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::05::

Angeline

Nos preparábamos Luna y yo para ir a Hogsmeade, oportunidad para calmar mi mente, no he logrado dormir tan bien como quisiera. Las mismas pesadillas donde veo a mi hermano mal y a un hombre junto a él. Ese hombre que ha aparecido en todas nuestras pesadillas desde que puedo recordar.

Quería que el agua caliente acabara con mis pensamientos. Esta última pesadilla fue la peor. Veía a Alarick en medio de mucha gente fallecida y junto a él estaba un hombre que no logro identificar y a su lado el mismísimo Lord Voldemort con una tétrica sonrisa que solo pensarla me eriza la piel.

Terminando de ducharme me cambie con algo cómodo, soy amante de los vestidos por lo que opte por usar uno en color vino de manga larga con algunos detalles en las mangas. Medias negras y deje mis rizos sueltos para usar un gorro del color de mi casa.

—Este pequeñín es demasiado adorable —dijo Luna acariciando la cabeza de Salazar —¿Cómo llego a ti?

—Mi hermano y yo lo adoptamos desde que tenemos 11 años, fue Alarick quien le puso como el fundador de Slytherin. Salazar llego a nosotros luego de que mamá y papá fallecieran.

Luna hizo una mueca, y yo tuve un rato de nostalgia, no iba a dejar que eso me arruinara el día. Aleje las feas imágenes de mi infancia y mejor termine de arreglarme, me puse mi perfume para dar el toque final.

Luna se levantó de su cama sin dejar de mirarme con sus ojos tan curiosos.

Quedamos de esperar a Neville en el puente de Hogwarts. La mayoría de los estudiantes estaban charlando por los pasillos o desayunando en el gran comedor.

—¡HEY! —unos gemelos de cabello pelirrojo me asustaron por su repentina aparición.

—¡Por Merlín! —sentí mi corazón agitado. Luna soltó una pequeña risa. —Es mi imaginación ¿o estoy viendo doble?

—Puede ser —hablo uno de los gemelos.

—Tal vez— le siguió el otro.

—No lo sé ¿Qué dices Georgie?

—Mmmm. No, yo creo que alucina.

—Me imagino que son los hermanos de Ron Weasley ¿Verdad? — pregunte ya sin contener la risa por la forma en que hablaban y se expresaban.

—¿Que nos habrá delatado Fred? —se burló uno de ellos, alzando una ceja haciendo una mueca cómica — Mi nombre es George.

—Yo soy Fred, como veraz soy el más guapo —me guiño un ojo.

—Que gustos chicos, yo soy Angeline.

—Lo sabemos-—dijeron al uniso y yo fruncí el ceño— Queríamos conocer a la gemela de Edevane, aunque claro, nosotros siempre seremos los gemelos favoritos —Fred dijo eso ultimo.

—¿Y a dónde te diriges bella dama? —pregunto George.

— Iré a Hogsmeade ¿les gustaría...

—¡Iremos! — volvieron a decir al uniso.

—Por favor ya no hagan eso. Bueno, vamos, Neville nos espera en el puente y...

—¿Puente? Tenemos un atajo mejor para llegar a uno de nuestros tantos lugares favoritos —dijo Fred con entusiasmo.

—¿Atajo? — esta vez pregunto Luna.

—Ya lo verán —George guiño un ojo.

—¿Nos permites? — me ofrecieron su brazo de una manera muy graciosa, me coloque en medio de ambos y entrelace mis brazos con ellos. Tras de mi Luna reía e iba dando pequeños saltos, pasamos primero por Neville y de ahí nos encaminábamos a ese "atajo secreto " los gemelos nos guiaron hasta el tercer piso en donde nos paramos frente a una estatua peculiar: una bruja tuerta.

—¿Y ahora qué? — pregunto Neville que estaba detrás de Luna y mío.

—Ya verán—dijo Fred— George, por favor...

George golpeo varias veces la estatua de la bruja y lo luego prosiguió a decir.

Dissendium

Se escucho un golpe hueco y los gemelos se miraron con una sonrisa de victoria mientras nosotros tres estábamos confundidos. La estatua empezó a moverse hacia un lado dejando ver lo que pareciera un largo pasillo bastante oscuro.

Lumos —dijo Fred y de su varita salía una luz, dejando ver un pasillo largo y lleno de telarañas —Señoritas, después de ustedes.

Al frente íbamos Fred y yo, tras nosotros Neville, Luna y al final George quien también nos ayudaba a iluminar el pasillo. Llegamos a unas escaleras algo desgastadas y el primero en subir fue Fred quien abrió una pequeña puerta, de ahí me extendió la mano, ayudándome.

—¿Qué es aquí? —pregunte mirando cada estantería llena de cajas y más cajas de golosinas.

—Estas en el sótano de Honeydukes el lugar con las mejores golosinas, hasta ahora— sonrió George.

Honeydukes me hizo volver a tener 10 años, estaba volviéndome loca con toda la variedad de dulces que había, los gemelos estaban comprando y comiendo algunas grajeas, Luna veía como hacían el típico algodón de azúcar y Neville escogía unas golosinas de un pequeño caldero.

—¿Qué pasa Angeline? ¿no sabes por dónde empezar? —pregunto Fred mordiendo unas varitas de regaliz.

—Son demasiados y... — vi a mi hermano a lo lejos tomando lo que parecían calaveras de chocolate —Chicos ¿me disculpan? —Camine entre la gente hasta que logre llegar a él—¡Alarick! — asustándolo al instante lo que provocó que casi tirara un poco de las calaveras en el estante.

—Angeline... ¿qué? ¿Qué haces aquí? — pregunto nervioso, tratando de evadir las miradas burlonas por su pequeña torpeza.

—Yo te dije que vendría ¿tú qué haces aquí? —arquee una ceja impaciente de su respuesta.

—Vine a....bueno, yo... —empezó a ponerse nervioso por mi miraba amenazante —¡Bien! Parkinson me obligo a venir.

—¿QUIÉN? ¿Cómo es que aceptaste venir con esa araña y conmigo no?

—Oye tranquila, ella me trajo la fuerza. La perdí en la casa de los gritos, fue el primer lugar que vi para esconderme de ella ¿Tu con quién estas?

—Con Neville, Luna y los gemelos Weasley. Pero ya que estas aquí —sonreí maliciosamente. Otra gran diferencia entre mi hermano y yo. Es que a él no le agrada mucho estar rodeado de mucha gente, ni siquiera si le agradan. Paseamos por toda la tienda, yo no paraba de darle cosas, la verdad sentía pena por hacerlo cargar tanto.

—Angeline ya son muchos —se quejó Alarick al cargar todas las golosinas.

—Esta bien ...¡MOSCAS ACARAMELADAS! —corrí hasta la estantería donde había bolsitas de estas, me pare de puntillas todo lo que pude y ni así logre alcanzarlas— Por Favor, puedes alcanzarme unas.

—Ni siquiera las has probado, si no te gustan las dejaras ahí y al final seré yo quien me coma las sobras —torció los ojos fastidiado, suplicándome que ya nos fuéramos.

Alarick por favor—junté mis manos e hice mis típicos pucheros de manipulación— por faaaaaavooor.

-—¡No!

—Por favor.

—Dije no, ya es demasiado lo que llevas.

—Una más, es la última —prometí.

—¡Que no!

—¡ALARICK!

—Está bien, está bien — sonreí de manera triunfal y el soltó una ligera risa— ¿Cuándo dejaras de salirte con la tuya?

Era muy rara vez que mi hermano sonreía, desde unos atrás él se alejó un poco de mí y habíamos perdido todos estos momentos que para mí eran preciados. Me alcanzo una bolsa de mis moscas acarameladas. Olvide por completo la marca que me quedo después del castigo de Umbriged, mi hermano vio esto y de inmediato me empezó a interrogar.

—¿Qué es eso? — no le di oportunidad de ver mejor la marca. Cubrí mi mano y seguí caminando —Angeline te hice una pregunta —de nuevo ese tono y semblante de autoridad—¿Qué te paso? ¿Quién te hizo eso?

—No quiero hablar de eso ¿sí? Ya no interesa. Ya es hora de pagar.

—¿Ese tal Potter lo hizo?

—¿Que? ¿por qué piensas eso? — era extraño que pensara en que fuese el quien me pudiera dañar.

—Solo responde —estaba alterado, algunos nos regresaban a ver.

Preferí ignorarlo, error, no paro de hacerme preguntas. Ya ni disfrutaba mi salida, pagué todo lo que escogí y nos reencontramos con los demás y fue ahí que prefirió callarse.

—¿Qué te pareció el lugar Angeline? — me pregunto George.

—¡Es fantástico! Vendré muy seguido eso ten por seguro.

—Vaya, Edevane. No creí que habías dejado a Parkinson por al alguien tan sin importancia como Longbottom — Apareció Malfoy y sus dos bobos amigos, mire a Neville quien agacho la mirada.

—¿No tienes nada mejor que hacer Malfoy? No lo sé, ve a picarte el fundillo hasta que te aburras.

La cara de Malfoy a lo que dije fue sin duda lo mejor, se puso más colorada que el cabello de un Weasley, pero era rojo de vergüenza y coraje. Los gemelos no contuvieron su risa al verlo de esa forma, Neville ahogo una risa agachando la mirada, incluso los otros dos bobos hacían esfuerzo por no reírse.

—Angeline... —me llamo la atención mi hermano.

—Claro, olvidaba que es tu nuevo mejor amigo.

—Eres una maldita insoportable Edevane. No debiste meterte conmigo —estaba por acercarse a mi cuando mi hermano se puso entre los dos, esta tan molesto que de cualquier cosa es capaz.

—Ya, Basta —intervino Alarick, entregándome las bolsas para irse con ese trío de bobos. Me entristeció que hubiera preferido largarse con ellos y dejarme.

—Gracias—dijo Neville de manera tímida.

—Son mis amigos —sonreí.

—Jamás voy a olvidar a Malfoy con la cara del color de nuestro cabello —carcajeo Fred.

De pronto apareció la hermana menor de los Weasley, saludándome sin mucha importancia, se notaba ansiosa y todos los demás solo asintieron.

—Lo sentimos Angeline, tenemos algo que hacer —dijo Neville lazándoles miradas extrañas al resto intentando decirles algo que era obvio no querían entendiera —pero fue un rato agradable.

—Entiendo —sonreí algo triste— gracias por este día chicos, la pase bien.

—De nada querida Angeline —dijo Luna tan sonriente como siempre.

—Nos vemos pronto mi Lady — se despidió Fred.

Caminé otro rato, pensé en buscar a mi hermano, pero eso no fue posible, ya era algo tarde y si me quedaba a esperarlo iba oscurecer y tampoco creía que me buscaría, estando con ese odioso Malfoy. Tomar el atajó que me mostraron los gemelos para cortar camino, no iba funcionar. Tendría que pensar en escabullirme bien en la bodega, opte por el camino largo.
Ya a nada de llegar al castillo cuando empecé a sentir hambre. Mi primera opción fueron esas moscas acarameladas, me llevé un puño a la boca y casi como entraron las escupí.

—Esto sabe a miera de gato -hice una mueca de asco, quería quitarme ese maldito sabor tan horrible- odio cuando tienes razón- negué al recordar las palabras de mi hermano.

—¿Hablas sola Edevane? —escuche tras de mi.

—¿Qué quieres Malfoy? ¿Dónde están tus gorilas y mi hermano? —me sorprendí al verlo solo.

—No soy niñero de Crabbe y Goyle pe...


—Pues parece que ellos de ti sí —dije de manera burlona cosa que no le pareció por es mueca de desagrado en su rostro.

Se que lo fastidiaba tanto como el a mí. Me paso de largo, pero antes de que yo también continuara mi camino volvió a hablarme.

—Por cierto, No lo he visto a tu hermano desde que te dejo a ti y a esos traidores de la sangre. Se fue con Parkinson, nos encontrón cerca de las 3 escobas.

—Esa maldita araña — apreté la mandíbula.

—¡Uy! ¿celosa? — se burlaba mientras caminaba junto a mí.

—Prefería que Alarick saliera con un troll a una chica como esa —Él se rio ante mi comentario, no creí que este chico se riera de algo o alguien que no fuera molestado por él. Y fue una gran carcajada. —¿Y yo soy el grosero? —puso una mano en su pecho, simulando un gesto de indignación —eres peor que yo.

-—¡Claro que no! yo si tengo razones para llamar a esa maldita de esa forma —renegué.

—¿Si? ¿cuáles? —se cruzó de brazos, esperando una respuesta. Se notaba que le gustaba provocarme.

—Pues...bueno...ella... —Se que está mal entrar en la mente de las personas, pero lo hago de vez en cuando. Y en cuanto vi a la araña Parkinson entre en su mente y se todas las zorras intenciones que tiene con él.

La legemerancia es más fuerte en nosotros. A veces si el otro tiene alguna pesadilla o sueño que nos involucre, se verá reflejado en nuestro sueño de alguna u otra forma, además desde que somos pequeños Alarick y yo juramos que ni el, ni yo entraríamos a nuestros pensamientos a menos que fuera causa de vida o muerte, aunque, bueno...he roto esa regla. De manera piadosa, claro.

—¿Y bien?

—¡Que te importa! —fue la respuesta más madura y lógica que se me ocurrió —¡piérdete! —finalice alejándome.

—Admítelo. Eres igual de cruel que yo — grito a lo lejos colocando sus manos alrededor de su boca.

Ya en mi habitación deje las bolsas de compra. Me puse unos zapatos más como y no tarde en bajar al gran comedor por un bocadillo.

Para mi mala suerte ahí estaba la araña Parkinson y mi hermano. No entiendo porque Alarick no se la quita de encima, es tan fastidiosa y ridícula, no paraba de llenarle la boca a Alarick con postres, ni de hablar, conozco a mi hermano y sé que deseaba irse corriendo de ahí ¿Por qué no lo hacía? Me miró por unos segundos y yo solo sonreí negando con la cabeza.

Me daba tanta vergüenza ver como Parkinson no dejaba de abrazar y restregársele a mi hermano como gata en celo. Es demasiado penoso.

—Hola de nuevo—saludó uno de los gemelos, Fred, logre diferenciarlo por su marcado tono de picardía. —¿Por qué tan sola?

—Lo mismo te pregunto.

—Bueno, George puede estar sin mí un rato. Y por lo que veo, tu hermano también puede estar sin ti—señalo con su cabeza la penosa imagen de mi hermano con la araña.

—¡Es penoso!

—Tienes toda la atención en ti —miró a ambos lados del comedor, hice lo mismo— es de esperarse.

—¿Por qué? ¿Por qué soy preciosa? —dije en broma.

—Por favor, hablo de mi ¿Cuántas chicas no desean ser tu para estar con ¡Mua!?

Su comentario me causo bastante gracia. Fred es un chico con un gran carisma y por supuesto bastante atractivo, no dudo que más de una estudiante quisiera salir con el.

—Por cierto ¿A dónde fueron tú y los demás? Se veían muy misteriosos.

—Tuvimos cosas que hacer es todo —Dibujo su tranquila sonrisa.

—Claro... —entre cerré mis ojos —Creo que no confías en mí.

—Primor, te confiaría mi corazón si pudiera —me guiño un ojo, antes de irse, dejándome tan colorada como su cabello.

Después de eso, volví a mi habitación para ponerme mi pijama y dormir. Ya estaba Luna y Cho, contamos un poco sobre nuestro día.

—Lamentamos dejarte sola, se que hubieras deseado pasar más rato con nosotros y tu hermano...

—No importa, el idiota de Malfoy al parecer encontró a otra pulga que se esté con él.

—Tu hermano... —hablo Cho con su típico tono de voz relajado— es muy diferente a ti ¿verdad? Me refiero, lo he visto y es muy serio, frió,callado. Mientras tu eres alegre, optimista y relajada. ¿siempre a sido así?

—Bueno...no, no en realidad —me quede viendo a Salazar, sintiendo su ronroneo en mis piernas en muestra de que le agradaban mis mimos —Alarick y yo éramos muy unidos... pero...

Ni si quiera yo tenía una respuesta para saber la razón por la cual Alarick se había vuelto tan frío, supongo que todo lo que hemos vivido, no lo se, tal vez a el le afectaba de diferente forma que a mí y por eso tardaba en sobre llevar las cosas.

Cho se encogió de hombros pidiéndome una disculpa por su pregunta. Las chicas y yo nos acomodamos para dormir, no me había sentido así de triste, tal vez porque nunca toco ese tema y no sabía lo mucho que me afectaba. Extrañaba a mi hermano al Alarick que es mi cómplice en travesuras, en juegos. Todo, si, extraño a mi hermano.

Alarick

La abuela nos llevó a una playa privada cerca de la ciudad donde vivimos.
Ella está sentada en un camastro leyendo un libro muggle que tanto le gusta, Angeline está corriendo por la orilla del mar tratando que el agua no moje sus pies.

¡ALARICK! ¡ALARICK! agitaba su mano varias veces en señal que fuera con ella VEN, EL AGUA ESTA....

Una fuerte ola la golpeo por la espalda haciéndola caer, corrí lo más rápido que pude para ayudar a levantarla.

¿Estas bien? - la examinó de pies a cabeza preocupado, esta empapada y llena de arena por todo el cuerpo y el cabello. De repente empieza a carcajearse, dejando de lado ese pequeño susto, jalándome hacía el mar.

¡ANDA VAMOS!

Como si nada se vuelve a levantar y empieza

Nadaba hasta ella, nos arrojamos agua, hacemos carreras de nado. Todo. Llegamos a unas pequeñas rocas donde vimos varias estrellas de mar, todo es perfecto, es un día completamente relajante para ambos. Lo malo desaparece por un buen rato.
Cuando vamos de regreso a la orilla siento una brisa extraña a mi alrededor al parecer solamente yo la siento, pues ni mi abuela, ni mi hermana lo notaban. Ellas están como si nada.

A mi alrededor todo se vuelve más oscuro como si de un día nublado se tratase.

A espaldas de ellas logro ver aquella figura...

—Estas sentimental...eres débil Alarick.

Su voz me hace despertar. Por suerte ninguno de mis compañeros despertó. Peino un poco mi cabello sintiendo las gotas de sudor bajar por mi frente. Mi corazón casi sale de mi pecho por lo rápido que late, entonces, veo a Salazar parado en la orilla de mi cama, clavando sus penetrantes ojos verdes sobre mí.

—¡PASTEL DE CALABAZA! —el gordo de Crabbe despertó de golpe sentándose en la cama con el cabello alborotado y saliva escurriendo por la comisura de sus labios.

Eso me asqueo, miro a ambos lados con la boca abierta, estiro su mano derecha simulando tomar algo y llevárselo a la boca para finalmente volver a caer dormido, dejando escuchar sus irritantes ronquidos.
No tardo pronto en amanecer. No volví a pegar el ojo, bajamos al desayuno.

Sentía que en cualquier momento terminaría cayendo por el sueño. Mi cabeza pesaba y mis estaban a nada da de cerrarse.

—No, no más— agite mi mano en disgusto cuando Parkinson trataba de darme más de su desayuno.

—Te vez horrible Edevane—se burló Malfoy —¿mala noche? O ¿Parkinson no te dejo dormir?

—¡Cierra la boca Malfoy! —Parkinson se sonrojo ante el comentario en doble sentido.

—¿Ya saben las nuevas? — hablo Zabini y todos prestamos atención -—Umbriged está implantando nuevas reglas en el colegio.

—Esperemos haga mejor trabajo que el anciano de Dumbledore — mascullo Malfoy bebiendo de su jugo de calabaza.

—Es obvio. Lo hace por San Potter. Ha estado muy sospechoso estos días — continuo Zabini.

—El y los traidores a la sangre —dijo Parkinson mientras se recargaba sobre mi hombro.

-—¿Qué tramara Potter? pregunte con cierto interés.

—Seguramente sigue con su idea de que el señor tenebroso ha regresado—burlo Malfoy imitando una voz de terror— el, la comadreja y la sangre sucia son la vergüenza de Hogwarts. Te aseguro que ni ese trio se cree ese teatrito.

—¿Por qué odias tanto a Potter? — pregunté.

—Lo detesta desde que lo rechazo en mi primer año— Malfoy casi asesina a Crabbe con la mirada, no era para menos estaba casi seguro que le dio vergüenza el imprudente comentario.

—Potter es un idiota, se cree un héroe cuando no lo es. Dumbledore siempre lo solapa y los demás profesores, solo por llevar el apellido Potter.

Centré la mirada en la mesa de Gryffindor, vi a San Potter hablando muy de cerca con los demás. La castaña me miro con el ceño fruncido y Potter se giró para verme. Hicimos contacto por al menos unos segundos, lo que me basto para entrar en su cabeza y solo ver una cosa.

"El ejercito de Dumbledore"





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En lo personal adoro la amistad de Neville y Angeline  ¿Creen que Alarick sea alguien en quien Draco confié? 

¿Alguien más desea golpear a la araña Parkinson? XD

Y...¿Que opinan de Angeline y Fred?


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