más hermoso. Se trataba de una tiara de plata con diamantes morados ¿Cómo alguien podría regalarme algo así? a simple vista se notaba lo caro que era, pesaba mucho, tome con mucho cuidado el hermoso obsequio y dándome vuelta hacía el gran espejo, acomode mi cabello y lo decore con esta preciosa tiara, me sentía como una princesa, nunca había tenido al como esto, mucho menos a alguien que me lo obsequiara, no paraba de acomodar mis rizos, ni de modelar haciendo diferentes gestos, amaba mi nuevo accesorio.

Busque bien en el interior de la caja, más no había ni una nota de quien pudo haberla enviado. No podía quedarme a pensar en quien pudo tomar tal molestia, tenía que apresurarme a comer, baje corriendo las escaleras hasta llegar al comedor. Borre mi sonrisa al ver a mi hermano tranquilamente picando algo de fruta, no me preocupe en entablar conversación, me senté frente a él evitando hacer contacto visual. En el fondo me dolía estar así, pero aun tenía marcadas sus palabras.

—Adivino ¿Weasley? — señalo mi suéter, más no conteste. Otro gran silencio incomodo, ni siquiera hacíamos esfuerzo por comer algo, Alarick aclaro la garganta y en vista de que no iba a contestarle nada, prefirió seguir comiendo, aunque sea muy poco.

Me apresure a comer lo más rápido que pude, Fred me indico en la carta que tenía ansias de verme y que pasaría al parque más cercano de mi vecindario, me sentía alagada de que haya tenido la molestia de buscar alguna ubicación donde poder encontrarnos, menciono algo en la carta sobre que quería que conociera a su familia.

Como hacia algo de frío decidí que usaría una falda gris estilo escocesa, con unas medias negras, botines y mi nuevo sweter y claro está, mi tiara para dar un mejor toque.

—Te ves preciosa —anunció la abuela entrando a la habitación, ayudando acomodarme la tiara— ¿Irá Alarick a dejarte a la parada?

—No...iré sola. No hay problema, antes tomaba el autobús sola.

—¿Esta algo mal entre ustedes?

Negué, se que mi abuela no se tragó ese cuento, era más que obvio que nada estaba bien. Pero, en fin. Era tiempo de irme, mi abuela me hizo el gran favor de preparar su pay de cereza, sé que les va a encantar, me despedí y salí corriendo a la parada del autobús.

No tardo en pasar y en menos de 20 minutos llegue al parque en que quedamos vernos. Justo a las 2:45 pm. No estaba tan concurrido, como lo recordaba, pasaron alrededor de unos 10 minutos y no encontré a Fred, empezaba a desilusionarme ¿Qué tal si se arrepintió?

—Ahí está mi Edevane favorita— escuché a mis espaldas, no pude contenerme y corrí abrazarlo, me daba mucho verlo, en serio extrañaba tener su alegría conmigo —Vaya, si que me extrañaste. El suéter te queda de maravilla.

—Estoy encantada con él, gracias. Por un momento creí que no vendrías.

—Lo siento, primor. Estaba arreglando unas cosas para antes de irnos.

—¿Qué cosas? — fruncí mis cejas algo desentendida.

—Solo observa —me guiño un ojo. Fred tomo mi mano, sonrojandome casi de inmediato. Chasqueo los dedos y los aspersores encargados de rosear el pasto del parque empezaron a funcionar, lanzando pequeñas bolitas de goma de mascar. Los muggles empezaron a correr, llevándose a sus hijos que solo gritaban emocionados. En menos de 5 minutos el parque se vació. Fred sonrió satisfecho y cuando menos espere sentí mi cuerpo como si un fuerte remolino lo hubiera envuelto, cuando finalmente mis pies tocaron el suelo, me costó bastante estar de pie.

—Creo... —empecé a sentir nauseas, parecía que habían tomado mi cabeza y la hubiesen agitado mucho— vomitare.

—Así se siente la primera vez. Te acostumbraras —Se mostraba divertido ante mi experiencia trasladándome de esa forma — Angeline, esta es el 12 de Grimmauld Place, ahora el cuartel de la orden del Fénix. O ejército de Dumbledore, como sea. Ven, te presentaré a los demás.

El gran edificio cerca de nosotros empezó a separarse, me preocupaba que algún muggle fuera vernos a plena luz de día. Pero Fred lo tenía controlado, se reveló un camión de escalones que nos guío hasta una puerta un poco desgastada con una aldaba en forma de serpiente, Fred abrió la puerta dejando ver una casa vieja y desgastada, dejándome a mi imaginación como se hubiese visto en sus mejores años.

—Fred volvió—-anunció estirando ambos brazos al costado. De un extremo salió quien identifiqué como Molly Weasley, una mujer risueña y regordeta, que no tardo en abrazar a su hijo —Angeline, ella es mi madre, Molly Weasley.

—Me alegra tanto que estés aquí, linda, Vaya que lo eres. -me miro de manera tierna y maternal, su sonrisa me causaba gran comodidad y su forma de tratarme me hacía sentir especial, somo si me conociera de años — El suéter te queda de maravilla, me alegra tanto que lo uses.

—Es muy lindo. De verdad muchas gracias y casi lo olvidó —busqué en mi bolso y saque el pay que tanto esperaba darles —Espero no haberlo aplastado, fue mi primera vez haciendo eso de ser un tornado.

—Se dice aparecer—-me corrigió George, saliendo de lo que parecía la cocina, sostiene en su mano derecha un pedazo de cup cake y masticaba el resto en su boca — Genial, más postre —Molly le dio un pequeño golpe en la mano a George, antes de que tocase el pay.

—Ya deja de comer —le arrebato el cupcake de la mano, mostrando otro lado distinto al de la mujer amorosa que se me presento, me causo gracia ver al gemelo de Fred agachar la mirada como un pequeño recién regañado —Angeline, querida pasa, los demás están arriba —su sonrisa volvió a su rosado rostro.

Seguí a Fred al piso de arriba, llegamos a una habitación con dos camas, supuse que era donde se estaba quedando con su gemelo.

—¿Y los demás? —pregunte mientras exploraba con la mirada la pequeña habitación, compartía el mismo tapiz desgastado que el del piso de abajo.

—Ron deben estar comiendo, mi hermana esta con Granger seguramente ayudando a mi madre y Harry esta con su padrino —afirmo caminando hasta mi con una amplia y encantadora sonrisa.

—Creí que Harry no tenía familia.

—Tiene una familia muggle por parte de su madre, una vez mis hermanos y yo fuimos a rescatarlo de esa casa. Vaya que esos tíos locos lo trataban horrible. Su padrino es Sirius Black es el dueño de esta casa, la ofreció como cuartel durante la primera Guerra mágica — se sentó al borde de una de las camas, palmeando justo a su lado invitándome a sentarme.

—Ese chico tiene bastante que contar. A pasado por tanto — dije acomodándome a su lado.

—Si muchísimo. Mamá lo adora como un hijo más, creo que hasta más que a nosotros — se notaba el cariño que Fred le tenía, Molly a primera impresión es agradable y se nota que a quien sus hijos aprecian ella también lo hace, tienen una gran familia y muy unida, algo que quizás yo ya esté perdiendo.

-—Por cierto ¿Cómo sigue el señor Weasley? —pregunte interesada.

-Se encuentra mejor, ahora debe estar con los otros.

—¿Cuáles otros?

—Es el cuartel de la orden del fénix, fue la primera organización por Dumbledore para acabar con quien tú sabes. Sirius fue parte de ella, junto con los padres de Potter, e incluso los de Neville —alzo ambas cejas asintiendo un par de veces ligeramente con su cabeza.

—¿Ellos están aquí?

—No... —su tono de voz cambió —pero si están los demás. Snape, Lupin que fue un profesor hace un tiempo, Tonks quien es la sobrina de Sirius y prima de Malfoy.

—¿Qué Draco tiene una prima? —me impacto ese hecho, más por que Draco me había comentado que no tenía a nadie con el, Fred asintió encogiéndose de hombros, notando su disgusto por mencionarlo — No sabía que tenía más familia.

—Tonks es hija de una de las hermanas de la madre de Malfoy, Andrómeda Black, la hermana del medio, pero no se llevan para nada. La madre de Tonks se caso con un mago hijo de muggles, para la familia Black que son casi tan arrogantes y superficiales como los Malfoy no les pareció y evidentemente la desterraron.

—Wow...no sabía para nada ese dato... espera ¿Black? Quieres decir que Sirius.

—Así es, Sirius es tío de Draco y padrino del peor enemigo de Malfoy — se recostó de espaldas a la cama, estirándose por completo mientras yo procesaba todo— Ironías de la vida.

—Demasiado, Draco teniendo tanta familia ninguna se toma la molestia de preocuparse por él —susurre.

—Parece que Malfoy es tu tema favorito — retomo su postura anterior, parecía disgustado, acomodo un poco su rojiza cabellera y luego suspiro — creo que alguien gusta de aquella serpiente.

—¿Qué? — me reí fuerte — Fred Weasley ¿Estas celoso?

—Por favor —trono la lengua, luego se levanto de la cama quedando delante mío — soy arte en toda la extensión de la palabra, soy divertido, valiente, extrovertido y sin mencionar sumamente guapo— Solo digo que veo que te interesa un poco Malfoy, no entiendo por qué después de lo que paso en el campo.

—Bueno es Draco, supongo que lo hace solo para fastidiar a mi hermano — me encogí de hombros —Además, no puedes culparlo del todo, Draco creció con prejuicios por parte de ambas familias ¿Cómo no ser como es? Para el es algo natural.

—¿Por qué lo justificas? — arqueo una ceja, mirándome confundido.

—No es justificarlo es solo que puedo entenderlo un poco...Imagínate crecer rodeado de una familia como la suya, sin tener con quien contar.

—De igual forma no le quita lo insoportable a ese hurón— agrego.

—¿Hurón?

—Larga historia... —dijo sin tomarle importancia — pareces conocerlo...A Draco.

—Bueno es amigo de mi hermano —me encogí de hombros— o lo era, ya no lo sé.

—Es cierto ¿Qué fue todo eso que sucedió en el campo? Por un momento imagine que tu hermano le daría una paliza —amplio una sonrisa en su rostro, imaginando tal acto causándole gran satisfacción

—Nada, supongo que solo quería fastidiar a mi hermano, no lo sé realmente.

—No es por nada, pero tu hermano sí que intimida — fingió sufrir un escalofrió.

—Alarick es algo sobreprotector.

—¿Quién no lo sería? Eres hermosa, no te das cuenta, pero apenas caminas por los pasillos recibes cientos de miradas —su comentario me ruborizo — ¿Cómo era en tu vida muggle? Me refiero...¿Alarick era igual?

—No tanto. Mis compañeros de escuela no se me acercaban un poco por miedo a él y otro tanto por considerarnos raro —una sensación de amargura me carcomió, recordar mis días en la escuela muggle no era algo que disfrutaba— Siempre supimos a qué vida pertenecíamos y para mí era algo extraordinario y aunque, directamente no lo decía se notaba que era diferente al resto. En realidad, Neville, Luna, Cho y tú son los primeros amigos que hago en toda mi vida —Fred se mostro sorprendido, inclino un poco la cabeza mirándome con atención — no podía hacer amigos, me insultaban, me humillaban, me llenaban de preguntas del como es que perdí a mis padres ¿Cómo decirles que un mago mato a mamá? Y que no tenemos ni la más remota idea de si nuestro padre está vivo o muerto, si huyo por cobardía o...

—Tranquila... —me detuvo antes de que continuara, se sentó a mi lado tomando mis manos con una de sus manos y con la otra acariciando mis mejillas con su pulgar secando una de mis lágrimas —Estas a salvo y tienes aun a tu hermano contigo sea como sea lo tienes a él...y ahora, también a nosotros —Sonreí ligeramente, Fred se acerco un poco más a mi— Eres grandiosa, Angeline, cualquiera haría todo por verte siempre sonreír, incluso enfrentar a tu hermano —soltó una ligera risa.

—Nunca nadie había interesado en mi... —susurre avergonzada.

—Habemos excepciones — la manera en que su voz paso a ser más ronca y sus ojos avellana se conectaron con los míos me hizo experimentar nerviosismo—Quería estar contigo... ¿Sabes? Te extrañe estos días —me susurro relamiendo sus labios, sintiendo como acortaba cada vez más la distancia de nuestro rostro —Este será mi último año en Hogwarts. Quiero disfrutarlo al máximo a tu lado, pronto no te veré y no puedo irme sin... —se detuvo.

—¿Sin qué? —mis palabras apenas eran entendibles. Yo estaba como hipnotizada por su gran encanto, Fred tomo mi rostro de una forma delicada entre sus manos, dibujando una linda sonrisa en sus labios. Mi corazón me latía tan fuerte que creía que saldría disparado, nunca había estado tan cerca de Fred mejor dicho de ningún chico antes, estábamos a nada de rozar nuestros labios cuando de pronto, George se apareció en medio de los dos, saltando y gritando sobre la cama, tirando a Fred de esta y al instante Ron, Harry y la hermana de los Weasley entraron para hacerle fiesta, para mí fue algo bastante gracioso, aunque no tanto para Fred que fue sumamente vergonzoso y molesto.

—Oigan... —entro corriendo Hermione con una cara de mandona — les dije que no fastidiaran — me miro buscando una disculpa al no poder detener a sus amigos.

—Vamos Hermione, diviértete un poco —la molesto Ron, haciéndole cosquillas en sus costados.

—Ya déjenlos —Insistió la gryffindor

—Si chicos, ya fue suficiente —agrego la hermana menor de los Weasley notando divertid la escena— salgan de aquí —abrió la puerta, dándole el pase a Harry seguido por Hermione quien se llevo de las orejas a Ron al reusarse irse.

—¿Qué le ves a mi hermano, Edevane? —pregunto George sentando en medio de ambos, abrazando a Fred por el cuello —tenemos lo mismo y yo soy más guapo y... —Hermione volvió por él, levantándolo de la cama por la camisa, arrastrándolo fuera de la habitación.

—¡La comida esta lista! —grito Molly desde abajo. 

Acompañamos a los demás a la estrecha cocina de la casa, apenas y cabíamos por el espacio pequeño entre la mesa y las estanterías repleta de vasijas viejas. Fred me presento a su padre el señor Weasley, se estaba recuperando de un terrible ataque que hasta ahora no he sabido bien del todo, tenía algunas heridas en el rostro, pero eso no le quitaba su simpática sonrisa, George le acomodo una corona hecha de papel, el señor Weasley la acepto con alegría. Fred me cedió el asiento junto a él delante mío estaba Hermione y a su lado Ginny quien no paraba de reír por los cambios de rosto que sufría una chica de cabello colorido.

—Ella es Tonks —me susurro Fred.

—¿Te resulta interesante? — me pregunto Tonks con una gran sonrisa en su rostro, modificando el tono de su cabello de azul a rosado — Es parte de ser un metamorfomago, podemos cambiar nuestra apariencia —sonrió amablemente, tomo la jarra de plata que estaba en medio de nosotros sirviendo un poco de jugo en un vaso y ofreciéndomelo — ya sabes mi nombre ¿Cuál es el tuyo?

—Angeline—acepte con gusto el vaso, dando un sorbo, realmente sabía delicioso — Resulta fácil cambiar el tono de cabello, yo tengo que recurrir al tinte —reí

—¿Tinte? Creí que eras castaña natural — Hermione me miro sorprendida como si hubiera descubierto una enorme mentira.

—En realidad soy rubia como mi hermano, me teñí de castaña antes de asistir a Hogwarts, quería algo diferente no parecerme tanto a mi hermano, quizás.

—¿Dónde esta Harry? — pregunto Ginny buscando entre todos.

—Esta con Sirius y Remus—respondió Molly, pasando un plato para cada uno.

—Podemos guardarles un pedazo de pay ¡Auch! —Ron recibió un golpe en su mano de parte de su madre antes de poder tocar el pay que les traje, me causo gracia la forma en que Molly regañaba a sus hijos.

—Nadie va a tocar la comida hasta que estemos todos ¿entendido? —regaño Molly y todos sus hijos contestaron un largo "si" —Oh, Remus ¿ya te vas? — interrumpió la salida de un hombre de cabello castaño, con un largo bigote decorando su rostro, me di cuenta de la reacción de Tonks al verlo, se notaba que le resultaba mucho más que interesante.

—No Molly, gracias tengo que... —al percatarse de mi presencia su mirada se volvió confundida y al mismo tiempo llena de sorpresa, trataba de decir algo pero simplemente no podía tartamudeaba mucho y eso hizo que todos se preguntaran que le sucedía.

—Demetria... —Dijo el hombre que se detuvo a espaldas de Remus, tenía los ojos grises, piel blanca y llena de cicatrices y una larga cabellera ondulada y castaña. Su mirada me inquieto, era como si estuviera viendo un fantasma, trataba de sonreír, pero la confusión era demasiado que solo podía fruncir sus cejas y abrir su boca sin saber exactamente que decir.

—Sirius ¿pasa algo? — le pregunto Harry a su padrino sin entender nada.

—Jovencita ¿Cuál es tu nombre? — pregunto Remus saliendo de su trance.

—¿Qué sucede Remus? —Tonks se levanto de su asiento, caminando hasta él, colocando su mano en su hombro para intentar calmarlo —¿Qué pasa con Angeline?

—¿Angeline? —Sirius paso en medio de estos dos, se paró delante de mí inclinándose un poco para examinarme mejor, esto me incomodo, Fred se dio cuenta y se paró detrás de mi tratando de protegerme aun sin entender de que o porque exactamente —Angeline.... —espero terminara mi nombre.

—Edevane— complete, me levante rompiendo el contacto visual con el padrino de Harry — ¿Por qué menciono el nombre de mi madre? —me atreví a preguntar ¿La conocía?

—Demetria Edevane ¿es tu madre? —Remus se mostraba desconfiando y al mismo tiempo molesto—¿Eres hija de Demetria Edevane? —camino unos cuantos pasos hasta mí quitando una silla del camino, sintiendo la mirada de confusión de todos.

—Sí ella es mi mamá —respondí sintiendo una punzada en mi corazón al recordarla.

—¿Y tu padre? ¿Cómo se llama tu padre? — insistió Sirius con las mismas ansias que Remus, me sentía en un interrogatorio difícil de contestar, ni siquiera yo recordaba su nombre —¡Contesta!

—¡Suficiente! —Molly dejo caer un plato sobre la mesa, estaba molesta por la forma en que este par se comportaba conmigo, aparto a Harry y a Tonks de su camino llegando a los dos hombres que no me quitaban la mirada de encima —Es suficiente, si no van a quedarse a comer retírense y dejen en paz a Angeline, no necesita que le digan cosas que la hagan sentir incomoda, es nuestra invitada.

Ambos hombres entendieron, sin embargo, en lugar de retirarse los dos decidieron sentarse en la mesa a comer. Al verme tan incomoda Fred se mantuvo a mi lado, junto con George quedando yo en medio de ambos, Remus y Sirius estaban en el extremo de la mesa lo más alejado posible de mí, aunque eso no significaba que sus miradas me incomodaran, no alejaron sus ojos curiosos de mi en ningún momento. Terminada la cena la madre de los Weasley nos indicó que subiéramos a las habitaciones, por lo que entendí los de la orden del fénix tendrían una charla importante y no querían a nadie presente.

Estaba en una habitacion con los gemelos y los demás, charlando de cualquier cosa que me hiciera olvidar el incomodo momento, cosa que no podía, deseaba saber porque Sirius estaba tan impresionado de verme y el interés en quien eran mis padres. Invente la boba excusa que necesitaba ir al baño, Ginny se ofreció para llevarme, pero me las arregle para irme yo sola.

Las escaleras rechinaban tanto que intentaba apenas rozar con la vieja madera del escalón, me demore un poco pero finalmente habia llegado a la puerta de la cocina, la cual evidentemente estaba cerrada. Me acerque, no lo suficiente para ser descubierta, pero si para escuchar de que hablaban.

—¿Harry lo sabe? —pregunto Molly algo angustiada.

—Al parecer no, si fuera así no estaría aquí —contesto Remus, se escuchaba molesto — es increíble, es ver a la misma Demetria.

—Debo decírselo a Harry — hablo sirius, escuche el ruido de su silla arrastrarse estaba dispuesto a ir por Harry y explicarle algo ¿pero que era? —preste más atención.

—¡No! —lo detuvo Molly — Harry no necesita otra noticia y mucho menos una como esta con todo lo que está pasando.

—Sabes perfectamente quienes fueron sus padres, Molly, no puedo dejar que mi ahijado confié en ella. Los dos fueron unos traidores, por eso acabaron muertos y es como todos terminaremos si esa jovencita sigue junto a Harry.

—Es solo una niña—Expreso la señora Weasley con un tono más calmado, pero notaba su tristeza en las palabras—Los hijos no tienen culpa de los pecados de los padres.

Harry dice que su hermano, es amigo de Malfoy —agrego Sirius.

—¿Y qué con eso?

—Molly por favor, pon los pies en la tierra, sabemos que corre el fuerte rumor de que Lucius Malfoy sea parte de...

—¿Qué hace espiando al amo Sirius? —una voz enfurecida me saco un gran susto. Por suerte no grite, si no, hubiese estado en problemas, brinque del fuerte susto dando vuelta y encontrándome como un elfo domestico de rostro malhumorado — a Kreacher no le gustan los chismosos, Si mi ama Walburga viviera te hubiera arrancado las orejas.

Preferí subir de regreso, antes de que este me delatara. Ahora tenía más preguntas ¿Por qué mencionan que mis padres fueron traidores? ¿Traidores por qué? odiaba no poder recordar nada de mi niñez, sobre todo el nombre y rostro de mi padre. Me quedé hasta noche, aunque no pude volver a sentirme cómoda, no mientras las preguntas incrementaban en mi mente. Me despedí de cada uno, por suerte, Remus y Sirius ya no estaban.

Fred se tomó la molestia de acompañarme a la parada, ya estaba algo oscuro.

—Lamento si te incomodaste en algún momento — se disculpó, ladeando sus labios— pero espero te la hayas pasado bien quitando eso.

—Por supuesto —sonreí — te veré pronto — Fred sonrió, e hizo lo que no me esperaba se agacho y me dio un beso muy cerca de mis labios, para luego desaparecer en cuanto el autobús llegó.

Al llegar a casa, la abuela no tardo en preguntarme como la habia pasado, resumí todo en un: -no estuvo mal. - Subí hasta mi habitación y en mi cama me tope con una cajita de madera algo grande, claro que tenía que ver su contenido, la curiosidad me gano. La caja guardaba con suma protección dos hermosos collares de plata y bronce uno con un águila con sus alas extendidas y en sus ojos dos diamantes azules. Mientras el otro era una serpiente enrollada y en sus ojos dos diamantes esmeraldas.

—Eran de mamá y papá — escuché a mi hermano parado en el marco de la puerta, tendría ahí apenas unos minutos — Estuvieron guardados mucho tiempo.

—¿Por qué me los das?

—Sería bueno tener algo de ambos ¿no lo crees?

Tome el collar entre mis manos era un poco pesado. Me invadió un sentimiento de nostalgia de pensar en que mamá pudo haber usado esto. Igual que yo, perteneció a Ravenclaw.

—Gracias Alarick —trate de sonreír aun me sentía molesta con él

—Angeline quiero hacerte una pregunta —se acercó hasta mí, sentándose al borde de su cama— necesito me apoyes en ello —lo noté muy serio, asentí ligeramente con el rostro —Quiero unirme al ejercito de Dumbledore.

—Un momento ¿cómo sabes sobre...¡ALARICK! ¿entraste a mi mente? —me pare furiosa de la cama, odiaba cada vez que hacia eso y yo no lo podía notar.

—Tú también lo has hecho y no me he quejado — No iba a discutir por algo en el que tenía razón. Me cruce de brazos pensando muy bien su propuesta—Estoy igual que tu Angeline. Tu y yo entendemos a Potter ¿verdad? Déjame hacer esto contigo. Se que Potter no confía mucho en nosotros...

—¿Nosotros? — arquee mi ceja.

—¡Bien! No confía del todo en mi —corrigió— pero si tu lograste entrar ¿Por qué yo no? Por favor...¿Me ayudaras a ser parte del ejército de Dumbledore?

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