Cap 3||Spilled Cup
Todo da vueltas, escucho un pitido en mis oídos, tengo frio y no me puedo mover, duele mucho. ¿Ya se han ido? no los puedo ver ni escuchar, lo único que veo es sangre ¿Por fin soy libre?
De repente la puerta del baño fue abierta. Mierda, creí haberla cerrado bien, no quiero que me vean así, pero, ¿Qué más puedo hacer? no tengo fuerzas para moverme.
- ¡¿Yeonjun?!- es Huening- ¡Por favor vete, yo me encargaré!- ¿A quién le habla?- ¡Yeonjun! ¡¿Qué sucedió?! ¡Junnie hablame!- sollozó- Por favor no te vayas... Junnie... no podré continuar sin ti...
[Narrador omniciente]
Ahí se encontraba Yeonjun, dentro de la bañera sobre un charco de sangre, parecía muerto, tenía los ojos abiertos pero no respondía, cualquiera pensaría que ya tenía ambos pies en el otro mundo. Hueningkai lo sostenía mientras lloraba ¿En qué momento había ocurrido esto? ¿En qué momento Yeonjun dejó de ser alguien tranquilo a ser alguien que se mostraba ansioso, asustado, derrotado? No podía creerse que ahora mismo estaba viendo al mismo Yeonjun alegre, tranquilo y protector, casi muerto, sin ninguna pizca de vida en su ser, sobre un charco de sangre que él mismo provocó. No sabía cómo proteger a Yeonjun, él fue siempre el que protegía a Huening, este no tenía la minima idea de como hacerlo, todo era ajeno. Se sentía cómo en una pesadilla ¿Cuándo había muerto el Yeonjun que él conocía?
- Hue-huening...
- ¡Yeonjun!- Juraría que gritó tan fuerte que se escuchó por toda la casa.
- No estoy muerto, no llores...- Pronunció a como pudo, cosa que pareció un susurro.
- Yeonjun ¿Cómo pasó esto? ¿Por qué lo hiciste..?- Sus lágrimas caían en el rostro del pelirosa.
- Ellos... ¿Se fueron..?
La expresión de Hueningkai cambió, ahora se encontraba más preocupado por la salud mental del mayor, primero llorar en frente de él y luego encontrarlo lleno de sangre en el baño, Yeonjun estaba mal, necesitaba más que esos medicamentos. Si esto seguía así, tal vez Yeonjun no llegaría a debutar, Hueningkai sentía un nudo en la garganta con solo pensar eso. Quería ayudar al pelirosa, le dolía verlo en ese estado, pero ¿Cómo? no había nada que él pudiera hacer.
- S-sí, ya no tienes que preocuparte, estoy aquí Junnie- le acarició el cabello- Te voy a ayudar con esto, todo va a estar bien- Sonreía intentando ser fuerte.
Yeonjun pasó todo el día en cama, ya que era un trabajo dificil mover las piernas en ese estado, al menos no estuvo solo, Hueningkai lo acompañó en todo momento, cosa por la cual se sentía agradecido, se sentía protegido.
[...]
- ¡Yeonjun no puedes practicar! tus heridas no sanaran a este paso, aparte te duele- Le decía Hueningkai viendo como el mayor se ponía los zapatos.
- No me importa. Hoy anunciaran quienes van a formar la alineación y quienes serán eliminados. Tengo que practicar antes de que vengan los instructores, no me importa si duele o sangro, si debuto nada de eso va a importar- Salió de la habitación quejandose bajo por el dolor.
Hueningkai siguió a Yeonjun hasta la sala de practica y se dispusieron a practicar, aunque el mayor gemia de dolor constantemente y alguna que otra lágrima se le escapaba. Hueningkai admiraba lo fuerte que era Yeonjun, él en primer lugar no se hubiese levantado de la cama por el dolor, y mucho menos hubiese pensado en bailar.
Pasó el día y los instructores llegaron, todos estaban muy nerviosos, nadie se atrevía a pronunciar alguna palabra. Los instructores fueron llamandolos uno por uno, esa evalución definiría quienes debutarían.
- Bien, hemos concluido la evaluación y ahora pasaremos a dar la alineación final- Mencionó uno de los instructores.
- Chicos, todos han hecho un gran trabajo y se han esforzado, así que aunque sean eliminados, yo confió en que algún día lo lograran, sean fuertes y no se desanimen- Habló la instructora.
- La alineación final es la siguiente: Hyunjin, Seungcheol, Jeonghan, Dino, Changbin, Hoshi y Hueningkai. ¡Felicidades chicos!
Pronto todos se encontraban abrazandose y felicitando a los que iban a debutar, menos Yeonjun, quien se encontraba de pie, atonito viendo lo que sucedía. Todos iban de un lado a otro llorando o sonriendo, pero él parecía una estatua en medio de todos. Una lágrima resbaló por su mejilla. Se sentía como una mierda, todos esos años de esfuerzo, todo lo que arriesgo y sufrió, nada había valido la pena.
Verdaderamente creyó que lo consiguería, que por fin subiría a los escenarios y su nombre sería conocido por todo el mundo, pero no, todo se derrumbó ahí, con tan solo unas palabras. Quería demostrarle a su familia, su profesor, sus amigos, a todos, que él tendría un buen futuro y sería reconocido, que no se arrepentía del camino que tomó, pero, perdió, era un perdedor que no tenía lugar en el mundo que él soñaba ¿Ahora cómo miraría a la cara a su familia? ¿Cómo iba a recuperar la confianza en sí mismo? había fallado en cumplir su sueño, ya no importaba, sin embargo quería huir de la realidad, no quería estar allí. Por fin sintió que estaba soñando, que estaba teniendo una pesadilla.
Se sentía feliz por Hueningkai, pero sus sentimientos negativos eran más fuertes, le era imposible prestarle más atención a lo de Hueningkai que a su situación.
Tan pronto como los instructores se fueron, Yeonjun subió a la planta de arriba y se encerró en un cuarto. Se derrumbó en lágrimas, estaba destrozado, se sentía horrible ¿Qué iba ser de él ahora? estaba enojado, enojado con él, con los instructores, con los chicos y con Hueningkai. Levantó su pantaloneta llorando, pudo observar las antiguas vendas blancas ahora de un tono carmesí. Golpeo, golpeo y golpeo enojado, más sangre aparecía junto con dolor.
¿Por qué le sucedía esto a él? ¿Acaso se lo merecía? ¿Por qué? no habían respuestas, todo era tan confuso. Él se había esforzado como nunca, incluso estando herido, incluso mejor que Jeonghan quien sí iba a debutar ¿Cómo era posible? Yeonjun si merecía debutar, no como los demás, él era quien se había esforzado más y quien era mejor entre todos. Tenía que ser un error.
Empezó a golpearse a sí mismo en diferentes partes, estaba más que enojado, pero se detuvo al escuchar risas.
- Oh Yeonjun~~ ¿Qué pasó...? ¿Acaso perdiste?- Rió a carcajadas.
- ¡Pudrete!- Gruñó entre dientes.
- Pero ¿Por qué? ¡esto es tan divertido!
- ¡¿Qué ves de divertido en esto?!- Lloraba.
- Todo. Todo es divertido, principalmente verte así.
- ¡Vayanse! ¡Dejenme en paz! ¡Los odio!- Pateó una cubeta que se encontraba cerca.
- Yeonjun ¿Quién sí va a debutar?- Dijo en tono divertido- Oh, lo olvidaba. Hueningkai va a debutar y tú no, ellos sí, tú no ¿Lo entiendes?
- ¡¿Qué mierda quieres?!
- Mmh mmh, no solo yo, ambos- Se acercó al rostro del pelirosa.
- ¡No me importa! ¡Vete!
- Tú tenías todo para debutar, ellos te robaron el lugar ¿Vas permitir que se salgan con la suya...?
- Yo debería debutar, no ellos.
- Exacto. Hagamos un trato...- Sonrió.
Entonces ahí, ahí se quebró, todo de él, se quebró, desapareció, todo rastro de lo que alguna vez fue, pasó a la historia dandole lugar a un cuerpo muerto, podrido por dentro. Olvidó todo lo que una vez amó.
[...]
Llegó la noche, todos empacaron ya que el otro día se irian, tan pronto como se hizo tarde, todos se fueron a acostar, algunos ansiosos y otros asustados por su futuro.
Hueningkai se despertó en la madrugada y se percató de que Yeonjun no estaba así que salió a buscarlo. Estaba preocupado por su estado mental, sin hablar de que practicamente no lo vió después de que los instructores se fueran. Sabía que el mayor necesitaba de él, necesitaba apoyo y compañía. Caminó por el oscuro pasillo pensando en cómo podría ayudar a Yeonjun si lo encontraba llorando o... otra vez lleno de sangre. Todo se sentía extraño, Hueningkai se sentía vigilado en medio de la oscuridad pero continuó. Pegó un brinco al toparse con alguien de frente, era Chan.
- Chan ¿Has visto a Yeonjun?- Preguntó el castaño.
- Sí, creo, lo vi pasar hace un rato por los pasillos. De casualidad ¿No has visto a Jeongin?
- No, ha de estar en su habitación.
- No, no lo ví. ¿Me acompañas a revisar de nuevo?
- ¡Claro!
- ¿Ves? no está- Dijo Chan al encontrarse la cama vacia de Jeongin.
- Pero, los demás chicos no están- Dijo Hueningkai viendo las camas vacías de los aprendices de Jyp.
- ¿Qué? ¿Cómo..?- Se acercó extrañado.
- ¿Qué es eso?- Señaló Hueningkai a algo que guindaba del techo y parecía gotear algo.
Chan intentó encender la luz, pero se dieron cuenta de que hubo una falla en la electricidad, por lo que no había luz, solo la escasa luz de la luna que entraba por la ventana. Chan se acercó a sus cosas y tomó una linterna, la encendió y apuntó al techo, pronto se arrepintió.
- ¡¿QUÉ MIERDA?! ¡HUENINGKAI DIME QUE TAMBIÉN LO VES!- Estaba asustado y horrorizado, sus manos temblaban y su rostro estaba congelado en esa expresión de horror.
- C-chan... ¿Estoy soñando..?- Hueningkai estaba petrificado, no conseguía moverse ni un solo centimetro.
- N-no... son... los ojos de los chicos...- Él más que nadie era capaz de reconocer los ojos de los chicos. Cayó al suelo de rodillas llorando a mares. No era de extrañarse, había pasado tanto tiempo con los chicos, eran como sus hijos, atesoraba cada momento con ellos, los buenos y los malos, pero ¿Por qué? ¿Por qué ahora sus ojos se encontraban colgados al techo, goteando sangre, con un fino hilo como si se tratasen de adornos?
- ¿Q-qué hacemos?- También lloraba asustado, tampoco es como que la escena de Chan destrozado por los chicos ayudara de mucho, más mal se sentía.
Chan recorrió la habitación con su linterna, otra cosa de la que se arrepintió. Ahí estaban, sus cuerpos con las cuencas vacías, ensangrentados con el abdomen abierto y mucha sangre, apilados uno sobre otro formando un extenso y viscoso charco de sangre al rededor de ellos, pero eso no es todo, sobre ese extenso charco de sangre, estaban regados varios, muchos de los órganos de los pobres chicos que tan solo eran niños queriendo seguir sus sueños, pero muy pronto sus vidas fueros arrebatadas.
- ¡Chicos!- Corrió hasta los cuerpos ensangrentados y sin vida, sin importarle la sangre o los órganos- ¡Por favor respondan!- No dejaba de llorar mientras sacudía los cuerpos, arrodillado ante estos- ¡No se vayan! Chicos... ¡No me dejen! ¡¿Qué voy a hacer sin ustedes...?!- Preguntaba totalmente manchado con la sangre de sus niños.
- ¡Tan tan!- Alguien pronunció en la esquina de la habitación, con una voz divertida, llamando la atención de los dos chicos. Chan alumbró- ¡Yo tengo la respuesta!- Dijo sonriendo como un completo loco, su sonrisa iba de oreja a oreja y sus ojos estaban muy abiertos, parecía alguien sacado de una película de terror. Pronto los vellos de los chicos se erizaron que incluso estuvieron a nadar de gritar por el susto. Tenía a Hyunjin a nada de cortarle la garganta, con un cuchillo queriendo acariciar la piel del rubio, el cual lloraba temiendo por su vida y por la vida arrebatada de los que alguna vez consideró hermanos.
- Chan... salvame- Pronunció Hyunjin en un hilo de voz.
- ¡Te dije que no hablaras!- Lo golpeó. Su expresión "alegre" había cambiado a una furiosa.
- Hyunjin, yo te voy a salvar- Lloró Chan.
- ¡Yeonjun! ¡¿Tú hiciste... esto..?!- Habló Hueningkai mientras lloraba y rezaba por escuchar un "No".
- Sí, ¿Algún problema, Kaicito?- Tenía el cabello desordenado, cubierto de sangre, la ropa totalmente humeda por la sangre y la cara adornada con salpicaduras de color carmesí, sangre.
El interior de Hueningkai se destrulló, tenía que ser una broma, una de muy mal gusto, era imposible que su amigo hiciera esto, imposible totalmente. Tal vez estaba soñando, soñando despierto porque aquello se sentía muy real, pero no, Yeonjun jamás haría eso, primero se haría daño a él mismo en vez de a otra persona. Por la cabeza de Huening pasaron muchos recuerdos hermosos que había tenido hasta ahora con Yeonjun y no pudo evitar derrumbarse ahí mismo mientras lloraba rogando a Dios porque lo despertara de ese pesadilla.
- ¡Yeonjun, deja de bromear! por favor...- Habló Hueningkai.
- Lo siento mucho por tí, pero esto no es un sueño... afortunadamente- Rió a carcajadas- Deja de ser un maldito llorón, siempre estorbando, siempre siendo una carga.- Cuanto más hablaba más lloraba el castaño- Ah ah~~- Pronunció para Chan al verlo asercarse- Si das un paso más... lo mataré- Sonrió.
- ¡MALDITO ENFERMO! ¡SUELTA A HYUNJIN O TE ASEGURO QUE QUIEN VA A MANCHARSE LAS MANOS PROXIMAMENTE, VOY A SER YO! te mataré, te mataré Yeonjun...- Había que comprenderlo, pensó que le habían arrebatado a todos sus niños pero en realidad solo le quedaba este y quería protegerlo a toda costa, no pudo proteger a los otros, se sentía culpable al solo imaginar como la habrán pasado cuando ese maldito enfermo les arrebató la vida.
- ¿En serio?- Dijo fingiendo miedo- ¡Me parece bien! pero, creo que el que morirá primero será este maldito rubio- Presionó el cuchillo en el cuello de Hyunjin, pero no suficientemente para matarlo. La sangre empezó a brotar como si de una cascada se tratase. Hyunjin empezó a quejarse por el dolor.
- ¡Espera! Por favor, él es lo único que me queda... ¿Qué quieres a cambio? ¿Dinero?- Habló Chan, su voz temblaba.
- Mmh, no. Solo quiero diversión- Sonrió de nuevo.
- ¿Qué...? En serio... ¿En serio te llamaban la estrella de Big Hit? ¿A alguien como tú...?
- Pues sí- Se encongió de hombros orgulloso.
- ¿Puedo... dar mi vida a cambio de que sueltes a Hyunjin? ¡Matame a mí pero a él no le hagas daño!
- ¡No Chan! ¡No me perdonaría que murieras por mi culpa! ¡No vale la pena! ¡Vive Chan!- Habló Hyunjin.
- ¡Cállate tú!- Regañó Yeonjun- La idea me parece perfecta, ven Chan- Dijo empezando a soltar a Hyunjin- ¡Ups..!- Tan pronto como Chan se movilizó, Yeonjun volvió a tomar a Hyunjin y lo mató frente a los ojos de Chan. Lo último que vió de Hyunjin, fue miedo en sus ojos.
Chan se desplomó en el suelo viendo el cuerpo sin vida de su pequeño hijo, soltando más lágrimas que nunca. Lo había perdido, ahora sí había perdido todo, en frente de sus ojos y él no pudo hacer nada. Su dolor era peor que sentir una daga atravezando tú corazón.
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