::03::
~Alarick~
—¿Puedo sentarme? pregunto mi compañera de casa.
—Alarick... — me presente para pretender ser amable.
—Si, si se quién eres. Nos conocimos en la cena de bienvenida, no recuerdas mi nombre tal vez. Soy Pansy Parkinson
Tenía razón, la había olvidado hasta ahora. Es la misma chica fastidiosa que en toda la cena no me dejo tranquilo, me ponía nervioso y me incomodaba muchísimo todo lo que me decía y hacía, no paraba de abrazarme y acariciar mi rostro o mi cabello, todos nos miraban y eso me causaba aún más incomodidad.
—Vaya Parkinson no pierdes el tiempo— se burló Malfoy sentándose delante de nosotros — no hagas mucho caso, está loca.
—Cállate Draco — replico—¿ella es tu hermana no? —señalo a Angeline sentada junto a ese soso el tal Longbottom, continuando con una risa— Al parecer le gustan idiotas.
Ni dos minutos de estar cerca de ella y me sentía sofocado, hablaba demasiado y cuando creí que al fin se mantendría callada, sacaba tema de lo que fuese.
—Edevane, ese de ahí es San Potter, el protegido del director —señaló discretamente Malfoy. Me quede mirando con mucha atención a Potter el famoso niño que vivió. Aunque no hayamos estado viviendo una vida "mágica" si sabíamos muchas cosas...entre ellas sobre Lord Voldemort, aquel mago tenebroso que fue derrotado por un simple niño.
Potter se dio la vuelta y por un momento nos retamos con la sola mirada. Supongo que el simple hecho de que yo fuese de Slytherin lo hacía desconfiar.
—¿Coqueteas con Potter? —Volvió a burlarse Malfoy.
—No me fastidies
La clase era de Encantamientos. No podía concentrarme en nada, Parkinson no se callaba, -diablos- además de que es una clase bastante aburrida. Angeline estaba prestando atención a lo que el pequeño profesor Fliwtck decía. Nuestra abuela nos contó que esta era la clase favorita de mamá, es por eso que a mi hermana le entusiasmaba demasiado tomarla, incluso en un futuro espera poder ser una excelente profesora de encantamientos, es lo que se la pasaba diciendo cada año que esperaba nuestra carta de Hogwarts.
El trabajo de hoy era convertir el vino en sangre. Fliwtck paso por cada mesa examinando la práctica de todos los estudiantes, caminaba sobre libros flotantes, ya que las gradas de sus eran demasiado altas y su altura no le ayudaba absolutamente para nada, más que burlas, claro.
—¡Excelente! ¡Excelente! Señorita Edevane, Señorita Granger — exclamaba el pequeño profesor sin dejar de observar las copas de bronce — Cada una recibe 10 puntos ¡Felicidades!
Las chicas se miraron entre si satisfechas por su trabajo y tal premio. Los demás se quejaban y algunos al igual que a mí, nos daba igual. Por fin la clase acabo, como pude logre salir del aula sin que Parkinson me viese, espere a que Angeline saliera para caminar un rato juntos.
—¿Qué te pareció la clase? —me pregunto con gran entusiasmo —me encanto el hechizo Silencius, empezare a usarlo contigo cuando no pares de regañarme
—Angeline, no quiero que te acerques a Potter.
—¿De qué hablas? — se cruzó de brazos sin comprender mi drástico cambio de tema —no empieces con tus celos...
—No digas boberías —rodé los ojos —solo aléjate ¿entiendes? No te quiero ver cerca de él.
—¿Esto es por tu nuevo amiguito? No es un secreto que para nada le agrada Harry. Pero descuida, solo entablamos conversación una vez. Ni siquiera considero que seamos amigos.
—Como sea, no quiero que te acerques —rectifique.
—Oye —me tomo del brazo antes de que pudiese irme— ¿comeremos juntos?
—No, tengo cosas que hacer.
Se cuanto odia que la deje hablando sola, pero ahora tenía otras cosas en mente. Iba de camino a la clase especial que el profesor Snape tenía para mí, entre al despacho, ya se encontraba esperándome cruzado de brazos como siempre con su mirada fría.
—Llegas Tarde Edevane —contesto de brazos cruzados con su rostro alargado y mal humorado.
—Lo siento... es que...
—No me interesa, ¡Siéntate! — me señalo la silla, tome asiento y él se dirigió a su escritorio donde sacaba diversos materiales —la conexión de legemencia en mellizos es muy común. Es más fuerte que en cualquier mago o bruja. En este momento tu hermana podría estar en tu cabeza, y todo se vendría abajo —camino alrededor mío, sentía sus ojos fríos analizarme con atención, le encantaba intimidar — el poder de la oclumancia te protegerá de su acceso o influencia. En esta lección —se paro delante de mí con los brazos cruzados —voy a tratar de entrar a tu mente y tú debes impedirlo ¡Prepárate!
Se alejo unos cuantos pasos extendiendo su varita hacía mí —¡Legereme!
Escuché fuerte y claro y al instante sentí una corriente extraña atravesarme, era una película de mi vida lo que pasaba de manera veloz en mi cabeza. Me vi junto a Angeline en los brazos de nuestra madre, podía escuchar esa risa de nuevo, esa risa tan cálida que solo ella podría poseer y esa mirada tan amorosa que sus azulados ojos transmitían, todo paso rápido, aparecí ahora de unos 6 años, recuerdo aquel gran roble y el olor al pasto recién mojado, sintiendo la suave brisa mientras corría con Angeline para luego terminar todo en tragedia.
Sentí mi cuerpo moverse por el coraje de no poder hacer nada y ver a mi madre fallecida en la habitación que una vez compartí con mi hermana. La veo frente a nosotros con sus ojos abiertos y finalmente apagados, mientras abrazo a mi hermana tratando de consolarla, de repente aparece... el...frente a nosotros con esa macabra sonrisa que aún me tortura y tras el aparece Snape.
—Eres demasiado débil.
Vuelvo en sí, negando par de veces, apretando los puños para controlar mi ira, que no he logrado sacar alrededor de estos años.
—Debes aprender a controlarte, no seas patético —escupe cada palabra hacía mi —una vez más...¡LEGEREME!
Nuevamente mis más profundos y preciados recuerdos me invaden, nos veo. Angeline y yo en una de las tantas navidades sin mamá junto a la abuela, escucho a mi hermana reír en otro recuerdo, debido a las travesuras que solía hacerle. Ahora está el momento en que conocí a Malfoy y a los demás, cuando seleccionaron la casa para Angeline y para mí y de nuevo estoy en la habitación que comparto con ella, a pesar de habitar una gran casa junto a la abuela. Desde la muerte de mi madre, Angeline se volvió demasiado dependiente de mí. La veo dormir tranquila, verla así es lo único que me mantiene bien, miro a mi derecha y de nuevo ahí está el, observándola.
—¡Me das asco! —Vuelvo en sí, aprieto mis ojos con fuerza y una vez más niego para borrar eso —¡Eres débil! ¡Cobarde! —empezo a insultarme asechándome y mirándome con burla y lastima— ¡Me das pena Edevane! No mereces estar en Slytherin, ni siquiera mereces ser un Edevane, no eres, ni serás igual a tu desgraciado...
—¡YA BASTA! —lo interrumpí poniéndome en pie, tratando de esquivar su fría mirada — ¡Es suficiente!
—El miedo te va a dominar siempre, mocoso.
Ignore por completo todos sus comentarios, agarré mis cosas y me fui de ahí, tratando de borrar todos esos malditos recuerdos que jure no volver a siquiera hablar de ellos.
Caminaba con la mirada baja y de repente mi hermana se interpone en mi camino.
—¿Qué pasa Angeline? — intento parecer normal a lo que ella me mira un poco preocupada.
—¿Estás bien? ¿tienes fiebre o algo? — trato de tocarme la frente, pero me aleje.
—¡Alarick! — volví escuchar a mis espaldas esta vez era Parkinson— ¿dónde estabas?
—Estoy hablando con mi hermano ¿acaso no te das cuenta? — note la cara roja de mi hermana y sus ojos clavados en Parkinson.
—Oh, ahí estas, no te vi Edevane. Eres tan pequeña que no me sorprendería que alguien te confunda con un elfo.
Angeline podía haber golpeado a Parkinson si no es que primero la sostengo, mientras patalea y trata de tocar, aunque sea un pelo de mi compañera, Parkinson solo se ríe por la rabieta de mi hermana.
—Ya, ya Angeline —la tomo por los hombros- por favor, anda, mejor vete antes de que no logres controlarte. Mi hermana torció los ojos paso cerca de la pelinegra quien le lanzaba una mirada burlona.
—Araña —susurro Angeline.
—¿Como me dijiste...
—¡HEY! ¡Parkinson! —la tome de la mano antes de que ahora ella quisiera golpearla. Parkinson me sonrió de una manera extraña y observaba mi mano en la de ella, rápido la quite antes de que creyera algo que ni en sueños sucedería —¿Qué se te ofrecía? —pregunte sin importancia, retomando mi caminó.
—Oh si, venía a decirte que mañana empezaran las pruebas para entrar al equipo de Quidditch.
—¿Y?
—Bueno, todos saben que Patrick Edevane fue un gran cazador—esbozo una sonrisa.
—Al parecer todos sabían que mi abuelo lo era menos yo.
—Bueno, no sé si te molesta, pero... —vi que se puso colorada-—te inscribí.
—¿Qué tu qué? — grite tan fuerte que varios alumnos me miraron— ¡Parkinson!
—Lo siento, pero creo que podrías ser un gran jugador, Además ahí esta Draco también y que mejor que ir apoyar a mis dos amigos a un partido —me guiño el ojo—¿qué dices?
—Lo voy a pensar ¿de acuerdo?
Se abalanzó sobre mi rodeando mi cuello con sus brazos, esto si era incómodo.
Las clases volaron, desde mis clases especiales con Snape no he logrado concentrarme, me siento bastante agotado mentalmente e incluso física, por lo menos Angeline estaba muy entretenida con su pequeño nuevo círculo de amigos. Longbottom no es un peligro, pero es demasiado soso, ansiaba acostarme y descansar de todo, especialmente de Parkinson en ningún momento se despegó de mí.
Al fin llego a la habitación, quitándome los zapatos, recostándome en mi cama.
—Parkinson me dijo que te unirás al equipo de Quidditch— escuche a Malfoy desde la cama de la esquina. Ni siquiera me percate que estaba ahí.
-Solo hare las pruebas. -respondí, acomodando un brazo tras mi nuca y viendo el techo.
—Seguramente quedaras y si no, no te preocupes. Tengo mis contactos.
—No me interesa, solo haré la prueba porque la loca de Parkinson me inscribió.
Malfoy dijo otra cosa a la cual ni tome importancia, me acomode para dormir. Aun sabiendo que sería imposible, antes de dormir y al despertar lo único que veo es a él.
Mi mente quedo muy cansada luego de esa practica con Snape, no puedo controlarme, y ahora tengo miedo de que mi debilidad sea la causante de que todo salga mal.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro